TRATAMIENTO DEL INSOMNIO Y DE LA HIPERSOMNIA F. Montañés Radaa y M.T. de Lucas Taracenab a Departamento de Psicobiología de la Universidad Complutense de Madrid. Fundación Hospital Alcorcón. Departamento de Psicobiología de la Universidad Complutense. FEA del Centro Salud Mental Usera. Área XI. Madrid. b Fases y arquitectura del sueño Los tres períodos de funcionamiento del cerebro son: vigilia, sueño REM (rapid eye movement) y sueño no-REM. Cada período tiene un sustrato neurofisiológico y neuroanatómico diferente con respuestas distintas a: estímulos sensoriales, regulación de temperatura, hipoxia, terapias, fármacos y con patologías específicas asociadas a cada fase (tabla 1). El sueño REM aparece de un modo cíclico a lo largo de la noche, alternándose con el sueño no-REM cada 80-100 min. Las fases 3 y 4 no-REM tienden a aparecer desde el primer tercio hasta la mitad de la noche y aumentan su duración en respuesta a la deprivación de sueño. Los períodos de sueño REM aumentan su duración conforme nos acercamos al amanecer. Neuroanatomía El sueño no-REM parece estar dirigido por el cerebro basal, la zona alrededor del tracto solitario del bulbo y el núcleo basal del rafe (sistema serotoninérgico). El sueño REM se desactiva en relación con la activación del núcleo dorsal del rafe, locus ceruleus (sistema noradrenérgico) y núcleo lateral peribranquial (sistema noradrenérgico). Lo activan las células colinérgicas de la región mesencefálica, bulbar y gigantocelular del puente. Estos dos sistemas antagónicos se activan y desactivan produciendo la alternancia REM-no-REM. El sistema reticular activador ascendente e hipotálamo posterior están relacionados con el despertar. El núcleo supraquiasmático funciona como regulador para la mayoría de ritmos circadianos. Medicine 2003; 8(102):5488-5496 5488 Ontogenia Los problemas relacionados con el sueño varían según la edad de los pacientes, esto se debe a que existe un proceso ontogenético de cambio en la estructura del sueño. La duración del sueño depende de la edad. Son unas 7-8 horas en el adulto, mayor duración en niños y menor duración y más fragmentado en ancianos. El recién nacido duerme 16-20 horas con breves períodos de vigilia intercalados, en este período se pasa directamente de la vigilia al sueño REM. Al final de los tres primeros años de vida tiene que haberse desarrollado el ritmo circadiano. En los prepúberes hay elevados porcentajes de sueño REM y de ondas lentas de elevada amplitud. Estas últimas disminuyen mucho en la adolescencia coincidiendo con un período de rápida senescencia neuronal y eliminación sináptica. En el adulto, el sueño REM es ya tan sólo un 25% del sueño total. La continuidad y la profundidad del sueño van deteriorándose a lo largo de la vida adulta. Este deterioro se refleja en un aumento de la vigilia y del estadio 1 sobre todo, y también del 2 del sueño; y en una disminución de las fases 3 y 4, que incluso desaparecen a partir de los 60 años. Regulación del sueño En vigilia, el electroencefalograma (EEG) con ojos cerrados es de ritmo alfa (8-12 Hz/s) de bajo voltaje (amplitud) en zona frontal y de ritmo beta en zonas posteriores (13-22 Hz/s). Al abrir los ojos aparecen ritmos alfa en todas las zonas. Conforme se avanza en el sueño se va perdiendo la actividad alfa. Existe un ciclo circadiano para el sueño REM. Así, si se está acostumbrado a dormir de noche y se duerme de día, este sue- ño tiene mucha fase REM, cosa que no le ocurre a quien suele dormir por la tarde. En la fase menstrual pueden cambiar los patrones de sueño. Sin señales externas, el reloj natural sigue un ciclo de 25 horas. Los sincronizadores externos, como luz, rutinas, etc. lo reajustan a 24 horas. El núcleo supraquiasmático hipotalámico marca los ritmos circadianos que regulan la secreción de melatonina (menos cuanto más luz) y la sincronización del cerebro con el ciclo sueño-vigila de 24 horas. Neurotransmisores implicados Se verá rápidamente tras esta relación porqué se recomienda suspender todo fármaco en el insomnio crónico. Por otro lado la elección de determinados fármacos en el tratamiento sobre todo de las disomnias se basa en parte en los neurotransmisores implicados. Serotonina Su carencia reduce el sueño durante un tiempo considerable. El aumento de ingesta del precursor L-triptófano reduce la latencia del sueño y los despertares nocturnos. La falta de triptófano se asocia a reducción de sueño REM. Noradrenalina Si se activa el locus ceruleus se reduce el sueño REM (neuronas REM-off) y se incrementa la vigilia. Acetilcolina Los agonistas muscarínicos (colinérgicos) inyectados en tronco (neuronas REM-on) hacen pasar de vigilia a fase REM. En deprimidos esta inyección de agonistas colinérgicos en fase no-REM 1 ó 2 hace pasar inmediatamente a fase REM (hipersensibilidad a acetilcolina). Los antidepresivos reducen la fase REM y la deprivación del sueño mejora la depresión. En el Alzheimer (pérdida de neuronas colinérgicas) hay reducción de sueño REM y de ondas lentas. Dopamina Los bloqueadores dopaminérgicos incrementan el tiempo de sueño. 28 TRATAMIENTO DEL INSOMNIO Y DE LA HIPERSOMNIA TABLA 1 Fases del sueño Fase 1 Fase 2 Fase (3 y 4) delta o de ondas lentas Fase REM 5% 50% 25% (12% 3 y 12% 4) 25% EEG Ondas theta baja amplitud, frecuencia: (3-7 Hz) Spinddles (salvas rápidas) o husos del sueño a 12-14 ciclos/seg Complejos K (onda poli[tri]fásica lenta) Ondas delta de gran amplitud, frecuencia < 2 ciclos/seg (0,2-2,5 ciclos/seg) Ondas beta (13 a 22 Hz, como en vigilia). Ondas en dientes de sierra EMG Tónico Porcentaje del sueño Atónico EOG Lento Despertar Fácil Difícil sobre todo fase delta Rápido Fenómenos asociados Transición sueño a vigilia Bruxismo Sonambulismo, terrores nocturnos, enuresis Fenómenos vegetativos, tr por sueño angustioso (pesadillas) Mioclonos REM: rapid eye movement; EEG: electroencefalograma; EMG: electromiograma; EOG: electrooculograma. Efectos de la deprivación del sueño Una persona a la que no se la deje dormir nada en absoluto varios días de forma continuada empieza a sufrir de desorganización del Yo, alucinaciones y delirios. Es evidente que aunque muchos pacientes refieren no dormir nada ningún día, esta sensación subjetiva se debe a que tienen una falta de profundidad o bien una fragmentación del sueño. Si la deprivación es de sueño REM se incrementa la irritabilidad y letargia hasta que pueden dormir continuadamente, entonces se produce un exceso de sueño REM (rebote). Necesidades del sueño Muchas quejas subjetivas de falta de sueño o de somnolencia han de valorarse en el contexto vital en que se están dando. Así, se incrementa la necesidad de sueño en general si hay más trabajo físico, ejercicio, enfermedad, embarazo, estrés general e incremento de la actividad mental. Se incrementa de forma específica la necesidad de sueño REM tras estímulos psicológicos intensos, aprendizaje, estrés y consumo de fármacos que reducen las catecolaminas cerebrales. Tratamiento de los trastornos del sueño Un tercio de la población adulta padece problemas de sueño, sin embargo sólo un pequeño porcentaje acude a consulta, lo 29 que pone de relieve en este área como en otras (por ejemplo la del dolor crónico) la importancia de la sensibilidad individual. Dado que las alteraciones del sueño son habitualmente signo de presencia de otra patología mental o física, el tratamiento adecuado sólo se puede realizar tras una investigación adecuada y exhaustiva de los factores etiológicos (que suelen ser multicausales) y que pueden haber actuado en forma de precipitantes o seguir actuando como mantenedores. Mientras transcurre esta investigación se hace necesario generalmente aliviar el padecimiento del paciente con una serie de medidas generales que comprenden hábitos higiénicos del sueño y toma juiciosa de hipnóticos u otros fármacos como tratamiento sintomático. En la historia clínica sobre el insomnio se recogen datos sobre la fase del sueño en la que aparece el insomnio, la duración media del sueño cada noche, su profundidad y la duración en días o meses del insomnio. Podremos así clasificar el insomnio como de conciliación o primera fase, mantenimiento o segunda fase y de despertar precoz o tercera fase. Respecto a la duración, llamaremos de corta duración al de menos de 3 semanas y crónico al de más de 3 semanas. Podemos diferenciar de forma opcional del de corta duración el que dura menos de una semana y llamarlo transitorio. Tratamientos farmacológicos Benzodiacepinas Las benzodiacepinas son el tratamiento de elección para tratar el insomnio de forma sintomática. Existen excepciones a esta regla general. Así, hay que evitar su administración a pacientes con antecedentes de dependencia a drogas o benzodiacepinas o en riesgo de serlo. Se debe valorar con cuidado la indicación en pacientes con antecedentes de reacciones paradójicas a benzodiacepinas o que usan fármacos con fines autolíticos. Algunos trastornos de personalidad esencialmente de cluster B tienen tanto riesgo de dependencia de sustancias como de reacciones anómalas o uso de fármacos con finalidad autolítica. Los trastornos somatomorfos son reacios a suspender medicaciones ya que buscan alivios sintomáticos a sus quejas. No se deben dar a pacientes con apnea del sueño. Se debe evitar su uso en embarazadas en el primer trimestre del embarazo o en el período de lactancia. La duración del sueño nos orienta a su etiología y la forma de hacer el tratamiento sintomático. En general el insomnio de pocos días de duración es el resultado de la presencia de dolor, ansiedad, estrés o uso de medicación. El insomnio de larga duración suele ser causado por un trastorno psiquiátrico o médico más grave. En el caso de insomnio de corta duración las benzodiacepinas se pueden dar sin problemas. En el caso de insomnio de más de dos semanas de duración, la ratio riesgo/beneficio ya no es tan clara. Los efectos beneficiosos de las benzodiacepinas tienen relación con la disminución del sueño fragmentado. Además hay otros efectos en parámetros electroneurofisiológicos de los que se desconoce la relevancia clínica: disminuyen sueño REM, 5489 ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO (XII) 5490 TABLA 2 Características farmacocinéticas de las principales benzodiacepinas Preparados Alprazolam Dosis equivalente 0,25-0,50 Clordiacepóxido 10 Inicio tras dosis oral Vida media eliminación Vida media distribución Duración de acción I 6-20 (12) I C I 30-100 (100) L L Clonazepam 0,25 I-R 18-50 (34) I I Cloracepato 7,5 R 30-100 (100) R L Diacepam 5 R 30-100 (100) R L Fluracepam 5-30 R-I 50-160 (100) R L I-L 30-100 (100) R L 10-20 (15) I C Halacepam 20 Loracepam 1 I 1,5 I Midazolam Oxacepam 15 2-3 (2,5) R U-C I-L 8-12 (12) I C 50-160 (100) I L 8-20 (11) R C R U-C Quacepam 5-15 R-I Temacepam 5-30 I Triazolam 0,1-0,25 I-r 1-5 R: rápido (de 30 minutos a 1 hora en hacer pico plasmático); I: intermedio (de 1 a 3 horas); L: lento (más de 3 horas). La vida media de eliminación es para todos los metabolitos activos, alargándose en el anciano. La acción ultracorta (U-C) implica vida media de hasta 5 horas, corta (C) de entre 10 y 24 horas, intermedia (I) de entre 24-30 horas, larga (L) de más de 30 horas. Alta potencia implica dosis equivalente inferior a 1, potencia baja superior a 10. A menor dosis equivalente, mayor potencia. La vida media efectiva depende de la velocidad de metabolización y de los metabolitos activos que se generan. Loracepam, oxacepam y temacepam son metabolizados por glucuroconjugación, proceso metabólico que se afecta menos por la edad y las enfermedades hepáticas, por lo que su uso está más indicado en estas situaciones. El resto de benzodiacepinas usan los mecanismos oxidativos hepáticos. En estos fármacos hay que tener en cuenta que la insuficiencia hepática puede aumentar los tiempos de eliminación hasta 5 veces. Oxacepam es un metabolito activo producto final de la oxidación de diacepam, cloracepato, halacepam, pracepam y clor- Concentración en plasma prolongan la latencia REM, aumentan la fase 2 y disminuyen la fase 1, 3 y 4 del sueño no-REM. El uso apropiado de benzodiacepinas requiere un conocimiento exhaustivo de sus parámetros farmacocinéticos (tabla 2 y fig. 1) y las implicaciones farmacodinámicas (tabla 3) de cara a la elección más apropiada según el problema del paciente. Aunque existen benzodiacepinas distribuidas comercialmente para su uso como hipnóticos, no existen diferencias en mecanismo de acción con respecto al resto de benzodiacepinas. El insomnio de rebote aparece con compuestos de corta vida media, sobre todo si son potentes y a altas dosis, incluso si el compuesto no es eficaz para el insomnio. Esto genera habitualmente en el paciente la interpretación de estos síntomas de abstinencia como la reaparición del insomnio crónico generando riesgo de dependencia a benzodiacepinas (tabla 3). En el insomnio que se trata con dosis única separada una de otra por varios días, es importante la farmacocinética de dosis única y por tanto la velocidad de absorción y la vida media de distribución. Por el contrario, en el tratamiento continuado del insomnio con benzodiacepinas es importante la farmacocinética de dosis repetida y por tanto la vida media de eliminación, ya que el volumen de distribución se encuentra ya saturado. Así, la acción de diacepam en unidosis dura menos que la de loracepam y se produce lo contrario en dosificación repetida (tabla 4). Algunos pacientes con problemas de ansiedad durante el día pueden beneficiarse de benzodiacepinas. El hecho de que un hipnótico o benzodiacepina que en teoría no está bien indicado sea el que mejor solucione el problema del paciente nos debe hacer reflexionar sobre el diagnóstico primero, y si aun así las cosas nos siguen sin cuadrar debemos ser prácticos y mantener el fármaco que ha solucionado su problema hasta ahora. Del mismo modo, si a pesar de seguir las reglas aquí descritas un paciente no resuelve sus problemas, a parte de seguir revalorando el diagnóstico, podemos ser prácticos y probar con benzodiacepinas con características completamente diferentes a las ya probadas de la misma manera que cambiamos de familia de antidepresivo cuando no obtenemos respuesta adecuada al que hemos indicado en primera instancia. Absorción rápida Absorción lenta Tiempo tras dosis oral Fig. 1. Niveles en plasma de dos compuestos administrados oralmente con diferentes velocidades de absorción. Las mismas curvas representan también los diferentes picos conseguidos con la administración lenta frente a rápida de un mismo compuesto por vía intravenosa. diacepóxido que también está comercializado. Fluracepam y quacepam tienen como metabolito activo final n-dealkylfluracepam, que tiene larga vida media; la dosificación crónica de estas benzodiacepinas hace que este metabolito sea el responsable de los efectos farmacodinámicos. Alprazolam, triazolam y midazolam tienen metabolitos activos pero de escasa significación clínica salvo que exista insuficiencia hepática. Vías de administración. Uso sublingual. Loracepam, alprazolam y triazolam admiten la administración sublingual. Aunque se alcanzan picos plasmáticos antes, no parece haber diferencias significativas con la velocidad de la vía oral. Es sin embargo una alternativa cuando se quiere evitar una absorción lenta ya sea porque el paciente acaba de comer, porque el paciente es reacio a tragar o porque desde el punto de vista psicológico es útil en pacientes reticentes a tomar fármacos ya que les ofrece posibilidad de control sobre la toma, sacándose la pastilla. Vía intramuscular e intravenosa. Más que inducir un sueño normal lo que se busca en situaciones de urgencia es una sedación tan profunda que el paciente esté dormido. En estos casos se usan con fre30 TRATAMIENTO DEL INSOMNIO Y DE LA HIPERSOMNIA TABLA 3 Diferencias clínicas entre benzodiacepinas de acción corta y larga Vida larga Vida corta Ventajas Desventajas Ventajas Desventajas Menos tomas Riesgo de acumulación No acumulación Más tomas No ansiedad de rebote entre dosis Menos despertar precoz* Válidas para insomnio de todas las fases Sedación Más interacción con sedantes Más afectación neuropsiquiátrica Somnolencia diurna* Menos sedación Menos somnolencia* Insomnio de rebote sobre todo con alta potencia* No para insomnio de despertar precoz* Menos problemas en abstinencia Ansiedad de rebote. Sobre todo: por la mañana, con alta potencia, uso de varios días consecutivos, dosis altas La suspensión aumenta en días consecutivos, despertares y latencia de sueño Más reacciones paradójicas y tolerancia * Diferencias específicas en el uso como hipnótico. cuencia benzodiacepinas por vía intramuscular e intravenosa. El uso de una u otra vía viene condicionado por la unidad en la que se realice y la experiencia del profesional que prescribe, ya que existe un cierto riesgo de inducir parada respiratoria por benzodiacepinas usadas por vía intravenosa y por tanto es necesario un equipo y experiencia en reanimación respiratoria. Así, en un hospital psiquiátrico sin experiencia o sin medios de reanimación, el uso intramuscular es frecuente. Por el contrario, el uso intravenoso suele ser usado por médicos no psiquiatras de medios hospitalarios. 1. Uso intramuscular: las benzodiacepinas son fármacos que se absorben mal por vía intramuscular. Loracepam, midazolam y en menor medida diacepam son absorbidos mejor en músculos bien perfundidos como deltoides. El resto de benzodiacepinas se absorbe aún peor. Muchos problemas de excesiva sedación e incluso depresión respiratoria que se dan en la administración repetida intramuscular se deben a que la velocidad de absorción errática hace que coincidan los picos de absorción de dos dosis dadas separadas en el tiempo, acumulándose los efectos. 2. Uso intravenoso: diacepam, loracepam y midazolam se pueden usar por esta vía. Loracepam tiene el efecto más largo en dosis única por su lentitud en distribuirse. Midazolam tiene un efecto muy corto por su corta vida media de eliminación. Por esta vía siempre se ha de tardar uno o dos minutos en administrar el compuesto para evitar alcanzar picos plasmáticos demasiado rápido, disminuyendo así el riesgo de depresión respiratoria (fig. 1). Se recomienda el uso de benzodiacepinas de forma continuada como máximo unas 2-4 semanas. Aun así muchos estudios destacan que hasta 4-5 semanas no existe pérdida significativa de efecto terapéutico entre las diversas benzodiacepinas. Dentro de los efectos neuropsicológicos más importantes está la amnesia anterógrada que ocurre con todas las benzodiacepinas por igual si se dan dosis equivalentes. Estos compuestos se unen a un subgrupo de receptores GABAA. No alteran el sueño REM ni la fase 2 y disminuyen la fase 1 y aumentan la 3 y 4 del sueño no-REM. Se desconoce la significación clínica de estos cambios en las fases del sueño aunque es una ventaja potencial respecto a las benzodiacepinas. Estos compuestos en la práctica clínica se comportan como benzodiacepinas. Así, su sobredosis se trata con flumacenilo como las benzodiacepinas. Zolpidem tiene una vida media más larga que zoplicona usándose también para el insomnio de mantenimiento. Alcanza niveles pico en sangre en 1-2 horas y tiene una semivida de eliminación de 2,5 horas. Un efecto secundario llamativo y que hace abandonar la medicación a los pacientes es el sabor metálico en el caso de zoplicona. Por el contrario zolpidem da somnolencia y aturdimiento al día siguiente (como las benzodiacepinas de vida larga) y náuseas. Barbituratos, metacuolona, glutetimida y otros fármacos relacionados TABLA 4 Selección de benzodiacepinas para uso diario o dosis única Insomnio de conciliación Insomnio de mantenimiento Despertar precoz Uso más de dos días seguidos Midazolam Triazolam Brotizolam Temacepam Oxacepam Alprazolam Lormetazepam Nitracepam Flunitracepam Estazolam Loracepam Fluracepam Quacepam Cloracepato Clordiacepóxido Diacepam Uso en dosis única Diacepam Cloracepato Temacepam Triazolam Midazolam Estazolam Fluracepam Quacepam Loracepam Oxacepam Estazolam Alprazolam Clordiacepóxido 31 Ciclopirrolonas (zoplicona) e imidazopiridianas (zolpidem) No deberían usarse en el tratamiento del insomnio por su riesgo de crear rápida dependencia, tolerancia y sus riesgos en sobredosis. La única posible excepción es el hidrato de cloral, que tiene poco riesgo de abuso y dependencia. Antihistamínicos Para pacientes con antecedentes de reacciones adversas a benzodiacepinas o historia de abuso o dependencia a alcohol o 5491 ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO (XII) fármacos sedantes a veces se usan antihistamínicos (tabla 5). Tienen menos eficacia que las benzodiacepinas en reducir la latencia del sueño y se asocian a sedación diurna y efectos anticolinérgicos, por lo que no deben ser administrados con otros anticolinérgicos y deben ser controlados en ancianos. Difenhidramina en dosis de 50 mg (rango: 25-100) es uno de los más usados. Antidepresivos sedantes: amitriptilina, doxepina y trazodona Las dosis que se dan son para cualquiera de los tres de entre 25-50 mg por noche. Amitriptilina y doxepina son muy anticolinérgicas y tienen toxicidad cardíaca, lo cual condiciona subir la dosis. Trazodona sin embargo admite por el contrario dosis más altas. Neurolépticos Se usan como sedantes, sobre todo en situaciones de urgencia, más que como verdaderos hipnóticos. Se suelen usar cuando se quiere evitar el uso de benzodiacepinas o aumentar su dosis. Favorecen el inicio o mantenimiento del sueño en pacientes con historial de abuso a sedantes o pacientes con psicosis. Los más usados son los llamados de baja potencia tipo tioridacina, levopromacina y clorpromacina. Hay que tener en cuenta en su uso la posible aparición de efectos anticolinérgicos, histaminérgicos, depresión del ritmo cardíaco, bajadas importantes de presión arterial y con menos frecuencia alteraciones extrapiramidales. Medidas higiénicas del sueño Se deben instaurar previamente al uso de fármacos para minimizar el uso de éstos. Si tenemos en cuenta además el uso restringido en el tiempo que de las benzodiacepinas se debe hacer, estas medidas junto a los tratamientos psicológicos son TABLA 5 Vida media de varios antihistamínicos usados en el tratamiento del insomnio Vida media en horas Difenhidramina 3-9 Hidroxicina 7-20 Doxilamina 4-12 5492 esenciales. A pesar de ello el tiempo que se requiere para su enseñanza ha hecho que se apliquen poco, favoreciéndose habitualmente una administración inadecuada de fármacos. 1. Suspender la medicación concomitante innecesaria. 2. Suspender el uso de alcohol, da somnolencia pero fragmenta el sueño y disminuye el sueño total. 3. Suspender el uso de estimulantes como cafeína desde el mediodía, ya que incluso en las personas sin quejas subjetivas disminuye la profundidad del sueño. 4. El uso de tabaco actúa como estimulante. 5. Los pacientes no deben echarse siestas. 6. Levantarse a una hora fija todos los días para regularizar el ritmo sueño-vigilia. Prolongar la estancia en la cama puede dar lugar además a un sueño fragmentario y poco profundo. 7. Efectuar un ejercicio regular diario favorece el sueño, sobre todo el delta, al contrario que el ejercicio intenso esporádico. 8. El dormitorio debe ser un sitio tranquilo y oscuro; los ruidos, aunque no despierten, alteran el sueño. La sensibilidad al ruido aumenta con la edad y es mayor en mujeres. El ruido provoca más despertares en la fase 2 y REM y últimas horas de la noche. Son peores los ruidos intensos y ocasionales que los continuos. No hay adaptación al ruido por más tiempo que pase. Determinados sonidos estimulan de forma instintiva (gemidos del bebé) o a nivel individual. 9. La temperatura ha de ser media y confortable para el paciente. Más de 24 grados perturban el sueño, la temperatura baja da menos sueño REM y más pesadillas (en esta fase somos poiquilotermos). 10. No ir a la cama con hambre. La leche caliente tiene más posibilidades que otros alimentos de favorecer el sueño por su mayor cantidad de triptófano. La baja ingesta calórica produce sueño corto y fragmentado. Los que hacen dieta lo notan sobre todo en la segunda fase de la noche. Las cenas copiosas también producen peor calidad de sueño. 11. Hay que poner una hora fija para dormir y adoptar cotidianamente aquellas conductas que se asocien a un mejor inicio del sueño (leer antes, no leer antes, etc.). 12. Hay que clarificar los factores estresantes de la vida cotidiana. 13. Se debe tratar toda preocupación obsesiva con relación al sueño que contribuya a la presencia del insomnio. 14. No se debe esforzar mucho en dormirse, si no lo consigue hay que levantarse y hacer alguna actividad durante una hora. 15. Valorar las diferencias individuales en las conductas que promueven un condicionamiento positivo al sueño. 16. Dormir en pareja genera un peor sueño, con pérdida de sueño REM y delta. 17. Las camas duras producen más movimientos musculares, más despertares y sueño fase 2, sin cambios en la calidad del sueño comparado con dormir en camas blandas. Detrás de muchas de las medidas higiénicas comentadas está el fenómeno del condicionamiento negativo. En la mayoría de pacientes con insomnio crónico, sea cual sea la causa que originó el insomnio, suele aparecer un condicionamiento negativo, es decir cuando no se esfuerza en dormir consigue conciliar el sueño (por ejemplo, se duerme en el sofá). Sin embargo, si se esfuerza sólo logra mayor activación (al irse a dormir tras quedarse adormilados en el sofá se activan ya que el dormitorio se asocia a malas experiencias en el sueño). Se produce por ello una mejoría paradójica al modificar el entorno habitual en el que descansa, de ahí que estos pacientes el día que van a hacerse una prueba de sueño al hospital pueden dormir mejor que en su casa, dando registros normales en la exploración polisomnográfica del hospital. La solución al condicionamiento negativo requiere en ocasiones medidas que cambien bruscamente el entorno como cambiar la decoración o el lugar de sueño. Respecto al condicionamiento negativo existen dos tipos de pacientes: unos pueden mejorar con la aplicación de conductas asociadas a condicionamiento positivo de forma rutinaria y otros por el contrario han de romper con toda rutina. Para los primeros hay que identificar conductas asociadas a condicionamiento positivo. Estas conductas suelen identificarse a partir de las realizadas en el pasado y que se han ido perdiendo o aplicando de forma irregular. Por ejemplo, una actuación muy usada es la de leer algo no relacionado con el trabajo o las preocupaciones de la vida cotidiana antes de dormir. Una vez identificadas estas situaciones que promueven un condicionamiento positivo hay 32 TRATAMIENTO DEL INSOMNIO Y DE LA HIPERSOMNIA que aplicarlas de forma cotidiana y con un patrón casi ritualista. Para el segundo grupo, muy frecuente en insomnes, se han de suspender los rituales previos al dormir y seguir los consejos de la técnica del control de estímulos que se detallan en la parte de tratamientos psicoterapéuticos. Terapias psicológicas a aplicar en el insomnio Técnicas conductuales Técnicas de relajación. Son técnicas más eficaces que el placebo. No existen diferencias significativas entre las diversas técnicas (Espie, 1991). Relajación progresiva. Desarrollada por Jacobson en 1929 en su forma original. Desde entonces ha habido muchos desarrollos abreviados. Se trata de llamar la atención del paciente sobre las sensaciones que se producen al contraer y relajar los músculos. Se realiza en forma secuencial. Tras situarse el paciente en un ambiente tranquilo y cerrar los ojos, se le pide que contraiga y relaje primero las manos y brazos, luego nuca y hombros, luego ojos, cejas y frente, se sigue con el cuello y boca, tronco y pecho y se finaliza en piernas y caderas. Respecto a la simetría corporal, todo lo comentado se puede iniciar con la extremidad dominante. El paciente debe realizar esto una vez al día y en sesiones de unos 20 minutos. Entrenamiento autógeno. Podríamos incluirlo dentro de las estrategias de relajación cognitiva. Es una forma de autohipnosis enfocada a lograr cambios corporales. Se le enseña al paciente a repetir frases sencillas ya preparadas sobre experiencias de calor y pesadez en extremidades. Aprende así a alcanzar un estado de baja activación fisiológica y centra su atención en las sensaciones asociadas a este estado. Meditación. Se repite una palabra o mantra como medio de alcanzar la concentración. Esto concentra la atención en el interior, tiene efecto soporífero y bloquea cualquier otra actividad mental. Un mantra muy usado es “dentro y fuera” asociado a los movimientos respiratorios. 33 Biofeedback. Se intentan hacer conscientes funciones físicas internas con la ayuda de aparatos eléctricos que traducen a señales visuales o acústicas los cambios fisiológicos de la función que se mide. Posteriormente se intentan producir cambios en esta función en un sentido u otro ayudado por la información que registra y traduce el aparato de biofeedback. Una vez logrado cierto control se intenta generalizar este control a otras áreas de la vida. En el caso del insomnio la función que se trata de hacer consciente y sobre la que lograr el control es la tensión muscular. Técnicas de control de estímulos Existen ciertos estímulos que ejercen cierto control sobre algunas respuestas condicionadas al aumentar la probabilidad, la frecuencia, latencia o intensidad de esa respuesta. Aplicado esto al sueño, hay que identificar aquellos estímulos que facilitan la vigilia y los que facilitan el sueño. Los pacientes que tienen problemas de sueño carecen de adecuados estímulos facilitadores del sueño y tienen exceso de estímulos facilitadores de vigilia. Por tanto el dormitorio presenta una serie de señales para facilitar la vigilia. En esta técnica hay que seguir los siguientes consejos: irse a la cama sólo cuando se tenga sueño, usar la cama sólo para dormir (no comer, leer, ver televisión, etc.), si no se concilia el sueño en 10 minutos levantarse rápidamente e irse a otra estancia hasta que reaparezca el sueño (evitar que se cree el condicionamiento negativo con el dormitorio como el lugar en el que se va a sufrir de insomnio), hacer el consejo previo siempre que haga falta (por ejemplo si se despierta en mitad de la noche o si no funciona la primera vez que se intenta y subsiguientes), levantarse siempre a la misma hora independientemente de lo dormido y no echarse nunca siestas. Esta técnica consigue sobre todo mejorar el insomnio de conciliación por mejora en el tiempo de latencia. Técnicas cognitivas Reestructuración cognitiva. Se intentan corregir las creencias erróneas del paciente sobre el sueño y sustituir los pensamientos negativos sobre el insomnio. Intención paradójica. El sueño es un proceso involuntario. Los intentos voluntarios de conciliarlo producen una activación que impedirá conciliar el sueño. El paciente se hace consciente de esta activación y de las consecuencias del no dormir y sube su ansiedad. Por ello, en la intención paradójica se le pide al paciente que esté despierto todo lo que pueda para intentar conseguir la conciliación involuntaria. Medidas generales para la hipersomnia Muchas de las recomendaciones de higiene del sueño, cronoterapia, terapias psicológicas son igualmente aplicables aquí. Psicoestimulantes Los pacientes usan estimulantes naturales (café, té, refrescos con cafeína, tabaco, chocolate) y los médicos suelen prescribir fármacos estimulantes. Su uso debe restringirse dentro de un orden a ciertas disomnias: hipersomnia idiopática, hipersomnia recurrente y narcolepsia, y asma relacionada con el sueño. No se deben usar en las disomnias intrínsecas o extrínsecas como la apnea obstructiva del sueño. Cuando estén indicados los psicoestimulantes deben hacerse períodos de descanso para evitar pérdida de eficacia y reemplazar alguna toma por pequeñas siestas. Las intervenciones quirúrgicas y presión positiva continua están reservadas para la apnea del sueño: uvulofaringoplastia, traqueotomía, aire nasal con presión positiva CPAP+ BIPAP–. Tratamientos según la causa Dentro de los trastornos del sueño los insomnios más frecuentes son los secundarios y, dentro de ellos, los secundarios a trastorno mental son más frecuentes que los de causa orgánica. Las causas orgánicas de los trastornos del sueño abarcan la mayor parte de la patología médica. Las causas más frecuentes son: dolor, problemas respiratorios, angina de aparición nocturna, hipertiroidismo, reflujo esofágico, diarrea, nicturia, uso de fármacos y drogas. El tratamiento es el de 5493 ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO (XII) la patología orgánica y mientras se resuelve, se usará un hipnótico de vida corta o larga según esté ausente o presente respectivamente la ansiedad durante el día. Respecto a las causas psiquiátricas, repasamos a continuación brevemente la clasificación de los problemas del sueño desde el punto de vista psiquiátrico (clasificación DSM-IV) sin profundizar en la clínica, resaltando los cambios en el tratamiento respecto a las medidas generales. Disomnias Son una alteración en la cantidad, calidad u horario. Comprenden insomnio e hipersomnia. Insomnio A tener en cuenta en el tratamiento respecto al curso y factores etiológicos. Aunque puede aparecer a cualquier edad, aumenta en frecuencia con los años. Hay que descartar al principio de la exploración la toma de estimulantes. En niños el insomnio suele ser de conciliación y a partir de la edad adulta es de mantenimiento o de despertar precoz. En el caso de niños menores de tres años el problema suele tener relación con el desarrollo del ritmo circadiano a partir del ultradiano. Tratamientos específicos según la causa. Desde los dos años hasta la adolescencia el insomnio puede tener relación con una excesiva vinculación parento-filial o ansiedad de separación, afectado todo ello con excesiva tolerancia a las demandas del niño. El tratamiento es conductual. En el insomnio asociado a depresión mayor la conciliación es normal, hay despertares frecuentes en la segunda mitad del sueño y despertar precoz. Se reduce el estadio 3 y 4, se acorta la latencia REM. Se alarga el primer episodio REM. La deprivación terapéutica de sueño, aunque sea parcial, acelera la respuesta antidepresiva. El tratamiento etiológico consiste en dar antidepresivos. Mirtazapina es el más sedante, aunque aumenta el apetito y peso. De los inhibidores de la recaptación de la serotonina (ISRS), el más sedante es fluvoxamina. Ambos se dan por ello habitualmente por la noche. 5494 En el insomnio asociado a crisis de angustia hay en ocasiones despertar paroxístico en las fases 3 y 4 no-REM. Aparecen en tal caso los síntomas cognitivos y emocionales de las crisis de pánico. El tratamiento de fondo consiste en dar fármacos aprobados para las crisis de pánico. En el caso de los ISRS (tienen indicación aprobada paroxetina, sertralina y citalopram) se empieza con la mitad de dosis antidepresiva (medio comprimido) y se sube a una y media la dosis antidepresiva, para evitar una activación ansiosa excesiva con desencadenamiento de más crisis, lo cual se produce en un 40% de estos pacientes. De los antidepresivos tricíclicos se recomienda clorimipramina o imipramina, empezando con 25 mg y subiendo hasta 75 mg de media. Se pueden dar benzodiacepinas de alta potencia como alprazolam o rivotril de forma sintomática. Alprazolam también ha demostrado ser un tratamiento etiológico de las crisis de pánico a dosis superiores a 6 mg/día (se puede dar de primera elección. En el caso de pacientes que no pueden tomar antidepresivos o lo deben hacer con precaución como los bipolares alprazolam es probablemente el tratamiento de elección). En la esquizofrenia el tiempo total de sueño y de sueño lento está disminuido. En la exacerbación de la enfermedad se acorta el REM. El tratamiento de fondo es con antipsicóticos. Si el problema de insomnio es grave, se puede optar mejor por antipsicóticos de baja potencia (en general los que tienen presentaciones comerciales iguales o superiores a 25 mg). Olanzapina también produce somnolencia por efectos histaminérgicos pero es, al igual que los de baja potencia, más anticolinérgico. Hipersomnias Hay que descartar al principio de la exploración la toma de sedantes. Existen diferentes tipos: Relacionadas con patología mental. Falta de sueño reparador. Es más frecuente la hipersomnia en las depresiones atípicas (30% del total de depresiones), por tanto se da más en el adolescente, en el adulto joven y en bipolares. También aparece en el trastorno afectivo estacional (aunque raro por nuestras latitudes), que puede tratarse con fototerapia (ver tratamiento de trastornos de fase), además de antidepresivos y estabilizadores del humor. Relacionadas con patología orgánica. Es la causa más frecuente (85%). El 50% son apneas del sueño, el 25% narcolepsias y el 10% mioclonías y síndrome de piernas inquietas. Narcolepsia, síndrome de Gelineau. Para el tratamiento de la hipersomnia se pueden utilizar psicoestimulantes como: metilfenidato (5-20 mg/día), pemolina (20-125 mg/día) (no disponible en España salvo fórmula magistral o medicamento extranjero), modafinilo (100-300 mg) (reciente comercialización, menos efectos secundarios que anfetaminas) y sólo para casos resistentes a los fármacos previos por su riesgo de dependencia y mayores efectos secundarios dextroanfetamina (5-60 mg/día). Para el tratamiento de la presencia de disociación REM (cataplejia y parálisis del sueño) son útiles, clorimipramina, imipramina y protriptilina por su efecto anticolinérgico. Síndrome Klein Levin. Puede desaparecer espontáneamente en la tercera década. Asociado a la menstruación y con buena respuesta a estrógenos. En el tratamiento del síndrome de KleinLevin existen alteraciones neurológicas menores: disminución de reflejos tendinosos profundos, disartria y nistagmo. Además hay que tener en cuenta que existe un subgrupo con antecedentes familiares y disfunción del sistema vegetativo: cefaleas vasculares, reactividad del sistema vascular periférico (Raynaud) y desmayos. Trastornos del sueño relacionados con la respiración. La forma de trastorno del sueño relacionado con la respiración más frecuente en niños (al igual que en adultos) es la apnea obstructiva. Tratamiento de los factores etiológicos de la apnea del sueño. El sobrepeso es la principal causa. Es sin embargo rara la remisión por pérdida de peso. Fuera del sobrepeso como principal etiología, la apnea obstructiva del sueño puede ser secundaria a un proceso neurológico que afecte al centro regulador de los músculos faríngeos. Otras afecciones neurológicas centrales (siringobulbia o los tumores del tronco cerebral) pueden producir apnea central. Es frecuente la apnea obstructiva en acromegalia, quistes tiroideos linguales de carácter ectópico o parálisis de las cuerdas 34 TRATAMIENTO DEL INSOMNIO Y DE LA HIPERSOMNIA vocales como la que se observa en el síndrome de Shy-Drager. El bajo gasto cardíaco puede producir apnea central. Dado que existe un patrón familiar para la apnea obstructiva del sueño hemos de prevenirlo en familiares. Medidas terapéuticas que mejoran la ventilación directamente, independientemente de la causa. Ventilación positiva continua (CPAP, continuous positive airway pressure). Cirugía: uvulofaringoplastia y en casos extremos como medida absolutamente resolutoria, traqueotomía. Reconstrucción de cualquier malformación que actúe como factor etiológico. Sólo un tercio de pacientes se benefician de la uvulofaringoplastia. Las prótesis para desobstruir la vía aérea no son de eficacia clara. Tratamiento de los trastornos producidos de forma secundaria por la apnea del sueño. Se ha de tratar el trastorno depresivo mayor y los cuadros depresivos prolongados asociados, así como el trastorno de angustia y otros de ansiedad. Hay que evitar de forma general dar benzodiacepinas o sedantes y evitar la mediación sedante y la psicoestimulante. Hay que tratar la frecuente enfermedad cardiovascular y arritmias secundarias a la apnea y que son la principal causa de la mayor morbimortalidad de estos pacientes. Trastornos del ritmo circadiano (antes del ritmo sueño-vigilia) Es un desajuste entre el ciclo normal sueño-vigilia establecido por el medio en el que se desenvuelve la persona y sus ritmos biológicos que da lugar a insomnio o hipersomnia. Tipos. Son: 1. Tipo retrasado: el ritmo endógeno está retrasado respecto al social. 2. Tipo desorganizado: se sigue el ritmo biológico de 25 horas, no hay una fase sueño principal en las 24 horas. Son pacientes postrados en cama, algunos ancianos y personas ciegas. 3. Tipo cambiante: cambio del ciclo por fines de semana. 4. Por cambio de zona horaria (jet-lag). 5. Por cambio de turno laboral (se tardan dos semanas en recuperarse sin tratamiento). 35 Tratamiento de trastornos asociados y factores etiológicos. El tipo retrasado y desorganizado se ha asociado a rasgos de personalidad esquizoide, esquizotípica y de evitación, especialmente en los adolescentes, por lo que conviene tratar estos trastornos si están presentes (habilidades sociales para los tres trastornos: terapia cognitiva en el esquizoide, antipsicóticos en esquizotípico, y paroxetina, citalopram o sertralina en el trastorno por evitación). Tratamiento específico. Todos mejoran típicamente al dejar al paciente que siga su propio ritmo de sueño-vigilia. En todos estos trastornos puede ser de utilidad la melatonina o sus análogos y la fototerapia, si bien hacen falta más estudios. La cronoterapia ha sido sustituida por la fototerapia en muchas de sus indicaciones. Consiste en retrasar la fase de sueño progresivamente hasta que el sincronizador circadiano se ajusta con el patrón de sueño deseado. En los tipos de fase avanzada y retrasada la cronoterapia y fototerapia tienen eficacia desigual. La fototerapia consiste en exponer a intensidades de 10.000 lux a los pacientes para cambiar la regulación del ciclo sueño-vigilia a nivel del núcleo supraquiasmático. La exposición antes de la subida máxima de temperatura corporal produce un retraso del inicio de la fase del sueño y viceversa si se expone después de esta subida máxima. Cuanto más cerca se haga la exposición del punto de cambio de la temperatura corporal más eficaz es la terapia. Así, la exposición a luz por la mañana puede ser usada para adelantar la fase del sueño en los pacientes con trastorno de fase retrasado y la exposición por la tarde para los pacientes con trastorno de fase adelantada. La fototerapia también se puede usar en el trastorno afectivo estacional. El tipo de fase retrasada se prolonga años o décadas; se corrige sólo por la tendencia a adelantarse el ritmo con la edad. La terapia tiene eficacia temporal porque persiste la vulnerabilidad al patrón. Las benzodiacepinas no son eficaces, la melatonina y análogos sí tienen cierta eficacia. El tipo debido a cambio de zona horaria mejora al adaptarse al ritmo horario del lugar. Se pueden usar benzodiacepinas. En el tipo debido a cambio de turno laboral, para facilitar la adaptación hay que aumentar la luz durante las horas de trabajo y ser más estricto con la oscuridad y tranquilidad durante el reposo. Se puede acelerar la adaptación usando benzodiacepinas de forma cuidadosa. Disomnia no especificada Síndrome de piernas inquietas. No hay fármaco aprobado para esta indicación. Se pueden utilizar precursores de la dopamina. El más estudiado es L-dopa, también se ha utilizado pergolide y pramipexole. Estos fármacos pueden paradójicamente aumentar los síntomas o que éstos aparezcan antes durante el día. Son muy útiles en algunos pacientes los opioides (por ejemplo codeína) y también clonacepam u otras benzodiacepinas de alta potencia. Otros fármacos usados son clonidina, propanolol y anticonvulsivantes. Movimientos periódicos de los miembros (“mioclonus nocturno”). El tratamiento de elección es clonazepam (0,5-2 mg) por la noche. Parasomnias El síntoma principal es la activación del sistema nervioso vegetativo, del sistema motor o de los procesos cognoscitivos durante el sueño o las transiciones sueño-vigilia, siendo secundario el efecto de tipo insomnio o hipersomnia o lo que es más frecuente, el trastorno de conducta. Cada parasomnia afecta una fase característica del sueño, por lo que a priori el tratamiento farmacológico podría hacerse teniendo en cuenta los neurotransmisores implicados en la activación y desactivación de cada fase. Además cada trastorno viene asociado a otros de la misma fase. Trastorno por sueños angustiosos (trastorno por pesadillas) Tratamiento de los trastornos asociados. No los hay en los niños que presentan este trastorno. Los adultos presentan rasgos de personalidad anómalos, sobre todo esquizotípico o límite, y síntomas depresivos y ansiosos. Tratamiento de los factores etiológicos y comórbidos. Suele haber un desencadenante biográfico. Predispone tener un problema de salud mental o física. En el 5495 ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO (XII) paciente o familiares puede haber somniloquios o bruxismo. Tratamiento específico. En casos graves se utilizarán antidepresivos tricíclicos (disminuyen fase REM) y ansiolíticos. Terrores nocturnos Tratamiento de trastornos comórbidos y factores etiológicos. Más frecuente junto con el sonambulismo en hombres y familiares de primer grado. Predisponen los síndromes febriles, el cansancio, deprivación del sueño o estrés. No hay psicopatología asociada en niños, sí en adultos. Hay mayores puntuaciones en los tests de ansiedad y depresión. Es más frecuente su aparición en pacientes con estrés postraumático y ansiedad generalizada. Los individuos con terrores nocturnos pueden presentar trastornos de la personalidad, en especial trastornos dependiente, esquizoide y límite de la personalidad. Tratamiento específico. Suele mejorar espontáneamente sin tratamiento. El trastorno desaparece en la adolescencia y suele permanecer crónicamente si son adultos. En algún caso es necesario tratamiento farmacológico, en tal caso el más eficaz es carbamacepina 100-400 mg en dosis única durante unos 4-6 meses. También son útiles las benzodiacepinas a dosis bajas o los antidepresivos tricíclicos. Sonambulismo Tratamiento de trastornos asociados y factores etiológicos. Más frecuente en familiares de primer grado. Suele durar varios 5496 años, hasta los 20 años como mucho normalmente, y en adultos se hace crónico. Son predisponentes el síndrome febril, el cansancio y el estrés, apnea obstructiva del sueño, estímulos de origen interno (por ejemplo, vejiga urinaria distendida) o externo (por ejemplo, ruidos), situaciones estresantes de índole psicosocial o consumo de alcohol o de sustancias con propiedades sedantes. No hay psicopatología asociada en niños, en adultos se asocia a trastornos de personalidad, del estado de ánimo o de ansiedad. Se asocia a trastornos del sueño no-REM como terrores nocturnos, asociación entre los dolores de cabeza de tipo migrañoso y el sonambulismo. Tratamiento específico. En niños se pueden utilizar benzodiacepinas de vida media larga (disminuyen el sueño lento). Se puede dar también carbamacepina 200400 mg en dosis única nocturna. Parasomnia no especificada La categoría parasomnia no especificada se reserva para las alteraciones caracterizadas por comportamientos o reacciones fisiológicas de carácter anormal que aparecen durante el sueño o en las transiciones sueño-vigilia y que no reúnen los criterios diagnósticos para una parasomnia más específica. Los ejemplos incluyen: Trastorno comportamental del sueño REM. El tratamiento es clonacepam. Parálisis del sueño. No requiere tratamiento específico, sólo explicar el fenómeno al paciente. Bruxismo nocturno. Tratamiento de factores etiológicos y trastornos asociados. Aparece en épocas de tensión emocional. Puede ser un síntoma más de una enfermedad afectiva, psicótica o demencial, si bien en estos casos es diurno también. Tratamiento específico. A dosis bajas imipramina, diacepam, clonacepam. Añadir una placa de descarga dental. Enuresis relacionada con el sueño. El tratamiento de elección es conductual (refuerzo positivo). Hay que complementarlo con refuerzo vesical (cortar el pis y reiniciar). Se puede dar desmopresina inhalada, algún tricíclico (imipramina 30-75 mg) o un ISRS. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA American Psychiatric Association. DSM-IV, Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales. Barcelona: Masson, 1995. Ascher LM, Turner RM. Paradoxical Intention and Insomnia: an experimental investigation. Behavioural Research and Therapy 1979;17:408-11. Bootzin R, Nicassio PM. Behavioural Treatments for Insomnia. En: Hersen M, Eisler RM, Miller PM, editores. Progress in Behaviour Modification. Vol. 6. New York: Academic Press, 1978. Espie C. The psychological treatment of insomnia. Chichester: John Wiley & Sons, 1991. Hyman SE, Arana GW, Rosenbaum JF. Handbook of Psychiatric Drug Therapy. 3rd ed. Boston: Little Brown, 1995. Jacobson E. Progressive relaxation. Chicago: University of Chicago Press, 1929. Kaplan HI, Sadock BJ. Comprehensive Textbook of Psychiatry. 6th ed. 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