Uploaded by Gabriel Díaz-Roncero

2) NOVECENTISMO Y VANGUARDIAS

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NOVECENTISMO Y VANGUARDIAS
1. EL NOVECENTISMO
El novecentismo es un movimiento artístico y literario impulsado por un grupo de pensadores que
valoran la inteligencia, la disciplina en el trabajo y la perfección artística, donde predominan la
deshumanización de la obra de arte y el intelectualismo.
Características: Sólida formación intelectual, Europeización: analizan los problemas de España
desde la perspectiva europea.
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Arte puro: el arte ha de perseguir como finalidad única el placer estético. Es un arte de
minorías. La obra bien hecha, estéticamente perfecta, es la meta. La depuración del estilo y
los temas, la métrica perfecta, lenguaje culto y minoritario…
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Clasicismo: los modelos son los griegos y latinos. Se huye del exaltado sentimentalismo de
algunos escritores de la generación del 98.
EL ENSAYO Y EL PERIODISMO: En este género predominan los planteamientos reflexivos y el
tono objetivo, y desaparece la vehemencia y el subjetivismo. Tratan temas muy variados
(científicos, históricos, políticos y estéticos). De Ortega y Gasset destacan los ensayos sobre
España y sobre estética. En sus reflexiones sobre España denuncia el aislamiento del país y se
declara europeísta convencido. En España invertebrada (1922) y en La rebelión de las masas
(1929), reclama la necesidad de una minoría selecta intelectual que dirija España e impida
cualquier tendencia disgregadora. En La deshumanización del arte (1925) propone un arte nuevo,
intelectual y experimental, deshumanizado y antirromántico. Eugeni d’Ors fue muy conocido por
las Glosas (1917), breves artículos que parten de un hecho cultural o político de actualidad para
deducir una lección filosófica.
LA NOVELA: La renovación novecentista de la novela se produce con la obra de Gabriel Miró y la
de Ramón Pérez de Ayala. Gabriel Miró empezó escribiendo en un estilo modernista y decadente
como en Las cerezas del cementerio (1910). Más tarde evoluciona hacia una novela que reduce al
mínimo la acción y se demora en la descripción de sensaciones y ambientes El obispo leproso
(1925). Ramón Pérez de Ayala comenzó con novelas autobiográficas, al estilo de los
noventayochistas Troteras y Danzaderas (1912). Posteriormente evolucionó a una narrativa
intelectual, donde no hay casi acción, los personajes tienen carácter simbólico y abundan las
digresiones ensayísticas Tigre Juan (1926).
LA POESÍA: La lírica novecentista representa el fin del Modernismo: rechaza lo romántico y
sentimental y aspira a una perfección que sea fruto de la inteligencia. La labor de la selección de
temas y de lenguaje culmina en la poesía pura de Juan Ramón Jiménez. Su idea es la de crear
belleza, pues solo ella es imperecedera. Suele dividirse su obra en dos etapas:
i. Etapa sensitiva: Está marcada por la influencia de Bécquer, el Simbolismo y el Modernismo.
Predominan las descripciones del paisaje como reflejo del alma del poeta; el “yo lírico” se
identifica con los paisajes otoñales, los jardines del atardecer. Es una poesía emotiva y
sentimental, de tono melancólico.
ii. Etapa intelectual: El descubrimiento del mar hace que se convierta en un símbolo de vida, de
soledad del eterno presente. Es una poesía con menos música, más conceptual y estilizada.
Pertenece a esta etapa todo lo escrito durante su exilio americano. Su búsqueda de la belleza
y la perfección se convierte en una obsesión.
2. LAS VANGUARDIAS
Las vanguardias se desarrollan en toda Europa durante la época de entreguerras como modo de
protesta y provocación contra un mundo en decadencia incapaz de evitar los desastres de la
guerra. Los movimientos vanguardistas desaparecen con la depresión de 1929, cuyas graves
consecuencias económicas propician el abandono del espíritu de diversión e inconsciencia de los
años veinte y su sustitución por el compromiso con lo humano. Los ismos pretenden la liberación
de los instintos humanos, reprimidos por los factores morales y políticos de la sociedad burguesa.
Se crea un lenguaje artístico que rompe de forma brusca con la estética anterior y supone una
manera diferente de concebir el mundo. Las vanguardias se dan a conocer de una forma muy
rápida a través de los distintos manifiestos que se publican y en los que declaran, generalmente de
modo extravagante, las bases del movimiento.
Características generales: todas las vanguardias comparten una serie de características que fueron
analizadas por Ortega y Gasset en su ensayo La deshumanización del arte (1925): 1) Ruptura con
la estética anterior. 2) El antisentimentalismo: consideran que el arte debe ser algo independiente
de lo humano. 3) El antitradicionalismo en la concepción de la obra, que rompe la estructura
habitual. 4) La provocación a través del juego y el humor. 5) La admiración por la técnica, la
velocidad y por todo aquello que tenga relación con el mundo moderno. 6) La creación de
realidades nuevas, alejadas de las habituales mediante la utilización de imágenes insólitas sin
referente en la realidad para ser interpretadas, produciendo sorpresa en el lector. 7)
Experimentación total: mezcla de materiales, léxico nuevo, utilización de diferentes tipografías,
disposición distinta de los versos, etc. 8) El universalismo: las vanguardias se desarrollan
simultáneamente en toda Europa. Son movimientos que suceden rápidamente: aparecen todos en
un espacio de unos quince años.
LAS VANGUARDIAS EN ESPAÑA: La poesía pura de Juan Ramón Jiménez preparó el camino en
España para dar entrada a una nueva sensibilidad artística en los años 20. Este arte intelectual,
que José Ortega y Gasset llamó deshumanizado, se mantuvo en contacto con las vanguardias
europeas gracias a la labor de Vicente Huidobro y Ramón Gómez de la Serna. Ramón Gómez
de la Serna introdujo los primeros «ismos» en España a través de las tertulias y las publicaciones
literarias que dirigía. En 1909 publica en su revista Prometeo, el manifiesto futurista. Su mayor
contribución a la vanguardia es la creación de la greguería (breve definición que consiste en un
juego metafórico del lenguaje). Él mismo la definió como humorismo + metáfora = greguería.
Vicente Huidobro llegó a España en 1918 procedente de París, donde se centran todos los
movimientos artísticos de la época. Dio a conocer el ultraísmo y el creacionismo entre los poetas
más jóvenes, con lo que contribuyó de forma eficaz al desarrollo de las vanguardias en España.
Los movimientos más relevantes que se dan en España
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Futurismo: influyó en algunos poetas de la G. 27 que, fascinados por la técnica moderna, el
movimiento y la velocidad, escribieron poemas sobre estos temas en sus primeros libros:
Seguro azar (1929), de Pedro Salinas y Cal y canto (1927) de Rafael Alberti.
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Ultraísmo: tuvo una corta duración, pues desapareció en 1923. El ultraísmo mezcló
elementos de diversos «ismos» (el cubismo, el futurismo,…). Pretenden ir más allá de la
experimentación. Elaboran versos simples despojados de adornos, aunque en ocasiones
incluyen en ellos atrevidas metáforas. Autores: Guillermo de la Torre con su obra Hélices
(1923), en el que utiliza a veces una tipografía cercana a los caligramas del Cubismo.
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Creacionismo: lo dio a conocer Vicente Huidobro a partir del 1918. Intentan alejarse por
medio de la abstracción y el intelectualismo. No imitan la realidad, sino que la crean a través
de metáforas que se relacionan entre sí de una manera arbitraria, sin una relación evidente
entre ellas. El autor más importante es Gerardo Diego.
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Surrealismo: la visita de André Bretón en 1925 a España dio a conocer el movimiento en
nuestro país y autores notables de la Generación del 27 lo asimilaron, como García Lorca
Poeta en Nueva York (1930) o Rafael Alberti Sobre los ángeles (1929). El surrealismo
español tiene unas características propias: no llegaron a la escritura automática y
rehumanizó la poesía; la lengua poética se enriqueció a través de sorprendentes imágenes
y de novedades métricas como el versículo.
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