EL ARTE DE VIVIR CON SENCILLEZ Shunmyo Masuno EL ARTE DE VIVIR CON SENCILLEZ Las 100 enseñanzas de un monje zen para una vida calmada y feliz URANO Argentina – Chile – Colombia – España Estados Unidos – México – Perú – Uruguay Título original: Zen, Simple Seikatsu No Susume Editor original: Original Japanese edition published by Mikasa-Shobo Publishers Co., Ltd., Tokyo Traducción: Silvia Alemany Illustrations by Harriet Lee-Merrion 1.ª edición Septiembre 2019 Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright , bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público. Copyright © 2009 by Shunmyo Masuno Allison Markin Powell for the English language translation Copyright © 2019 This Spanish edition published by arrangement with Mikasa-Shobo Publishers Co., Ltd.,Tokyo in care of Tuttle-Mori Agency, Inc., Tokyo in association with International Editors’ Co., Barcelona All Rights Reserved © 2019 de la traducción by Silvia Alemany © 2019 by Ediciones Urano, S.A.U. Plaza de los Reyes Magos, 8, piso 1.º C y D – 28007 Madrid www.edicionesurano.com ISBN: 978-84-17780-27-2 Fotocomposición: Ediciones Urano, S.A.U. SHUNMYO MASUNO, monje superior de un templo budista zen en Japón de 450 años de antigüedad, diseña jardines zen y ha ganado premios de gran prestigio. Es catedrático de diseño medioambiental en una de las escuelas universitarias de arte más prestigiosas de Japón. Masuno ha impartido clases en destacados centros educativos, entre los que se cuentan la Escuela Universitaria de Diseño de Harvard, la Universidad Cornell y la Universidad Brown. ÍNDICE PREFACIO PARTE UNO 30 maneras de lograr que tu «yo presente» tenga energía Intenta hacer un cambio sutil en tus hábitos . 1. Resérvate tiempo para el vacío 2. Despiértate quince minutos antes 3. Disfruta del aire matutino 4. Deja los zapatos bien puestos cuando te los quites 5. Deshazte de lo que no necesites 6. Organiza tu mesa de trabajo 7. Prepara una deliciosa taza de café 8. Ponte a escribir, y ponte con ganas 9. Intenta elevar el tono de voz 10. No descuides tus comidas 11. Cuando comas, haz una pausa después de cada bocado 12. Descubre las ventajas de una dieta basada en las verduras 13. Averigua cuáles son tus palabras preferidas 14. Reduce tus pertenencias a la mínima expresión 15. Dispón con sencillez tu habitación 16. Intenta andar descalzo 17. Exhala profundamente 18. Siéntate en postura de meditación zazen 19. Intenta hacer un ejercicio mientras estás de pie 20. No pierdas el tiempo preocupándote por lo que no puedes controlar 21. Vuélvete un experto en cambiar de modo 22. Respira despacio 23. Une las dos manos 24. Resérvate tiempo para estar a solas 25. Entra en contacto con la naturaleza 26. Crea un pequeño jardín en tu balcón 27. Ve a contemplar una puesta de sol 28. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy 29. No pienses en cosas desagradables antes de acostarte 30. Intenta esforzarte en hacer lo que puedas ahora mismo PARTE DOS 30 maneras de inspirar confianza y valentía para vivir Intenta cambiar tu punto de vista . 31. Descubre tu otro yo 32. No te preocupes por lo que todavía no ha sucedido 33. Complácete haciendo tu trabajo 34. Sencillamente, sumérgete en ti mismo 35. No te sientas desbordado por las tareas que tienes por delante 36. No eches la culpa a los demás 37. No te compares con los demás 38. No busques lo que te falta 39. De vez en cuando, deja de pensar 40. Discierne 41. Intenta asistir a una reunión de meditación zazen 42. Planta una sola flor 43. Empieza bien el día 44. Mima tu propio yo 45. Piensa con sencillez 46. No tengas miedo al cambio 47. Fíjate en los cambios 48. Siente, y no pienses 49. No desaproveches las cosas 50. No te sientas constreñido a un único punto de vista 51. Piensa por ti mismo 52. Cree en ti mismo 53. En lugar de preocuparte, sigue adelante 54. Conserva la flexibilidad mental 55. Actívate 56. Espera que llegue el momento adecuado 57. Valora tu conexión con las cosas 58. Intenta sentarte en silencio en la naturaleza 59. Intenta conservar la cabeza despejada 60. Disfruta de un jardín zen PARTE TRES 20 maneras de paliar la confusión y las preocupaciones Intenta cambiar tu manera de relacionarte con los demás . 61. Sirve a los demás 62. Deshazte de «los tres venenos» 63. Cultiva la noción de gratitud 64. Demuestra, no manifiestes, cómo te sientes 65. Expresa lo que llevas en el pensamiento, pero no con palabras 66. Céntrate en los méritos de los demás 67. Profundiza en tu relación con otra persona 68. Sintonízate bien con el momento 69. Abandona la necesidad de gustar a los demás 70. No te obsesiones con lo correcto y lo incorrecto 71. Considera las cosas por lo que son 72. Distánciate con habilidad 73. No pienses en términos de pérdidas y ganancias 74. No te dejes atrapar por meras palabras 75. No te dejes arrastrar por la opinión de los demás 76. Ten fe 77. Entabla conversación con un jardín 78. Haz feliz a alguien 79. Busca ocasiones para reunirte en familia 80. Valora a todas las personas que te precedieron PARTE CUATRO 20 maneras de sacar el máximo partido a un día cualquiera Intenta prestar atención al momento presente . 81. Estate presente, aquí y ahora 82. Agradece cada día que pasa, incluso los más corrientes 83. Reconoce que estás protegido 84. Sé positivo 85. No seas codicioso 86. No diferencies entre las cosas buenas y las cosas malas 87. Acepta la realidad tal como es 88. No existe una sola respuesta 89. Tampoco existe una única manera 90. No seas pretencioso 91. Libérate del dinero 92. Cree en ti mismo, sobre todo cuando te sientas angustiado 93. Observa los cambios de las estaciones 94. Intenta cuidar de algo 95. Escucha la voz de tu auténtico yo 96. Celebra estar vivo, y celébralo cada día 97. Priorízalo todo al aquí y ahora 98. Haz todos los preparativos 99. Considera cómo querrías morir 100. Sácale el máximo partido a la vida PREFACIO Tan solo haciendo unos cambios sutiles en tus hábitos y en tu punto de vista bastará para vivir con sencillez. Cuando vas a visitar un templo o un santuario de alguna vieja ciudad contemplas sus serenos jardines. Tras haber sudado al subir una montaña, disfrutas desde la cima de un paisaje que abarca hasta donde alcanza la vista. Frente a un cristalino mar azul, te quedas contemplando el horizonte. ¿Has sentido alguna vez como si te renovaras, como si vivieras unos momentos excepcionales en que te has apartado del mundanal ruido? Sientes el corazón más liviano, y una cálida energía recorre tu cuerpo. Las preocupaciones y las tensiones de la vida cotidiana desaparecen por un instante, y eres capaz de sentirte, de sentir que estás vivo en este preciso instante. En la actualidad, son muchos los que han perdido la orientación en la vida; se sienten preocupados y confusos porque no saben cómo deberían vivir la vida. Por eso buscan lo extraordinario en un intento de recuperar el equilibrio mental. Sin embargo…, todavía queda mucho por decir. Incluso tras haber pulsado el botón de reinicio, lo extraordinario sigue viviéndose al margen de la vida cotidiana. Cuando te reincorporas a tu vida normal, la tensión aumenta, y la mente se desgasta. Y, como te sientes agobiado, vuelves a ir en pos de lo extraordinario. ¿Te resulta familiar este ciclo interminable? Por mucho que lamentes profundamente las complejidades de la vida, cambiar el mundo no es tarea fácil. Si el mundo no funciona como tú quieres, quizá lo mejor sea que cambies tú. De esta manera, y con independencia del mundo en el que vivas, podrás moverte en él con toda comodidad y sencillez. En lugar de salir de tu propio camino e ir a buscar lo extraordinario, ¿qué te parecería vivir más despreocupado y cambiar tan solo, y de una manera sutil, tu vida cotidiana, la vida diaria? Este libro aborda precisamente esta temática: vivir con sencillez, al estilo zen. Cambiar tu estilo de vida no tiene por qué ser difícil. Con unos ligeros cambios en tus costumbres… Con un cambio sutil de perspectiva… No tienes que viajar a las antiguas capitales de Japón, Kioto o Nara; no tienes que subir al monte Fuji; y tampoco tienes por qué vivir al lado del mar. Tan solo basta con hacer un único e insignificante esfuerzo para que el disfrute de lo extraordinario sea posible. En este libro te mostraré cómo lograrlo gracias al estilo zen. Las enseñanzas del zen procuran decirnos básicamente cómo podemos vivir los seres humanos en este mundo. Por decirlo de otra manera, llevar un estilo de vida zen es conservar unos hábitos y postular unas ideas que son la clave para que logremos llevar una vida feliz. Es el tesoro escondido, si quieres, que permanece oculto tras una profunda, aunque sencilla, sabiduría vital. Las enseñanzas zen vienen simbolizadas por una sucesión de cuatro frases que esencialmente significan: «El despertar espiritual se transmite al margen de los sutras, y no puede experimentarse por medio de palabras o letras; el zen señala directamente a la mente humana, y te permite percibir tu verdadera naturaleza y que alcances el estado de budeidad». En lugar de plasmar todo eso por escrito o a través de la tradición oral, deberíamos hallar nuestro yo esencial tal como existe, aquí y ahora. Intenta no dejarte arrastrar por los valores de los demás, y no te inmutes ante preocupaciones innecesarias. Procura vivir una vida infinitamente sencilla, despojada de todo lo prescindible. Este es el espíritu del estilo de vida zen. Cuando hayas adoptado estos hábitos (que te aseguro que son hábitos sencillos), tus preocupaciones desaparecerán. Cuando hayas desarrollado esta sencilla práctica, llevarás una vida mucho más relajada. Precisamente porque el mundo es muy complejo, el estilo zen te da las claves para saber vivir en él. En la actualidad, el zen se encuentra en el punto de mira de muchos, y no solo en Japón, sino también en el extranjero. Como monje superior dirijo un templo zen, y también me dedico a diseñar jardines zen, no solo para otros templos, sino también para hoteles o embajadas de todo el mundo, por poner algunos ejemplos. Los jardines zen no solo son para los japoneses, sino que trascienden toda religión y nacionalidad, y además también son capaces de conquistar el corazón de los occidentales. En lugar de fruncir el ceño ante el concepto zen, intenta situarte sencillamente en uno de estos jardines. Sentirás que tu mente se renueva, y que también se renueva tu espíritu. La cháchara y los pensamientos en cadena que elabora tu mente entrarán en un mutismo repentino. En mi opinión, la experiencia de hallarnos en un jardín zen transmite mucho mejor el concepto de esta filosofía que si leyéramos varios libros sobre el tema. Esta es la razón de que haya decidido escribir un libro práctico. En lugar de comprender el zen tan solo de una manera intelectual, espero que hagas tuyos los ejercicios de este libro y consideres que son parte de tu formación personal. Conserva este libro cerca de ti, y cuando la ansiedad o las preocupaciones asomen la cabeza, consulta sus páginas. Las respuestas que buscas se hallan en su interior. Gassho SHUNMYO MASUNO PARTE UNO 30 MAN ERAS DE LOGRAR QUE TU «YO PRESENTE» TENGA ENERGÍA Intenta hacer un cambio sutil en tus hábitos. 1 RESÉRVATE TIEMPO PARA EL VACÍO Primero, obsérvate a ti mismo. Mantente en tu misma presencia, pero sin prisas, sin impaciencia. En nuestra vida diaria, ¿quién tiene tiempo para pensar? Supongo que la mayoría responderá: «Yo no puedo dedicarle ni un minuto». El tiempo nos exprime; y nos presionan el trabajo y todo lo que constituye nuestra vida. En estos tiempos modernos pasamos nuestras vidas más ocupados que nunca. Y cada día, todos y cada uno de nuestros días, intentamos en lo posible cumplir con lo que tenemos que hacer. Sumidos en esta especie de rutina, de una manera inconsciente pero inevitable, perdemos de vista a nuestro auténtico yo, y también perdemos la auténtica felicidad. Un día de estos, busca diez minutos; no necesitas más. Intenta buscar un espacio para el vacío, para dejar de pensar. Solo procura despejar la mente, sin dejarte atrapar por las cosas que te rodean. Pensamientos de toda índole te asaltarán, pero intenta alejarlos de ti, uno a uno. A medida que lo consigas, empezarás a tener conciencia del momento presente, de los cambios sutiles que se dan en la naturaleza y que te permiten estar vivo. Cuando no te distraiga lo demás, tu yo puro y honesto podrá revelarse. Dedica un tiempo a no pensar en nada. Es el primer paso que hay que dar si quieres lograr crear para ti una vida sencilla. 2 DESPIÉRTATE QUINCE MINUTOS ANTES Receta para cuando no queda espacio en tu corazón. Andar atareado te hace perder la esperanza. Cuando vamos escasos de tiempo, esta escasez también influye en nuestro corazón. Y nos sale un comentario de manera casi automática: «Voy muy liado… No tengo tiempo». Esta sensación provoca el caos en nuestra mente. Pero ¿estamos tan ocupados en realidad? ¿No seremos nosotros mismos los que nos obligamos a ir deprisa? En Japón, el carácter que significa «ocupado» se escribe con los símbolos «perder» y «corazón». No es cierto que vayamos tan atareados porque nos falta tiempo para hacer las cosas. Vamos tan atareados porque no queda espacio en nuestro corazón. En esos períodos en que pareces estar sumido en el caos, intenta despertarte quince minutos antes de lo habitual. Estira la columna vertebral y respira lentamente desde el punto que tenemos debajo del ombligo, un lugar que llamaremos tanden . Cuando tu respiración se haya acompasado, tu mente también se acomodará a la quietud. Más tarde, disfrutando de una taza de té o de café, mira por la ventana y contempla el cielo. Intenta escuchar el canto de los pájaros. Es extraño…, pero justo así es como creamos espacio en la mente. Despertarte quince minutos antes te librará como por arte de magia de ir siempre tan atareado. 3 DISFRUTA DEL AIRE MATUTINO En ello reside el secreto del monje para una larga vida. No existe ni un solo día parecido a otro. Se dice que los monjes budistas practicantes de zen tienen una larga vida. Sin duda alguna, la dieta y las técnicas de respiración son dos factores muy determinantes, pero yo creo que un estilo de vida regular y ordenado ejerce una influencia positiva, tanto en el ámbito espiritual como en el físico. Yo me levanto cada día a las cinco de la mañana, y lo primero que hago es llenarme los pulmones de aire matutino. Mientras paseo por el salón principal del templo, por el vestíbulo de la entrada y los aposentos de los monjes, y voy abriendo las contraventanas que nos protegen de la lluvia, mi cuerpo percibe los cambios de las estaciones. A las seis y media cumplo con el ritual budista de cantar las escrituras, y luego desayuno. Al terminar, me ocupo de los asuntos que ese día trae en concreto. El mismo proceso se repite a diario, pero ni uno solo de esos días se parece a otro. El aroma del aire matutino, el momento en que el sol ilumina la mañana y la brisa acaricia mis mejillas, el color del cielo y de las hojas de los árboles… Todo está en continuo cambio. La mañana es el momento en que puedes experimentar a fondo estos cambios. Por eso los monjes hacen la meditación zazen antes de que amanezca, para experimentar físicamente estos cambios de la naturaleza. Con el primer ejercicio zazen del día, el kyoten zazen (el zazen matutino), nutrimos mente y cuerpo respirando el hermoso aire de la mañana. 4 DEJA LOS ZAPATOS BIEN PUESTOS CUANDO TE LOS QUITES Este gesto embellecerá tu vida. El desorden de tu mente se verá en tus pies. Siempre se ha dicho que puede adivinarse mucho de una vivienda mirando el recibidor, sobre todo de los hogares japoneses, porque allí es donde nos quitamos los zapatos al entrar. Tan solo viendo si el calzado está colocado perfectamente o está desordenado por completo, podemos conocer la actitud mental de sus habitantes; tan solo por este pequeño detalle. En el budismo zen tenemos un dicho: «Presta atención a lo que hay bajo tus pies». Tiene un sentido literal, ¡qué duda cabe!, pero también implica que los que no prestan atención a los pasos que dan son incapaces de conocerse a sí mismos, e incapaces también de saber hacia dónde se encamina su vida. Aunque pueda parecer una exageración, algo tan insignificante en realidad puede influir tremendamente en tu forma de vivir. Cuando regreses a casa, quítate los zapatos y déjalos bien puestos, en fila, junto a la puerta principal. Es lo único que se te pide. Y solo vas a tardar tres segundos en hacerlo. Sin embargo, solo por el hecho de adoptar esta costumbre, las cosas inexplicablemente estarán más nítidas y ordenadas en tu vida. Tu vida será más hermosa. Así es la naturaleza humana. Lo primero que tienes que hacer es intentar desviar la atención hacia tus pies. Al dejar un zapato junto al otro, estás dando un nuevo paso en la dirección que ya has emprendido. 5 DESHAZTE DE LO QUE NO NECESITES Eso renovará tu mente. Deshazte de lo viejo antes de comprar cosas nuevas. Cuando las cosas no nos salen bien, tendemos a pensar que nos falta algo. Pero si queremos cambiar nuestra situación actual, en primer lugar deberíamos deshacernos de alguna cosa antes de plantearnos comprar otra nueva. Este es el principio fundamental de vivir con sencillez. Deshazte de tus apegos. Desmárcate de lo que das por supuesto. Limita tus pertenencias. Vivir con sencillez también es librarte de las cargas físicas y mentales. Es asombroso ver lo descansados que nos quedamos después de una buena llorera. Llorar te libra de todas las cargas que llevas en el corazón, y te da más energía para volver a intentarlo. Yo siempre he tenido la sensación de que el concepto budista de «mente iluminada» (cuyos caracteres japoneses significan «mente limpia») se refiere a este «descanso» del espíritu. El acto de eliminar, de desapegarte de las cargas mentales y físicas, del peso abrumador de tu mochila, es extremadamente difícil. A veces viene acompañado de un auténtico dolor, como cuando nos separamos de alguien que nos resulta muy querido. Pero si quieres que las cosas mejoren, si quieres vivir con una actitud despreocupada, tienes que empezar eliminando. En el momento en que te desapegues, habrá más abundancia en tu vida. 6 ORGANIZA TU MESA DE TRABAJO Limpiar agudiza la mente. Tu mesa de trabajo es el espejo que refleja tu mente interior. Echa un vistazo a las mesas de tu oficina. Las personas con una mesa siempre ordenada probablemente sean las que mejor rinden en su trabajo. Por el contrario, las personas con una mesa siempre llena deben de ser inquietas y tener problemas para concentrarse en el trabajo. Cuando las cosas estén desordenadas, ordénalas. Cuando se ensucien, límpialas. Antes de terminar la jornada laboral, limpia y ordena tu mesa de trabajo. Las personas que adoptan esta costumbre son las que tienen la cabeza más clara. Son personas capaces de centrarse al cien por cien en su trabajo, sin distracciones que valgan. En los templos zen los monjes hacemos la limpieza por la mañana y por la noche. Ponemos todo nuestro empeño al limpiar, y no porque el templo esté sucio. Nuestro objetivo no es solo lograr que el templo termine estando como los chorros del oro, sino también pulir la mente a través del acto de limpiar. Cada vez que pasas la escoba, le estás sacando el polvo a tu mente. Cada vez que pasas el trapo del polvo, vas sacando brillo a tu corazón. Lo mismo podemos decir de la mesa de trabajo que ocupas en la oficina y de las habitaciones que hay en tu casa. No permitas que la angustia o las preocupaciones te alteren: la clave para conservar una mente fuerte es ordenar en primer lugar los objetos que te rodean. 7 PREPARA UNA DELICIOSA TAZA DE CAFÉ La felicidad que surge de tomarnos nuestro tiempo. Cuando eliminamos el esfuerzo, eliminamos los placeres de la vida. ¿Qué haces cuando te apetece una taza de café? Si estás en casa, enciendes la cafetera. Cuando estás fuera, en cambio, quizá termines tomando una taza de café malo. Y ambas cosas son perfectamente naturales. Pero imagina una situación distinta. Imagina que vas al bosque a buscar leña. Con la leña enciendes una hoguera y pones a hervir el agua. Mientras vas moliendo los granos de café, levantas los ojos al cielo y dices: «¡Qué día tan hermoso!» El café que prepares de esta manera te va a saber mucho mejor que el que salga de una máquina expendedora. Y quizá se deba a que has sido tú quien ha escenificado cada paso del proceso: tú has ido a recoger leña, has encendido la hoguera y has molido los granos… No hay nada superfluo en todas estas actividades. A eso lo llamo yo vivir. La vida requiere tiempo y esfuerzo. Por decirlo de otro modo, si eliminamos el tiempo y el esfuerzo, eliminaremos los placeres de la vida. De vez en cuando, vive y experimenta la otra cara de las comodidades. 8 PONTE A ESCRIBIR, Y PONTE CON GANAS Tu verdadero yo se deja entrever en tu letra manuscrita. Presta atención a tu interior. Los monjes zen siempre han mostrado interés por la caligrafía y la pintura. ¿Qué representan la caligrafía y la pintura para nosotros, en concreto, como ejercicio zen? A nosotros no nos interesa que nuestro legado sea una obra de un valor duradero, ni enorgullecernos de nuestras habilidades, sino más bien acometer el esfuerzo de expresarnos a través de una obra de arte. Por ejemplo, la indescriptible intensidad que se desprende de la caligrafía del célebre monje zen Ikkyu resulta palpable. El espíritu que su obra expresa deja sobrecogido al que la contempla. De un modo parecido, en las pinturas paisajísticas de Sesshu, las olas de sus aguadas albergan la esencia de su propio espíritu. Podría decirse que la caligrafía y las pinturas de estos monjes destilan su yo interior. La práctica de la caligrafía y de la pintura es una manera de conectar con nuestro yo interior. Alejas de ti las distracciones y tan solo permites que el pincel se deslice sobre el papel. Plantéate intentar escribir o dibujar con esmero, no con la intención de mostrar a los demás lo que sabes hacer, sino más bien enfrentándote a tu yo interior con plena atención. Tu verdadero yo se hará visible, sea en una sola línea o en una sola letra. 9 INTENTA ELEVAR EL TONO DE VOZ Es una manera de motivarte a ti mismo. Habla desde el abdomen para que tu cerebro se despierte. ¿Has visto alguna vez a un monje zen entonando sutras? Su voz resuena en la sala del templo mientras canta el sutra a pleno pulmón y lo brinda a los demás a modo de ofrenda. Y si son varios monjes los que cantan, la intensidad de sus voces parece reverberar desde la misma tierra. ¿Por qué cantamos los sutras con tanto vigor? Hay una buena razón para hacerlo. Cuando hablas en un tono de voz alto, como es de esperar, puedes oír tu propia voz con claridad. Es más, la voz estimula y activa tu cerebro. Los monjes nos levantamos temprano y cantamos sutras más que nada como una manera de que despierte nuestro cerebro. Para cantar alzando el tono de voz, tenemos que adoptar la postura adecuada y respirar desde el abdomen. Los cantantes de ópera usan la misma técnica. Es muy buena para el cuerpo. Por eso tiene sentido que los monjes entonen sutras subiendo el tono de voz. Una vez al día intenta elevar tu tono de voz, aunque solo sea para dar los buenos días de todo corazón. Te sorprenderá lo bien que sienta. 10 NO DESCUIDES TUS COMIDAS Procura que tus comidas se centren en el acto de comer. «Come y bebe con todo el corazón.» Cuando comes, ¿te centras en el acto de comer? Cuando desayunas tomas algo deprisa y corriendo mientras sales por la puerta. Para almorzar te reúnes con los compañeros de la oficina y habláis de trabajo. Y cenas mirando la televisión. ¡Cuánto llegamos a descuidar el acto de comer!, ¿verdad? En el budismo zen tenemos un dicho: «Come y bebe con todo el corazón». Este dicho significa que, cuando tomas una taza de té, tienes que centrarte tan solo en tomar el té. Cuando comas, céntrate solo en el acto de tomar esa comida. Cuando disfrutes de un plato, piensa en las personas que lo han cocinado. Visualiza el campo en el que crecieron las verduras, y déjate envolver por la sensación de gratitud que te embarga al contemplar ese regalo de la naturaleza. Todos nuestros alimentos pasan por las manos de un centenar de personas antes de llegar a nosotros. Adoptando esta actitud mental cuando prepares tus comidas, quizá terminarás siendo consciente de lo afortunado que eres. ¿Por qué nos agradan tanto las cosas deliciosas? Porque la vida que hay en nosotros saborea lo que ha sido cultivado por la vida que hay en otro. 11 CUANDO COMAS, HAZ UNA PAUSA DESPUÉS DE CADA BOCADO Saborea la gratitud. La práctica zen no solo consiste en sentarte a meditar. Las comidas de los monjes zen practicantes se basan en la cocina shojin , o cocina vegetariana budista. El desayuno se llama shoshoku y consiste en un potaje de arroz y encurtidos. En el almuerzo, que se llama tenshin , se come arroz y sopa también con encurtidos. Y la cena, yakuseki , es una comida sencilla, aunque por lo general es la más abundante del día. Consiste en un plato de verduras combinado de nuevo con arroz y sopa. Los segundos son solo de arroz, y nunca comemos carne. La manera más adecuada de degustar una comida zen es aplicando «las cinco reflexiones». Por decirlo llanamente: 1. Valoramos el esfuerzo de las personas que nos han traído estos alimentos, y les damos las gracias. 2. Reflexionamos sobre nuestras propias acciones, y compartimos en silencio. 3. Saboreamos la comida, sin avaricia, sin rabia y sin ignorarla. 4. Consideramos la comida una medicina que alimenta un cuerpo sano y sustenta nuestro espíritu. 5. Recibimos la comida agradecidos porque forma parte del armonioso camino hacia la iluminación. Reflexionamos sobre estas cinco cosas en cada comida, expresando gratitud por los alimentos, y hacemos una pausa después de cada bocado, dejando los palillos a un lado. El propósito de esta pausa es ser capaces de saborear la sensación de gratitud por cada mordisco que damos. Las comidas no consisten sencillamente en satisfacer el hambre. Son una ocasión importante que tenemos de poner en práctica nuestra formación. 12 DESCUBRE LAS VENTAJAS DE UNA DIETA BASADA EN LAS VERDURAS Un ayuno vegetariano es una «limpieza rápida» para la mente y para el cuerpo. Inspirado por la belleza de la postura de un monje superior. Los monjes virtuosos tienen un hermoso aspecto. Y no me refiero a que tengan un rostro atractivo o a que sean elegantes; estoy hablando de una belleza vigorosa que parece traspasarles la piel y el cuerpo. Su postura, tanto si están sentados como de pie, es hermosa. Han ido puliendo su aspecto gracias al ejercicio diario y escrupuloso de levantarse temprano para practicar los ejercicios zen. Existe un vínculo directo entre la mente y el cuerpo. Cuando perfeccionas la mente, tu vitalidad se renueva y se plasma asimismo en tu cuerpo. La comida no sirve solamente para el cuerpo. También tiene un efecto significativo en la mente. La comida es lo que crea el cuerpo y la mente. Cuando adoptas una dieta basada en las verduras, tu mente se queda tranquila y no se inquieta ante la más mínima contrariedad. Y eso se ve en la claridad de tu piel. Por el contrario, si lo único que comes es carne, lo que estás alimentando es un espíritu combativo. Y antes de que te des cuenta, tu piel empieza a perder color. Me doy cuenta de que quizá estoy yendo demasiado lejos al pedirte que elimines completamente la carne y el pescado de tu dieta. Mi consejo es que intentes comer únicamente verduras un día a la semana. 13 AVERIGUA CUÁLES SON TUS PALABRAS PREFERIDAS Encuentra tiempo para pasarlo con tu mente. «Todo procede de la nada», por ejemplo, es una frase zen que sirve para librarte de las ataduras. En la antigüedad, en todos los hogares japoneses había una alcoba llamada tokonoma . En esa alcoba había colgado un pergamino enrollado, y los que vivían allí podían reflexionar sobre lo que había en él cuando estaban en casa. Tanto si se trataba de su pintura favorita como si era una caligrafía que expresaba un principio rector, la tokonoma revelaba el espíritu y el estilo de vida de las personas que vivían en esa casa. Plantéate la posibilidad de decorar tu casa con alguna caligrafía: podría ser una frase inspiradora, una cita de alguien a quien admiras o bien cualquier cosa que te permita reflexionar sobre ti mismo. No es necesario que haya una alcoba; la sala de estar también servirá. Tampoco importa que la caligrafía sea de gran calidad. Mirar esa caligrafía te procurará el tiempo y el espacio para poner en práctica la contemplación serena. Si no se te ocurre nada, te propongo la siguientes frase: «En la nada hay un potencial infinito.» Significa que los seres humanos nacen sin tener nada. Y que, sin embargo, en todos nosotros hay un infinito potencial. Por esta razón, no hay nada que temer. No hay nada de qué preocuparse. Es así. Y es verdad. 14 REDUCE TUS PERTENENCIAS A LA MÍNIMA EXPRESIÓN Adquiere solo lo que necesitas. El concepto de agotar la esencia de las cosas. Entre los templos que hay en Kioto, el jardín de rocas de Ryoanji y los terrenos de Daisenji son el ejemplo perfecto de lo que representa un jardín zen. Ambos son lo que denominamos paisajismos secos, porque evocan hermosos paisajes sin recurrir a estanques, arroyos ni elementos que contengan agua. Lo cierto es que, aun cuando el agua no está presente, uno nota como si oyera fluir el arroyo de una montaña. Imagina mentalmente una escena que contenga un elemento de agua, y deja que tu mente se recree. Estos jardines representan la liberación de nuestra estructura mental. No siempre es necesario incluir agua para transmitir la idea de que el agua está fluyendo. Quita todo lo superfluo y crea un jardín con cualquier cosa que tengas a mano. Aunque solo cuentes con un único elemento, puedes usarlo de muy distintas maneras gracias a la imaginación y el ingenio. Cuando vayas a hacer tu compra diaria, antes de adquirir algo nuevo, valora si lo necesitas de verdad, teniendo en cuenta lo que ya tienes. Comprar muchas cosas no garantiza que seas libre. Lo importante es conseguir esa actitud mental que utiliza las cosas con toda libertad. 15 DISPÓN CON SENCILLEZ TU HABITACIÓN Si lo haces, también simplificarás tu mente. La diferencia entre simplicidad y frugalidad. La relación mente-cuerpo es como la que existe entre el huevo y la gallina. Si te propones simplificar tu mentalidad, tu cuerpo se volverá más esbelto de una manera natural. Y, al revés, si prestas atención a tu dieta y fortaleces tu cuerpo, tendrás una mente más sana y más fuerte. Lo mismo puede decirse de la conexión que existe entre la mente y el espacio físico. Si deseas simplificar tu yo interior, dispón tus habitaciones para que no estén abigarradas. Un estilo de vida en el que predomina la simplicidad es algo bello. Ese es el espíritu del zen. La simplicidad consiste en deshacerse de todo aquello que no es útil. Decide bien lo que necesitas y, entonces, cuídalo. Y no me refiero a la frugalidad. La frugalidad consiste en subsistir con cosas que no tienen demasiado valor. Y cuando hablo de valor no me refiero solo al precio, sino también al intenso sentimiento que te inspiran. Vivir con sencillez significa, por ejemplo, que la taza que usas cada día para tomar café es una taza que te gusta, que cuidas y usas desde hace mucho tiempo. Compra solo cosas buenas que realmente necesites. Llevar un estilo de vida simple es un ejercicio fundamental que perfeccionará tu mente. 16 INTENTA ANDAR DESCALZO Cómo mantener a raya las enfermedades. La razón de que los monjes anden descalzos. Los monjes vamos descalzos los 365 días del año. Y la ropa que llevamos es de un material muy sencillo. Incluso en pleno invierno, vamos vestidos igual. A un monje novicio le puede costar muchísimo, pero cuando se acostumbra, eso le da un renovado vigor. Como este estilo de vida refuerza el cuerpo de una manera natural, los monjes raramente se resfrían. A pesar de que una persona de mi edad puede ponerse calcetines en invierno, tener los pies calientes no es equiparable al placer de ir descalzo. Por eso, cuando salgo, me aseguro de ponerme unas chancletas. Además son muy buenas para la salud. Se cree que en la zona que hay entre el dedo gordo y el segundo dedo es donde se concentran varios puntos de presión relacionados con los órganos internos y con el cerebro. Cuando llevas chancletas, la tira estimula estos puntos, como si te dieran un masaje mientras caminas. Anda descalzo por casa, y ponte unas chancletas cuando salgas a la calle. Plantéate hacer este ejercicio durante tus días libres. 17 EXHALA PROFUNDAMENTE Cómo eliminar las emociones negativas. Respira mejor, y tu mente también mejorará. En la palabra japonesa que significa “respirar”, kokyu , el carácter «exhalar» viene antes del carácter «inspirar». Es decir, que el acto de exhalar viene antes del acto de inspirar. Centra tu atención en un punto que tenemos por debajo del ombligo (el tanden ) mientras exhalas sacando el aire lentamente, no de golpe. Cuando lo hayas exhalado por completo, la inhalación vendrá con toda naturalidad. Deja que tu respiración se acompase, y que se dé este flujo. A medida que vayas repitiendo el proceso, empezarás a notar la calma. Tu cuerpo se sentirá más enraizado y conectado a la tierra. Por decirlo con otras palabras, dejarás de estar inquieto. Si respiras por el pecho, es inevitable sentir que vas a la deriva. Te vuelves impaciente, y tu respiración se acelera todavía más. Quedas atrapado en una espiral de impaciencia y rabia. Cada vez que sientas aflorar tus emociones negativas, como la rabia o la ansiedad, es el momento perfecto de centrarte en la respiración abdominal. Lograrás relajarte al cabo de un rato, y tu mente se sentirá renovada. 18 SIÉNTATE EN POSTURA DE MEDITACIÓN ZAZEN Los efectos que tiene sentarte y pensar. Los humanos no somos capaces de reflexionar con profundidad si estamos en movimiento. En la práctica zen, el zazen es de gran importancia. No puedes hablar del zen sin el zazen . Empezamos con el zazen y terminamos con el zazen . Esta es la práctica zen. La palabra zen deriva de la palabra sánscrita dhyana , que significa “callada contemplación”. El acto de pensar deriva del concepto de sentarse en quietud. Los humanos no somos capaces de pensar mientras nos movemos. Solo tenemos una mente, y cuando la mente se centra en el movimiento, resulta difícil que nos embarquemos en pensamientos profundos. Aunque intentes pensar mientras caminas, siempre terminarás pensando sobre algo práctico, como organizar el trabajo o decidir lo que prepararás para cenar. La profunda contemplación sobre la verdad absoluta de este mundo o el significado de la vida no es algo que pueda realizarse mientras estamos en movimiento. En la meditación zazen , primero tenemos que adoptar la postura correcta, centrarnos luego en la respiración y, finalmente, calmar la mente. Cuando tengamos controladas estas tres cosas ya podremos empezar a practicar el zazen . Intenta sentarte al modo zazen : deja la mente en blanco, permite que afloren tus pensamientos y que luego desaparezcan. 19 INTENTA HACER UN EJERCICIO MIENTRAS ESTÁS DE PIE M étodo al estilo zen para aprovechar el tiempo que pasas mientras te desplazas en transporte. Una manera sencilla de motivarte. Para las personas que trabajan fuera de casa, ir en transporte público a la oficina puede ser un factor estresante. A mí, en cambio, me gusta pensar que dedicar un cierto tiempo a viajar en transporte público puede ser algo bueno. Imagina que tuvieras el despacho y la casa en el mismo edificio. Lo primero que piensas es que es una solución muy cómoda, porque no tienes que dedicar tiempo al transporte. Sin embargo, todos necesitamos cambiar de marcha, y vivir y trabajar en el mismo edificio puede que complique las cosas. Por la mañana, mientras te preparas para marcharte al trabajo, llevas puesta la careta de padre o madre. Luego entras en la estación de metro, subes al vagón a empujones y, cuando llegas al despacho, ya llevas puesta la careta de director o directora. Ya estás preparado para enfrentarte a un día más de trabajo duro. Al convertir este desplazamiento al trabajo en una especie de puente entre tu vida hogareña y tu vida laboral, eres capaz de ponerte en un modo completamente distinto. Si quieres una mayor motivación, te animo a que pruebes a hacer «un ejercicio mientras estás de pie». Puedes hacerlo incluso agarrado de la barra de sujeción que hay en el vagón del metro. Mientras sigues de pie, centras la conciencia en el punto que hay debajo de tu ombligo (el tanden ) y practicas la meditación zazen . Es fácil. Tanto si la practicas en tus desplazamientos como si le dedicas unos cuantos minutos al día, este breve ejercicio espiritual zen puede ser de gran ayuda. 20 NO PIERDAS EL TIEMPO PREOCUPÁNDOTE POR LO QUE NO PUEDES CONTROLAR ¿Qué significa volverte más ligero espiritualmente? El momento en que, de repente, te sueltas. Cuando estás sentado en la postura zazen no tendrías que pensar en nada; al menos, eso es lo que dicen; sin embargo, es todo un reto. En principio no hay que cerrar los ojos cuando uno está sentado en la postura zazen . Como ves lo que sucede a tu alrededor, terminas pensando en varias cosas distintas, por mucho que te esfuerces en hacer todo lo contrario. «Ah, mira, ahí viene el monje superior… Me sentaré más recto…», o bien: «Ay, se me han dormido las piernas…» En fin, cualquier pensamiento que pase por tu mente. Es algo natural, casi siempre. En cualquier caso, decirte a ti mismo: «No pienses» ya es pensar. Ahora bien, cuando tengas más experiencia practicando zazen , habrá momentos, aunque sean breves, en que tu mente esté en blanco. Te darás cuenta de que no estás pensando en nada. Incluso olvidarás la noción del «yo». De estos momentos es precisamente de lo que estoy hablando. Tu mente se volverá transparente. Las cosas que, por lo general, pueblan tu mente se esfumarán. Y te asaltará la sensación repentina de que entras en un mundo cristalino. A esto me refiero cuando digo que te volverás espiritualmente más liviano. 21 VUÉLVETE UN EXPERTO EN CAMBIAR DE MODO Ponle puertas a tu mente. Hay cosas que son «no esenciales necesarios». Cuando uno entra en un templo zen o en un santuario sintoísta siempre ha de atravesar varias puertas. Esas puertas son unas grandes arcadas rojas que llamamos torii . Para llegar a la sala principal de un templo zen, hay que cruzar por estas puertas: la puerta principal, la puerta central y la puerta triple. Estas puertas representan el viaje hacia la iluminación. Los santuarios sintoístas también tienen tres torii . ¿Por qué molestarnos en crear unas estructuras tan superfluas? Esas puertas son lo que yo llamo «no esenciales necesarios». Consideramos que las puertas y las torii son «barreras espirituales». En otras palabras, son puertas que conectan dos mundos separados. Cuando atraviesas una de ellas te acercas a un mundo puro (lo que en budismo consideramos «tierra sagrada»). Esta es la razón de que los templos budistas tengan tres puertas. Crear un límite entre los distintos mundos te ayuda a ser consciente de la distancia que existe entre ambos. Y a medida que vayas atravesando cada uno de estos límites, experimentarás la sensación de estar cruzando y penetrando en suelo sagrado. Piensa en el desplazamiento hacia tu trabajo como si fuera uno de estos «no esenciales necesarios». Te dará tiempo a cambiar y poder pasar de tu yo privado a tu yo laboral. Aunque parezca algo superfluo, puede terminar siendo indispensable. 22 RESPIRA DESPACIO Cinco minutos de «silla zazen » en el descanso del almuerzo. Para aquietar tu mente, empieza por adoptar una buena postura y acompasar la respiración. Sentado a tu mesa de trabajo, inevitablemente terminarás encorvando tu postura o torciendo la espalda. Como esta postura es de por sí antinatural, tu concentración se resentirá, y puede que llegue a resultarte irritante o fastidioso el detalle más nimio. Te propongo un ejercicio espiritual. Durante cinco minutos, mientras te tomas el descanso del almuerzo, intenta practicar la meditación zazen sentado en tu silla. La base del zazen es armonizar la postura, la respiración y la mente. En primer lugar, adopta una buena postura alineando la cabeza con la rabadilla. Si te vieras de costado, la columna vertebral tendría forma de S, y podrías trazar una línea recta de la cabeza a la rabadilla. A continuación, observa tu respiración. Inmerso en las condiciones estresantes de tu trabajo, quizá hagas siete u ocho respiraciones por minuto. Si te centras en la respiración, puedes reducirlas de una manera natural a tres o cuatro respiraciones por minuto. Cuando lo hayas logrado, tu mente se aquietará por sí misma. Con este ejercicio te sentirás renovado tanto de mente como de corazón. Lo único que se requiere es practicar unos cinco minutos en la «silla zazen » durante la pausa para almorzar. 23 UNE LAS DOS MANOS Cómo calmar la mente que se enfada. El significado de gassho : la mano izquierda te representa a ti; la derecha representa a los otros. Hay veces en que unimos las dos manos y oramos en silencio por alguien, o reflexionamos sobre alguna cosa. Yo recomiendo buscar el momento más adecuado, no solo cuando estemos ante una tumba o en un entorno religioso, sino también en la vida diaria. ¿Qué es el gassho ? La mano derecha representa a otra entidad que no eres tú. Podría ser Buda o Dios, o quizá alguien de tu entorno. La mano izquierda te representa a ti. Gassho significa que, al unir las dos manos, estas se convierten en una sola. Es la sensación de respeto que despiertan en ti los que se hallan fuera de ti mismo: es una ofrenda de humildad. Uniendo ambas manos, cultivamos el sentido de gratitud. Y no queda espacio para el conflicto. No se puede atacar a otra persona con las dos manos juntas, ¿verdad que no? Disculparnos uniendo las dos manos palía la rabia o el enfado. Ese es el significado de gassho . Una buena idea sería buscar un espacio en casa donde poder juntar las dos manos. No tiene por qué ser ante un altar o un sagrario: podría ser una columna o un rincón donde colgar un amuleto o un talismán. Tiene que ser un lugar al que puedas acudir y juntar en silencio tus manos. Este breve ejercicio puede tener el sorprendente efecto de calmar tu espíritu. 24 RESÉRVATE TIEMPO PARA ESTAR A SOLAS El primer paso para vivir con simplicidad, al estilo zen. Las ventajas de «aislarte en la ciudad». «Tener una morada en la montaña» es el estilo de vida que idealizan los japoneses. Lo consideran bellísimo, y se refieren a él como a vivir alejados del mundanal ruido. Saigyo y Ryokan, dos conocidos monjes, llevaron unas vidas de ermitaños en este sentido. Leer mientras escuchas el canto de los pájaros y la corriente del agua. Disfrutar de una copa de sake mientras contemplas el reflejo de la luna en la copa. Comulgar con la vida en la naturaleza. La capacidad de vivir con libertad de espíritu, aceptando las cosas tal como son. Este es el estilo de vida que hemos llegado a idealizar. Como describió el poeta-monje Kamo no Chomei en su obra del siglo XIII Hojoki , tener una morada en la montaña significa vivir aislado y solo en las montañas. Los monjes budistas zen consideran que este es el entorno ideal para recibir su formación espiritual. Sin embargo, en realidad es todo un desafío. Y, aun sabiéndolo, seguimos yendo en pos del espíritu del aislamiento. Adaptando el concepto de tener una morada en la montaña a la vida moderna, incluso sumido en el barullo de la ciudad, el monje y famoso maestro del té Sen no Rikyu acuñó la frase «reclusión en la ciudad». Este modelo explica que las casas de té se encuentren siempre situadas a una ligera distancia del edificio principal. Valora si no sería adecuado en tu caso llevar a la práctica el concepto de «reclusión en la ciudad». Tener un lugar donde poder desconectar de los demás y pasar un tiempo a solas. Un lugar en la naturaleza donde poder recuperar la libertad de espíritu. Unos instantes de reclusión pueden iluminar el camino que se abre ante ti. 25 ENTRA EN CONTACTO CON LA NATURALEZA Busca la felicidad que está a tu alcance. Crea un jardín en miniatura en tu mente. Una vez impartí una clase a un grupo de alumnos de primaria en un programa de televisión. Les propuse construir un jardín en miniatura. Primero les dije a los alumnos que buscaran el lugar más bonito de la escuela y, una vez allí, intentaran dejar la mente en blanco. Luego les pedí a cada uno que crearan lo que para ellos representaba la naturaleza haciendo un jardín en miniatura. En una caja de 45 por 60 centímetros podían meter arena, piedrecillas, ramas de árboles y también hojas, como quisieran. Yo me ocupo del diseño de jardines y, considerados desde mi opinión, puedo decir que los jardines en miniatura que crearon esos chicos eran de una calidad admirable. Una niña logró, como por arte de magia, incluir agua y hacerla fluir hacia un estanque; otro niño dispuso unas ramas en diagonal, en un intento por escenificar el viento, y otro chiquillo se tomó un gran trabajo en recrear la sombra… Estos niños, tan atareados con la escuela, las actividades extraescolares y los programas de enriquecimiento extracurriculares, terminaban completamente absorbidos por sus jardines en miniatura. Lo pasaron muy bien implicándose en la naturaleza. Intenta entrar en contacto directo con la naturaleza. Si ves una piedra en el suelo, recógela y guárdala. Cuando veas flores junto a la carretera, detente a oler su fragancia. Así, en tu propia mente, crearás un jardín en miniatura de tu propia cosecha. Ya verás cómo te relaja… 26 CREA UN PEQUEÑO JARDÍN EN TU BALCÓN Un lugar donde poner en práctica la atención plena. Agudiza tu mente; no importa el lugar. Los monjes decimos: «debajo de un árbol, sobre una roca». Siéntate, en soledad, sobre una roca o debajo de un árbol y practica la meditación zazen en silencio. Entrarás en comunión con la naturaleza. Abandona todos los pensamientos que te asalten y siéntate en postura de meditación zazen con la mente vacía. Este es el entorno ideal para practicar zazen . Puede ser todo un reto, incluso para un monje budista, encontrar un lugar así. Por eso los templos zen tienen jardín. Podemos visualizar montañas distantes y oír precipitarse, mentalmente, el agua del río. Un paisaje inconmensurable como este puede verse reducido a un tamaño minúsculo creando un pequeño jardín, y es posible reproducir el esplendor de la naturaleza en un espacio insignificante. La sabiduría acumulada de los monjes budistas se capta en el arte de los jardines zen. Intenta crear un jardín de este estilo en tu propio hogar. Si no tienes patio, el balcón de tu piso servirá igualmente. Y si no tienes balcón, con la repisa de la ventana bastará. Solo necesitas un pequeño espacio. En él, intenta representar el paisaje que has imaginado mentalmente. En este lugar tu mente puede hallar refugio. Es un lugar desde donde contemplar tu yo esencial. ¡Quién sabe…! Puede que llegue a convertirse en tu lugar favorito. 27 VE A CONTEMPLAR UNA PUESTA DE SOL Agradece haber logrado vivir un día más. Encuentra tus propios «escalones de la puesta de sol». En Yanaka, un barrio del centro de Tokio, hay un lugar llamado «escalones de la puesta de sol». Estos escalones no tienen ninguna particularidad, pero si te sientas y miras al cielo en el momento adecuado, puedes llegar a ver una hermosa puesta de sol. No sé de dónde procede el nombre de «escalones de la puesta de sol», pero en un momento dado todos empezaron a referirse a este lugar de esa forma. Y son muchos los que van allí a contemplar la puesta de sol. Imagino que habrá lugares parecidos a este en todo el mundo. En Japón, en el campo, se pueden contemplar hermosas puestas de sol desde los senderos entre los arrozales. Y en la ciudad, puedes subir a la azotea de un edificio y ver la puesta de sol cernirse sobre ti. No es necesario que te desvíes de tu camino para ir a Yanaka. Encontrarás con facilidad lugares que cumplan la misma función que estos escalones de la puesta de sol. Lo importante es poder sentarse a contemplar el sol cuando se pone. Cuando caiga la tarde, busca un momento y mira el cielo. Siente la gratitud de haber vivido un día más. Ese momento reconfortará tu espíritu. 28 NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY No puedes lamentarte por el futuro. Aprende de los últimos deseos de un monje. Al final del período Edo (1603-1868), un monje muy conocido llamado Sengai, que había sido monje superior de un templo, vivía en Hakata, la isla más occidental de Kyushu. Cuando Sengai estaba a punto de morir, sus discípulos se reunieron para oírle declarar sus últimos deseos. «No voy a irme con la muerte», les dijo, queriendo decir que no deseaba morir. Las palabras que pronunció, como ya habrás imaginado, no fueron las que uno espera oír de un maestro zen declarando sus últimos deseos. Por esa razón sus discípulos se acercaron todavía más a su lecho y volvieron a preguntarle cuáles eran sus últimas palabras. Y él les contestó: «Sigo diciendo que no voy a irme con la muerte». Incluso un monje de tanto renombre como Sengai, que había pasado por el rito de la tonsura a los once años y que había dedicado los ochenta y ocho años restantes de su vida a formarse en la espiritualidad zen (y del que, además, se decía que había alcanzado la iluminación), sentía un cierto apego por este mundo. Todos vamos a morir. El cien por cien de todos nosotros…, porque ese es nuestro destino como seres humanos. Y, por mucho que lo sepamos, ante la muerte, nos aferramos a la vida. Cuando mi propio final se presente ante mí, lucharé por aferrarme a todo apego que me quede, por muy insignificante que sea. Y me gustaría marcharme de este mundo pensando que mi vida ha estado bien vivida. Espero encarnar el concepto zen de que nuestra manera de vivir debería ser un complemento a los conocimientos que nos ha dado la vida, y que deberíamos esforzarnos en lograr todo lo que somos capaces de hacer. 29 NO PIENSES EN COSAS DESAGRADABLES ANTES DE ACOSTARTE Dedica cinco minutos a practicar la meditación « zazen en la cama» antes de acostarte. Dedica un tiempo a reestructurar tu mente. Hay noches en que no podemos dormir, en que nos asaltan pensamientos desagradables, la angustia nos agobia o incluso somos incapaces de dejar a un lado nuestras preocupaciones. Es el momento perfecto para practicar la meditación zazen . La práctica silenciosa zazen libera en el cerebro un neurotransmisor llamado serotonina, que sirve para equilibrar el ánimo y se ha demostrado que es eficaz como paliativo para la depresión. La meditación zazen puede causar el efecto terapéutico de estimular la serotonina del cerebro sin que sea necesario recurrir a la medicación. Cuando el cerebro se encuentra en un estado de relajación, los vasos sanguíneos se van relajando paulatinamente y el flujo sanguíneo mejora. Una sensación de calidez embarga nuestro cuerpo. Despejadas las nieblas mentales, y con el cuerpo caliente, el sueño nos sobrevendrá de manera natural. Cuando te metas en la cama, deja ir todo lo que has vivido desde que te levantaste por la mañana, y da las gracias por que haya transcurrido un día más. Cuando te despiertes a la mañana siguiente, te sentirás renovado. No infravalores los efectos de tus cinco minutos de meditación zazen antes de acostarte. 30 INTENTA ESFORZARTE EN HACER LO QUE PUEDAS AHORA MISMO Te llevará a un bien. No persigas las nubes: nunca las atraparás. Se dice que, por mucho que persigamos una nube, esa nube siempre se aleja. Imagina que estás al aire libre, en pleno verano, bajo un sol de justicia, y que trabajas en el campo. Sin una sola nube a la vista que te proteja del ardiente sol, te ves obligado a soportar el calor. En un momento dado, levantas la vista al cielo y, a lo lejos, en la distancia, divisas una voluta blanca. «Ah…, seguro que a la sombra de esa nube se debe de estar fresquito. Espero que no tarde en llegar», piensas para tus adentros, e incluso te planteas hacer una pausa en el trabajo esperando la llegada de la nube. Lo cierto, sin embargo, es que la nube quizá nunca llegue a protegerte del sol, y que el día termine y te sorprenda haciendo ese descanso que te habías tomado del trabajo mientras esperabas la llegada de la sombra. En lugar de esperar a que la nube se acerque, esfuérzate por hacer ahora mismo lo que hay que hacer. Si trabajas con ahínco, quizá olvidarás que hace calor. Y apenas sin darte cuenta, llegará la nube y con ella traerá el fresco. Lo que te estoy contando no solo puede aplicarse a las nubes, sino también al destino o a la fortuna. De nada sirve envidiar a quien ha sido bendecido con la suerte. Y no te hará ningún bien lamentarte por tu falta de oportunidades. Sencillamente, ponte a trabajar con ahínco y haz lo que hoy toca que hagas. Seguro que la fortuna saldrá a tu encuentro. PARTE DOS 30 MANERAS DE INSPIRAR CONFIANZA Y VALENTÍA PARA VIVIR Intenta cambiar tu punto de vista. 31 DESCUBRE TU OTRO YO Descubre tu protagonista interior. Tu protagonista tiene un potencial ilimitado. Para vivir y ser más libre, o para vivir sin tantas complicaciones, el budismo zen nos enseña que es importante no ponernos la etiqueta de «soy una persona así o asá». Deja que te lo explique con un ejemplo. En tu interior hay otro yo. Esta otra versión de ti mismo es más libre que el yo que tú piensas que conoces, y tiene un mayor potencial. Ese es tu yo esencial. En tu interior es donde habita el auténtico protagonista de tu vida. En términos zen, la palabra para designar al protagonista es «maestro». Hay una historia muy conocida sobre un monje zen que se hablaba a sí mismo y decía: «¡Hola, maestro!», y su otro yo le contestaba: «Dime». Y entonces él le decía: «¿Estás despierto?», y su yo volvía a responderle: «¡Sí!» Y así iba cuestionándose sin cesar. Cada uno de nosotros desempeña papeles distintos en la sociedad. Una persona es funcionario, otra es madre y, una tercera, cocinero. ¡Qué duda cabe que estos distintos papeles son nuestro «yo»! Pero es que cada uno de nosotros, además, tiene otro: ese otro yo es el auténtico protagonista que vive en nuestro interior. Haz todo lo posible para que ese otro yo despierte. 32 NO TE PREOCUPES POR LO QUE TODAVÍA NO HA SUCEDIDO La ansiedad es intangible. La ansiedad, ¿dónde existe en realidad? El budismo zen nació con el monje Bodhidharma, que luego transmitió sus enseñanzas a un discípulo llamado Huike. Un día, Huike se decidió a compartir sus problemas con Bodhidharma. «Mi mente siempre está llena de angustias —dijo—. Por favor, ayúdame a aquietarla.» «Yo te calmaré esa angustia —contestó Bodhidharma—. Pero antes tráeme, para que yo las vea, todas y cada una de estas angustias. Si eres capaz de hacerlo y de decirme: “Estas que ves aquí son las angustias que tanto me pesan”, yo estoy seguro de poder calmarlas.» Al oír estas palabras, Huike tuvo como una especie de revelación. Esas angustias estaban en su mente. En realidad, eran intangibles. Sus miedos eran intangibles y, sin embargo, se aferraba a ellos. Y fue así como Huike se dio cuenta de que aquel aferrarse era en vano. No hay necesidad de preocuparse por cosas que todavía no han sucedido. Piensa solo en lo que está sucediendo ahora. Casi todas las angustias son intangibles. Son inventos de nuestra propia mente. 33 COMPLÁCETE HACIENDO TU TRABAJO El trabajo es lo que saca de dentro de ti a tu protagonista interior. Encontrarás la alegría en tu interior. Se dice que una de las enseñanzas que un sacerdote zen rinzai impartía a sus monjes era: «Sé tú el maestro vayas donde vayas. Y así, allí donde te encuentres, las cosas serán como son en realidad». Esfuérzate siempre, no importan las circunstancias ni la situación; nunca dejes de esforzarte por sacar a la luz ese auténtico yo (tu protagonista interior) con el que poder gestionar todo aquello a lo que te enfrentes. Si nos enfrentamos a las cosas de esta manera, todos seremos capaces de hallar la verdad. Y en ese momento seremos dichosos. Esto es lo que significa esta enseñanza. Cuando nos toca hacer una tarea ardua, nos entran ganas de quejarnos y de decir: «Esto puede hacerlo cualquiera», o bien: «Nunca me dejarán hacer nada más». Pero con esta actitud difícilmente seremos felices en el trabajo. Las personas que se emplean a fondo para disfrutar de lo que tienen ante sus ojos disponen de muchas más oportunidades de encontrar la paz interior. A menudo suele ocurrir que esas cosas de las que disfrutan (y que tienen ante sus ojos) albergan el potencial de convertirse en una oportunidad. El lugar que ocupas en la actualidad, el papel que representas, las personas con quienes te has visto hoy, cada pequeño detalle… Nunca sabes lo que puede llegar a convertirse en una oportunidad. Deja de despreciar lo que haces, y empieza a vivir. 34 SENCILLAMENTE, SUMÉRGETE EN TI MISMO El tremendo poder de vivir sin trabas. Deja la mente en blanco, y no permitas que se asiente en ningún lugar ni que divague. Hay un dicho en la práctica zen, munen muso , que describe el estado de verse liberado de los deseos mundanos y los pensamientos que distraen. Otra manera de decir lo mismo es usando la expresión mushin , o «mente clara». Dejas la mente en blanco y no permites que se asiente en ningún lugar ni que divague. Eso te permitirá centrarte en lo que hay que hacer, y conseguirá que no te preocupen las cosas que te pasan en la vida. Es una enseñanza que demuestra el sorprendente poder que está a nuestra disposición cuando conseguimos tener una mente tranquila. Un maestro zen llamado Takuan, del período Edo (1603-1868), explicó el secreto de una suerte japonesa de esgrima llamada kendo: «Cuando te enfrentas a otro espadachín, si ves que tienes la oportunidad de golpearle en el hombro, tu mente se preocupará por el hombro del oponente. Si crees que tienes la oportunidad de golpearle en el brazo, tu mente se preocupará por su brazo. Si crees que puedes ganar a tu contrincante, tu mente se preocupará por ganar. No permitas que tu mente divague ni que se asiente en cualquiera de estos puntos. Aun cuando centres tu energía en un único punto, conserva la cabeza clara y ten la mente abierta. Es aquí donde radica el secreto de la espada». Incluso cuando pensamos que estamos concentrados en el trabajo, a menudo nos decimos: «¿Cuánto falta para la pausa?», o bien: «Este trabajo es aburridísimo…» E incluso cuando disfrutamos de nuestro día de descanso, nos asaltan pensamientos fastidiosos relacionados con el trabajo. Intenta enfrascarte simplemente en lo que tienes delante. Descubrirás que actuar así tiene una fuerza sorprendente. 35 NO TE SIENTAS DESBORDADO POR LAS TAREAS QUE TIENES POR DELANTE Una manera de conseguir que el trabajo sea mucho más divertido. «Un día sin trabajar es un día sin comer.» En la práctica zen creemos que es importante no pensar en el trabajo como si fuera un esfuerzo, y por esta razón lo llamamos samu . Cuando el budismo surgió por primera vez en India, los monjes no se propusieron dedicarse a una actividad productiva: vivían únicamente de las limosnas que recibían. Y a las ofrendas de alimentos o de dinero las llamaron samu . Sin embargo, cuando el budismo se extendió a China, los templos se construyeron en plena montaña. Y como los monjes no podían bajar de la montaña para ir a pedir lo que necesitaban para mantenerse, empezaron a arar y a cultivar sus propios campos, actividades ambas que se convirtieron en una especie de ejercicio práctico. El trabajo (samu ) pasó a ser lo más importante. Si uno no trabajaba, no podía comer. Así fue como nació el dicho del maestro zen Baizhang Huaihai: «Un día sin trabajar es un día sin comer». Cuando trabajamos cada día tendemos a ocuparnos de las tareas que tenemos por delante y de sus consiguientes ganancias. Sin embargo, creo que la misma esencia del trabajo se encuentra definida en el modo de pensar de Baizhang. Es en este sentido que te invito a contemplar tu trabajo como si fuera samu , un trabajo realizado a conciencia. Considera lo que puede llegar a enriquecerte o a educarte. Solo si piensas de esta manera descubrirás el auténtico placer que procura el trabajo. 36 NO ECHES LA CULPA A LOS DEMÁS Esta manera de pensar te brindar á oportunidades y te dará buena suerte. Piensa en tu trabajo como si se tratara de un encuentro inesperado. En la oficina hay personas que rinden adecuadamente y personas que nunca terminan de ser productivas. ¿Cómo se entiende algo así? Los seres humanos, en su mayor parte, tienen básicamente las mismas capacidades. Por eso, si hay algo que diferencie los resultados que obtenemos los unos y los otros quizá sea la actitud mental con que cada uno de nosotros se enfrenta a la tarea que acomete. Te dediques a lo que te dediques, da las gracias por la oportunidad. Sé feliz porque se te da la oportunidad de hacer tu trabajo. No pretendo hablar como un idealista: sencillamente, repito lo que una gran parte de hombres y mujeres dijeron antes de mí. Si te ves a ti mismo haciendo una determinada tarea por obligación, verás ese trabajo como una carga que despertará sentimientos negativos en ti. Lo mismo sucede en la práctica zen. En el momento en que te preguntas: «¿Por qué tengo que limpiar el jardín cada mañana?», las enseñanzas que has recibido dejan de tener sentido. Lo que hacemos como seres humanos tiene un gran valor. Si queremos encontrar sentido a lo que hacemos, primero tenemos que ser los protagonistas en el trabajo. Tú desempeñas el papel principal en el trabajo. Si enfocas el trabajo con esta actitud, todo trabajo cobra sentido y adquiere un valor incalculable. 37 NO TE COMPARES CON LOS DEMÁS Cuando sientes que estás haciendo el trabajo equivocado. En todas las cosas, la parte más dura es seguir adelante. «El trabajo al que ahora me dedico es mi auténtica vocación.» Quienquiera que haya pronunciado alguna vez esta frase puede considerarse muy afortunado. No obstante, la mayoría, sin duda, se pregunta: «¿Este trabajo es el más adecuado para mí? Seguro que hay algo mejor para mí». No hay duda de que todos tenemos determinadas aptitudes. Pero hay que decir algo respecto a la perseverancia. Los monjes zen practicantes se despiertan temprano, barren y desbrozan el jardín, y luego se dedican a los servicios religiosos. Repiten las mismas tareas cada día, y la lección se encuentra en la repetición misma. Puedes emprender cualquier cosa siempre y cuando tengas energía. Terminar también es sencillo. Lo más duro es seguir. Si te dices a ti mismo, día tras día, que lo que te está pasando es malo, ¿cómo quieres que te pase algo bueno? Tendemos a compararnos con los demás. Envidiamos a nuestro vecino porque no tiene tanto trabajo como nosotros. Vemos que hay personas con talento que se deprimen. Pero, en último término, piensa que encontrarás placer en la repetición de ese trabajo que encaja contigo. 38 NO BUSQUES LO QUE TE FALTA Siente la satisfacción del aquí y ahora. El camino más rápido para conseguir resultados. Un proverbio dice: «El verano prende la llama que el invierno aviva». Se refiere a todo lo que resulta intempestivo e inútil. Sin embargo, piensa que llegará un momento en que lo que por de pronto no resulta útil llegará a serlo. Y me refiero a la importancia de esperar con paciencia a que llegue el momento adecuado. Aunque a todo se le llama trabajar, hay empleos que parecen más atractivos y deseables vistos desde fuera y otros que resultan más normales y corrientes. En las mismas condiciones, forma parte de la naturaleza humana el deseo de tener un trabajo fantástico. Sin embargo, los que ya tienen ese trabajo fantástico no siempre hicieron cosas tan maravillosas. Lo que ahora ves en ellos es el resultado de haber trabajado antes con constancia y regularidad desempeñando tareas normales y corrientes. Lo que quizá ahora te parece inútil puede terminar por favorecerte. Ni uno solo de tus esfuerzos caerá en saco roto si rindes al máximo en el presente. Cuando tu jefe pregunta: «¿Quién puede encargarse de esto?» y en el fondo pide que alguien se ocupe de una tarea aburrida (y por eso mismo nadie levanta la mano para ofrecerse), ha llegado el momento de decir: «Yo me encargo». Sé tú el que adopte esta actitud. Te será recompensado. 39 DE VEZ EN CUANDO, DEJA DE PENSAR Allí donde las ideas se esconden. Los beneficios de hacerle espacio a tu mente. Es el estado en blanco de no pensar en nada. Ya sé que no es fácil. Incluso a los monjes practicantes les resulta difícil. Pero, cuando con el tiempo mires atrás, verás que en ciertos momentos conseguiste hacerlo de manera inconsciente. Levantas los ojos al cielo y piensas: «Ah, qué nube tan fantástica…»; y te quedas contemplándola con la mirada perdida. Luego, de repente, sales de tu ensimismamiento y te dices: «Vaya… ¿en qué estaba pensando?» Te insto a dar valor a estos momentos. Cuando en la oficina hay que encontrar la solución a un problema, todos se desesperan buscando alguna idea que dé en el clavo. Ni siquiera te paras a pensar; perseveras, una y otra vez. Pero cuando quieres dar con una buena idea, tanto esfuerzo puede llegar a ser contraproducente. Las ideas, o las ideas luminosas, en realidad surgen de los espacios en blanco que hay en tu mente, los que aparecen entre pensamiento y pensamiento. Para lograr tener más oportunidades de poder dilucidar entre las ideas que van apareciendo en esos espacios en blanco, atesora los momentos en que no estás pensando en nada. 40 DISCIERNE Es la mejor manera de paliar el estrés. Intenta ponerle puertas a tu mente. Por la mañana, al despertarnos, vamos directos al ordenador y comprobamos el correo, o bien leemos las noticias en nuestro teléfono y consultamos el tiempo que hace. Vivimos en una época de información constante, disponible en cualquier momento y en cualquier lugar. Más razón todavía, ya que vivimos en un mundo así, de aprender a saber conectar y desconectar bien. Por eso discernir es algo tan importante. Intenta ponerle puertas a tu mente. Por ejemplo, el espacio físico de tu casa es la primera puerta. Cuando sales de casa y atraviesas esa primera puerta, en tu mente se empiezan a forjar pensamientos relacionados con el trabajo. La portezuela del coche o la del tren es la segunda puerta que, cuando la cruzas, te ayuda a planear tu jornada laboral. Y, al final, cuando llegas a la oficina y atraviesas la tercera puerta, ya estás preparado para centrarte en el trabajo. Cuando terminas la jornada laboral y ya has regresado a la primera puerta, es importante dejar el trabajo atrás. El resto del día hay que dedicarlo a descansar, a disfrutar de la vida hogareña. No lo dudes: esta es la mejor manera de combatir el estrés. 41 INTENTA ASISTIR A UNA REUNIÓN DE MEDITACIÓN ZAZEN Es la oportunidad de quitarte de encima lo que ensucia tu mente. Abandona la tensión y las preocupaciones en el templo. Muchos templos zen ofrecen en la actualidad zazenkai o, lo que es lo mismo, reuniones de meditación zazen abiertas al público. Kenkoji, el templo en el que soy el monje superior, ofrece una zazenkai a la semana. No es difícil. Una vez has aprendido los principios básicos, cualquiera puede hacerlo. Nos sentamos en silencio en la postura zazen y respiramos con el abdomen. Es lo único que se necesita para calentar el cuerpo, incluso en la estación más fría del invierno. Cuando respiras profundamente, la sangre fluye hacia los dedos de los pies y un calorcillo recorre todo tu cuerpo. Estudios recientes demuestran que cuando te sientas en la postura zazen entras en estado alfa, y las ondas cerebrales que emites consiguen que te relajes. Las personas llegan al templo agobiadas por sus pensamientos y sus preocupaciones. Y cuando se sientan en silencio en la postura zazen , durante esos momentos entran con toda la calma en contacto con su yo. Al salir del templo, sus preocupaciones han quedado atrás. La expresión de sus caras tras la práctica de la meditación zazen es clara y serena. Y ver eso cada vez me da una satisfacción inmensa. Asistir a una zazenkai es la oportunidad de quitarte de encima lo que ensucia tu mente. 42 PLANTA UNA SOLA FLOR Ni un solo día es más importante que el día de hoy. En el mundo de la naturaleza, cada día es un nuevo día. Plantéate cultivar una única flor a partir de una semilla. Planta una semilla en un tiesto. Y háblale cada mañana mientras la riegues. A su debido tiempo aparecerá un brote insignificante, que terminará por dar una hermosa flor. Esa flor crecerá (día a día, a cada hora, minuto a minuto), y tú te irás dando cuenta de los cambios. En el mundo de la naturaleza, cada día es un día nuevo. Como seres humanos que somos, tendemos a fijarnos en el pasado, pero cuando plantas una semilla para que crezca una flor, te vuelves consciente de que nada ni nadie es capaz de permanecer siempre en el mismo lugar. El estilo de vida zen consiste en estar en contacto permanente con la naturaleza. Percibimos que en la naturaleza hay vida, y sentimos que nosotros formamos parte de ella. La sensación de bienestar y de paz mental que nos embarga surge de esa conciencia. Cada mañana doy un paseo por el jardín del templo. Aunque el jardín siempre es el mismo, no hay ni un solo día en que no sea distinto. Varía mucho si el día es soleado o lluvioso, y también el número de hojas caídas, que fluctúa a diario. El jardín nunca es igual de un día para otro. Tenemos un dicho: «Cada día es un día nuevo, y mañana será otro día». Lo mismo nos sucede a los seres humanos. Las preocupaciones de hoy, hoy mismo llegarán a su fin. Mañana tu yo será un yo distinto. Por eso no es necesario que nos preocupemos. 43 EMPIEZA BIEN EL DÍA Crea una «espiral ascendente». Cómo generar el mayor bien posible a tu alrededor. En Japón, cuando empieza el año nuevo, vamos de visita al santuario. Allí se celebra una ceremonia para orar y tener buena suerte durante el año que se inicia. La buena suerte atrae más buena suerte. La mala suerte, por lo tanto, atraerá más mala suerte. Buena razón para empezar bien el año. Podemos aplicar el mismo concepto al trabajo. Por ejemplo, imagina que consigues un nuevo empleo de manera inesperada. Si aprovechas esta oportunidad y vas a por todas, si te pones a trabajar echando toda la carne en el asador, podrías conseguir incluso otra nueva oferta de trabajo. Si valoras la buena suerte tan pronto llegue, puede que tengas aún mucha más suerte. Con las desgracias ocurre lo mismo. Cuando das un paso y eres presa de la desgracia, puedes quedar atrapado en una espiral descendente. Cuando veas que las cosas no te salen bien, intenta reñirte a ti mismo en voz alta. En el zen usamos la palabra katsu para reñir a los practicantes mientras estos están procurando esforzarse en alcanzar el camino de la iluminación. Un buen katsu exclamado a tiempo puede hacer que cambies de onda. Corta de raíz la mala suerte cuando esta empiece. Y asegúrate de aprovechar la buena suerte. Es el secreto para poder gozar de una buena vida. 44 MIMA TU PROPIO YO El significado que tiene llevar un amuleto. El amuleto es tu alter ego . A veces, quienes vienen de visita al templo me preguntan lo siguiente: «Maestro, ¿cuál es el amuleto más potente? ¿Cuál es más efectivo?» La gente no parece comprender bien lo que es un amuleto, y por eso yo me armo de paciencia y se lo explico. «Imagina que el amuleto es un alter ego de la deidad o del mismo Buda. Y tú has decidido que buscarás la deidad durante un año. A esta deidad hay que protegerla. Mimando este amuleto, estarás mimando tu propio yo.» Quizá pienses que por llevar ese amuleto vas a poder ser más temerario porque el amuleto te protegerá. Pero eso, ni lo pienses. Cuando te muestras temerario, también estás poniendo en peligro a la deidad. Para impedir que eso suceda, esfuérzate y toma siempre conciencia de tu propio comportamiento. Mima tu propio yo. Este es el auténtico significado que tiene llevar un amuleto. 45 PIENSA CON SENCILLEZ Si quieres que tu mente se sienta satisfecha. Lo que podría parecer engañosamente atractivo… Te voy a contar una historia que le sucedió a una persona que conozco. Mi personaje era un hombre al que un buen día le dio el antojo de comerse un plato de omuraisu , que es arroz frito envuelto con una tortilla de huevo y servido con kétchup. Y se fue al restaurante a comer. Mientras miraba la carta, le atrajo la atención el hayashi-raisu (buey estofado con arroz). Estaba leyendo una de esas cartas con fotografías en las páginas, y el hayashi-raisu de la foto tenía tan buena pinta que pensó que el plato estaría delicioso. Mientras se debatía entre cuál de las dos opciones elegir, se dio cuenta de que también servían omu-hayashi , que es una combinación de los dos platos anteriores, y, encantado, pidió esta tercera opción. Esperaba sentirse satisfecho con la decisión, pero al final resultó que el plato no sabía ni a una cosa ni a la otra. Le habría salido mejor la jugada si se hubiera decantado por alguna de las dos opciones. Aunque pueda parecer una tontería, creo que el mensaje ha quedado bien claro. Por decirlo clara y llanamente: cuando no estés seguro, apuesta por la simplicidad. Hay un dicho zen que nos habla del samadhi , el estado de profunda concentración que se alcanza meditando, y dice así: Ichigyo zanmai . Significa «Esfuérzate en una sola cosa». En lugar de pensar cómo puedes diversificarte, si tirar por aquí o por allá, o quedarte con lo que ya tienes, centra tu atención en una sola cosa. Es la manera de poder sentirte satisfecho y realizado. Y, por supuesto, si lo que tú quieres en realidad es comer omu-hayashi , eso es precisamente lo que tienes que pedir. 46 NO TENGAS MIEDO AL CAMBIO Despréndete del pasado. Hallarás belleza en el cambio. Cuando llega la primavera, es tanta la gloria de ver los cerezos en flor que sientes los latidos de tu corazón. Los capullos que antes estaban cerrados se abren, y (en lo que parece casi un suspiro) las flores alcanzan toda su plenitud. Sin embargo, en menos de una semana empiezan a caerles los pétalos y, casi sin darnos cuenta, de los cerezos empiezan a brotar las hojas. Esa breve dispersión de pétalos es majestuosa. El paisaje está en constante cambio. Y la belleza del conjunto es cautivadora. Los japoneses valoran mucho la fragilidad de la belleza de la flor del cerezo. Las flores son preciosas por su evanescencia: en ellas percibimos lo efímero de la vida. Dicen que esta valoración de lo efímero fue lo que permitió que el budismo zen arraigara en Japón. De hecho, existe una profunda conexión entre el pensamiento zen y la actitud reverencial que despierta en nosotros la flor del cerezo. En nuestra vida sucede lo mismo. Todo está en un flujo constante. Los cambios se van sucediendo a medida que envejecemos, y también va cambiando nuestro entorno. No hay nada que temer. Una mente sutil acepta el cambio y no se apega al pasado. En lugar de lamentarse por el cambio, sabe ver en él una belleza y una esperanza renovadas. Esta es la vida a la que tenemos que aspirar. 47 FÍJATE EN LOS CAMBIOS Todo lo demás surge de esta conciencia. El efecto de observarte a ti mismo desde un punto fijo. En general, los monjes zen practicantes se levantan cada día a las cuatro de la mañana. En el zen decimos que el momento de despertar es el shinrei , o “campana que suena”, porque se anuncia con el toque de una campana. Los monjes se lavan primero y luego, a las cuatro y cuarto, empiezan con una meditación zazen matutina, que llamamos kyoten , o “amanecer”, zazen . Nuestra hora de acostarnos (kaichin , o “abrir la cama”) es a las nueve de la noche. Destinamos siete horas a dormir. Y llevamos una vida muy regular. ¿Por qué vivimos así los monjes zen? Porque queremos vivir en sintonía con los cambios sutiles que se producen en la mente y en el cuerpo. Cuando llevas un estilo de vida regular eres capaz de advertir los cambios más sutiles. Si quieres cambiar, primero es importante que seas consciente de los cambios que van a generarse en tu interior. Quizá hoy seas capaz de hacer algo que ayer no pudiste hacer, porque te sentiste incapaz. Es posible que hoy tu estado de ánimo no sea idéntico al de ayer. Si observas las cosas desde un punto fijo, puedes verte tal como eres en realidad. Esta es también la manera de perfeccionar mente y cuerpo, cuidando bien de ambos. Para vivir con conciencia tenemos que empezar por ir temprano a la cama, y por levantarnos temprano. Este es el secreto para vivir con tranquilidad y satisfacción. 48 SIENTE, Y NO PIENSES Fomenta el auténtico placer de la vida. La ventaja que tienen los que saben advertir los pequeños cambios. En el pasado, los pescadores sabían predecir el tiempo que haría sin recurrir a los modernos partes meteorológicos. Se fijaban en la dirección del viento o en el aspecto que tenían las nubes. Sin estas habilidades, podían correr peligro sus vidas. También se fijaban en el color del agua o en el comportamiento de los pájaros para localizar dónde se encontraban los bancos de peces. Ponían una gran dedicación en agudizar todos los sentidos para garantizar su seguridad y capturar la pesca que necesitaban para sobrevivir. Cuando estos recursos tienen su recompensa, el resultado puede ser muy satisfactorio. Creo que es muy importante agudizar los cinco sentidos para lograr experimentar esta clase de satisfacción. Es uno de los placeres que nos da la vida. Intenta coger una piedra que encuentres al margen del camino. Tócala, fíjate en el olor que desprende. Las piedras tienen una parte delantera y una trasera, y al tacto son distintas. Aunque pienses que las piedras carecen de olor, las de la montaña huelen a montaña, y las del mar huelen a mar. Hay una infinidad de detalles como estos por todas partes. Muestra interés por captarlos, y emplea todos tus sentidos para fijarte en los cambios que se producen en la naturaleza. Agudiza tus sentidos y no te pasará inadvertido ni el más mínimo cambio. 49 NO DESAPROVECHES LAS COSAS Por ejemplo, prueba a comer las hojas de los rábanos. ¿Qué es una «mente zen»? Si tuviera que describir lo que es una mente zen en pocas palabras, diría que consiste en hacer un buen uso de todas las cosas. Por ejemplo, cuando preparamos la comida, apenas se tira nada. Las hojas del rábano daikon suelen ir a parar a la basura, pero si las maceras en vinagre puedes hacer de ellas un delicioso encurtido que servirá de acompañamiento. Tampoco tiramos las sobras. Eso, nunca. Si vemos que no podemos terminar nuestra ración, se la pasamos a otro compañero. Este ejercicio hace que nuestra mente sea más sensible a la belleza. La esencia del zen está en captar la belleza de las cosas simples. Hay belleza incluso en las cosas desprovistas de todo lo innecesario y que carecen de adornos. En un edificio, por ejemplo, podríamos encontrar belleza en su estructura o en los materiales simples con que está construido. Una ornamentación innecesaria podría destruir su belleza esencial. Así es como vemos nosotros las cosas. Valora los materiales o los ingredientes básicos, sin que importe cuál sea su naturaleza. Es una manera muy sencilla de perfeccionar nuestra mente y nuestro estilo de vida. 50 NO TE SIENTAS CONSTREÑIDO A UN ÚNICO PUNTO DE VISTA Existen otras maneras de ver las cosas al margen de «la manera correcta». El concepto de mitate. En japonés tenemos el concepto de mitate : contemplar una determinada cosa no en su forma pretendidamente original, sino como si fuera algo distinto; contemplarla como si se pareciera a otra cosa y usarla de una manera diferente. La noción de mitate tiene su origen en la estética de la ceremonia del té, en la que los participantes empleaban objetos cotidianos y les daban un uso más elevado (por ejemplo, una calabaza que servía de cantimplora se utilizaba como un jarrón para poner flores). Los utensilios envejecen con el paso de los años. Los objetos tienen una vida útil, pero eso no significa necesariamente que esa vida útil haya terminado. Podemos encontrarles un uso distinto y dotarlos de una nueva vida. Este es el espíritu que mora en el mismo seno del estilo zen. Tomemos, por ejemplo, una rueda de molino. Tras varios años de uso, la rueda termina erosionada y ya no sirve para moler grano. Eso no significa que su vida útil haya terminado. Podríamos plantarla en el jardín, por ejemplo, y usarla a modo de peldaño. O tomemos una taza de té, con el borde resquebrajado. Podría servir de jarrón donde poner en agua unos capullos. Los objetos no tienen un propósito único. Pueden usarse de mil y una maneras distintas, en función de la imaginación que tenga el usuario. ¿Cómo pueden usarse los objetos? Este es el concepto estético de mitate . La abundancia no consiste en acumular cosas, sino en saber cómo usarlas; y en saber usarlas bien. Intenta ver las cosas de una manera distinta, y así no te verás obligado a verlas «de la manera correcta». 51 PIENSA POR TI MISMO Sé escéptico con el sentido común. El conocimiento y la sabiduría son parecidos, pero no son lo mismo. Hablemos del conocimiento y la sabiduría. Podrá parecernos que son lo mismo, pero no es así. Lo que aprendemos en la escuela o lo que aprendemos por nosotros mismos es lo que llamamos conocimiento. La sabiduría, en cambio, es lo que sabemos cuando ya hemos puesto en práctica todo eso. El conocimiento y la sabiduría son importantes para vivir con felicidad. No prevalece uno por encima del otro. Hay que mantenerlos en equilibrio. El monje zen Ikkyu, famoso por su ingenio, demostró sus grandes conocimientos y su sabiduría por su brillante manera de resolver los problemas más difíciles. En mi opinión, las personas con conocimientos suficientes que saben aplicar a determinadas circunstancias son capaces de moverse bien por la vida. En el mundo actual, ese mundo en el que nos asalta tanta información, tendemos a no usar el cerebro para pensar. Parece como si el conocimiento fluyera de nosotros mismos. Sin embargo, la manera en que decidamos vivir nuestra vida es una decisión propia. Razón de más entonces para emplear la sabiduría, y que esta nos sirva para decidir cómo tenemos que vivir cuando ya nos hayamos familiarizado con las distintas opciones que nos presenta la vida. Mira todo lo que puedas. Siente cuanto puedas. Y asegúrate de pensar por ti mismo. 52 CREE EN TI MISMO Cuando te rindes, tu potencial se ve reducido a cero. La posibilidad surge de la confianza. En el zen decimos: «Todas las cosas provienen de la nada». Y estas palabras se aplican especialmente a la naturaleza humana. Todos nacemos desnudos. Es decir, sin pertenencias. Sin nada. Visto de otra manera, podríamos decir que precisamente cuando no tenemos nada nuestro potencial es ilimitado. Y en el seno de esta nada es donde podemos encontrar infinitas posibilidades. O, como decimos en términos zen: «En el seno de la nada hay un potencial infinito». Todos tenemos capacidades, todos y cada uno de nosotros; no hay nadie con un potencial cero. La cuestión es: ¿cómo liberamos ese potencial? Para las personas que se sienten estancadas o que han perdido la convicción, la respuesta sería que potencien el creer en sí mismas. Las capacidades, sin embargo, tienen que realizarse plenamente. Si haces el esfuerzo de liberar más tu potencial, verás que avanzas. Y entonces creerás en las posibilidades que hay en tu interior. La vida no siempre es agradecida. Nuestros esfuerzos a veces no se ven recompensados. A pesar de eso, intenta creer en ti mismo y supérate. No tengas miedo de seguir adelante. 53 EN LUGAR DE PREOCUPARTE, SIGUE ADELANTE Es la manera más sencilla de enfrentarte a un desafío. Para aquellos que plantan las semillas de su propia ansiedad. Soy profesor de universidad, y mis estudiantes a menudo me preguntan sobre la posibilidad que tienen de encontrar empleo. Cuando hablan conmigo les oigo decir cosas como: «¿Y si presento mi candidatura a una de mis empresas preferidas? No sé… A lo mejor ni me contestan»; o bien: «Por el número de ofertas de empleo que ofrece esta empresa, veo que no reclutan a gente de nuestra universidad». Muchos alumnos hablan como si se hubieran rendido. Y yo les digo: «No te preocupes tanto por los números. Ve a comprobarlo por ti mismo». Si te preocupa el trabajo o te angustian las relaciones interpersonales, como te lo quedes todo en la cabeza alentarás que se apoderen de ti pensamientos como «Esto no lo puedo hacer» o «Eso no va a funcionar». Pero si te lanzas de cabeza, te sorprenderá ver lo fácil que es hacer las cosas o dar con una solución. Tal como sucede cuando das un salto de altura atado a una cuerda elástica o subes a una montaña rusa, lo que más impone no es el hecho en sí, sino el momento previo. Sé honesto contigo mismo: ¿eres tú quien está plantando las semillas de tu propia ansiedad? Es malgastar el tiempo perderte en un laberinto que tú solo te has construido. Lo que yo te propongo es lo siguiente: dirige tus energías a la realidad que estás viviendo y ve paso a paso. 54 CONSERVA LA FLEXIBILIDAD MENTAL ¿Para qué sirve el trabajo duro? Una mente flexible es una mente fuerte. Cuando nos critican, nos sentimos heridos. Cuando nos pasa algo malo, nos cuesta mucho sacárnoslo de la cabeza. ¿Qué podemos hacer para recuperarnos? Una forma de reforzar nuestra mente es efectuar una limpieza. Cuando efectuamos una limpieza, usamos la cabeza y el cuerpo al mismo tiempo. A pesar de que lo que aprendamos con el esfuerzo mental pueda ser importante, lo que nuestro cuerpo aprende con el trabajo físico tiene mucha más influencia en nuestra fuerza mental. La práctica del budismo zen implica que aprendemos con el trabajo físico. Los monjes zen se levantan temprano por la mañana y se ponen a limpiar. Cuando fuera hace frío, ir a barrer y a sacar el polvo con un trapo húmedo es duro para cualquiera. Sin embargo, cuando hemos terminado la tarea, en el momento en que entramos en ese espacio limpio y ordenado nos sentimos renovados. Y eso no puede vivirse si no ha sido uno mismo quien ha hecho la limpieza. Trabajo duro y perseverancia. Hay personas que fruncen el ceño cuando oyen estas palabras. «¿Y con qué propósito?», te preguntarás. Pues esas cosas servirán a tus propios propósitos. Cuando nos esforzamos y trabajamos con la cabeza, con todo el corazón y el cuerpo, no podremos evitar volvernos más fuertes. Iremos bien equipados para reaccionar ante lo que nos trae la vida si nuestra mente es flexible. 55 ACTÍVATE Sé más realista. Hay cosas que solo puedes valorar si las haces tú mismo. En el zen tenemos un dicho: «Experimenta por tu cuenta con el frío y el calor». Este dicho significa que por mucho que intentes explicar lo que es el agua caliente o el agua fría, por ejemplo, nunca llegarás a saberlo en realidad si no la tocas. Estamos hablando de la importancia que tiene la experiencia de primera mano. En Japón hay una mujer que sale por televisión y se llama Miyoko Omomo. Esa mujer, a raíz de los profundos cambios que provocó el terremoto Chuetsu en 2004, se trasladó a su ciudad natal de Niigata con la intención de prestar su ayuda. Había nacido en una familia de granjeros, y eso le dio la idea de alquilar una parcela de tierra y ponerse a cultivar arroz con sus propias manos. Durante la semana trabajaba en Tokio, y los fines de semana regresaba a su ciudad natal y trabajaba en el campo. Lo hacía todo ella sola, desde arrancar las malas hierbas hasta cosechar, y no sintió el menor titubeo ante la idea de ensuciarse las manos. Oí cómo contaba su historia en un programa de radio: «En toda mi vida nunca había probado un arroz tan delicioso… Era como si estuviera viendo el mismísimo rostro de Kannon (la diosa de la misericordia) en cada uno de los granos». Miyoko Omomo supo valorar el significado del arroz que con tanto esfuerzo había cultivado y recolectado. No solo había hecho algo práctico y humilde, sino que, literalmente, se había ensuciado las manos tocando la tierra. Hay cosas que solo se valoran cuando uno las hace por sí mismo. 56 ESPERA QUE LLEGUE EL MOMENTO ADECUADO Cuando las cosas no salen como tú quieres. La mentalidad japonesa. Históricamente los japoneses han sido un pueblo agrícola. Labramos la tierra, y es gracias a la generosidad de la tierra que vivimos. La cultura de un pueblo agrícola se basa, como siempre ha sucedido, en el cultivo forestal. A diferencia de lo que ocurre en el desierto, en los bosques encontramos alimentos en abundancia. Los árboles dan flores y frutos, frutos secos y bayas. Nuestros antepasados no sabían cuándo caerían las ofrendas de los árboles, y se reunían debajo de ellos a esperar. Así fue como crearon la cultura de la recolección. Se comían la fruta caída y luego plantaban sus semillas en la tierra. De ahí salían brotes, y había tantos que no tenían ninguna necesidad de robar los bienes de los demás. Hay quien dice que debido a esta herencia los japoneses son personas tranquilas por naturaleza, con una mentalidad que les permite esperar el momento oportuno para ayudar a los demás. Observa la naturaleza con atención. Presta oídos a la voz de la naturaleza y acostúmbrate a su ritmo. Puede que entres en una profunda contemplación, y contribuyas a ver con claridad lo que tienes que hacer a continuación. Cuando el trabajo o las relaciones interpersonales no te funcionen, lanzarte a buscar una solución es una posibilidad. Pero hay veces en que esperar a que llegue el momento adecuado es mejor. 57 VALORA TU CONEXIÓN CON LAS COSAS Reconoce que es un lujo no tener nada. Valorar las cosas es valorarte a ti mismo. Tienes ya un ordenador, pero basta que salga el último modelo para que te entren unas ganas enormes de tenerlo. Aunque te compraste el coche hace tan solo tres años, no ves el momento adecuado para cambiarlo por otro nuevo. El deseo es algo que se retroalimenta, y la mente termina esclavizada por una avaricia sin límites. En eso no consiste la felicidad. Fíjate en las cosas que te rodean. Intenta valorarlas. Hay algo concreto que te conecta a ellas, y que fue lo que te llevó a adquirirlas. Cuídalas bien; trátalas como si fueran lo mejor que existe. Cuando decides que quieres un coche, trabajas y procuras ahorrar para poder comprártelo. No hay nada malo en actuar así. Lo importante es que lo trates con amor cuando ya lo tengas. Piensa en las cosas que están conectadas contigo como si formaran parte de ti mismo. Es raro que una persona no se preocupe de sí misma; cuando compras algo y empiezas a cuidarlo, nace en ti un sentimiento amoroso. Lo más importante es la actitud que muestres ante las cosas que te pertenecen. Usa las mismas cosas durante años, incluso décadas si cabe. Te sentará bien el tiempo que pasaste con ellas. Piensa en la conexión que existe entre las cosas y las personas. Trátalas bien, tanto a las personas como a las cosas; trátalas tan bien como te tratarías a ti mismo. 58 INTENTA SENTARTE EN SILENCIO EN LA NATURALEZA Dedica un tiempo a cultivar tu mirada interior. Esta es la razón de que, al encontrar un jardín, te entre un deseo inconsciente de sentarte. Los templos de Kioto y Nara atraen a muchos visitantes. Sus jardines tienen cientos de años de antigüedad. Cuando contemplamos estos jardines, casi sin darnos cuenta buscamos asiento. Podemos admirarlos de pie o caminando, pero por alguna razón nos entran ganas de sentarnos. Sentarse lo anima a uno a la contemplación. Lo que pensamos varía de una persona a otra, pero cuando nos encontramos con un jardín, algunos reflexionamos sobre el jardín en sí. Adoptando esta actitud trascendemos centenares de años y somos capaces de entablar un diálogo silencioso con sus creadores y disfrutar de la conversación. Inmersos en el flujo tranquilo del estado contemplativo, intentamos descubrir nuestra propia existencia. Y eso nos ofrece la oportunidad de reexaminar nuestro yo cotidiano. Es muy importante dedicar un tiempo a esta clase de experiencias. No es necesario que te pongas en camino y vayas a Kioto o a Nara; un jardín, un templo o una iglesia de tu barrio bastarán y cumplirán la misma función. Intenta sentarte a entablar un diálogo con la naturaleza. 59 INTENTA CONSERVAR LA CABEZA DESPEJADA Toma conciencia de los sentidos que se estimulan. Haz menos, no más. Dejando la mente en blanco, nos permitimos entrar en el estado de la nada. En el mundo del zen llamamos a este estado mushiryo o “lo que está más allá del pensamiento”. Nos referimos a un estado en el que no retenemos nada en nuestro interior. Ten la mente despejada y levanta los ojos al cielo: verás que las nubes se desplazan. Deja la mente en blanco y escucha de una manera activa: lo que te rodea son los distintos sonidos que se entrelazan en la naturaleza, como el canto de los pajarillos o el viento que hace susurrar las hojas caídas. Aunque estés en la ciudad, hay muchos sonidos y paisajes que evocan la naturaleza. Embébete de este mundo natural todo lo que puedas. Y al hacerlo, te darás cuenta de que tú también formas parte de la naturaleza. Por ejemplo, la lluvia que cae de las nubes que ves en lo alto del cielo irá a parar a un río o se convertirá en el agua subterránea que te dará de beber. En este momento experimentas la plena interconexión de la naturaleza. Por muy ocupado que estés, y sobre todo en esos momentos, dedica un tiempo a despejar la mente. Aunque sea durante unos breves segundos, intenta practicar el ejercicio zen del mushiryo , o ir más allá del pensamiento y dejar de pensar. Te sorprenderá ver cómo se calma tu mente y cómo tu cuerpo entero adquiere un inmenso poder. 60 DISFRUTA DE UN JARDÍN ZEN Experimenta hasta qué punto un jardín zen está imbuido de una «mentalidad zen». Hay poderes sanadores en un jardín zen. Visitar una ciudad antigua en Japón nos da la oportunidad de apreciar los jardines de los templos zen. En un sentido literal, todos los jardines que hay en los terrenos que ocupan los templos budistas zen pueden considerarse jardines zen. Pero en realidad las cosas no son así. ¿Y por qué no? Por ejemplo, tomemos el caso de la pintura zen. Hay una tintada sumi-e de Bodhidharma, que hizo un famoso pintor japonés, que, aunque sea una pintura espléndida, no podemos decir de ella que sea una pintura zen. Lo que quiero decir es que tanto los jardines zen como la pintura zen asumen una forma especial. Son las expresiones definitivas del dominio que su creador tuvo de un estado zen, estado que también se denomina mente búdica. Uno se entrena en el budismo zen durante muchos años antes de alcanzar la mente búdica. En ese estado zen, la belleza única del paisaje que uno imagina puede plasmarse en un jardín o en una pintura zen. Y transmite una tranquilidad que es capaz de sanar la mente. En lugar de ver tan solo la belleza superficial de un jardín zen, intenta experimentar la mente zen que todo lo impregna. Cuando te sientas integrado en el jardín, ni siquiera advertirás el paso del tiempo. Cuanto más valores los conceptos que se traslucen en ese jardín, más profundamente sanará tu mente. PARTE TRES 20 MANERAS DE PALIAR LA CONFUSIÓN Y LAS PREOCUPACIONES Intenta cambiar tu manera de relacionarte con los demás. 61 SIRVE A LOS DEMÁS El punto de partida para llevar una vida plena de satisfacciones. ¿De dónde vienen las preocupaciones? Un estado de absoluta claridad, carente de las complicaciones del deseo o de los apegos, es el de la «nada», que el zen destaca por encima de todo. Este vacío de pensamientos es la base de las enseñanzas del Buda, y de las nociones fundamentales de impermanencia e insustancialidad. El Buda enseña que el sufrimiento humano existe debido a que no tenemos conciencia de esta impermanencia e insustancialidad. En otras palabras, nuestra confusión y nuestras preocupaciones surgen de la incapacidad de aceptar que el mundo está cambiando constantemente, de la creencia (o de la esperanza inconsciente) de que nuestro yo y nuestras posesiones, así como las personas que nos rodean, nunca cambiarán. Cuando esa esperanza nos traiciona es precisamente cuando experimentamos el sufrimiento. Todo ejerce una influencia en las otras cosas. Por ejemplo, si decides que quieres ser feliz, necesitas que las personas de tu entorno también lo sean. Por eso, servir a los demás puede contribuir a que tú también seas feliz. No te aferres a la creencia de lo que es y lo que debería ser siempre. Practica el desapego. De esta manera contribuirás a la felicidad de los demás. Ten este pensamiento presente y tendrás una vida colmada de satisfacciones. 62 DESHAZTE DE «LOS TRES VENENOS» Lleva la mentalidad zen a tu vida. Mantén a raya tus deseos y tu rabia, y esfuérzate por comprender la naturaleza de las cosas. En el budismo existe lo que llamamos «los tres venenos». No son venenos que puedan ingerirse, sino que las enseñanzas nos dicen que son pasiones y deseos mundanos. Son la raíz del sufrimiento humano, y eso nos impide conseguir la iluminación. Los tres venenos son la avaricia, la rabia y la ignorancia. Cuando nos vemos aquejados por la avaricia, cuando conseguimos lo que deseamos, queremos más. La rabia hace que nos enfademos con la cosa más insignificante, y cuando a la rabia se la provoca, la emprendemos con los demás. La ignorancia es un estado de locura: hacemos oídos sordos a lo que nos dice el sentido común y a nuestros propios conocimientos, y nos falta educación. Aunque, en realidad, lo que nos falta es comprender nuestra auténtica naturaleza búdica. Mientras sigamos dejándonos gobernar por estos tres venenos, seremos incapaces de alcanzar la paz. Como contrapartida, las enseñanzas nos dicen que si podemos mantener a raya estos tres venenos, o nuestros sufrimientos mundanos, viviremos felices y libres. Cuando empieces a notar que alguno de estos tres venenos empieza a asomar, intenta calmar la mente acompasando la respiración. Eso impedirá que los sufrimientos calen en ti. 63 CULTIVA LA NOCIÓN DE GRATITUD El significado oculto de una frase anodina. Unas sencillas palabras que rebosan calidez. Cuando alguien pregunta: «¿Cómo estás?», en Japón contestamos Okagesama de. Lo que significa: «Todo bien, gracias a Dios». Lo decimos continuamente, pero es un diálogo precioso y, a mi entender, muy japonés. Una persona no puede vivir solo de la elegancia y las buenas maneras. Necesita el apoyo de los demás, y eso se consigue dando las gracias. Aunque parezca muy obvio, seguimos olvidándolo. Y cuanto más tendemos a olvidarlo, con mayor razón tendríamos que formular estos sentimientos con palabras. «Buenos días» en japonés es Ohayo gozaimasu , que significa literalmente “es temprano”. La expresión conlleva de manera implícita este significado: «Es de día, y muy temprano. Visto que hemos llegado hasta aquí sanos y salvos, sigámonos esforzándonos para que suceda lo mejor». Otra frase muy común en japonés es itadakimasu , que decimos antes de comer. Es una expresión de gratitud por la comida que vamos a disfrutar. Además expresa la gratitud que nos inspiran las personas que la han preparado para nosotros. Tanto si se trata de pescado como si consiste en verduras, la comida sigue siendo fuente de vida. Y al consumir esa vida, nosotros mismos nos procuramos el sustento y somos capaces de seguir viviendo. Hemos de estar profundamente agradecidos por eso. Esta expresión, itadakimasu , es la que contiene todos estos sentimientos. Estas frases normales y corrientes nos resultan tan familiares que nos salen de manera automática, pero su significado y su sentido son muy profundos. 64 DEMUESTRA, NO MANIFIESTES, CÓMO TE SIENTES La manera de manifestar tus auténticas intenciones. Comprende la idea que subyace a uchimizu , la práctica japonesa de rociar con agua la entrada de tu casa. Expresa lo que sientes de una manera despreocupada y sin pronunciar palabra en lugar de decir las cosas con pelos y señales. Cuando se trata de comunicar tus verdaderas intenciones, tus actos valen más que mil palabras. Pon, por caso, que un caluroso día de verano estás esperando una visita. Antes de que esa persona llegue, rocía con agua la entrada de tu casa. El acto de rociar sirve para purificar la entrada de tu hogar y para que tu invitado sienta que es bienvenido. Quien venga a verte verá el agua evaporada en la acera, o unas gotitas de agua en las flores, y pensará: «Oh… Me estaban esperando. ¡Qué hospitalarios!» No hay nada pretencioso ni invasivo en esta ceremonia. Tan solo se trata de recibir con elegancia y de tener un bonito gesto, algo típicamente japonés. Cuando se trate de expresar tus deseos o intenciones, sé inteligente y no te muestres insistente ni asertivo. Los japoneses siempre han tenido un sexto sentido para interpretar los sentimientos de los demás, sintonizando con ellos o comprendiendo las cosas de una manera tácita. Nos comunicamos con los demás en cada aliento que tomamos, y sin olvidarnos de cuál es la naturaleza de nuestro corazón. 65 EXPRESA LO QUE LLEVAS EN EL PENSAMIENTO, PERO NO CON PALABRAS Lo que ves no es todo lo que existe. ¿Por qué las pinturas zen son tintadas? La filosofía zen afirma que el siguiente postulado es verdadero: «El despertar espiritual se transmite más allá de los sutras. No puede vivirse a través de las palabras o de las letras». Lo que esta idea significa es que la esencia de las enseñanzas zen no puede transmitirse por medio de la palabra, ni escrita ni hablada. La pintura zen nos ofrece un buen ejemplo. En la pintura zen no se usa una gran variedad de colores, tan solo advertimos un simple rastro de tinta. Y la razón es que creemos que la verdadera belleza no puede expresarse a partir del color, porque los colores son la expresión imperfecta de la inefabilidad de la belleza. Por eso evitamos usar el color. Cada uno de nosotros siente de manera distinta la magnificencia de una puesta de sol. Aunque todos la describiéramos de color carmesí, cada uno de nosotros la percibiría de una manera distinta. Al usar solo tinta, el pintor deja que cada espectador experimente esa puesta de sol carmesí como mejor le plazca. Por eso se dice que la pintura zen recurre a la tinta para expresar los cinco colores: el verde, el azul, el amarillo, el morado y el rojo. Hay una infinita paleta de colores en la tonalidad de una tinta. En función del espectador, la tintada adoptará distintas tinturas y capas. Lo que se ve no es todo lo que existe. 66 CÉNTRATE EN LOS MÉRITOS DE LOS DEMÁS Sobre todo cuando sus imperfecciones saltan a la vista. Tanto en los jardines como en las relaciones personales, lo primordial es la armonía. Los jardines japoneses no se diseñan haciendo un recorta y pega de sus diversos elementos y plantándolos en el paisaje. El jardín, en su totalidad, está compuesto de tal manera que intenta sacar el máximo partido de los rasgos particulares de cada elemento, como la forma de una roca o la curvatura de un árbol en concreto. ¿Qué significa sacar el máximo partido al elemento de un jardín? Digamos que un jardín ha de contar con varios árboles. No podemos limitarnos a plantar esos árboles tal cual y terminar la tarea. Es importante que nos quede claro cuál es la forma ideal de cada árbol. ¿Qué estado de ánimo parece tener ese árbol en concreto? ¿Cómo deberíamos plantar ese árbol (en posición y orientación) para que resalten sus cualidades más atractivas? En otras palabras, tenemos que valorar la individualidad de cada árbol, y luego persuadirlo para que se exprese. Al comprender la esencia de un árbol, podemos lograr que esté en armonía con los otros elementos del jardín. El mismo concepto se aplica a las relaciones personales. Tenemos que reconocer la individualidad que hay en nosotros y en los demás para poder llevarnos bien. Y eso no significa que debas adaptarte a otra persona, sino que al centrarte en los méritos de los demás, lograrás que tus relaciones sean hermosas. 67 PROFUNDIZA EN TU RELACIÓN CON OTRA PERSONA Este es el verdadero significado de la frase: «Solo pasa una vez en la vida». Concéntrate en un único encuentro. Parece que en la actualidad las personas solo están interesadas en las relaciones superficiales. Cuanto más amplio sea el abanico de conocidos, mejor. Tener una red de contactos es clave. En el mundo de los negocios, qué duda cabe que eso reviste una gran importancia. En la vida personal, sin embargo, no es importante contar con un círculo de amistades reducido. Yo mismo no espero conocer a mucha gente en quien poder confiar. Es más enriquecedor construir una relación de peso que amasar un centenar de contactos insustanciales. Al menos, en mi humilde opinión. Hay un dicho que procede del zen: ichi-go ichi-e , que puede traducirse como: “Solo pasa una vez en la vida”. El dicho significa que deberíamos atesorar todos y cada uno de los encuentros que vivimos, porque podría ser que solo tengamos ocasión de conocer una persona en concreto una sola vez en la vida. No estoy diciendo que debamos aumentar nuestro número de encuentros o que hayamos de tener más amigos. Tú concéntrate en un único encuentro, y a partir de ahí construye una relación significativa. No importa el número de contactos que se hagan; lo único que importa es que la relación sea profunda. 68 SINTONÍZATE BIEN CON EL MOMENTO Esto también se aplica a las relaciones interpersonales. No te precipites, pero tampoco te relajes demasiado. La expresión en japonés sottaku doji significa literalmente: “picotear simultáneamente por dentro y por fuera”. Se usa para describir lo que sucede cuando un pollito sale del huevo: la primera parte se refiere al pollito y a su forma de picotear la cáscara; la segunda, a la reacción que tiene la madre cuando oye al pollito y picotea para ayudarlo a salir. La situación es muy delicada. Si la madre rompe la cáscara antes de que el pollito esté formado del todo, el pequeñín morirá. Por eso la madre tiene que escuchar muy atentamente el sonido del picoteo interior y decidir cuál es el momento más seguro para picotear con cuidado desde el exterior y ayudar a que la cáscara se rompa. En otras palabras, sottaku doji consiste en encontrar cuál es el momento más adecuado para ambos. Lo cierto es que existe un paralelismo entre esta escena y la manera en que criamos a los hijos, pero el ejemplo también puede aplicarse de otras maneras. Cuando estás formando a alguien en el trabajo, no puedes meterle prisas ni relajarte demasiado. Y cuando eres tú quien está recibiendo la formación, tu responsabilidad es enviar las señales adecuadas que indiquen que estás preparado para seguir avanzando. Los mejores resultados se obtienen cuando ambas partes captan cuál es el momento justo y entran en sincronía. 69 ABANDONA LA NECESIDAD DE GUSTAR A LOS DEMÁS Esto se aplica incluso a los monjes zen. No te dejes atrapar; no vayas con prejuicios; no seas tan quisquilloso. Las relaciones personales pueden ser complicadas. Por mucho que te esfuerces, es difícil ser abierto de miras con todos. Incluso los monjes que viven en un templo zen no siempre se llevan bien. No tienes que decirte: «Voy a intentar llevarme bien con esta persona» o «Voy a conocer mejor a esta persona». Apegarte a la noción de que tienes que llevarte bien con alguien o ser su amigo será un obstáculo. Te verás atrapado por el deseo de no querer desagradarle. Y eso solo genera tensión. No lo permitas; no vayas con prejuicios; no seas tan quisquilloso. ¿Por qué no te libras de los apegos triviales y vives con despreocupación? No estoy diciendo que intentes convertirte en alguien impopular, pero, por la misma razón, no te esfuerces tanto en gustar a los demás. Cuando nace una flor, la mariposa va a su encuentro con toda naturalidad. Cuando los árboles están en flor, los pájaros se agrupan y se posan en sus ramas; y cuando las hojas se marchitan y caen, los pájaros salen en desbandada. Las relaciones con las personas no son tan distintas. 70 NO TE OBSESIONES CON LO CORRECTO Y LO INCORRECTO Se trata de alcanzar un compromiso. Si te preocupas por si es blanco o negro, vas a perderte la belleza de los grises. El budismo es una religión extremadamente tolerante. Los budistas no piensan en términos de blanco y negro. Unas cosas son blancas y otras negras, y entre medias hay distintos grados de gris. Esta apertura de miras se encuentra en el seno mismo del budismo, y es una de las razones fundamentales de que arraigara tanto en Japón. El sintoísmo ya se practicaba en Japón desde la antigüedad, pero en un momento dado entró el budismo desde China. En lugar de darse una confrontación entre sintoísmo y budismo, los japoneses pensaron que, de alguna forma, estas dos religiones podrían coexistir. El concepto japonés de honji suijaku sostiene que los dioses sintoístas son manifestaciones de las deidades budistas, y que juntos forman un todo indivisible santificado en los santuarios sintoístas que se llama gongen . Aunque esta pueda parecer una actitud evasiva, precisamente por ello es un ejemplo perfecto de lo que es la sabiduría japonesa. Es la manera de que las dos partes coexistan: han encontrado un compromiso y evitado el conflicto. No hay que definir las cosas como correctas o incorrectas ni como negras o blancas. En lugar de inclinar la balanza hacia un lado u otro, lo mejor quizá sea establecer un compromiso. 71 CONSIDERA LAS COSAS POR LO QUE SON El odio y el afecto proceden de la misma naturaleza. La mejor manera de evitar centrarte en lo que te gusta y en lo que te disgusta. Las relaciones laborales tienden a ser difíciles. Habrá quien diga: «La culpa es de mi subalterno». Y otro dirá: «Ojalá ese no fuera mi jefe». Quizá pensemos que las cosas nos irían mejor si no hubiéramos conocido a alguno de nuestros colegas, pero cuando estas personas trabajan con nosotros, no nos queda otra elección. En cuanto a las dificultades que se dan en las relaciones personales, entraríamos en un tema inacabable. Muso Kokushi, conocido como «el padre de los jardines zen», dijo una vez lo siguiente: «La principal ventaja que tiene el zen en el contexto de los altibajos habituales que conlleva la vida es que no intenta evitar los momentos bajos y propiciar los buenos, sino que quiere guiar a las personas a la realidad fundamental que no se encuentra sometida a este vaivén.» Eso podría significar, por ejemplo, que dedicando unas exequias a tu enemigo más acérrimo, o confesando tus propios actos, puedes lograr que una mala acción se convierta en una buena acción. En otras palabras, la desgracia y la buena suerte comparten el mismo origen. El odio y el afecto son, de hecho, uno y el mismo. ¿Cuál es entonces su verdadera naturaleza? Por decirlo de una manera sucinta, su naturaleza está en tu propia mente. Nuestras preferencias, lo que nos gusta y lo que nos disgusta… Todo eso es producto de nuestra propia mente. En el budismo zen decimos: «Cuando alcanzas la iluminación, deja de existir lo que te gusta y lo que te disgusta». Cuando podemos ver las cosas tal como son, nuestras predilecciones desaparecen. 72 DISTÁNCIATE CON HABILIDAD «Haz oídos sordos» es un dicho que también forma parte de la sabiduría budista. «Impasible, incluso cuando soplen los ocho vientos.» Las palabras son importantes. Pero más importante aún es no dejarse arrastrar por las palabras. En el trabajo o en una situación social determinada podemos oír comentarios sobre nosotros que nos hieren. Y aun cuando alguien esté intentando animarnos, es posible que nosotros percibamos sus palabras como crueles o duras. Una sola palabra de un colega puede herirnos como si nos hubieran clavado una daga en el pecho. Ahora bien, esos comentarios negativos deberían olvidarse de inmediato. Y la manera más hábil de conseguirlo es «haciendo oídos sordos». Se dice que la mente zen permanece «impasible, incluso cuando soplen los ocho vientos». Esforcémonos en mostrarnos imperturbables, en cualquier situación; e incluso en estar tranquilos y de buen humor. Intenta liberarte del apego que sientes por las cosas. Y tampoco te aferres a las palabras. Aun cuando tu manera de relacionarte con otra persona sea forzada, no te aferres a la relación. Intenta ponerle distancia. Esta es la sabiduría de Buda. Para vivir en libertad, tenemos que conseguir que nuestra mente se libere. 73 NO PIENSES EN TÉRMINOS DE PÉRDIDAS Y GANANCIAS ¿De dónde procede la conciencia de nuestras debilidades? Las personas con quienes nos llevamos bien y las personas con quienes no congeniamos. No podemos evitarlo: todos tenemos debilidades. Aunque no pretendieran herirnos ni ofendernos, es posible que ciertas palabras o actos lleguen a molestarnos o a herir nuestros sentimientos. Seguro que conoces personas que ejercen este efecto en ti. Pero ¿cómo pueden esas personas parecer conocer el modo de afectarnos de esa forma? Deja que te explique brevemente el concepto de ishiki , o “conciencia mental”, del pensamiento zen. Imagina que conoces a alguien y piensas: «Oh, esa mujer parece agradable». O bien: «Podría hacer buenas migas con ese hombre». Estas dos frases están relacionadas con i , el primer carácter de ishiki , que corresponde a la mente o al corazón. Pero ¿qué sucede con el segundo carácter, shiki ? El segundo carácter significa emitir un juicio sobre alguien. «Esa persona podría ser útil para mi trayectoria profesional.» «Ese tipo me da mala espina.» Cuanto más nos centremos en esta manera de actuar, más visibles se harán nuestras debilidades. Dame cien personas y encontraremos cien maneras de razonar o emitir juicios de valor. En lugar de ir por el mundo con la mentalidad de valorarlo todo en función de las ganancias y las pérdidas, y de pensar si alguien puede o no puede llegar a sernos útil, valora si esa persona es adecuada para ti o es compatible contigo. Es una manera de quitar mucha tensión a las relaciones. 74 NO TE DEJES ATRAPAR POR MERAS PALABRAS La importancia de saber interpretar los sentimientos de los demás. Valora lo que dicen los demás con empatía. Los sentimientos de las personas no siempre pueden expresarse con palabras. Hay quien lo pasa muy mal cuando tiene que decir cómo se siente. Por eso tenemos la capacidad de interpretar los sentimientos de los demás. Hay un dicho zen: Nenge misho. Se refiere a un enigma que se cuenta de Buda, y lo llamamos koan . Dicen que un día Buda, sentado en la silla del dharma ante sus numerosos discípulos, se quedó en silencio, sin mediar palabra; tan solo hacía girar una flor en su mano mientras esbozaba una leve sonrisa. Sus discípulos lo miraban extasiados, y entre los que allí se hallaban, Mahakashyapa fue el único que le devolvió la sonrisa a Buda. Mahakashyapa comprendió el significado del gesto sin palabras de Buda, recibió la transmisión del dharma y por eso fue designado su sucesor. Sigue teniendo una gran importancia, qué duda cabe, saber expresar nuestros sentimientos con palabras. Y lo contrario también es cierto: tenemos que prestar mucha atención a lo que dicen los demás. Pero no perdamos de vista lo esencial al habernos dejado atrapar por meras palabras. No solo hay que escuchar lo que los demás tienen que decirnos, sino considerar también sus sentimientos con empatía. 75 NO TE DEJES ARRASTRAR POR LA OPINIÓN DE LOS DEMÁS El secreto para librarte de la confusión. Obrar con resolución implica tener la capacidad de confiar en uno mismo. El modo como están colocadas las rocas desempeña un papel determinante en los jardines zen. Las rocas pueden disponerse de innumerables maneras para representar microcosmos, simbolismos y abstracciones. En mi trabajo como diseñador de jardines y monje practicante zen, más de uno creerá que mis diseños guardan una correspondencia con mi estado de ánimo. Por eso se advierte una tensión tan positiva entre los elementos de los jardines zen. Mi trabajo, en realidad, no es cosa de uno. Hay que transportar rocas y árboles enormes. Se necesitan herramientas, y el trabajo en sí mismo requiere la presencia de un equipo. Para terminar un jardín zen he tenido que recurrir a muchas manos. Sin embargo, y según mi experiencia, si me centro demasiado en lo que el equipo ve, puede terminar por resultarme difícil acabar el jardín a imagen y semejanza de mis propios pensamientos. Aunque pueda parecer contradictorio, cuando llega el momento de coordinar la dirección en que van a ir colocadas las rocas, cuantas menos personas se involucren en la operación, más fácil será sincronizar. Y cuando llega el momento de dar los últimos toques, lo mejor es hacerlo solo. Ser una persona resuelta implica tener la capacidad de confiar en uno mismo. 76 TEN FE Aprovecha la sabiduría de tus mayores. Encuentra las claves de la vida en las historias de los ancianos. Quienes poseen lo que llamamos fe o conocen la esencia de saber vivir, nunca se desaniman. Y lo digo sin ninguna sombra de duda. Ahora bien, ¿cómo consigues tener fe? Puedes aprender de los mentores que tengas más a mano. Hay una gran cantidad de técnicas que podrás lograr solo fijándote en la gente mayor, que son los grandes mentores de que dispones para hacer cualquier cosa. Tanto si te cuentan sus éxitos como si te hablan de sus fracasos, escuchar lo que tienen que decirte te será útil. Mira a tu alrededor: probablemente tienes a muchas personas mayores en tu misma órbita. Y cada una de ellas con su propia historia de vida. Todas y cada una de ellas, además, cuentan con experiencia y tienen conocimientos de primera mano que exponencialmente superan cualquier cosa que hayas aprendido de la vida hasta el momento presente. Tienes una herramienta maravillosa, y está a tu disposición. Las historias que los mayores tienen que contarnos sobre todo lo que han visto y experimentado tienen un valor incalculable. A diferencia del conocimiento que encontramos en los libros o en la escuela, su experiencia es de primera mano, viene directamente del corazón y la han vivido en sus propias carnes. En esas historias auténticas es donde podemos encontrar las claves de la vida. 77 ENTABLA CONVERSACIÓN CON UN JARDÍN Lo que te pierdes cuando te dejas atrapar por las apariencias. El significado de wabi-sabi. Un monje zen se fue a las montañas para dedicarse en cuerpo y alma a aprender budismo. Mientras se formaba en esa práctica, en lo más remoto de las montañas y alejado de todo contacto humano, un día recibió una visita. «Lamento profundamente haberlo hecho venir hasta este lugar, en medio de la nada», dijo el monje a su visitante a modo de disculpa. Esta disculpa (que en japonés es wabi ) es el primer elemento de la estética japonesa del wabi-sabi . La segunda parte (el sabi ) tiene que ver con un sentimiento parecido: «Gracias por haber venido a un lugar tan solitario y remoto». Sabi también es homónimo de «pátina» o «herrumbre» (la belleza que sobreviene con la edad), y sin duda alguna se refiere a la humilde morada del monje. Sabi evoca la soledad del monje; lo que en japonés se llama sabishii . Lo que quiero decir con todo ello es que el espíritu del wabi-sabi está basado en la consideración de los demás. Este sentimiento también se encuentra en los jardines zen. Cuando se diseña un jardín zen, la colocación de las rocas o la distribución de la arena no es lo primero que debe considerarse. En principio, no se trata de darle una forma o un aspecto determinados, sino más bien de recrear el sentimiento que el jardín debería expresar. Intenta entablar conversación con un jardín zen. Experimenta la belleza de la melancolía que el diseñador del jardín intentaba transmitir, y reacciona a tu manera. 78 HAZ FELIZ A ALGUIEN Añade algo que potencie tus comidas. La hospitalidad japonesa puede evocar el paso del tiempo, incluso sentados a la mesa del comedor. Cuando recibas invitados, puedes obsequiarlos preparándoles una comida de varios platos con ingredientes especiales y de buena calidad: lo que en Occidente llamaríamos un festín. La hospitalidad japonesa es diferente. Por encima de todo, los japoneses valoran una cocina que demuestre tener conciencia de la estación en que estamos. Lo que vamos a servir tiene que estar basado en los productos de temporada; y tener en cuenta dos cosas más: ha de contar con un producto de la temporada que está a punto de finalizar, para simbolizar la partida, y con otro producto de la temporada que está a punto de empezar, para representar la inminencia de la llegada. En otras palabras, la comida incluye un producto de la temporada anterior, está basada en la temporada actual y contiene algo de la temporada futura. Estas tres cosas evocan el paso del tiempo (el pasado, el presente y el futuro) para el propio disfrute de los invitados. El culmen de la hospitalidad no se consigue necesariamente usando los ingredientes más sofisticados. Tanto si vas a preparar la comida como si vas a hacer un regalo, intenta incorporar la noción del paso del tiempo para darles una alegría a tus invitados. 79 BUSCA OCASIONES PARA REUNIRTE EN FAMILIA Ahí es donde puedes mostrarte tal como eres. Sé consciente de lo que de verdad importa. ¿Qué significa tener una familia? Las personas se casan, educan a sus hijos, viven juntas… Pero eso es solo lo que se ve desde fuera. En la familia es donde nuestra mente encuentra el sosiego, el lugar donde recibimos apoyo emocional. Cuando estamos en familia no tenemos que intentar esforzarnos por guardar las apariencias; podemos mostrarnos tal como somos. Podríamos decir que el estilo de vida zen se esfuerza por lograr algo parecido. Y aunque pueda parecer sencillo, en realidad es bastante difícil. Todos queremos ocultar nuestras debilidades y mostrarnos mejores de lo que somos. Pero vivir de esta manera termina pasando factura. Por eso es precisamente por lo que necesitamos a la familia, porque es donde podemos permitir que nuestro auténtico yo se manifieste. Aunque no vivas cerca de tu familia, la próxima vez que vayas de visita, dedícales tiempo y siéntate a charlar con ellos. Es el lugar donde puedes mostrarte tal como eres. El tiempo que allí pases puede sanar una mente exhausta y dar fuerzas a tu corazón. 80 VALORA A TODAS LAS PERSONAS QUE TE PRECEDIERON Haz que el milagro del «aquí y ahora» se convierta en realidad. Si tuvieras que eliminar a uno solo de tus antepasados, ahora tú no existirías. Los japoneses solían criarse en familias extensas. Las formaban el abuelo y la abuela, luego venían los padres y, finalmente, los hijos. Tres o cuatro generaciones vivían juntas bajo el mismo techo; y eso facilitaba la existencia del legado familiar. Un abuelo de ochenta y cinco años podía contarle a su nieto de cinco las historias de su propio abuelo. El nieto, además de oír historias de hacía doscientos años, se enteraba de cómo eran sus antepasados. Así es como la historia cobra vida en realidad. Gracias a que tus antepasados existieron hoy estás aquí. Si te remontas a diez generaciones anteriores, verás que tienes más de un millar de antepasados. ¡Imagínate con cuántos te encontrarías si te remontas a veinte generaciones, o incluso a treinta…! Puede que te encontraras con más de un millón de personas. Si eliminaras tan solo a uno de ellos, tú no habrías nacido. Visto así, uno no puede evitar sentir cierta gratitud hacia sus antepasados. Porque es como un milagro que ahora estemos aquí. Cuando somos conscientes de este milagro, llegamos a comprender el hermoso valor que tiene la vida. PARTE CUATRO 20 MANERAS DE SACAR EL MÁXIMO PARTIDO A UN DÍA CUALQUIERA Intenta prestar atención al momento presente. 81 ESTATE PRESENTE, AQUÍ Y AHORA Ese yo de hace un instante forma parte ya de tu pasado. Céntrate en el aquí y ahora en lugar de centrarte en el pasado. Como seres humanos, solo vivimos en el momento, en el aquí y ahora. Por eso debemos entrenar la mente y estar presentes en este preciso instante. Esta es la manera zen de ver las cosas. A los budistas zen les agrada decir: «Habita en los tres mundos». Estos tres mundos son el pasado, el presente y el futuro. En el budismo zen se nombra a Amida, a Shaka (Shakyamuni) y a Miroku; y cada uno de ellos representa a Buda en uno de estos tres mundos. Si te preguntas cómo funciona esta manera de pensar, empieza por la respiración. Primero inhalamos, y luego exhalamos. El momento en que inhalamos es el presente, pero cuando exhalamos, ese inhalar ya forma parte del pasado. Por decirlo de otra manera, mientras estabas leyendo este libro y, en concreto, mientras leías las páginas anteriores, era tu yo del pasado quien estaba leyendo. Y cuando leas las páginas siguientes, será tú yo del futuro quien estará leyendo. Cuando las cosas te salgan mal y te sientas abatido, levanta las manos y da unas palmadas; sentirás un alivio inmediato, porque habrás salido de ese estado mental. Así como en las películas pasan de una escena a la siguiente, tu yo será completamente distinto. Lo que importa es el día de hoy, esta hora en concreto, este momento en particular. 82 AGRADECE CADA DÍA QUE PASA, INCLUSO LOS MÁS CORRIENTES La felicidad se encuentra en lo común y corriente. La mayor felicidad se encuentra en el orden natural de las cosas. El monje zen Ikkyu, famoso por su ingenio, un día se vio en la necesidad de tener que escribir una felicitación a un mercader que se lo había pedido con ocasión del nacimiento de su nieto. Ikkyu se quedó pensando durante unos instantes, y luego escribió las siguientes palabras: «El padre y la madre mueren, el hijo y la hija mueren, y el nieto y la nieta mueren». El mercader leyó la felicitación con expresión de asombro, y entonces, lamentándose, le dijo: «¿Por qué ha escrito usted algo tan pesimista?» Esto es lo que Ikkyu respondió: «Primero mueren el padre y la madre, luego el hijo y la hija, y al final el nieto y la nieta envejecen y mueren. Este es el orden natural. Si su familia es capaz de vivir la muerte siguiendo este orden natural, su felicidad será inmensa». Nadie fue capaz de llevarle la contraria. Superar el día de hoy: un día normal y corriente, sin novedades. Inhalar y exhalar, hacer nuestro trabajo, dormir bien. Por muy normal y corriente que sea, por muy anodino que parezca, en realidad eso es lo que lo hace asombroso. La simple felicidad de que transcurran los días, uno tras otro… Esta felicidad se despliega ante nuestros propios ojos. 83 RECONOCE QUE ESTÁS PROTEGIDO Todos estamos en la palma de la mano de Buda. ¡Haz de tripas corazón y sigue adelante! En el pensamiento budista decimos que Buda nos tiene en la palma de su mano. Por mucho que luchemos y nos esforcemos, siempre terminamos dando vueltas en la palma de su mano. Leyendo estas palabras, igual pensarás: «¿Y por qué no abandonamos?» Pues porque hay que hacer todo lo contrario. Habrá cosas que no saldrán como tú quieres, y puede que te sientas desgraciado, pero en último término piensa que estás protegido, como ya te he dicho, y que Buda te tiene en la palma de su mano. ¡Por eso es por lo que tienes que hacer de tripas corazón y seguir adelante! Todos estamos solos en la vida. Y, sin embargo, a pesar de nuestra soledad, Buda ve todo lo que hacemos. Esta idea debería de ser como un bálsamo para ti; debería alentar tu espíritu. Buda lo ve todo: ve lo bueno, y también ve lo malo. Creer en eso nos impulsa hacia adelante. La existencia de un protector incondicional es un consuelo constante. Y aunque no podamos ver a este ser con nuestros propios ojos, creer resueltamente en él nos infunde una tremenda energía. Estoy convencido de que nos tiene en la palma de su mano. No hay seguridad en las promesas que nos hacemos a nosotros mismos; por eso le hacemos promesas a Buda. Y haciendo tal cosa, nuestra creencia aumenta de manera exponencial. 84 SÉ POSITIVO Tu mente tiene el poder de decidir si eres o no eres feliz. Estás aquí para vivir estos preciosos días, uno tras otro. En la historia de Japón, el período Kamakura (1185-1333) y la primera parte del período Muromachi (1333-1392) se caracterizaron por sufrir guerras constantes. Esta era medieval fue testigo de que el espíritu y la práctica del zen ganaba muchos adeptos entre la clase samurái. Los samuráis tenían que enfrentarse continuamente a la muerte. Nunca sabían cuándo estallaría una guerra; y lo más probable era que de un día para otro cayeran en acto de servicio. El espíritu zen parece encajar perfectamente con estas circunstancias. La incertidumbre del mañana convierte el momento presente en algo muy importante. Tenemos que esforzarnos al máximo para disfrutar del presente. En el budismo decimos: «Todos los días son buenos», y con ello queremos decir que tanto si lo que sucede es bueno como si es malo, cada día es precioso en sí mismo porque nunca volverá. Lo bueno que tiene cada día no lo determinan las cosas que pasan o las personas que conocemos, sino nuestra propia mente. Todo lo que sucede puede interpretarse de múltiples maneras; lo que importa es cómo reacciones tú. Quizá no tengas control alguno sobre lo que sucede ni tengas la capacidad de cambiar las cosas, pero tu reacción será lo único que estará completamente bajo tu control. Hagamos que hoy, y cada precioso día que pasa, sean un buen día. 85 NO SEAS CODICIOSO Querer siempre más nos lleva al sufrimiento. «¿De verdad lo necesito?» En el budismo decimos Chisoku , que significa: “Siéntete satisfecho”. Saber cuándo ya tenemos suficiente es encontrar satisfacción en lo que ya tenemos. El deseo humano es infinito. Cuando conseguimos algo, lo deseamos multiplicado por diez. Y aun cuando sabemos que no lo necesitamos, somos incapaces de acotar este deseo. Si nos dejamos arrastrar por esta clase de sentimientos, nunca encontraremos la manera de estar satisfechos. Hay ocasiones en que lo que queremos lo necesitamos de verdad. Y no hay nada malo en ello. Pero cuando ya lo hayamos conseguido, ni que sea mínimamente, tenemos que aprender a decir: «Vale, con esto ya me basta». Y luego hay que controlar el deseo que sentimos por otras cosas. A través de la práctica del chisoku lograremos la tranquilidad de espíritu y el sosiego mental. Si sencillamente reconocemos que ya estamos realizados, sufriremos muchísimo menos. Si te ves arrastrado por sentimientos de insatisfacción, da un paso atrás y analiza lo que anhelas y lo que deseas. Y luego pregúntate a ti mismo: «¿De verdad lo necesito?» 86 NO DIFERENCIES ENTRE LAS COSAS BUENAS Y LAS COSAS MALAS Tus preocupaciones desaparecerán. Tu respiración no está sujeta a juicio alguno: tan solo es. Dominar algo no tiene ningún secreto. Solo hay que repetir lo mismo un día tras otro. Haz que tu rutina sea sobria, regular y continuada. En algún momento de la rutina, de repente lo comprenderás y te dirás: «¡Ah, esta es la respuesta que andaba buscando!» Un renombrado sacerdote zen pondrá en práctica la austeridad para conseguir alcanzar la iluminación. Una atleta olímpica perseverará entrenando, sea en el campo de la natación o en el del atletismo. Y en un momento dado finalizan su búsqueda, o dominan ya su arte. Esto funciona así. Si solo nos fijamos en el punto final, se nos olvidan los placeres del viaje. Cuando te ves atrapado por la sensación de que tienes que conseguir un buen resultado, eres incapaz de dedicarte al momento presente. De la misma manera, no pongas en tela de juicio lo que ahora estás haciendo. Tomemos el ejemplo de la respiración: no puedes decir que la respiración es buena o mala. Solo respirando una y otra vez conseguirás que la respiración pase a formar parte de tu rutina habitual. Si te esfuerzas intentando diferenciar entre las cosas buenas y las cosas malas terminarás preocupado y con estrés. 87 ACEPTA LA REALIDAD TAL COMO ES El arte de estar preparado. No se trata de abandonar, sino de prepararte. El zenji , o monje superior, Koshu Itabashi es el abad retirado de Sojiji, un templo de Yokohama; una persona, por otro lado, que merece todo mi respeto. Al zenji Itabashi le diagnosticaron un cáncer; y parece ser que en estado muy avanzado. No obstante, no deja que pase ni un solo día que no lo dedique a practicar la meditación zazen y a pedir donativos, como si nada hubiera cambiado. «Ahora vivo feliz con mi cáncer», dice. ¡Quién va a esperarse una reacción así! No podemos cambiar el hecho de que el cáncer está ahí, de que existe. Aunque luchemos y despotriquemos contra esa enfermedad, el cáncer seguirá ahí mismo. Esa es la realidad. ¿Cómo podemos enfrentarnos a algo así? Aunque no podemos cambiar lo que la vida nos trae, está en nuestro poder decidir cómo vamos a gestionar lo que nos suceda. En el fondo se trata de estar preparado. Es decir, de aceptar la realidad tal como es. De ver las cosas tal como son; es decir, de aceptar las cosas como son. Y, aunque parezca que es como si abandonáramos, de hecho es justo todo lo contrario. 88 NO EXISTE UNA SOLA RESPUESTA El significado de los koan zen. ¿Por qué practicamos formulando preguntas y dando respuestas en el zen? Estas ideas son básicas en la iluminación de Buda: Nuestro yo esencial es puro y limpio, perfecto en su claridad. La búsqueda de ese yo esencial es la búsqueda de la iluminación, o satori. Como seres humanos, en nuestro interior tenemos todo lo que necesitamos desde el principio. La iluminación no consiste en buscar las respuestas fuera, sino más bien en buscar en nuestro interior. Cuando nos encontramos con nuestro puro y auténtico yo, encontramos la iluminación, el satori. La escuela rinzai de budismo zen tiene establecidos unos ejercicios rigurosos de mondo (preguntas y respuestas zen o, lo que es lo mismo, estudiar los koan zen) para llegar a la iluminación. Los koan usan el lenguaje para provocar y poner a prueba la mente. Te pondré un ejemplo muy conocido: «¿Un perro tiene naturaleza búdica?» Aunque parezca que sí es la respuesta equivocada, responder que no también puede considerarse una mala respuesta. Los ejercicios se suceden uno tras otro, porque se plantean otras preguntas sin respuesta. Repitiendo este ejercicio llegamos al conocimiento interior. 89 TAMPOCO EXISTE UNA ÚNICA MANERA ¿Piensas con la cabeza? ¿O más bien piensas con el cuerpo? Posiblemente lleguemos a la misma respuesta. A pesar de que la escuela rinzai de budismo zen practica el estudio de los koan para llegar a la iluminación, la escuela zen soto se centra en el zazen y en poca cosa más. Shikantaza es la traducción japonesa de un coloquialismo chino que significa zazen , y que en español quiere decir “sentado y enfocado”. Cuando practicas el shikantaza olvidas incluso que estás sentado, y tu mente entra en el estado de la nada. No buscas la iluminación, no estás potenciando tu fuerza de voluntad, y tampoco lo haces para tener salud… Estás pensando de manera activa en otra cosa. En el zen soto te sientas, sencillamente, sin esfuerzos. Sin embargo, la meditación sentada y enfocada zazen sí que tiene consecuencias: afina tu sabiduría y, al cabo de un tiempo, puede que te lleve a la iluminación. El propósito de sentarte, de todos modos, no es que alcances la iluminación; lo que sucede es que la iluminación termina siendo el resultado de haberte sentado a meditar. En su aspecto fundamental, las dos escuelas zen, la rinzai y la soto, tienen el mismo objetivo: acercarnos a nuestro yo esencial. Lo que sencillamente diferencia a ambas es la metodología con que lo conseguimos. ¿Te dedicas a pensar con la cabeza? ¿O te dedicas a pensar con el cuerpo? ¿Qué estilo resulta más atractivo para ti? 90 NO SEAS PRETENCIOSO Lo que las personas carismáticas tienen en común. El auténtico carisma aflora sin mediar palabra. Hay personas tan carismáticas que las demás se sienten atraídas por ellas de una manera natural. Es casi como si tuvieran un aura alrededor. En un zazenkai una vez hablamos de la noción de «habitar en un aroma en lugar de en una forma». El ciruelo desafía el frío del crudo invierno, y sus flores desprenden una fragancia embriagadora. Su perfume no pugna contra el viento; sencillamente, se deja llevar por la corriente de la brisa. Sin embargo, el aroma de una persona virtuosa emana en todas direcciones. El carisma o el aura de una persona es algo parecido. Cuando las personas se hacen ricas y cambian de clase social tienden a sentirse orgullosas de sí mismas y presumen. Pero su auténtico carisma afloraría con más naturalidad si no dijeran ni una sola palabra. Como sucede con las flores del ciruelo, yo intento que emane de mí un aroma agradable sin presumir de ello. E intento también vivir con la dignidad de saber que «gracias a esta persona en concreto», o que «sin la ayuda de esa otra persona en particular», no estaría donde estoy ahora. 91 LIBÉRATE DEL DINERO Cuanto más dinero intentes acumular, más se te escurrirá entre los dedos. En qué debes centrarte para que tu preocupación por el dinero disminuya. A veces la gente me pregunta: «Los monjes budistas no tienen que preocuparse por el dinero, ¿verdad?» La pregunta no es sencilla, para empezar. Aunque yo mismo soy monje superior de un templo, el dinero sigue planteándome exigencias. Tengo familia, y hay necesidades básicas que tienen que cubrirse. Según las enseñanzas zen, pedir dinero no es malo en sí y por sí, pero no tendría que importarnos tanto. El fundador de la escuela soto del budismo zen, Dogen Zenji, nos advirtió que los que se comprometen a seguir un estilo budista asceta no deberían dejarse tentar por la fama o la fortuna. No tenemos que pretender que aumente nuestra reputación o que engrosen nuestros bolsillos. Lo curioso que tiene el dinero es que, cuanto más nos aferramos a él, más escurridizo se vuelve. En lugar de pensar en el dinero, deberíamos preocuparnos por nuestro propósito más elevado. ¿Cómo puedo contribuir a la sociedad? ¿Qué puedo hacer para ser útil en este mundo? Planteándonos estas preguntas y poniéndonos en marcha, verás que el dinero que necesitas terminará por encontrarte a ti. 92 CREE EN TI MISMO, SOBRE TODO CUANDO TE SIENTAS ANGUSTIADO Céntrate en la confianza que tienes en ti mismo y que se oculta tras tu ansiedad. La ansiedad tiene dos caras. Imagina que has estudiado mucho para el examen de acceso a la universidad y que finalmente llega el día del examen. O bien piensa que has dedicado tiempo y esfuerzo en preparar una presentación y que llega el momento de hacerla. Sabes que lo harás lo mejor posible, pero en el último minuto te asalta una oleada de ansiedad. Hay personas que creen que, cuanto más se esfuercen, más ansiedad sentirán. Cuando te pase eso, observa lo que se oculta tras esa ansiedad. Espero que ahí veas la confianza que tienes en ti mismo. Cuando seas capaz de reconocer la confianza que tienes en ti y que se oculta tras tu ansiedad, serás capaz de superar todas las angustias que se apoderaron de ti. Por esto es tan importante desarrollar el hábito de creer en ti mismo. A menudo se dice que, si quieres desarrollar la confianza que hay en ti, el primer desafío que se te presenta, y el más difícil, es expandir los límites de tu propia mente. Pero si lo haces tendrás la sensación de haberlo conseguido, y poco a poco tus éxitos potenciarán la confianza que tienes depositada en ti. Todo saldrá bien. Por algo has llegado hasta aquí, ¿no? 93 OBSERVA LOS CAMBIOS DE LAS ESTACIONES Te inspirarán para seguir adelante. La única verdad que importa en el mundo. Por mucho que cambie el mundo, hay cosas que siempre siguen igual. Llegará la primavera y los capullos se abrirán en flor; y con la llegada del otoño caerán las hojas. En otras palabras, las cosas seguirán su curso natural. Eso es exactamente lo que significa el carácter que representa Buda en el budismo ( ): significa bendición, o «naturaleza búdica» de las cosas. Lo que decimos que es la primavera en realidad no tiene forma física. La primavera no existe en el plano material. Sin embargo, cuando el invierno toca a su fin el viento del norte se aleja y llega una brisa del sur que nos trae temperaturas más cálidas, las plantas empiezan a florecer. Y al verlo, pensamos: «Mira, la primavera ya ha llegado». También habrá personas que no se fijen en que están saliendo brotes, ni en que hay flores, y personas que, aunque los vean, no sientan nada. Para todas ellas, la primavera no existe. Un poeta chino llamado Su Shi, de la dinastía Song del norte, quedó impactado por la belleza del paisaje en primavera y dijo: «Los sauces llorones en todo su verdor y las flores de carmesí revelan su auténtica naturaleza». En la forma natural de las cosas es donde encontramos la verdad. Abre la mente y fíjate en la verdad del día a día, en la naturaleza búdica de las cosas. Ser conscientes de eso nos dará el valor que necesitamos para seguir viviendo. 94 INTENTA CUIDAR DE ALGO Cultiva el afecto que sientes por alguien o por alguna cosa. Comprende lo que es importante en la vida. En la actualidad se está observando un retorno a la naturaleza. La gente compra tierras en el campo y durante los días de descanso se dedica a trabajar la tierra; o bien planta un pequeño jardín en el patio donde cultiva verduras y flores. A mí todo esto me parece maravilloso. Cultivas la tierra y plantas semillas. Te preocupas cuando hay sequía y te inquietas si llueve demasiado. No se trata tan solo del simple acto de cultivar las plantas, sino también de saborear el tiempo y el esfuerzo que todo esto conlleva. Cuando lo que estás cultivando empieza a dar su fruto te sientes feliz, sin reservas. Y también aliviado. Todo el cariño que dedicas al objeto de tus atenciones te aportará energía en la misma medida. Incluso puedes plantearte que eso que estás cultivando representa el punto donde te paras. Y cuando eso sucede, ni una sola gota del cariño que ofreces es en balde. Cuando compras un tomate en el supermercado, lo que has comprado solo es un tomate. Pero un tomate que has cultivado con tus propias manos es algo más que un simple «ingrediente». A través del acto de cuidar de algo en concreto cultivamos la mentalidad de preocuparnos por las cosas, la mentalidad de sentir afecto por los demás. 95 ESCUCHA LA VOZ DE TU AUTÉNTICO YO Aprende a valorar la reflexión interna. El paisajismo seco simboliza una vida de reclusión. Uno de los edificios que hay en los templos zen son los aposentos del abad, y se llama hojo . Históricamente siempre ha habido un jardín zen junto al hojo . ¿Por qué piensas que el sacerdote superior tiene su propio jardincillo ideal, y justo en la entrada de donde vive? La mayoría de los jardines zen son paisajes secos, que se llaman karesansui . Hace mucho tiempo, el estilo de vida ideal de un monje zen era recluirse en lo más profundo de las montañas y dedicarse a su formación espiritual. Quizá incluso se divirtieran viviendo como ermitaños, como fue el caso del famoso monje Ryokan del período Edo. Lo cierto, en realidad, es que es muy difícil vivir de esta manera. Hoy en día son pocos los monjes que se recluyen en lo más profundo de las montañas, pero sí tienen algún paisaje seco que simboliza este ideal. Quizá eso te haga valorar más los jardines zen. La próxima vez que visites alguno, date tiempo y siéntate a imaginar que estás paseando por la frondosidad de las montañas. Si te dejas transportar, cuando ya te hayas liberado de tus obligaciones cotidianas, tu mente se vuelve transparente y tu auténtico yo puede revelarse de una manera inesperada. 96 CELEBRA ESTAR VIVO, Y CELÉBRALO CADA DÍA Te aseguro que la vida pasa volando, en menos que canta un gallo. El tiempo que pasas viviendo en contradicción contigo mismo es un tiempo vacío. En los templos zen hay un letrero de madera llamado han que golpeamos con un mazo cuando queremos señalar que ha llegado el momento de realizar alguna de nuestras tareas rutinarias. Es posible que tenga pintadas las palabras Shoji jidai en tinta. ¿Has visto alguno? Shoji jidai significa: “La vida está llena de suerte y de desgracias, pero celebra estar vivo, cada uno de tus días. La vida pasará de largo”. Mi padre pertenecía a esa generación de jóvenes que vivió durante la guerra. Una vez se vio involucrado en el fuego cruzado de un cruento ataque enemigo. Mi padre se echó cuerpo a tierra, intentando desesperadamente escapar del tiroteo. Cuando al final cesó el fuego y se atrevió a levantar la cabeza, los soldados que le acompañaban y se encontraban junto a él estaban muertos. Siempre que mi padre nos contaba esta historia terminaba diciendo: «Doy gracias por estar vivo y encontrarme aquí en el día de hoy. Los seres humanos recibimos la vida de un poder invisible y magnífico». Se nos da la vida… Nos dan la vida. Y por esa razón no debemos malgastarla. Tenemos que ver nuestro auténtico yo con la mente abierta, y cuando pensemos en las cosas (cuando queramos hacer alguna cosa), hay que hacerlas como si nuestra vida dependiera de ello. El tiempo que pasas viviendo en contradicción contigo mismo es un tiempo vacío. Venga, abre los ojos. ¿Qué día vamos a construir hoy? 97 PRIORÍZALO TODO AL AQUÍ Y AHORA La vida es un ejercicio largo aunque breve. Mi padre, que vivió cada día al máximo. Mi padre vivió hasta la avanzada edad de ochenta y siete años. Varios años antes de su muerte le diagnosticaron un cáncer, pero vivió tanto tiempo que fue casi como si hubiera muerto de «cáncer natural». El día antes de fallecer mi padre se pasó tres horas arrancando las malas hierbas del jardín del templo. El día que nos dejó se levantó tan temprano como siempre, ordenó el dormitorio y barrió el suelo. Después de almorzar se sintió un poco mareado, y como se desplomó sobre la mesa se fue al hospital a que le hicieran una revisión. Le tomaron la tensión arterial y vieron que la tenía mucho más baja de lo normal. Poco después de que le administraran el goteo intravenoso para hacerle subir la tensión, falleció en silencio. Para mí fue una manera muy hermosa de morir. No sé si algún día lograré estar a la altura de mi padre. Mi padre estaba resuelto a vivir el momento, sencillamente. Hasta el mismo día de su muerte se ocupó de cuidar de su jardín; y, aprovechando al máximo sus capacidades, intentó cumplir con las responsabilidades que tenía a su cargo. Quizá mi padre tuvo una premonición e intuyó su muerte. Si fue así, él es el único que llegó a saberlo. Mi padre me enseñó, mediante su ejemplo, que la práctica continúa hasta el momento mismo de tu muerte. 98 HAZ TODOS LOS PREPARATIVOS El destino nos llega a todos. Hay quien aprovecha las oportunidades, y hay quien las deja pasar. Te contaré una parábola zen: Una vez había dos ciruelos. Uno se estuvo preparando durante el frío invierno para que cuando la brisa primaveral llegara estuviera listo para florecer. El otro se puso a pensar que tenía que florecer tan solo cuando llegara la brisa primaveral. El árbol seguía tiritando de frío cuando notó que de repente un viento más cálido empezaba a soplar. El ciruelo que ya estaba preparado aprovechó la oportunidad de intentar lograr que sus flores se abrieran, mientras que el otro consideró que había llegado el momento de empezar a hacer los preparativos para florecer. Al día siguiente, la brisa primaveral desapareció, y regresó el crudo invierno. Ese año, las flores del ciruelo que había descuidado todos los preparativos necesarios fueron incapaces de abrirse en toda su plenitud. A las personas les sucede lo mismo. Los vientos del destino soplan para todos nosotros. Ser capaz de aprovechar al máximo las oportunidades que se nos brindan depende del tiempo y de la preparación que les dediquemos. 99 CONSIDERA CÓMO QUERRÍAS MORIR Cada vez que te sientas confundido y no sepas vivir tu vida. La felicidad está al alcance de tu mano. La palabra shoji se utiliza en japonés para expresar el concepto budista de samsara , el ciclo de la muerte y el renacimiento. Nacemos y venimos a este mundo, y luego morimos. Son las dos caras de la misma moneda. En otras palabras, así como es importante para nosotros saber vivir, también deberíamos tener en consideración cómo hay que morir. Si te dijeran que al cabo de seis meses ya no vas a estar vivo, probablemente pensarías mucho en cómo querrías pasar el tiempo que te queda. Pero ¿y si solo te quedara un mes, o una semana? ¿Y si tu vida fuera a terminar mañana? Seguro que en ese mismo momento sabrías lo que hay que hacer. Sentirías que no hay que desperdiciar el día de hoy. La vida transcurre como un soplo de aire. Es así, de verdad. ¿No te ha sucedido alguna vez que te has pasado el día entero viendo la tele y, apenas sin darte cuenta, descubres que ya es de noche? «Vaya… —habrás pensado para tus adentros—, no quería perder tanto el tiempo.» Cuando quieras lograr alguna cosa o quieras plantearte hacer alguna cosa, el tiempo que pases sin estar centrado en eso en concreto te parecerá perdido. Tenemos que hacer todo lo que podamos para no desaprovechar «esa vida que pasa como un soplo», esa vida que nos ha sido dada. 100 SÁCALE EL MÁXIMO PARTIDO A LA VIDA La vida es un bien precioso para nuestra conservación. Tu vida es tuya, pero no es una posesión tuya. Parece que nos lo hayamos sacado de la manga, pero ¿de quién es esta vida? A los que responden casi sin pensar «Mi vida es definitivamente mía», les diría que lo piensen durante unos instantes. En el budismo, la palabra jomyo significa el período de la vida que tenemos predestinada. Todos tenemos nuestro propio jomyo . Desde el momento en que nacemos, la duración de nuestra vida es determinada. Aunque nadie sabe lo que durará. En otras palabras, estar vivo significa que hemos de aprovechar al máximo la vida que se nos ha confiado. La vida no es una pertenencia que sea nuestra… Es un regalo maravilloso que debemos tratar como si lo hubieran dejado a nuestro cargo. Y, dure lo que dure nuestra vida, hemos de esforzarnos al máximo para devolver lo que se nos ha dado. Algunos seremos agraciados y tendremos una larga vida; otros quizá solo dispongan de un breve período de tiempo. Y eso es muy injusto. Sin embargo, el budismo enseña que el valor de la vida no se mide por lo que dure. Lo que importa es cómo usemos esta vida que se nos ha dado. ¿Cómo vas a usar tu vida hoy?