EET N° 4 CUADERNILLO DE GEOGRAFÍA 5to Año PROFESORA NOELIA RODRÍGUEZ CICLO LECTIVO 2023 CAPÍTULO (Arg.) 9 9 (Arg.) 37,55% - 84,33% 30,36% - 37,54% 22,72% - 30,35% 6,57% - 22,71% (Arg.) Distribución de los hogares por departamento con condiciones de hacinamiento, según los datos del censo 2010 195 COCHENGA JHA CUANDO TENGA LA TIERRA Cuando tenga la tierra sembraré las palabras que mi padre Martín Fierro puso al viento Cuando tenga la tierra la tendrán los que luchan los maestros, los hacheros, los obreros Cuando tenga la tierra te lo juro semilla que la vida será un dulce racimo Y en el mar de las uvas nuestro vino cantaré, cantaré Cuando tenga la tierra le daré a las estrellas astronautas de trigales luna nueva Cuando tenga la tierra formaré con los grillos una orquesta donde canten los que piensan Campesino, cuando tenga la tierra sucederá en el mundo el corazón de mi mundo desde atrás, de todo el olvido Secaré con mis lágrimas todo el horror de la lástima y por fin te veré, campesino campesino, campesino, campesino Dueño de mirar la noche en qué nos acostamos para hacer los hijos Campesino, cuando tenga la tierra le pondré la luna en el bolsillo y saldré a pasear con los árboles y el silencio y los hombres y las mujeres conmigo Cantaré, Cantaré 162 Rofman Página 5 de 13 exportación de pobres del Chaco...", como denomina el proceso emigratorio, afirma que "... lamentablemente la gente que llega, por ejemplo, a Santa Fe, se encuentra con una nueva frustración, porque aquí no hay trabajo. Por el contrario, tenemos uno de los índices de desocupación y subocupación más importantes del país" (Diario Norte, febrero 22, 1993). Y esta declaración es de 1993, cuando la crisis solamente despuntaba. Al interior de la provincia del Chaco, un documento periodístico de un año posterior a la afirmación previa, consigna que el traslado incesante de familias empobrecidas del campo a la segunda ciudad de la provincia, Presidencia Roque Sáenz Peña ha provocado "... el crecimiento del cinturón de miseria en Sáenz Peña". (Diario Norte, julio 28, 1994; 18). b) Pequeños fruticultores del Alto Valle del Río Negro, incapacitados financiera y técnicamente para reconvertir sus chacras y adecuarlas a la necesaria elevación de la calidad y productividad de sus frutales, debido a las exigencias de la demanda internacional. En el Alto Valle se ha instalado una gran empresa multinacional Expofrut S.A.- que ha implantado, por primera vez, una estructura de producción para la exportación basada sobre un predio de gran extensión, con mano de obra asalariada que reúne un contingente laboral menor al que supondría mantener el modelo de chacra familiar intensiva. Frente al forzoso proceso de abandono y emigración de numerosos pequeños productores descapitalizados, se alza esta nueva modalidad productiva que acentúa la polarización social regional y, otra vez, muestra el agudo contraste entre datos macro favorables y situaciones micro de ribetes sociales desconocidos en la región. Una investigación reciente da cuenta de este proceso de agudo deterioro de la fuerza de trabajo rural y urbana, producto del proceso de transformación productiva. El documento hace referencia a la situación laboral del Alto Valle del Río Negro, donde se asienta 52% de la población provincial. En él se detalla cómo el fenómeno de cambio tecnológico en la producción frutícola, debido a las crecientes demandas de competitividad, ha afectado el mercado laboral. Se pone énfasis, en el texto, en que "... la incorporación de tecnologías se hace selectiva y las innovaciones tecnológicas son sólo accesibles a las grandes empresas, especialmente las integradas. Se profundiza, así, la segmentación interna" (Coniglio, 1996;2). Por ende, se incrementa el trabajo transitorio (estacional y temporario) y decrece la presencia de los productores familiares. Este fenómeno, en nivel rural, se acentúa en el plano urbano con la adopción de tecnologías automatizadas en el proceso de empaque, lo que incide negativamente en la demanda laboral para clasificación y embalaje de fruta. Se produce, de este modo, un claro contraste en la dinámica de dicha demanda cotejando los datos de los años '80, con respecto a la actualidad. En aquella década, "... el incremento de la expansión física e integración de la actividad frutícola absorbía fuerza de trabajo; ahora aparece un interrogante amenazador: ¿dónde se puede insertar la fuerza de trabajo liberada? ¿dentro o fuera de la región? (Coniglio, 1996;3). El documento concluye afirmando que "La competitividad de la fruticultura destruyó puestos de trabajo en la cosecha, el empacado y la industria. Su creciente complejización en todas las etapas genera importantes procesos de segmentación interna...". "Las estrategias empresariales de aumento de productividad, de integración y de expansión hacia nuevas zonas, no permiten augurar un freno a la pérdida de puestos de trabajo" (Coniglio, 1996:19). c) Los pequeños viñateros de San Juan, y en menor medida de Mendoza, no han podido reconvertir sus viñedos para reorientarlos desde una producción destinada al consumo interno de fruta y vino común de mesa, hacia otra de vino fino para segmentos de elevado nivel de ingresos y hacia la exportación, por falta de crédito y asistencia técnica. La medida oficial de apoyo a la impostergable reconversión, consistió en aprobar normas de diferimiento, por 10 años, de la exigencia de pagos de impuestos a quienes presenten programas de reconversión y/o implantación de vides aptas para la nueva etapa productiva. A este mecanismo sólo pueden acceder quienes tienen recursos financieros inmovilizables (el viñedo produce uva luego de 3 y hasta 5 años a partir de la plantación de la vid) y que no necesitan obtener ingresos para la subsistencia en el período citado. El pequeño productor, como no posee tales recursos financieros y no dispone de ingresos adicionales, tiene sólo una opción abierta: buscar otra actividad, tratando en lo posible de conservar el predio o, finalmente, abandonarlo. Eso es lo que ha estado ocurriendo en los últimos años. El segmento que puede avanzar en la iniciativa reestructuradora está claramente liderado por tres grupos económicos concentrados, con base histórica en la industria vitivinícola y con intereses en otros sectores de la economía nacional (Peñaflor, Cartelloni y Catena) . Ellos son los ganadores en este proceso, frente a la perdedora presencia de miles de pequeños productores que no tienen una posibilidad cierta de encarar la reconversión o la puesta en valor de nuevas tierras, del mismo modo que la llevan adelante los citados núcleos de empresarios de gran dimensión. Este proceso ha sido detalladamente estudiado por un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de San Juan. De sus conclusiones, se aprecia que los grandes grupos económicos que han hecho inversiones significativas en cepas adecuadas, para producir vino de calidad competitivo internacionalmente, se han incorporado a los sistemas de promoción estatal articulados en torno del diferimiento de las cargas impositivas por lo menos en 10 años. Estos consisten "... en una forma encubierta de crédito o subsidio pero que impone la obligación de localizar o desarrollar una empresa agrícola en el territorio provincial" (Gago y de la Torre, Málaga, 1995:132). Al no establecerse ninguna limitación ni requisito específico para la inversión correspondiente, los agentes económicos que intervienen son los de mayor dimensión económica - la mayoría de los cuales son extraprovinciales - que no solamente están en cadenas productivas altamente integradas, sino que tienen presencia en el eslabón de comercialización-distribución, lo que supone un factor estratégico file://C:\IADEWEB\xq\TMP1m1s42flyr.html 14/09/2002 162 Rofman Página 6 de 13 de concentración económica (Gago y de la Torre, Málaga, op.cit.:132). Las presentaciones efectuadas, según un informe fechado en 1995, preveían un sustancial incremento de la superficie dedicada a la actividad agrícola en San Juan, especialmente en el rubro vitivinícola. Los proyectos son necesariamente intensivos en capital, pues exigen cuantiosas inversiones y mejoras extraordinarias (desmonte, nivelación, riego) y ordinarias (alambrado, construcciones, plantaciones, perforaciones y equipos), además de la aplicación de tecnología de riego por goteo y microaspersión (Allub, 1994). Por supuesto que sin apoyo crediticio promocionado ni orientación derivada de la asistencia técnica, es lógico que la pequeña agricultura de riego, con un producto tradicional con dificultades de ingreso al mercado de consumo y sin las innovaciones técnológicas para reconvertirse, vaya perdiendo espacio y posibilidad de subsistencia. Se verifican, así, procesos de emigración incontrolada, con el consecuente aumento de la marginalidad social en las aglomeraciones urbanas cercanas o el traspaso de los pequeños productores al rol de asalariados de los nuevos emprendimientos promocionados, que se emplean en la etapa de implantación de las nuevas actividades. Superado el período de incorporación de las nuevas actividades intensivas en capital, gran parte de quienes hoy se encuentran operando en ese proceso no tendrán lugar en la estructura empresarial, altamente tecnificada y poco demandante de fuerza de trabajo. Coincide con esta afirmación la revista Novedades Económicas. En el documento respectivo se expresa que "... los diferimientos impositivos producirán la aceleración de un proceso, que igualmente estaba desarrollándose, orientado a la desaparición de los pequeños productores que tienen costos no sustentables ocasionados por problemas de escala y de permanencia de empresas rentables por su organización..." (Los Andes, noviembre 13, 1994:8). e) El proceso de deterioro en la actividad azucarera tucumana reconoce una historia extensa, pero se ha agudizado en los más recientes años por la total ausencia de regulación interna, la incapacidad de los pequeños productores de modificar su perfil productivo sin apoyo financiero externo y el paulatino debilitamiento de la demanda nacional. La emigración desde las pequeñas fincas ha aumentado y no existen perspectivas ciertas de un proceso ordenado de transformación de la actividad agrícola basada sobre el minifundio cañero sin un plan articulado con los productores, del que hoy se carece por falta de presencia del estado en el proceso respectivo. Así lo atestiguan diversos estudios recientes, incluyendo el que realizamos en colaboración con Nora Marqués un par de años atrás. Allí se expresa que la configuración del sector cañero tucumano muestra una elevada concentración en la pequeña unidad campesina, que reúne no menos de 60% del total de los productores de caña (alrededor de 7.000 sobre 11.000 agentes económicos dedicados a este cultivo perenne). Las características más relevantes de este conjunto social consisten en la producción a elevados costos en términos relativos, respecto de los obtenidos en fincas de mayor tamaño, bajos rendimientos, uso de tecnología atrasada, serias dificultades para acceder a precios remunerativos en las transacciones con los industriales y total imposibilidad de obtener apoyo crediticio de fomento. El análisis efectuado apunta, además a que numerosos campesinos cañeros trabajan temporariamente fuera del predio ( como los algodoneros), lo que les permite seguir produciendo caña. Por otra parte, "... los más pequeños ni siquiera se integran al sistema cooperativo, sino que continúan con prácticas históricas de vinculación directa con un ingenio; todo esto, sumado a su pequeño tamaño, esboza una configuración extremadamente compleja y dificulta el hallazgo de salidas viables..." (Marqués y Rofman, 1994:14). Este panorama lleva a procesos de expulsión que ya se estaban produciendo en el año consignado y a una perspectiva altamente desfavorable a futuro, dadas las exigencias de competitividad planteadas por la potencial competencia brasileña. Es por ello que en las conclusiones del trabajo planteábamos que, enfrentados los productores locales a la reestructuración de la actividad debido al desafío de la futura inserción en el Mercosur, se presenta un conjunto de interrogantes relativos a dicha reconversión. La respuesta revela que, si se deja actuar libremente a las fuerzas del mercado , tal como postula el actual modelo de desregulación estatal, "... lo más probable es que se profundice la incipiente alternativa actual: la expulsión de los actores más débiles a la espera de que el achicamiento signifique que queden los actores más eficientes..." (Marqués y Rofman, op.cit.:17). Si este es el panorama generalizado en la actividad azucarera tucumana, el proceso productivo en los grandes ingenios de Salta y Jujuy muestra un perfil diferente, aunque con similares consecuencias económicas y sociales. El caso paradigmático es el del Ingenio Ledesma, en el norte jujeño. Sus propietarios encararon, pocos años atrás, un profundo proceso reestructurador en su actividad productiva, que difiere de la tucumana en tanto se asienta sobre una economía de plantación con grandes extensiones propias de cañaverales y fuerza de trabajo asalariada. Esa reconversión liberó miles de trabajadores sin perspectivas laborales ciertas, pues todos ellos habitan la ciudad de Libertador Gral. San Martín, cercana al ingenio, que posee aproximadamente 60.000 pobladores totalmente dependientes del destino de dicha empresa. La acentuada desocupación allí reinante, la incesante renovación de los despidos por la ininterrumpida incorporación de procesos técnicos innovativos y la ausencia de planes de reinserción de la fuerza de trabajo desempleada generaron las conocidas protestas sociales, plenamente justificadas ante la total inacción estatal, la carencia de una red de protección social en forma de seguro de desempleo para los desocupados y el incierto futuro file://C:\IADEWEB\xq\TMP1m1s42flyr.html 14/09/2002 Siembra directa (labranza cero) Fusiones de las “BigSix” en 5 años • Dow Chemichals + DuPont • Syngenta + ChemChina • Monsanto+Bayer Monocultivos: la amenaza de los "desiertos verdes" de hoy para la producción alimentaria de mañana febrero 28, 2019 THE NATURE CONSERVANCY Por Ginya Truitt Nakata, Ex-Directora de Tierras, América Latina Hace un siglo, los científicos, la agroindustria, los agricultores y los formuladores de políticas vieron un mundo con una población cada vez mayor y sistemas de producción agrícola que no serían capaces de mantenerse al día. La agricultura necesitaba expandirse, intensificarse y volverse más productiva, pero, ¿cómo? Estimulados por las predicciones de que el mundo se quedaría sin alimentos, las innovaciones comenzaron a tomar forma. Los químicos descubrieron cómo extraer nitrógeno literalmente del aire (obteniendo por ello el Premio Nobel en 1918), un paso importante en el desarrollo de los fertilizantes sintéticos que posteriormente permitieron que la producción de cultivos creciera a pasos agigantados. Siguieron mejoras en los pesticidas y herbicidas, junto con las variedades de plantas más resilientes, lo que fortaleció aún más la agricultura en el mundo entero. Como resultado directo de todo esto, durante los últimos 50 años, mientras que la población mundial se ha duplicado y las demandas sobre la agricultura mundial se han triplicado, la proporción de personas que sufren de hambre se ha reducido a la mitad. Hay aún demasiadas personas que padecen de hambre y desnutrición en el mundo (más de 800 millones según las Naciones Unidas), pero sin duda, ha habido un gran progreso. Progreso, sí, pero no problema resuelto. En cierta forma, estamos de vuelta donde empezamos, mirando el futuro y preguntándonos cómo es que vamos a alimentar a todas esas otras personas que pronto habitarán nuestro mundo. Excepto que ahora debemos hacerlo en medio de los efectos del cambio climático y sin convertir en tierras de cultivo lo que queda de nuestras selvas tropicales, sabanas y otras áreas naturales sensibles. Sin embargo, existe un desafío aún mayor, en gran parte ignorado, que tiene que ver con las consecuencias involuntarias de los esfuerzos bienintencionados para producir más alimentos de cada hectárea de tierra. No solo nos referimos a los fertilizantes sintéticos y otros insumos químicos, sino también, lo que es más crítico, las técnicas de cultivo a gran escala que los mismos han ayudado a generar. Específicamente, la tendencia hacia las prácticas agrícolas industriales como el monocultivo ha dado lugar a vastas áreas (incluso biomas enteros) que han sido esencialmente despejadas de todas las variedades de plantas excepto una o dos, como la soja, la caña de azúcar, el maíz o el trigo. Los productores no han creado esta situación por su cuenta. Más bien, han estado respondiendo a un mercado que exige eficiencias de producción a corto plazo y en el cual el 60 por ciento de la ingesta calórica global proviene de solo cinco cultivos. El resultado final, sin embargo, es la creación de "desiertos verdes", un ataque final a la Madre Naturaleza que hace que estos cultivos no solo sean perjudiciales para el medio ambiente, sino también una amenaza a largo plazo para la agricultura en sí. Esto se debe a que el hecho de cultivar solo uno o dos tipos de plantas sobre vastas extensiones de tierra crea una espiral destructivo que agota los nutrientes del suelo, dejándolo débil e incapaz de soportar el crecimiento saludable de las plantas sin agregar cantidades cada vez mayores de fertilizantes sintéticos. También crea nuevas oportunidades para las plagas, malas hierbas y enfermedades que un paisaje con mayor biodiversidad normalmente suprimiría por sí solo, lo que da lugar a la necesidad de aplicar más y más fuertes productos químicos para combatirlas. En los cultivos de soja de Brasil, la enfermedad de moho asiático se ha vuelto tan resistente a los tratamientos químicos que muchos agricultores ahora tienen que pulverizarla varias veces en el transcurso de su temporada de crecimiento, lo que disminuye aún más la salud del suelo, el agua subterránea y la biodiversidad. De forma similar, los productores de soja en los EE.UU. y América Latina están hallando que los herbicidas relativamente menos tóxicos, como el glifosato, también conocido por su nombre de marca Roundup, no funcionan tan eficazmente como antes, lo que lleva a muchos a cambiar a químicos más fuertes que son más destructivos para la biodiversidad local. Y los investigadores han descubierto que la reducción de la diversidad de plantas en un área agrícola puede, en sí misma, atraer a un mayor número de insectos que destruyen los cultivos, en gran parte porque es tan fácil para ellos proliferar cuando su comida favorita está a su alrededor. En vista de todos estos factores, cultivar en los desiertos verdes, con aplicaciones crecientes de insumos puede realizarse hasta cierto punto, depués de lo cual la salud del suelo colapsa, las plagas y enfermedades se vuelven intolerables y la tierra pierde su productividad. Y con eso desaparece la capacidad de los sistemas agrícolas globales para mantenerse a la par con la creciente demanda de alimentos. Al confiar en las prácticas agrícolas que reducen la diversidad de plantas en áreas extensas, estamos creando resistencia a plagas y enfermedades, lo cual nos hará retroceder 50 años en términos de nuestra capacidad para producir alimentos. Entonces, ¿cuál es la respuesta a este dilema? Como dijo Albert Einstein: "no podemos resolver nuestros problemas con el mismo pensamiento que usamos cuando los creamos". Necesitamos reflexionar nuevamente y efectuar cambios fundamentales en los sistemas agrícolas mundiales, y podemos comenzar por ubicar la biodiversidad y la salud del suelo al frente de la agenda global. Sí, necesitamos salvaguardar áreas naturales críticas como las selvas tropicales y las sabanas. Pero igualmente importante es salvar nuestra capacidad futura para producir alimentos. El hecho de que no exista una Declaración de Nueva York para reducir las prácticas de monocultivos indica que nunca hemos considerado seriamente ninguna alternativa, ¡lo cual es una locura! El noventa por ciento de los alimentos del mundo se origina en la tierra. Y las técnicas agrícolas diversificadas que realmente mejoran la salud del suelo y la biodiversidad han demostrado ser más rentables y productivas a largo plazo que las que en la actualidad nos están llevando hacia el colapso de los ecosistemas. Pero eso no quiere decir que hacer este cambio vaya a ser un asunto simple. Estamos hablando de un cambio radical en la forma en que ahora se lleva a cabo gran parte de la agricultura mundial. Para lograrlo, se requerirá un mayor enfoque en la innovación y la ampliación de las tecnologías nacientes que han demostrado ser muy prometedoras para restaurar y mejorar la biodiversidad en las tierras agrícolas, y hacerlo de una manera que permita a los productores cultivar alimentos más sanos y rentables en perpetuidad. Esto incluye utilizar aditivos microbianos y otros aditivos biológicos para enriquecer los suelos, así como sistemas de cultivo de cobertura continua que conservarán la salud del suelo complementando los cultivos comerciales. Lo que se necesita es un mayor enfoque de inversión y política destinado a llevar estas innovaciones al mercado y apoyar su adopción a gran escala. El hecho de que no exista una Declaración de Nueva York para reducir las prácticas de monocultivos indica que nunca hemos considerado seriamente ninguna alternativa. Un rayo de esperanza para impulsar esta inversión lo ofrece la reciente creación del Índice de Agrobiodiversidad por parte de la organización mundial de investigación Bioversity International. El índice proporcionará a los tomadores de decisiones información crítica y un conjunto de estándares para medir la agrobiodiversidad en las dietas, la producción de alimentos y los recursos genéticos, con miras a aumentar su comprensión de cómo la agrobiodiversidad afecta la producción de alimentos e identificar acciones concretas para lograr sistemas alimentarios diversos y verdaderamente sostenibles para la creciente población mundial. Puede parecer una tarea difícil, pero hemos estado aquí antes. Científicos, productores y formuladores de políticas han enfrentado desafíos de seguridad alimentaria en épocas anteriores, desarrollando soluciones milagrosas que cambiaron completamente la agricultura. Una vez más, es hora de reactivar nuestros sistemas agrícolas globales, esta vez para ponerlos a la par de mantener las tierras saludables para que puedan continuar alimentando a la humanidad durante muchas, muchas generaciones por venir. Traducción al español del artículo originalmente publicado en el blog “Global Food for Thought” del Chicago Council on Global Affairs el 28 de febrero 2019. Federico Zuberman1 Agricultura Industrial y Agronegocio Una mirada desde la economía ecológica a un problema regional La discusión acerca de las implicancias y los impactos del modelo de agronegocios y agricultura industrial podría darse a distintos niveles y escalas. Prueba de esto es la multiplicidad de trabajos que desarrollan el problema en determinadas zonas de nuestro país, a nivel nacional, regional e incluso a nivel global, así como para algún cultivo en particular o para distintos tipos de aplicaciones de estas formas de agricultura. En el caso de la Argentina la mención a la soja y al modelo agrosojero ha cobrado un protagonismo casi excluyente. Es entendible que con una producción de más de 50 millones de toneladas anuales, lo que representa casi el 50% de toda la producción granífera del país, y habiendo incrementado la superficie sembrada con este cultivo de 5 a 18 millones de hectáreas en los últimos 20 años, la soja haya prácticamente monopolizado la discusión. De todas maneras sería interesante considerar el problema y la expansión de la soja, no solo a nivel nacional sino a nivel regional. La expansión del cultivo de soja y del denominado complejo oleaginoso ha tenido dinámicas muy similares en países vecinos, lo que obliga a hacer una reflexión: si forman parte de un mismo problema, debería ensayarse una misma solución, regional, integrada y de manera conjunta. Este capítulo apunta a integrar el análisis, con información referente a las implicancias económicas y ambientales que suelen estar divididas y desagregadas por país, para inducir, en cambio, a construir una mirada regional del problema. Por otra parte, se pretende hacer hincapié en que un análisis económico del problema no puede restringirse a una simple cuestión de análisis de precios o números crematísticos2 aislados del sustrato ambiental y social que son los contenedores del sistema. 1 Ingeniero Agrónomo por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires. Ha completado los cursos de la Maestría en Economía Social de la Universidad Nacional de General Sarmiento (ungs). Actualmente se desemplea como Investigador Docente en el Instituto del Conurbano de la ungs. 2 Crematístico: interés pecuniario de un negocio. Real Academia Española (N. del E.). 13 FEDERICO ZUBERMAN AGRICULTURA INDUSTRIAL Y AGRONEGOCIO LA SOJA EN EL CONO SUR: LA LLEGADA DE LAS REVOLUCIONES El crecimiento, tanto en importancia económica como en expansión territorial, que ha tenido el cultivo de soja en los últimos años ha anclado fuertemente en los países de nuestra región, transformando significativamente su economía, su ambiente, sus actividades agropecuarias y el perfil de sus productores. Desde su aparición en el mercado mundial a mediados de los años sesenta, el cultivo de soja ha ido expendiéndose en el mundo de manera pareja casi a un nivel exponencial. En aquel momento inicial eran apenas China y Estados Unidos los dos países productores destacados. Recién a mediados de la década del setenta, comenzaron a entrar en escena como grandes productores y exportadores de esta oleaginosa los países de Sudamérica, principalmente Brasil, Argentina y Paraguay. en México por el premio Nobel de la Paz de 1970, Norman Bourlaug. Si bien la Revolución Verde consistió centralmente en una fuerte inversión tecnológica en la producción agrícola para incrementar los rendimientos también fue pensada como una alternativa para frenar el fantasma de las “revoluciones rojas”3 que en aquella época recorría los países del tercer mundo. Evolución histórica de la siembra de soja en la Argentina, Brasil y Paraguay 25.000.000,00 Has Argentina Brasil 20.000.000,00 Has Paraguay 15.000.000,00 Has 10.000.000,00 Has 5.000.000,00 Has 250.000.000,00 0,00 Has 1961 1964 1967 1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000 2003 2006 2009 200.000.000,00 Gráfico 2. Fuente: Elaboración propia en base a datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (usda, 2011) y División Estadística de la fao (faostat, 2011) 150.000.000,00 100.000.000,00 50.000.000,00 0,00 1961 1964 1967 1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 199 4 1997 2000 2003 2006 2009 Producción (Tn) Gráfico 1. Elaboración propia en base a datos de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (fao, por su sigla en Inglés) (faostat, 2011) El posicionamiento de estos países como grandes productores de soja no fue un hecho aislado. Si bien los países del Cono Sur desde fines del siglo pasado ya estaban inmersos en el mercado global por medio de modelos de tipo agroexportador y con economías de perfil fuertemente primario, para entender la situación actual resulta imprescindible repasar y caracterizar dos procesos que se dieron en la reciente historia agrícola global. El primero de ellos fue el de la denominada Revolución Verde. Originada puertas adentro de los laboratorios entre 1940 y 1950, se expandió posteriormente a otras regiones del globo, en primer término Asia y África, y luego Latinoamérica. Con el argumento de paliar las hambrunas en estas regiones y con el aval de proyecciones demográficas que indicaban la necesidad de incrementar la producción de alimentos para solucionar una futura falta de abastecimiento global, se apuntó a la difusión de cultivares de alto rendimiento, en especial los conocidos trigos enanos desarrollados 14 La Revolución Verde cambió por completo las formas de producción agropecuaria en el mundo en general y particularmente en Asia y América Latina. De una agricultura de tracción a sangre donde el agricultor era quien seleccionaba y mejoraba la dotación genética de sus cultivos, se pasó a una totalmente mecanizada y de altos rendimientos, donde las semillas serían proveídas año tras año por compañías semilleras y donde para obtener los rendimientos esperados se recurriría a aplicar un paquete de fertilizantes, pesticidas y herbicidas. Esta nueva forma de producir alimentos implicó además un salto en el consumo mundial de petróleo y marcó un giro en la industria química, bioquímica y farmacológica. Si esta modernización tecnológica del agro trajo un incremento en la producción –sostenida en los altos inputs energéticos provenientes de combustibles fósiles–, tuvo como contrapartida la aparición de fuertes transformaciones sociales, económicas y ambientales (Pengue, 2005). La transferencia de estos cambios tecnológicos desde los laboratorios hacia esas zonas de alto potencial agrícola, se vio favorecida por el contexto económico global de libre movilidad de capitales que se inició en los años setenta. Con la caída de Bretton Woods4 y la liberación de las barreras al comercio internacional 3 “Revoluciones Rojas” hace referencia tanto a las revoluciones de inspiración comunista, como también a los movimientos independentistas de liberación nacional de África y los movimientos guerrilleros de América Latina. A pesar de las divergencias, todas representaron un importante peligro para el statu quo del capitalismo central. 4 Este acuerdo (1944) pretendía establecer un Nuevo Orden Económico Internacional que regule las transacciones financieras, estableciendo tipos de cambio fijos de acuerdo a la relación dólar-oro, otorgando rigidez y estabilidad acompañados de crecimiento económico. A comienzos del setenta esta política se abandonó. El dólar dejó de ser convertible a oro y a la crisis de estancamiento y la inflación (estanflación) de los países centrales se las pretende afrontar liberando al máximo la circulación internacional de capitales y dinamizando el mercado global. 15 FEDERICO ZUBERMAN y a los movimientos financieros, se potenció la difusión de esta nueva forma de agricultura permitiendo a estas compañías desembarcar con sus nuevas tecnologías en los países más distantes del tercer mundo. De esta manera, grandes empresas de capitales trasnacionales, desde laboratorios químicos, semilleras, industrias motrices, hasta comercializadoras exportadoras se adueñaron de la mayor parte del mercado agrícola internacional. Este cambio de rumbo tecnológico desembarcó en la Argentina ya avanzados los años setenta, acompañando el mismo proceso neoliberal que se iniciaba en el resto de los países latinoamericanos. Y tal como había sucedido a fines del siglo xix y principios del xx, se apuntaba nuevamente a un modelo de producción traccionado por y destinado a los mercados internacionales. De esa manera se cerraba una vez más, tanto en nuestro país como en el resto de la región, una etapa de consolidación de los mercados internos y de regulaciones con ciertos beneficios a pequeños productores y trabajadores rurales (Teubal, 2001). Paralelamente se comenzaba a modificar la imagen del productor agrícola, idealizado ahora con un perfil de tipo empresarial, con otra relación con el capital financiero, con nuevos tipos de contratos, con algunos cambios en la estructura de la tenencia de la tierra y, sobre todo, con una marcada dependencia de las empresas proveedoras de insumos y comercializadoras (Hernández, 2009). Si bien este proceso sentó las bases del actual modelo de agronegocios y agricultura industrial, todavía faltaba un nuevo salto que llegaría en la década de los noventa, con la consolidación de la reestructuración neoliberal de los países de América del Sur. Así como la innovación de los híbridos y el paquete tecnológico que traía la Revolución Verde se asentó en un contexto económico global que permitió su posterior difusión, un proceso similar ocurriría en la última década del siglo xx con la denominada Biorevolución o Revolución Biotecnológica. Este giro tecnológico fue, tal vez a diferencia del anterior, un salto cualitativo en la historia de la humanidad. Por primera vez se lograba la manipulación genética en organismos vegetales y la ingeniería genética alcanzaba la posibilidad de intercambiar genes de especies de distintos reinos. En el caso particular de la soja, la Revolución Biotecnológica significó la introducción del gen5 proveniente de una bacteria (Agrobacterium tumefaciens) el cual le otorgaba a la planta la capacidad de codificar una enzima que le brindara resistencia a la acción del glifosato. Ése fue el evento “40-3-2”, patentado originalmente por la compañía norteamericana Monsanto, que dio lugar a la conocida soja rr (Round Up Ready6). Para ese entonces Monsanto ya dominaba buena parte del mercado mundial de los herbicidas con su producto más conocido, el Round Up, herbicida de amplio espectro, cuyo principio activo era el glifosato. De esta manera Monsanto pasaba a ser la oferente de un combo que la posicionaba con las mayores ventajas del mercado. 5 En rigor se habla de eventos genéticos, ya que lo que se introduce no es un gen delimitado, con la capacidad de codificar una sola proteína, sino un paquete genético, que puede contener uno o más genes, promotores, virus, etc. 6 16 En castellano: Resistente al Round Up, herbicida asociado a este evento transgénico (N. del E.). AGRICULTURA INDUSTRIAL Y AGRONEGOCIO A diferencia de la Revolución Verde, la Biorevolución entró muy rápidamente en la Argentina. El paso inicial fue la creación de la Comisión Nacional Asesora en Biotecnología Agropecuaria (conabia) en 1991. Este organismo, que debía ocuparse del asesoramiento y la regulación de la liberación de la utilización de materiales vegetales y animales obtenidos mediante ingeniería genética, fue integrado por representantes del sector público (el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -inta- y el Instituto Nacional de Semillas -inase-) y por representantes de empresas interesadas en el asunto como Syngenta, Monsanto y Novartis. En pocos años, esta comisión aprobaría la liberación y el uso de la soja rr, punta de lanza de este nuevo modelo. La rápida difusión de este nuevo paquete de bajo costo monetario, hizo que en solo dos años Argentina se convierta en el segundo mayor productor de soja transgénica, detrás de Estados Unidos. Se podría decir que fue casi un laboratorio a escala nacional, que implicó en aquel momento 7 millones de hectáreas sembradas con soja. El uso y la comercialización de cultivos transgénicos fueron menos flexibles en los otros países de la región. En Brasil, si bien es sabido que a fines de los noventa se introdujeron de forma ilegal desde Argentina algunas variedades transgénicas de soja, maíz y algodón, su comercialización estuvo prohibida por varios años gracias a distintas medidas cautelares (Dellacha y otros, 2003). Luego de avances y retrocesos, y de diferencias entre gobiernos provinciales y gobiernos estaduales, recién en el año 2005 la Ley de Bioseguridad le dio el poder a la Comisión Nacional Técnica de Biotecnología (cntBio) de aprobar el uso y la comercialización de cultivos genéticamente modificados. En Paraguay, al igual que en Brasil, la introducción de soja transgénica se hizo desde fines de la década del noventa, por medio del contrabando de semillas desde Argentina. Sin embargo, la liberación legal de transgénicos para comercialización y cultivo se hizo de forma mucho más tardía y también más polémica, incluso con claros ribetes políticos. El primer cultivo transgénico permitido fue la soja rr, luego de un acuerdo entre Monsanto y algunas cámaras de productores que se llamó Acuerdo Marco sobre Incorporación de Biotecnología Agrícola, firmando en Septiembre del 2004. Este acuerdo, que incluía la liberación de cuatro variedades de soja, permitía a Monsanto cobrar regalías por el uso de los eventos transgénicos, mientras que la empresa se comprometía a contribuir con inversiones en materia de investigación en biotecnología. A pesar del avance que tuvo la soja transgénica desde el año 2004 y desde la creación del Instituto Nacional de Biotecnología Agrícola (inbio) en el año 2006 ­­­­­­­­­­­­­­­­–el cual se formó con el propósito de promover el ingreso al país y el desarrollo de nuevos cultivos transgénicos–, hubo una resistencia muy fuerte, sobre todo desde movimientos campesinos e indígenas, a la introducción de variedades transgénicas de algodón y maíz. En agosto de 2012, a tan solo dos meses del golpe parlamentario que destituyera a Fernando Lugo7, el presidente Federico Franco aprobó el ingreso del algodón 7 El 15 de junio de 2012, en la localidad paraguaya de Curuguaty, se produjo un desalojo de terrenos fiscales donde estaban asentados campesinos sin tierras, en el cual murieron 11 campesinos y 6 policías. En una investigación totalmente irregular, fueron imputados 12 campesinos. Siete días después, se llevó adelante un golpe parlamentario al presidente Fernando Lugo, a través de un “juicio” que duró menos de 24 horas (N. del E.). 17 FEDERICO ZUBERMAN transgénico. Y luego de importantes presiones por parte de Monsanto y determinados sectores de la producción agrícola, en octubre de 2012 se terminaron aprobando cuatro variedades de maíz transgénico (Carvallo, 2013). Pero con o sin transgénicos la expansión del modelo de agronegocios se consolidó de manera bastante generalizada en la región. Aún con las mencionadas diferencias en políticas internas y en el grado y la velocidad con que se dieron tales medidas, la región en su conjunto avanzó hacia un modelo de corte neoliberal, de desregulación de la economía, de apertura comercial y de retracción del Estado. Y esta impronta se vio fuertemente expresada en las transformaciones que sufrió el agro. En la Argentina, por ejemplo, se disolvió la Junta Nacional de Granos8, que era quien centralizaba la venta de granos al exterior regulando los volúmenes y controlando la fluctuación de precios. En Paraguay, si bien ya regía una economía abierta para la exportación de commodities9, se redujeron drásticamente los aranceles, a niveles casi nulos. En Brasil, con un proceso y una herencia algo diferentes, las exportaciones también aumentaron de manera explosiva. En este marco, distintas empresas comercializadoras de granos de capitales trasnacionales pasaron a dominar casi por completo las exportaciones de commodities. Por otra parte, y a la par de lo que ocurría en el plano económico y comercial, cabe remarcar el desfinanciamiento y desguace de las principales instituciones de investigación y desarrollo de cada nación, lo que abrió el juego a que sean las empresas privadas y los laboratorios quienes manejaran el grueso de las investigaciones en tecnología agropecuaria en difusión y adaptación (Calandra, 2007; Hurtado, 2010). LA CUENCA DEL PARANÁ COMO NÚCLEO DE LA PRODUCCIÓN MUNDIAL DE SOJA10 Resulta interesante entonces regionalizar el análisis y considerar a los países del Cono Sur como parte de un modelo que ha anclado territorialmente en esta región. Brasil, Argentina y Paraguay, son los máximos productores de soja en América del Sur, figurando además entre los siete máximos productores mundiales. Territorialmente estos países están conectados por uno de los cursos de agua más importantes del continente: el Río Paraná. En su recorrido, de unos 4.700 km, conforma una cuenca que abarca una superficie de avenamiento de unos 2.800.000 km2. Dicha cuenca incluye además a la subcuenca del Río Paraguay y forma parte, junto al Río Uruguay, de la Cuenca del Plata, conformando así el segundo sistema hídrico más grande de Sudamérica y el quinto del mundo. El territorio en cuestión abarca territorios de Brasil, Paraguay, Bolivia y Argenti8 Fue disuelta en el año 1991, mediante el decreto Nº 2284/91 elaborado por el entonces Ministro de Economía Domingo Cavallo bajo la presidencia de Carlos Menem (N. del E.). 9 Commodities: término derivado del inglés, en castellano sería materia prima, son los bienes o productos cuyo valor se fija en el mercado internacional (N. del E.). 10 Este apartado ha sido tomado del trabajo “La Cuenca del Río Paraná: núcleo central de la producción mundial de soja” presentado en el v Congreso Iberoamericano sobre Desarrollo y Ambiente de Redibec y v jornadas de la Asociación Argentino Uruguaya de Economía Ecológica. 12 al 14 de septiembre. Santa Fe, Argentina. 18 AGRICULTURA INDUSTRIAL Y AGRONEGOCIO na, y de considerarse el sistema hídrico completo, también la República Oriental del Uruguay. Es sin dudas la zona más poblada y más industrializada de todo el continente: se calculan unos 75 millones de habitantes en la propia cuenca del Paraná y unos 90 millones en el complejo hídrico del Plata. En efecto, su recorrido atraviesa el Estado de San Pablo –el más poblado de Brasil, responsable de un tercio del Producto Bruto Interno brasilero y cuya capital homónima es la segunda ciudad más grande del mundo– y el eje fluvial industrial Santa Fe-La Plata, el cual también concentra la mayor actividad industrial de la Argentina. La actividad agropecuaria, por su parte, al igual que las actividades industriales y de producción de energía, resulta notablemente significativa, al punto que es generadora de grandes transformaciones que traspasan los límites de la región. Pero además de estos importantes usos que provee la cuenca, la región alberga y es fuente de muchos recursos y servicios ambientales11 que tienen un valor fundamental no solo para sus poblaciones y las del continente sino para el resto del mundo. Allí se encuentran diversos biomas, o ecorregiones según el caso, con características muy particulares. Algunos ya severamente transformados o degradados y otros en vías de degradación: la Selva Paranaense, El Pantanal, las Yungas, el Altiplano, El Chaco, los Esteros del Iberá, el Pastizal Pampeano, el Delta, entre otros, son ecosistemas únicos en el mundo y de importante valor ecológico. Allí se encuentra uno de los sistemas de humedales más grandes del mundo, comprendiendo también las zonas de carga y descarga del acuífero Guaraní. El efecto sinérgico entre esas condiciones agroecológicas, el alto nivel de industrialización y las múltiples posibilidades de conexión portuaria que provee el Paraná con su hidrovía, ha generado en los países de la cuenca profundas transformaciones en términos de su producción agrícola y en particular de lo que se da en llamar el “complejo oleaginoso” (Latuada y otros, 1999). Gran parte de estas condiciones han contribuido a que la región sea el sustrato edáfico de un sector de la producción agropecuaria con mayor importancia mundial. Si tomáramos, en efecto, las estadísticas globales de producción agrícola contabilizando de manera conjunta a los países que integran la cuenca, visualizaríamos con mayor claridad la importancia estratégica que tiene esta región. El mayor productor de granos de soja desde 1960 sigue siendo Estados Unidos, secundado por Brasil, mientras que la Argentina se encuentra en tercer lugar. Sin embargo, tal como se ilustra en el Gráfico 3, los países pertenecientes a la Cuenca del Paraná, es decir Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia en forma conjunta, conforman el aglomerado de mayor producción de soja a nivel mundial desde hace casi una década12. 11 En este caso, hacer referencia al valor de los servicios ambientales no debe confundirse con la postura que pretende hacer una valoración crematística de los bienes naturales, asignando posibles precios a las funciones y los servicios ecosistémicos como la elaborada por Costanza y otros (1997). Sino que hace referencia al beneficio, provecho o utilidad que el ecosistema brinda. Para un mayor entendimiento ver: Gómez-Baggethun y De Groot (2007). 12 Tanto en Bolivia como en Paraguay la totalidad de la soja producida se da en terrenos pertenecientes a la Cuenca del Paraná. No ocurre lo mismo en Brasil y en Argentina. En Brasil, los Cerrados constituyen una importante zona de expansión actual de la agricultura así como también lo es un sector de la Amazonía, los cuales no pertenecen a esta cuenca. En la Argentina queda excluido un sector de la Pampa Arenosa y el Sudeste Bonaerense. 19 ¿Qué nos propone la Agroecología? La SAAE se constituye para aglutinar los esfuerzos científicos, de investigación, extensión y docencia en Agroecología, así como también de agricultores, agricultoras y otras personas dedicadas al desarrollo de agroecosistemas sustentables fundamentados en los principios agroecológicos. El objetivo de la SAAE es promover los principios agroecológicos en la sociedad, la soberanía alimentaria, la calidad de los alimentos y la conservación de los bienes naturales comunes, mediante la utilización óptima de los recursos locales, potenciando las culturas rurales, los valores éticos del buen vivir, la igualdad de géneros, la calidad de vida de la población, en particular la de integrantes de la agricultura familiar y campesina y de las comunidades indígenas de la región. Para ello creemos que es necesario desarrollar sistemas agroalimentarios sustentables mediante la articulación de conocimientos científicos con conocimientos tradicionales, prácticos y locales de los productores, la producción de alimentos sanos y diversos, la equidad social y la sustentabilidad ecosistémica de las condiciones de reproducción de la vida, a nivel local, regional y global, considerando en forma multicriterial el valor de todos los costos y bienes y servicios generados en el corto, mediano y largo plazo. Una de las formas de lograrlo es reduciendo la dependencia de insumos externos y tendiendo hacia una mayor autonomía mediante la potenciación de los servicios ecológicos. En este sentido, la no utilización de agroquímicos es uno de los objetivos de la agroecología, aunque no es el único, entendiendo que para ello es necesario transitar un proceso de reconversión de los sistemas productivos, que puede ser paulatino o no, hacia sistemas diversificados, estables y resilientes, capaces de producir aprovechando los procesos ecológicos a fin de poder prescindir del uso de agroquímicos. Entre otros aspectos, una producción basada en la agroecología pretende: Producir alimentos variados, abundantes, frescos, sanos y ricos en macro y micronutrientes. Incrementar los beneficios económicos a partir de la producción variada y la reducción de costos dada por la minimización en la utilización de insumos externos, del reciclaje y el aprovechamiento de materiales y energías renovables situadas. Recrear las tecnologías apropiadas adaptadas al clima, suelo y topografía local basadas en la cultura y en los modos de descubrir y validar los conocimientos generados en cada comunidad Prescindir del uso de agroquímicos, entendiendo que para ello es necesario transitar un proceso de reconversión de los sistemas productivos, que puede ser paulatino o no, hacia sistemas diversificados, estables y resilientes, capaces de producir aprovechando los procesos ecológicos para lograr el no uso de agroquímicos. Promover la salud de los suelos, incrementando el contenido de materia orgánica y la biodiversidad buscando la mejora de sus características biológicas, físicas y químicas. Propiciar y enriquecer los flujos, relaciones y ciclos establecidos entre los vegetales y animales, aspecto fundamental al diseñar y/o manejar agroecosistemas. Promover el uso y conservación de semillas nativas y criollas, el rescate de variedades localmente adaptadas y la autoproducción de semillas, buscando características que permitan el cultivo sin insumos de síntesis química. Buscar el equilibrio entre los componentes del ecosistema a partir de la recomposición y el establecimiento de ciclos, flujos y relaciones inter e intraespecíficas, para lograr la sustentabilidad, resiliencia y estabilidad ecológica a los agroecosistemas; así como la resiliencia frente al cambio climático. Incrementar las relaciones entre los productores y los consumidores a través de la comercialización, aportando a la soberanía alimentaria1. Alcanzar niveles crecientes de libertad en la toma de decisiones y empoderamiento de las personas y comunidades, disminuyendo la dependencia del mercado de insumos y productos. El rechazo de todo tipo de explotación (infantil, laboral, sexual). Promover el cambio hacia el equilibrio material y espiritual en las personas y sociedades, así como la relación armoniosa con todas las formas de existencia. El respeto de las ideas, idiosincrasia, las culturas, cosmovisiones de los y las productores/as y campesinos/as de los distintas regiones. El compromiso con la defensa de los territorios ante el avance del modelo extractivista (como el agronegocio, la megaminería a cielo abierto y la explotación petrolera con fractura hidráulica) y con el acceso, distribución y tenencia de la tierra. Promover la articulación entre los diferentes actores sociales, en el proceso de transición agroecológica, impulsando la generación y aplicación de políticas públicas, programas y planes que den soporte a los procesos de cambio. 1 La soberanía alimentaria es el DERECHO de los pueblos, de sus países o Uniones de Estados a definir su política agraria y alimentaria. (https://viacampesina.org/es/quignifica-soberanalimentaria/) Revista crisis Tirar el feedlot al asador El Laboratorio de la revista Crisis continúa su deriva gastronómica. Esta vez los conejillos de indias fueron reunidos en torno al ritual más atávico y delicioso de la cultura nacional: el asado. Carne de pastura versus carne de feedlot. Cerdo de campo versus cerdo de criadero. Pollo de granja versus pollo industrial. La reacción del gusto, del paladar, frente a la evolución irreversible de una industria que produce alimentos visualmente atractivos, con final incierto. POR: MARIANO CANAL 12 DE ENERO DE 2016 L a mente, el cuerpo y el bolsillo de cualquier argentino –y no me refiero al inexistente argentino “promedio”, sino a una entidad colectiva mucho más vasta, casi total– conoce la centralidad de la carne en lo que comemos y, más aún, en lo que preferimos comer. Hay una línea ininterrumpida entre la ronda gaucha asando a la intemperie a pocos metros de una vaca ajusticiada con el único fin de sacarle unos kilos de carne, y el ritual civilizado del asado familiar al que inclusive es incorporada la creciente minoría de vegetarianos, o al menos a sus miembros más tolerantes. La carne de vaca está en el núcleo del consumo alimentario nacional desde siempre y sus fluctuaciones a lo largo de la historia fueron un indicador bastante confiable de los ciclos económicos, de acuerdo con la tendencia al incremento o la disminución del poder adquisitivo de la población. En 2013 el consumo per cápita fue de 64 kilos, el más alto del mundo junto a Uruguay, y desde hace cien años oscila entre los cuarenta (marca registrada en los años treinta) y los casi cien (en el muy peronista año 53, récord histórico) kilos anuales. Pero esa centralidad dietética y económica, en los últimos lustros comenzó a teñirse con la sospecha sobre el tipo de carnes que los frigoríficos producen, en especial en un período de fuerte reconversión del negocio ganadero, con 10 millones de hectáreas menos dedicadas a la cría de vacas, que pasaron a formar parte del área agrícola destinada principalmente a la soja. Una palabra, feedlot, resume esas inquietudes. La imagen de un grupo de vacas pastando a campo abierto, engordando lentamente, a sus anchas, hasta que les llegue la hora de la cuchilla, es ya un recuerdo idealizado de una época pretérita, mientras avanza la modalidad del engorde a corral, un sistema industrial y estandarizado donde el ganado pasa sus últimos meses adquiriendo peso en superficies mínimas alimentado a base de maíz, harinas animales y vegetales, medicamentos y aditivos, que le proporcionan mayor masa muscular. Un sistema que optimiza la ecuación del menor espacio disponible y de los costos de producción, que sostiene los márgenes de rentabilidad de un negocio eternamente tensionado por las demandas –siempre en conflicto– del mercado interno y la exportación. Pero, en esta metamorfosis imparable de la cadena de producción de la carne, ¿también se juega algo del orden de lo sensorial? ¿Cuánto tiene para perder el sabor de la carne argentina, tradicionalmente engordada en las pasturas pampeanas, con la racionalización y el acelere que se impone en esos criaderos abastecidos de alimento balanceado y antibióticos? Con el avance del feedlot la carne vacuna parece estar recorriendo un sendero que otras carnes, como el pollo, hace décadas ya convirtieron en norma, con la crianza intensiva y taylorista, donde hasta la última de las variables está debidamente ajustada a la rentabilidad. Aunque múltiples voces y estudios alertan sobre el impacto de estas modificaciones para la salud de los consumidores y el medio ambiente (el libro de Soledad Barruti, Malcomidos, es una buena y por momentos escalofriante puerta de entrada a este panorama en rápida transformación), el objetivo del experimento que reunió a los integrantes del Laboratorio crisis era más acotado: entregarse a una prueba de doble ciego donde el único juez fuese el gusto, donde se testeara, más allá de los prejuicios, esa verdad difícil de negar que es la que marca el paladar carnívoro argentino. La metodología, entonces, fue muy simple: sobre una parrilla piloteada con destreza y paciencia por el cocinero Jorge Jara (vecino de Florencio Varela), se fueron disponiendo cortes de carne vacuna (asado, vacío y falda) tanto de animales criados con alimentación de pastura como de reses engordadas en feedlot. Además, se sumaron a la parrilla carne de pollo y de cerdo, dos segmentos donde las (no tan) nuevas prácticas de la cría industrializada tienen una alta incidencia en desmedro de los sistemas tradicionales. Pietro Sorba, italiano radicado en Argentina hace años y uno de los mejores conocedores de nuestras complejidades culinarias, acompañó al panel de degustadores de la revista mientras ilustraba sobre cómo nos refugiamos en una burbuja que desconoce buena parte de lo que ocurre con lo que ingerimos todos los días. Última anotación sobre el material que se sometió a prueba: la carne de vaca de feedlot fue comprada en una carnicería de Quilmes, al igual que el pollo de criadero; los cortes alimentados a pastura provenían de una carnicería de Berazategui (en el Barrio Marítimo); y el pollo de campo se compró en la ExpoSustentable del mismo partido bonaerense a Coego (Cooperativas Granjeras Entrerrianas de Chacras Orgánicas). Vacas, chanchos y pollos modelos Primeras impresiones: a simple vista, el color diferencia la carne de vaca alimentada a pastura de la criada en el feedlot. La primera es más oscura, con un rojo subido en los músculos y una grasa sólida y opaca alrededor; la otra, la de animal engordado en un corral a base de granos y alimento balanceado (además de antibióticos) tiene una coloración más suave, rosada, cercana al color que habitualmente atribuimos a la carne de cerdo. La grasa es blanca, más brillosa, y todo ese conjunto le da a los cortes de feedlot un aspecto visual atractivo, una apariencia que pide ser cocinada y comida sin perder un momento. Ese efecto es un objetivo pacientemente buscado por la industria intensiva de la carne, un producto de la química y la ingeniería para lograr cortes que brillen bajo las luces blancas del supermercado. Como señaló en un momento Sorba, mientras las carnes se ponían al fuego, la misma lógica permea toda la industria agroalimentaria, desde los tomates y las manzanas perfectamente simétricas a los pollos doble o triple pechuga, el aspecto visual funciona como principal seducción para el consumidor serializado que desconoce (y probablemente no quiera conocer) el proceso que se esconde detrás del telón de la producción de los alimentos. Así, los dos pollos que esperan su turno en la parrilla parecen integrantes de dos especies diferentes, o al menos dos parientes lejanos de una misma familia que tuvieron vidas de suerte despareja: el pollo de campo parece mucho más enjuto que el sobrealimentado e inflado pollo de granja industrial. Las carnes producidas a gran escala y para un mercado potencialmente mundial, son la última vuelta de tuerca de la larga relación entre el hombre y los animales domesticados. Si la supervivencia humana se explica por la historia del progresivo control sobre los elementos de la naturaleza, el salto de la agroindustria alimentaria global en las últimas décadas explica el crecimiento de una producción que debe satisfacer la demanda de millones de personas que todos los años se incorporan al consumo de proteínas animales. El color rosado y la textura blanda de la carne de feedlot es un indicio visual de esos cambios en las cadenas de producción, el resultado de un régimen de engorde basado en el maíz y otros granos, y también en la inmovilidad del ganado mientras gana peso. Un ciclo productivo que acelera en un 50 por ciento el tiempo de engorde con respecto a la alimentación a campo abierto y permite el control de la hacienda con menos personal y (solo en teoría) minimiza los riesgos de enfermedades y pérdida de cabezas. El cambio de alimentación de las vacas (y de los cerdos y de los pollos), además de producir carnes con otra consistencia y color, es parte de un proceso mayor de encadenamiento de la ganadería a las dinámicas de la agricultura fuertemente tecnologizada (que produce los granos para alimentar a los animales) y de los eslabonamientos de la industria frigorífica transnacional que necesita una oferta constante y estandarizada para satisfacer la demanda. La historia del feedlot en Argentina es bastante opaca y no hay datos ciertos sobre el peso que tiene en el aprovisionamiento del mercado interno. Lo seguro es que desde hace unos quince años esta modalidad es percibida por los ganaderos y por el propio Estado nacional (que subsidió los feedlots hasta el año 2010) como parte central de la estrategia para aumentar la producción de carnes, en un contexto de estancamiento de la cantidad de cabezas vacunas disponibles y de incremento de los precios. En paralelo, está en marcha un proceso de segmentación económica del acceso a las diferentes calidades de la proverbial “nerca” nacional. La “marca argentina” parece estar quedando reservada a las codiciadas cuotas Hilton que se exportan sin impuestos a Europa (Alemania, Holanda e Italia, cuando la tensa relación entre el gobierno y los productores así lo permite) o, en las grandes ciudades, a la demanda más sofisticada de quienes pueden pagar un plus por cortes de animales criados al aire libre, lejos de las penurias de los corrales de engorde y su aspecto de campo de prisioneros. El sabor del hacinamiento Luego de pasar revista al estado de las artes, nos sumergimos en la prueba ciega de intentar distinguir por su gusto los cortes de carne industriales y los “tradicionales”. Con los pollos no hubo discusiones: el color, la textura y la ausencia casi total de sabor identifican claramente al pollo criado en esas granjas superpobladas cuya sola visión convertiría al carnívoro más fanático en un vegano militante. Hormonas de crecimiento, antibióticos, hacinamiento y brotes de canibalismo aviar forman parte del repertorio a esta altura bastante conocido de la industria avícola. La situación se ensombrece aún más cuando se leen los datos que dan cuenta de que esta modalidad es completamente hegemónica en la producción de pollos en la Argentina y que las aves de campo han quedado reducidas a pequeños emprendimientos agroecológicos, por fuera de los circuitos comerciales habituales. La imagen encantada de gallinas y pollos picoteando libres en una granja no es más que una fantasmagoría del marketing. Una exitosa, por cierto: la industria avícola logró casi triplicar el consumo per cápita de pollo en la Argentina en la última década. En el caso del cerdo la prueba resultó menos obvia, pues el sabor de la carne de criadero intensivo no mostró diferencias radicales respecto a la de engorde tradicional. La dieta histórica de los porcinos (es decir, prácticamente cualquier cosa) parece menos afectada con el cambio a la alimentación industrial basada en granos y aditivos químicos. Probablemente esa sea la razón por la cual el panel de degustadores de crisis haya tenido más dificultades para identificar el pechito de cerdo proveniente de corral, del criado en condiciones de campo. Por último, el corazón nacional cárnico: el novillito a la parrilla. Aunque hubo algunas dudas para identificarlo a ciegas, especialmente en los cortes más magros como el vacío, se alcanzó un consenso sobre la superioridad de sabor y textura de la carne de pastura, más fibrosa y con una grasa de mejor gusto. La carne de feedlot, en cambio, resultó más blanda (más “achanchada”, dijo uno de los comensales, y el adjetivo es bueno porque expresa el doble sentido de un sabor más similar al cerdo y de una carne de animal obligado al sedentarismo del corral), con jugos menos sabrosos, más aguados, aunque –doscientos años de tradición de perfeccionamiento de las razas ganaderas no son en vano– nadie se sustrajo al goce gástrico. Si bien las facultades organolépticas son individuales, el paladar es también un producto de la adaptación al medio y a los alimentos disponibles. Nuestros parámetros de lo sabroso y lo insulso, de lo deseable y lo aborrecible están todo el tiempo sujetos a la tensión entre nuestra memoria histórica (lo que recordamos que amábamos comer) y los productos que el mercado nos ofrece como nuevas y grandes novedades. No deja de ser un tanto tranquilizador que nuestras papilas gustativas todavía sean capaces de hacer una distinción entre sabores cuyo origen es muy disímil, entre carnes producidas a partir de procesos tan diferentes como el añejo engorde a campo abierto y los minúsculos y contaminantes corrales de feedlot. Estamos en un momento donde esas cadenas productivas que se pierden en la opacidad de la industria redefinen qué sabores permanecerán y cuáles pasarán a formar parte de la exclusiva categoría de placeres exóticos pagados a precio de moneda dura. Tal vez la conclusión de esta práctica del Laboratorio crisis sea que todavía somos capaces, a ciegas, de reconocer y distinguir ciertos sabores en extinción. ¿Podrá ser así en diez, en quince, en veinte años? Si la comida, su producción y su distribución desigual fue siempre una cuestión política –y sigue siendo la cuestión política central para poblaciones todavía acosadas por el hambre–, en los últimos años la preocupación por su calidad, sus consecuencias sobre el ambiente y la salud, se convirtió en una de las principales ansiedades de las poblaciones contemporáneas. Desde los segmentos que hacen de la exploración culinaria un signo de distinción social a las organizaciones que promueven un regreso a los métodos de cultivo y elaboración de alimentos sustentables ecológicamente; desde los departamentos de marketing que diseñan estrategias publicitarias donde lo “saludable” y lo “natural” intenta camuflar el carácter sintético de sus productos a los estamentos médicos y burocráticos que promueven o prohíben ciertos consumos; la cuestión de la alimentación se tiñe con los colores de la ética del cuidado personal y la responsabilidad pública, al mismo tiempo que la industrialización aparece como la vía más rápida para abastecer a un mercado mundial en crecimiento. En el caso de las carnes argentinas esas tensiones ubican el problema en un territorio marcado por la nostalgia de los sabores de una época en retroceso y un futuro lleno de sospechas. Feedlots: Una actividad con fuerte impacto en el ambiente Un estudio académico advirtió sobre la contaminación con fósforo en las aguas y suelos pampeanos, generada por la ganadería intensiva. ¿Podrían usarse los efluentes y el estiércol como fertilizantes? POR: SEBASTIÁN TAMASHIRO 2 JULIO, 2018 (SLT-FAUBA) En el engorde a corral o feedlot, los animales reciben, en espacios reducidos, dietas que favorecen el aumento de peso en el menor tiempo posible. Esta práctica genera miles de toneladas de estiércol con grandes concentraciones de nutrientes, sales, antibióticos y compuestos orgánicos, entre otras sustancias, que pueden afectar el ambiente. Un estudio advirtió acerca de las cantidades elevadas de fósforo que impactan de forma negativa sobre napas, suelos y aguas superficiales. Además, señalaron la falta de normas para tratar los residuos de la actividad que podrían funcionar como fertilizantes para los campos. Gran cantidad de feedlots se encuentran en la Pampa Húmeda de la provincia de Buenos Aires. Aproximadamente, 30% de la oferta de carne del país proviene de estos sistemas de producción. “Las consecuencias del volumen generado de estiércol y de efluentes sobre el ambiente aumentan al coexistir con precipitaciones anuales elevadas y con napas cercanas a la superficie. En este contexto, los establecimientos se convierten en fuentes de contaminación de aguas superficiales y subsuperficiales, y de los suelos sobre los cuales se ubican”, señaló Ileana Ciapparelli, docente de la cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA). La ley de la provincia de Buenos Aires referida a los engordes a corral no establece criterios para el tratamiento y la disposición de los volúmenes grandes de estiércol “En nuestros estudios recientes, observamos que el fósforo avanzó hacia las napas mucho más rápido de lo que pensábamos. La movilidad de este nutriente en forma vertical está poco estudiada en la Argentina, pero tiene una relevancia especial ya que los cursos de agua de la Pampa Húmeda están interconectados y las napas pueden estar a pocos metros de profundidad”, desarrolló. Además, resaltó que el exceso de fósforo en las aguas superficiales puede provocar el crecimiento de algas que enturbian el agua, y que se pueden liberar toxinas si existen cianobacterias dominando el sistema. Incluso, puede derivar en una situación de falta de oxígeno en la que los peces, entre otras formas de vida acuática, no logran sobrevivir”. Ciapparelli explicó que los animales no pueden asimilar todo el fósforo suministrado en la dieta. “Por esa razón, sus excrementos tienen una carga alta de fósforo. Entonces, cuando estos residuos son depositados en exceso sobre la superficie del suelo, se puede saturar la capacidad de retención de fósforo y se favorece su movilidad con las precipitaciones”. Carne intensiva sin reglamentación “El engorde en pequeñas superficies se hace más rápido. En 90 ó 120 días, el animal está listo para salir al mercado. Si consideramos un establecimiento con capacidad de engorde de 10 mil animales por ciclo productivo, con el paso del tiempo se acumula un gran volumen de residuos sólidos y líquidos”, contó Ciapparelli. Hace años que la cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la FAUBA estudia experiencias locales para demostrar la necesidad de normativas que regulen los impactos de los residuos de la actividad En este sentido, añadió: “Los efluentes producidos por las escorrentías luego de una lluvia generalmente son dirigidos hacia lagunas de acumulación, aunque no todos los establecimientos cuentan con ellas o no siempre se encuentran bien diseñadas. En cuanto a los residuos sólidos, no se sabe muy bien dónde ubicarlos, por lo que se acumulan en grandes pilas. En ambos casos, representan un foco de contaminación”. “A pesar de que en el año 2016 salió una ley referida a los feedlots en la provincia de Buenos Aires, no se establecieron los criterios técnicos para que el productor o los profesionales que asesoran al establecimiento sepan cómo tratar y disponer estos residuos sólidos adecuadamente. No se tiene claro si conviene compostarlo o si aplicarlo al campo como fertilizante”, señaló. Al mismo tiempo, la docente contó que desde la cátedra de Química Inorgánica y Analítica de la FAUBA, junto con el equipo de Ana García y con el apoyo de Alicia Fabrizio de Iorio, con quienes comparte cátedra, hace años estudian experiencias locales para ver los efectos de estas prácticas en el ambiente. “De esta manera, podemos demostrar la necesidad de establecer normativas con criterios específicos para manejar estos residuos”. La movilidad del fósforo El fósforo se considera un nutriente poco movil verticalmente en el suelo. Los estudios revelaron que por factores de los residuos, de clima y de suelo, el fósforo se movió rápido hacia las napas. “Numerosas investigaciones estudiaron que el fósforo puede movilizarse por escorrentía superficial hasta los cuerpos superficiales de agua. Considerando que las precipitaciones en la región pueden superar los 1500 mm anuales, este macronutriente puede recorrer grandes distancias”, aclaró. Además, expuso que el movimiento vertical es menos conocido. “Las partículas del suelo tienen sitios disponibles para retener –técnicamente, adsorber– el nutriente, pero los ácidos orgánicos del estiércol ocupan aquellos sitios y compiten con el fósforo. Entonces, al no quedar retenido, queda expuesto a que el agua lo movilice. Ambos movimientos –escorrentía superficial y lixiviación o dinámica vertical hacia abajo– se intensifican con la alta concentración de fósforo que caracteriza a los excrementos de estos animales”. ¿Fertilizantes para el campo? “Es posible utilizar como fertilizante los residuos orgánicos de los feedlots, pero es necesario continuar realizando estudios sitio-específicos, ya que un exceso puede traducirse en contaminación de napas y cuerpos de agua superficiales, como también puede generar pérdidas de productividad”, informó. “Esto es posible con un plan de manejo de nutrientes que considere los requerimientos del cultivo, las condiciones climáticas del sitio, el aporte de nutrientes de los residuos, la frecuencia de aplicación deseada y la rotación de cultivos planificada, entre otros aspectos. Mientras realizábamos un ensayo en el sur de Santa Fe en el 2010, encontramos que una de las mejores dosis para un cultivo de trigo era de 16 toneladas por hectárea de estiércol junto a una aplicación complementaria de fertilizantes inorgánicos. Es importante resaltar que los establecimientos que no planifican la disposición final de estos residuos están perdiendo una cantidad importante de fósforo que puede ser útil a nivel productivo y económico”, cerró. 0 C c fro c t La Cantábrica: de establecimiento fabril a parque industrial La empresa La Cantábrica S. A. comenzó a funcionar en 1902 en la Ciudad de Buenos Aires, y en la déca­ da de 1940 se trasladó al partido de Morón. En un principio se dedicó a la metalurgia y luego incorporó la produc­ ción de acero. El funcionamiento de esta planta comenzó a desacelerarse hasta su cierre en 1992 y su predio quedó en desuso. En 1994 se ini­ ciaron los procesos para reutilizar el predio con fines productivos. En una iniciativa del sector privado junto con los gobiernos provincial y municipal, se creó un parque industrial que alber­ gó las primeras empresas en 1997, y en la actualidad concentra 41 firmas. El frente fluvial industrial: un área compleja y diversificada La conformación del frente fluvial industrial se explica por la presencia de gran­ des centros urbanos en los que fueron concentrándose industrias de manera pro­ gresiva. En la primera mitad del siglo xx esta área experimentó un significativo crecimiento de las actividades industriales, que de a poco se fue articulando con servicios e infraestructura de transporte también en aumento (puertos, líneas fe­ rroviarias, rutas). En efecto, el transporte es otro de ios factores que explican la conformación de esta gran área industrial, y en particular la presencia de destacados puertos. Ellos facilitan la comercialización de los bienes elaborados, especialmente aquellos que se orientan a la exportación. Entre los principales puertos de esta zona se desta­ can los de San Lorenzo (provincia de Santa Fe), Buenos Aires, Zárate y Ensenada (provincia de Buenos Aires), a través de los cuales se comercializa la producción industrial del frente fluvial y de otras áreas del país. Los puertos del Gran Rosario, Buenos Aires, Zárate y Campana son nodos expor­ tadores, mientras que San Nicolás, Dock Sud (Buenos Aires) y Villa Constitución son los lugares de ingreso de la mayoría de las importaciones que realiza la Argentina. La actividad industrial consolidada en esta zona presenta una importante di­ versificación: se desarrollan industrias siderúrgicas, petroquímicas, automotrices, mecánicas, metalúrgicas y textiles: además, allí se localizan frigoríficos, molinos y astilleros, entre otros. Junto con el desarrollo del sector secundario, el frente fluvial concentró acti­ vidades del sector terciario orientadas a brindar servicios a las empresas (y a la población residente en el área). Los cambios en la localización industrial Los procesos de desindustrialización que experimentó la Argentina durante la década de 1990 tuvieron sus consecuencias en esta zona industrial del país, pro­ vocando el cierre y abandono de antiguos establecimientos fabriles. Asimismo, la reactivación industrial de los últimos años ha consolidado otra modalidad de loca­ lización industrial que se aleja de los centros urbanos. Por ejemplo, en las últimas décadas del siglo xx, localidades más pequeñas del norte de la Región Metropo­ litana de Buenos Aires se sumaron como importantes centros industriales, entre ellas Campana, Zárate y Pilar. Y a esta tendencia se le agrega la consolidación de parques industriales. Varias son las localidades de esta área que cuentan con parques industriales, entre ellas, Lanús, Escobar, Ramallo, Campana, San Martín, La Plata, Malvinas Argentinas, Morón y Pilar. • Textil y plásticos • Frigoríficos Planta industrial de la cervecería Quilmes, en la ciudad de Zárate. Papel y celulosa • Cerám ica • M o lin o s • Destilería • M e ta lú rgica • Siderúrgica • Q uím ica • Petroquím ica • A u to m o triz • M ecánica Vista de una zona fabril de la ciudad de Zárate. • M etalm ecánica • Astilleros Principales rubros industriales del frente fluvial. Las industrias y el territorio. Factores de localización Las actividades económicas se localizan en lugares específicos del espacio, en general, cerca de donde se ubican o extraen las materias primas o de donde se producen los insumos necesarios para su desarrollo. Las actividades industriales relacionadas con la tala para producción forestal, por ejemplo, se encuentran cerca de las plantaciones de árboles, o las empresas productoras de programas informáticos se ubican en ciudades con centros de estudios y capacitación porque necesitan personal calificado; es decir que no solo la disponibilidad de recursos naturales influye en la localización de empresas industriales, sino que también inciden factores sociales y económicos. Otro factor muy importante es la distancia y los medios de transporte disponibles para atravesarla, ya que la posibilidad de trasladar productos o materias primas es fundamental en cualquier proceso de fabri­ cación o producción de bienes comerciables. Cuanto mayor es la distancia, implica mayores costos de tras­ lado, y los diferentes medios de transporte ofrecen diferentes costos. La concentración industrial pampeana En nuestro país la concentración geográfica de la in­ dustria es relativamente alta; el centro de atracción es el Área Metropolitana de Buenos Aires, que forma par­ te del frente fluvial; este se extiende desde la ciudad de San Lorenzo en la provincia de Santa Fe hasta la ciudad de La Plata en la provincia de Buenos Aires (doc. 3). En los inicios de la actividad industrial, la cercanía a los puertos era vital para la actividad productiva en cuanto a ahorrar tiempos y costos de transporte. El factor energético también resultó decisivo para la con­ figuración centralizada de la industria, ya que por los puertos ingresaba el carbón importado. Conforme fue creciendo el mercado interno, las industrias producto­ ras de bienes de consumo debieron situarse donde se encontraba la mayor proporción del mercado que se concentraba en las grandes ciudades. Esta es una ten­ dencia que se acentuó a partir de las primeras décadas del siglo xx, como vimos en páginas anteriores, y con­ tinúa vigente en nuestros días. Este fenómeno se deno­ mina m a c r o c e fa lia in d u s tria l, por la enorme ventaja que presenta la concentración alrededor del eje fluvial pampeano con respecto a otras zonas del país. Esta concentración, como ya lo comentamos, se conforma a lo largo de la historia del territorio nacional. La expansión agrícola pampeana y del litoral, afianzada luego de 1870 y reforzada con las migraciones, busca un camino hacia los mercados europeos. El puerto de Buenos Aires (y en un segundo lugar, el de Rosario) se afianza como un gran centro de comercio, salida de las materias primas resultantes de la actividad agropecua­ ria y entrada de productos importados. Por su parte, la industria del interior se encuentra muy relegada en relación con el área central, con escasa parti­ cipación en el producto nacional. Tan solo las provincias de Córdoba, Mendoza y Tucumán se destacan del gru­ po en cuanto a participación en el producto industrial. Sin embargo han surgido núcleos productivos de gran especialización en algunas provincias, relacionados con la disponibilidad de determinados recursos naturales o a partir de políticas de promoción localizadas. A c t iv id a d e s Doc. B Eje industrial fluvial pampeano, entre las ciudades de La Plata y San Lorenzo. 72 I 6. ¿Por qué motivo existe tanta concentración en la zona que indica el mapa? La industria en las economías regionales Como contraparte de la concentración y diversifica­ ción de las actividades en el eje La Plata-San Lorenzo, en otras provincias, fuera de la región pampeana, la dis­ tribución industrial está regida por otras lógicas. En las llamadas economías regionales (que corresponden a las provincias no pampeanas) se destacan pocas activida­ des industriales, que tienen mucho peso en la región, ya que las actividades primarias y terciarias, el empleo y la dinámica de las ciudades dependen mucho de ellas. Por ejemplo, la vitivinicultura es una agroindustria que tie­ ne un rol muy importante en las economías de algunas provincias como Mendoza, San Juan, Río Negro y Sal­ ta; en ellas la actividad tuvo un gran desarrollo a través del tiempo y cuenta con un avanzado nivel de especialización técnica. Una gran parte de las actividades econó­ micas de la región se vinculan directa o indirectamente con la vitivinicultura. En las provincias de Corrientes y Misiones las producciones de yerba mate, tabaco y té también son destacadas agroindustrias regionales. Las agroindustrias suelen estar localizadas en las cer­ canías de las zonas de cultivo de la materia prima. Algu­ nas realizan un proceso de elaboración completo y gene­ ran un producto listo para el consumo; por ejemplo, las bodegas que producen vino. En otros casos las industrias establecidas cerca de las zonas de cultivos desarrollan pa­ sos intermedios en la elaboración del producto; un ejem­ plo es el desmotado del algodón, en el que se separan las fibras de algodón del resto de la planta cosechada. Documento 4 Documento 5 Por la ley que grava los productos electrónicos, empresas invierten $300 millones en Tierra del Fuego Tras conocerse la promulgación de la ley 26.539,* que im­ pulsa la producción tecnológica en Tierra de Fuego, un grupo de empresas anunció hoy inversiones por aproximadamente 300 millones de pesos para el periodo 2010-2014. [...] Dicha norma modifica el régimen de impuestos internos e IVA para determinados productos electrónicos en las operacio­ nes que se concreten a partir del primero de diciembre próximo. [...] El Ministerio informó que entre las empresas que anuncia­ ron que invertirán para producir en la provincia de Tierra del Fuego se cuentan: BGH (91 millones de pesos), Brightstar (40 millones de pesos), Carrier (23 millones), New San (86 millones), Interclima/latec (42 millones), Phillips (5 millones) y Radio Vic­ toria. [...] La combinación de ambas medidas otorga a los productos electrónicos fabricados, o a fabricar en Tierra del Fuego, un tra­ tamiento tributario que les permitirá ser más competitivos. El comunicado precisa los productos que mantienen su tra­ tamiento [...]. Estos son los microondas, Walkman, autoestéreos, “Tierra del Fuego empezó a definirse como un polo electrónico” El director general de Industria y Comercio. Rodolfo Di Leo, repasó la historia, las características y los beneficios de la ley de promoción, en la primera jornada sobre el nuevo régimen industrial que organizó la Cámara Fueguina de la Industria Na­ cional (Cafin). El funcionario sostuvo que “ la ley nacional 19.640 es el ejem­ plo de que cuando el Estado planifica seriamente lo hace bien” , y afirmó que [...] con la implementación de la normativa “Tierra del Fuego empezó a definirse como un polo electrónico” . [...] Con respecto a la ley 26.539, que modifica el valor de los impuestos internos, sancionada el mes pasado por el Congre­ so, [el Secretario de Promoción Económica y Fiscal] Delamata afirmó que la Nación, con esta medida, hizo “ renacer a la in­ dustria nacional” . “ Ojalá no defraudemos a la Nación con este cheque en blan­ co que nos dio. Tenemos que desarrollar rápidamente la sustitu­ ción de importaciones para defender la ley, para continuar con estos beneficios y para contrarrestar el lobby de los importado­ res” , enfatizó finalmente. radios/radiograbador/radioreloj, TV color/B&N/Plasma/LCD, En: http://prensa.tierradelfuego.gov.ar/?p=2419 contestadores telefónicos, equipos de música comunes y c/lec- (consultado ei 9/6/2010). tora de CD, videocámaras/videofilmadoras comunes y digitales, cámaras fotográficas comunes y digitales. A Clarín, Suplemento IECO, 23 de noviembre de 2009. En: http://www.ieco.clarin.com/tecnologia/Tecnologicas-Tierra-Fueeoinvierten-millones 0 79200019.html (consultado el 9/6/2010). * Podés consultar la ley en; http://www.maximonet.com/foro/threads/90213-%5BLev-26539%5DModificacinn-Lev-de-lmouestos-lnternos?n=n47l12&viewfull=1. (consultado el 9/6/2010). c t iv id a d e s 7. Trabaja con los dees 4 y 5. a) ¿En qué consisten los beneficios impositivos otorgados a la provincia de Tierra del Fuego? b) ¿Qué se busca impulsar con esta promoción in­ dustrial? •' ¿A qué creés que se refiere la frase “cheque en blanco”? 73 3 Del neoliberalismo al neodesarrollismo Gral. Mosconi Gral. Pizarro (Arg.) (Arg.) OCÉANO PACÍFICO SUR Gral. Alvear 1 Malargüe 2 3 Plaza Huincul Cutral Có OCÉANO ATLÁNTICO SUR Comodoro Rivadavia Caleta Olivia CUENCA AUSTRAL MARINA CUENCA DEL GOLFO DE SAN JORGE CUENCA CUYANA CUENCA NEUQUINA CUENCA DEL NOROESTE (Arg.) Río Grande Cuencas petrolíferas de Argentina 50 1. Límite del lecho y subsuelo del Río de la Plata 2. Límite exterior del Río de la Plata P untos de v is ta Hidrocarburos no convencionales ¿La postergación de un cambio necesario o un paso hacia el autoabastecimiento? En los últimos años adquirió rele­ vancia, tanto en nuestro país como en el mundo, la explotación de hicrocarburos no convencionales, que son aquellos que para su extracción requieren técnicas distintas de las empleadas tradicionalmente. La técnica más conocida es la fracturación hidráulica o fracking, que consiste en la extracción del petróleo o el gas disponible en formaciones rocosas de baja permeabilidad, las cuales dificultan o imposibilitan el tránsito de estos hacia los pozos. La puesta en práctica de esta técnica presenta diversas opiniones entre los diferentes sectores de la sociedad. Veamos dos de ellas. Contra el fracking “La técnica aplicada en el fracking consiste en inyectar agua, ácidos corrosivos y arena a miles de metros de profundidad, con la intención de producir microfracturas en la llamada roca madre, allí donde se fueron almacenando los fósiles desde épocas in­ memoriales. ”La política oficial busca prolongar la matriz ener­ gética del país, que sigue siendo fuertemente depen­ diente de los combustibles fósiles, cada vez más es­ casos y generadores de mayores riesgos ambientales. Sin embargo, embarcarse en el uso del fracking solo va a posponer un cambio necesario, generando aún más problemas. ”La experiencia en Estados Unidos, por ejemplo, prueba que los impactos ambientales del fracking son graves y de corto plazo: contaminación de aguas sub­ terráneas y superficiales con gas metano (las perfo­ raciones van mucho más allá de las napas del agua potable, de tal modo que cualquier filtración, cualquier error puede contaminar las aguas que beben miles de personas): activación de fallas geológicas que originan movimientos sísmicos, impacto sobre la salud de las personas y los animales. Diferentes estudios científi­ cos confirman la contaminación de agua, suelo y aire por exposición a químicos del fracking, así como la muerte de animales y malformaciones. Otros estudios dan cuenta de que, contrariamente a lo que se afir­ maba hace unos años, la extracción de gas y petróleo no convencional puede emitir incluso más gases de efecto invernadero que la explotación del carbón, ge­ nerando una ‘huella de carbono’ superior, potenciando el calentamiento global y la crisis climática. Las con­ troversias sobre el fracking llevaron a su prohibición en Francia y en Bulgaria, así como en el estado de Vermont (Estados Unidos) y en Quebec (Canadá), mien­ tras que en otros lugares se ha aprobado la moratoria (suspensión), tal como sucedió en Nueva York y en varias regiones de Europa. Estas medidas se basaron en el principio precautorio -tam bién presente en nues­ tra legislación- que indica que ‘cuando haya peligro de daño grave o irreversible la ausencia de información o certeza científica, no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente’. Es más, atento los daños ciertos de la actividad, en ciertas regiones las poblaciones ape­ laron directamente al principio de prevención, el cual obliga a las autoridades y a la sociedad a denegar una acción o actividad que implique efectos negativos so­ bre el ambiente y las poblaciones”. Declaración del Movimiento Artístico-Cultural contra el Fracking, Buenos Aires, julio de 2013. En: http://argentinasinfracking.org/ hasta 300 y 400 metros. Tampoco hay problemas de escasez de agua, pues en la zona cerca del 95% de los recursos hídricos de las cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Colorado desaguan en el mar. No hay razo­ nes para pensar que el fracking será más riesgoso que otras actividades extractivas. "Luego está la riqueza real que es posible obtener de los nuevos yacimientos. Ya en 2010, un informe in­ terno del gobierno neuquino daba cuenta de la inmen­ sa potencialidad de los recursos no convencionales. Se hablaba de recursos gasíferos equivalentes a 26 Loma La Lata en su estado original. Un año después, un informe de la Agencia de Información Energética de los Estados Unidos (EIA) ratificó estas provisiones y sumó el petróleo no convencional. El pasado junio, la EIA difundió un segundo informe sobre 42 países, más extenso que el de 2011, que elevó las previsiones de no convencionales para la Argentina, las que serían de 21.650 millones de m3 de gas y 4.290 millones de m3 de petróleo. Se trata de ‘recursos no probados téc­ nicamente recuperables’ y equivaidr/an a 67 veces las ‘reservas comprobadas' actuales de gas y 11 veces las de petróleo”. Puntos de vista Fractura hidráulica en la Argentina “Es innegable que los efectos sobre el medio am­ biente de cualquier actividad económica deben res­ guardarse, minimizarse y mitigarse. En el capitalismo avanzado no hay actividad económica sin impacto am­ biental y la regulación pública y social resulta indispen­ sable, tanto en materia de daño ambiental potencial como de apropiación del excedente económico gene­ rado. Pero en todos estos casos las propuestas de las vertientes ecologistas son [...]: no hacer fracking, des­ terrar la megaminerfa y rechazar los instrumentos de la revolución biotecnológica. Adicionalmente, desde el ounto de vista conceptual, suelen confundirse la críti­ ca a determinadas relaciones sociales con la crítica a las tecnologías a ellas asociadas. "[...] todavía no aparecieron argumentos convincen­ tes contra los supuestos efectos contaminantes del ‘racking o fractura hidráulica, una técnica que, como cualquier actividad extractiva, puede realizarse con mayor o menor cuidado ambiental, que no es inocua, pero que puede desarrollarse bajo una regulación ade:ja d a que minimice su impacto. Como ya fue expli: 3do muchas veces, la roca madre que alberga los hidrocarburos en la cuenca neuquina se encuentra por debajo de los 2.000 metros y no existe riesgo de contaminación de acuíferos, los que se encuentran Gerardo Raúl Añahual | Enseñar problemas socioambientales, un abordaje desde el juego de simulación en la clase de Ciencias Sociales… • • • • (subjetividad, ciudadanía, interculturalidad, temporalidad). Buenos Aires: Ediciones del Signo. Santisteban, A. (2009). Cómo trabajar en clase la competencia social y ciudadana, Aula de Innovación Educativa, 189, 12-15. Santisteban, A. (2014). La formación en competencias de pensamiento histórico. Clío y Asociados. La historia enseñada, 14. Svampa, M. (2015). A mayor extractivismo, menor democracia. En Destacada Latinoamérica. Consultado el 22 de marzo de 2017, en http://www.agenciacta.org/spip.php?article17253 Zenobi, V. y Estrella, M. (2016). La enseñanza de las temáticas locales: cuando empezar por lo cercano no siempre es más sencillo. Revista Contextos de Educación. Departamento de Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de Río Cuarto. ANEXO: N ° 1: TESTIMONIOS PARA EL JUEGO DE SIMULACIÓN Representante de las empresas petroleras: La empresa a la que represento se llama Evopetrol tiene su sede en Canadá y se dedica a la extracción de petróleo a través del método no convencional en la zona de Añelo. Es una actividad muy cuestionada, pero para nosotros muchas de las cosas que se dicen sobre la fractura hidráulica son exageraciones o puras leyendas. La fracturación se hace a kilómetros de los acuíferos. Kilómetros. Los líquidos que se utilizan contienen 99,98% agua y arena, y cada vez menos productos químicos, las tuberías están forradas de cemento. Desde hace mucho tiempo se utiliza agua reciclada y otros elementos (espumas, gas). Un grupo de seis pozos no consume más de 54.000 litros de agua… Lo mismo que una piscina deportiva de 12x3x1.5. El US Geological Survey ha demostrado que la energía utilizada para el fracking no es riesgo de actividad sísmica. El National Research Council mostraba que en más de 90 años de análisis la actividad humana solo ha generado 154 terremotos, 60 en EE. UU., comparado con 14.450 El fracking no es una novedad. Se conoce y se utiliza desde hace muchas décadas, de manera relevantes desde los años 80 y con regularidad global. El éxito es espectacular. No sólo en productividad y tasa de retorno energético, que es muy superior a las arenas bituminosas o el carbón convencional terremotos por causas naturales al año. Representante del gobierno (nacional o provincial) El proyecto viene a traer desarrollo a la región, hasta ahora esta región ha sido casi olvidada, apenas tiene algunos servicios, pero ahora, gracias a este emprendimiento, va a poder disfrutar de todos los servicios, vamos a construir más rutas que unan las grandes ciudades. La localidad se convertirá en una ciudad muy parecida a las grandes urbes petroleras. “El 95% del agua de Neuquén va a parar al mar. Solamente se va a usar el 1% del agua que se va al mar para estos desarrollos”, expreso el gobernador para oponerse a quienes critican la utilización de agua en el proyecto. Es cierto que el proyecto requiere una cantidad ínfima del agua de la provincia. Sin embargo, las principales críticas al fracking refieren a la contaminación del agua más que a su excesivo uso. Para nosotros el acuerdo permitirá el desarrollo. Intendente/a de la localidad: Tengo un gran conflicto con este emprendimiento petrolero. Mi gente en este pueblo siempre trabajó en la agricultura, producíamos frutas y ganadería que vendemos a las ciudades, es cierto que nunca nos sobró nada, pero al fin y al cabo tampoco tenemos gran acumulación de población ni contaminación. Hasta es un pueblo de ruta, sin cloacas, con una pequeña sala de auxilio de control médico (no tiene hospital), una plaza, un banco y una comisaría instalada en un predio que le cedió la empresa Evopetrol. El potencial comercial es pequeño, está pegado a la ruta, con algunos hoteles y hospedajes, comedor familiar y pequeños mercados. 63 Gerardo Raúl Añahual | Enseñar problemas socioambientales, un abordaje desde el juego de simulación en la clase de Ciencias Sociales… Ahora los de la empresa dicen que llega el progreso, que va a haber trabajo, yo no me puedo oponer a nada de eso, pero tendríamos que ver que piensa la gente de la localidad. He pensado en hacer una consulta, pero la verdad es que la empresa es demasiado poderosa y, por otra parte, nadie me vino a consultar si autorizábamos que esta empresa se localice acá. Kalfv, una pequeña productora: Soy descendiente de pueblos originarios. Mis antepasados trabajaron la tierra por muchas generaciones, y con este pequeño pedazo de tierra sobrevivíamos relativamente bien, aunque no nos sobraba nada. Ahora dicen que va a venir el progreso y el desarrollo. Yo no entiendo mucho, pero dicen que la fractura hidráulica va a contaminar nuestros ríos y las napas, y si eso pasa, se contaminan la tierra y seguramente va perder fertilidad, ya no vamos a poder producir lo mismo que antes. Aparte, corremos el peligro de que nos contaminen los alimentos, y el agua que toma todo el pueblo y la región. Si eso llega a ocurrir no nos va a quedar otra que irnos a la ciudad. Yo no sé si eso es progreso… a veces me pregunto que es el progreso. El derecho de los pueblos originarios a poseer las tierras que tradicionalmente ocupan no se respeta. Nosotros resistiremos, como resistimos desde hace siglos, para defender nuestras tierras. No nos mudaremos de las tierras que la constitución nos reconoce, para dejarles a otros el petróleo que hay en ellas. Queremos los vientos, las nubes, las estrellas, el sol y la luna en armonía con la Madre tierra. Horacio, un trabajador de la construcción: Soy obrero desde muy chico, no tengo un oficio fijo, he trabajado en labores agrícolas como la cosecha, la poda, y también en la construcción. Gano bastante poco, el sueldo no me alcanza, ahora dicen que viene una empresa petrolera nueva al pueblo y va a pagar buenos sueldos, me voy a anotar para trabajar ahí, por más que sea un trabajo por corto tiempo, aunque sea por unos meses me van a pagar bien, después veré que hago… Javier, un estudiante de 5° año El petróleo es la utopía de nosotros los estudiantes de escuelas técnicas que aspiramos a ser parte de la industria. Sabemos que las operadoras revisan los mejores promedios, y tras un curso de seis meses, un año, nos emplean en los pozos de perforación con salarios que cuadruplican el salario medio de un docente. Estoy muy contento con la llegada de la empresa a la región, ojalá se firme el acuerdo porque sería una excelente oportunidad para todos y todas. Activista contra la hidrofractura: La empresa Evopetrol viene contaminando el planeta desde hace varias décadas. La actividad extractivista del petróleo a través del método no convencional es altamente contaminante, contamina ríos, arroyos y nuestras tierras, los desechos no se procesan, para colmo las autoridades no se preocupan por controlar a esas empresas. Además, destruyen el paisaje cuando instalan los pozos. A los trabajadores les decimos, no crean en las promesas de la empresa, van a pagar sueldos altos, pero allí va a durar muy poco tiempo: una vez que la empresa esté instalada, muy pocas personas van a tener trabajo allí. Es mentira que estas empresas vienen a invertir, vienen a llevarse las riquezas, ni siquiera se procesa en el país, no pagan impuestos, nada de lo que producen nos enriquece, firman acuerdos con cláusulas secretas. ¿Esto es desarrollo? No, esto a la larga es más pobreza para nosotros Testimonio de un trabajador ecuatoriano de la minería del gas en veta de carbón (CGS) "Habiendo trabajado por más de 3 años en una torre de perforación móvil en la industria del gas de veta de carbón en Ecuador, me puse en contacto con los grupos ambientalistas de la zona después de escuchar al Ministro de Salud de ciudad de Nueva Loja decir en la radio que ningún obrero en la industria del gas de veta de carbón se había enfermado y que las pruebas demostraban la buena calidad del aire y del agua…" Una de las tareas era mezclar los productos químicos en los tanques de lodo de perforación para descargarlo a través de la columna de perforación. En la plataforma, en un turno de 12 horas se usan 27 toneladas de KCL junto con 100,000 litros de agua y otras sustancias químicas. El próximo turno de 12 horas continuará con la tarea y se sigue de la misma manera durante días hasta que las pérdidas se detienen...He estado de baja por enfermedad un par de meses- Estuve fuera por un par de meses y luego me dijeron que estaba listo para volver a trabajar. No pensaba volver a mezclar las sustancias químicas; me dijeron que no había nada más para mí-que no tenían nada para mí. Se lavaron las manos y se desentendieron de mí. Ahora estoy de vuelta en la granja. No estoy tosiendo tanto. Todavía no recupero el 100% de capacidad pulmonar. Tengo tos y flemas y pérdida de la función pulmonar. Me gustaría que la gente de la zona pueda conocer mi experiencia trabajando en una empresa petrolera. 64 10 ¿Minería sustentable? La Argentina es un país atract ivo para las inversiones en el sector minero debido a la abundancia de sus recursos y el marco legal favorable que ofrece. Las inversiones extranjeras crecieron de manera significativa en la última década y se han dirigido principalmente a la exploración y explotación de minerales metalíferos. Sin embargo, la percepción social acerca de esta act ividad es negat iva debido a los impactos sociales y ambientales que genera. ¿Un contrasentido? ¿Es posible llevar adelante un proyecto minero sus­ tentable? ¿Es compatible el desarrollo de esta actividad extractiva con la preservación del medio ambiente? Uno de los grandes debates a nivel mundial acerca de la sustentabilidad tiene a la minería como centro de la discusión. Si tenemos en cuenta que la renovación na­ tural de minerales y rocas lleva millones de años, y los consideramos por eso como un recurso no renovable, su extracción en el presente reduce necesariamente las reservas futuras. Por eso y por los impactos ambientales que genera es controvertida la aplicación del concepto de sustentabilidad en este caso. ¿Es una solución pro­ hibir la actividad? ¿Es mejor hacer un uso moderado, con tecnologías de bajo impacto ambiental y gestiones responsables? ¿Es posible esto económicamente? No hay consenso en las respuestas. En este capítulo leerás algunos aspectos significativos del debate sobre la mi­ nería sustentable. La minería aporta materia prima fundamental para la fabricación de objetos de la vida moderna (automóvi­ les, teléfonos celulares, materiales para la construcción, etc.). Los Estados nacionales ven en esta actividad una Vista de la Cordillera de los Andes, que es fuente de importantes riquezas mineras, donde se localizan numerosos emprendimientos de minería a cielo abierto. oportunidad de generación de empleos y divisas (por regalías o exportaciones) fundamental para el desarrollo económico del país. Para las empresas concesionarias es un negocio muy rentable. Hasta aquí parece no haber problemas. Sin embargo, la actividad minera, en especial las explotaciones a cielo abierto, producen un alto impacto ambiental y daños a la población local. Ge­ nera residuos peligrosos, contamina el suelo, el aire y el agua, deforesta y consume grandes cantidades de agua y energía. Estos efectos no solo ocasionan alteraciones en el medio ambiente sino también serios conflictos entre la sociedad civil, las empresas y los gobiernos. P untos de v is ta ¿Qué minería queremos? La minería es una actividad que viene creciendo aceleradamente en nuestro país, el cual no ha sido considerado en la historia tradicionalmente como un “país minero”. En estos últimos años se ha generado un importante debate en torno a esta actividad, con algunas voces que se postulan a favor y otras en contra de cómo se realiza la minería en la Argentina. A continuación te presentamos algunos textos con diferentes opiniones acerca del desarrollo nacional de la actividad minera. J Con la minería, La Rioja dejará de ser pobre “[...] Las condiciones macroeconómicas de la Ar­ gentina siguen prometiendo posibilidades de inver­ sión debido al crecimiento sostenido y un sistema de regulación del tipo de cambio. En este contexto de ventaja competitiva, el gobernador de La Rioja va­ ticinó [que] 'con el contrato con China les aseguro que la provincia cambia, tendrá otro destino, vamos a pasar de ser pobres absolutos a tener una vida muy distinta, ya que firmamos por una exploración de 300 millones de dólares’ en el departamento Chilecito [...]”. Fundación para el Desarrollo de la Minería Argentina. En: http://www.fundamin.com.ar/es/desarrollo-sustentable/60actualidad-minera-e-impacto-economico/262-beder-herrera-con-lamineria-la-rioja-dejara-de-ser-pobre-.html La megaminería cuestionada “La megaminería es cuestionada por medio cen­ tenar de asambleas cordilleranas que denuncian al menos cuatro puntos de la actividad: la contamina­ ción ambiental, el despojo de los recursos naturales (bienes comunes), el cambio drástico que implica la llegada de la megaminería a pueblos y pequeñas ciudades, y falta de consulta sobre qué futuro de­ sean para los lugares donde viven. No aceptan que empresarios y políticos decidan, sin escuchar a las poblaciones, la explotación de yacimientos mineros. ”En la última década, solo dos ciudades pudieron votar si aceptaban o rechazaban la megaminería. Esquel (2003) y Loncopué (Neuquén, 2012). En ambas ganó el ‘no a la mina’ por más del 80% de los votos”. Darío Aranda, “La década extractiva”, 31 de mayo de 2013. En: http://www.noalamina.org/mineria-argentina/mineria-general/ladecada-extractiva-por-dario-aranda í “No queremos el recurso minero porque s í” “La gobernadora [...] firmó el acuerdo que rescinde el contrato con SOMICA DEM para que la explotación del Yacimiento de Minas Capillitas pase al control de la empresa estatal minera CAMYEN. ‘No queremos el recurso minero porque sí, sino para desarrollar la producción local y que los pueblos se desarrollen, para que los productores también puedan producir en serio’, dijo, y agregó que ‘la provincia tiene que estallar en crecimiento con el trabajo mancomuna­ do de todos. Es un día emblemático pero-se debe trabajar a conciencia, porque si la gente no ve que los recursos vuelven a ellos, no tiene sentido’. En el acto [...] la gobernadora explicó que ‘el tema de Minas Capillitas era algo que nos generaba desa­ zón y no estaba de acuerdo cuando se aprobó en la Legislatura el proyecto de asociación, porque enten­ díamos que se trataba de un proyecto emblemático y que a la provincia no le dejaba ninguna ganancia, donde los artesanos se quejaban porque no podían acceder a la rodocrosita; la piedra se iba no se sa­ bía a quién, ni cómo ni cuándo, y los empleados de la mina tenían un atraso salarial enorme, no había normas de higiene ni seguridad laboral”'. Diario El Esquiú, "No queremos el recurso minero porque sí, sino para desarrollar la producción local", 29 de mayo de 2013. En: http://www.elesquiu.eom/notas/2013/5/29/ ciudadania-283187 .asp l El emprendimiento minero “Bajo de la Alumbrera es un importante empren­ dimiento minero para la Argentina, el primero de gran escala. A su vez, es una fuente de oportunida­ des y beneficios económicos para el país y, en es­ pecial, para las comunidades próximas a las insta­ laciones operativas, a través del empleo generado, los ingresos que perciben la provincia y la nación, la transferencia de recursos, los programas de desa­ rrollo comunitario y los programas de capacitación. ’’Estos son algunos de los beneficios del proyec­ to Bajo de la Alumbrera: Minera Alumbrera emplea a 1.800 trabajadores; el multiplicador de empleo es de 9,2, es decir que por cada puesto de trabajo directo, Alumbrera genera 8,2 puestos de trabajo indirectos; el flujo de ingresos totales anuales a la economía argentina es de US$ 30 millones; la recaudación tributaria provincial y municipal es de US$ 12 millones (equivalente al 60% de los recur­ sos tributarios propios); las compras de insumos y de servicios nacionales del proyecto equivalen a aproximadamente el 50% de las compras de insu­ mos que realiza el resto de las empresas mineras”. Acerca de lo cuestionam ientos... “[...] El profesor Mario Félix, investigador princi­ pal de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) bonaerense, señaló hoy la necesidad de ‘po­ ner en perspectiva’ la industria de la minería a cie­ lo abierto y desestimó los cuestionamientos al uso del cianuro porque se trata de un elemento que ‘no produce ningún problema’ en la naturaleza. "Félix, profesor titular de Química Inorgánica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), rechazó también los argumentos sobre el uso de agua que genera esta actividad y señaló que la demanda de una mina ‘no supera a la de una finca para el riego de su producción'. ‘La cantidad de agua que utilizan es ínfima en relación con la cantidad de agua que se utiliza para riego’, subrayó, y puntualizó que en sus investigaciones sobre el tema no ha encontrado ‘jamás que hubiera un problema con el consumo de agua’ [...]”. Diagonales.com. “El cianuro no produce ningün problema en la naturaleza", 14 de febrero 2012. En: http://diagonales.infonews.com/Content.aspx?ld=173492 Minera Alumbrera - YMAD-UTE. En: http://www.alumbrera.com.ar/inst-beneficios.asp Lo que dejan las minas “[...] Según [Eduardo] Galeano, tanto las mineras como las empresas forestales o las plantas de ener­ gía nuclear son vendedores de felicidad y prosperidad: ‘Un día desaparecen dejando tras de sí solo agujeros y fantasmas. Palacios vacíos, llenos de telarañas y 1. 2. también ilusiones rotas y esperanzas perdidas. Esto es lo que tiene que enseñarnos a defender nuestros recursos naturales’ LosAnde Diario s. Federico Fayad, “Galeano. en defensa del agua y contra la minería”. 22 de marzo de 2011. En: http://losandes.com.ar/ notas/2011/3/22/galeano-defensa-agua-contra-mineria-557639.asp Agrupá, por un lado, los puntos de vista a favor de ¿Con qué otras actividades productivas compara a la la minería y, por otro, aquellos que estén en contra. Para cada caso, identificá al menos tres argumentos esas actividades y la minería. que los fundamenten. Analizá exhaustivamente la frase de Eduardo Galeano. minería y por qué? Identificá puntos en común entre 3. ¿Por qué consideras que la actividad minera es un tema que genera controversia? CAPÍTULO Conflictos ambientales del modelo minero 6 6 Actualmente, en Argentina, tienen lugar una decena de conflictos ambientales del modelo minero. Al hacer referencia a un modelo minero, hablamos de una forma distintiva de producción llevada adelante por empresas transnacionales que cuentan con ventajas impositivas otorgadas por el Estado a partir de leyes sancionadas en la década del 90. La modalidad de extracción predominante es a cielo abierto de minerales metalíferos, en su mayoría, de plata, oro y cobre. Los principales ejes de los conflictos mineros son: Voladuras: los metales se encuentran en pequeñas partículas que están diseminados en grandes extensiones y, para iniciar el proceso de extracción, se realizan voladuras de las rocas de las montañas. Este procedimiento altera el ambiente de manera definitiva. En poco tiempo, se configuran los open pit, es decir, los agüeros o tajos característicos de este tipo de minería. Las rocas que no tienen metales se acumulan en depósitos llamados escombreras. Uso del agua: la actividad demanda enormes cantidades de agua que toma de las nacientes de los ríos cordilleranos y de acuíferos. Hay una apropiación desigual del recurso, que al ser utilizado para mezclar con sustancias químicas, como el cianuro o el mercurio –que permiten separar las rocas del metal–, el agua queda contaminada. El tipo de uso del agua, que hace la megaminería en ambientes áridos, compromete la disponibilidad de agua para otras actividades económicas tradicionales. Además, en las áreas de explotación de algunas minas, hay glaciares, importantes fuentes de agua dulce que se ven afectadas por esta actividad. Lixiviado y dique de colas: para separar el metal de las rocas que se obtienen en la voladura, se utilizan distintos procedimientos. En el caso del oro, se realiza un lixiviado que consiste en someter las rocas trituradas a un líquido de agua y cianuro. Una vez obtenidos los metales, los líquidos utilizados se depositan en el dique de colas, una pileta construida en la montaña para su depósito final. Privatización del espacio: el territorio comprendido dentro del emprendimiento minero es de acceso restringido para las comunidades, incluso cuando el área comprende glaciares, ríos y cuerpos de agua. En algunos casos, los emprendimientos están comprendidos en un área creada por el Tratado de Complementación Minera, firmado en 1997 por Argentina y Chile, en la cual las empresas tienen libertad para accionar más allá del límite internacional. Para acceder a estas áreas, las autoridades políticas de las provincias argentinas, deben solicitar autorización a las empresas. Ventajas impositivas a las empresas: la llegada de las empresas mineras al país se dio en el contexto de la sanción de un marco legal que establece la normativa en la que trabajan las empresas. Esta legislación les otorga diversas ventajas. Entre las más cuestionadas, se señala que pagan solo el 3% del valor de lo que extraen en las minas y es la propia empresa la que declara qué metales obtuvo y en qué cantidades. Además, no pagan impuestos sobre el agua y la energía que utilizan en su producción. Apropiación de las riquezas: las empresas no tienen obligación legal de procesar la producción en el país y, por lo tanto, envían los metales sin procesar a otros países donde realizan el tratamiento industrial. De esta manera, y sumado a las ventajas impositivas, se configura una situación que los opositores señalan como un saqueo de los recursos naturales. Cierre de mina: los emprendimientos mineros tienen un período de producción que varía entre los 10 y 25 años, dependiendo de la riqueza del yacimiento. Una vez que se cierra la mina, la empresa no está obligada a realizar tareas de limpieza o mantenimiento sobre el dique de cola o las escombreras. 129 6 El primer conflicto ambiental por la minería comenzó en Esquel (Chubut) en 2002, cuando las comunidades locales empezaron a oponerse a un emprendimiento de la empresa canadiense Meridian Gold. La organización accedió a un plebiscito, en el que la población se manifestó, en su mayoría, en contra del proyecto. Por lo tanto, no pudo realizarse. Este triunfo sirvió de ejemplo para otros lugares de Argentina, como Famatina y Chilecito (La Rioja), donde se logró detener sucesivos intentos Vocabulario Plebiscito Procedimiento jurídico por el que se somete a votación popular una ley o un asunto de especial importancia para el Estado. para explotar el cerro Famatina. También, comenzaron a surgir conflictos en localidades en las que los emprendimientos ya estaban en funcionamiento, como es el caso de Andalgalá (Catamarca), donde Bajo La Alumbrera opera desde 1997 y, en Jachal e Iglesia (San Juan), donde la mina Veladero funciona desde 2006. Por otra parte, las empresas desarrollan una serie de acciones destinadas a obtener la aprobación de las comunidades en su actividad y minimizar el conflicto. Para lograr lo que se conoce como licencia social, las empresas financian proyectos comunitarios o productivos y se ofrecen para aportar económicamente en la atención de la salud o la educación local. A partir de estas acciones, las empresas presentan su actividad como una minería responsable. ¿Sabías que…? "*-/"0//| ( `)! /$`!")"*-/"+!|*|"+1` Veladero, reconoció cuatro derrames de líquido con cianuro desde 2015 a la actualidad. Los derrames contaminaron los cuerpos de agua que llegan a la ciudad !" ) 1|/`+{+ `+| 1`*|"+1) En Chilecito y Famatina (La Rioja), la organización de la comunidad local logró frenar el funcionamiento de una mina a cielo abierto en el cerro Famatina en cuatro oportunidades, cuando los emprendimientos estaban a cargo de diferentes empresas: //| ( `)! Ã0|0(` |+|+$ ±+!`+$ `)! y MIDAIS. Actividad Vean el video “El peso del oro”. Disponible: <https://www.youtube. `*41 °.0!(¢ 130 1 Redacten un breve resumen sobre el tema del video. 2 ¿Qué argumentos utiliza la protagonista para oponerse a la megaminería? 0 ))"0 !" ¦*1|+ |)" |1` /""'+ ") `+| 1` iniciado en 2005 y que aún continua, con una consigna clara: “el Famatina no se toca” Impactos de la minería en el país U C C fU )C ¿ Economías de enclave Otra de las críticas que suele recibir la actividad minera es que consolida lo que se denomina '“economías de enclave”, es decir, una explotación económica desligada de los otros sectores productivos del lugar, que se relaciona con otras lógicas (porque su producción se destina mayormente al mercado mundial) y que requiere una fuerte inversión de capital (que suele ser extranjero). Las consecuencias de las economías de enclave son la fuer­ te fragmentación social y regional, que configura espacios socio-productivos dependientes del mercado internacio­ nal, dadas las fluctuaciones imprevi­ sibles de los precios, que son fijados por dicho mercado. Podemos encontrar una gran cantidad de opiniones, tanto a favor como en con­ tra, acerca de la actividad minera en nuestro país. ¿En qué se basan?, ¿cuáles son sus fundamentos? A continuación te presentamos una serie de los que se conside­ ran impactos positivos y negativos de esta actividad. Lo que se considera positivo A pesar de que el desarrollo de la actividad minera es aún incipiente, en la eco­ nomía argentina ya se observa su contribución al crecim iento de la producción nacional, ganando mayor participación en el PBI e incrementando la capacidad productiva nacional y el ahorro interno. El desarrollo de la minería también contribu­ ye al financiamiento del sector público nacional y provincial a través del pago de impuestos por parte de las empresas mineras. Asimismo, ha permitido diversificar los productos nacionales destinados a la exportación, favoreciendo al mismo tiempo el acceso a nuevos mercados externos y reduciendo los riesgos históricos vinculados a las exportaciones del sector agro­ pecuario (con la gran variación de precios en el mercado internacional). Finalmente, las exportaciones mineras constituyen un ingreso de divisas al país. Por otro lado, la minería genera puestos de trabajo formales, con salarios un 65% más altos que el promedio general de la economía, entre otros motivos, por­ que la tecnología aplicada a la producción requiere de personal con altos niveles de capacitación. Además, la actividad genera un incremento del empleo indirecto, ya que por cada empleo en la nómina de una empresa minera, se crean al menos dos puestos de trabajo más en empresas contratistas o proveedoras. Otro beneficio atribuido a la actividad minera es que favorece el desarrollo y la integración territorial de regiones consideradas “alejadas” (es decir, marginales desde el punto de vista productivo), a través de las obras de infraestructura ener­ gética y de transporte, como la extensión de la red de energía, el mejoramiento y mantenimiento de caminos, etcétera. El desarrollo de la minería en nuestro país promueve procesos de integración comercial y productiva con otros países de la región, como por ejemplo Chile y Perú. Algunas cifras permiten ilustrar algunos de los beneficios mencionados: en el período 2002-2011, la cantidad de empleos generados por el desarrollo de la acti­ vidad minera pasó de 97.500 a 517.500, y las exportaciones, de 3.056 a 16.310 millones de dólares. Lo que se considera negativo Durante las primeras etapas de la actividad, el impacto ambiental negativo se relaciona con la preparación de los caminos de acceso, la instalación de campa­ mentos, la apertura de pozos de reconocimiento, etc. Durante las etapas posterio­ res, los impactos ambientales se asocian con los métodos de explotación utiliza­ dos. Por ejemplo: La minería puede ser riesgosa para la salud, no solo de los trabajadores mineros sino también de los habitantes de lugares vecinos a la mina. La inhalación de polvo y vapores puede causar problemas respiratorios, enfermedades de la piel, oculares y degenerativas, entre otras. La utilización, manipulación y transporte de sustancias químicas peligrosas como arsénico, mercurio, cianuro o ácido sulfúrico generan preocupación por los efectos que provocan en el aire, el agua y los suelos. Si no hay un efectivo con­ trol, los productos químicos utilizados en las distintas fases de procesamiento de los metales, como cianuro y ácidos concentrados, pueden contaminar los cursos de agua a través de los sistemas de drenaje. • _as explosiones liberan polvillo que contiene sustancias tóxicas que contaminan e aire y luego precipitan hacia el suelo, lo que tiene un impacto negativo en los cultivos. • E agua es uno de los principales insumos de la minería a cielo abierto, por lo uue este tipo de minas presenta un elevado consumo de agua que toma de *uentes naturales cercanas. El uso prolongado de estas fuentes puede traer el desecamiento de cursos de agua, lagos y lagunas, y poner en riesgo la provisión doméstica o productiva de las poblaciones cercanas. Actores sociales de la minería nacional _a minería involucra a una gran cantidad de actores sociales, económicos y po•:os, en los ámbitos local, regional, estatal y global. De acuerdo con el Código de Minería, el Estado nacional y los Estados provin:¡ales tienen el dominio originario de las minas situadas en sus respectivos terrid s , pero no pueden explotar ni disponer de ellas si no es a través de empresas v .adas. El organismo competente a escala nacional es la Secretaría de Minería 3e a Nación (SMN), que depende del Ministerio de Planificación Federal, Inversión r jblica y Servicios. A su vez, a escala provincial, existen ministerios, secretarías, i-bsecretarías y direcciones vinculadas con esta actividad. Además, el Estado participa en la minería a través del Servicio Geológico Minero Nacional, cuyo objetivo es la producción de información geológica para promover la - .ersión en exploración minera, y ofrecer asistencia técnica y tecnológica al sector. Los emprendimientos mineros actuales utilizan tecnología moderna, maquinaas y equipos muy costosos, que requieren altos volúmenes de inversión de capita es que solo las grandes empresas trasnacionales pueden afrontar. En nuestro :sís, existen más de treinta grandes empresas multinacionales; algunas de ellas son: Yamana Gold, Barrick Gold, AngloGoId Ashanti y Silver Standard Resources, 3 encore International, etcétera. En el ámbito nacional, empresas, cámaras y asociaciones mineras y de activi­ dades vinculadas con el sector son representadas por la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM). Por su parte, los trabajadores mineros se nuclean en la Asociación Obrera Mine­ ra Argentina (AOMA). Esta constituye un sindicato nacional fundado en 1953, y en la actualidad está adherida a la Confederación General del Trabajo (CGT). Además, durante los últimos años y en el contexto de crecimiento de la explota­ ción minera, han surgido organizaciones que se movilizan contra los proyectos mi­ neros alegando su incompatibilidad con el modelo de desarrollo local. Por ejemplo, a comienzos del año 2003, se desarrolló en la ciudad de Esquel el primer conflicto que colocó en la agenda política nacional la discusión en torno de la minería, sus impactos sociales, ambientales y económicos, así como la reivindicación del dere­ cho de los habitantes a participar y decidir sobre la introducción de esta actividad en su comunidad. Esta primera experiencia impulsó luego la organización de una red nacional de comunidades afectadas por la minería: las asambleas de autoconvocados. que se desarrollan en pequeñas y medianas localidades de nuestro país, y actualmente convergen en la Unión de Asambleas Ciudadanas. Finalmente, a partir de los conflictos sociales generados en las últimas décadas, y de la necesidad de contar con información científica acerca de las consecuencias de la actividad minera, diversas disciplinas, asociaciones y ONG han producido un saber experto, independiente de las empresas privadas y del Estado. U n ió n da Asam b leas C iudadanas GLENCOR E YAMANAGOLD Minas Argentinas S A BARRICIC Minería Responsable as— . A n g lo G old Ashanti Representación de algunos de los actores sociales de la minería en nuestro país. Puntos de vista ¿Bienes públicos?, ¿de todos?, ¿nuestros? El aire, el agua, los bosques y las semillas nativas, los paisajes, entre otros, son caracterizados como bienes comu­ nes. ¿Qué significa esa calificación? ¿Se trata de bienes libres?, ¿públicos?, ¿de la humanidad?, ¿de una comunidad particular? En los textos siguientes encontrarán diferentes opiniones al respecto. El agua, nuestro bien común “Hoy existen dos narrativas antagónicas sobre los recursos de agua dulce de la Tierra, en conflicto desde los albores del siglo xxi. Por un lado está el poderoso círculo de los tomadores de decisiones, [...] que no ven el agua como parte de los ámbitos comunes mundiales ni como un bien público, sino como una mercancía que se compra y se vende en el mercado abierto. De otra parte está el movimien­ to mundial de organizaciones de base, [...] que tra­ bajan en conjunto con los ambientalistas, los acti­ vistas [...] y expertos del agua [...], que considera al agua como bien común y se propone que haya agua para toda la naturaleza y para todos los seres humanos. ”[...] ¿A quién pertenece el agua? Esa es la pre­ gunta clave. Una nueva narrativa del agua debe afir­ mar la idea de que nadie es dueño del agua; por el contrario, el agua pertenece a la Tierra y a todas las especies por igual. [...] Los gobiernos deben declarar que sus ámbitos comunes nacionales de agua son un bien público, y deben asumir la respon­ sabilidad por el servicio público de abastecimiento de agua potable y segura a todos sus ciudadanos. Todas las decisiones referentes a los ámbitos comu­ nes de agua deben adoptarse con transparencia y estar sujetas al control y supervisión democráticos". Maude Barlow. El agua, nuestro bien común. Hacia una nueva narrativa del agua. The Council of Canadians - The Commons - Heinrich Bóll Stiftung, 2007. En: http://www.mx.boell.org/web/agua.html Los patrimonios “La riqueza natural y cultural de la Quebrada de Humahuaca, entre otros lugares, atañe directamen­ te las posibilidades de desarrollo de los pueblos in­ dígenas según nuestras propias formas de concebir las relaciones sociales, insertas en la Naturaleza Cósmica, pues somos parte de ellas. ”[...] Quienes ocupamos estos territorios los he­ mos integrado como condición necesaria para la reproducción de nuestras vidas. En cambio, el pro­ ceso de apropiación y valoración del concepto indi­ vidual y privado de las prácticas capitalistas forzó la producción y alteró los ciclos naturales, generando una utilización inadecuada de los recursos natura­ les [...]. Desde esta perspectiva, sostenemos los pueblos indígenas que los patrimonios no son de la humanidad en un sentido genérico sino que están espacial y temporalmente situados, pertenecen a pueblos específicos y es responsabilidad de la hu­ manidad, como en este caso, generar las condicio­ nes para que podamos recrearlos, usufructuarlos y utilizarlos desde nuestra propia cosmovisión del mundo". Movimiento Indígena en la Provincia de Jujuy. “Nuestra propuesta para la inclusión de la Quebrada de Humahuaca como Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad por la Unesco", en Provincia de Jujuy, Quebrada de Humahuaca. Un itinerario cultural de 10.000 años. Propuesta para la inscripción a la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, 2002. En: http://www.jujuy.gov.ar/quebrada Javier Rodríguez Pardo: “¿Por qué bienes comunes?”. Saber Cómo, N.° 77, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, 2009. En: http://www.inti.gob.ar/sabercomo/sc77/intil0.php Prácticas comunes “Los llamados ‘bienes comunes’ no son bienes. No son ‘cosas’ separadas de noso­ tros. No son simplemente el agua, el bosque o las ideas. Son prácticas sociales de commoning, de actuar en forma conjunta, basadas en los principios de compartir, cuidar y producir en común. Para garantizarlas, todos los que participan en un ‘común’ tienen el derecho de co-decidir las normas y reglas de su gestión. ’’Ejemplos de la rica variedad de tales expe­ riencias e innovaciones son: los sistemas de gestión comunitaria de bosques; de canales de agua; de áreas de pesca y tierra; [...] las es­ trategias de consumo cooperativo vinculadas a las monedas sociales y muchas otras. Todas ellas son claramente formas de gestión dife­ rentes, [...] [que] fueron descuidadas y margi­ nadas en los análisis políticos y económicos clásicos. Todas ellas se sustentan en la idea de que nadie puede tener una vida satisfacto­ ria si no está integrado en relaciones sociales; que la plena realización personal depende de la realización de los demás y viceversa. De esta manera, se apagan las fronteras entre el interés particular y el interés colectivo". Silke Helfrich. Bienes comunes: un marco y un caleidoscopio de prácticas sociales para otro mundo posible. En: http://rio20.net/propuestas/bienescomunes-un-marco-y-un-caleidoscopio-de-practicassociales-para-otro-mundo-posible/ t 'J o t V l O ícu 1. Subrayé los conceptos centrales de cada documento y elabora un párrafo con las ¡deas principales de cada uno. 2. Sintetiza la posición planteada en cada uno de los textos acerca de los bienes comunes y los argumentos que la fundamentan. a) Identifica qué tienen en común los ar­ gumentos de las posiciones tomadas en cada texto y qué las diferencia. Puntos de vista J ¿Por qué bienes comunes? “La libertad es patrimonio de todos y ‘todos nace­ mos libres en dignidad y derechos’. La libertad es un bien común, como lo es el oxígeno que respiramos, el color de una flor, el sonido de una cascada, el silencio o el murmullo de un bosque, el viento, el cosmos, el pensamiento, la velocidad de la luz o la capa de ozono. En este sentido, el suelo, el subsuelo mineral, el glaciar, el agua, no son recursos naturales sino bienes comu­ nes. Dicho de otro modo, las riquezas que habitan en la Tierra no son recursos naturales, son bienes comunes. Referirse a ellos como recursos naturales es la primera forma de apropiación desde el lenguaje. [...] ’’Los bienes comunes no se hallan en venta, no son negociables, precisamente porque son comunes. Tam­ poco son públicos ni naturales por más que descansen en la naturaleza milenaria y estén al alcance depredador del público. El concepto de público (‘total es público’) está virtualmente asociado a que ‘no es de nadie’, no al concepto de pertenencia de todo un pueblo (su ver­ dadera pero malversada acepción), lo que habilita su uso irresponsable, descuidado, cuando no directamen­ te depredatorio. [...] Los bienes comunes, en definitiva, trascienden a los bienes particulares. Los reconocemos integrados a ecosistemas y, a su vez, a biorregiones dentro de la gran esfera que nos involucra a todos. Es en este sentido que no debo adueñarme del oxígeno del aire, por ejemplo, cuando estoy obligado a compartirlo. Incluso para los legistas, esta propiedad -m e jo r aún, lo que es propio- termina cuando irrumpo en la del próji­ mo, válido para el caso que nos preocupa. [...]”. sques implantados 5egún datos de la SAGPyA, en la Argentina la superficie que cubren los bosques r-olantados es de 1.115.655 ha. Las especies predominantes son las coniferas 58,8%), los eucaliptos (25%) y las salicáceas (sauces y álamos. 10%). Desde 1997 el ritmo de plantación ha crecido en forma constante, tanto por la l-fgada de nuevos inversores al sector, esencialmente de origen chileno, como por r impulso dado por la ley 25.080, que promociona esta actividad. Misiones, Corrientes y Entre Ríos tienen las mayores superficies cultivadas del 3aís, con el 76% del total. Por su ubicación geográfica, se constituyen en el polo *:^esto-industrial con mejores posibilidades de inserción en el Mercosur. Buenos Aires. Santa Fe. Córdoba y La Pampa tienen una menor participación, ron casi 100 mil ha la primera y 49 mil ha que comparten las otras tres provincias. Esta zona tiene potencialidad exportadora debido a la cercanía con los puertos e importantes centros de consumo, por lo que aquí se concentran las industrias que incorporan mayor valor agregado, como la del mueble. Estas provincias también tienen un gran desarrollo de las industrias celulósicaoapelera y maderera (dos de los subsistemas del complejo forestal). La celulósicaoapelera está constituida por una cadena cuyo eslabón primario está representado por madera de alguna especie implantada, mientras que en su eslabón final se procede a la elaboración de papel y cartón. La industria maderera se encarga de la producción de rollizos para la primera transformación, esto es el aserrado o los tableros. En los siguientes eslabones, muchas veces se realiza una segunda trans•'ormación para la obtención de muebles o carpintería de obra. Santa Cruz. Chubut. Neuquén y Río Negro poseen cerca de 70 mil ha de plantacio­ nes que se dividen en dos regiones. Por un lado, la zona andina, con plantaciones de coniferas; y por otro, las zonas de riego del Alto Valle del río Negro, cultivadas con salicáceas. Las provincias restantes acumulan casi 30 mil ha cultivadas. Estas presentan destacables niveles de crecimiento forestal y poseen tierras aptas para la planta­ ción de pinos y eucaliptos. En estas provincias predomina la industria maderera, sobre todo de especies nativas. Cuentan con aserraderos y pequeñas empresas de muebles y otros productos de carpintería con especies implantadas. En general, la producción se destina al mercado interno. Planta de Celulosa Argentina en Zárate, provincia de Buenos Aires. Carga de rollizos de pinos, en la provincia de Corrientes. Especies Provincia Totales Coniferas Eucaliptos Misiones 313.721 24.911 Corrientes 232.461 95.773 Entre Ríos 11.712 90.048 6.905 36.920 48.320 0 Buenos Aires Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz Jujuy, Salta y Tucumán Santa Fe, Córdoba y La Pampa Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Catamarca La Rioja, San Juan, Mendoza y San Luis Totales Salicáceas 0 Otras 46.316 384.948 0 810 329.044 15.919 13.386 131.065 47.826 8.118 99.769 19.595 695 68.610 6.898 16.054 204 756 23.912 34.221 12.095 2.483 0 48.799 1.749 3.031 23.377 1.351 29.508 655.987 278.832 109.404 71.432 1.115.655 Superficie (ha) de bosque implantado por provincias. Año 2002 y actualización 2004. Fuente: SAGPyA. Bosques nativos U C on o cí Q Renovales Se llama renovales a los bosques jóvenes, producto de alteraciones (de origen natural o antrópico). Las especies de árboles nuevas tienden a dominar rápidamente el lugar. Por eso, a diferencia de los bosques originales (de especies diversas y diferentes edades), estos bosques jóvenes son de un rango de edad similar. Vista aérea de la selva Paranaensemisionera. Bosque de quebracho colorado en la provincia de Santa Fe. El uso forestal de los bosques nativos consiste en seleccionar ejemplares sa­ nos de las especies valiosas por su madera (pesada, dura y muy resistente) para construcción y aserradero, y aprovechar las especies de menor calidad para leña y carbón vegetal. Se considera una actividad extractiva, ya que los árboles se ta­ lan y se cosechan sus frutos y hojas, y por lo general no se dejan renovales ni se fomenta la reforestación. Según un informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación (elaborado en 2005), en la Argentina existen 31.443.873 ha de bosques nativos, distribuidos en seis regiones forestales de características muy diversas: 1. Selva Paranaense-misionera. Se localiza principalmente en Misiones y en una pequeña porción del nordeste de Corrientes. Posee una superficie de casi 3 millo­ nes de ha y se la considera la de mayor biodiversidad del país. El sector forestal ocupa un lugar relevante en la economía provincial, ya que contribuye con el 50% del PBI misionero. Predominan los subsistemas maderero y celulósico-papelero. En un principio, la extracción se limitaba a las maderas llamadas “de ley" (o de buena calidad) como el cedro, el incienso y el lapacho. Luego, con el aumento de la demanda, también se utilizaron otras especies como el guatambú, timbó, anchico colorado y laurel. La producción papelera determinó la necesidad de plantar especies exóticas; esto se hizo mediante la tala y posterior quema de tierras cubiertas por bosque nativo, para liberar los terrenos para la forestación comercial. Esto produjo el em­ pobrecimiento y el deterioro del bosque. Los productos obtenidos en estas plan­ taciones (para carpintería, muebles, papel) son elaborados por grandes empresas extranjeras y pymes nacionales, y se destinan al mercado interno y externo. Además, en la zona se produce una amplia gama de PFNM para fines alimen­ ticios, forrajeros y medicinales. Un caso especial es el de la yerba mate utilizada para infusión (mate). 2. Selva Tucumano-boliviana o de yungas. Ocupa una franja estrecha que, en nuestro país, recorre las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca, bor­ deando las sierras Subandinas. Especies típicas de esta selva son el jacarandá, el horco molle y el nogal. En la mayor parte de la región han disminuido las existencias maderables, hecho que motivó la desaparición de aserraderos y la caída drástica de la productividad. Las grandes empresas y las pymes han ¡do extrayendo las especies de mayor valor maderero, para luego seguir por aquellas menos valiosas. Actualmente, la principal fuente de recursos económicos de la región es la agricul­ tura de exportación, dada por la expansión del cultivo de la caña de azúcar, soja y la producción frutícola. Estas actividades, en conjunto, provocaron la pérdida del 80% del área que cubría originalmente la selva. Además, se practica la cultura silvopastoril, esto es la corta de madera para construir viviendas y leña para combustible. 3. Parque chaqueño. Es la región forestal más grande del país, con más de 67 millones de ha. Comprende las provincias de Formosa, Chaco y Santiago del Estero, y parte de Santa Fe, San Luis, Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, Córdoba y Corrientes. El uso forestal se ha caracterizado por seleccio­ nar solo los ejemplares sanos de las especies valiosas por su madera, dejando los montes con árboles enfermos y malformados, con poco valor comercial. En la actualidad muchas pequeñas y medianas empresas aprovechan las especies de menor calidad maderera (subsistema maderero) para la producción de postes, ar­ tesanías, etc., y se ha difundido la producción de leña y de carbón vegetal (como ya leiste, productos que no exigen alta calidad de la madera). Algunas especies típicas son el quebracho colorado y el blanco, y el palo santo. 4. Monte. Se encuentra en sectores de las provincias de Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis, La Pampa, Buenos Aires, Neuquén, Río Negro y Chubut. Predominan los bosques de sauce, algarrobo, retamo y jarilla. Las nuevas demandas de mercado estimulan la tala de algarrobo para mueblería y parquet, destinados básicamente al mercado interno. Esta selección lleva a la pérdida de os pocos ejemplares de buena calidad que quedan, aunque en los últimos años se observa un proceso de revalorización del uso de los bosques orientado a racionaizar su explotación y a la reforestación de los bosques altamente degradados, es decir, se está produciendo un cambio en cuanto al manejo del recurso. 5. Espinal. Incluye parte de las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, San Luis, La Pampa y Buenos Aires. Es un bosque xerófilo en el que se distinguen tres subregiones según la especie predominante: del ñandubay al norte, del algarrobo en el centro y del caldén al sur. La industria maderera no es muy signi­ ficativa en esta zona dado que se han agotado prácticamente los ejemplares de ca­ lidad, por lo que se saca la vegetación y se quema el suelo para otros usos, como el agrícola y el ganadero. En general, tampoco se hace extracción selectiva, sino que las especies restantes se usan para elaborar carbón, artesanías o como leña. 6 . Bosque Andino-patagónico. Se extiende desde el sur de Mendoza hasta la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Es una estrecha franja boscosa que se ubica en las laderas de la cordillera patagónica. El aprovechamiento foresto-industrial con escala comercial se basa en la tala selectiva, principalmente de lenga, ciprés y araucaria, ya que otras especies de valor maderero, como el alerce y el raulí, ocupan áreas muy restringidas y en su mayoría en territorio de parques nacionales (por lo que no es posible su explotación forestal). En la actualidad, operan aproximadamente 60 aserraderos, en general pequeños, que elaboran unos 110.200 m3/año de madera rolliza. En cuanto al procesamiento primario, el 92% de la materia prima proviene del bosque nativo, pero la participa­ ción del bosque de cultivo se encuentra en aumento. En algunas localidades de la región, la extracción de PFNM, como hongos y helechos, significa una fuente de ingresos alternativa para los pobladores. Comercialización de artesanías de algarrobo en la provincia de Salta. SELVA MISIONERA MONTE Un bosque que se reduce Durante las últimas décadas se ha ejercido una presión creciente sobre los bos­ ques nativos, tanto por su reemplazo por otras actividades productivas como por el alto nivel de extracción y el impacto de la tala ¡legal. Esto determinó una reducción y un proceso de degradación del recurso que, según especialistas, pone en riesgo tanto su subsistencia como el abastecimiento de productos forestales. Según el Primer inventario de bosques nativos, nuestro país está atravesando uno de los períodos de pérdida de bosque nativo más importantes de su historia. Entre 1937 (año del Primer Censo Nacional Agropecuario) y 2011, se perdieron más de 10 millones de ha en todo el territorio nacional. Ante este panorama, considerado de "emergencia forestal” por el Estado nacio­ nal, surge la necesidad de elaborar e implementar políticas estatales tendientes a conservar y restaurar nuestros bosques nativos, para las generaciones presentes y las futuras, tal como lo establece el artículo 41 de la Constitución Nacional. En 2007 se sancionó la Ley Nacional 26.331 de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, con el fin de revertir este proceso de pérdida de masa forestal. Mediante esta ley se creó el Programa Nacional de Protección de los Bosques Na­ tivos, que se basa en el Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos (OTBN) y el fomento de actividades de conservación y restauración en cada una de las provincias. B BOSQUE ANDINO PATAGÓNICO 1R e g io n e s fore stale s (bosques nativos) H g B o sq u e s im p la n ta d o s (Arg.) Argentina, parte continental americana. Principales áreas de distribución de los bosques implantados y nativos. r\ 7. Elabora una red conceptual que resuma alguno de los subsistem as del complejo forestal argentino (carac­ terísticas, ubicación, espe­ cies. usos y productos). Bienes y servicios ambientales Los bosques y las selvas nativas como bienes comunes Desmonte en la selva Misionera. Los bosques y las selvas nativas son bienes comunes, muy importantes e^ nuestro país por sus funciones y por las disputas que se ciernen en torno a ellos. Como ya sabés, la Argentina cuenta con una gran diversidad de bosques y selvas nativas: se destacan los bosques del Chaco seco y del Chaco húmedo, los bos­ ques patagónicos, la selva Paranaense y las selvas de montaña o yungas. Estos ámbitos prestan una diversidad de servicios ambientales: reservorios de diversidac biológica, protección de suelos y aguas, regulación de temperaturas y absorción de dióxido de carbono, entre otros. También son los ámbitos de vida y de desarrollo de diferentes comunidades indígenas y campesinas, algunas desde tiempos ancestra­ les y otras desde hace varias generaciones: estos grupos no solo obtienen de esos bosques y selvas alimentos y medios para construir sus viviendas e instrumentos, sino también su identidad y su cosmovisión. Como ya leiste en el capítulo 9, las selvas y los bosques nativos vienen regis­ trando un importante proceso de transformación que si bien es de larga data, se ha potenciado en las últimas décadas. En particular, la superficie y la calidad de estos bosques y selvas han disminuido notablemente desde principios del siglo xx. Además de la reducción en su extensión por deforestación (es decir, por tala completa de la masa arbórea), también cabe señalar el proceso de degradación de bosques y selvas debido a la extracción selectiva de ciertas especies de alto valor comercial: esto ha sucedido, por ejemplo, con los cedros y robles de las yungas, lo que potenció la disminución de la diversidad biológica de esas selvas. La explotación de bosques y selvas LA TIERRA A LOS CAM PESINOS ET CAM PESINAS! Afiche que ilustra los desmontes y la resistencia de los campesinos que defienden sus tierras. Diferentes procesos contribuyeron a esa disminución y degradación de los bos­ ques y las selvas nativas. Entre ellos podemos mencionar la construcción de las diferentes líneas ferroviarias del territorio nacional, que llevó a la utilización de los bosques de quebracho y algarrobo como fuente para la provisión de durmientes o, incluso, como leña para fraccionar sus locomotoras: en esos mismos bosques tuvo lugar, asimismo, la explotación taninera, principalmente entre principios y mediados del siglo xx. La expansión de ciertos cultivos industriales también contribuyó a la de­ forestación, como el cultivo del algodón en el Chaco y el de la yerba mate y el té en Misiones, sobre todo entre las décadas de 1920 y 1960. Más recientemente, las principales amenazas a la preservación de los bosques y selvas nativas provienen de la expansión del cultivo de la soja, sobre todo en el Chaco (seco y húmedo) y en el espinal Pampeano, y de la forestación con especies exóticas (pino, eucalipto), en especial en la selva Paranaense; de hecho, se señala que esa selva es la que ha registrado una mayor disminución desde mediados del siglo xx (del orden del 40% de su superficie). Junto con la implantación de estos cultivos se ha extendido el uso de plaguicidas, que podrían alterar la flora y la fauna nativas en las áreas vecinas, además de que también podrían provocar diversos daños a la salud de las poblaciones que habitan esas zonas. Asimismo, esos procesos de expansión agrícola y forestal sobre bosques y sel­ vas nativas están afectando su condición de bienes compartidos por comunidades indígenas y campesinas, ya que implican la apropiación de esas tierras por parte de empresarios y derivan, con ello, en el desplazamiento (a veces de manera vio­ lenta) de las comunidades que habitan esos lugares. Por eso se afirma que la defo­ restación de bosques y selvas nativas conlleva tanto la destrucción de la diversidad biológica como de la diversidad cultural. 4 Bases naturales de la República Argentina Distribución del agua en Argentina Como ya vimos, el territorio argentino presenta una región conocida como diagonal árida, que abarca más de la mitad de su superficie. En contraposición, el territorio restante se considera integrante de la Argentina húmeda. Esta diferenciación general, que tiene que ver con la distribución desigual de las precipitaciones, tiene implicancias en la disponibilidad de agua superficial. Esto se debe a que la gran mayoría de ríos, arroyos, lagos y lagunas se alimentan de las precipitaciones. Por lo tanto, la escasez de lluvias repercute en el caudal de aguas superficiales. Ríos en la Argentina húmeda La Argentina húmeda se caracteriza por la existencia de grandes y caudalosos ríos que se conectan entre sí en la conformación de las cuencas, sistemas de ríos y arroyos que drenan las aguas de una porción de territorio. La gran parte de la Argentina húmeda forma parte de la cuenca del Plata, la segunda cuenca de mayor importancia de Sudamérica. Su característica principal es estar atravesada por importantes y caudalosos ríos que la recorren en dirección sur hasta confluir con el Río de la Plata y desembocar en el océano Atlántico. Además del río que da nombre a la cuenca, los cursos principales son el Paraguay, Uruguay y Paraná. Las cuencas hidrológicas se pueden clasificar según la forma el tipo de desembocadura. Cuando las aguas que transportan los ríos de una cuenca finalmente son vertidas en el océano, la cuenca recibe el nombre de exorreica. Cuando, en cambio, las aguas son vertidas en un cuerpo de agua interno, como un lago, se denomina endorreica. Existe otro tipo de cuenca que no tiene salida a otro cuerpo de agua y se conocen como cuencas arreicas. La gran mayoría de las cuencas hidrológicas que conforman la Argentina húmeda son cuencas endorreicas de vertiente atlántica, es decir que desembocan en el océano Atlántico Sur. También, hay una importante cuenca endorreica que desemboca en la Laguna de Mar Chiquita, en Córdoba, la cuenca Salí-Dulce. Brasilia C a BOLIVIA BRASIL P Sucre arana a Grand Pc o an PARAGUA Para a T r Pa Paran pan ao Br a o I a Asunción Ar Sa a Pa ran o ad ARGENTINA T rc ro ro Ur N o C ar Oc URUGUA Ar aP ano n co S r Montevideo aa Buenos Aires Sa a do A scala en ilómetros L L L Cuenca del Plata 84 d c o od rod aPaa r or d r o d a P a a a ra ar o ar n no r a o CAPÍTULO 4 4 Como se observa en el mapa, la cuenca del Plata es un sistema regional que abarca cinco países distintos y en Argentina, ocupa toda la región chaco-pampeana. Sin embargo, está compuesta por subcuencas, es decir, sistemas hidrológicos de menor tamaño. Algunos ejemplos son la cuenca Matanza-Riachuelo, la cuenca del río Pilcomayo, del río Iguazú, etcétera. Los andes patagónico-fueguinos también forman parte de la Argentina húmeda. Aquí los ríos tienen sus nacientes en la cordillera de los Andes y se alimentan tanto de las lluvias como del deshielo. Además, en esta región, la presencia de precipitaciones abundantes a lo largo de miles de años permitió la formación de importantes lagos en los bolsones (depresiones formadas entre las montañas). En esta región, se concentran las cuencas que conforman la vertiente del Pacífico. Esta se compone de los cursos que desembocan en dicho océano, luego de atravesar la cordillera de los Andes. Este grupo es mucho menos significativo que el de vertiente Atlántica, ya que la forma cordillerana divide las aguas hacia cada ladera y es poco frecuente que un río logre atravesarla para seguir su curso al otro lado. Un ejemplo es el del río Manso en Río Negro, como también los ríos Rivadavia, Corintos y Futaleufú, que surcan el territorio de Chubut hasta desembocar en territorio chileno, en el río Yelcho. Lago Escondido en Río Negro es uno de los numerosos lagos de origen glaciar de la Patagonia Foto satelital del Río Uruguay en la zona de Salto Grande. Este río es uno de los principales de la cuenca del Plata y un recurso natural compartido con el país limítrofe, Uruguay 85 4 Bases naturales de la República Argentina R o Pc o a o R Pa ra a RB r Ar R c Ur a R Sa a do R R n R Sa R S RTr c ro ndo R n do a a n RTn R o dr a a R Pr ro n R C ar o Ar a an R d R aP aa A R N OCÉANO PA C Í F I C O SUR n R Co o rado o a OCÉANO AT L Á N T I C O SUR n R L RN ro R C n CUENCA EXORREICA AL ATLÁNTICO CUENCA EXORREICA AL PACÍFICO CUENCA ENDORREICA C co CUENCA ARREICA R r ado A R r Cr R San a a Ar L L L Cuencas y vertientes de Argentina 86 d d c o od Rod aPaa r or d R o d a P a a ora ar o ar n no r a o CAPÍTULO 4 Red hidrográfica en la Argentina árida La red hidrográfica de las regiones áridas de Argentina no es tan compleja como la de las zonas húmedas, es decir, en las regiones norte y este del país, ya que las precipitaciones son la fuente principal de alimentación de las aguas superficiales. De este modo, los ríos de la Argentina árida no son tan caudalosos y presentan variaciones importantes en su caudal según la época del año y algunos incluso son temporarios, es decir que permanecen secos la mayor parte del año y se activan durante los meses de verano. 4 Además, algunas zonas del país forman parte de cuencas arreicas que no poseen desembocadura, sino que el agua se evapora o se infiltra ya que las corrientes son muy poco caudalosas. Sa a P n a do La mayor parte de la diagonal árida está comprendida por la cuenca del río Desaguadero, que comprende territorios desde la puna hasta la costa atlántica patagónica. Si bien este es el sistema hidrológico más importante de la región, su caudal total representa apenas el 1% con respecto al total nacional. Esta cuenca tiene como río principal al Desaguadero, que corre en sentido norte-sur y va recibiendo el aporte de ríos que, en su mayoría, nacen en la cordillera. Este es el caso de los ríos San Juan, Jáchal, Tunuyán, Diamante y Atuel. B r Tro B anco a d C ra a o o nc na La Br ac a o ndo a an Lo San Pa o To ora a A anda Pa o ar a ad ro Tn an a an an A N Sa ado Sa ado A Sa ado La A ar a Cuenca del Desaguadero 87 “Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales futuras… “Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales futuras… (*) Artículo publicado en revista FRONTERAS publicación anual del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente (GEPAMA) del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad de Buenos Aires. Autor: Doctor Ing. Agr. Walter A. Pengue Director del Posgrado en Economía Ecológica Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES Coordinador del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente GEPAMA wapengue@sinectis.com.ar | www.gepama.com.ar/pengue Todo “pasto” es agua… La agricultura es una de las principales producciones demandantes de agua (suma alrededor del 70 % en el promedio mundial), siendo el riego una de las actividades que genera preocupación respecto a la disponibilidad e impactos sobre la demanda de agua potable que puede implicar el incremento de las extracciones a través de este hacia las décadas venideras (Bruinsma, 2003). Producir alimentos implica consumir agua. “Todo pasto es agua” decía el padre de la agricultura conservacionista argentina (Molina, 1967). Para producir un kilogramo de granos, se necesitan entre mil a dos mil kilogramos de agua, lo que equivale a alrededor de 1 a 2 m3 de agua. 1 Kg. de queso necesita alrededor de 5.000 a 5.500 Kg. de agua y uno de carne, demanda unos 16.000 kilogramos de este elemento vital (Hoekstra, 2003). En este sentido a pesar de la eficiencia que se ha buscado en la producción agrícola, el agua y la sequía han sido factores restrictivos para la producción en muchos países del mundo. En el caso de la agricultura hay que distinguir dos componentes importantes en el agua que se mueve del suelo a la atmósfera, que son: la evaporación y la transpiración. La primera es la pérdida directa del agua del suelo hacia la atmósfera y la segunda es la cantidad de agua que se mueve a través de la planta al ser absorbida por la raíz, fluyendo por el xilema, evaporándose por el mesófilo y finalmente difundiendo como vapor de agua a la atmósfera a través de los estomas. Los dos componentes a los efectos de cálculos vinculados al consumo del recurso, se integran en el concepto de evapotranspiracion. No obstante esta importancia, la producción de granos ha considerado el uso del agua en sistemas de secano como un insumo de uso no restrictivo y que no ha sido imputado a las cuentas de costos y beneficios. Sin embargo, los alimentos contienen una porción relativamente importante de agua en su estructura y han demandado porcentajes muchísimo más altos de este insumo, durante el proceso de producción. Walter A. Pengue -1- “Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales futuras… El comercio agrícola mundial puede también ser pensado como una gigantesca transferencia de agua, en forma de materias primas, desde regiones donde se la encuentra en forma relativamente abundante y a bajo costo, hacia otras donde escasea, es cara y su uso compite con otras prioridades (Pengue, 2006). El análisis del uso del agua por el sector agrícola no puede menos que considerar el hecho que 98% de las tierras cultivadas en América Latina lo son en zonas de secano, pero que la agricultura industrial de exportación, demanda cada día más agua para sostener su sistema de producción e incrementar su productividad físico crematística (como por ejemplo comienza a suceder en la región pampeana argentina). Ya muchas regiones latinoamericanas vienen sufriendo serios problemas. La disponibilidad de agua en México ha ido en descenso a raíz de la sobreexplotación de los mantos freáticos y de la creciente degradación de las partes superiores de las cuencas, lo que implica mayores costos. Como son los campesinos quienes han sido relegados a las partes superiores de las cuencas, y son ellos quienes han sufrido más de las políticas de apertura del comercio agropecuario y de contención de los precios básicos, tienen menos posibilidades de seguir sus labores tradicionales de manejo del agua y del suelo (Barkin, 1998). El caso del uso del agua en la Argentina, especialmente para la producción de cultivos de exportación y acompañada de la mano de un posible ciclo más seco en los periodos por venir, obliga a una reflexión, sobre el uso consuntivo del recurso, especialmente frente a las nuevas demandas productivistas tanto en las áreas pampeanas, como en las regiones extrapampeanas. Es posible que el mayor desafío de los próximos años consistirá en evitar que, por su excelente rentabilidad en ambientes que para otras especies resultan desfavorables, la soja mantenga un predominio que muchos consideran perjudicial en el largo plazo (Sierra, 2006). Países ricos y pobres en agua Al contrario que el caso mexicano, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay se asientan sobre uno de los tres acuíferos más grandes del mundo, que cuenta con un volumen de unos 37 mil kilómetros cúbicos y abarca alrededor de 1.190.000 kilómetros cuadrados: El acuífero Guaraní. Otro acuífero más telúrico y por encima del cuál se asienta la Pampa Ondulada es el Puelches, que llega hasta el centro de Santa Fe, este de Córdoba y Noreste de Buenos Aires (Arias, 1999). Este acuífero nutre a la ciudad de Buenos Aires y las zonas urbanas e industriales, junto a la creciente demanda de agua en la agricultura intensiva con riego. En el caso del Guaraní, la extracción de agua subterránea en los cuatro países tiene como destino el 69 % para la agricultura, 21 % para industrias y 10 % para consumo doméstico. El acuífero representa el 6 % del territorio argentino pero se asienta sobre ricas áreas productivas como la mesopotámica y chaco pampeana. La creciente demanda especialmente de la agricultura y la posibilidad de contaminación por la intensificación industrial de esta, pone en atención la necesidad de identificar la posibilidad por un lado de los daños por contaminación Walter A. Pengue -2- “Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales futuras… del acuífero y por el otro, en un futuro mediato, las presiones vía el alocado sistema mundial de precios de los granos, para hacer uso del recurso natural, como fuente barata de “agua virtual”. Entre estos costos o externalidades, las futuras ganancias del sector agrícola deberían considerar en forma directa a la compensación por la reducción de las áreas de producción agrícola como resultado de la intrusión salina, la degradación del suelo y el agotamiento de la disponibilidad o acceso a los recursos hídricos (aguas subterráneas y acuíferos), el mayor acceso (o su restricción) al agua por parte de los grupos rurales de menores recursos y más vulnerables para su propia subsistencia, la generación de sistemas de producción agrícola más ricos o su pérdida derivada de las monoculturas exportadoras y las restricciones del agua para otros usos, incluyendo los usos ambientales. Los equipos de riego están creciendo en la Argentina, alcanzando la superficie regada en la actualidad el 1.290.000 hectáreas. El principal porcentaje de maquinaria y equipamiento para riego, no se ubican como podría pensarse en las áreas con mayores limitaciones hídricas (por ejemplo, el noreste o noroeste argentino) sino en la Región Pampeana, donde los cultivos de la agricultura industrial demandan de agua de manera mas intensiva (Cuadro N° 1) (CNA, 2002). La dependencia de estos cultivos por agua se hace notable y cualquier riesgo de sequía puede implicar la pérdida completa de la producción, al primar la productividad por la estabilidad de los mismos. Cuadro N° 1. Riego por aspersión, en cantidad de equipos por tipo y región. Estacionario Pivote Central Región 1323 1061 Pampeana Noroeste 392 279 Fuente: Censo Nacional Agropecuario, 2002. Avance Frontal 101 Cañón Autopropulsado 422 59 77 Entonces, además de las evaluaciones de productividad en materia seca en grano por gota de agua, seria interesante comenzar a considerar la calidad de los nutrientes generados por “gota de agua” y su destino y utilización final en los países de destino. En este sentido, se hace estratégico, para países productores como la Argentina y las demás naciones de la Región, “ricos en agua”, revisar mucho mas que contemplativamente, los beneficios (no incluidos en las cuentas) generados por el proceso de exportación con sus granos de “agua virtual” (que muchos de los países importadores, no cuentan en sus territorios, pero que tampoco pagan en el comercio mundial). El intercambio de agua virtual por medio del comercio de alimentos se hace crucial en las discusiones futuras, especialmente teniendo en cuenta que tanto las importaciones de los países desarrollados como de las naciones que no cuentan con agua o la han desaprovechado compulsivamente, tienen un considerable peso en el ahorro de agua. Walter A. Pengue -3- “Agua virtual”, agronegocio sojero y cuestiones económico ambientales futuras… Qué es el Agua Virtual. El valor del agua virtual de un producto alimenticio es el inverso de la productividad del agua. Podría entenderse como la cantidad de agua por unidad de alimento que es o que podría ser consumido durante su proceso de producción (FAO, 2003), es decir utilizada o contenida en la creación de productos agropecuarios. La circulación de agua virtual ha aumentado regularmente con las exportaciones de los países agrícolas durante los últimos cuarenta años. Se estima que aproximadamente el 15 % del agua utilizada en el mundo se destina a la exportación en forma de agua virtual (Hoekstra y Hung, 2002). El 67 % de la circulación de agua virtual esta relacionado con el comercio internacional de cultivos. En el último quinquenio del siglo XX el trigo y la soja representaron ambos el 47 % del total de estas salidas. Ni en los cultivos de alto o bajo valor en el comercio internacional, ni las comunidades finales que los consumen, reconocen en sus cuentas aun, este importante uso de recursos (Chapagain y Hoekstra, 2003). Es evidente que el comercio del agua virtual genera un importante ahorro de agua en los países importadores y un posible deterioro en los exportadores, que hacen un uso intensivo o a nivel de la sobreexplotación. Por ejemplo, el transporte de un kilo de maíz desde Francia (tomado como representativo de los países exportadores de maíz para la productividad de agua) a Egipto transforma una cantidad de agua de cerca 0,6 m3 en 1,12 m3, lo cual representa globalmente un ahorro de agua de 0,52 m3 por cada kilo comercializado, situación que como se ve, no contabiliza los costes o externalidades generados por el uso de esa agua en Francia. Posiblemente, los ahorros aparentes en el uso del agua, esconden estos costos, que merced al movimiento mundial de alimentos se triplicaron. El comercio virtual de agua se incrementó en valor absoluto, desde 450 km3 en 1961 a 1.340 km3 en el 2000, llegando al 26 por ciento del requerimiento total de agua para la producción de alimentos (FAO, 2003, op.cit). Las externalidades vinculadas a las exportaciones virtuales de agua, deberán considerar también los problemas derivados del incremento en los usos de este recurso: intrusión salina, salinización, perdida de estructura del suelo, lavado de nutrientes, contaminación. Agua Virtual y Agricultura Un país limitado en su disponibilidad de recursos hídricos podría decidir utilizar estos de otra forma, en lugar de su aplicación a la agricultura o a cultivos que consumen mucha agua o decidir importarlos y ahorrar el agua de su territorio para destinarla hacia otras producciones o al consumo doméstico o industrial, pretendiendo hacer un uso económico más eficiente del recurso. Por ello, la restricción y los problemas vinculados a la escasez de agua en el mundo para la agricultura y la seguridad alimentaria alertan sobre futuros problemas en el uso eficiente del recurso. Walter A. Pengue -4- La defensa de las semillas nativas y criollas Las semillas son de los pueblos "Es fundamental que las semillas ca­ minen libremente de la mano de los campesinos sin un dueño definido, porque son patrimonio colectivo de todos los pueblos. Por ello, para los pueblos y las comunidades locales es inaceptable que cualquier forma de vida, y específicamente las semillas, pueda ser controlada monopólicamente mediante patentes o protección de obtentores vegetales”. Grupo Semillas. Las leyes de semillas aniquilan la soberanía y autonomía alimentaria de los pueblos, 2010. Como se señala en capítulos anteriores, una de las principales transformaciones agrarias desarrolladas a lo largo de las últimas décadas es la especialización de vastas zonas del país en unos pocos productos, como la soja en el área pampeana y parte del norte argentino, así como las plantaciones de coniferas y eucaliptos, destinadas a la obtención de pasta de celulosa, en la región Mesopotámica. Entre otros efectos, la expansión de estas producciones ha acarreado una merma en la tradicional diversidad de cultivos y, con ello, de semillas disponibles en el campo. Frente a estos procesos, cada vez más se señala la importancia de rescatar y proteger las semillas nativas, es decir, aquellas que son propias u originarias de las diferentes regiones, como las variedades andinas de maíces, quinoa y kiwicha, o las variedades tropicales de mandioca. También se destaca la necesidad de recuperar y preservar las semillas criollas, es decir, aquellas traídas por las dife­ rentes comunidades de inmigrantes que han llegado al país (europeos, asiáticos, africanos y de otros países americanos) y que fueron adaptadas, a lo largo de ge­ neraciones, a las condiciones ambientales locales; por ejemplo, las variedades de maíz pampeano o de zapallo y maní misioneros. Estas semillas (nativas y criollas) son consideradas como el resultado de la na­ turaleza y también de los pueblos y las comunidades que las han utilizado, conser­ vado y mejorado a lo largo del tiempo. Por eso se defienden como bienes comunes, es decir, como bienes que se utilizan o heredan en situación de comunidad y que son intercambiados libremente. La importancia de las semillas nativas y criollas radica en que se adaptan mejor a las condiciones naturales locales y, por tanto, son más tolerantes o resistentes a adversidades bióticas (plagas) o abióticas (por ejemplo, cambios climáticos). Tam­ bién porque su disponibilidad permite que los productores familiares no dependan de la compra de semillas comerciales mejoradas (híbridas o transgénicas). Final­ mente, porque a través de su preservación se permite la continuidad de diversas culturas y formas productivas en el campo. Acciones para la recuperación y el intercambio Desde la década de 1990 diversas asociaciones de productores y algunas insti­ tuciones estatales vienen realizando una serie de acciones, como la formación de bancos de semillas y la realización de ferias de intercambio, con el fin de promover el rescate y la conservación de semillas nativas y criollas. Los bancos de semillas son organizados principalmente por entidades estata­ les, en especial por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Por ejemplo, se destaca la labor de conservación de variedades andinas y pampeanas de papa y maíz realizada por las estaciones Famaillá (provincia de Tucumán), Per­ gamino y Balcarce (ambas en la provincia de Buenos Aires), entre otras. Algunas de estas experiencias tienen varias décadas, como el Banco de Germoplasma de maíces pampeanos del INTA Pergamino, organizado a partir de la década de 1950. Más recientemente se han incorporado otras modalidades, como la conservación de semillas en las propias fincas o chacras de los productores, como por ejemplo en el norte de la provincia de Santa Fe. 2° FERIA NACIONAL Y 12B PROVINCIAL SEMILLAS NATIVAS Y CRIOLLAS 4 Y 5 DE AGOSTO - DOMO DEL CENTENARIO - RESISTENCIA - CHACO Afiche de difusión de una feria de semillas. "La semilla en la tierra es v id a y en las manos de las familias que la siembran, libertad" Las necesidades básicas insatisfechas La caracterización de las condiciones de vida a tra­ vés de la medición de las necesidades básicas insatis­ fechas centra la atención en los hogares con privación o falta de acceso a bienes y servicios básicos como las viviendas, condiciones sanitarias y educación. En los últimos censos realizados en el país se considera que un hogar está formado por el conjunto de personas que habitan en una misma vivienda compartiendo los gas­ tos de alimentación; este concepto no tiene en cuenta si entre ellas existe un vínculo de parentesco o familia. Puede haber diferente tipo de hogares, algunos están compuestos por una sola persona y otros pueden tener muchos más integrantes, por ejemplo, puede tratarse de una pareja con varios hijos. La utilización del concepto de hogar en el momen­ to de evaluar las condiciones de vida implica considerar que el acceso o no a los bienes y servicios especificados, involucra al conjunto de las personas que lo forman. Los indicadores de NBI utilizados habitualmente en nuestro país evalúan las condiciones de construcción de las viviendas, la provisión de servicios sanitarios y el acceso a la educación. En particular, se considera que un hogar tiene nece­ sidades básicas insatisfechas o es pobre por NBI cuan­ do posee una o más de las siguientes características: ► Vivienda inconveniente: habita, por ejemplo, pie­ za de inquilinato o vivienda precaria como un rancho, una casilla o una casa construida con materiales inapro­ piados (paredes de cartón, piso de tierra, sin provisión de agua por cañería dentro de la vivienda). ► Hacinamiento critico: la relación entre el número de personas que habita la vivienda y la cantidad de cuar­ tos disponibles supera las tres personas por cuarto. ► Condiciones sanitarias deficientes: no posee re­ trete en el baño o no tiene descarga de agua. ► M enores fuera del sistema escolar: hay al menos un niño en edad escolar, de 6 a 12 años, que no asiste a la escuela. tendrá pocas posibilidades de acceder a un trabajo de buenos ingresos, ► y la cantidad de personas que dependen económi­ camente de los miembros que tienen un trabajo y un ingreso. Cuantas más personas dependan de los que tienen ingresos, menor será la capacidad del hogar de alcanzar los bienes esenciales para su subsistencia. En general, se considera que la privación asociada con la falta de acceso a bienes y servicios tales como vi­ vienda y educación constituyen un núcleo de pobreza estructural, es decir, un conjunto de condiciones que tienen mayor perdurabilidad. Esto sucede, por ejemplo, porque la modificación de las condiciones de la vivien­ da requiere una inversión de dinero que muchas fami­ lias en condiciones de pobreza no pueden realizar. La construcción de los indicadores de NBI sobre la base de los datos censales permitió elaborar mapas con información precisa sobre la localización de las condi­ ciones de pobreza en nuestro país. El mapa de esta pá­ gina (doc. l ) fue elaborado con los resultados del censo 2001. En él se puede observar que las áreas con mayor porcentaje de hogares con N BI se localizan en las pro­ vincias del noroeste y nordeste, con niveles que incluyen a más de un tercio de los hogares que habitan en ellas. Doc. 1 Evolución de la población con NBI para el total del país. Existe además un quinto indicador, que se utiliza con menor frecuencia, y que relaciona la capacidad que tiene el hogar para proveer de los medios económicos necesarios al conjunto de sus miembros. Este indica­ dor, denominado capacidad de subsistencia, evalúa: ► la educación del jefe del hogar, considerando que si posee menos de tercer grado de educación primaria 157 CAPÍTULO NOROESTE I P 9 NORESTE 28,2% 4,7% P I 33,6% 5,8% Ar Ar CUYO P I 9 29,3% 4% PAMPEANA P I 28% 6% GBA P I 28,8% 7,1% PATAGÓNICA I P 21% 3,1% Ar Pobreza e indigencia de Argentina en el primer semestre de 2017. La región noreste se encuentra muy por encima del promedio nacional, mientras que en la región patagónica la situación es inversa 199 CAPÍTULO Puesto Provincia Capital IDH Población 1° CABA 0,876 3.042.581 2° Tierra del Fuego Ushuaia 0,871 126.212 3° Santa Cruz Río Gallegos 0,862 225.920 4° Córdoba Córdoba 0,846 3.340.041 5° La Pampa Santa Rosa 0,844 333.550 6° Neuquén Neuquén 0,842 547.742 7° Chubut Rawson 0,833 460.684 8° Mendoza Mendoza 0,832 1.729.660 9° Santa Fe Santa Fe 0,832 3.242.551 10° Río Negro Viedma 0,831 597.476 11° Tucumán San Miguel de Tucumán 0,824 1.475.384 12° Entre Ríos Paraná 0,822 1.255.787 13° Buenos Aires La Plata 0,818 15.052.177 14° La Rioja La Rioja 0,817 341.207 15° Salta Salta 0,817 1.224.022 16° Catamarca San Fernando del valle de Catamarca 0,815 388.416 17° San Luis San Luis 0,815 437.544 18” San Juan San Juan 0,814 695.640 19° Corrientes Corrientes 0,809 1.013.443 20° Jujuy San Salvador de Jujuy 0,803 679.975 21° Misiones Posadas 0,802 1.077.987 22° Chaco Resistencia 0,794 1.052.185 23° Santiago del Estero Santiago del Estero 0,784 865.546 24° Formosa Formosa 0,773 539.883 9 9 Ranking provincial según los datos del IDH de Argentina, obtenidos del Informe de Desarrollo Humano 2010, realizado por el PNUD En Argentina, al igual que en casi todas partes del mundo, las sociedades son desiguales y las diferencias no son representadas detrás de un número. Por ello, el IDH muchas veces presenta dificultades para estudiar una sociedad en particular. Detrás de cifras cercanas a 1, como en el caso de ciudad de Buenos Aires, se esconden situaciones de pobreza y marginalidad. También, en aquellas sociedades con IDH más bajos del país, como en Formosa y Santiago del Estero, hay sectores sociales que viven en enclaves de riqueza, con características muy diferentes a la de gran parte de la población. En definitiva, el IDH no alcanza para conocer las condiciones de vida de una población sino que es un promedio general entre las situaciones más favorables y las condiciones más desfavorables. 193 El ingreso y los gastos Uno de los métodos más utilizados para la estima­ ción de la pobreza en los países es el denominado línea de pobreza. Básicamente relaciona los ingresos obte­ nidos por los miembros del hogar con los gastos que deberían realizar para satisfacer, en forma mínima pero adecuada, sus necesidades cotidianas. En este método es necesario identificar el valor de los ingresos monetarios del hogar, incluyendo salarios, jubilaciones, jornales y cualquier tipo de ingreso efecti­ vo. Por otra parte, se requiere definir un umbral o mon­ to mínimo de ingreso por debajo del cual cada hogar, y en consecuencia sus integrantes, serán considerados en situación de pobreza. Para definir ese monto es im­ prescindible establecer una canasta mínima, es decir, un conjunto de bienes que se considera pueden satisfacer las necesidades de los hogares. Dado que el precio de los bienes que componen la canasta fluctúa con el tiempo, es necesario establecer su valor para cada momento en que se quiera realizar la estimación de pobreza. El último paso de la estimación es la comparación entre los ingre­ sos obtenidos por los miembros del hogar y el valor de la canasta correspondiente a las necesidades de ese hogar. En nuestro país se utilizan dos líneas o umbrales: la línea de indigencia, que establece el mínimo de bie­ nes alimenticios requeridos por el hogar, y la línea de pobreza, que incluye además otros gastos habituales, como vivienda, educación, transporte, entre otros. ► Los cálculos de la línea de indigencia establecen una canasta alimentaria básica, o sea, un listado de la cantidad de alimentos y bebidas que se estima ne­ cesita un varón adulto para cubrir los requerimientos calóricos que le permitan desarrollar normalmente su actividad cotidiana. El valor monetario de esa canasta es la unidad de medida básica que se utiliza para todos los cálculos posteriores. Por ejemplo, para cada hogar relevado se estima el gasto total de alimentos requerido de acuerdo con la cantidad de miembros que tiene y con el sexo y la edad de cada uno, y con ello se define el monto de ingresos que deben obtener para superar la línea de indigencia. ► La línea de pobreza se establece en relación con la línea de indigencia. Para calcularla se considera la pro­ porción que representan los gastos alimentarios en los gastos totales de los hogares. El valor de la línea de pobre­ za siempre es mayor que el de la línea de indigencia, por­ que esta define las condiciones de pobreza más extrema. La información sobre los ingresos de los hogares utili­ zada para las estimaciones de la población en condiciones de pobreza por estos métodos proviene de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH ). Este es un relevamiento que realiza el INDEC en las principales áreas urbanas del país durante diferentes momentos del año (doc. 3). Una de las principales dificultades que plantea este método es que en períodos de aumento frecuente de precios los valores monetarios de las canastas que sir­ ven de base para el cálculo suben rápidamente, con lo cual se eleva el umbral mínimo requerido y, por ende, si los salarios no aumentan en proporción similar, crece notablemente la cantidad de personas consideradas en situación de pobreza. Por otra parte, muchos especialistas piensan que deberían incluirse en el cálculo de los ingresos aquellos bienes que los hogares reciben en especies, por ejem­ plo, medicamentos o alimentos provenientes de planes sociales y que también debería considerarse que la sa­ tisfacción de necesidades incluye elementos no consi­ derados, como el acceso a servicios gubernamentales o la disponibilidad de tiempo para recreación. Doc. 3 Incidencia de la pobreza y la indigencia en el total urbano EPH y por región estadística. Segundo semestre de 2009 Región Total urbano EPH Gran Buenos Aires Cuyo Nordeste Noroeste Pampeana Patagonia ..Hogares bajóla Hogares bajo la linea de indigencia Personas bajo la linea de indigencia; tinea dé péfeFFèZà 3.0 3.5 9,0 13,2 2,8 2.7 4.3 2.7 3.1 3.5 8,7 12,6 conformadas por 9.6 16,7 13,9 23.5 16.6 11,5 el agregado de 3.1 2.4 6,0 3,3 4.2 2.6 12,0 7.7 4,9 6,4 Nota: Las regiones estadísticas están aglomerados (localidades) de la EPH. En el glosario se detalla cómo se componen las regiones. 'Fuente: INDEC Encuesta Permanente de Hogares. Incidencia de la pobreza y de la indigencia. Resultados del segundo semestre de 2009. En: http://www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/74/pob tot 2sem09.pdf {consultado e! 19/8/2010). 159 Urbanización y sistema urbano La Argentina es uno de los países más urbanizados del mundo: más del 90% de la población vive en asentamientos urbanos, y con este porcentaje supera a muchos países europeos. Pero los asentamientos y la población urbana presentan una distribución muy desigual en el territorio nacional. La población está muy con­ centrada en la región Pampeana, y dentro de ella, en un espacio metropolitano que tiene como área central a la Ciudad de Buenos Aires. La población se distribuye en localidades urbanas de distintos tamaños. Muy po­ cas son grandes aglomeraciones urbanas que superan el millón de habitantes (Cór­ doba, Rosario, Mendoza, Tucumán) y solo el aglomerado Gran Buenos Aires -c o n más de 13 millones de habitantes- se encuentra a la cabeza, a mucha distancia de las anteriores. Por otro lado, hay numerosas localidades pequeñas y medianas con una población de entre 10.000 y 300.000 personas. En el mapa de esta página se han identificado las ciudades que superan los 20.000 habitantes y el aglomerado Gran Buenos Aires, el mayor espacio urbano del país. Varios subsistemas DENSIDAD DE POBLACIÓN I I Menos de 0,1 hab./km2 I ¡ de 0,1 a 1 hab./km2 H l de 1 a 10 hab./km2 l .... I de 10 a 20 hab./km2 I l de 20 a 100 hab./km2 M i más de 100 hab./km2 PRINCIPALES CIUDADES • Más de 5.000.000 de habitantes • de 1.000.000 a 5.000.000 de habitantes • de 250.000 a 1.000.000 de habitantes • de 100.000 a 250.000 habitantes • de 25.000 a 100.000 habitantes • ciudades entre 20.000 y 25.000 habitantes Distribución de los principales asentamien­ tos urbanos. Argentina, parte continental americana. En el sistema urbano del país se pueden identificar varios subsistemas con ca­ racterísticas propias regionales. En la región Pampeana es donde la distribución de los asentamientos urbanos es más homogénea y es mayor el número de ciudades que tienen importancia en la organización territorial. En la formación de este subsistema urbano extendido tu­ vieron un papel importante las actividades agropecuarias e industriales que dinamizaron numerosos asentamientos de población y la expansión de la infraestructura de transporte interurbano, primero con el ferrocarril y luego a través de numerosas rutas. La red urbana se conformó en gran parte en la etapa agroexportadora y conectó las localidades y las zonas rurales con los principales puertos de Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata y Bahía Blanca. Hacia el interior de las llanuras, la circulación comercial valorizó la posición de la ciudad mediterránea de Córdoba, que conecta los asentamientos de la llanura con los del norte y el oeste del país. En las demás regiones del país los subsistemas cuentan con menos centros urbanos importantes, y en muchos casos la infraestructura de transporte y comuni­ caciones entre los asentamientos urbanos y rurales no es la más adecuada. En la región Chaqueña las localidades urbanas se distribuyen principalmente en el este más húmedo y conectadas con las ciudades-puerto sobre el río Paraná, en particular Resistencia, donde se concentran las actividades económicas regio­ nales. En la región M esopotámica el subsistema urbano también está organizado a lo largo de los ejes fluviales formados por el río Paraná y el río Uruguay. Las ciudades más destacadas se encuentran dispuestas en el litoral de ambos ríos. En la región Noroeste el subsistema urbano se ha desarrollado al pie de las zona montañosa y concentrado en los valles. Se destacan San Miguel de Tucumán, que ha funcionado como centro de conexión entre los valles de Jujuy y de Salta al norte, Santiago del Estero al este, Catamarca y La Rioja al oeste y Córdoba al sur. Los subsistemas urbanos del oeste árido se conforman a partir de oasis de rie­ go de distinta extensión concentrados en torno a las fuentes fluviales. El de mayor desarrollo es el que tiene como centro a la ciudad de Mendoza. En el sur el subsistema urbano de la Patagonia, tiene como eje principal la costa atlántica y la ruta 3. En el oeste cordillerano el turismo ha dinamizado las localida­ des vinculadas con la ruta 40. En el norte patagónico el Alto Valle del río Negro ha generado un subsistema propio concentrado en un oasis a lo largo de la cuenca del río Negro, con cabecera en la ciudad de Neuquén. Una jerarquía de ciudades y sus funciones Muchas veces se considera que algunas ciudades tienen mayor importancia que otras por la cantidad de población que vive en ellas, por la diversidad de funciones y por el alcance de los intercambios. Se establece así una jerarquía dentro del con­ junto de centros urbanos o sistema urbano del país. Por ejemplo, en la provincia del Chaco, su ciudad capital, Resistencia, tiene mayor jerarquía que la localidad de Roque Sáenz Peña. En general, cuanto más grande es un asentamiento urbano, más variadas son las actividades que allí se realizan. Además, los intercambios con otros asenta­ mientos, ya sean rurales o urbanos, se multiplican. Los desplazamientos de per­ sonas, de bienes y de servicios son una muestra de las redes de intercambio que relacionan a los asentamientos rurales y urbanos entre sí. A través de los años, el aglomerado Gran Buenos Aires se ha mantenido en el nivel más alto de la jerarquía urbana. Lo siguen a mucha distancia el Gran Córdoba y el Gran Rosario, con más de un millón y medio de habitantes cada uno. Como ya leiste, estas tres ciudades han sido los principales centros industriales del país. Se acercan a ellas ciudades como el Gran Mendoza, el Gran La Plata, el Gran San Miguel de Tucumán y Mar del Plata. Las ciudades de Mendoza y San Miguel de Tucumán se desarrollaron como cen­ tros regionales a partir de la expansión de la producción vitivinícola y del azúcar de caña, respectivamente, y su vinculación con el mercado del Gran Buenos Aires. La ciudad de La Plata se destaca como capital de la provincia de Buenos Aires, y Mar del Plata, por su función turística y portuaria. Muchas ciudades medianas, capitales de provincia o cabeceras de departamen­ to y partido, cumplen funciones político-administrativas y de servicios (sanitarios, educativos, financieros). Varias de ellas desarrollan actividades vinculadas con pro­ cesos productivos regionales, como Neuquén (petróleo y producción frutícola), el Gran Salta (producción agroindustrial), Río Cuarto (producción agropecuaria y nudo de transportes terrestres), Posadas (producción agrícola y forestal), Resistencia (producción sojera, algodonera y forestal), Concordia (producción de cítricos), San Carlos de Bariloche (turismo), etcétera. Muchas ciudades pequeñas o pueblos se hallan diseminadas por todo el territo­ rio. Estas localidades, por lo general, prestan servicios básicos a la población rural y son centros de acopio y de distribución de bienes. La importancia de estas ciuda­ des es mayor en las áreas donde la densidad de asentamientos urbanos es baja. Las que más crecen, las que menos crecen En los últimos años las grandes ciudades dejaron de ser las que más crecen. Son las ciudades de tamaño medio las que registran mayores aumentos de pobla­ ción, ya sea por crecimiento vegetativo como por la llegada de migrantes del campo o de otras localidades, que buscan contar con más y mejores servicios. También ha influido la menor atracción del Gran Buenos Aires y otras ciudades más grandes. Los especialistas en temas urbanos ven en este crecimiento y aumento de la población de ciudades medias, un cambio en la tendencia a la concentración terri­ torial de la población. Por otra parte, se observa el despoblamiento de muchas poblaciones pequeñas, especialmente las de menos de 2.000 habitantes. Esto se debe al estancamiento o falta de dinamismo de las economías regionales (como la producción de lana en la Patagonia) o la modernización productiva que implica la mudanza de los produc­ tores agropecuarios a localidades con mayores y mejores servicios (como ocurre en el agro pampeano). La desactivación de los servicios ferroviarios también ha influido en el despoblamiento o estancamiento de muchos pueblos o ciudades pequeñas. 0 Crecimiento de las ciudades “De acuerdo con datos censales, en general, se considera que por su creci­ miento las ciudades se pueden agrupar de la siguiente manera: "Grandes ciudades pampeanas: bajo crecimiento. "Ciudades intermedias en el Nordeste, Noroeste y Patagonia: alto crecimiento. "Grandes ciudades fuera de la región pampeana: crecimiento intermedio. "Ciudades intermedias pampeanas: crecimiento intermedio". Argentina del Bicentenario. Plan Estratégico Territorial. 1816-2016. Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios. Ciudad de Corrientes. Como otras localidades de la Mesopotamia, requiere de infraestructuras para el transporte que permitan el cruce del río Paraná. La localidad de Humahuaca es una de las más importantes de la quebrada homónima, como centro de servicios para la población del área y el turismo. Los partidos más alejados, que también se identifican como la periferia metrooolitana, son los que registran mayor crecimiento de población y de expansión de construcciones urbanas. Esto da una ¡dea de expansión de la “mancha urbana” "acia el oeste, con un intenso cambio del uso del suelo rural por el urbano. Región Metropolitana Territorios Ciudad Autónoma de Buenos Aires Población 2010 2.890.151 Partidos bonaerenses j) s partidos del Gran Buenos Aires Estos territorios municipales o partidos son muy numerosos y a medida que :recen se van incorporando al espacio metropolitano. Para estudiar mejor estos :ambios, se agrupa a los partidos en coronas o anillos. A continuación se tienen en cuenta los que forman parte de la Región Metropolitana de Buenos Aires. La primera corona está constituida por los partidos que crecieron, en población y construcciones urbanas, en la etapa agroexportadora y en la de industrialización sustitutiva. Generalmente, se incluye a los siguientes partidos: San Isidro, Vicente _ópez, General San Martin, Tres de Febrero, Hurlingham, Morón, Ituzaingó, La Ma:anza 1 (la parte más cercana a la ciudad de Buenos Aires, es decir, las localidades de Ramos Mejía, Villa Luzuriaga, San Justo, La Tablada, Villa Madero, Tapiales, Aldo Bonzi y Ciudad Evita), Lomas de Zamora, Lanús, Avellaneda y Quilmes. La segunda corona abarca los partidos que crecieron por la vinculación más ntensa con la Ciudad de Buenos Aires, facilitada por los medios de transporte y el proceso de relocalización industrial (las industrias dejaron de concentrarse en barrios de la Ciudad de Buenos Aries para trasladarse a zonas más periféricas). En esta corona se incluye a los siguientes partidos: San Fernando, Tigre, San Mi­ guel, Malvinas Argentinas, José C. Paz, Moreno, Merlo, La Matanza 2 (la parte más alejada de la Ciudad de Buenos Aires, es decir, las localidades de Rafael Castillo, Isidro Casanova, Gregorio de Laferrere, González Catán, Veinte de Junio y Virrey del Pino), Esteban Echeverría, Ezeiza, Almirante Brown, Florencio Varela y Berazategui. En los últimos años se incorporó una tercera corona, que abarca los partidos de Campana, Zárate, Escobar, Pilar, Exaltación de la Cruz, Luján, General Las Heras, General Rodríguez, Marcos Paz, Presidente Perón, San Vicente, Cañuelas, Brandsen, La Plata, Ensenada y Berisso. P a rtid o s b o n a e r e n s e s AMBA — * A u to p is ta s R u ta n ac io n al Ferrocarriles San Isidro 292.878 Vicente López 269.420 General San Martín 414.196 Tres de Febrero 340.071 Hurlingham 181.241 Morón 321.109 Ituzaingó 167.824 La Matanza 1.775.816 Lomas de Zamora 616.279 Lanús 459.263 Avellaneda 342.677 Quilmes 582.943 San Fernando 163.240 Tigre 376.381 San Miguel 276.190 Malvinas Argentinas 322.375 José C. Paz 265.981 Moreno 452.505 Merlo 528.494 Esteban Echeverría 300.959 Ezeiza 163.722 Almirante Brown 552.902 Florencio Varela 426.005 Berazategui 324.244 Escobar 213.619 Pilar 299.077 Lím ite p rovin c ia l Lím ite de p a rtid o Lím ite de la C iu d a d de General Rodríguez 87.185 Marcos Paz 54.181 Presidente Perón 81.141 San Vicente 59.478 B u e n o s A ire s Zárate 94.461 Exaltación de la Cruz 29.805 Luján 106.273 General Las Heras 14.889 Cañuelas 51.892 Brandsen 26.367 La Plata En el mapa se ha representado el Área Metropolitana de Bueno Aires o Aglomerado Gran Buenos Aires. 114.269 Campana 654.324 Ensenada 56.729 Berisso 88.470 Indec. Censo Nacional de Población 2010. i n r R i o d e la P l a t a «S3 B¡ ■ i ¡y*l i n r v r ííW / '\ , / % A \ . -. En la etapa agroexportadora Mordft» > 4 J ' ; > % & s rujm - •Quilmes «Lom es de 2001 Crecimiento de la mancha urbana del Aglo­ merado Gran Buenos Aires. 7. Entre los procesos que jugaron un importante papel en la formación del AMBA. se pueden destacar: la función que la ciudad fundada por Garay en 1580 tuvo como capital del Virreinato del Río de la Plata, a partir de 1776; la importancia que tuvieron el puerto de esa ciudad y su aduana desde fines del siglo xvm; la concen­ tración de funciones políticas en la Ciudad de Buenos Aires; las inversiones en infraestructura y equipamiento que convirtieron la Ciudad de Buenos Aires en una ciudad moderna desde principios del siglo xx; la llegada de inmigrantes desde fines del siglo xix, muchos de los cuales se asentaron en la ciudad y en los partidos veci­ nos; la industrialización que se expandió no solo en la ciudad sino en los partidos vecinos, que, como vimos, significó la localización de gran cantidad de industrias y otras actividades económicas, así como el asentamiento de numerosos inmigran­ tes internos y de países limítrofes. Veamos estos aspectos con más detenimiento, considerando grandes etapas. fi/o d e /a P l a t a San M artin * f’ El crecimiento del AMBA ¿Por qué se asentó la po­ blación en los partidos veci­ nos a la Ciudad de Buenos Aires? Entre 1880 y 1930 se produjo el gran crecimiento de la Ciudad de Buenos Aires y la primera expansión de los partidos bonaerense vecinos. Esto se vincula con el auge de la economía agroexportadora y la llegada de inmigrantes de ultramar. La Ciudad de Buenos Aires tenía el principal puerto de entrada y salida del país; en 1880 fue declarada Capital Federal: se establecieron sus límites legales y la jurisdicción de su municipio. A partir de la federalización, el gobierno nacional y la municipalidad se hicieron cargo del financiamiento de las obras públicas para convertir la ciudad en una me­ trópolis. La ciudad incorporó las funciones portuarias, primero con Puerto Madero, construido entre 1887 y 1889 y, al quedar este en desuso, con Puerto Nuevo, cons­ truido al norte en el actual barrio de Retiro, entre 1911 y 1928. También avanzaron la iluminación con gas y luego la eléctrica, la pavimentación de calles, la apertura de avenidas parques y plazas, los transportes públicos como colectivos y la red de subterráneos, con la actual línea A, así como la distribución de agua y de cloacas. Alrededor de la Plaza de Mayo se formó el área central de la Ciudad, donde se concentraron los negocios y las instituciones políticas. Se formaron barrios resi­ denciales de alta jerarquía en dirección al norte: Retiro, Recoleta, Palermo y luego también Belgrano. Estos barrios (también identificados en conjunto como Barrio Norte) y el centro recibieron prioritariamente las mejoras de las obras públicas y se diferenciaron, desde entonces, del resto de los asentamientos, que fueron equipa­ dos más lentamente. Al sur de la ciudad, en el valle del Riachuelo, se localizaron las industrias. Allí fue donde se estableció la mayor parte de los inmigrantes, que se ocuparon como tra­ bajadores manuales tanto en la industria como en otros oficios. La Boca, Barracas y Parque Patricios son los barrios que se formaron en aquel entonces. La segunda generación de inmigrantes mejoró sus condiciones de vida y tuvo acceso a la pro­ piedad de una vivienda. A sí surgieron barrios y subcentros de comercio y servicios alrededor del área central: Almagro, Flores, Caballito, Floresta, Villa del Parque y Villa Crespo. Con el aumento de los medios de transporte, la población pudo tener su residencia más alejada del lugar de trabajo y se fue instalando en barrios cada vez más alejados del centro. Más allá de la Capital Federal crecían otros centros urbanos próximos. Las ciu­ dades de Avellaneda, Lomas de Zamora, Quilmes, San Isidro, San Fernando, San Martín, Morón, Merlo, etc., se vincularon a través del ferrocarril con el centro de la Capital Federal. DOSSIER DOSSIER “Vivo en el conurbano” Una historia que expresa miles de historias PoR JULIA ROFé y ELISA GRACIELA CARLEVARINO E lizabeth, 37 años, separada, con un secundario incompleto es jefa de hogar. Tiene dos hijas (de 19 y 16 años) que estudian y la mayor hace changas. Reside en un terrero ocupado ilegalmente lindante al de su padre desde hace 15 años, en una vivienda precaria de material con techos de chapa, una parte, y de losa, el resto, dos dormitorios, cocina comedor y baño. Fue realizada a través de la autoconstrucción. El piso de cerámica, colocado por el padre albañil, el resto, sin terminar: carece de revoque externo e interno, tiene agua por compresor y pozo ciego. Esta vivienda está ubicada en Villa nueva (partido de Moreno), barrio sin agua corriente, gas, cloacas ni pavimento. Su ocupación: servicio doméstico, por horas, en casas de familia. Todos los días viaja a Almagro, Capital, para trabajar cinco horas. Para comenzar a las 8.30 hs., se levanta a las cinco, sale a la media hora. Camina cuatro cuadras sin asfalto para tomar el colectivo que pasa cada veinte minutos y la deja en el Cruce Castelar después de veinte minutos. “Los días de lluvia no puedo salir de casa porque se inunda todo”, enfatiza. Luego, toma un colectivo que, en cuarenta minutos, la deja en la estación San Miguel. Sube al tren, generalmente atestado (línea San Martin) y si no hay inconvenientes, llega en otros cuarenta minutos a la estación Chacarita. Finalmente, camina, toma colectivo o subte, según el tiempo transcurrido y si dispone de dinero. El regreso a su casa es similar. El tiempo de viaje se equipara al tiempo de su jornada laboral… ¡cinco horas para trabajar y otras tantas para llegar! Lucio Kowarick (1996a), especialista en temas urba- 50 nos, incorporó la categoría de expoliación urbana para referirse a: “la ausencia o precariedad de los servicios de consumo colectivos que con el acceso a la tierra y a la habitación, se muestran como socialmente necesarios para la reproducción urbana de los trabajadores. La expoliación urbana sólo puede ser entendida como una producción histórica que, al alimentarse de un sentimiento colectivo de exclusión, produce una percepción de que algo —un bien material o cultural- está fallando y es socialmente necesario. De esta forma, la noción contiene la idea de que el proceso expoliativo resulta de una sumatoria de extorsiones, es decir, retirar o dejar de proveer a un grupo, categoría o clase, lo que éstos consideran como derechos suyos. no en la acepción propiamente de legislación positiva, sino en el sentido de una percepción colectiva según la cual existe legitimidad en la reivindicación de un beneficio y que su negación constituye una injusticia, indignidad, carencia o inmoralidad” (Kowarick, 1996b). Este concepto es pertinente para nuestro análisis de la situación de los residentes en el conurbano bonaerense, de las sucesivas extorsiones que padecen en los traslados diarios hacia sus lugares de trabajo así como en la energía que gastan para construir su hábitat o reclamar por servicios al gobierno de turno. ¿Tienen otras alternativas? Sí. Instalarse en el centro urbano donde hay mayores oportunidades de empleo, acceso a bienes de consumo colectivo, mejor transporte… pero degradando aún más su hábitat ya que deben alquilar, a un alto costo -en las villas- piezas pequeñas, sin baño privado, para grupos familiares numerosos. MARTÍn BoRDEnAVE Julia Rofé es doctoranda en Sociología. Investigadora, consultora y profesora en la Carrera de Relaciones del Trabajo y de Sociología, Facultad de Ciencias Sociales y Facultad de Ciencias Económicas, UBA. Elisa Graciela Carlevarino es doctoranda en Sociología. Investigadora y profesora en la Facultad de Ciencias Económicas, UBA. 51