Uploaded by Lautaro Rojas

Geografia para 5° Año

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EET N° 4
CUADERNILLO DE GEOGRAFÍA
5to Año
PROFESORA NOELIA RODRÍGUEZ
CICLO LECTIVO 2023
CAPÍTULO
(Arg.)
9
9
(Arg.)
37,55% - 84,33%
30,36% - 37,54%
22,72% - 30,35%
6,57% - 22,71%
(Arg.)
Distribución de los hogares por departamento con condiciones de hacinamiento, según los datos del censo 2010
195
COCHENGA JHA
CUANDO TENGA LA TIERRA
Cuando tenga la tierra
sembraré las palabras
que mi padre Martín Fierro
puso al viento
Cuando tenga la tierra
la tendrán los que luchan
los maestros, los hacheros,
los obreros
Cuando tenga la tierra
te lo juro semilla
que la vida
será un dulce racimo
Y en el mar de las uvas
nuestro vino
cantaré, cantaré
Cuando tenga la tierra
le daré a las estrellas
astronautas de trigales
luna nueva
Cuando tenga la tierra
formaré con los grillos
una orquesta donde canten
los que piensan
Campesino, cuando tenga la tierra
sucederá en el mundo
el corazón de mi mundo
desde atrás, de todo el olvido
Secaré con mis lágrimas
todo el horror de la lástima
y por fin te veré, campesino
campesino, campesino, campesino
Dueño de mirar la noche
en qué nos acostamos
para hacer los hijos
Campesino, cuando tenga la tierra
le pondré la luna en el bolsillo
y saldré a pasear con los árboles
y el silencio
y los hombres y las mujeres conmigo
Cantaré, Cantaré
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exportación de pobres del Chaco...", como denomina el proceso emigratorio, afirma que "... lamentablemente
la gente que llega, por ejemplo, a Santa Fe, se encuentra con una nueva frustración, porque aquí no hay
trabajo. Por el contrario, tenemos uno de los índices de desocupación y subocupación más importantes del
país" (Diario Norte, febrero 22, 1993). Y esta declaración es de 1993, cuando la crisis solamente despuntaba.
Al interior de la provincia del Chaco, un documento periodístico de un año posterior a la afirmación previa,
consigna que el traslado incesante de familias empobrecidas del campo a la segunda ciudad de la provincia,
Presidencia Roque Sáenz Peña ha provocado "... el crecimiento del cinturón de miseria en Sáenz Peña". (Diario
Norte, julio 28, 1994; 18).
b) Pequeños fruticultores del Alto Valle del Río Negro, incapacitados financiera y técnicamente para reconvertir
sus chacras y adecuarlas a la necesaria elevación de la calidad y productividad de sus frutales, debido a las
exigencias de la demanda internacional. En el Alto Valle se ha instalado una gran empresa multinacional Expofrut S.A.- que ha implantado, por primera vez, una estructura de producción para la exportación basada
sobre un predio de gran extensión, con mano de obra asalariada que reúne un contingente laboral menor al
que supondría mantener el modelo de chacra familiar intensiva. Frente al forzoso proceso de abandono y
emigración de numerosos pequeños productores descapitalizados, se alza esta nueva modalidad productiva
que acentúa la polarización social regional y, otra vez, muestra el agudo contraste entre datos macro
favorables y situaciones micro de ribetes sociales desconocidos en la región.
Una investigación reciente da cuenta de este proceso de agudo deterioro de la fuerza de trabajo rural y
urbana, producto del proceso de transformación productiva. El documento hace referencia a la situación laboral
del Alto Valle del Río Negro, donde se asienta 52% de la población provincial. En él se detalla cómo el
fenómeno de cambio tecnológico en la producción frutícola, debido a las crecientes demandas de
competitividad, ha afectado el mercado laboral. Se pone énfasis, en el texto, en que "... la incorporación de
tecnologías se hace selectiva y las innovaciones tecnológicas son sólo accesibles a las grandes empresas,
especialmente las integradas. Se profundiza, así, la segmentación interna" (Coniglio, 1996;2). Por ende, se
incrementa el trabajo transitorio (estacional y temporario) y decrece la presencia de los productores familiares.
Este fenómeno, en nivel rural, se acentúa en el plano urbano con la adopción de tecnologías automatizadas en
el proceso de empaque, lo que incide negativamente en la demanda laboral para clasificación y embalaje de
fruta. Se produce, de este modo, un claro contraste en la dinámica de dicha demanda cotejando los datos de
los años '80, con respecto a la actualidad. En aquella década, "... el incremento de la expansión física e
integración de la actividad frutícola absorbía fuerza de trabajo; ahora aparece un interrogante amenazador:
¿dónde se puede insertar la fuerza de trabajo liberada? ¿dentro o fuera de la región? (Coniglio, 1996;3). El
documento concluye afirmando que "La competitividad de la fruticultura destruyó puestos de trabajo en la
cosecha, el empacado y la industria. Su creciente complejización en todas las etapas genera importantes
procesos de segmentación interna...". "Las estrategias empresariales de aumento de productividad, de
integración y de expansión hacia nuevas zonas, no permiten augurar un freno a la pérdida de puestos de
trabajo" (Coniglio, 1996:19).
c) Los pequeños viñateros de San Juan, y en menor medida de Mendoza, no han podido reconvertir sus
viñedos para reorientarlos desde una producción destinada al consumo interno de fruta y vino común de mesa,
hacia otra de vino fino para segmentos de elevado nivel de ingresos y hacia la exportación, por falta de crédito
y asistencia técnica. La medida oficial de apoyo a la impostergable reconversión, consistió en aprobar normas
de diferimiento, por 10 años, de la exigencia de pagos de impuestos a quienes presenten programas de
reconversión y/o implantación de vides aptas para la nueva etapa productiva. A este mecanismo sólo pueden
acceder quienes tienen recursos financieros inmovilizables (el viñedo produce uva luego de 3 y hasta 5 años a
partir de la plantación de la vid) y que no necesitan obtener ingresos para la subsistencia en el período citado.
El pequeño productor, como no posee tales recursos financieros y no dispone de ingresos adicionales, tiene
sólo una opción abierta: buscar otra actividad, tratando en lo posible de conservar el predio o, finalmente,
abandonarlo. Eso es lo que ha estado ocurriendo en los últimos años. El segmento que puede avanzar en la
iniciativa reestructuradora está claramente liderado por tres grupos económicos concentrados, con base
histórica en la industria vitivinícola y con intereses en otros sectores de la economía nacional (Peñaflor,
Cartelloni y Catena) . Ellos son los ganadores en este proceso, frente a la perdedora presencia de miles de
pequeños productores que no tienen una posibilidad cierta de encarar la reconversión o la puesta en valor de
nuevas tierras, del mismo modo que la llevan adelante los citados núcleos de empresarios de gran dimensión.
Este proceso ha sido detalladamente estudiado por un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de
San Juan. De sus conclusiones, se aprecia que los grandes grupos económicos que han hecho inversiones
significativas en cepas adecuadas, para producir vino de calidad competitivo internacionalmente, se han
incorporado a los sistemas de promoción estatal articulados en torno del diferimiento de las cargas impositivas
por lo menos en 10 años. Estos consisten "... en una forma encubierta de crédito o subsidio pero que impone
la obligación de localizar o desarrollar una empresa agrícola en el territorio provincial" (Gago y de la Torre,
Málaga, 1995:132). Al no establecerse ninguna limitación ni requisito específico para la inversión
correspondiente, los agentes económicos que intervienen son los de mayor dimensión económica - la mayoría
de los cuales son extraprovinciales - que no solamente están en cadenas productivas altamente integradas,
sino que tienen presencia en el eslabón de comercialización-distribución, lo que supone un factor estratégico
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de concentración económica (Gago y de la Torre, Málaga, op.cit.:132).
Las presentaciones efectuadas, según un informe fechado en 1995, preveían un sustancial incremento de la
superficie dedicada a la actividad agrícola en San Juan, especialmente en el rubro vitivinícola. Los proyectos
son necesariamente intensivos en capital, pues exigen cuantiosas inversiones y mejoras extraordinarias
(desmonte, nivelación, riego) y ordinarias (alambrado, construcciones, plantaciones, perforaciones y equipos),
además de la aplicación de tecnología de riego por goteo y microaspersión (Allub, 1994). Por supuesto que sin
apoyo crediticio promocionado ni orientación derivada de la asistencia técnica, es lógico que la pequeña
agricultura de riego, con un producto tradicional con dificultades de ingreso al mercado de consumo y sin las
innovaciones técnológicas para reconvertirse, vaya perdiendo espacio y posibilidad de subsistencia.
Se verifican, así, procesos de emigración incontrolada, con el consecuente aumento de la marginalidad social
en las aglomeraciones urbanas cercanas o el traspaso de los pequeños productores al rol de asalariados de los
nuevos emprendimientos promocionados, que se emplean en la etapa de implantación de las nuevas
actividades. Superado el período de incorporación de las nuevas actividades intensivas en capital, gran parte
de quienes hoy se encuentran operando en ese proceso no tendrán lugar en la estructura empresarial,
altamente tecnificada y poco demandante de fuerza de trabajo.
Coincide con esta afirmación la revista Novedades Económicas. En el documento respectivo se expresa que "...
los diferimientos impositivos producirán la aceleración de un proceso, que igualmente estaba desarrollándose,
orientado a la desaparición de los pequeños productores que tienen costos no sustentables ocasionados por
problemas de escala y de permanencia de empresas rentables por su organización..." (Los Andes, noviembre
13, 1994:8).
e) El proceso de deterioro en la actividad azucarera tucumana reconoce una historia extensa, pero se ha
agudizado en los más recientes años por la total ausencia de regulación interna, la incapacidad de los
pequeños productores de modificar su perfil productivo sin apoyo financiero externo y el paulatino
debilitamiento de la demanda nacional. La emigración desde las pequeñas fincas ha aumentado y no existen
perspectivas ciertas de un proceso ordenado de transformación de la actividad agrícola basada sobre el
minifundio cañero sin un plan articulado con los productores, del que hoy se carece por falta de presencia del
estado en el proceso respectivo. Así lo atestiguan diversos estudios recientes, incluyendo el que realizamos en
colaboración con Nora Marqués un par de años atrás. Allí se expresa que la configuración del sector cañero
tucumano muestra una elevada concentración en la pequeña unidad campesina, que reúne no menos de 60%
del total de los productores de caña (alrededor de 7.000 sobre 11.000 agentes económicos dedicados a este
cultivo perenne).
Las características más relevantes de este conjunto social consisten en la producción a elevados costos en
términos relativos, respecto de los obtenidos en fincas de mayor tamaño, bajos rendimientos, uso de
tecnología atrasada, serias dificultades para acceder a precios remunerativos en las transacciones con los
industriales y total imposibilidad de obtener apoyo crediticio de fomento. El análisis efectuado apunta, además
a que numerosos campesinos cañeros trabajan temporariamente fuera del predio ( como los algodoneros), lo
que les permite seguir produciendo caña. Por otra parte, "... los más pequeños ni siquiera se integran al
sistema cooperativo, sino que continúan con prácticas históricas de vinculación directa con un ingenio; todo
esto, sumado a su pequeño tamaño, esboza una configuración extremadamente compleja y dificulta el hallazgo
de salidas viables..." (Marqués y Rofman, 1994:14). Este panorama lleva a procesos de expulsión que ya se
estaban produciendo en el año consignado y a una perspectiva altamente desfavorable a futuro, dadas las
exigencias de competitividad planteadas por la potencial competencia brasileña. Es por ello que en las
conclusiones del trabajo planteábamos que, enfrentados los productores locales a la reestructuración de la
actividad debido al desafío de la futura inserción en el Mercosur, se presenta un conjunto de interrogantes
relativos a dicha reconversión. La respuesta revela que, si se deja actuar libremente a las fuerzas del
mercado , tal como postula el actual modelo de desregulación estatal, "... lo más probable es que se
profundice la incipiente alternativa actual: la expulsión de los actores más débiles a la espera de que el
achicamiento signifique que queden los actores más eficientes..." (Marqués y Rofman, op.cit.:17).
Si este es el panorama generalizado en la actividad azucarera tucumana, el proceso productivo en los grandes
ingenios de Salta y Jujuy muestra un perfil diferente, aunque con similares consecuencias económicas y
sociales. El caso paradigmático es el del Ingenio Ledesma, en el norte jujeño. Sus propietarios encararon,
pocos años atrás, un profundo proceso reestructurador en su actividad productiva, que difiere de la tucumana
en tanto se asienta sobre una economía de plantación con grandes extensiones propias de cañaverales y
fuerza de trabajo asalariada. Esa reconversión liberó miles de trabajadores sin perspectivas laborales ciertas,
pues todos ellos habitan la ciudad de Libertador Gral. San Martín, cercana al ingenio, que posee
aproximadamente 60.000 pobladores totalmente dependientes del destino de dicha empresa. La acentuada
desocupación allí reinante, la incesante renovación de los despidos por la ininterrumpida incorporación de
procesos técnicos innovativos y la ausencia de planes de reinserción de la fuerza de trabajo desempleada
generaron las conocidas protestas sociales, plenamente justificadas ante la total inacción estatal, la carencia
de una red de protección social en forma de seguro de desempleo para los desocupados y el incierto futuro
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Siembra directa (labranza cero)
Fusiones de las “BigSix” en 5 años
• Dow Chemichals + DuPont
• Syngenta + ChemChina
• Monsanto+Bayer
Monocultivos: la amenaza de los "desiertos verdes" de hoy para la producción
alimentaria de mañana
febrero 28, 2019 THE NATURE CONSERVANCY
Por Ginya Truitt Nakata, Ex-Directora de Tierras, América Latina
Hace un siglo, los científicos, la agroindustria, los agricultores y los formuladores de políticas vieron un mundo
con una población cada vez mayor y sistemas de producción agrícola que no serían capaces de mantenerse al
día. La agricultura necesitaba expandirse, intensificarse y volverse más productiva, pero, ¿cómo?
Estimulados por las predicciones de que el mundo se quedaría sin alimentos, las innovaciones comenzaron a
tomar forma. Los químicos descubrieron cómo extraer nitrógeno literalmente del aire (obteniendo por ello el
Premio Nobel en 1918), un paso importante en el desarrollo de los fertilizantes sintéticos que posteriormente
permitieron que la producción de cultivos creciera a pasos agigantados. Siguieron mejoras en los pesticidas y
herbicidas, junto con las variedades de plantas más resilientes, lo que fortaleció aún más la agricultura en el
mundo entero.
Como resultado directo de todo esto, durante los últimos 50 años, mientras que la población mundial se ha
duplicado y las demandas sobre la agricultura mundial se han triplicado, la proporción de personas que sufren
de hambre se ha reducido a la mitad. Hay aún demasiadas personas que padecen de hambre y desnutrición en el
mundo (más de 800 millones según las Naciones Unidas), pero sin duda, ha habido un gran progreso.
Progreso, sí, pero no problema resuelto. En cierta forma, estamos de vuelta donde empezamos, mirando el
futuro y preguntándonos cómo es que vamos a alimentar a todas esas otras personas que pronto habitarán
nuestro mundo. Excepto que ahora debemos hacerlo en medio de los efectos del cambio climático y sin
convertir en tierras de cultivo lo que queda de nuestras selvas tropicales, sabanas y otras áreas naturales
sensibles.
Sin embargo, existe un desafío aún mayor, en gran parte ignorado, que tiene que ver con las consecuencias
involuntarias de los esfuerzos bienintencionados para producir más alimentos de cada hectárea de tierra. No
solo nos referimos a los fertilizantes sintéticos y otros insumos químicos, sino también, lo que es más crítico, las
técnicas de cultivo a gran escala que los mismos han ayudado a generar. Específicamente, la tendencia hacia las
prácticas agrícolas industriales como el monocultivo ha dado lugar a vastas áreas (incluso biomas enteros) que
han sido esencialmente despejadas de todas las variedades de plantas excepto una o dos, como la soja, la caña
de azúcar, el maíz o el trigo.
Los productores no han creado esta situación por su cuenta. Más bien, han estado respondiendo a un mercado
que exige eficiencias de producción a corto plazo y en el cual el 60 por ciento de la ingesta calórica global
proviene de solo cinco cultivos. El resultado final, sin embargo, es la creación de "desiertos verdes", un ataque
final a la Madre Naturaleza que hace que estos cultivos no solo sean perjudiciales para el medio ambiente, sino
también una amenaza a largo plazo para la agricultura en sí. Esto se debe a que el hecho de cultivar solo uno o
dos tipos de plantas sobre vastas extensiones de tierra crea una espiral destructivo que agota los nutrientes del
suelo, dejándolo débil e incapaz de soportar el crecimiento saludable de las plantas sin agregar cantidades cada
vez mayores de fertilizantes sintéticos. También crea nuevas oportunidades para las plagas, malas hierbas y
enfermedades que un paisaje con mayor biodiversidad normalmente suprimiría por sí solo, lo que da lugar a la
necesidad de aplicar más y más fuertes productos químicos para combatirlas.
En los cultivos de soja de Brasil, la enfermedad de moho asiático se ha vuelto tan resistente a los tratamientos
químicos que muchos agricultores ahora tienen que pulverizarla varias veces en el transcurso de su temporada
de crecimiento, lo que disminuye aún más la salud del suelo, el agua subterránea y la biodiversidad. De forma
similar, los productores de soja en los EE.UU. y América Latina están hallando que los herbicidas relativamente
menos tóxicos, como el glifosato, también conocido por su nombre de marca Roundup, no funcionan tan
eficazmente como antes, lo que lleva a muchos a cambiar a químicos más fuertes que son más destructivos para
la biodiversidad local. Y los investigadores han descubierto que la reducción de la diversidad de plantas en un
área agrícola puede, en sí misma, atraer a un mayor número de insectos que destruyen los cultivos, en gran parte
porque es tan fácil para ellos proliferar cuando su comida favorita está a su alrededor.
En vista de todos estos factores, cultivar en los desiertos verdes, con aplicaciones crecientes de insumos puede
realizarse hasta cierto punto, depués de lo cual la salud del suelo colapsa, las plagas y enfermedades se vuelven
intolerables y la tierra pierde su productividad. Y con eso desaparece la capacidad de los sistemas agrícolas
globales para mantenerse a la par con la creciente demanda de alimentos. Al confiar en las prácticas agrícolas
que reducen la diversidad de plantas en áreas extensas, estamos creando resistencia a plagas y enfermedades, lo
cual nos hará retroceder 50 años en términos de nuestra capacidad para producir alimentos.
Entonces, ¿cuál es la respuesta a este dilema?
Como dijo Albert Einstein: "no podemos resolver nuestros problemas con el mismo pensamiento que usamos
cuando los creamos". Necesitamos reflexionar nuevamente y efectuar cambios fundamentales en los sistemas
agrícolas mundiales, y podemos comenzar por ubicar la biodiversidad y la salud del suelo al frente de la agenda
global. Sí, necesitamos salvaguardar áreas naturales críticas como las selvas tropicales y las sabanas. Pero
igualmente importante es salvar nuestra capacidad futura para producir alimentos. El hecho de que no exista una
Declaración de Nueva York para reducir las prácticas de monocultivos indica que nunca hemos considerado
seriamente ninguna alternativa, ¡lo cual es una locura! El noventa por ciento de los alimentos del mundo se
origina en la tierra. Y las técnicas agrícolas diversificadas que realmente mejoran la salud del suelo y la
biodiversidad han demostrado ser más rentables y productivas a largo plazo que las que en la actualidad nos
están llevando hacia el colapso de los ecosistemas.
Pero eso no quiere decir que hacer este cambio vaya a ser un asunto simple. Estamos hablando de un cambio
radical en la forma en que ahora se lleva a cabo gran parte de la agricultura mundial. Para lograrlo, se requerirá
un mayor enfoque en la innovación y la ampliación de las tecnologías nacientes que han demostrado ser muy
prometedoras para restaurar y mejorar la biodiversidad en las tierras agrícolas, y hacerlo de una manera que
permita a los productores cultivar alimentos más sanos y rentables en perpetuidad. Esto incluye utilizar aditivos
microbianos y otros aditivos biológicos para enriquecer los suelos, así como sistemas de cultivo de cobertura
continua que conservarán la salud del suelo complementando los cultivos comerciales. Lo que se necesita es un
mayor enfoque de inversión y política destinado a llevar estas innovaciones al mercado y apoyar su adopción a
gran escala.
El hecho de que no exista una Declaración de Nueva York para reducir las prácticas de monocultivos indica que
nunca hemos considerado seriamente ninguna alternativa.
Un rayo de esperanza para impulsar esta inversión lo ofrece la reciente creación del Índice de
Agrobiodiversidad por parte de la organización mundial de investigación Bioversity International. El índice
proporcionará a los tomadores de decisiones información crítica y un conjunto de estándares para medir la
agrobiodiversidad en las dietas, la producción de alimentos y los recursos genéticos, con miras a aumentar su
comprensión de cómo la agrobiodiversidad afecta la producción de alimentos e identificar acciones concretas
para lograr sistemas alimentarios diversos y verdaderamente sostenibles para la creciente población mundial.
Puede parecer una tarea difícil, pero hemos estado aquí antes. Científicos, productores y formuladores de
políticas han enfrentado desafíos de seguridad alimentaria en épocas anteriores, desarrollando soluciones
milagrosas que cambiaron completamente la agricultura. Una vez más, es hora de reactivar nuestros sistemas
agrícolas globales, esta vez para ponerlos a la par de mantener las tierras saludables para que puedan continuar
alimentando a la humanidad durante muchas, muchas generaciones por venir.
Traducción al español del artículo originalmente publicado en el blog “Global Food for Thought” del Chicago
Council on Global Affairs el 28 de febrero 2019.
Federico Zuberman1
Agricultura Industrial
y Agronegocio
Una mirada desde la economía ecológica
a un problema regional
La discusión acerca de las implicancias y los impactos del modelo de agronegocios y agricultura industrial podría darse a distintos niveles y escalas. Prueba de esto es la multiplicidad de trabajos que desarrollan el problema en determinadas zonas de nuestro país, a nivel nacional, regional e incluso a nivel global,
así como para algún cultivo en particular o para distintos tipos de aplicaciones
de estas formas de agricultura. En el caso de la Argentina la mención a la soja y
al modelo agrosojero ha cobrado un protagonismo casi excluyente. Es entendible que con una producción de más de 50 millones de toneladas anuales, lo que
representa casi el 50% de toda la producción granífera del país, y habiendo incrementado la superficie sembrada con este cultivo de 5 a 18 millones de hectáreas
en los últimos 20 años, la soja haya prácticamente monopolizado la discusión.
De todas maneras sería interesante considerar el problema y la expansión de la
soja, no solo a nivel nacional sino a nivel regional.
La expansión del cultivo de soja y del denominado complejo oleaginoso
ha tenido dinámicas muy similares en países vecinos, lo que obliga a hacer una
reflexión: si forman parte de un mismo problema, debería ensayarse una misma
solución, regional, integrada y de manera conjunta. Este capítulo apunta a integrar el análisis, con información referente a las implicancias económicas y ambientales que suelen estar divididas y desagregadas por país, para inducir, en cambio,
a construir una mirada regional del problema. Por otra parte, se pretende hacer
hincapié en que un análisis económico del problema no puede restringirse a una
simple cuestión de análisis de precios o números crematísticos2 aislados del sustrato ambiental y social que son los contenedores del sistema.
1
Ingeniero Agrónomo por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Ha
completado los cursos de la Maestría en Economía Social de la Universidad Nacional de General Sarmiento (ungs).
Actualmente se desemplea como Investigador Docente en el Instituto del Conurbano de la ungs.
2
Crematístico: interés pecuniario de un negocio. Real Academia Española (N. del E.).
13
FEDERICO ZUBERMAN
AGRICULTURA INDUSTRIAL Y AGRONEGOCIO
LA SOJA EN EL CONO SUR:
LA LLEGADA DE LAS REVOLUCIONES
El crecimiento, tanto en importancia económica como en expansión territorial, que ha tenido el cultivo de soja en los últimos años ha anclado fuertemente
en los países de nuestra región, transformando significativamente su economía,
su ambiente, sus actividades agropecuarias y el perfil de sus productores.
Desde su aparición en el mercado mundial a mediados de los años sesenta, el cultivo de soja ha ido expendiéndose en el mundo de manera pareja casi
a un nivel exponencial. En aquel momento inicial eran apenas China y Estados
Unidos los dos países productores destacados. Recién a mediados de la década
del setenta, comenzaron a entrar en escena como grandes productores y exportadores de esta oleaginosa los países de Sudamérica, principalmente Brasil,
Argentina y Paraguay.
en México por el premio Nobel de la Paz de 1970, Norman Bourlaug. Si bien la
Revolución Verde consistió centralmente en una fuerte inversión tecnológica en
la producción agrícola para incrementar los rendimientos también fue pensada
como una alternativa para frenar el fantasma de las “revoluciones rojas”3 que en
aquella época recorría los países del tercer mundo.
Evolución histórica de la siembra de soja en la Argentina, Brasil y Paraguay
25.000.000,00 Has
Argentina
Brasil
20.000.000,00 Has
Paraguay
15.000.000,00 Has
10.000.000,00 Has
5.000.000,00 Has
250.000.000,00
0,00 Has
1961 1964 1967 1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000 2003 2006 2009
200.000.000,00
Gráfico 2. Fuente: Elaboración propia en base a datos del Departamento de Agricultura
de los Estados Unidos (usda, 2011) y División Estadística de la fao (faostat, 2011)
150.000.000,00
100.000.000,00
50.000.000,00
0,00
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
199 4
1997
2000
2003
2006
2009
Producción (Tn)
Gráfico 1. Elaboración propia en base a datos de Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (fao, por su sigla en Inglés) (faostat, 2011)
El posicionamiento de estos países como grandes productores de soja no
fue un hecho aislado. Si bien los países del Cono Sur desde fines del siglo pasado ya estaban inmersos en el mercado global por medio de modelos de tipo
agroexportador y con economías de perfil fuertemente primario, para entender
la situación actual resulta imprescindible repasar y caracterizar dos procesos que
se dieron en la reciente historia agrícola global. El primero de ellos fue el de la
denominada Revolución Verde. Originada puertas adentro de los laboratorios
entre 1940 y 1950, se expandió posteriormente a otras regiones del globo, en primer término Asia y África, y luego Latinoamérica. Con el argumento de paliar
las hambrunas en estas regiones y con el aval de proyecciones demográficas que
indicaban la necesidad de incrementar la producción de alimentos para solucionar una futura falta de abastecimiento global, se apuntó a la difusión de cultivares de alto rendimiento, en especial los conocidos trigos enanos desarrollados
14
La Revolución Verde cambió por completo las formas de producción agropecuaria en el mundo en general y particularmente en Asia y América Latina. De una
agricultura de tracción a sangre donde el agricultor era quien seleccionaba y mejoraba la dotación genética de sus cultivos, se pasó a una totalmente mecanizada y de
altos rendimientos, donde las semillas serían proveídas año tras año por compañías
semilleras y donde para obtener los rendimientos esperados se recurriría a aplicar
un paquete de fertilizantes, pesticidas y herbicidas. Esta nueva forma de producir
alimentos implicó además un salto en el consumo mundial de petróleo y marcó un
giro en la industria química, bioquímica y farmacológica. Si esta modernización tecnológica del agro trajo un incremento en la producción –sostenida en los altos inputs
energéticos provenientes de combustibles fósiles–, tuvo como contrapartida la aparición de fuertes transformaciones sociales, económicas y ambientales (Pengue, 2005).
La transferencia de estos cambios tecnológicos desde los laboratorios hacia
esas zonas de alto potencial agrícola, se vio favorecida por el contexto económico
global de libre movilidad de capitales que se inició en los años setenta. Con la
caída de Bretton Woods4 y la liberación de las barreras al comercio internacional
3
“Revoluciones Rojas” hace referencia tanto a las revoluciones de inspiración comunista, como también a
los movimientos independentistas de liberación nacional de África y los movimientos guerrilleros de América Latina. A
pesar de las divergencias, todas representaron un importante peligro para el statu quo del capitalismo central.
4
Este acuerdo (1944) pretendía establecer un Nuevo Orden Económico Internacional que regule las
transacciones financieras, estableciendo tipos de cambio fijos de acuerdo a la relación dólar-oro, otorgando rigidez
y estabilidad acompañados de crecimiento económico. A comienzos del setenta esta política se abandonó. El dólar
dejó de ser convertible a oro y a la crisis de estancamiento y la inflación (estanflación) de los países centrales se las
pretende afrontar liberando al máximo la circulación internacional de capitales y dinamizando el mercado global.
15
FEDERICO ZUBERMAN
y a los movimientos financieros, se potenció la difusión de esta nueva forma de
agricultura permitiendo a estas compañías desembarcar con sus nuevas tecnologías en los países más distantes del tercer mundo. De esta manera, grandes
empresas de capitales trasnacionales, desde laboratorios químicos, semilleras,
industrias motrices, hasta comercializadoras exportadoras se adueñaron de la
mayor parte del mercado agrícola internacional.
Este cambio de rumbo tecnológico desembarcó en la Argentina ya avanzados los años setenta, acompañando el mismo proceso neoliberal que se iniciaba
en el resto de los países latinoamericanos. Y tal como había sucedido a fines del
siglo xix y principios del xx, se apuntaba nuevamente a un modelo de producción traccionado por y destinado a los mercados internacionales. De esa manera
se cerraba una vez más, tanto en nuestro país como en el resto de la región, una
etapa de consolidación de los mercados internos y de regulaciones con ciertos
beneficios a pequeños productores y trabajadores rurales (Teubal, 2001). Paralelamente se comenzaba a modificar la imagen del productor agrícola, idealizado
ahora con un perfil de tipo empresarial, con otra relación con el capital financiero, con nuevos tipos de contratos, con algunos cambios en la estructura de la
tenencia de la tierra y, sobre todo, con una marcada dependencia de las empresas
proveedoras de insumos y comercializadoras (Hernández, 2009).
Si bien este proceso sentó las bases del actual modelo de agronegocios y
agricultura industrial, todavía faltaba un nuevo salto que llegaría en la década de
los noventa, con la consolidación de la reestructuración neoliberal de los países
de América del Sur. Así como la innovación de los híbridos y el paquete tecnológico que traía la Revolución Verde se asentó en un contexto económico global
que permitió su posterior difusión, un proceso similar ocurriría en la última década del siglo xx con la denominada Biorevolución o Revolución Biotecnológica. Este giro tecnológico fue, tal vez a diferencia del anterior, un salto cualitativo
en la historia de la humanidad. Por primera vez se lograba la manipulación genética en organismos vegetales y la ingeniería genética alcanzaba la posibilidad
de intercambiar genes de especies de distintos reinos.
En el caso particular de la soja, la Revolución Biotecnológica significó la
introducción del gen5 proveniente de una bacteria (Agrobacterium tumefaciens) el
cual le otorgaba a la planta la capacidad de codificar una enzima que le brindara
resistencia a la acción del glifosato. Ése fue el evento “40-3-2”, patentado originalmente por la compañía norteamericana Monsanto, que dio lugar a la conocida soja rr (Round Up Ready6). Para ese entonces Monsanto ya dominaba buena
parte del mercado mundial de los herbicidas con su producto más conocido, el
Round Up, herbicida de amplio espectro, cuyo principio activo era el glifosato. De
esta manera Monsanto pasaba a ser la oferente de un combo que la posicionaba
con las mayores ventajas del mercado.
5
En rigor se habla de eventos genéticos, ya que lo que se introduce no es un gen delimitado, con
la capacidad de codificar una sola proteína, sino un paquete genético, que puede contener uno o más genes,
promotores, virus, etc.
6
16
En castellano: Resistente al Round Up, herbicida asociado a este evento transgénico (N. del E.).
AGRICULTURA INDUSTRIAL Y AGRONEGOCIO
A diferencia de la Revolución Verde, la Biorevolución entró muy rápidamente en la Argentina. El paso inicial fue la creación de la Comisión Nacional
Asesora en Biotecnología Agropecuaria (conabia) en 1991. Este organismo, que
debía ocuparse del asesoramiento y la regulación de la liberación de la utilización
de materiales vegetales y animales obtenidos mediante ingeniería genética, fue
integrado por representantes del sector público (el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -inta- y el Instituto Nacional de Semillas -inase-) y por
representantes de empresas interesadas en el asunto como Syngenta, Monsanto y
Novartis. En pocos años, esta comisión aprobaría la liberación y el uso de la soja
rr, punta de lanza de este nuevo modelo. La rápida difusión de este nuevo paquete de bajo costo monetario, hizo que en solo dos años Argentina se convierta
en el segundo mayor productor de soja transgénica, detrás de Estados Unidos. Se
podría decir que fue casi un laboratorio a escala nacional, que implicó en aquel
momento 7 millones de hectáreas sembradas con soja.
El uso y la comercialización de cultivos transgénicos fueron menos
flexibles en los otros países de la región. En Brasil, si bien es sabido que a fines
de los noventa se introdujeron de forma ilegal desde Argentina algunas variedades transgénicas de soja, maíz y algodón, su comercialización estuvo prohibida
por varios años gracias a distintas medidas cautelares (Dellacha y otros, 2003).
Luego de avances y retrocesos, y de diferencias entre gobiernos provinciales y
gobiernos estaduales, recién en el año 2005 la Ley de Bioseguridad le dio el poder
a la Comisión Nacional Técnica de Biotecnología (cntBio) de aprobar el uso y la
comercialización de cultivos genéticamente modificados.
En Paraguay, al igual que en Brasil, la introducción de soja transgénica se
hizo desde fines de la década del noventa, por medio del contrabando de semillas
desde Argentina. Sin embargo, la liberación legal de transgénicos para comercialización y cultivo se hizo de forma mucho más tardía y también más polémica,
incluso con claros ribetes políticos. El primer cultivo transgénico permitido fue la
soja rr, luego de un acuerdo entre Monsanto y algunas cámaras de productores
que se llamó Acuerdo Marco sobre Incorporación de Biotecnología Agrícola, firmando en Septiembre del 2004. Este acuerdo, que incluía la liberación de cuatro
variedades de soja, permitía a Monsanto cobrar regalías por el uso de los eventos
transgénicos, mientras que la empresa se comprometía a contribuir con inversiones en materia de investigación en biotecnología. A pesar del avance que tuvo la
soja transgénica desde el año 2004 y desde la creación del Instituto Nacional de
Biotecnología Agrícola (inbio) en el año 2006 ­­­­­­­­­­­­­­­­–el cual se formó con el propósito
de promover el ingreso al país y el desarrollo de nuevos cultivos transgénicos–,
hubo una resistencia muy fuerte, sobre todo desde movimientos campesinos e
indígenas, a la introducción de variedades transgénicas de algodón y maíz. En
agosto de 2012, a tan solo dos meses del golpe parlamentario que destituyera a
Fernando Lugo7, el presidente Federico Franco aprobó el ingreso del algodón
7
El 15 de junio de 2012, en la localidad paraguaya de Curuguaty, se produjo un desalojo de terrenos
fiscales donde estaban asentados campesinos sin tierras, en el cual murieron 11 campesinos y 6 policías. En una
investigación totalmente irregular, fueron imputados 12 campesinos. Siete días después, se llevó adelante un golpe
parlamentario al presidente Fernando Lugo, a través de un “juicio” que duró menos de 24 horas (N. del E.).
17
FEDERICO ZUBERMAN
transgénico. Y luego de importantes presiones por parte de Monsanto y determinados sectores de la producción agrícola, en octubre de 2012 se terminaron
aprobando cuatro variedades de maíz transgénico (Carvallo, 2013).
Pero con o sin transgénicos la expansión del modelo de agronegocios se
consolidó de manera bastante generalizada en la región. Aún con las mencionadas diferencias en políticas internas y en el grado y la velocidad con que se dieron
tales medidas, la región en su conjunto avanzó hacia un modelo de corte neoliberal, de desregulación de la economía, de apertura comercial y de retracción del
Estado. Y esta impronta se vio fuertemente expresada en las transformaciones
que sufrió el agro. En la Argentina, por ejemplo, se disolvió la Junta Nacional de
Granos8, que era quien centralizaba la venta de granos al exterior regulando los
volúmenes y controlando la fluctuación de precios. En Paraguay, si bien ya regía
una economía abierta para la exportación de commodities9, se redujeron drásticamente los aranceles, a niveles casi nulos. En Brasil, con un proceso y una herencia
algo diferentes, las exportaciones también aumentaron de manera explosiva.
En este marco, distintas empresas comercializadoras de granos de capitales
trasnacionales pasaron a dominar casi por completo las exportaciones de commodities. Por otra parte, y a la par de lo que ocurría en el plano económico y comercial,
cabe remarcar el desfinanciamiento y desguace de las principales instituciones de
investigación y desarrollo de cada nación, lo que abrió el juego a que sean las empresas privadas y los laboratorios quienes manejaran el grueso de las investigaciones en
tecnología agropecuaria en difusión y adaptación (Calandra, 2007; Hurtado, 2010).
LA CUENCA DEL PARANÁ COMO NÚCLEO
DE LA PRODUCCIÓN MUNDIAL DE SOJA10
Resulta interesante entonces regionalizar el análisis y considerar a los
países del Cono Sur como parte de un modelo que ha anclado territorialmente
en esta región. Brasil, Argentina y Paraguay, son los máximos productores de
soja en América del Sur, figurando además entre los siete máximos productores
mundiales. Territorialmente estos países están conectados por uno de los cursos
de agua más importantes del continente: el Río Paraná. En su recorrido, de unos
4.700 km, conforma una cuenca que abarca una superficie de avenamiento de
unos 2.800.000 km2. Dicha cuenca incluye además a la subcuenca del Río Paraguay y forma parte, junto al Río Uruguay, de la Cuenca del Plata, conformando
así el segundo sistema hídrico más grande de Sudamérica y el quinto del mundo.
El territorio en cuestión abarca territorios de Brasil, Paraguay, Bolivia y Argenti8
Fue disuelta en el año 1991, mediante el decreto Nº 2284/91 elaborado por el entonces Ministro de
Economía Domingo Cavallo bajo la presidencia de Carlos Menem (N. del E.).
9
Commodities: término derivado del inglés, en castellano sería materia prima, son los bienes o
productos cuyo valor se fija en el mercado internacional (N. del E.).
10
Este apartado ha sido tomado del trabajo “La Cuenca del Río Paraná: núcleo central de la producción
mundial de soja” presentado en el v Congreso Iberoamericano sobre Desarrollo y Ambiente de Redibec y v jornadas
de la Asociación Argentino Uruguaya de Economía Ecológica. 12 al 14 de septiembre. Santa Fe, Argentina.
18
AGRICULTURA INDUSTRIAL Y AGRONEGOCIO
na, y de considerarse el sistema hídrico completo, también la República Oriental
del Uruguay. Es sin dudas la zona más poblada y más industrializada de todo el
continente: se calculan unos 75 millones de habitantes en la propia cuenca del
Paraná y unos 90 millones en el complejo hídrico del Plata. En efecto, su recorrido atraviesa el Estado de San Pablo –el más poblado de Brasil, responsable de
un tercio del Producto Bruto Interno brasilero y cuya capital homónima es la
segunda ciudad más grande del mundo– y el eje fluvial industrial Santa Fe-La
Plata, el cual también concentra la mayor actividad industrial de la Argentina.
La actividad agropecuaria, por su parte, al igual que las actividades industriales
y de producción de energía, resulta notablemente significativa, al punto que es
generadora de grandes transformaciones que traspasan los límites de la región.
Pero además de estos importantes usos que provee la cuenca, la región
alberga y es fuente de muchos recursos y servicios ambientales11 que tienen
un valor fundamental no solo para sus poblaciones y las del continente sino
para el resto del mundo. Allí se encuentran diversos biomas, o ecorregiones según el caso, con características muy particulares. Algunos ya severamente transformados o degradados y otros en vías de degradación: la Selva
Paranaense, El Pantanal, las Yungas, el Altiplano, El Chaco, los Esteros del
Iberá, el Pastizal Pampeano, el Delta, entre otros, son ecosistemas únicos
en el mundo y de importante valor ecológico. Allí se encuentra uno de los
sistemas de humedales más grandes del mundo, comprendiendo también las
zonas de carga y descarga del acuífero Guaraní.
El efecto sinérgico entre esas condiciones agroecológicas, el alto nivel de
industrialización y las múltiples posibilidades de conexión portuaria que provee
el Paraná con su hidrovía, ha generado en los países de la cuenca profundas
transformaciones en términos de su producción agrícola y en particular de lo
que se da en llamar el “complejo oleaginoso” (Latuada y otros, 1999). Gran parte
de estas condiciones han contribuido a que la región sea el sustrato edáfico de un
sector de la producción agropecuaria con mayor importancia mundial. Si tomáramos, en efecto, las estadísticas globales de producción agrícola contabilizando
de manera conjunta a los países que integran la cuenca, visualizaríamos con mayor claridad la importancia estratégica que tiene esta región. El mayor productor
de granos de soja desde 1960 sigue siendo Estados Unidos, secundado por Brasil,
mientras que la Argentina se encuentra en tercer lugar. Sin embargo, tal como se
ilustra en el Gráfico 3, los países pertenecientes a la Cuenca del Paraná, es decir
Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia en forma conjunta, conforman el aglomerado de mayor producción de soja a nivel mundial desde hace casi una década12.
11
En este caso, hacer referencia al valor de los servicios ambientales no debe confundirse con la postura
que pretende hacer una valoración crematística de los bienes naturales, asignando posibles precios a las funciones y los
servicios ecosistémicos como la elaborada por Costanza y otros (1997). Sino que hace referencia al beneficio, provecho o
utilidad que el ecosistema brinda. Para un mayor entendimiento ver: Gómez-Baggethun y De Groot (2007).
12
Tanto en Bolivia como en Paraguay la totalidad de la soja producida se da en terrenos pertenecientes
a la Cuenca del Paraná. No ocurre lo mismo en Brasil y en Argentina. En Brasil, los Cerrados constituyen una importante zona de expansión actual de la agricultura así como también lo es un sector de la Amazonía, los cuales no
pertenecen a esta cuenca. En la Argentina queda excluido un sector de la Pampa Arenosa y el Sudeste Bonaerense.
19
¿Qué nos propone la Agroecología?
La SAAE se constituye para aglutinar los esfuerzos científicos, de investigación, extensión y
docencia en Agroecología, así como también de agricultores, agricultoras y otras personas
dedicadas al desarrollo de agroecosistemas sustentables fundamentados en los principios
agroecológicos.
El objetivo de la SAAE es promover los principios agroecológicos en la sociedad, la soberanía
alimentaria, la calidad de los alimentos y la conservación de los bienes naturales comunes,
mediante la utilización óptima de los recursos locales, potenciando las culturas rurales, los
valores éticos del buen vivir, la igualdad de géneros, la calidad de vida de la población, en
particular la de integrantes de la agricultura familiar y campesina y de las comunidades
indígenas de la región.
Para ello creemos que es necesario desarrollar sistemas agroalimentarios sustentables
mediante la articulación de conocimientos científicos con conocimientos tradicionales, prácticos
y locales de los productores, la producción de alimentos sanos y diversos, la equidad social y la
sustentabilidad ecosistémica de las condiciones de reproducción de la vida, a nivel local,
regional y global, considerando en forma multicriterial el valor de todos los costos y bienes y
servicios generados en el corto, mediano y largo plazo.
Una de las formas de lograrlo es reduciendo la dependencia de insumos externos y tendiendo
hacia una mayor autonomía mediante la potenciación de los servicios ecológicos. En este
sentido, la no utilización de agroquímicos es uno de los objetivos de la agroecología, aunque no
es el único, entendiendo que para ello es necesario transitar un proceso de reconversión de los
sistemas productivos, que puede ser paulatino o no, hacia sistemas diversificados, estables y
resilientes, capaces de producir aprovechando los procesos ecológicos a fin de poder prescindir
del uso de agroquímicos.
Entre otros aspectos, una producción basada en la agroecología pretende:
Producir alimentos variados, abundantes, frescos, sanos y ricos en macro y micronutrientes.
Incrementar los beneficios económicos a partir de la producción variada y la reducción de
costos dada por la minimización en la utilización de insumos externos, del reciclaje y el
aprovechamiento de materiales y energías renovables situadas.
Recrear las tecnologías apropiadas adaptadas al clima, suelo y topografía local basadas en la
cultura y en los modos de descubrir y validar los conocimientos generados en cada comunidad
Prescindir del uso de agroquímicos, entendiendo que para ello es necesario transitar un proceso
de reconversión de los sistemas productivos, que puede ser paulatino o no, hacia sistemas
diversificados, estables y resilientes, capaces de producir aprovechando los procesos ecológicos
para lograr el no uso de agroquímicos.
Promover la salud de los suelos, incrementando el contenido de materia orgánica y la
biodiversidad buscando la mejora de sus características biológicas, físicas y químicas.
Propiciar y enriquecer los flujos, relaciones y ciclos establecidos entre los vegetales y animales,
aspecto fundamental al diseñar y/o manejar agroecosistemas.
Promover el uso y conservación de semillas nativas y criollas, el rescate de variedades
localmente adaptadas y la autoproducción de semillas, buscando características que permitan el
cultivo sin insumos de síntesis química.
Buscar el equilibrio entre los componentes del ecosistema a partir de la recomposición y el
establecimiento de ciclos, flujos y relaciones inter e intraespecíficas, para lograr la
sustentabilidad, resiliencia y estabilidad ecológica a los agroecosistemas; así como la resiliencia
frente al cambio climático.
Incrementar las relaciones entre los productores y los consumidores a través de la
comercialización, aportando a la soberanía alimentaria1.
Alcanzar niveles crecientes de libertad en la toma de decisiones y empoderamiento de las
personas y comunidades, disminuyendo la dependencia del mercado de insumos y productos.
El rechazo de todo tipo de explotación (infantil, laboral, sexual).
Promover el cambio hacia el equilibrio material y espiritual en las personas y sociedades, así
como la relación armoniosa con todas las formas de existencia.
El respeto de las ideas, idiosincrasia, las culturas, cosmovisiones de los y las productores/as y
campesinos/as de los distintas regiones.
El compromiso con la defensa de los territorios ante el avance del modelo extractivista (como el
agronegocio, la megaminería a cielo abierto y la explotación petrolera con fractura hidráulica) y
con el acceso, distribución y tenencia de la tierra.
Promover la articulación entre los diferentes actores sociales, en el proceso de transición
agroecológica, impulsando la generación y aplicación de políticas públicas, programas y planes
que den soporte a los procesos de cambio.
1
La soberanía alimentaria es el DERECHO de los pueblos, de sus países o Uniones de Estados a definir su política
agraria y alimentaria. (https://viacampesina.org/es/quignifica-soberanalimentaria/)
Revista crisis
Tirar el feedlot al asador
El Laboratorio de la revista Crisis continúa su deriva gastronómica. Esta vez los conejillos de indias fueron reunidos en
torno al ritual más atávico y delicioso de la cultura nacional: el asado. Carne de pastura versus carne de feedlot. Cerdo de
campo versus cerdo de criadero. Pollo de granja versus pollo industrial. La reacción del gusto, del paladar, frente a la
evolución irreversible de una industria que produce alimentos visualmente atractivos, con final incierto.
POR: MARIANO CANAL
12 DE ENERO DE 2016
L a mente, el cuerpo y el bolsillo de cualquier argentino –y no me refiero al inexistente argentino
“promedio”, sino a una entidad colectiva mucho más vasta, casi total– conoce la centralidad de la
carne en lo que comemos y, más aún, en lo que preferimos comer. Hay una línea ininterrumpida entre
la ronda gaucha asando a la intemperie a pocos metros de una vaca ajusticiada con el único fin de
sacarle unos kilos de carne, y el ritual civilizado del asado familiar al que inclusive es incorporada la
creciente minoría de vegetarianos, o al menos a sus miembros más tolerantes.
La carne de vaca está en el núcleo del consumo alimentario nacional desde siempre y sus
fluctuaciones a lo largo de la historia fueron un indicador bastante confiable de los ciclos económicos,
de acuerdo con la tendencia al incremento o la disminución del poder adquisitivo de la población. En
2013 el consumo per cápita fue de 64 kilos, el más alto del mundo junto a Uruguay, y desde hace cien
años oscila entre los cuarenta (marca registrada en los años treinta) y los casi cien (en el muy
peronista año 53, récord histórico) kilos anuales. Pero esa centralidad dietética y económica, en los
últimos lustros comenzó a teñirse con la sospecha sobre el tipo de carnes que los frigoríficos
producen, en especial en un período de fuerte reconversión del negocio ganadero, con 10 millones de
hectáreas menos dedicadas a la cría de vacas, que pasaron a formar parte del área agrícola destinada
principalmente a la soja.
Una palabra, feedlot, resume esas inquietudes. La imagen de un grupo de vacas pastando a campo
abierto, engordando lentamente, a sus anchas, hasta que les llegue la hora de la cuchilla, es ya un
recuerdo idealizado de una época pretérita, mientras avanza la modalidad del engorde a corral, un
sistema industrial y estandarizado donde el ganado pasa sus últimos meses adquiriendo peso en
superficies mínimas alimentado a base de maíz, harinas animales y vegetales, medicamentos y
aditivos, que le proporcionan mayor masa muscular. Un sistema que optimiza la ecuación del menor
espacio disponible y de los costos de producción, que sostiene los márgenes de rentabilidad de un
negocio eternamente tensionado por las demandas –siempre en conflicto– del mercado interno y la
exportación.
Pero, en esta metamorfosis imparable de la cadena de producción de la carne, ¿también se juega algo
del orden de lo sensorial? ¿Cuánto tiene para perder el sabor de la carne argentina, tradicionalmente
engordada en las pasturas pampeanas, con la racionalización y el acelere que se impone en esos
criaderos abastecidos de alimento balanceado y antibióticos? Con el avance del feedlot la carne
vacuna parece estar recorriendo un sendero que otras carnes, como el pollo, hace décadas ya
convirtieron en norma, con la crianza intensiva y taylorista, donde hasta la última de las variables está
debidamente ajustada a la rentabilidad.
Aunque múltiples voces y estudios alertan sobre el impacto de estas modificaciones para la salud de
los consumidores y el medio ambiente (el libro de Soledad Barruti, Malcomidos, es una buena y por
momentos escalofriante puerta de entrada a este panorama en rápida transformación), el objetivo del
experimento que reunió a los integrantes del Laboratorio crisis era más acotado: entregarse a una
prueba de doble ciego donde el único juez fuese el gusto, donde se testeara, más allá de los prejuicios,
esa verdad difícil de negar que es la que marca el paladar carnívoro argentino. La metodología,
entonces, fue muy simple: sobre una parrilla piloteada con destreza y paciencia por el cocinero Jorge
Jara (vecino de Florencio Varela), se fueron disponiendo cortes de carne vacuna (asado, vacío y falda)
tanto de animales criados con alimentación de pastura como de reses engordadas en feedlot. Además,
se sumaron a la parrilla carne de pollo y de cerdo, dos segmentos donde las (no tan) nuevas prácticas
de la cría industrializada tienen una alta incidencia en desmedro de los sistemas tradicionales.
Pietro Sorba, italiano radicado en Argentina hace años y uno de los mejores conocedores de nuestras
complejidades culinarias, acompañó al panel de degustadores de la revista mientras ilustraba sobre
cómo nos refugiamos en una burbuja que desconoce buena parte de lo que ocurre con lo que
ingerimos todos los días. Última anotación sobre el material que se sometió a prueba: la carne de vaca
de feedlot fue comprada en una carnicería de Quilmes, al igual que el pollo de criadero; los cortes
alimentados a pastura provenían de una carnicería de Berazategui (en el Barrio Marítimo); y el pollo
de campo se compró en la ExpoSustentable del mismo partido bonaerense a Coego (Cooperativas
Granjeras Entrerrianas de Chacras Orgánicas).
Vacas, chanchos y pollos modelos
Primeras impresiones: a simple vista, el color diferencia la carne de vaca alimentada a pastura de la
criada en el feedlot. La primera es más oscura, con un rojo subido en los músculos y una grasa sólida y
opaca alrededor; la otra, la de animal engordado en un corral a base de granos y alimento balanceado
(además de antibióticos) tiene una coloración más suave, rosada, cercana al color que habitualmente
atribuimos a la carne de cerdo. La grasa es blanca, más brillosa, y todo ese conjunto le da a los cortes
de feedlot un aspecto visual atractivo, una apariencia que pide ser cocinada y comida sin perder un
momento. Ese efecto es un objetivo pacientemente buscado por la industria intensiva de la carne, un
producto de la química y la ingeniería para lograr cortes que brillen bajo las luces blancas del
supermercado. Como señaló en un momento Sorba, mientras las carnes se ponían al fuego, la misma
lógica permea toda la industria agroalimentaria, desde los tomates y las manzanas perfectamente
simétricas a los pollos doble o triple pechuga, el aspecto visual funciona como principal seducción
para el consumidor serializado que desconoce (y probablemente no quiera conocer) el proceso que se
esconde detrás del telón de la producción de los alimentos. Así, los dos pollos que esperan su turno en
la parrilla parecen integrantes de dos especies diferentes, o al menos dos parientes lejanos de una
misma familia que tuvieron vidas de suerte despareja: el pollo de campo parece mucho más enjuto
que el sobrealimentado e inflado pollo de granja industrial.
Las carnes producidas a gran escala y para un mercado potencialmente mundial, son la última vuelta
de tuerca de la larga relación entre el hombre y los animales domesticados. Si la supervivencia
humana se explica por la historia del progresivo control sobre los elementos de la naturaleza, el salto
de la agroindustria alimentaria global en las últimas décadas explica el crecimiento de una producción
que debe satisfacer la demanda de millones de personas que todos los años se incorporan al consumo
de proteínas animales. El color rosado y la textura blanda de la carne de feedlot es un indicio visual de
esos cambios en las cadenas de producción, el resultado de un régimen de engorde basado en el maíz
y otros granos, y también en la inmovilidad del ganado mientras gana peso. Un ciclo productivo que
acelera en un 50 por ciento el tiempo de engorde con respecto a la alimentación a campo abierto y
permite el control de la hacienda con menos personal y (solo en teoría) minimiza los riesgos de
enfermedades y pérdida de cabezas. El cambio de alimentación de las vacas (y de los cerdos y de los
pollos), además de producir carnes con otra consistencia y color, es parte de un proceso mayor de
encadenamiento de la ganadería a las dinámicas de la agricultura fuertemente tecnologizada (que
produce los granos para alimentar a los animales) y de los eslabonamientos de la industria frigorífica
transnacional que necesita una oferta constante y estandarizada para satisfacer la demanda.
La historia del feedlot en Argentina es bastante opaca y no hay datos ciertos sobre el peso que tiene en
el aprovisionamiento del mercado interno. Lo seguro es que desde hace unos quince años esta
modalidad es percibida por los ganaderos y por el propio Estado nacional (que subsidió los feedlots
hasta el año 2010) como parte central de la estrategia para aumentar la producción de carnes, en un
contexto de estancamiento de la cantidad de cabezas vacunas disponibles y de incremento de los
precios. En paralelo, está en marcha un proceso de segmentación económica del acceso a las
diferentes calidades de la proverbial “nerca” nacional. La “marca argentina” parece estar quedando
reservada a las codiciadas cuotas Hilton que se exportan sin impuestos a Europa (Alemania, Holanda
e Italia, cuando la tensa relación entre el gobierno y los productores así lo permite) o, en las grandes
ciudades, a la demanda más sofisticada de quienes pueden pagar un plus por cortes de animales
criados al aire libre, lejos de las penurias de los corrales de engorde y su aspecto de campo de
prisioneros.
El sabor del hacinamiento
Luego de pasar revista al estado de las artes, nos sumergimos en la prueba ciega de intentar distinguir
por su gusto los cortes de carne industriales y los “tradicionales”. Con los pollos no hubo discusiones:
el color, la textura y la ausencia casi total de sabor identifican claramente al pollo criado en esas
granjas superpobladas cuya sola visión convertiría al carnívoro más fanático en un vegano militante.
Hormonas de crecimiento, antibióticos, hacinamiento y brotes de canibalismo aviar forman parte del
repertorio a esta altura bastante conocido de la industria avícola. La situación se ensombrece aún más
cuando se leen los datos que dan cuenta de que esta modalidad es completamente hegemónica en la
producción de pollos en la Argentina y que las aves de campo han quedado reducidas a pequeños
emprendimientos agroecológicos, por fuera de los circuitos comerciales habituales. La imagen
encantada de gallinas y pollos picoteando libres en una granja no es más que una fantasmagoría del
marketing. Una exitosa, por cierto: la industria avícola logró casi triplicar el consumo per cápita de
pollo en la Argentina en la última década.
En el caso del cerdo la prueba resultó menos obvia, pues el sabor de la carne de criadero intensivo no
mostró diferencias radicales respecto a la de engorde tradicional. La dieta histórica de los porcinos (es
decir, prácticamente cualquier cosa) parece menos afectada con el cambio a la alimentación industrial
basada en granos y aditivos químicos. Probablemente esa sea la razón por la cual el panel de
degustadores de crisis haya tenido más dificultades para identificar el pechito de cerdo proveniente de
corral, del criado en condiciones de campo.
Por último, el corazón nacional cárnico: el novillito a la parrilla. Aunque hubo algunas dudas para
identificarlo a ciegas, especialmente en los cortes más magros como el vacío, se alcanzó un consenso
sobre la superioridad de sabor y textura de la carne de pastura, más fibrosa y con una grasa de mejor
gusto. La carne de feedlot, en cambio, resultó más blanda (más “achanchada”, dijo uno de los
comensales, y el adjetivo es bueno porque expresa el doble sentido de un sabor más similar al cerdo y
de una carne de animal obligado al sedentarismo del corral), con jugos menos sabrosos, más aguados,
aunque –doscientos años de tradición de perfeccionamiento de las razas ganaderas no son en vano–
nadie se sustrajo al goce gástrico. Si bien las facultades organolépticas son individuales, el paladar es
también un producto de la adaptación al medio y a los alimentos disponibles. Nuestros parámetros de
lo sabroso y lo insulso, de lo deseable y lo aborrecible están todo el tiempo sujetos a la tensión entre
nuestra memoria histórica (lo que recordamos que amábamos comer) y los productos que el mercado
nos ofrece como nuevas y grandes novedades. No deja de ser un tanto tranquilizador que nuestras
papilas gustativas todavía sean capaces de hacer una distinción entre sabores cuyo origen es muy
disímil, entre carnes producidas a partir de procesos tan diferentes como el añejo engorde a campo
abierto y los minúsculos y contaminantes corrales de feedlot. Estamos en un momento donde esas
cadenas productivas que se pierden en la opacidad de la industria redefinen qué sabores
permanecerán y cuáles pasarán a formar parte de la exclusiva categoría de placeres exóticos pagados a
precio de moneda dura.
Tal vez la conclusión de esta práctica del Laboratorio crisis sea que todavía somos capaces, a ciegas,
de reconocer y distinguir ciertos sabores en extinción. ¿Podrá ser así en diez, en quince, en veinte
años?
Si la comida, su producción y su distribución desigual fue siempre una cuestión política –y sigue
siendo la cuestión política central para poblaciones todavía acosadas por el hambre–, en los últimos
años la preocupación por su calidad, sus consecuencias sobre el ambiente y la salud, se convirtió en
una de las principales ansiedades de las poblaciones contemporáneas. Desde los segmentos que hacen
de la exploración culinaria un signo de distinción social a las organizaciones que promueven un
regreso a los métodos de cultivo y elaboración de alimentos sustentables ecológicamente; desde los
departamentos de marketing que diseñan estrategias publicitarias donde lo “saludable” y lo “natural”
intenta camuflar el carácter sintético de sus productos a los estamentos médicos y burocráticos que
promueven o prohíben ciertos consumos; la cuestión de la alimentación se tiñe con los colores de la
ética del cuidado personal y la responsabilidad pública, al mismo tiempo que la industrialización
aparece como la vía más rápida para abastecer a un mercado mundial en crecimiento. En el caso de
las carnes argentinas esas tensiones ubican el problema en un territorio marcado por la nostalgia de
los sabores de una época en retroceso y un futuro lleno de sospechas.
Feedlots: Una actividad con fuerte impacto en el ambiente
Un estudio académico advirtió sobre la contaminación con fósforo en las aguas y suelos pampeanos,
generada por la ganadería intensiva. ¿Podrían usarse los efluentes y el estiércol como fertilizantes?
POR: SEBASTIÁN TAMASHIRO 2 JULIO, 2018
(SLT-FAUBA) En el engorde a corral o feedlot, los animales reciben, en espacios reducidos, dietas
que favorecen el aumento de peso en el menor tiempo posible. Esta práctica genera miles de
toneladas de estiércol con grandes concentraciones de nutrientes, sales, antibióticos y compuestos
orgánicos, entre otras sustancias, que pueden afectar el ambiente. Un estudio advirtió acerca de las
cantidades elevadas de fósforo que impactan de forma negativa sobre napas, suelos y aguas
superficiales. Además, señalaron la falta de normas para tratar los residuos de la actividad que
podrían funcionar como fertilizantes para los campos.
Gran cantidad de feedlots se encuentran en la Pampa Húmeda de la provincia de Buenos Aires.
Aproximadamente, 30% de la oferta de carne del país proviene de estos sistemas de producción.
“Las consecuencias del volumen generado de estiércol y de efluentes sobre el ambiente aumentan al
coexistir con precipitaciones anuales elevadas y con napas cercanas a la superficie. En este
contexto, los establecimientos se convierten en fuentes de contaminación de aguas superficiales y
subsuperficiales, y de los suelos sobre los cuales se ubican”, señaló Ileana Ciapparelli, docente de la
cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA).
La ley de la provincia de Buenos Aires referida a los engordes a corral no establece criterios para el
tratamiento y la disposición de los volúmenes grandes de estiércol
“En nuestros estudios recientes, observamos que el fósforo avanzó hacia las napas mucho más
rápido de lo que pensábamos. La movilidad de este nutriente en forma vertical está poco estudiada
en la Argentina, pero tiene una relevancia especial ya que los cursos de agua de la Pampa Húmeda
están interconectados y las napas pueden estar a pocos metros de profundidad”, desarrolló.
Además, resaltó que el exceso de fósforo en las aguas superficiales puede provocar el crecimiento
de algas que enturbian el agua, y que se pueden liberar toxinas si existen cianobacterias dominando
el sistema. Incluso, puede derivar en una situación de falta de oxígeno en la que los peces, entre
otras formas de vida acuática, no logran sobrevivir”.
Ciapparelli explicó que los animales no pueden asimilar todo el fósforo suministrado en la dieta. “Por
esa razón, sus excrementos tienen una carga alta de fósforo. Entonces, cuando estos residuos son
depositados en exceso sobre la superficie del suelo, se puede saturar la capacidad de retención de
fósforo y se favorece su movilidad con las precipitaciones”.
Carne intensiva sin reglamentación
“El engorde en pequeñas superficies se hace más rápido. En 90 ó 120 días, el animal está listo para
salir al mercado. Si consideramos un establecimiento con capacidad de engorde de 10 mil animales
por ciclo productivo, con el paso del tiempo se acumula un gran volumen de residuos sólidos y
líquidos”, contó Ciapparelli.
Hace años que la cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la FAUBA estudia experiencias
locales para demostrar la necesidad de normativas que regulen los impactos de los residuos de la
actividad
En este sentido, añadió: “Los efluentes producidos por las escorrentías luego de una lluvia
generalmente son dirigidos hacia lagunas de acumulación, aunque no todos los establecimientos
cuentan con ellas o no siempre se encuentran bien diseñadas. En cuanto a los residuos sólidos, no
se sabe muy bien dónde ubicarlos, por lo que se acumulan en grandes pilas. En ambos casos,
representan un foco de contaminación”.
“A pesar de que en el año 2016 salió una ley referida a los feedlots en la provincia de Buenos Aires,
no se establecieron los criterios técnicos para que el productor o los profesionales que asesoran al
establecimiento sepan cómo tratar y disponer estos residuos sólidos adecuadamente. No se tiene
claro si conviene compostarlo o si aplicarlo al campo como fertilizante”, señaló.
Al mismo tiempo, la docente contó que desde la cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la
FAUBA, junto con el equipo de Ana García y con el apoyo de Alicia Fabrizio de Iorio, con quienes
comparte cátedra, hace años estudian experiencias locales para ver los efectos de estas prácticas
en el ambiente. “De esta manera, podemos demostrar la necesidad de establecer normativas con
criterios específicos para manejar estos residuos”.
La movilidad del fósforo
El fósforo se considera un nutriente poco movil verticalmente en el suelo. Los estudios revelaron que
por factores de los residuos, de clima y de suelo, el fósforo se movió rápido hacia las napas.
“Numerosas investigaciones estudiaron que el fósforo puede movilizarse por escorrentía superficial
hasta los cuerpos superficiales de agua. Considerando que las precipitaciones en la región pueden
superar los 1500 mm anuales, este macronutriente puede recorrer grandes distancias”, aclaró.
Además, expuso que el movimiento vertical es menos conocido. “Las partículas del suelo tienen
sitios disponibles para retener –técnicamente, adsorber– el nutriente, pero los ácidos orgánicos del
estiércol ocupan aquellos sitios y compiten con el fósforo. Entonces, al no quedar retenido, queda
expuesto a que el agua lo movilice. Ambos movimientos –escorrentía superficial y lixiviación o
dinámica vertical hacia abajo– se intensifican con la alta concentración de fósforo que caracteriza a
los excrementos de estos animales”.
¿Fertilizantes para el campo?
“Es posible utilizar como fertilizante los residuos orgánicos de los feedlots, pero es necesario
continuar realizando estudios sitio-específicos, ya que un exceso puede traducirse en contaminación
de napas y cuerpos de agua superficiales, como también puede generar pérdidas de productividad”,
informó.
“Esto es posible con un plan de manejo de nutrientes que considere los requerimientos del cultivo,
las condiciones climáticas del sitio, el aporte de nutrientes de los residuos, la frecuencia de
aplicación deseada y la rotación de cultivos planificada, entre otros aspectos. Mientras realizábamos
un ensayo en el sur de Santa Fe en el 2010, encontramos que una de las mejores dosis para un
cultivo de trigo era de 16 toneladas por hectárea de estiércol junto a una aplicación complementaria
de fertilizantes inorgánicos. Es importante resaltar que los establecimientos que no planifican la
disposición final de estos residuos están perdiendo una cantidad importante de fósforo que puede
ser útil a nivel productivo y económico”, cerró.
0
C c fro c t
La Cantábrica: de
establecimiento fabril
a parque industrial
La empresa La Cantábrica S. A.
comenzó a funcionar en 1902 en la
Ciudad de Buenos Aires, y en la déca­
da de 1940 se trasladó al partido de
Morón. En un principio se dedicó a la
metalurgia y luego incorporó la produc­
ción de acero. El funcionamiento de
esta planta comenzó a desacelerarse
hasta su cierre en 1992 y su predio
quedó en desuso. En 1994 se ini­
ciaron los procesos para reutilizar el
predio con fines productivos. En una
iniciativa del sector privado junto con
los gobiernos provincial y municipal,
se creó un parque industrial que alber­
gó las primeras empresas en 1997, y
en la actualidad concentra 41 firmas.
El frente fluvial industrial: un área
compleja y diversificada
La conformación del frente fluvial industrial se explica por la presencia de gran­
des centros urbanos en los que fueron concentrándose industrias de manera pro­
gresiva. En la primera mitad del siglo xx esta área experimentó un significativo
crecimiento de las actividades industriales, que de a poco se fue articulando con
servicios e infraestructura de transporte también en aumento (puertos, líneas fe­
rroviarias, rutas).
En efecto, el transporte es otro de ios factores que explican la conformación de
esta gran área industrial, y en particular la presencia de destacados puertos. Ellos
facilitan la comercialización de los bienes elaborados, especialmente aquellos que
se orientan a la exportación. Entre los principales puertos de esta zona se desta­
can los de San Lorenzo (provincia de Santa Fe), Buenos Aires, Zárate y Ensenada
(provincia de Buenos Aires), a través de los cuales se comercializa la producción
industrial del frente fluvial y de otras áreas del país.
Los puertos del Gran Rosario, Buenos Aires, Zárate y Campana son nodos expor­
tadores, mientras que San Nicolás, Dock Sud (Buenos Aires) y Villa Constitución son
los lugares de ingreso de la mayoría de las importaciones que realiza la Argentina.
La actividad industrial consolidada en esta zona presenta una importante di­
versificación: se desarrollan industrias siderúrgicas, petroquímicas, automotrices,
mecánicas, metalúrgicas y textiles: además, allí se localizan frigoríficos, molinos y
astilleros, entre otros.
Junto con el desarrollo del sector secundario, el frente fluvial concentró acti­
vidades del sector terciario orientadas a brindar servicios a las empresas (y a la
población residente en el área).
Los cambios en la localización industrial
Los procesos de desindustrialización que experimentó la Argentina durante la
década de 1990 tuvieron sus consecuencias en esta zona industrial del país, pro­
vocando el cierre y abandono de antiguos establecimientos fabriles. Asimismo, la
reactivación industrial de los últimos años ha consolidado otra modalidad de loca­
lización industrial que se aleja de los centros urbanos. Por ejemplo, en las últimas
décadas del siglo xx, localidades más pequeñas del norte de la Región Metropo­
litana de Buenos Aires se sumaron como importantes centros industriales, entre
ellas Campana, Zárate y Pilar. Y a esta tendencia se le agrega la consolidación
de parques industriales. Varias son las localidades de esta área que cuentan con
parques industriales, entre ellas, Lanús, Escobar, Ramallo, Campana, San Martín,
La Plata, Malvinas Argentinas, Morón y Pilar.
• Textil y plásticos
• Frigoríficos
Planta
industrial de
la cervecería
Quilmes, en
la ciudad de
Zárate.
Papel y celulosa
• Cerám ica
• M o lin o s
• Destilería
• M e ta lú rgica
• Siderúrgica
• Q uím ica
• Petroquím ica
• A u to m o triz
• M ecánica
Vista de una zona
fabril de la ciudad
de Zárate.
• M etalm ecánica
• Astilleros
Principales rubros industriales del frente fluvial.
Las industrias y el territorio. Factores
de localización
Las actividades económicas se localizan en lugares
específicos del espacio, en general, cerca de donde se
ubican o extraen las materias primas o de donde se
producen los insumos necesarios para su desarrollo.
Las actividades industriales relacionadas con la tala
para producción forestal, por ejemplo, se encuentran
cerca de las plantaciones de árboles, o las empresas
productoras de programas informáticos se ubican
en ciudades con centros de estudios y capacitación
porque necesitan personal calificado; es decir que no
solo la disponibilidad de recursos naturales influye
en la localización de empresas industriales, sino que
también inciden factores sociales y económicos.
Otro factor muy importante es la distancia y los
medios de transporte disponibles para atravesarla, ya
que la posibilidad de trasladar productos o materias
primas es fundamental en cualquier proceso de fabri­
cación o producción de bienes comerciables. Cuanto
mayor es la distancia, implica mayores costos de tras­
lado, y los diferentes medios de transporte ofrecen
diferentes costos.
La concentración industrial pampeana
En nuestro país la concentración geográfica de la in­
dustria es relativamente alta; el centro de atracción es
el Área Metropolitana de Buenos Aires, que forma par­
te del frente fluvial; este se extiende desde la ciudad de
San Lorenzo en la provincia de Santa Fe hasta la ciudad
de La Plata en la provincia de Buenos Aires (doc. 3).
En los inicios de la actividad industrial, la cercanía
a los puertos era vital para la actividad productiva en
cuanto a ahorrar tiempos y costos de transporte. El
factor energético también resultó decisivo para la con­
figuración centralizada de la industria, ya que por los
puertos ingresaba el carbón importado. Conforme fue
creciendo el mercado interno, las industrias producto­
ras de bienes de consumo debieron situarse donde se
encontraba la mayor proporción del mercado que se
concentraba en las grandes ciudades. Esta es una ten­
dencia que se acentuó a partir de las primeras décadas
del siglo xx, como vimos en páginas anteriores, y con­
tinúa vigente en nuestros días. Este fenómeno se deno­
mina m a c r o c e fa lia in d u s tria l, por la enorme ventaja
que presenta la concentración alrededor del eje fluvial
pampeano con respecto a otras zonas del país.
Esta concentración, como ya lo comentamos, se
conforma a lo largo de la historia del territorio nacional.
La expansión agrícola pampeana y del litoral, afianzada
luego de 1870 y reforzada con las migraciones, busca
un camino hacia los mercados europeos. El puerto de
Buenos Aires (y en un segundo lugar, el de Rosario) se
afianza como un gran centro de comercio, salida de las
materias primas resultantes de la actividad agropecua­
ria y entrada de productos importados.
Por su parte, la industria del interior se encuentra muy
relegada en relación con el área central, con escasa parti­
cipación en el producto nacional. Tan solo las provincias
de Córdoba, Mendoza y Tucumán se destacan del gru­
po en cuanto a participación en el producto industrial.
Sin embargo han surgido núcleos productivos de gran
especialización en algunas provincias, relacionados con
la disponibilidad de determinados recursos naturales o a
partir de políticas de promoción localizadas.
A c t iv id a d e s
Doc. B Eje industrial fluvial pampeano, entre las ciudades de La Plata y San
Lorenzo.
72
I 6. ¿Por qué motivo existe tanta concentración en la zona
que indica el mapa?
La industria en las economías regionales
Como contraparte de la concentración y diversifica­
ción de las actividades en el eje La Plata-San Lorenzo,
en otras provincias, fuera de la región pampeana, la dis­
tribución industrial está regida por otras lógicas. En las
llamadas economías regionales (que corresponden a las
provincias no pampeanas) se destacan pocas activida­
des industriales, que tienen mucho peso en la región, ya
que las actividades primarias y terciarias, el empleo y la
dinámica de las ciudades dependen mucho de ellas. Por
ejemplo, la vitivinicultura es una agroindustria que tie­
ne un rol muy importante en las economías de algunas
provincias como Mendoza, San Juan, Río Negro y Sal­
ta; en ellas la actividad tuvo un gran desarrollo a través
del tiempo y cuenta con un avanzado nivel de especialización técnica. Una gran parte de las actividades econó­
micas de la región se vinculan directa o indirectamente
con la vitivinicultura. En las provincias de Corrientes y
Misiones las producciones de yerba mate, tabaco y té
también son destacadas agroindustrias regionales.
Las agroindustrias suelen estar localizadas en las cer­
canías de las zonas de cultivo de la materia prima. Algu­
nas realizan un proceso de elaboración completo y gene­
ran un producto listo para el consumo; por ejemplo, las
bodegas que producen vino. En otros casos las industrias
establecidas cerca de las zonas de cultivos desarrollan pa­
sos intermedios en la elaboración del producto; un ejem­
plo es el desmotado del algodón, en el que se separan las
fibras de algodón del resto de la planta cosechada.
Documento 4
Documento 5
Por la ley que grava los productos electrónicos,
empresas invierten $300 millones en Tierra
del Fuego
Tras conocerse la promulgación de la ley 26.539,* que im­
pulsa la producción tecnológica en Tierra de Fuego, un grupo de
empresas anunció hoy inversiones por aproximadamente 300
millones de pesos para el periodo 2010-2014. [...]
Dicha norma modifica el régimen de impuestos internos e
IVA para determinados productos electrónicos en las operacio­
nes que se concreten a partir del primero de diciembre próximo.
[...]
El Ministerio informó que entre las empresas que anuncia­
ron que invertirán para producir en la provincia de Tierra del
Fuego se cuentan: BGH (91 millones de pesos), Brightstar (40
millones de pesos), Carrier (23 millones), New San (86 millones),
Interclima/latec (42 millones), Phillips (5 millones) y Radio Vic­
toria. [...]
La combinación de ambas medidas otorga a los productos
electrónicos fabricados, o a fabricar en Tierra del Fuego, un tra­
tamiento tributario que les permitirá ser más competitivos.
El comunicado precisa los productos que mantienen su tra­
tamiento [...]. Estos son los microondas, Walkman, autoestéreos,
“Tierra del Fuego empezó a definirse como
un polo electrónico”
El director general de Industria y Comercio. Rodolfo Di Leo,
repasó la historia, las características y los beneficios de la ley
de promoción, en la primera jornada sobre el nuevo régimen
industrial que organizó la Cámara Fueguina de la Industria Na­
cional (Cafin).
El funcionario sostuvo que “ la ley nacional 19.640 es el ejem­
plo de que cuando el Estado planifica seriamente lo hace bien” ,
y afirmó que [...] con la implementación de la normativa “Tierra
del Fuego empezó a definirse como un polo electrónico” . [...]
Con respecto a la ley 26.539, que modifica el valor de los
impuestos internos, sancionada el mes pasado por el Congre­
so, [el Secretario de Promoción Económica y Fiscal] Delamata
afirmó que la Nación, con esta medida, hizo “ renacer a la in­
dustria nacional” .
“ Ojalá no defraudemos a la Nación con este cheque en blan­
co que nos dio. Tenemos que desarrollar rápidamente la sustitu­
ción de importaciones para defender la ley, para continuar con
estos beneficios y para contrarrestar el lobby de los importado­
res” , enfatizó finalmente.
radios/radiograbador/radioreloj, TV color/B&N/Plasma/LCD,
En: http://prensa.tierradelfuego.gov.ar/?p=2419
contestadores telefónicos, equipos de música comunes y c/lec-
(consultado ei 9/6/2010).
tora de CD, videocámaras/videofilmadoras comunes y digitales,
cámaras fotográficas comunes y digitales.
A
Clarín, Suplemento IECO, 23 de noviembre de 2009.
En: http://www.ieco.clarin.com/tecnologia/Tecnologicas-Tierra-Fueeoinvierten-millones 0 79200019.html
(consultado el 9/6/2010).
* Podés consultar la ley en;
http://www.maximonet.com/foro/threads/90213-%5BLev-26539%5DModificacinn-Lev-de-lmouestos-lnternos?n=n47l12&viewfull=1.
(consultado el 9/6/2010).
c t iv id a d e s
7. Trabaja con los dees 4 y 5.
a) ¿En qué consisten los beneficios impositivos
otorgados a la provincia de Tierra del Fuego?
b) ¿Qué se busca impulsar con esta promoción in­
dustrial?
•' ¿A qué creés que se refiere la frase “cheque en
blanco”?
73
3
Del neoliberalismo al neodesarrollismo
Gral. Mosconi
Gral. Pizarro
(Arg.)
(Arg.)
OCÉANO
PACÍFICO
SUR
Gral. Alvear
1
Malargüe
2
3
Plaza
Huincul
Cutral Có
OCÉANO
ATLÁNTICO
SUR
Comodoro Rivadavia
Caleta Olivia
CUENCA AUSTRAL MARINA
CUENCA DEL GOLFO DE SAN JORGE
CUENCA CUYANA
CUENCA NEUQUINA
CUENCA DEL NOROESTE
(Arg.)
Río Grande
Cuencas petrolíferas de Argentina
50
1. Límite del lecho y subsuelo del Río de la Plata
2. Límite exterior del Río de la Plata
P untos de v is ta
Hidrocarburos no convencionales
¿La postergación de un cambio necesario o un paso hacia el autoabastecimiento? En los últimos años adquirió rele­
vancia, tanto en nuestro país como en el mundo, la explotación de hicrocarburos no convencionales, que son aquellos
que para su extracción requieren técnicas distintas de las empleadas tradicionalmente. La técnica más conocida es la
fracturación hidráulica o fracking, que consiste en la extracción del petróleo o el gas disponible en formaciones rocosas
de baja permeabilidad, las cuales dificultan o imposibilitan el tránsito de estos hacia los pozos. La puesta en práctica
de esta técnica presenta diversas opiniones entre los diferentes sectores de la sociedad. Veamos dos de ellas.
Contra el fracking
“La técnica aplicada en el fracking consiste en
inyectar agua, ácidos corrosivos y arena a miles de
metros de profundidad, con la intención de producir
microfracturas en la llamada roca madre, allí donde
se fueron almacenando los fósiles desde épocas in­
memoriales.
”La política oficial busca prolongar la matriz ener­
gética del país, que sigue siendo fuertemente depen­
diente de los combustibles fósiles, cada vez más es­
casos y generadores de mayores riesgos ambientales.
Sin embargo, embarcarse en el uso del fracking solo
va a posponer un cambio necesario, generando aún
más problemas.
”La experiencia en Estados Unidos, por ejemplo,
prueba que los impactos ambientales del fracking son
graves y de corto plazo: contaminación de aguas sub­
terráneas y superficiales con gas metano (las perfo­
raciones van mucho más allá de las napas del agua
potable, de tal modo que cualquier filtración, cualquier
error puede contaminar las aguas que beben miles de
personas): activación de fallas geológicas que originan
movimientos sísmicos, impacto sobre la salud de las
personas y los animales. Diferentes estudios científi­
cos confirman la contaminación de agua, suelo y aire
por exposición a químicos del fracking, así como la
muerte de animales y malformaciones. Otros estudios
dan cuenta de que, contrariamente a lo que se afir­
maba hace unos años, la extracción de gas y petróleo
no convencional puede emitir incluso más gases de
efecto invernadero que la explotación del carbón, ge­
nerando una ‘huella de carbono’ superior, potenciando
el calentamiento global y la crisis climática. Las con­
troversias sobre el fracking llevaron a su prohibición
en Francia y en Bulgaria, así como en el estado de Vermont (Estados Unidos) y en Quebec (Canadá), mien­
tras que en otros lugares se ha aprobado la moratoria
(suspensión), tal como sucedió en Nueva York y en
varias regiones de Europa. Estas medidas se basaron
en el principio precautorio -tam bién presente en nues­
tra legislación- que indica que ‘cuando haya peligro de
daño grave o irreversible la ausencia de información
o certeza científica, no deberá utilizarse como razón
para postergar la adopción de medidas eficaces, en
función de los costos, para impedir la degradación del
medio ambiente’. Es más, atento los daños ciertos de
la actividad, en ciertas regiones las poblaciones ape­
laron directamente al principio de prevención, el cual
obliga a las autoridades y a la sociedad a denegar una
acción o actividad que implique efectos negativos so­
bre el ambiente y las poblaciones”.
Declaración del Movimiento Artístico-Cultural
contra el Fracking, Buenos Aires, julio de 2013.
En: http://argentinasinfracking.org/
hasta 300 y 400 metros. Tampoco hay problemas de
escasez de agua, pues en la zona cerca del 95% de
los recursos hídricos de las cuencas de los ríos Limay,
Neuquén y Colorado desaguan en el mar. No hay razo­
nes para pensar que el fracking será más riesgoso que
otras actividades extractivas.
"Luego está la riqueza real que es posible obtener
de los nuevos yacimientos. Ya en 2010, un informe in­
terno del gobierno neuquino daba cuenta de la inmen­
sa potencialidad de los recursos no convencionales.
Se hablaba de recursos gasíferos equivalentes a 26
Loma La Lata en su estado original. Un año después,
un informe de la Agencia de Información Energética
de los Estados Unidos (EIA) ratificó estas provisiones
y sumó el petróleo no convencional. El pasado junio,
la EIA difundió un segundo informe sobre 42 países,
más extenso que el de 2011, que elevó las previsiones
de no convencionales para la Argentina, las que serían
de 21.650 millones de m3 de gas y 4.290 millones de
m3 de petróleo. Se trata de ‘recursos no probados téc­
nicamente recuperables’ y equivaidr/an a 67 veces las
‘reservas comprobadas' actuales de gas y 11 veces las
de petróleo”.
Puntos de vista
Fractura hidráulica en la Argentina
“Es innegable que los efectos sobre el medio am­
biente de cualquier actividad económica deben res­
guardarse, minimizarse y mitigarse. En el capitalismo
avanzado no hay actividad económica sin impacto am­
biental y la regulación pública y social resulta indispen­
sable, tanto en materia de daño ambiental potencial
como de apropiación del excedente económico gene­
rado. Pero en todos estos casos las propuestas de las
vertientes ecologistas son [...]: no hacer fracking, des­
terrar la megaminerfa y rechazar los instrumentos de
la revolución biotecnológica. Adicionalmente, desde el
ounto de vista conceptual, suelen confundirse la críti­
ca a determinadas relaciones sociales con la crítica a
las tecnologías a ellas asociadas.
"[...] todavía no aparecieron argumentos convincen­
tes contra los supuestos efectos contaminantes del
‘racking o fractura hidráulica, una técnica que, como
cualquier actividad extractiva, puede realizarse con
mayor o menor cuidado ambiental, que no es inocua,
pero que puede desarrollarse bajo una regulación ade:ja d a que minimice su impacto. Como ya fue expli: 3do muchas veces, la roca madre que alberga los
hidrocarburos en la cuenca neuquina se encuentra
por debajo de los 2.000 metros y no existe riesgo de
contaminación de acuíferos, los que se encuentran
Gerardo Raúl Añahual | Enseñar problemas socioambientales, un abordaje desde el juego de simulación en la clase de Ciencias Sociales…
•
•
•
•
(subjetividad, ciudadanía, interculturalidad, temporalidad). Buenos Aires: Ediciones del
Signo.
Santisteban, A. (2009). Cómo trabajar en clase la competencia social y ciudadana, Aula
de Innovación Educativa, 189, 12-15.
Santisteban, A. (2014). La formación en competencias de pensamiento histórico. Clío y
Asociados. La historia enseñada, 14.
Svampa, M. (2015). A mayor extractivismo, menor democracia. En Destacada
Latinoamérica.
Consultado
el
22
de
marzo
de
2017,
en
http://www.agenciacta.org/spip.php?article17253
Zenobi, V. y Estrella, M. (2016). La enseñanza de las temáticas locales: cuando empezar
por lo cercano no siempre es más sencillo. Revista Contextos de Educación.
Departamento de Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de Río Cuarto.
ANEXO:
N ° 1: TESTIMONIOS PARA EL JUEGO DE SIMULACIÓN
Representante de las empresas petroleras:
La empresa a la que represento se llama Evopetrol tiene su sede en Canadá y se dedica a la extracción de
petróleo a través del método no convencional en la zona de Añelo. Es una actividad muy cuestionada, pero para
nosotros muchas de las cosas que se dicen sobre la fractura hidráulica son exageraciones o puras leyendas. La
fracturación se hace a kilómetros de los acuíferos. Kilómetros. Los líquidos que se utilizan contienen 99,98%
agua y arena, y cada vez menos productos químicos, las tuberías están forradas de cemento.
Desde hace mucho tiempo se utiliza agua reciclada y otros elementos (espumas, gas). Un grupo de seis pozos no
consume más de 54.000 litros de agua… Lo mismo que una piscina deportiva de 12x3x1.5.
El US Geological Survey ha demostrado que la energía utilizada para el fracking no es riesgo de actividad
sísmica. El National Research Council mostraba que en más de 90 años de análisis la actividad humana solo ha
generado 154 terremotos, 60 en EE. UU., comparado con 14.450
El fracking no es una novedad. Se conoce y se utiliza desde hace muchas décadas, de manera relevantes desde
los años 80 y con regularidad global. El éxito es espectacular. No sólo en productividad y tasa de retorno
energético, que es muy superior a las arenas bituminosas o el carbón convencional terremotos por causas
naturales al año.
Representante del gobierno (nacional o provincial)
El proyecto viene a traer desarrollo a la región, hasta ahora esta región ha sido casi olvidada, apenas tiene
algunos servicios, pero ahora, gracias a este emprendimiento, va a poder disfrutar de todos los servicios, vamos a
construir más rutas que unan las grandes ciudades. La localidad se convertirá en una ciudad muy parecida a las
grandes urbes petroleras.
“El 95% del agua de Neuquén va a parar al mar. Solamente se va a usar el 1% del agua que se va al mar para
estos desarrollos”, expreso el gobernador para oponerse a quienes critican la utilización de agua en el proyecto.
Es cierto que el proyecto requiere una cantidad ínfima del agua de la provincia. Sin embargo, las principales
críticas al fracking refieren a la contaminación del agua más que a su excesivo uso. Para nosotros el acuerdo
permitirá el desarrollo.
Intendente/a de la localidad:
Tengo un gran conflicto con este emprendimiento petrolero. Mi gente en este pueblo siempre trabajó en la
agricultura, producíamos frutas y ganadería que vendemos a las ciudades, es cierto que nunca nos sobró nada,
pero al fin y al cabo tampoco tenemos gran acumulación de población ni contaminación. Hasta es un pueblo de
ruta, sin cloacas, con una pequeña sala de auxilio de control médico (no tiene hospital), una plaza, un banco y
una comisaría instalada en un predio que le cedió la empresa Evopetrol. El potencial comercial es pequeño, está
pegado a la ruta, con algunos hoteles y hospedajes, comedor familiar y pequeños mercados.
63
Gerardo Raúl Añahual | Enseñar problemas socioambientales, un abordaje desde el juego de simulación en la clase de Ciencias Sociales…
Ahora los de la empresa dicen que llega el progreso, que va a haber trabajo, yo no me puedo oponer a nada de
eso, pero tendríamos que ver que piensa la gente de la localidad. He pensado en hacer una consulta, pero la
verdad es que la empresa es demasiado poderosa y, por otra parte, nadie me vino a consultar si autorizábamos
que esta empresa se localice acá.
Kalfv, una pequeña productora:
Soy descendiente de pueblos originarios. Mis antepasados trabajaron la tierra por muchas generaciones, y con
este pequeño pedazo de tierra sobrevivíamos relativamente bien, aunque no nos sobraba nada. Ahora dicen que
va a venir el progreso y el desarrollo. Yo no entiendo mucho, pero dicen que la fractura hidráulica va a
contaminar nuestros ríos y las napas, y si eso pasa, se contaminan la tierra y seguramente va perder fertilidad, ya
no vamos a poder producir lo mismo que antes. Aparte, corremos el peligro de que nos contaminen los
alimentos, y el agua que toma todo el pueblo y la región. Si eso llega a ocurrir no nos va a quedar otra que irnos
a la ciudad. Yo no sé si eso es progreso… a veces me pregunto que es el progreso.
El derecho de los pueblos originarios a poseer las tierras que tradicionalmente ocupan no se respeta. Nosotros
resistiremos, como resistimos desde hace siglos, para defender nuestras tierras. No nos mudaremos de las tierras
que la constitución nos reconoce, para dejarles a otros el petróleo que hay en ellas. Queremos los vientos, las
nubes, las estrellas, el sol y la luna en armonía con la Madre tierra.
Horacio, un trabajador de la construcción:
Soy obrero desde muy chico, no tengo un oficio fijo, he trabajado en labores agrícolas como la cosecha, la poda,
y también en la construcción. Gano bastante poco, el sueldo no me alcanza, ahora dicen que viene una empresa
petrolera nueva al pueblo y va a pagar buenos sueldos, me voy a anotar para trabajar ahí, por más que sea un
trabajo por corto tiempo, aunque sea por unos meses me van a pagar bien, después veré que hago…
Javier, un estudiante de 5° año
El petróleo es la utopía de nosotros los estudiantes de escuelas técnicas que aspiramos a ser parte de la industria.
Sabemos que las operadoras revisan los mejores promedios, y tras un curso de seis meses, un año, nos emplean
en los pozos de perforación con salarios que cuadruplican el salario medio de un docente. Estoy muy contento
con la llegada de la empresa a la región, ojalá se firme el acuerdo porque sería una excelente oportunidad para
todos y todas.
Activista contra la hidrofractura:
La empresa Evopetrol viene contaminando el planeta desde hace varias décadas. La actividad extractivista del
petróleo a través del método no convencional es altamente contaminante, contamina ríos, arroyos y nuestras
tierras, los desechos no se procesan, para colmo las autoridades no se preocupan por controlar a esas empresas.
Además, destruyen el paisaje cuando instalan los pozos. A los trabajadores les decimos, no crean en las
promesas de la empresa, van a pagar sueldos altos, pero allí va a durar muy poco tiempo: una vez que la empresa
esté instalada, muy pocas personas van a tener trabajo allí. Es mentira que estas empresas vienen a invertir,
vienen a llevarse las riquezas, ni siquiera se procesa en el país, no pagan impuestos, nada de lo que producen nos
enriquece, firman acuerdos con cláusulas secretas.
¿Esto es desarrollo? No, esto a la larga es más pobreza para nosotros
Testimonio de un trabajador ecuatoriano de la minería del gas en veta de carbón (CGS)
"Habiendo trabajado por más de 3 años en una torre de perforación móvil en la industria del gas de veta de
carbón en Ecuador, me puse en contacto con los grupos ambientalistas de la zona después de escuchar al
Ministro de Salud de ciudad de Nueva Loja decir en la radio que ningún obrero en la industria del gas de veta de
carbón se había enfermado y que las pruebas demostraban la buena calidad del aire y del agua…"
Una de las tareas era mezclar los productos químicos en los tanques de lodo de perforación para descargarlo a
través de la columna de perforación.
En la plataforma, en un turno de 12 horas se usan 27 toneladas de KCL junto con 100,000 litros de agua y otras
sustancias químicas. El próximo turno de 12 horas continuará con la tarea y se sigue de la misma manera durante
días hasta que las pérdidas se detienen...He estado de baja por enfermedad un par de meses- Estuve fuera por un
par de meses y luego me dijeron que estaba listo para volver a trabajar. No pensaba volver a mezclar las
sustancias químicas; me dijeron que no había nada más para mí-que no tenían nada para mí. Se lavaron las
manos y se desentendieron de mí. Ahora estoy de vuelta en la granja. No estoy tosiendo tanto. Todavía no
recupero el 100% de capacidad pulmonar. Tengo tos y flemas y pérdida de la función pulmonar.
Me gustaría que la gente de la zona pueda conocer mi experiencia trabajando en una empresa petrolera.
64
10
¿Minería sustentable?
La Argentina es un país atract ivo
para las inversiones en el sector
minero debido a la abundancia
de sus recursos y el marco
legal favorable que ofrece. Las
inversiones extranjeras crecieron
de manera significativa en la
última década y se han dirigido
principalmente a la exploración
y explotación de minerales
metalíferos. Sin embargo, la
percepción social acerca de esta
act ividad es negat iva debido a los
impactos sociales y ambientales
que genera.
¿Un contrasentido?
¿Es posible llevar adelante un proyecto minero sus­
tentable? ¿Es compatible el desarrollo de esta actividad
extractiva con la preservación del medio ambiente?
Uno de los grandes debates a nivel mundial acerca de
la sustentabilidad tiene a la minería como centro de la
discusión. Si tenemos en cuenta que la renovación na­
tural de minerales y rocas lleva millones de años, y los
consideramos por eso como un recurso no renovable,
su extracción en el presente reduce necesariamente las
reservas futuras. Por eso y por los impactos ambientales
que genera es controvertida la aplicación del concepto
de sustentabilidad en este caso. ¿Es una solución pro­
hibir la actividad? ¿Es mejor hacer un uso moderado,
con tecnologías de bajo impacto ambiental y gestiones
responsables? ¿Es posible esto económicamente? No
hay consenso en las respuestas. En este capítulo leerás
algunos aspectos significativos del debate sobre la mi­
nería sustentable.
La minería aporta materia prima fundamental para
la fabricación de objetos de la vida moderna (automóvi­
les, teléfonos celulares, materiales para la construcción,
etc.). Los Estados nacionales ven en esta actividad una
Vista de la Cordillera
de los Andes, que es
fuente de importantes
riquezas mineras, donde
se localizan numerosos
emprendimientos de
minería a cielo abierto.
oportunidad de generación de empleos y divisas (por
regalías o exportaciones) fundamental para el desarrollo
económico del país. Para las empresas concesionarias es
un negocio muy rentable. Hasta aquí parece no haber
problemas. Sin embargo, la actividad minera, en especial
las explotaciones a cielo abierto, producen un alto
impacto ambiental y daños a la población local. Ge­
nera residuos peligrosos, contamina el suelo, el aire y el
agua, deforesta y consume grandes cantidades de agua y
energía. Estos efectos no solo ocasionan alteraciones en
el medio ambiente sino también serios conflictos entre
la sociedad civil, las empresas y los gobiernos.
P untos de v is ta
¿Qué minería queremos?
La minería es una actividad que viene creciendo aceleradamente en nuestro país, el cual no ha sido considerado en
la historia tradicionalmente como un “país minero”. En estos últimos años se ha generado un importante debate en
torno a esta actividad, con algunas voces que se postulan a favor y otras en contra de cómo se realiza la minería en
la Argentina. A continuación te presentamos algunos textos con diferentes opiniones acerca del desarrollo nacional de la
actividad minera.
J
Con la minería, La Rioja dejará de ser pobre
“[...] Las condiciones macroeconómicas de la Ar­
gentina siguen prometiendo posibilidades de inver­
sión debido al crecimiento sostenido y un sistema de
regulación del tipo de cambio. En este contexto de
ventaja competitiva, el gobernador de La Rioja va­
ticinó [que] 'con el contrato con China les aseguro
que la provincia cambia, tendrá otro destino, vamos
a pasar de ser pobres absolutos a tener una vida
muy distinta, ya que firmamos por una exploración
de 300 millones de dólares’ en el departamento Chilecito [...]”.
Fundación para el Desarrollo de la Minería Argentina.
En: http://www.fundamin.com.ar/es/desarrollo-sustentable/60actualidad-minera-e-impacto-economico/262-beder-herrera-con-lamineria-la-rioja-dejara-de-ser-pobre-.html
La megaminería cuestionada
“La megaminería es cuestionada por medio cen­
tenar de asambleas cordilleranas que denuncian al
menos cuatro puntos de la actividad: la contamina­
ción ambiental, el despojo de los recursos naturales
(bienes comunes), el cambio drástico que implica
la llegada de la megaminería a pueblos y pequeñas
ciudades, y falta de consulta sobre qué futuro de­
sean para los lugares donde viven. No aceptan que
empresarios y políticos decidan, sin escuchar a las
poblaciones, la explotación de yacimientos mineros.
”En la última década, solo dos ciudades pudieron
votar si aceptaban o rechazaban la megaminería. Esquel (2003) y Loncopué (Neuquén, 2012). En ambas
ganó el ‘no a la mina’ por más del 80% de los votos”.
Darío Aranda, “La década extractiva”, 31 de mayo de 2013. En:
http://www.noalamina.org/mineria-argentina/mineria-general/ladecada-extractiva-por-dario-aranda
í
“No queremos el recurso minero porque s í”
“La gobernadora [...] firmó el acuerdo que rescinde
el contrato con SOMICA DEM para que la explotación
del Yacimiento de Minas Capillitas pase al control de
la empresa estatal minera CAMYEN. ‘No queremos
el recurso minero porque sí, sino para desarrollar la
producción local y que los pueblos se desarrollen,
para que los productores también puedan producir
en serio’, dijo, y agregó que ‘la provincia tiene que
estallar en crecimiento con el trabajo mancomuna­
do de todos. Es un día emblemático pero-se debe
trabajar a conciencia, porque si la gente no ve que
los recursos vuelven a ellos, no tiene sentido’. En
el acto [...] la gobernadora explicó que ‘el tema de
Minas Capillitas era algo que nos generaba desa­
zón y no estaba de acuerdo cuando se aprobó en la
Legislatura el proyecto de asociación, porque enten­
díamos que se trataba de un proyecto emblemático
y que a la provincia no le dejaba ninguna ganancia,
donde los artesanos se quejaban porque no podían
acceder a la rodocrosita; la piedra se iba no se sa­
bía a quién, ni cómo ni cuándo, y los empleados de
la mina tenían un atraso salarial enorme, no había
normas de higiene ni seguridad laboral”'.
Diario El Esquiú, "No queremos el recurso minero porque sí, sino
para desarrollar la producción local", 29 de mayo de 2013. En:
http://www.elesquiu.eom/notas/2013/5/29/
ciudadania-283187 .asp
l
El emprendimiento minero
“Bajo de la Alumbrera es un importante empren­
dimiento minero para la Argentina, el primero de
gran escala. A su vez, es una fuente de oportunida­
des y beneficios económicos para el país y, en es­
pecial, para las comunidades próximas a las insta­
laciones operativas, a través del empleo generado,
los ingresos que perciben la provincia y la nación, la
transferencia de recursos, los programas de desa­
rrollo comunitario y los programas de capacitación.
’’Estos son algunos de los beneficios del proyec­
to Bajo de la Alumbrera: Minera Alumbrera emplea
a 1.800 trabajadores; el multiplicador de empleo
es de 9,2, es decir que por cada puesto de trabajo
directo, Alumbrera genera 8,2 puestos de trabajo
indirectos; el flujo de ingresos totales anuales a
la economía argentina es de US$ 30 millones; la
recaudación tributaria provincial y municipal es de
US$ 12 millones (equivalente al 60% de los recur­
sos tributarios propios); las compras de insumos
y de servicios nacionales del proyecto equivalen a
aproximadamente el 50% de las compras de insu­
mos que realiza el resto de las empresas mineras”.
Acerca de lo cuestionam ientos...
“[...] El profesor Mario Félix, investigador princi­
pal de la Comisión de Investigaciones Científicas
(CIC) bonaerense, señaló hoy la necesidad de ‘po­
ner en perspectiva’ la industria de la minería a cie­
lo abierto y desestimó los cuestionamientos al uso
del cianuro porque se trata de un elemento que ‘no
produce ningún problema’ en la naturaleza.
"Félix, profesor titular de Química Inorgánica de
la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad
Nacional de La Plata (UNLP), rechazó también los
argumentos sobre el uso de agua que genera esta
actividad y señaló que la demanda de una mina
‘no supera a la de una finca para el riego de su
producción'. ‘La cantidad de agua que utilizan es
ínfima en relación con la cantidad de agua que se
utiliza para riego’, subrayó, y puntualizó que en sus
investigaciones sobre el tema no ha encontrado
‘jamás que hubiera un problema con el consumo
de agua’ [...]”.
Diagonales.com. “El cianuro no produce ningün problema
en la naturaleza", 14 de febrero 2012.
En: http://diagonales.infonews.com/Content.aspx?ld=173492
Minera Alumbrera - YMAD-UTE.
En: http://www.alumbrera.com.ar/inst-beneficios.asp
Lo que dejan las minas
“[...] Según [Eduardo] Galeano, tanto las mineras
como las empresas forestales o las plantas de ener­
gía nuclear son vendedores de felicidad y prosperidad:
‘Un día desaparecen dejando tras de sí solo agujeros
y fantasmas. Palacios vacíos, llenos de telarañas y
1.
2.
también ilusiones rotas y esperanzas perdidas. Esto
es lo que tiene que enseñarnos a defender nuestros
recursos naturales’
LosAnde
Diario
s. Federico Fayad, “Galeano. en defensa del agua y
contra la minería”. 22 de marzo de 2011. En: http://losandes.com.ar/
notas/2011/3/22/galeano-defensa-agua-contra-mineria-557639.asp
Agrupá, por un lado, los puntos de vista a favor de
¿Con qué otras actividades productivas compara a la
la minería y, por otro, aquellos que estén en contra.
Para cada caso, identificá al menos tres argumentos
esas actividades y la minería.
que los fundamenten.
Analizá exhaustivamente la frase de Eduardo Galeano.
minería y por qué? Identificá puntos en común entre
3. ¿Por qué consideras que la actividad minera es un
tema que genera controversia?
CAPÍTULO
Conflictos ambientales del modelo minero
6
6
Actualmente, en Argentina, tienen lugar una decena de conflictos ambientales del modelo minero.
Al hacer referencia a un modelo minero, hablamos de una forma distintiva de producción llevada
adelante por empresas transnacionales que cuentan con ventajas impositivas otorgadas por el Estado a partir de leyes sancionadas en la década del 90. La modalidad de extracción predominante
es a cielo abierto de minerales metalíferos, en su mayoría, de plata, oro y cobre. Los principales
ejes de los conflictos mineros son:
Voladuras: los metales se encuentran en pequeñas partículas que están diseminados en grandes extensiones y, para iniciar el proceso de extracción, se realizan voladuras de las rocas de
las montañas. Este procedimiento altera el ambiente de manera definitiva. En poco tiempo, se
configuran los open pit, es decir, los agüeros o tajos característicos de este tipo de minería. Las
rocas que no tienen metales se acumulan en depósitos llamados escombreras.
Uso del agua: la actividad demanda enormes cantidades de agua que toma de las nacientes de
los ríos cordilleranos y de acuíferos. Hay una apropiación desigual del recurso, que al ser utilizado
para mezclar con sustancias químicas, como el cianuro o el mercurio –que permiten separar las
rocas del metal–, el agua queda contaminada. El tipo de uso del agua, que hace la megaminería
en ambientes áridos, compromete la disponibilidad de agua para otras actividades económicas
tradicionales. Además, en las áreas de explotación de algunas minas, hay glaciares, importantes
fuentes de agua dulce que se ven afectadas por esta actividad.
Lixiviado y dique de colas: para separar el metal de las rocas que se obtienen en la voladura,
se utilizan distintos procedimientos. En el caso del oro, se realiza un lixiviado que consiste en
someter las rocas trituradas a un líquido de agua y cianuro. Una vez obtenidos los metales, los
líquidos utilizados se depositan en el dique de colas, una pileta construida en la montaña para
su depósito final.
Privatización del espacio: el territorio comprendido dentro del emprendimiento minero es de
acceso restringido para las comunidades, incluso cuando el área comprende glaciares, ríos y cuerpos de agua. En algunos casos, los emprendimientos están comprendidos en un área creada por
el Tratado de Complementación Minera, firmado en 1997 por Argentina y Chile, en la cual las empresas tienen libertad para accionar más allá del límite internacional. Para acceder a estas áreas,
las autoridades políticas de las provincias argentinas, deben solicitar autorización a las empresas.
Ventajas impositivas a las empresas: la llegada de las empresas mineras al país se dio en el
contexto de la sanción de un marco legal que establece la normativa en la que trabajan las empresas. Esta legislación les otorga diversas ventajas. Entre las más cuestionadas, se señala que
pagan solo el 3% del valor de lo que extraen en las minas y es la propia empresa la que declara
qué metales obtuvo y en qué cantidades. Además, no pagan impuestos sobre el agua y la energía
que utilizan en su producción.
Apropiación de las riquezas: las empresas no tienen obligación legal de procesar la producción en el país y, por lo tanto, envían los metales sin procesar a otros países donde realizan el
tratamiento industrial. De esta manera, y sumado a las ventajas impositivas, se configura una
situación que los opositores señalan como un saqueo de los recursos naturales.
Cierre de mina: los emprendimientos mineros tienen un período de producción que varía entre
los 10 y 25 años, dependiendo de la riqueza del yacimiento. Una vez que se cierra la mina, la
empresa no está obligada a realizar tareas de limpieza o mantenimiento sobre el dique de cola
o las escombreras.
129
6
El primer conflicto ambiental por la minería comenzó en Esquel (Chubut) en 2002, cuando las comunidades locales empezaron a oponerse a un emprendimiento de la empresa canadiense Meridian
Gold. La organización accedió a un plebiscito, en el que la población se manifestó, en su mayoría,
en contra del proyecto. Por lo tanto, no pudo realizarse. Este triunfo sirvió de ejemplo para otros
lugares de Argentina, como Famatina y Chilecito (La Rioja), donde se logró detener sucesivos intentos
Vocabulario
Plebiscito
Procedimiento jurídico por el que se
somete a votación popular una ley o
un asunto de especial importancia
para el Estado.
para explotar el cerro Famatina. También, comenzaron
a surgir conflictos en localidades en las que los emprendimientos ya estaban en funcionamiento, como
es el caso de Andalgalá (Catamarca), donde Bajo La
Alumbrera opera desde 1997 y, en Jachal e Iglesia (San
Juan), donde la mina Veladero funciona desde 2006.
Por otra parte, las empresas desarrollan una serie de
acciones destinadas a obtener la aprobación de las
comunidades en su actividad y minimizar el conflicto.
Para lograr lo que se conoce como licencia social, las
empresas financian proyectos comunitarios o productivos y se ofrecen para aportar económicamente en la
atención de la salud o la educación local. A partir de
estas acciones, las empresas presentan su actividad
como una minería responsable.
¿Sabías que…?
"*-/"0//| ( `)!’ /$`!")"*-/"+!|*|"+1`
Veladero, reconoció cuatro derrames de líquido con
cianuro desde 2015 a la actualidad. Los derrames contaminaron los cuerpos de agua que llegan a la ciudad
!" )‡ 1|„/`+{+ `+ƒ| 1`*|"+1)
En Chilecito y Famatina (La Rioja), la
organización de la comunidad local logró
frenar el funcionamiento de una mina a
cielo abierto en el cerro Famatina en cuatro
oportunidades, cuando los emprendimientos
estaban a cargo de diferentes empresas:
//| ( `)!’ Ã0|0(` ‚|+|+$’ ±+!`+$ `)!
y MIDAIS.
Actividad
Vean el video “El peso del oro”.
Disponible: <https://www.youtube.
`*œ41 „žŸ°.0!(™š¢
130
1
Redacten un breve resumen
sobre el tema del video.
2
¿Qué argumentos utiliza la
protagonista para oponerse a
la megaminería?
0 ))"0 !" ¦*1|+ ‡ |)" |1` /"ƒ"'+ ") `+ƒ| 1`
iniciado en 2005 y que aún continua, con una consigna
clara: “el Famatina no se toca”
Impactos de la minería en el país
U
C C fU )C ¿
Economías de enclave
Otra de las críticas que suele recibir
la actividad minera es que consolida
lo que se denomina '“economías de
enclave”, es decir, una explotación
económica desligada de los otros
sectores productivos del lugar, que se
relaciona con otras lógicas (porque su
producción se destina mayormente al
mercado mundial) y que requiere una
fuerte inversión de capital (que suele
ser extranjero). Las consecuencias de
las economías de enclave son la fuer­
te fragmentación social y regional, que
configura espacios socio-productivos
dependientes del mercado internacio­
nal, dadas las fluctuaciones imprevi­
sibles de los precios, que son fijados
por dicho mercado.
Podemos encontrar una gran cantidad de opiniones, tanto a favor como en con­
tra, acerca de la actividad minera en nuestro país. ¿En qué se basan?, ¿cuáles son
sus fundamentos? A continuación te presentamos una serie de los que se conside­
ran impactos positivos y negativos de esta actividad.
Lo que se considera positivo
A pesar de que el desarrollo de la actividad minera es aún incipiente, en la eco­
nomía argentina ya se observa su contribución al crecim iento de la producción
nacional, ganando mayor participación en el PBI e incrementando la capacidad
productiva nacional y el ahorro interno. El desarrollo de la minería también contribu­
ye al financiamiento del sector público nacional y provincial a través del pago de
impuestos por parte de las empresas mineras.
Asimismo, ha permitido diversificar los productos nacionales destinados a la
exportación, favoreciendo al mismo tiempo el acceso a nuevos mercados externos
y reduciendo los riesgos históricos vinculados a las exportaciones del sector agro­
pecuario (con la gran variación de precios en el mercado internacional). Finalmente,
las exportaciones mineras constituyen un ingreso de divisas al país.
Por otro lado, la minería genera puestos de trabajo formales, con salarios un
65% más altos que el promedio general de la economía, entre otros motivos, por­
que la tecnología aplicada a la producción requiere de personal con altos niveles
de capacitación. Además, la actividad genera un incremento del empleo indirecto,
ya que por cada empleo en la nómina de una empresa minera, se crean al menos
dos puestos de trabajo más en empresas contratistas o proveedoras.
Otro beneficio atribuido a la actividad minera es que favorece el desarrollo y la
integración territorial de regiones consideradas “alejadas” (es decir, marginales
desde el punto de vista productivo), a través de las obras de infraestructura ener­
gética y de transporte, como la extensión de la red de energía, el mejoramiento y
mantenimiento de caminos, etcétera.
El desarrollo de la minería en nuestro país promueve procesos de integración
comercial y productiva con otros países de la región, como por ejemplo Chile y Perú.
Algunas cifras permiten ilustrar algunos de los beneficios mencionados: en el
período 2002-2011, la cantidad de empleos generados por el desarrollo de la acti­
vidad minera pasó de 97.500 a 517.500, y las exportaciones, de 3.056 a 16.310
millones de dólares.
Lo que se considera negativo
Durante las primeras etapas de la actividad, el impacto ambiental negativo se
relaciona con la preparación de los caminos de acceso, la instalación de campa­
mentos, la apertura de pozos de reconocimiento, etc. Durante las etapas posterio­
res, los impactos ambientales se asocian con los métodos de explotación utiliza­
dos. Por ejemplo:
La minería puede ser riesgosa para la salud, no solo de los trabajadores mineros
sino también de los habitantes de lugares vecinos a la mina. La inhalación de
polvo y vapores puede causar problemas respiratorios, enfermedades de la piel,
oculares y degenerativas, entre otras.
La utilización, manipulación y transporte de sustancias químicas peligrosas
como arsénico, mercurio, cianuro o ácido sulfúrico generan preocupación por los
efectos que provocan en el aire, el agua y los suelos. Si no hay un efectivo con­
trol, los productos químicos utilizados en las distintas fases de procesamiento
de los metales, como cianuro y ácidos concentrados, pueden contaminar los
cursos de agua a través de los sistemas de drenaje.
• _as explosiones liberan polvillo que contiene sustancias tóxicas que contaminan
e aire y luego precipitan hacia el suelo, lo que tiene un impacto negativo en los
cultivos.
• E agua es uno de los principales insumos de la minería a cielo abierto, por lo
uue este tipo de minas presenta un elevado consumo de agua que toma de
*uentes naturales cercanas. El uso prolongado de estas fuentes puede traer el
desecamiento de cursos de agua, lagos y lagunas, y poner en riesgo la provisión
doméstica o productiva de las poblaciones cercanas.
Actores sociales de la minería nacional
_a minería involucra a una gran cantidad de actores sociales, económicos y po•:os, en los ámbitos local, regional, estatal y global.
De acuerdo con el Código de Minería, el Estado nacional y los Estados provin:¡ales tienen el dominio originario de las minas situadas en sus respectivos terrid s , pero no pueden explotar ni disponer de ellas si no es a través de empresas
v .adas. El organismo competente a escala nacional es la Secretaría de Minería
3e a Nación (SMN), que depende del Ministerio de Planificación Federal, Inversión
r jblica y Servicios. A su vez, a escala provincial, existen ministerios, secretarías,
i-bsecretarías y direcciones vinculadas con esta actividad.
Además, el Estado participa en la minería a través del Servicio Geológico Minero
Nacional, cuyo objetivo es la producción de información geológica para promover la
- .ersión en exploración minera, y ofrecer asistencia técnica y tecnológica al sector.
Los emprendimientos mineros actuales utilizan tecnología moderna, maquinaas y equipos muy costosos, que requieren altos volúmenes de inversión de capita es que solo las grandes empresas trasnacionales pueden afrontar. En nuestro
:sís, existen más de treinta grandes empresas multinacionales; algunas de ellas
son: Yamana Gold, Barrick Gold, AngloGoId Ashanti y Silver Standard Resources,
3 encore International, etcétera.
En el ámbito nacional, empresas, cámaras y asociaciones mineras y de activi­
dades vinculadas con el sector son representadas por la Cámara Argentina de
Empresarios Mineros (CAEM).
Por su parte, los trabajadores mineros se nuclean en la Asociación Obrera Mine­
ra Argentina (AOMA). Esta constituye un sindicato nacional fundado en 1953, y en
la actualidad está adherida a la Confederación General del Trabajo (CGT).
Además, durante los últimos años y en el contexto de crecimiento de la explota­
ción minera, han surgido organizaciones que se movilizan contra los proyectos mi­
neros alegando su incompatibilidad con el modelo de desarrollo local. Por ejemplo,
a comienzos del año 2003, se desarrolló en la ciudad de Esquel el primer conflicto
que colocó en la agenda política nacional la discusión en torno de la minería, sus
impactos sociales, ambientales y económicos, así como la reivindicación del dere­
cho de los habitantes a participar y decidir sobre la introducción de esta actividad
en su comunidad.
Esta primera experiencia impulsó luego la organización de una red nacional de
comunidades afectadas por la minería: las asambleas de autoconvocados. que se
desarrollan en pequeñas y medianas localidades de nuestro país, y actualmente
convergen en la Unión de Asambleas Ciudadanas.
Finalmente, a partir de los conflictos sociales generados en las últimas décadas,
y de la necesidad de contar con información científica acerca de las consecuencias
de la actividad minera, diversas disciplinas, asociaciones y ONG han producido un
saber experto, independiente de las empresas privadas y del Estado.
U n ió n da Asam b leas C iudadanas
GLENCOR E
YAMANAGOLD
Minas Argentinas S A
BARRICIC
Minería Responsable
as—
.
A n g lo G old
Ashanti
Representación de algunos de los actores
sociales de la minería en nuestro país.
Puntos de vista
¿Bienes públicos?, ¿de todos?,
¿nuestros?
El aire, el agua, los bosques y las semillas nativas, los paisajes, entre otros, son caracterizados como bienes comu­
nes. ¿Qué significa esa calificación? ¿Se trata de bienes libres?, ¿públicos?, ¿de la humanidad?, ¿de una comunidad
particular? En los textos siguientes encontrarán diferentes opiniones al respecto.
El agua, nuestro bien común
“Hoy existen dos narrativas antagónicas sobre
los recursos de agua dulce de la Tierra, en conflicto
desde los albores del siglo xxi. Por un lado está el
poderoso círculo de los tomadores de decisiones,
[...] que no ven el agua como parte de los ámbitos
comunes mundiales ni como un bien público, sino
como una mercancía que se compra y se vende en
el mercado abierto. De otra parte está el movimien­
to mundial de organizaciones de base, [...] que tra­
bajan en conjunto con los ambientalistas, los acti­
vistas [...] y expertos del agua [...], que considera
al agua como bien común y se propone que haya
agua para toda la naturaleza y para todos los seres
humanos.
”[...] ¿A quién pertenece el agua? Esa es la pre­
gunta clave. Una nueva narrativa del agua debe afir­
mar la idea de que nadie es dueño del agua; por el
contrario, el agua pertenece a la Tierra y a todas
las especies por igual. [...] Los gobiernos deben
declarar que sus ámbitos comunes nacionales de
agua son un bien público, y deben asumir la respon­
sabilidad por el servicio público de abastecimiento
de agua potable y segura a todos sus ciudadanos.
Todas las decisiones referentes a los ámbitos comu­
nes de agua deben adoptarse con transparencia y
estar sujetas al control y supervisión democráticos".
Maude Barlow. El agua, nuestro bien común. Hacia una nueva
narrativa del agua. The Council of Canadians - The Commons
- Heinrich Bóll Stiftung, 2007.
En: http://www.mx.boell.org/web/agua.html
Los patrimonios
“La riqueza natural y cultural de la Quebrada de
Humahuaca, entre otros lugares, atañe directamen­
te las posibilidades de desarrollo de los pueblos in­
dígenas según nuestras propias formas de concebir
las relaciones sociales, insertas en la Naturaleza
Cósmica, pues somos parte de ellas.
”[...] Quienes ocupamos estos territorios los he­
mos integrado como condición necesaria para la
reproducción de nuestras vidas. En cambio, el pro­
ceso de apropiación y valoración del concepto indi­
vidual y privado de las prácticas capitalistas forzó la
producción y alteró los ciclos naturales, generando
una utilización inadecuada de los recursos natura­
les [...]. Desde esta perspectiva, sostenemos los
pueblos indígenas que los patrimonios no son de la
humanidad en un sentido genérico sino que están
espacial y temporalmente situados, pertenecen a
pueblos específicos y es responsabilidad de la hu­
manidad, como en este caso, generar las condicio­
nes para que podamos recrearlos, usufructuarlos
y utilizarlos desde nuestra propia cosmovisión del
mundo".
Movimiento Indígena en la Provincia de Jujuy. “Nuestra
propuesta para la inclusión de la Quebrada de Humahuaca
como Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad por la
Unesco", en Provincia de Jujuy, Quebrada de Humahuaca.
Un itinerario cultural de 10.000 años. Propuesta para la
inscripción a la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco,
2002. En: http://www.jujuy.gov.ar/quebrada
Javier Rodríguez Pardo: “¿Por qué bienes comunes?”. Saber Cómo,
N.° 77, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, 2009. En:
http://www.inti.gob.ar/sabercomo/sc77/intil0.php
Prácticas comunes
“Los llamados ‘bienes comunes’ no son
bienes. No son ‘cosas’ separadas de noso­
tros. No son simplemente el agua, el bosque
o las ideas. Son prácticas sociales de commoning, de actuar en forma conjunta, basadas en
los principios de compartir, cuidar y producir
en común. Para garantizarlas, todos los que
participan en un ‘común’ tienen el derecho de
co-decidir las normas y reglas de su gestión.
’’Ejemplos de la rica variedad de tales expe­
riencias e innovaciones son: los sistemas de
gestión comunitaria de bosques; de canales
de agua; de áreas de pesca y tierra; [...] las es­
trategias de consumo cooperativo vinculadas
a las monedas sociales y muchas otras. Todas
ellas son claramente formas de gestión dife­
rentes, [...] [que] fueron descuidadas y margi­
nadas en los análisis políticos y económicos
clásicos. Todas ellas se sustentan en la idea
de que nadie puede tener una vida satisfacto­
ria si no está integrado en relaciones sociales;
que la plena realización personal depende de
la realización de los demás y viceversa. De
esta manera, se apagan las fronteras entre el
interés particular y el interés colectivo".
Silke Helfrich. Bienes comunes: un marco y un
caleidoscopio de prácticas sociales para otro mundo
posible. En: http://rio20.net/propuestas/bienescomunes-un-marco-y-un-caleidoscopio-de-practicassociales-para-otro-mundo-posible/
t
'J o t V l O
ícu
1. Subrayé los conceptos centrales de cada
documento y elabora un párrafo con las
¡deas principales de cada uno.
2. Sintetiza la posición planteada en cada uno
de los textos acerca de los bienes comunes
y los argumentos que la fundamentan.
a) Identifica qué tienen en común los ar­
gumentos de las posiciones tomadas
en cada texto y qué las diferencia.
Puntos de vista
J
¿Por qué bienes comunes?
“La libertad es patrimonio de todos y ‘todos nace­
mos libres en dignidad y derechos’. La libertad es un
bien común, como lo es el oxígeno que respiramos, el
color de una flor, el sonido de una cascada, el silencio
o el murmullo de un bosque, el viento, el cosmos, el
pensamiento, la velocidad de la luz o la capa de ozono.
En este sentido, el suelo, el subsuelo mineral, el glaciar,
el agua, no son recursos naturales sino bienes comu­
nes. Dicho de otro modo, las riquezas que habitan en la
Tierra no son recursos naturales, son bienes comunes.
Referirse a ellos como recursos naturales es la primera
forma de apropiación desde el lenguaje. [...]
’’Los bienes comunes no se hallan en venta, no son
negociables, precisamente porque son comunes. Tam­
poco son públicos ni naturales por más que descansen
en la naturaleza milenaria y estén al alcance depredador
del público. El concepto de público (‘total es público’)
está virtualmente asociado a que ‘no es de nadie’, no
al concepto de pertenencia de todo un pueblo (su ver­
dadera pero malversada acepción), lo que habilita su
uso irresponsable, descuidado, cuando no directamen­
te depredatorio. [...] Los bienes comunes, en definitiva,
trascienden a los bienes particulares. Los reconocemos
integrados a ecosistemas y, a su vez, a biorregiones
dentro de la gran esfera que nos involucra a todos. Es
en este sentido que no debo adueñarme del oxígeno del
aire, por ejemplo, cuando estoy obligado a compartirlo.
Incluso para los legistas, esta propiedad -m e jo r aún, lo
que es propio- termina cuando irrumpo en la del próji­
mo, válido para el caso que nos preocupa. [...]”.
sques implantados
5egún datos de la SAGPyA, en la Argentina la superficie que cubren los bosques
r-olantados es de 1.115.655 ha. Las especies predominantes son las coniferas
58,8%), los eucaliptos (25%) y las salicáceas (sauces y álamos. 10%).
Desde 1997 el ritmo de plantación ha crecido en forma constante, tanto por la
l-fgada de nuevos inversores al sector, esencialmente de origen chileno, como por
r impulso dado por la ley 25.080, que promociona esta actividad.
Misiones, Corrientes y Entre Ríos tienen las mayores superficies cultivadas del
3aís, con el 76% del total. Por su ubicación geográfica, se constituyen en el polo
*:^esto-industrial con mejores posibilidades de inserción en el Mercosur.
Buenos Aires. Santa Fe. Córdoba y La Pampa tienen una menor participación,
ron casi 100 mil ha la primera y 49 mil ha que comparten las otras tres provincias.
Esta zona tiene potencialidad exportadora debido a la cercanía con los puertos e
importantes centros de consumo, por lo que aquí se concentran las industrias que
incorporan mayor valor agregado, como la del mueble.
Estas provincias también tienen un gran desarrollo de las industrias celulósicaoapelera y maderera (dos de los subsistemas del complejo forestal). La celulósicaoapelera está constituida por una cadena cuyo eslabón primario está representado
por madera de alguna especie implantada, mientras que en su eslabón final se
procede a la elaboración de papel y cartón. La industria maderera se encarga de
la producción de rollizos para la primera transformación, esto es el aserrado o los
tableros. En los siguientes eslabones, muchas veces se realiza una segunda trans•'ormación para la obtención de muebles o carpintería de obra.
Santa Cruz. Chubut. Neuquén y Río Negro poseen cerca de 70 mil ha de plantacio­
nes que se dividen en dos regiones. Por un lado, la zona andina, con plantaciones
de coniferas; y por otro, las zonas de riego del Alto Valle del río Negro, cultivadas
con salicáceas.
Las provincias restantes acumulan casi 30 mil ha cultivadas. Estas presentan
destacables niveles de crecimiento forestal y poseen tierras aptas para la planta­
ción de pinos y eucaliptos. En estas provincias predomina la industria maderera,
sobre todo de especies nativas. Cuentan con aserraderos y pequeñas empresas de
muebles y otros productos de carpintería con especies implantadas. En general, la
producción se destina al mercado interno.
Planta de Celulosa Argentina en Zárate,
provincia de Buenos Aires.
Carga de rollizos de pinos, en la provincia
de Corrientes.
Especies
Provincia
Totales
Coniferas
Eucaliptos
Misiones
313.721
24.911
Corrientes
232.461
95.773
Entre Ríos
11.712
90.048
6.905
36.920
48.320
0
Buenos Aires
Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz
Jujuy, Salta y Tucumán
Santa Fe, Córdoba y La Pampa
Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Catamarca La
Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis
Totales
Salicáceas
0
Otras
46.316
384.948
0
810
329.044
15.919
13.386
131.065
47.826
8.118
99.769
19.595
695
68.610
6.898
16.054
204
756
23.912
34.221
12.095
2.483
0
48.799
1.749
3.031
23.377
1.351
29.508
655.987
278.832
109.404
71.432
1.115.655
Superficie (ha) de bosque implantado por provincias. Año 2002 y actualización 2004. Fuente: SAGPyA.
Bosques nativos
U
C on o cí Q
Renovales
Se llama renovales a los bosques
jóvenes, producto de alteraciones
(de origen natural o antrópico). Las
especies de árboles nuevas tienden a
dominar rápidamente el lugar. Por eso,
a diferencia de los bosques originales
(de especies diversas y diferentes
edades), estos bosques jóvenes son
de un rango de edad similar.
Vista aérea de la selva Paranaensemisionera.
Bosque de quebracho colorado en la
provincia de Santa Fe.
El uso forestal de los bosques nativos consiste en seleccionar ejemplares sa­
nos de las especies valiosas por su madera (pesada, dura y muy resistente) para
construcción y aserradero, y aprovechar las especies de menor calidad para leña
y carbón vegetal. Se considera una actividad extractiva, ya que los árboles se ta­
lan y se cosechan sus frutos y hojas, y por lo general no se dejan renovales ni se
fomenta la reforestación.
Según un informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la
Nación (elaborado en 2005), en la Argentina existen 31.443.873 ha de bosques
nativos, distribuidos en seis regiones forestales de características muy diversas:
1. Selva Paranaense-misionera. Se localiza principalmente en Misiones y en una
pequeña porción del nordeste de Corrientes. Posee una superficie de casi 3 millo­
nes de ha y se la considera la de mayor biodiversidad del país. El sector forestal
ocupa un lugar relevante en la economía provincial, ya que contribuye con el 50%
del PBI misionero. Predominan los subsistemas maderero y celulósico-papelero.
En un principio, la extracción se limitaba a las maderas llamadas “de ley" (o de
buena calidad) como el cedro, el incienso y el lapacho. Luego, con el aumento de la
demanda, también se utilizaron otras especies como el guatambú, timbó, anchico
colorado y laurel.
La producción papelera determinó la necesidad de plantar especies exóticas;
esto se hizo mediante la tala y posterior quema de tierras cubiertas por bosque
nativo, para liberar los terrenos para la forestación comercial. Esto produjo el em­
pobrecimiento y el deterioro del bosque. Los productos obtenidos en estas plan­
taciones (para carpintería, muebles, papel) son elaborados por grandes empresas
extranjeras y pymes nacionales, y se destinan al mercado interno y externo.
Además, en la zona se produce una amplia gama de PFNM para fines alimen­
ticios, forrajeros y medicinales. Un caso especial es el de la yerba mate utilizada
para infusión (mate).
2. Selva Tucumano-boliviana o de yungas. Ocupa una franja estrecha que, en
nuestro país, recorre las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca, bor­
deando las sierras Subandinas. Especies típicas de esta selva son el jacarandá, el
horco molle y el nogal. En la mayor parte de la región han disminuido las existencias
maderables, hecho que motivó la desaparición de aserraderos y la caída drástica
de la productividad. Las grandes empresas y las pymes han ¡do extrayendo las
especies de mayor valor maderero, para luego seguir por aquellas menos valiosas.
Actualmente, la principal fuente de recursos económicos de la región es la agricul­
tura de exportación, dada por la expansión del cultivo de la caña de azúcar, soja y la
producción frutícola. Estas actividades, en conjunto, provocaron la pérdida del 80%
del área que cubría originalmente la selva. Además, se practica la cultura silvopastoril, esto es la corta de madera para construir viviendas y leña para combustible.
3. Parque chaqueño. Es la región forestal más grande del país, con más de
67 millones de ha. Comprende las provincias de Formosa, Chaco y Santiago del
Estero, y parte de Santa Fe, San Luis, Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja,
San Juan, Córdoba y Corrientes. El uso forestal se ha caracterizado por seleccio­
nar solo los ejemplares sanos de las especies valiosas por su madera, dejando
los montes con árboles enfermos y malformados, con poco valor comercial. En la
actualidad muchas pequeñas y medianas empresas aprovechan las especies de
menor calidad maderera (subsistema maderero) para la producción de postes, ar­
tesanías, etc., y se ha difundido la producción de leña y de carbón vegetal (como ya
leiste, productos que no exigen alta calidad de la madera). Algunas especies típicas
son el quebracho colorado y el blanco, y el palo santo.
4. Monte. Se encuentra en sectores de las provincias de Salta, Catamarca, La
Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, La Pampa, Buenos Aires, Neuquén, Río Negro
y Chubut. Predominan los bosques de sauce, algarrobo, retamo y jarilla. Las nuevas
demandas de mercado estimulan la tala de algarrobo para mueblería y parquet,
destinados básicamente al mercado interno. Esta selección lleva a la pérdida de
os pocos ejemplares de buena calidad que quedan, aunque en los últimos años se
observa un proceso de revalorización del uso de los bosques orientado a racionaizar su explotación y a la reforestación de los bosques altamente degradados, es
decir, se está produciendo un cambio en cuanto al manejo del recurso.
5. Espinal. Incluye parte de las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe,
Córdoba, San Luis, La Pampa y Buenos Aires. Es un bosque xerófilo en el que se
distinguen tres subregiones según la especie predominante: del ñandubay al norte,
del algarrobo en el centro y del caldén al sur. La industria maderera no es muy signi­
ficativa en esta zona dado que se han agotado prácticamente los ejemplares de ca­
lidad, por lo que se saca la vegetación y se quema el suelo para otros usos, como
el agrícola y el ganadero. En general, tampoco se hace extracción selectiva, sino
que las especies restantes se usan para elaborar carbón, artesanías o como leña.
6 . Bosque Andino-patagónico. Se extiende desde el sur de Mendoza hasta la
provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Es una estrecha
franja boscosa que se ubica en las laderas de la cordillera patagónica.
El aprovechamiento foresto-industrial con escala comercial se basa en la tala
selectiva, principalmente de lenga, ciprés y araucaria, ya que otras especies de
valor maderero, como el alerce y el raulí, ocupan áreas muy restringidas y en su
mayoría en territorio de parques nacionales (por lo que no es posible su explotación
forestal).
En la actualidad, operan aproximadamente 60 aserraderos, en general pequeños,
que elaboran unos 110.200 m3/año de madera rolliza. En cuanto al procesamiento
primario, el 92% de la materia prima proviene del bosque nativo, pero la participa­
ción del bosque de cultivo se encuentra en aumento. En algunas localidades de la
región, la extracción de PFNM, como hongos y helechos, significa una fuente de
ingresos alternativa para los pobladores.
Comercialización de artesanías de
algarrobo en la provincia de Salta.
SELVA
MISIONERA
MONTE
Un bosque que se reduce
Durante las últimas décadas se ha ejercido una presión creciente sobre los bos­
ques nativos, tanto por su reemplazo por otras actividades productivas como por el
alto nivel de extracción y el impacto de la tala ¡legal. Esto determinó una reducción
y un proceso de degradación del recurso que, según especialistas, pone en riesgo
tanto su subsistencia como el abastecimiento de productos forestales.
Según el Primer inventario de bosques nativos, nuestro país está atravesando
uno de los períodos de pérdida de bosque nativo más importantes de su historia.
Entre 1937 (año del Primer Censo Nacional Agropecuario) y 2011, se perdieron
más de 10 millones de ha en todo el territorio nacional.
Ante este panorama, considerado de "emergencia forestal” por el Estado nacio­
nal, surge la necesidad de elaborar e implementar políticas estatales tendientes a
conservar y restaurar nuestros bosques nativos, para las generaciones presentes y
las futuras, tal como lo establece el artículo 41 de la Constitución Nacional.
En 2007 se sancionó la Ley Nacional 26.331 de Protección Ambiental de los
Bosques Nativos, con el fin de revertir este proceso de pérdida de masa forestal.
Mediante esta ley se creó el Programa Nacional de Protección de los Bosques Na­
tivos, que se basa en el Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos (OTBN)
y el fomento de actividades de conservación y restauración en cada una de las
provincias.
B
BOSQUE
ANDINO
PATAGÓNICO
1R e g io n e s fore stale s
(bosques nativos)
H g
B o sq u e s im p la n ta d o s
(Arg.)
Argentina, parte continental americana.
Principales áreas de distribución de los
bosques implantados y nativos.
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7.
Elabora una red conceptual
que resuma alguno de los
subsistem as del complejo
forestal argentino (carac­
terísticas, ubicación, espe­
cies. usos y productos).
Bienes y servicios ambientales
Los bosques y las selvas nativas
como bienes comunes
Desmonte en la selva Misionera.
Los bosques y las selvas nativas son bienes comunes, muy importantes e^
nuestro país por sus funciones y por las disputas que se ciernen en torno a ellos.
Como ya sabés, la Argentina cuenta con una gran diversidad de bosques y selvas
nativas: se destacan los bosques del Chaco seco y del Chaco húmedo, los bos­
ques patagónicos, la selva Paranaense y las selvas de montaña o yungas. Estos
ámbitos prestan una diversidad de servicios ambientales: reservorios de diversidac
biológica, protección de suelos y aguas, regulación de temperaturas y absorción de
dióxido de carbono, entre otros. También son los ámbitos de vida y de desarrollo de
diferentes comunidades indígenas y campesinas, algunas desde tiempos ancestra­
les y otras desde hace varias generaciones: estos grupos no solo obtienen de esos
bosques y selvas alimentos y medios para construir sus viviendas e instrumentos,
sino también su identidad y su cosmovisión.
Como ya leiste en el capítulo 9, las selvas y los bosques nativos vienen regis­
trando un importante proceso de transformación que si bien es de larga data, se
ha potenciado en las últimas décadas. En particular, la superficie y la calidad de
estos bosques y selvas han disminuido notablemente desde principios del siglo
xx. Además de la reducción en su extensión por deforestación (es decir, por tala
completa de la masa arbórea), también cabe señalar el proceso de degradación de
bosques y selvas debido a la extracción selectiva de ciertas especies de alto valor
comercial: esto ha sucedido, por ejemplo, con los cedros y robles de las yungas, lo
que potenció la disminución de la diversidad biológica de esas selvas.
La explotación de bosques y selvas
LA TIERRA A
LOS CAM PESINOS
ET CAM PESINAS!
Afiche que ilustra los desmontes y la
resistencia de los campesinos que
defienden sus tierras.
Diferentes procesos contribuyeron a esa disminución y degradación de los bos­
ques y las selvas nativas. Entre ellos podemos mencionar la construcción de las
diferentes líneas ferroviarias del territorio nacional, que llevó a la utilización de los
bosques de quebracho y algarrobo como fuente para la provisión de durmientes o,
incluso, como leña para fraccionar sus locomotoras: en esos mismos bosques tuvo
lugar, asimismo, la explotación taninera, principalmente entre principios y mediados
del siglo xx. La expansión de ciertos cultivos industriales también contribuyó a la de­
forestación, como el cultivo del algodón en el Chaco y el de la yerba mate y el té en
Misiones, sobre todo entre las décadas de 1920 y 1960. Más recientemente, las
principales amenazas a la preservación de los bosques y selvas nativas provienen
de la expansión del cultivo de la soja, sobre todo en el Chaco (seco y húmedo) y en
el espinal Pampeano, y de la forestación con especies exóticas (pino, eucalipto),
en especial en la selva Paranaense; de hecho, se señala que esa selva es la que
ha registrado una mayor disminución desde mediados del siglo xx (del orden del
40% de su superficie). Junto con la implantación de estos cultivos se ha extendido
el uso de plaguicidas, que podrían alterar la flora y la fauna nativas en las áreas
vecinas, además de que también podrían provocar diversos daños a la salud de las
poblaciones que habitan esas zonas.
Asimismo, esos procesos de expansión agrícola y forestal sobre bosques y sel­
vas nativas están afectando su condición de bienes compartidos por comunidades
indígenas y campesinas, ya que implican la apropiación de esas tierras por parte
de empresarios y derivan, con ello, en el desplazamiento (a veces de manera vio­
lenta) de las comunidades que habitan esos lugares. Por eso se afirma que la defo­
restación de bosques y selvas nativas conlleva tanto la destrucción de la diversidad
biológica como de la diversidad cultural.
4
Bases naturales de la República Argentina
Distribución del agua en Argentina
Como ya vimos, el territorio argentino presenta una región conocida como diagonal árida, que abarca
más de la mitad de su superficie. En contraposición, el territorio restante se considera integrante de
la Argentina húmeda. Esta diferenciación general, que tiene que ver con la distribución desigual de
las precipitaciones, tiene implicancias en la disponibilidad de agua superficial. Esto se debe a que
la gran mayoría de ríos, arroyos, lagos y lagunas se alimentan de las precipitaciones. Por lo tanto,
la escasez de lluvias repercute en el caudal de aguas superficiales.
Ríos en la Argentina húmeda
La Argentina húmeda se caracteriza por la existencia de grandes y caudalosos ríos que se conectan
entre sí en la conformación de las cuencas, sistemas de ríos y arroyos que drenan las aguas de una
porción de territorio. La gran parte de la Argentina húmeda forma parte de la cuenca del Plata, la
segunda cuenca de mayor importancia de Sudamérica. Su característica principal es estar atravesada por importantes y caudalosos ríos que la recorren en dirección sur hasta confluir con el Río
de la Plata y desembocar en el océano Atlántico. Además del río que da nombre a la cuenca, los
cursos principales son el Paraguay, Uruguay y Paraná.
Las cuencas hidrológicas se pueden clasificar según la forma el tipo de desembocadura. Cuando
las aguas que transportan los ríos de una cuenca finalmente son vertidas en el océano, la cuenca
recibe el nombre de exorreica. Cuando, en cambio, las aguas son vertidas en un cuerpo de agua
interno, como un lago, se denomina endorreica. Existe otro tipo de cuenca que no tiene salida a
otro cuerpo de agua y se conocen como cuencas arreicas.
La gran mayoría de las cuencas hidrológicas que conforman la Argentina húmeda son cuencas
endorreicas de vertiente atlántica, es decir que desembocan en el océano Atlántico Sur. También,
hay una importante cuenca endorreica que desemboca en la Laguna de Mar Chiquita, en Córdoba,
la cuenca Salí-Dulce.
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Cuenca del Plata
84
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CAPÍTULO
4
4
Como se observa en el mapa, la cuenca del Plata es un sistema regional que abarca cinco países
distintos y en Argentina, ocupa toda la región chaco-pampeana. Sin embargo, está compuesta por
subcuencas, es decir, sistemas hidrológicos de menor tamaño. Algunos ejemplos son la cuenca
Matanza-Riachuelo, la cuenca del río Pilcomayo, del río Iguazú, etcétera.
Los andes patagónico-fueguinos también forman parte de la Argentina húmeda. Aquí los ríos tienen
sus nacientes en la cordillera de los Andes y se alimentan tanto de las lluvias como del deshielo.
Además, en esta región, la presencia de precipitaciones abundantes a lo largo de miles de años permitió la formación de importantes lagos en los bolsones (depresiones formadas entre las montañas).
En esta región, se concentran las cuencas que conforman la vertiente del Pacífico. Esta se compone
de los cursos que desembocan en dicho océano, luego de atravesar la cordillera de los Andes. Este
grupo es mucho menos significativo que el de vertiente Atlántica, ya que la forma cordillerana divide
las aguas hacia cada ladera y es poco frecuente que un río logre atravesarla para seguir su curso al
otro lado. Un ejemplo es el del río Manso en Río Negro, como también los ríos Rivadavia, Corintos y
Futaleufú, que surcan el territorio de Chubut hasta desembocar en territorio chileno, en el río Yelcho.
Lago Escondido en Río Negro es uno de los numerosos lagos de origen glaciar de la Patagonia
Foto satelital del Río Uruguay en la zona de Salto Grande. Este río es uno de los principales de la cuenca del Plata y un recurso
natural compartido con el país limítrofe, Uruguay
85
4
Bases naturales de la República Argentina
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CUENCA EXORREICA AL ATLÁNTICO
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CUENCA ARREICA
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Cuencas y vertientes de Argentina
86
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CAPÍTULO
4
Red hidrográfica en la Argentina árida
La red hidrográfica de las regiones áridas de Argentina no es tan compleja como la de las zonas
húmedas, es decir, en las regiones norte y este del país, ya que las precipitaciones son la fuente
principal de alimentación de las aguas superficiales.
De este modo, los ríos de la Argentina árida no son tan caudalosos y presentan variaciones importantes en su caudal según la época del año y algunos incluso son temporarios, es decir que
permanecen secos la mayor parte del año y se activan durante los meses de verano.
4
Además, algunas zonas del país forman parte de cuencas arreicas que no poseen desembocadura,
sino que el agua se evapora o se infiltra ya que las corrientes son muy poco caudalosas.
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La mayor parte de la diagonal árida está comprendida por la cuenca del río Desaguadero,
que comprende territorios desde la puna hasta la costa atlántica patagónica. Si bien este
es el sistema hidrológico más importante de la región, su caudal total representa apenas
el 1% con respecto al total nacional. Esta cuenca tiene como río principal al Desaguadero, que corre en sentido norte-sur y va recibiendo el aporte de ríos que, en su mayoría, nacen en la cordillera. Este es el caso de los ríos San Juan, Jáchal, Tunuyán, Diamante y Atuel.
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Cuenca del Desaguadero
87
“Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales futuras…
“Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales
futuras… (*)
Artículo publicado en revista FRONTERAS
publicación anual del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente (GEPAMA)
del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Buenos Aires.
Autor: Doctor Ing. Agr. Walter A. Pengue
Director del Posgrado en Economía Ecológica
Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Coordinador del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente GEPAMA
wapengue@sinectis.com.ar |
www.gepama.com.ar/pengue
Todo “pasto” es agua…
La agricultura es una de las principales producciones demandantes de agua
(suma alrededor del 70 % en el promedio mundial), siendo el riego una de las
actividades que genera preocupación respecto a la disponibilidad e impactos
sobre la demanda de agua potable que puede implicar el incremento de las
extracciones a través de este hacia las décadas venideras (Bruinsma, 2003).
Producir alimentos implica consumir agua. “Todo pasto es agua” decía el
padre de la agricultura conservacionista argentina (Molina, 1967). Para producir un
kilogramo de granos, se necesitan entre mil a dos mil kilogramos de agua, lo que
equivale a alrededor de 1 a 2 m3 de agua. 1 Kg. de queso necesita alrededor de
5.000 a 5.500 Kg. de agua y uno de carne, demanda unos 16.000 kilogramos de
este elemento vital (Hoekstra, 2003).
En este sentido a pesar de la eficiencia que se ha buscado en la producción
agrícola, el agua y la sequía han sido factores restrictivos para la producción en
muchos países del mundo.
En el caso de la agricultura hay que distinguir dos componentes importantes
en el agua que se mueve del suelo a la atmósfera, que son: la evaporación y la
transpiración. La primera es la pérdida directa del agua del suelo hacia la
atmósfera y la segunda es la cantidad de agua que se mueve a través de la planta
al ser absorbida por la raíz, fluyendo por el xilema, evaporándose por el mesófilo y
finalmente difundiendo como vapor de agua a la atmósfera a través de los
estomas. Los dos componentes a los efectos de cálculos vinculados al consumo
del recurso, se integran en el concepto de evapotranspiracion.
No obstante esta importancia, la producción de granos ha considerado el
uso del agua en sistemas de secano como un insumo de uso no restrictivo y que
no ha sido imputado a las cuentas de costos y beneficios. Sin embargo, los
alimentos contienen una porción relativamente importante de agua en su
estructura y han demandado porcentajes muchísimo más altos de este insumo,
durante el proceso de producción.
Walter A. Pengue
-1-
“Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales futuras…
El comercio agrícola mundial puede también ser pensado como una
gigantesca transferencia de agua, en forma de materias primas, desde
regiones donde se la encuentra en forma relativamente abundante y a bajo
costo, hacia otras donde escasea, es cara y su uso compite con otras
prioridades (Pengue, 2006).
El análisis del uso del agua por el sector agrícola no puede menos que
considerar el hecho que 98% de las tierras cultivadas en América Latina lo son en
zonas de secano, pero que la agricultura industrial de exportación, demanda cada
día más agua para sostener su sistema de producción e incrementar su
productividad físico crematística (como por ejemplo comienza a suceder en la
región pampeana argentina).
Ya muchas regiones latinoamericanas vienen sufriendo serios problemas.
La disponibilidad de agua en México ha ido en descenso a raíz de la
sobreexplotación de los mantos freáticos y de la creciente degradación de las
partes superiores de las cuencas, lo que implica mayores costos. Como son los
campesinos quienes han sido relegados a las partes superiores de las cuencas, y
son ellos quienes han sufrido más de las políticas de apertura del comercio
agropecuario y de contención de los precios básicos, tienen menos posibilidades
de seguir sus labores tradicionales de manejo del agua y del suelo (Barkin, 1998).
El caso del uso del agua en la Argentina, especialmente para la producción
de cultivos de exportación y acompañada de la mano de un posible ciclo más seco
en los periodos por venir, obliga a una reflexión, sobre el uso consuntivo del
recurso, especialmente frente a las nuevas demandas productivistas tanto en las
áreas pampeanas, como en las regiones extrapampeanas. Es posible que el
mayor desafío de los próximos años consistirá en evitar que, por su excelente
rentabilidad en ambientes que para otras especies resultan desfavorables, la soja
mantenga un predominio que muchos consideran perjudicial en el largo plazo
(Sierra, 2006).
Países ricos y pobres en agua
Al contrario que el caso mexicano, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay
se asientan sobre uno de los tres acuíferos más grandes del mundo, que cuenta
con un volumen de unos 37 mil kilómetros cúbicos y abarca alrededor de
1.190.000 kilómetros cuadrados: El acuífero Guaraní. Otro acuífero más telúrico y
por encima del cuál se asienta la Pampa Ondulada es el Puelches, que llega hasta
el centro de Santa Fe, este de Córdoba y Noreste de Buenos Aires (Arias, 1999).
Este acuífero nutre a la ciudad de Buenos Aires y las zonas urbanas e industriales,
junto a la creciente demanda de agua en la agricultura intensiva con riego.
En el caso del Guaraní, la extracción de agua subterránea en los cuatro
países tiene como destino el 69 % para la agricultura, 21 % para industrias y 10 %
para consumo doméstico. El acuífero representa el 6 % del territorio argentino
pero se asienta sobre ricas áreas productivas como la mesopotámica y chaco
pampeana.
La creciente demanda especialmente de la agricultura y la posibilidad de
contaminación por la intensificación industrial de esta, pone en atención la
necesidad de identificar la posibilidad por un lado de los daños por contaminación
Walter A. Pengue
-2-
“Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales futuras…
del acuífero y por el otro, en un futuro mediato, las presiones vía el alocado
sistema mundial de precios de los granos, para hacer uso del recurso natural,
como fuente barata de “agua virtual”.
Entre estos costos o externalidades, las futuras ganancias del sector
agrícola deberían considerar en forma directa a la compensación por la reducción
de las áreas de producción agrícola como resultado de la intrusión salina, la
degradación del suelo y el agotamiento de la disponibilidad o acceso a los
recursos hídricos (aguas subterráneas y acuíferos), el mayor acceso (o su
restricción) al agua por parte de los grupos rurales de menores recursos y más
vulnerables para su propia subsistencia, la generación de sistemas de producción
agrícola más ricos o su pérdida derivada de las monoculturas exportadoras y las
restricciones del agua para otros usos, incluyendo los usos ambientales.
Los equipos de riego están creciendo en la Argentina, alcanzando la
superficie regada en la actualidad el 1.290.000 hectáreas. El principal porcentaje
de maquinaria y equipamiento para riego, no se ubican como podría pensarse en
las áreas con mayores limitaciones hídricas (por ejemplo, el noreste o noroeste
argentino) sino en la Región Pampeana, donde los cultivos de la agricultura
industrial demandan de agua de manera mas intensiva (Cuadro N° 1) (CNA,
2002). La dependencia de estos cultivos por agua se hace notable y cualquier
riesgo de sequía puede implicar la pérdida completa de la producción, al primar la
productividad por la estabilidad de los mismos.
Cuadro N° 1. Riego por aspersión, en cantidad de equipos por tipo y
región.
Estacionario
Pivote Central
Región
1323
1061
Pampeana
Noroeste
392
279
Fuente: Censo Nacional Agropecuario, 2002.
Avance Frontal
101
Cañón
Autopropulsado
422
59
77
Entonces, además de las evaluaciones de productividad en materia seca en
grano por gota de agua, seria interesante comenzar a considerar la calidad de los
nutrientes generados por “gota de agua” y su destino y utilización final en los
países de destino.
En este sentido, se hace estratégico, para países productores como la
Argentina y las demás naciones de la Región, “ricos en agua”, revisar mucho mas
que contemplativamente, los beneficios (no incluidos en las cuentas) generados
por el proceso de exportación con sus granos de “agua virtual” (que muchos de los
países importadores, no cuentan en sus territorios, pero que tampoco pagan en el
comercio mundial).
El intercambio de agua virtual por medio del comercio de alimentos se hace
crucial en las discusiones futuras, especialmente teniendo en cuenta que tanto las
importaciones de los países desarrollados como de las naciones que no cuentan
con agua o la han desaprovechado compulsivamente, tienen un considerable peso
en el ahorro de agua.
Walter A. Pengue
-3-
“Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales futuras…
Qué es el Agua Virtual.
El valor del agua virtual de un producto alimenticio es el inverso de la
productividad del agua. Podría entenderse como la cantidad de agua por unidad
de alimento que es o que podría ser consumido durante su proceso de producción
(FAO, 2003), es decir utilizada o contenida en la creación de productos
agropecuarios.
La circulación de agua virtual ha aumentado regularmente con las
exportaciones de los países agrícolas durante los últimos cuarenta años. Se
estima que aproximadamente el 15 % del agua utilizada en el mundo se destina a
la exportación en forma de agua virtual (Hoekstra y Hung, 2002). El 67 % de la
circulación de agua virtual esta relacionado con el comercio internacional de
cultivos. En el último quinquenio del siglo XX el trigo y la soja representaron
ambos el 47 % del total de estas salidas. Ni en los cultivos de alto o bajo valor en
el comercio internacional, ni las comunidades finales que los consumen,
reconocen en sus cuentas aun, este importante uso de recursos (Chapagain y
Hoekstra, 2003).
Es evidente que el comercio del agua virtual genera un importante
ahorro de agua en los países importadores y un posible deterioro en los
exportadores, que hacen un uso intensivo o a nivel de la sobreexplotación.
Por ejemplo, el transporte de un kilo de maíz desde Francia (tomado como
representativo de los países exportadores de maíz para la productividad de agua)
a Egipto transforma una cantidad de agua de cerca 0,6 m3 en 1,12 m3, lo cual
representa globalmente un ahorro de agua de 0,52 m3 por cada kilo
comercializado, situación que como se ve, no contabiliza los costes o
externalidades generados por el uso de esa agua en Francia.
Posiblemente, los ahorros aparentes en el uso del agua, esconden
estos costos, que merced al movimiento mundial de alimentos se triplicaron.
El comercio virtual de agua se incrementó en valor absoluto, desde 450 km3
en 1961 a 1.340 km3 en el 2000, llegando al 26 por ciento del requerimiento
total de agua para la producción de alimentos (FAO, 2003, op.cit).
Las externalidades vinculadas a las exportaciones virtuales de agua,
deberán considerar también los problemas derivados del incremento en los usos
de este recurso: intrusión salina, salinización, perdida de estructura del suelo,
lavado de nutrientes, contaminación.
Agua Virtual y Agricultura
Un país limitado en su disponibilidad de recursos hídricos podría decidir
utilizar estos de otra forma, en lugar de su aplicación a la agricultura o a cultivos
que consumen mucha agua o decidir importarlos y ahorrar el agua de su territorio
para destinarla hacia otras producciones o al consumo doméstico o industrial,
pretendiendo hacer un uso económico más eficiente del recurso.
Por ello, la restricción y los problemas vinculados a la escasez de agua en
el mundo para la agricultura y la seguridad alimentaria alertan sobre futuros
problemas en el uso eficiente del recurso.
Walter A. Pengue
-4-
La defensa de las semillas nativas y criollas
Las semillas son de
los pueblos
"Es fundamental que las semillas ca­
minen libremente de la mano de los
campesinos sin un dueño definido,
porque son patrimonio colectivo de
todos los pueblos. Por ello, para los
pueblos y las comunidades locales es
inaceptable que cualquier forma de
vida, y específicamente las semillas,
pueda ser controlada monopólicamente mediante patentes o protección de
obtentores vegetales”.
Grupo Semillas. Las leyes de semillas
aniquilan la soberanía y autonomía
alimentaria de los pueblos, 2010.
Como se señala en capítulos anteriores, una de las principales transformaciones
agrarias desarrolladas a lo largo de las últimas décadas es la especialización de
vastas zonas del país en unos pocos productos, como la soja en el área pampeana
y parte del norte argentino, así como las plantaciones de coniferas y eucaliptos,
destinadas a la obtención de pasta de celulosa, en la región Mesopotámica. Entre
otros efectos, la expansión de estas producciones ha acarreado una merma en la
tradicional diversidad de cultivos y, con ello, de semillas disponibles en el campo.
Frente a estos procesos, cada vez más se señala la importancia de rescatar y
proteger las semillas nativas, es decir, aquellas que son propias u originarias de
las diferentes regiones, como las variedades andinas de maíces, quinoa y kiwicha,
o las variedades tropicales de mandioca. También se destaca la necesidad de
recuperar y preservar las semillas criollas, es decir, aquellas traídas por las dife­
rentes comunidades de inmigrantes que han llegado al país (europeos, asiáticos,
africanos y de otros países americanos) y que fueron adaptadas, a lo largo de ge­
neraciones, a las condiciones ambientales locales; por ejemplo, las variedades de
maíz pampeano o de zapallo y maní misioneros.
Estas semillas (nativas y criollas) son consideradas como el resultado de la na­
turaleza y también de los pueblos y las comunidades que las han utilizado, conser­
vado y mejorado a lo largo del tiempo. Por eso se defienden como bienes comunes,
es decir, como bienes que se utilizan o heredan en situación de comunidad y que
son intercambiados libremente.
La importancia de las semillas nativas y criollas radica en que se adaptan mejor
a las condiciones naturales locales y, por tanto, son más tolerantes o resistentes a
adversidades bióticas (plagas) o abióticas (por ejemplo, cambios climáticos). Tam­
bién porque su disponibilidad permite que los productores familiares no dependan
de la compra de semillas comerciales mejoradas (híbridas o transgénicas). Final­
mente, porque a través de su preservación se permite la continuidad de diversas
culturas y formas productivas en el campo.
Acciones para la recuperación y el intercambio
Desde la década de 1990 diversas asociaciones de productores y algunas insti­
tuciones estatales vienen realizando una serie de acciones, como la formación de
bancos de semillas y la realización de ferias de intercambio, con el fin de promover
el rescate y la conservación de semillas nativas y criollas.
Los bancos de semillas son organizados principalmente por entidades estata­
les, en especial por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Por
ejemplo, se destaca la labor de conservación de variedades andinas y pampeanas
de papa y maíz realizada por las estaciones Famaillá (provincia de Tucumán), Per­
gamino y Balcarce (ambas en la provincia de Buenos Aires), entre otras. Algunas
de estas experiencias tienen varias décadas, como el Banco de Germoplasma de
maíces pampeanos del INTA Pergamino, organizado a partir de la década de 1950.
Más recientemente se han incorporado otras modalidades, como la conservación
de semillas en las propias fincas o chacras de los productores, como por ejemplo
en el norte de la provincia de Santa Fe.
2° FERIA NACIONAL Y 12B PROVINCIAL
SEMILLAS NATIVAS Y CRIOLLAS
4 Y 5 DE AGOSTO - DOMO DEL CENTENARIO - RESISTENCIA - CHACO
Afiche de difusión de una
feria de semillas.
"La semilla en la tierra es v id a y en las manos de las familias que la siembran, libertad"
Las necesidades básicas insatisfechas
La caracterización de las condiciones de vida a tra­
vés de la medición de las necesidades básicas insatis­
fechas centra la atención en los hogares con privación
o falta de acceso a bienes y servicios básicos como las
viviendas, condiciones sanitarias y educación. En los
últimos censos realizados en el país se considera que
un hogar está formado por el conjunto de personas que
habitan en una misma vivienda compartiendo los gas­
tos de alimentación; este concepto no tiene en cuenta
si entre ellas existe un vínculo de parentesco o familia.
Puede haber diferente tipo de hogares, algunos están
compuestos por una sola persona y otros pueden tener
muchos más integrantes, por ejemplo, puede tratarse
de una pareja con varios hijos.
La utilización del concepto de hogar en el momen­
to de evaluar las condiciones de vida implica considerar
que el acceso o no a los bienes y servicios especificados,
involucra al conjunto de las personas que lo forman.
Los indicadores de NBI utilizados habitualmente en
nuestro país evalúan las condiciones de construcción
de las viviendas, la provisión de servicios sanitarios y el
acceso a la educación.
En particular, se considera que un hogar tiene nece­
sidades básicas insatisfechas o es pobre por NBI cuan­
do posee una o más de las siguientes características:
► Vivienda inconveniente: habita, por ejemplo, pie­
za de inquilinato o vivienda precaria como un rancho,
una casilla o una casa construida con materiales inapro­
piados (paredes de cartón, piso de tierra, sin provisión
de agua por cañería dentro de la vivienda).
► Hacinamiento critico: la relación entre el número
de personas que habita la vivienda y la cantidad de cuar­
tos disponibles supera las tres personas por cuarto.
► Condiciones sanitarias deficientes: no posee re­
trete en el baño o no tiene descarga de agua.
► M enores fuera del sistema escolar: hay al menos
un niño en edad escolar, de 6 a 12 años, que no asiste a
la escuela.
tendrá pocas posibilidades de acceder a un trabajo de
buenos ingresos,
► y la cantidad de personas que dependen económi­
camente de los miembros que tienen un trabajo y un
ingreso. Cuantas más personas dependan de los que
tienen ingresos, menor será la capacidad del hogar de
alcanzar los bienes esenciales para su subsistencia.
En general, se considera que la privación asociada
con la falta de acceso a bienes y servicios tales como vi­
vienda y educación constituyen un núcleo de pobreza
estructural, es decir, un conjunto de condiciones que
tienen mayor perdurabilidad. Esto sucede, por ejemplo,
porque la modificación de las condiciones de la vivien­
da requiere una inversión de dinero que muchas fami­
lias en condiciones de pobreza no pueden realizar.
La construcción de los indicadores de NBI sobre la
base de los datos censales permitió elaborar mapas con
información precisa sobre la localización de las condi­
ciones de pobreza en nuestro país. El mapa de esta pá­
gina (doc. l ) fue elaborado con los resultados del censo
2001. En él se puede observar que las áreas con mayor
porcentaje de hogares con N BI se localizan en las pro­
vincias del noroeste y nordeste, con niveles que incluyen
a más de un tercio de los hogares que habitan en ellas.
Doc. 1 Evolución de la población con NBI para el total del país.
Existe además un quinto indicador, que se utiliza
con menor frecuencia, y que relaciona la capacidad que
tiene el hogar para proveer de los medios económicos
necesarios al conjunto de sus miembros. Este indica­
dor, denominado capacidad de subsistencia, evalúa:
► la educación del jefe del hogar, considerando que
si posee menos de tercer grado de educación primaria
157
CAPÍTULO
NOROESTE
I
P
9
NORESTE
28,2%
4,7%
P
I
33,6%
5,8%
Ar
Ar
CUYO
P
I
9
29,3%
4%
PAMPEANA
P
I
28%
6%
GBA
P
I
28,8%
7,1%
PATAGÓNICA
I
P
21%
3,1%
Ar
Pobreza e indigencia de Argentina en el primer semestre de 2017. La región noreste se encuentra muy por encima del promedio
nacional, mientras que en la región patagónica la situación es inversa
199
CAPÍTULO
Puesto
Provincia
Capital
IDH
Población
1°
CABA
0,876
3.042.581
2°
Tierra del Fuego
Ushuaia
0,871
126.212
3°
Santa Cruz
Río Gallegos
0,862
225.920
4°
Córdoba
Córdoba
0,846
3.340.041
5°
La Pampa
Santa Rosa
0,844
333.550
6°
Neuquén
Neuquén
0,842
547.742
7°
Chubut
Rawson
0,833
460.684
8°
Mendoza
Mendoza
0,832
1.729.660
9°
Santa Fe
Santa Fe
0,832
3.242.551
10°
Río Negro
Viedma
0,831
597.476
11°
Tucumán
San Miguel de
Tucumán
0,824
1.475.384
12°
Entre Ríos
Paraná
0,822
1.255.787
13°
Buenos Aires
La Plata
0,818
15.052.177
14°
La Rioja
La Rioja
0,817
341.207
15°
Salta
Salta
0,817
1.224.022
16°
Catamarca
San Fernando del
valle de Catamarca
0,815
388.416
17°
San Luis
San Luis
0,815
437.544
18”
San Juan
San Juan
0,814
695.640
19°
Corrientes
Corrientes
0,809
1.013.443
20°
Jujuy
San Salvador de
Jujuy
0,803
679.975
21°
Misiones
Posadas
0,802
1.077.987
22°
Chaco
Resistencia
0,794
1.052.185
23°
Santiago del Estero
Santiago del Estero
0,784
865.546
24°
Formosa
Formosa
0,773
539.883
9
9
Ranking provincial según los datos del IDH de Argentina, obtenidos del Informe de Desarrollo Humano 2010, realizado por el PNUD
En Argentina, al igual que en casi todas partes del mundo,
las sociedades son desiguales y las diferencias no son representadas detrás de un número. Por ello, el IDH muchas
veces presenta dificultades para estudiar una sociedad en
particular. Detrás de cifras cercanas a 1, como en el caso
de ciudad de Buenos Aires, se esconden situaciones de
pobreza y marginalidad. También, en aquellas sociedades
con IDH más bajos del país, como en Formosa y Santiago
del Estero, hay sectores sociales que viven en enclaves de
riqueza, con características muy diferentes a la de gran
parte de la población. En definitiva, el IDH no alcanza para conocer las condiciones de vida de una
población sino que es un promedio general entre las situaciones más favorables y las condiciones
más desfavorables.
193
El ingreso y los gastos
Uno de los métodos más utilizados para la estima­
ción de la pobreza en los países es el denominado línea
de pobreza. Básicamente relaciona los ingresos obte­
nidos por los miembros del hogar con los gastos que
deberían realizar para satisfacer, en forma mínima pero
adecuada, sus necesidades cotidianas.
En este método es necesario identificar el valor de
los ingresos monetarios del hogar, incluyendo salarios,
jubilaciones, jornales y cualquier tipo de ingreso efecti­
vo. Por otra parte, se requiere definir un umbral o mon­
to mínimo de ingreso por debajo del cual cada hogar,
y en consecuencia sus integrantes, serán considerados
en situación de pobreza. Para definir ese monto es im­
prescindible establecer una canasta mínima, es decir, un
conjunto de bienes que se considera pueden satisfacer
las necesidades de los hogares. Dado que el precio de los
bienes que componen la canasta fluctúa con el tiempo,
es necesario establecer su valor para cada momento en
que se quiera realizar la estimación de pobreza. El último
paso de la estimación es la comparación entre los ingre­
sos obtenidos por los miembros del hogar y el valor de la
canasta correspondiente a las necesidades de ese hogar.
En nuestro país se utilizan dos líneas o umbrales: la
línea de indigencia, que establece el mínimo de bie­
nes alimenticios requeridos por el hogar, y la línea de
pobreza, que incluye además otros gastos habituales,
como vivienda, educación, transporte, entre otros.
► Los cálculos de la línea de indigencia establecen
una canasta alimentaria básica, o sea, un listado de
la cantidad de alimentos y bebidas que se estima ne­
cesita un varón adulto para cubrir los requerimientos
calóricos que le permitan desarrollar normalmente su
actividad cotidiana. El valor monetario de esa canasta
es la unidad de medida básica que se utiliza para todos
los cálculos posteriores. Por ejemplo, para cada hogar
relevado se estima el gasto total de alimentos requerido
de acuerdo con la cantidad de miembros que tiene y
con el sexo y la edad de cada uno, y con ello se define el
monto de ingresos que deben obtener para superar la
línea de indigencia.
► La línea de pobreza se establece en relación con la
línea de indigencia. Para calcularla se considera la pro­
porción que representan los gastos alimentarios en los
gastos totales de los hogares. El valor de la línea de pobre­
za siempre es mayor que el de la línea de indigencia, por­
que esta define las condiciones de pobreza más extrema.
La información sobre los ingresos de los hogares utili­
zada para las estimaciones de la población en condiciones
de pobreza por estos métodos proviene de la Encuesta
Permanente de Hogares (EPH ). Este es un relevamiento
que realiza el INDEC en las principales áreas urbanas del
país durante diferentes momentos del año (doc. 3).
Una de las principales dificultades que plantea este
método es que en períodos de aumento frecuente de
precios los valores monetarios de las canastas que sir­
ven de base para el cálculo suben rápidamente, con lo
cual se eleva el umbral mínimo requerido y, por ende,
si los salarios no aumentan en proporción similar, crece
notablemente la cantidad de personas consideradas en
situación de pobreza.
Por otra parte, muchos especialistas piensan que
deberían incluirse en el cálculo de los ingresos aquellos
bienes que los hogares reciben en especies, por ejem­
plo, medicamentos o alimentos provenientes de planes
sociales y que también debería considerarse que la sa­
tisfacción de necesidades incluye elementos no consi­
derados, como el acceso a servicios gubernamentales o
la disponibilidad de tiempo para recreación.
Doc. 3 Incidencia de la pobreza y la indigencia en el total urbano EPH y por región estadística. Segundo semestre de 2009
Región
Total urbano EPH
Gran Buenos Aires
Cuyo
Nordeste
Noroeste
Pampeana
Patagonia
..Hogares bajóla
Hogares bajo la
linea de indigencia
Personas bajo la
linea de indigencia;
tinea dé péfeFFèZà
3.0
3.5
9,0
13,2
2,8
2.7
4.3
2.7
3.1
3.5
8,7
12,6
conformadas por
9.6
16,7
13,9
23.5
16.6
11,5
el agregado de
3.1
2.4
6,0
3,3
4.2
2.6
12,0
7.7
4,9
6,4
Nota: Las regiones
estadísticas están
aglomerados
(localidades) de la EPH.
En el glosario se detalla
cómo se componen las
regiones.
'Fuente: INDEC Encuesta Permanente de Hogares. Incidencia de la pobreza y de la indigencia. Resultados del segundo semestre de 2009.
En: http://www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/74/pob tot 2sem09.pdf {consultado e! 19/8/2010).
159
Urbanización y sistema urbano
La Argentina es uno de los países más urbanizados del mundo: más del 90%
de la población vive en asentamientos urbanos, y con este porcentaje supera a
muchos países europeos. Pero los asentamientos y la población urbana presentan
una distribución muy desigual en el territorio nacional. La población está muy con­
centrada en la región Pampeana, y dentro de ella, en un espacio metropolitano que
tiene como área central a la Ciudad de Buenos Aires.
La población se distribuye en localidades urbanas de distintos tamaños. Muy po­
cas son grandes aglomeraciones urbanas que superan el millón de habitantes (Cór­
doba, Rosario, Mendoza, Tucumán) y solo el aglomerado Gran Buenos Aires -c o n
más de 13 millones de habitantes- se encuentra a la cabeza, a mucha distancia de
las anteriores. Por otro lado, hay numerosas localidades pequeñas y medianas con
una población de entre 10.000 y 300.000 personas. En el mapa de esta página se
han identificado las ciudades que superan los 20.000 habitantes y el aglomerado
Gran Buenos Aires, el mayor espacio urbano del país.
Varios subsistemas
DENSIDAD DE POBLACIÓN
I
I Menos de 0,1 hab./km2
I
¡ de 0,1 a 1 hab./km2
H l de 1 a 10 hab./km2
l .... I de 10 a 20 hab./km2
I
l de 20 a 100 hab./km2
M i más de 100 hab./km2
PRINCIPALES CIUDADES
• Más de 5.000.000 de habitantes
• de 1.000.000 a 5.000.000 de habitantes
• de 250.000 a 1.000.000 de habitantes
• de 100.000 a 250.000 habitantes
• de 25.000 a 100.000 habitantes
• ciudades entre 20.000 y 25.000 habitantes
Distribución de los principales asentamien­
tos urbanos. Argentina, parte continental
americana.
En el sistema urbano del país se pueden identificar varios subsistemas con ca­
racterísticas propias regionales.
En la región Pampeana es donde la distribución de los asentamientos urbanos
es más homogénea y es mayor el número de ciudades que tienen importancia en
la organización territorial. En la formación de este subsistema urbano extendido tu­
vieron un papel importante las actividades agropecuarias e industriales que dinamizaron numerosos asentamientos de población y la expansión de la infraestructura
de transporte interurbano, primero con el ferrocarril y luego a través de numerosas
rutas. La red urbana se conformó en gran parte en la etapa agroexportadora y
conectó las localidades y las zonas rurales con los principales puertos de Buenos
Aires, Rosario, Mar del Plata y Bahía Blanca. Hacia el interior de las llanuras, la
circulación comercial valorizó la posición de la ciudad mediterránea de Córdoba,
que conecta los asentamientos de la llanura con los del norte y el oeste del país.
En las demás regiones del país los subsistemas cuentan con menos centros
urbanos importantes, y en muchos casos la infraestructura de transporte y comuni­
caciones entre los asentamientos urbanos y rurales no es la más adecuada.
En la región Chaqueña las localidades urbanas se distribuyen principalmente
en el este más húmedo y conectadas con las ciudades-puerto sobre el río Paraná,
en particular Resistencia, donde se concentran las actividades económicas regio­
nales.
En la región M esopotámica el subsistema urbano también está organizado a lo
largo de los ejes fluviales formados por el río Paraná y el río Uruguay. Las ciudades
más destacadas se encuentran dispuestas en el litoral de ambos ríos.
En la región Noroeste el subsistema urbano se ha desarrollado al pie de las
zona montañosa y concentrado en los valles. Se destacan San Miguel de Tucumán,
que ha funcionado como centro de conexión entre los valles de Jujuy y de Salta al
norte, Santiago del Estero al este, Catamarca y La Rioja al oeste y Córdoba al sur.
Los subsistemas urbanos del oeste árido se conforman a partir de oasis de rie­
go de distinta extensión concentrados en torno a las fuentes fluviales. El de mayor
desarrollo es el que tiene como centro a la ciudad de Mendoza.
En el sur el subsistema urbano de la Patagonia, tiene como eje principal la costa
atlántica y la ruta 3. En el oeste cordillerano el turismo ha dinamizado las localida­
des vinculadas con la ruta 40. En el norte patagónico el Alto Valle del río Negro ha
generado un subsistema propio concentrado en un oasis a lo largo de la cuenca del
río Negro, con cabecera en la ciudad de Neuquén.
Una jerarquía de ciudades y sus funciones
Muchas veces se considera que algunas ciudades tienen mayor importancia que
otras por la cantidad de población que vive en ellas, por la diversidad de funciones
y por el alcance de los intercambios. Se establece así una jerarquía dentro del con­
junto de centros urbanos o sistema urbano del país. Por ejemplo, en la provincia
del Chaco, su ciudad capital, Resistencia, tiene mayor jerarquía que la localidad de
Roque Sáenz Peña.
En general, cuanto más grande es un asentamiento urbano, más variadas son
las actividades que allí se realizan. Además, los intercambios con otros asenta­
mientos, ya sean rurales o urbanos, se multiplican. Los desplazamientos de per­
sonas, de bienes y de servicios son una muestra de las redes de intercambio que
relacionan a los asentamientos rurales y urbanos entre sí.
A través de los años, el aglomerado Gran Buenos Aires se ha mantenido en el
nivel más alto de la jerarquía urbana. Lo siguen a mucha distancia el Gran Córdoba
y el Gran Rosario, con más de un millón y medio de habitantes cada uno. Como ya
leiste, estas tres ciudades han sido los principales centros industriales del país.
Se acercan a ellas ciudades como el Gran Mendoza, el Gran La Plata, el Gran San
Miguel de Tucumán y Mar del Plata.
Las ciudades de Mendoza y San Miguel de Tucumán se desarrollaron como cen­
tros regionales a partir de la expansión de la producción vitivinícola y del azúcar de
caña, respectivamente, y su vinculación con el mercado del Gran Buenos Aires. La
ciudad de La Plata se destaca como capital de la provincia de Buenos Aires, y Mar
del Plata, por su función turística y portuaria.
Muchas ciudades medianas, capitales de provincia o cabeceras de departamen­
to y partido, cumplen funciones político-administrativas y de servicios (sanitarios,
educativos, financieros). Varias de ellas desarrollan actividades vinculadas con pro­
cesos productivos regionales, como Neuquén (petróleo y producción frutícola), el
Gran Salta (producción agroindustrial), Río Cuarto (producción agropecuaria y nudo
de transportes terrestres), Posadas (producción agrícola y forestal), Resistencia
(producción sojera, algodonera y forestal), Concordia (producción de cítricos), San
Carlos de Bariloche (turismo), etcétera.
Muchas ciudades pequeñas o pueblos se hallan diseminadas por todo el territo­
rio. Estas localidades, por lo general, prestan servicios básicos a la población rural
y son centros de acopio y de distribución de bienes. La importancia de estas ciuda­
des es mayor en las áreas donde la densidad de asentamientos urbanos es baja.
Las que más crecen, las que menos crecen
En los últimos años las grandes ciudades dejaron de ser las que más crecen.
Son las ciudades de tamaño medio las que registran mayores aumentos de pobla­
ción, ya sea por crecimiento vegetativo como por la llegada de migrantes del campo
o de otras localidades, que buscan contar con más y mejores servicios. También ha
influido la menor atracción del Gran Buenos Aires y otras ciudades más grandes.
Los especialistas en temas urbanos ven en este crecimiento y aumento de la
población de ciudades medias, un cambio en la tendencia a la concentración terri­
torial de la población.
Por otra parte, se observa el despoblamiento de muchas poblaciones pequeñas,
especialmente las de menos de 2.000 habitantes. Esto se debe al estancamiento
o falta de dinamismo de las economías regionales (como la producción de lana en
la Patagonia) o la modernización productiva que implica la mudanza de los produc­
tores agropecuarios a localidades con mayores y mejores servicios (como ocurre
en el agro pampeano). La desactivación de los servicios ferroviarios también ha
influido en el despoblamiento o estancamiento de muchos pueblos o ciudades
pequeñas.
0
Crecimiento de las ciudades
“De acuerdo con datos censales, en
general, se considera que por su creci­
miento las ciudades se pueden agrupar
de la siguiente manera:
"Grandes ciudades pampeanas: bajo
crecimiento.
"Ciudades intermedias en el Nordeste,
Noroeste y Patagonia: alto crecimiento.
"Grandes ciudades fuera de la región
pampeana: crecimiento intermedio.
"Ciudades intermedias pampeanas:
crecimiento intermedio".
Argentina del Bicentenario. Plan
Estratégico Territorial. 1816-2016.
Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios.
Ciudad de Corrientes. Como otras
localidades de la Mesopotamia, requiere
de infraestructuras para el transporte que
permitan el cruce del río Paraná.
La localidad de Humahuaca es una de
las más importantes de la quebrada
homónima, como centro de servicios para
la población del área y el turismo.
Los partidos más alejados, que también se identifican como la periferia metrooolitana, son los que registran mayor crecimiento de población y de expansión de
construcciones urbanas. Esto da una ¡dea de expansión de la “mancha urbana”
"acia el oeste, con un intenso cambio del uso del suelo rural por el urbano.
Región Metropolitana
Territorios
Ciudad Autónoma de
Buenos Aires
Población
2010
2.890.151
Partidos bonaerenses
j) s partidos del Gran Buenos Aires
Estos territorios municipales o partidos son muy numerosos y a medida que
:recen se van incorporando al espacio metropolitano. Para estudiar mejor estos
:ambios, se agrupa a los partidos en coronas o anillos. A continuación se tienen en
cuenta los que forman parte de la Región Metropolitana de Buenos Aires.
La primera corona está constituida por los partidos que crecieron, en población
y construcciones urbanas, en la etapa agroexportadora y en la de industrialización
sustitutiva. Generalmente, se incluye a los siguientes partidos: San Isidro, Vicente
_ópez, General San Martin, Tres de Febrero, Hurlingham, Morón, Ituzaingó, La Ma:anza 1 (la parte más cercana a la ciudad de Buenos Aires, es decir, las localidades
de Ramos Mejía, Villa Luzuriaga, San Justo, La Tablada, Villa Madero, Tapiales, Aldo
Bonzi y Ciudad Evita), Lomas de Zamora, Lanús, Avellaneda y Quilmes.
La segunda corona abarca los partidos que crecieron por la vinculación más
ntensa con la Ciudad de Buenos Aires, facilitada por los medios de transporte y
el proceso de relocalización industrial (las industrias dejaron de concentrarse en
barrios de la Ciudad de Buenos Aries para trasladarse a zonas más periféricas).
En esta corona se incluye a los siguientes partidos: San Fernando, Tigre, San Mi­
guel, Malvinas Argentinas, José C. Paz, Moreno, Merlo, La Matanza 2 (la parte más
alejada de la Ciudad de Buenos Aires, es decir, las localidades de Rafael Castillo,
Isidro Casanova, Gregorio de Laferrere, González Catán, Veinte de Junio y Virrey del
Pino), Esteban Echeverría, Ezeiza, Almirante Brown, Florencio Varela y Berazategui.
En los últimos años se incorporó una tercera corona, que abarca los partidos de
Campana, Zárate, Escobar, Pilar, Exaltación de la Cruz, Luján, General Las Heras,
General Rodríguez, Marcos Paz, Presidente Perón, San Vicente, Cañuelas, Brandsen, La Plata, Ensenada y Berisso.
P a rtid o s b o n a e r e n s e s
AMBA
—
* A u to p is ta s
R u ta n ac io n al
Ferrocarriles
San Isidro
292.878
Vicente López
269.420
General San Martín
414.196
Tres de Febrero
340.071
Hurlingham
181.241
Morón
321.109
Ituzaingó
167.824
La Matanza
1.775.816
Lomas de Zamora
616.279
Lanús
459.263
Avellaneda
342.677
Quilmes
582.943
San Fernando
163.240
Tigre
376.381
San Miguel
276.190
Malvinas Argentinas
322.375
José C. Paz
265.981
Moreno
452.505
Merlo
528.494
Esteban Echeverría
300.959
Ezeiza
163.722
Almirante Brown
552.902
Florencio Varela
426.005
Berazategui
324.244
Escobar
213.619
Pilar
299.077
Lím ite p rovin c ia l
Lím ite de p a rtid o
Lím ite de la C iu d a d de
General Rodríguez
87.185
Marcos Paz
54.181
Presidente Perón
81.141
San Vicente
59.478
B u e n o s A ire s
Zárate
94.461
Exaltación de la Cruz
29.805
Luján
106.273
General Las Heras
14.889
Cañuelas
51.892
Brandsen
26.367
La Plata
En el mapa se ha representado el Área Metropolitana de Bueno Aires o Aglomerado Gran Buenos Aires.
114.269
Campana
654.324
Ensenada
56.729
Berisso
88.470
Indec. Censo Nacional de Población 2010.
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En la etapa agroexportadora
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2001
Crecimiento de la mancha urbana del Aglo­
merado Gran Buenos Aires.
7.
Entre los procesos que jugaron un importante papel en la formación del AMBA.
se pueden destacar: la función que la ciudad fundada por Garay en 1580 tuvo
como capital del Virreinato del Río de la Plata, a partir de 1776; la importancia que
tuvieron el puerto de esa ciudad y su aduana desde fines del siglo xvm; la concen­
tración de funciones políticas en la Ciudad de Buenos Aires; las inversiones en
infraestructura y equipamiento que convirtieron la Ciudad de Buenos Aires en una
ciudad moderna desde principios del siglo xx; la llegada de inmigrantes desde fines
del siglo xix, muchos de los cuales se asentaron en la ciudad y en los partidos veci­
nos; la industrialización que se expandió no solo en la ciudad sino en los partidos
vecinos, que, como vimos, significó la localización de gran cantidad de industrias y
otras actividades económicas, así como el asentamiento de numerosos inmigran­
tes internos y de países limítrofes.
Veamos estos aspectos con más detenimiento, considerando grandes etapas.
fi/o d e /a P l a t a
San M artin *
f’
El crecimiento del AMBA
¿Por qué se asentó la po­
blación en los partidos veci­
nos a la Ciudad de Buenos
Aires?
Entre 1880 y 1930 se produjo el gran crecimiento de la Ciudad de Buenos Aires
y la primera expansión de los partidos bonaerense vecinos. Esto se vincula con el
auge de la economía agroexportadora y la llegada de inmigrantes de ultramar.
La Ciudad de Buenos Aires tenía el principal puerto de entrada y salida del país;
en 1880 fue declarada Capital Federal: se establecieron sus límites legales y la
jurisdicción de su municipio.
A partir de la federalización, el gobierno nacional y la municipalidad se hicieron
cargo del financiamiento de las obras públicas para convertir la ciudad en una me­
trópolis. La ciudad incorporó las funciones portuarias, primero con Puerto Madero,
construido entre 1887 y 1889 y, al quedar este en desuso, con Puerto Nuevo, cons­
truido al norte en el actual barrio de Retiro, entre 1911 y 1928. También avanzaron
la iluminación con gas y luego la eléctrica, la pavimentación de calles, la apertura
de avenidas parques y plazas, los transportes públicos como colectivos y la red de
subterráneos, con la actual línea A, así como la distribución de agua y de cloacas.
Alrededor de la Plaza de Mayo se formó el área central de la Ciudad, donde se
concentraron los negocios y las instituciones políticas. Se formaron barrios resi­
denciales de alta jerarquía en dirección al norte: Retiro, Recoleta, Palermo y luego
también Belgrano. Estos barrios (también identificados en conjunto como Barrio
Norte) y el centro recibieron prioritariamente las mejoras de las obras públicas y se
diferenciaron, desde entonces, del resto de los asentamientos, que fueron equipa­
dos más lentamente.
Al sur de la ciudad, en el valle del Riachuelo, se localizaron las industrias. Allí fue
donde se estableció la mayor parte de los inmigrantes, que se ocuparon como tra­
bajadores manuales tanto en la industria como en otros oficios. La Boca, Barracas
y Parque Patricios son los barrios que se formaron en aquel entonces. La segunda
generación de inmigrantes mejoró sus condiciones de vida y tuvo acceso a la pro­
piedad de una vivienda. A sí surgieron barrios y subcentros de comercio y servicios
alrededor del área central: Almagro, Flores, Caballito, Floresta, Villa del Parque y
Villa Crespo. Con el aumento de los medios de transporte, la población pudo tener
su residencia más alejada del lugar de trabajo y se fue instalando en barrios cada
vez más alejados del centro.
Más allá de la Capital Federal crecían otros centros urbanos próximos. Las ciu­
dades de Avellaneda, Lomas de Zamora, Quilmes, San Isidro, San Fernando, San
Martín, Morón, Merlo, etc., se vincularon a través del ferrocarril con el centro de la
Capital Federal.
DOSSIER
DOSSIER
“Vivo en el conurbano”
Una historia que expresa
miles de historias
PoR JULIA ROFé y ELISA GRACIELA CARLEVARINO
E
lizabeth, 37 años, separada, con un secundario
incompleto es jefa de hogar. Tiene dos hijas (de
19 y 16 años) que estudian y la mayor hace changas. Reside en un terrero ocupado ilegalmente lindante
al de su padre desde hace 15 años, en una vivienda precaria de material con techos de chapa, una parte, y de
losa, el resto, dos dormitorios, cocina comedor y baño.
Fue realizada a través de la autoconstrucción. El piso de
cerámica, colocado por el padre albañil, el resto, sin terminar: carece de revoque externo e interno, tiene agua
por compresor y pozo ciego. Esta vivienda está ubicada
en Villa nueva (partido de Moreno), barrio sin agua corriente, gas, cloacas ni pavimento. Su ocupación: servicio doméstico, por horas, en casas de familia. Todos los
días viaja a Almagro, Capital, para trabajar cinco horas.
Para comenzar a las 8.30 hs., se levanta a las cinco, sale
a la media hora. Camina cuatro cuadras sin asfalto para
tomar el colectivo que pasa cada veinte minutos y la
deja en el Cruce Castelar después de veinte minutos.
“Los días de lluvia no puedo salir de casa porque se inunda todo”, enfatiza. Luego, toma un colectivo que, en
cuarenta minutos, la deja en la estación San Miguel.
Sube al tren, generalmente atestado (línea San Martin)
y si no hay inconvenientes, llega en otros cuarenta minutos a la estación Chacarita. Finalmente, camina, toma
colectivo o subte, según el tiempo transcurrido y si dispone de dinero. El regreso a su casa es similar. El tiempo
de viaje se equipara al tiempo de su jornada laboral…
¡cinco horas para trabajar y otras tantas para llegar!
Lucio Kowarick (1996a), especialista en temas urba-
50
nos, incorporó la categoría de expoliación urbana para referirse a: “la ausencia o precariedad de los servicios de
consumo colectivos que con el acceso a la tierra y a la habitación, se muestran como socialmente necesarios para
la reproducción urbana de los trabajadores. La expoliación
urbana sólo puede ser entendida como una producción
histórica que, al alimentarse de un sentimiento colectivo
de exclusión, produce una percepción de que algo —un
bien material o cultural- está fallando y es socialmente necesario. De esta forma, la noción contiene la idea de que
el proceso expoliativo resulta de una sumatoria de extorsiones, es decir, retirar o dejar de proveer a un grupo, categoría o clase, lo que éstos consideran como derechos
suyos. no en la acepción propiamente de legislación positiva, sino en el sentido de una percepción colectiva según
la cual existe legitimidad en la reivindicación de un beneficio y que su negación constituye una injusticia, indignidad, carencia o inmoralidad” (Kowarick, 1996b).
Este concepto es pertinente para nuestro análisis de
la situación de los residentes en el conurbano bonaerense, de las sucesivas extorsiones que padecen en los
traslados diarios hacia sus lugares de trabajo así como
en la energía que gastan para construir su hábitat o reclamar por servicios al gobierno de turno. ¿Tienen otras
alternativas? Sí. Instalarse en el centro urbano donde
hay mayores oportunidades de empleo, acceso a bienes
de consumo colectivo, mejor transporte… pero degradando aún más su hábitat ya que deben alquilar, a un
alto costo -en las villas- piezas pequeñas, sin baño privado, para grupos familiares numerosos.
MARTÍn BoRDEnAVE
Julia Rofé es doctoranda en Sociología. Investigadora, consultora y profesora en la Carrera
de Relaciones del Trabajo y de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales y Facultad
de Ciencias Económicas, UBA.
Elisa Graciela Carlevarino es doctoranda en Sociología. Investigadora y profesora
en la Facultad de Ciencias Económicas, UBA.
51
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