PROCESOS ELABORACIÓN DE JAMÓN CURADO Claudio Méndez Ingeniero en Alimentos Consultor de la Industria Frigorífica. claudio.mendez@live.com Este documento es el resultado de la experiencia recogida durante mi trabajo en la industria frigorífica. He tratado de explicar en forma sencilla la elaboración de jamón curado y sus problemas más comunes, así como las formas de prevenirlos. Cada empresa y cada elaborador tienen sus propias ideas de elaboración, dependiendo de sus posibilidades, conocimientos, instalaciones y maquinarias. Debido a ello, hay que adaptarse y hacer el mejor esfuerzo para mejorar y sacar el mejor producto posible. DE LA MATERIA PRIMA CÁRNICA Cuando se trata del jamón propiamente dicho, corresponde a las piernas del cerdo. En general, incluye la pata con hueso, con todos sus músculos, con el cuero que lo recubre, desprendida del animal a la altura de la cadera. El tamaño de la pata en general ronda los 12 kg para un jamón típico español, pero puede variar según el tipo de proceso que se adopte. Hay algunos jamones italianos que pueden llegar a pesar 16 kg. Dependiendo de qué tipo de producto final se desee, varía la conformación de la materia prima: en el caso de un jamón tipo español, se parte de una pata con hueso completa hasta la pezuña, donde el cuero se recorta formando una V (Figura 1); en el caso de un jamón tipo italiano, se separa el hueso de la cadera de la pata y se recorta hasta la cabeza del fémur (Figura 2). FIGURA 1 – Jamón tipo español 42 La Industria Cárnica Latinoamericana Nº 206 FIGURA 2 – Jamón tipo italiano Ampliando el tema de la calidad de la carne, es mejor contar con una materia prima con pocos días de faenado debido a que la carne tiene una flora microbiana típica, que se irá desarrollando en función de cómo se conserve esa materia prima y de la forma en que el animal fue faenado y despostado. Cuánto más tiempo pasa entre la matanza del animal y la elaboración del producto, más desarrollo habrá de los microorganismos y más dificultades en nuestra lucha contra ellos. Esa flora ira evolucionando con el correr del tiempo y –sobre todo en el caso de los jamones curados que no son tratados por calor- hay una carrera para producir un producto de calidad antes de que los microorganismos deteriorantes se desarrollen. El crecimiento de los microorganismos es inevitable, solo se puede retrasar con buenas prácticas de manufactura (BPM), esto incluye buen frio, cuchillos esterilizados, buenas prácticas de matanza, etc. Todas las medidas que se puedan tomar para mantener la mejor calidad de la materia prima son necesarias para obtener la mejor calidad del producto final. En cuanto a la utilización de carne PSE y DFD, sin entrar en detalle del origen de este tipo de carnes, ambos tipos son deficientes. En el caso de la carne PSE, La Industria Cárnica Latinoamericana Nº 206 43 PROCESOS Durante la selección de la materia prima, debe considerarse qué tipo de producto se quiere producir. Al ser un producto curado lo más importante es que no tendrá agregados de agua ni ningún coadyuvante para la retención de humedad propia, con lo cual la materia prima debe tener las características deseables: un aroma a carne fresca característico; color rosado típico; haber sido faenada no más allá de dos días previos a la selección de la pata; que no aparezcan músculos con carnes PSE (pálidas, blandas y exudativas) ni con carnes DFD (oscuras, firmes y secas). La carne para elaborar jamones crudos no debe tener colgajos ni cortes sobre la superficie donde puedan alojarse microorganismos o que puedan luego ser alojamiento de ácaros u otro tipo de contaminación. La calidad de la grasa presente también es importante, ya que una grasa blanda, con bajo punto de fusión, puede “aceitar” el jamón y hacer imposible su secado en los tiempos estipulados. Lo más razonable es contar con una grasa firme, de punto de fusión por encima de los 30ºC, para evitar que la misma se derrita en el secadero en forma excesiva. En el jamón español es normal que transpire durante la etapa de estufaje, donde las temperaturas del salón están cerca de los 30-34 ºC. PROCESOS carece de ese color rosado típico de la carne fresca, que es reemplazado por un color más grisáceo, esto no significa que esté en malas condiciones ni que pueda producir un daño a la salud, pero no es tecnológicamente apta para la elaboración. Al tocarla se la nota más blanda de lo acostumbrado; aunque es difícil o arbitrario cuantificar lo “normal o acostumbrado” sin tener un parámetro físico, los que están acostumbrados a trabajar con carne de cerdo advierten la diferencia. Incluso puede llegar a ser tan blanda como para hundir un dedo dentro de la carne PSE, cosa que en la carne normal no sucede. En este tipo de carne también se nota un exceso de agua, como si estuviera jugosa; hay líquido en la superficie, ya que esta carne no tiene la posibilidad de retener la humedad dentro de la misma. Esto no facilita que el producto tome textura con el tiempo, y deberá tener una merma excesiva para alcanzar el efecto deseado en el producto terminado, además del color degradado y el mal aspecto producido por el mismo efecto. El pH de este tipo de carne es 5,4-6. En el caso de la DFD, no es muy común encontrar este tipo de carne en el cerdo, y aparece cuando el animal ha sufrido ciertas condiciones especiales antes de la faena. La carne es oscura, en lugar de ser el rosado típico, el color es más cercano al rojo bermellón, parecido al de la carne vacuna, aunque no es un color desagradable como en el caso de la PSE. Es firme, más dura que la carne normal, es imposible romper las fibras con los dedos y es seca, no se ve humedad sobre la superficie. Todo indicaría que por sus características es deseable para hacer un producto curado, pero el problema es que como resultado de la condición previa del animal, el pH de la carne faenada es muy alto, cercano a 6,3, con lo cual los microorganismos presentes tienen un sustrato ideal para su desarrollo. Esta carne normalmente no dura más de 48 horas en buenas condiciones, a las 72 horas se ven los primeros signos de degradación: mal olor, mohosidad sobre la superficie, lo que no es compatible con la elaboración de jamón crudo y su proceso. La carne ideal es aquella que se ve rosada sin decoloraciones, con olor agradable a carne fresca y con una humedad razonable sobre la superficie, ya que siempre hay un poco de exudación, sobre todo si se trasporta en canastos, bins o algún otro tipo de contenedor. El pH ideal está dentro del rango 5,6-6, si bien en este punto es difícil de diferenciar de la carne PSE (que tiene un rango entre 5,4-6), la diferencia fundamental es la textura y el color, y es ahí donde el ojo del que recibe la mercadería debe estar entrenado para minimizar los errores en la recepción. Otro punto importante a controlar en la recepción es la presencia en los jamones de golpes que se 44 La Industria Cárnica Latinoamericana Nº 206 han producido en los animales. Esto se puede ver en general como hematomas de coloración rojizo-morada en la zona de la rodilla o en otros lugares; estos hematomas son acumulaciones de sangre y no se pueden utilizar para la elaboración de jamones curados. CLASIFICACIÓN DE LA MATERIA PRIMA Y PREPARACIÓN DE LA PIERNA Una vez recibida la materia prima, se clasifica por peso y por cantidad de grasa. La clasificación por peso es necesaria para calcular la cantidad de sal de cura adecuada para el peso y también para determinar el tiempo de curado necesario de acuerdo al método elegido. La grasa de la pierna se acondiciona de tal forma de que quede la misma cantidad sobre la superficie de la carne. Dependiendo de qué tipo de jamón se desee elaborar, el recorte debe ser parecido en profundidad, ya que también por la zona de la grasa hay absorción de sal que finalmente pasa a la carne, en menor proporción que sobre la zona descubierta, pero hay un pasaje que es cuantificable. Hay varias opciones de preparación de la pierna, dependiendo de qué tipo de jamón se desee. Para el tipo español, la pierna se utiliza completa, incluso la pezuña. El tipo de corte es redondeado, donde se deja el hueso de la cadera o hueso puente en la pierna y se redondea quitando la punta del carré, si el corte ha sido recto, y retirando el cuero sobrante hasta limpiar toda la zona de la carne hasta el garrón. Se limpia la parte interna sobre el hueso, cuidando de que no queden recortes ni partes sueltas de carne ni cortes sobre la carne. También hay que cuidar que no esté separado el hueso de la cadera de la carne. En la parte exterior de la pierna, se recorta el cuero, dejando la capa de grasa expuesta (la misma que se debe controlar en su espesor); el cuero se recorta hasta casi la zona del garrón, dejando un corte en V en la punta, típico de los jamones españoles. INGREDIENTES UTILIZADOS EN LA ELABORACIÓN Sal. Es el ingrediente más importante en la elaboración de cualquier producto cárnico curado, ya que es el agente que permite la conservación a temperatura ambiente. Su presencia influye en la cantidad de agua disponible para el crecimiento de los microorganismos que alteran el producto. La sal o cloruro de sodio -cuya fórmula química es ClNa- es muy soluble en agua, donde se ioniza completamente en un ion Cl- (cloruro) y un ion Na+ (sodio). A pesar de ello, a veces es difícil que la sal penetre en la carne, ya que debe disolverse para poder penetrar. La solubilidad varía poco con la temperatura de la solución, entre un 26 y un 28% de sal en agua cuando la temperatura varía entre 0º y 100º C. Hay varios tipos de sal, en nuestro país la más común es la sal de mina, no acostumbramos a utilizar sal marina u otros tipos, que en realidad varían poco en la concentración final de ClNa. Por ejemplo, la sal refinada tiene una concentración de 97,09% y la sal marina de 98/99,7% de ClNa. Es importante que la sal que se utilice en la elaboración de cualquier producto sea una sal lavada y seca, ya que sino puede contener contaminantes microbianos (Bacillus, Micrococcus, Sarcina, etc.) así como hongos y levaduras. Con una sal refinada y después del proceso de secado se eliminan o se reduce su presencia hasta valores aceptables. Nitratos y nitritos. Estos ingredientes utilizados en la fabricación de jamón curado son los agentes de cura propiamente dichos. Dependiendo de la formulación se pueden utilizar uno o ambos cuando se realiza la sala- La Industria Cárnica Latinoamericana Nº 206 45 PROCESOS Para el jamón tipo Italiano el corte es distinto, no se deja la pezuña y se corta en la primer coyuntura, es decir se extrae la pata, y en la zona del músculo se extrae el hueso de la cadera y se corta la carne dejando la cabeza del fémur expuesta, este tipo de corte no es muy utilizado en nuestro país, ya que estamos más acostumbrados al corte español en el caso de los productos que se comercializan con hueso. Existen otros tipos de jamones curados que se comercializan en nuestro país. Algunos comienzan su proceso con hueso y después son deshuesados. Otros son directamente salados sin hueso, en este caso se puede haber partido de un jamón deshuesado sin desarmar -conocido como jamón tubo- o se puede haber partido de una pieza de jamón abierta y rearmada en el momento del moldeo. Cualquiera que sea la forma de la materia prima, habrá que tomar los recaudos para su salazón de acuerdo al producto a comercializar. PROCESOS zón del producto, al inicio del proceso. El ingrediente de cura es el nitrito, que se combina con el grupo hemo de la carne para formar el complejo que finalmente dará el color rojo-rosado característico. El nitrato es un precursor del nitrito, que va a reducirse a nitrito tras la acción de las bacterias nitrificantes. La cantidad a adicionar en la sal de cura debe ser calculada para no exceder lo permitido para este tipo de agentes curantes, los cuales son carcinogénicos en alta dosis, pero utilizados en las proporciones admitidas no traen problemas para la salud. Las combinaciones son variadas, pero en general lo que no debe faltar es el nitrato, comúnmente conocido como salitre. La ventaja de adicionar una pequeña cantidad de nitrito en el comienzo de la salazón es la inmediata presencia de este agente en el producto para el control de gérmenes patógenos, pero con el correr del tiempo de maduración y secado, este nitrito desaparecerá y el presente será el que surja de la acción de las bacterias nitrificantes sobre el nitrato agregado en el comienzo del proceso. El manejo de este tipo de ingredientes en forma pura es un problema, ya que el agregado por equivocación una doble dosis puede traer problemas al consumidor, por esto se recomienda el uso de sales de cura que consisten en sal con agregado de nitritos y nitratos. En este caso, el error de agregar doble dosis por equivocación provocaría que el producto sea tan salado que se tornaría incomestible. Azúcar. Conocida también como sacarosa, el azúcar contiene una molécula de fructosa y otra de glucosa. Tiene un alto poder edulcorante, también tiene poder reductor y es un alimento para las bacterias nitrificantes, como los micrococos. El azúcar agregado en los productos curados cumple esas funciones, dependiendo de qué tipo de jamón se requiera. El agregado de azúcar le confiere al producto final un sabor un tanto dulce, ayuda al crecimiento de bacterias (tanto deseables como indeseables, por lo que debe seleccionarse con cuidado la materia prima) y tiene un cierto poder reductor, ayudando a la formación del color final. Antioxidantes. Dentro de los antioxidantes que se pueden utilizar están el ascorbato de sodio y el eritorbato de sodio. En general se utilizan estas sales, ya que el ácido ascórbico y el acido eritórbico, aunque más reactivos, son mucho más inestables. Estos compuestos ayudan a evitar la oxidación de la mioglobina y revertir la reacción, llevando la metamioglobina a mioglobina, manteniendo así la coloración rojiza de los productos cárnicos. Para la formulación y elaboración de un producto curado no es imprescindible su utilización, ya que la 46 La Industria Cárnica Latinoamericana Nº 206 carne por sí misma posee muchos compuestos reductores que ayudan a la coloración del producto final. PROCESO DE ELABORACIÓN Desangrado. Este primer paso es fundamental para obtener un producto de buena calidad en el caso de jamones con hueso. Se debe eliminar la sangre que queda en la vena femoral del jamón, de lo contrario esa sangre puede ser la causante de la “cala” del jamón, que le confiere al mismo un sabor amargo y de aroma desagradable. Esto se puede realizar en forma manual, presionando la vena a lo largo de su recorrido desde la parte inferior del jamón hacia el punto de separación de la pata con el animal, donde la vena se ha cortado. Otra forma es por medios mecánicos, para lo cual existen tecnologías que promueven esa extracción por medio de rodillos que también imprimen presión sobre la pata eliminando la sangre. Hay varias maquinas que pueden hacer ese trabajo, con los mismos principios de funcionamiento: una cinta transportadora donde se coloca el jamón con la pezuña hacia delante lo hace pasar por una serie de rodillos que lo presionan para extraer la sangre remanente. Salazón. Se puede realizar de varias maneras, dependiendo del producto a elaborar. La temperatura del jamón en el momento de la salazón debe estar entre 1 y 3ºC, al igual que la sal de cura y la sal gruesa donde se enterrará el jamón luego de agregarle la sal de cura. La materia prima puede ser fresca o provenir de carne previamente descongelada, esto hay que tenerlo en cuenta al momento de la salazón, ya que durante el descongelado existe una merma de jugos. La cantidad de agua perdida -en general entre el 4,5-5%- influye en el tiempo de salazón. El jamón tipo español con hueso se sala en forma tradicional, en pilas de sal. Este proceso se puede realizar en las tradicionales pilas de sal hechas sobre un lugar adecuado y con buen drenaje de líquidos, o en bins plásticos con drenajes, o en algún contenedor donde se pueda apilar el producto, pero siempre con drenaje de líquidos. Como los jamones se separan de acuerdo al peso de la pieza, habrá un rango de agregado de agentes de cura para cada rango de peso de la pata. Se puede establecer un rango de 2 kg de diferencia entre lotes, con lo cual se podrían separar piezas entre 9-11 kg y otro rango entre 11-13 kg, o establecer el rango que convenga, dependiendo de la materia prima que se disponga. Como dato orientativo, la mezcla de cura se puede formular de la siguiente manera: PROCESOS FIGURA 3 – Se frota la sal de cura sobre la supeficie de la pata FIGURA 4 – Colocación de patas enterradas en sal en pilas en el piso, con drenaje de jugos Sal fina: 92,86 % Nitrito de sodio: 2,14 % Nitrato de potasio: 5,00 % Con esta sal de cura, se frota el jamón en la zona interna descubierta de la pata (Figura 3), donde la sal de cura está en contacto con la carne. También en la parte de la capa de grasa, ya que, como habíamos dicho, la grasa es capaz de transferir parte de la sal y el agente de cura a la carne, no es significativo pero ayuda a llegar a la parte más difícil. Es mejor que la superficie del jamón esté húmeda en el momento de la salazón, para que la sal y los agentes de cura se disuelvan parcialmente sobre la superficie y puedan ingresar al músculo de manera más eficiente. Se forma sobre la superficie una especie de salmuera que es la que verdaderamente ingresa la musculo y se difunde para llegar hasta la zona más profunda. La cantidad de sal de cura que se calcula para este proceso se puede dividir en dos rangos de peso: en el rango de 9-11 kg de peso, 130 g por pata de sal de cura; en el rango de 11-13 kg de peso, 155 g por pata de sal de cura. Una vez frotada la sal de cura sobre la superficie de la pata (Figura 3), la misma se introduce en la sal gruesa, colocando una capa de sal, luego una camada de jamones con la cara del musculo descubierta hacia arriba, y luego otra capa de sal. Así sucesivamente hasta completar la pila o contenedor elegido (Figura 4 y 5). La cantidad de sal que debe quedar en el jamón al final del proceso de salazón es de aproximadamente 4,5 a 5%, para lograr esto, las patas se deben dejar enterradas en la sal durante un tiempo que varía según el peso de la pata (Cuadro 1) y si la carne fue o no congelada. Ese rango es un tiempo extendido, si las condiciones son adecuadas, el tiempo de salazón se puede reducir, obteniendo un producto con menos sal. Esto no está ligado directamente al sabor del producto, ya que también es importante la calidad de la materia FIGURA 5 – Colocación de patas saladas individualmente en estantes con drenaje para jugos CUADRO 1 – Duración del curado en sal según rango de peso prima en cuanto al tipo de grasa que contiene, ya que es muy distinto salar el jamón de un animal de genética productora de carne, que tiene muy poca grasa intramuscular, que uno con grasa intramuscular donde el sabor salado está muy enmascarado por la grasa. Es decir, con el mismo contenido porcentual de sal parecerá más salado el de menos grasa. En estos días donde el contenido de sal de los productos está más cuidado, el salado llega a calcularse en un día por kg de peso de la pata, menos dos días, para jamones de aproximadamente 10 kg de peso. Pero lo que durante mucho tiempo se calculó para la salazón era un día por kg de peso de la pata más un día. En el cuadro1 se puede observar la diferencia cuando se trata de jamones que partieron frescos de aquellos que partieron de materia prima descongelada. Hacia la mitad del proceso de salazón, se procede a dar vuelta la pila de jamones, esto significa colo- La Industria Cárnica Latinoamericana Nº 206 47 PROCESOS car los jamones que estaban arriba de la pila, debajo de la misma y viceversa. Esto es así porque los jamones que se encuentran debajo sufren dos tipos de presiones, una osmótica y otra por el peso ejercido por la pila que estaba sobre ellos, mientras que los de arriba solo sufrían la osmótica. Como en la etapa de desangrado, en la salazón también existen maquinarias para hacer el trabajo que antes se realizaba en forma manual. Dependiendo del grado de automatismo que se requiera, se puede conseguir maquinaria que dosifique la sal de cura sobre los jamones en forma individual. Estos equipos se cargan con los datos de peso del jamón y dosifican en forma automática la cantidad exacta para ese peso. También hay un sistema intermedio donde se fija una cantidad y se ajusta según el rango de peso que se decide salar. Luego de salado, el jamón pasa por un tambor de masajeo continuo que reemplaza el frotado manual, lo que hay que asegurar en este tipo de salado es que penetre la sal de cura en el hueco del hueso puente o hueso de cadera del jamón, en general eso se hace en forma manual para cubrir este lugar. Post-Salado. El post salado húmedo comienza cuando termina el salado. Esta etapa es crítica, ya que el producto se encuentra con gran cantidad de agua y la sal no ha penetrado completamente en todo el interior de la pieza. Se retiran las patas de la sal, se lavan (recuperando la sal para otra partida) y se preparan para colocarlas en el secadero. La forma en que se colocan dentro del secadero depende de la tecnología utilizada, pero seguramente se les colocará un lazo en la pata para colgarlas, ya sea en carros, en perchas o simplemente en sogas desde el techo del secadero. A partir de ese momento, ya no hay un trabajo muy grande en el producto, salvo controlar perfectamente las condiciones del secadero para evitar cualquier desvío que permita el crecimiento microbiano y de hongos o levaduras. Las condiciones del secadero deben ser de una humedad relativa entre 75 y 85%, para que siga difundiendo la sal, y una temperatura de 3ºC. Esta condición se debe mantener por lo menos hasta que los jamones tengan una merma de 6% antes de subir la temperatura a 4ºC, esto debe tomar no más de 15 días, si se extiende más allá de ese lapso, se corre el riesgo de que desarrollen bacterias y se forme un remelo o repego en la superficie del jamón. Post salado 1. Cuando se llega al 6% de merma se puede subir la temperatura de la cámara a 4ºC y llevar la HR entre 70-80%, y luego mantener esa temperatura hasta que el producto llegue a una merma de 12%. Este proceso llevará entre 30 y 55 días, dependiendo del peso del jamón. 48 La Industria Cárnica Latinoamericana Nº 206 Post salado 2. En esta etapa, donde el producto todavía no ha llegado a tener una merma importante, no es completamente estable ya que la cantidad de humedad permite el desarrollo de bacterias. Esto no sucede solo gracias a la baja temperatura y a la influencia de la sal que se ha agregado. En esta etapa, se mantiene la temperatura a 8ºC, con una humedad relativa entre 65 y 75%, durante aproximadamente 30-60 días, de acuerdo al tamaño del jamón. Lo importante es que se alcance la merma del 18%. Secado. Una vez que el jamón alcanza una merma de 18%, se puede comenzar a subir la temperatura de la sala hasta los 18ºC y disminuir la humedad relativa hasta 60-70%, hasta que el producto llegue a una merma del 28%. En este punto el producto es totalmente estable, es decir no requiere de temperaturas bajas para mantenerse. Probablemente esté un poco duro sobre la superficie externa, debido al secado más notorio en esta región. Aquí es donde el producto debe protegerse colocando un estucado en la superficie cárnica, no sobre la grasa ni el cuero. Estucado. Consiste en una capa de pasta, realizada con fécula y grasa de cerdo, u otros tipos de mezclas aptas para recubrir la cara muscular del jamón y evitar que se deshidrate con mucha velocidad en el paso posterior. Es decir, se debe evitar el “acortezamiento” del producto, para que el mismo pueda seguir eliminando humedad desde el centro hacia el exterior. Si se forma una corteza se sella la salida de humedad y por consiguiente el jamón queda blando en el centro y duro sobre la superficie. Estufaje. La última etapa del tratamiento consiste en un estufaje del jamón, llevando el secadero a 30º C, con una humedad entre 60 y70% durante un tiempo aproximado de 40 días, hasta que llegue a una merma final de 30-31%. En este punto se puede dar por terminada la elaboración del jamón curado y solo falta la etapa de empaque en las distintas formas conocidas. El jamón puede volver a una bodega, donde con temperaturas menos extremas entre los 14 y 16ºC y una humedad relativa entre 60 y 70%, termine de igualar su humedad interior o esperar a ser deshuesado y empacado. Tiempo total de elaboración. En el cuadro 2 se muestra el proceso resumido, pero no son valores absolutos. Es muy importante que diariamente se verifique como está el producto, ya que variaciones en el funcionamiento de los equipos pueden producir desvíos en el proceso, que finalmente afectan la calidad del jamón. Mucha humedad, poca humedad, disparos de temperatura en la etapa crítica y demás problemas que pueden ocurrir y que se deben controlar para acotar el proceso a valores que garanticen un producto de calidad. Los tiempos totales también son orientativos, ya que depende mucho de la materia prima y de cómo ésta libere la humedad contenida para llegar al objetivo del 30-31% de merma. La Industria Cárnica Latinoamericana Nº 206 49 PROCESOS CUADRO 2 – Resumen del proceso de jamón curado PROCESOS PROBLEMAS FRECUENTES Durante el proceso de elaboración pueden aparecer problemas, como la conocida “cala”, que es el resultado del desarrollo de clostridios (gérmenes esporulados anaerobios). Esto se evita trabajando con los más altos estándares de calidad y un muy buen desangrado de la pieza en el inicio del proceso. En todos los jamones antes de su despacho se controla la “cala”, pinchando al jamón con un hueso, si el producto no es apto, el aroma del hueso es desagradable, de lo contrario el aroma será el del jamón curado. La “coquera” consiste en cavidades que aparecen en la zona del hueso de la cadera o en zonas de mala cohesión de los músculos o desprendimiento de huesos o fracturas, donde hay desarrollo de hongos y a veces alojamiento de ácaros. Tiene mal olor. Los ácaros son pequeños parásitos que habitan en alimentos ricos en proteínas. Llamados también “piojillos”, se ven en el producto como un polvo blanco. Se alimentan de la carne y sus secreciones provocan sabores y olores desagradables. Son muy difíciles de erradicar, con lo cual hay que mantener la higiene de los secaderos para que no se desarrollen. Como necesitan aire para vivir, se puede enmantecar o untar la pata con grasa caliente para que cuando solidifique, impida el paso de aire y frene su proliferación. El “saltón” es un pequeño gusano blanco que proviene de la larva de una mosca. Cuando existen moscas en el recinto, se ubican sobre la superficie del producto en las hendiduras. Si se mantienen los estándares de higiene y las buenas prácticas de manufactura, se tendrán acotados los problemas que pueden aparecer en el jamón, como la putrefacción por desarrollo de bacterias y desvíos de un curado y secado normal. ELECCIÓN DE TECNOLOGÍA Hablando un poco del equipamiento que se utiliza para los procesos de post-salado, secado y estufaje, así como en el caso de los equipos de desangrado y salazón, existen varios proveedores y modelos. En primer lugar hay que decidir si los procesos se realizarán en un solo equipo, es decir, todas las fases de producción se realizaran sin mover el producto, o si se utilizarán distintos equipos con distintas condiciones y se va moviendo el producto a través de las distintas fases como equipos existan. La primera fase o post-salado húmedo y post salado 1, como hemos nombrado en el cuadro 2, necesitan equipos potentes, la posibilidad de regular la humedad relativa del aire a temperaturas de 3-4ºC es 50 La Industria Cárnica Latinoamericana Nº 206 FIGURA 6 – Jamones colgados del techo con sogas FIGURA 7 – Jamones colgados en carros apilables, en este caso dos carros apilados FIGURA 8 – Jamones colgados en perchas, movidas por personal de planta por rieleras muy difícil, ya que a esa temperatura una pequeñísima variación de la humedad absoluta puede hacer pasar muy fácilmente de 0 a 100% de humedad relativa. Debido a esto, se requieren equipos con alta capacidad de control y extracción de humedad, con respuestas rápidas y precisas. En el caso del equipo de post salado 2, aunque la temperatura sugerida es de 8ºC, también se necesita un equipo con características similares. Ya para la parte de secado y estufaje, los equipos no necesitan ser tan potentes, los tiempos son largos y las temperaturas más amigables para regular la humedad relativa. Debido a esto, los equipos que se utilicen para las etapas de post salado serán más costosos que para las etapas posteriores. ENVASADO DE LOS JAMONES Hay varias presentaciones posibles, las más tradicionales son las que están deshuesadas y prensadas con distintos formatos. Para deshuesar el jamón, se procede a quitar primero el cuero que lo rodea y que acompañó todo el proceso de secado, dejando una fina capa de grasa sobre la superficie del producto. Para ello se corta la pezuña, que se descarta, y luego se corta el cuero que rodea el garrón, quitando también el cuero de la superficie de los músculos del jamón. Se ejecuta un corte longitudinal a lo largo de los huesos de la tibiaperoné para separar la carne de ellos y extraer los mismos de la pata, estos huesos están unidos a la punta inferior del fémur del animal. Del otro lado de la pata, se encuentra el hueso puente o hueso de la cadera, este tiene descubierta la parte superior, ya que al momento de salarlo, se ha separado del resto del animal por esta zona. Este hueso se separa de la pata introduciendo el cuchillo de punta debajo del mismo y, tratando de no cortar la carne debajo de él, se separa completamente dejando expuesta la cabeza del fémur. Lo único que resta extraer es el fémur, el hueso más grande e importante de la pata. Se lo extrae cortando la carne de su alrededor con un cuchillo fino, tratando de dañarla lo menos posible. Una vez separado por completo de la pieza, se extrae por uno de sus extremos, el del lado de la cadera. Se separa la parte del garrón, ya que quedará mejor el formato rectangular. FIGURA 9 – Jamones deshuesados y prensados. Tipo ladrillo envasado al vacío e identificado (izq.) y tipo guitarra (dch) Así se obtiene el producto deshuesado. Con la carne ya curada, el agujero producido por la extracción del hueso es evidente y hay que cerrarlo de alguna manera para ofrecer una feta continua y no con agujeros. Además, esa feta no debe romperse al momento de cortarla de cualquier forma, con lo cual hay que recurrir a la tecnología. En este punto, como al jamón se lo ha despojado completamente de la piel, se le da forma rectangular (ladrillo) con una prensa. Las prensas actuales aplican variadas tecnologías, algunas son enfriadas y otras no, posicionan en jamón en un molde, que se cierra, y con presión llevan el jamón a la forma deseada. Obviamente el producto tiende a volver a su forma original, por lo cual es mejor prensarlo en frio, es decir semicongelado a -3/-4ºC, no hay que olvidar que el jamón tiene un alto contenido de sal, lo que evita que el agua esté en estado sólido a esa temperatura. Cuando se prensa el jamón, el agujero originado al sacar el hueso se cierra pero puede no se “pegue”, con lo cual se recomienda prensarlo y colocarlo al vacío durante 15 días a temperatura ambiente y luego volver a prensarlo para colocarlo en su envase definitivo. Se puede utilizar alguna ayuda para mantener cerrado ese agujero, como la utilización de productos como la transglutaminasa, que ayuda a la unión de las partes. Esta enzima se coloca en el agujero antes del prensado y actúa en 24/48 horas. De acuerdo al producto que se utilice se debe determinar la mejor forma de utilización de la enzima. Para obtener el formato de “guitarra” se deshuesa de la misma manera pero no se quita la piel, solo se quita el exceso de grasa rancia superficial, producida en la etapa de estufaje, y se emprolija la pieza, no se separa la parte del garrón que se elimina para el producto rectangular. Las observaciones realizadas en cuanto al cuidado de temperatura para el prensado y cerrado del agujero del hueso se repiten para esta presentación. Los productos obtenidos se envasan al vacío, identificados de la manera que corresponda y están listos para ser comercializados (Figura 9). La Industria Cárnica Latinoamericana Nº 206 51 PROCESOS Esto nos pone en la alternativa de evitar el movimiento y adquirir equipos más costosos que puedan realizar todas las etapas, o adquirir alguno más costoso para las primeras etapas y otros menos costosos para las etapas ulteriores, trasladando el producto de un equipo a otro en el momento de cambiar de fase. Esto es lo que en general se realiza. En función de este tipo de decisión, se debe pensar en cómo colocar los jamones en los secaderos. En los antiguos secaderos, los jamones se colgaban, literalmente, de una soga como ramillete de piezas, donde la soga estaba enganchada en el techo del local (Figura 6). Recordemos que no había equipos de secado mecánico y se iban colocando los jamones hacia abajo hasta llegar al piso, con lo cual, vaciar o cargar un secadero era un tema importante. Se puede recurrir a otro tipo de estibado, colocando los jamones en carros (Figura 7). En este caso para mover un carro se necesita un autoelevador o algún tipo de ayuda. También se pueden colgar los jamones en perchas sobre un riel móvil (Figura 8); esta es la solución más fácil, ya que mover la percha en el riel es muy sencillo, pero hay que tener en cuenta la estructura de soporte que la rielera necesita para el peso de los jamones que soportará.