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Ensayo filosofía

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Entrega final ensayo “La irrupción de los muchos”
Existe la concepción de que el ser humano es un ser social y por ende tiende a agruparse en
comunidades y vivir en grupo. Pero a medida que la sociedad ha ido avanzando las
comunidades han ido creciendo y se han convertido en pueblos, ciudades, países, etc. En
concordancia con este crecimiento se ha originado un fenómeno que ha llevado a movilizar
grandes masas de individuos y denominado, así como fenómeno de masas.
En la historia reciente de hace menos de un siglo se dio en reiteradas ocasiones en diversas
partes del mundo un claro ejemplo de esto que son los totalitarismos, como es el caso de
Stalin, Hitler, Mussolini, etc. Estos ejemplos movilizaron países y desencadenaron
importantes conflictos bélicos de trascendencia a nivel mundial.
Lo más llamativo de estos caso es como todo esto ocurrió centrado en la imagen de un
individuo que logró cautivar a las masas para poder controlar su actuar y se comportasen de
acuerdo con lo que él quería. De los casos mencionados el más relevante y por ende el
principal a tratar es el de Adolf Hitler quien fue el principal responsable de la segunda guerra
mundial.
Habiendo realizado la introducción procederé a tratar el tema central del presente ensayo en
torno a la pregunta de cómo y por qué posible que esto haya ocurrido, sobre todo
considerando el gran componente violento que tuvieron.
Un autor relevante para entender esto es Sigmund Freud en su libro “Sicología de las masas”,
en este Freud defiende la postura de que todos los individuos desde que se enfrentan a la
experiencia del jardín infantil empiezan a sentirse identificados con los demás niños del
jardín en este proceso de separación con los padres y se genera su sentimiento de comunidad
como se puede apreciar en la siguiente cita:
El instinto gregario comienza a formarse “poco a poco en la «nursery» [jardín
infantil], como efecto de las relaciones entre los niños y sus padres (…) el pequeño
sujeto se ve obligado a identificarse con los demás niños y en el grupo infantil se
forma entonces un sentimiento colectivo o de comunidad… (Capítulo IX)
Pero esto no queda simplemente en un sentido de comunidad de iguales, si no que también
la comunidad de iguales tiene la necesidad de estar dominada por un caudillo tal y como lo
menciona Freud en la siguiente cita:
Todos los individuos quieren ser iguales, pero bajo el dominio de un caudillo. Muchos
iguales, capaces de identificarse entre sí, y un único superior, tal es la situación que
hallamos realizada en la masa dotada de vitalidad. (Capítulo IX)
Con estas dos citas de Freud se puede entender por qué los individuos tienden a recaer en un
comunidad con un líder, pero aún en este punto debiese haber un sentido de individualidad
que brinde al individuo la capacidad de diferenciarse del resto y poder razonar en su actuar
con tal de no infringir lo que es bueno y malo. Siendo en este punto donde un líder caudillista
es capaz de apoderarse completamente de la masa y poder así controlar completamente su
actuar, a esto hace referencia Freud con la siguiente cita:
Simultáneamente a este «abandono» del Yo al objeto, que no se diferencia ya del
abandono sublimado a una idea abstracta, desaparecen por completo las funciones
adscritas al ideal del Yo. La crítica ejercida por esta instancia enmudece, y todo lo
que el objeto hace o exige es bueno e irreprochable. La conciencia moral cesa de
intervenir en cuanto se trata de algo que puede ser favorable al objeto, y en la
ceguedad amorosa, se llega hasta el crimen sin remordimiento. Toda la situación
puede ser resumida en la siguiente fórmula: el objeto ha ocupado el lugar del ideal
del Yo. (Capítulo VIII)
En la cita el Yo corresponde a cada individuo con sus pensamientos, recuerdos y juicios, y el
objeto corresponde en este caso al líder/caudillo. Los individuos llegan a tal punto de
enamoramiento y obsesión con el caudillo, que su vida empieza a girar en torno a él y pierden
las limitaciones en su actuar con tal de complacer y adorar a este objeto. Siendo muy parecido
a un enamoramiento enfermizo que desencadena en una suerte de hipnosis que les hace la
razón y terminan siendo absorbidos por el objeto.
Este punto donde el actuar de lo individuos llega a tal punto en el que su actuar es
completamente desenfrenado y escapa totalmente de su actuar en modo individual es tratado
por Gustave Le Bon en su libro “Sicología de las masas”. No es coincidencia que los textos
de Le Bon y Freud compartan nombre, ya que Freud habiendo leído a Le Bon establece su
pensamiento y se puede considerar como inspiración para el mismo mencionando varias
veces a Le Bon en su libro.
Le Bon no profundiza demasiado en el aspecto del caudillo para explicar el comportamiento
de las masas, pero si lo hace en la composición de estas mismas y como el individuo al formar
parte de una masa, en palabras del propio Le Bon, desciende varios peldaños en la escala de
la civilización. Llegando incluso a ser autómatas dentro de una masa, que pierden su
personalidad y se hacen cada vez más susceptibles a la seducción de las imágenes y los
discursos, resultando siempre un gobierno de las masas en destrucción y barbarie. Lo anterior
mencionado se puede corroborar en las siguientes citas:
1. Más aún; por el simple hecho de formar parte de una masa organizada, un
hombre desciende varios peldaños en la escala de la civilización. Aislado, es
posible que sea un individuo cultivado; en una masa será un bárbaro. (Libro
I, Capítulo I)
2. Las masas son solamente poderosas para destruir. Su gobierno es siempre
equivalente a una fase de barbarie. (La era de las masas)
3. Los sentimientos y las ideas de todas las personas aglomeradas adquieren la
misma dirección y su personalidad consciente se desvanece. (Libro I, Capítulo
I)
Sumado a lo anterior queda un punto sumamente relevante que destaca sobre todo en el
nazismo, y es como el lenguaje se transforma en una herramienta fundamental para mantener
la cohesión y potenciar el convencimiento de la masa con respecto a una idea. En este caso
es el autor Victor Klemperer quien en su libro “The Language of the third Reich” abarca
como la más grande herramienta de propaganda utilizada por Hitler fue ni más ni menos que
la propaganda, destacando con la siguiente cita como a través de las constante repetición se
puede llegar a cambiar la connotación de una palabra, en este caso “fanático”:
If someone replaces the words “heroic” and “virtuous” with “fanatical” for long
enough, he will come to believe that a fanatic really is a virtuous hero. (Página 16)
En acompañamiento de la fotografía me atrevo a desarrollar la conclusión del presente
ensayo. Los argumentos de los tres autores juntos permiten esgrimir de forma más precisa la
cuestión inicial de este ensayo. Siendo claro como a través del poder de la palabra sobre todo
hablada y el discurso popular, un caudillo como es el caso de Hitler fue capaz de movilizar
y dominar completamente a un gran y poderoso país como Alemania. Gestionado de forma
excepcional la euforia de las masas y transformándose a si mismo en el líder que estas tanto
desean, por el cual son capaces de entregar su vida y profanar los valores que en otras
circunstancias hubiesen considerado fundamentales. Las masas favorecieron e hicieron eco
del discurso de Hitler, potenciando más aún su mensaje y haciendo efectivo su deseo.
Llegando a ser respondida así la pregunta inicial y resultando un inquietante reflexión y duda,
de si pese a conocer los sucesos históricos y las consecuencias de estos, el ser humano y sobre
todo el ser parte de una sociedad será capaz de no repetir los mismos errores del pasado en
un futuro.
Como cierre definitivo considero apropiada la frase atribuida a diversos autores, “quien no
conoce su historia está condenado a repetirla”, pero agregando lo ya mencionado. ¿Y es que
conocerla es realmente suficiente para no repetirla?
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