Índice PORTADA SINOPSIS PORTADILLA INTRODUCCIÓN PRIMER PASO. EL AUTODESCUBRIMIENTO: EL CONOCIMIENTO QUE CAPACITARÁ TU VIDA PARA SIEMPRE 1. EL PODER ABSOLUTO DE LAS PREGUNTAS 2. LA INCOMODIDAD DE LA ZONA DE CONFORT 3. LA CERTIDUMBRE DE LA GRATITUD 4. CREA AQUELLO EN LO QUE CREES 5. NEUROPLASTICIDAD RECONECTAR EL CEREBRO 6. ROMPER CON LA COSTUMBRE SEGUNDO PASO. LA ENERGÍA, ESA FUERZA FUNDAMENTAL 7. LA FUERZA DE LA VIDA 8. BUSCA Y LO HALLARÁS TERCER PASO. EL SISTEMA DE LOGRO 9. TOMA LAS RIENDAS AL INSTANTE 10. EL PODER DE LA PERSEVERANCIA 11. MOMENTOS DE CRISIS: SEAMOS HONESTOS 12. LA TRÍADA DE LA ACCIÓN 13. EL MIEDO: ¿AMIGO O ENEMIGO? 14. MOLDEA TU PROPIO DESTINO: EL RETO DE LOS SIETE DÍAS PARA ALCANZAR EL MEGAESTADO 15. LAS CUALIDADES QUE IMPULSAN AL ÉXITO 16. EL DÚO DINÁMICO DE LA VIDA: EL ALMA Y SUS VISIONES LA PASIÓN ES LA VOZ DE TU ALMA CUARTO PASO. LLEVA EL TIMÓN DE TUS RELACIONES 17. ¿EN AGUAS TURBULENTAS, AMARRADO EN PUERTO O VIENTO EN POPA? 18. LA IMPORTANCIA DE LOS IGUALES QUINTO PASO. CREA UNA EXISTENCIA FÍSICA SALUDABLE 19. PON EL MOTOR EN MARCHA 20. PERDER PESO NO ES LO MISMO QUE ESTAR SANO Y EN FORMA SEXTO PASO. DESPIERTA LA MENTE Y LIBERA EL CORAZÓN 21. EL ALMA HUMANA ES INFINITA 22. UN VIAJE ESPIRITUAL A TAILANDIA 23. NO ES SOLO TU VIDA 24. EL MISTERIO DE LA VIDA SÉPTIMO PASO. ENCUENTRA LA PLENITUD: EL ÉXITO REAL 25. LA FELICIDAD VERDADERA 26. ENCONTRAR UN CORAZÓN LLENO DE AMOR 27. EL PRINCIPIO AGRADECIMIENTOS CRÉDITOS Gracias por adquirir este eBook Visita Planetadelibros.com y descubre una nueva forma de disfrutar de la lectura ¡Regístrate y accede a contenidos exclusivos! Primeros capítulos Fragmentos de próximas publicaciones Clubs de lectura con los autores Concursos, sorteos y promociones Participa en presentaciones de libros Comparte tu opinión en la ficha del libro y en nuestras redes sociales: Explora Descubre Comparte SINOPSIS ¿Realmente quieres cambiar tu vida? Entonces nunca digas no puedo. ¿Te has preguntado alguna vez por qué hay algunas personas que consiguen realizar sus sueños mientras que otras no? En estas páginas encontrarás la respuesta a esta pregunta y te embarcarás en un viaje emocional que desbloqueará tu verdadero potencial, ese que tienes escondido o adormilado. Nunca digas no puedo es la mejor guía para descubrir cómo trasformar tu vida a través de 7 pasos que te permitirán comprometerte con lo que realmente deseas y superar tus límites. Recuerda que el poder de cambiar tu vida está en tus manos. DANIEL CHIDIAC NUNCA DIGAS NO PUEDO Un revolucionario sistema para cambiar tu vida hoy mismo INTRODUCCIÓN «En tu interior albergas poderes que, si pudieras descubrir y usar, te convertirían en todo lo que siempre has soñado o imaginado que podrías llegar a ser.» ORISON SWETT MARDEN ¿Por qué actúas como lo haces? ¿Por qué hay personas motivadísimas y personas que ni siquiera son capaces de levantarse para ir a buscar el mando a distancia del televisor? ¿Qué marca la diferencia en la vida de las personas? ¿Cómo podemos cambiar nuestra actitud y nuestra manera de hacer cuando parece que el mundo se derrumba a nuestro alrededor? ¿Cómo creamos la vida que queremos? ¿Qué estrategias han resultado ser las más útiles para las personas más exitosas de la historia? ¿Cómo podemos construir una relación de confianza con nosotros mismos, una relación que nos garantice que vamos a conseguir lo que nos proponemos? El ferviente deseo de encontrar las respuestas a estas preguntas se ha convertido en la pasión de mi vida. Y esta búsqueda me ha revelado que en el interior de cada ser humano hay una fuente infinita de inteligencia y de sabiduría que aguarda con paciencia. El tiempo hace que el espíritu de lucha se apague en muchas personas, desgastado por las dificultades, las frustraciones y las decepciones. Me he comprometido conmigo mismo a enseñar a las personas a reavivar esa llama. Es obvio que todos tenemos una visión de cómo nos gustaría que fuera nuestra vida, pero son muy pocos los que llegan a vivirla en realidad. ¿Por qué? ¿Será porque somos reticentes a indagar en lo más hondo de nosotros mismos? ¿O es que, sencillamente, no sabemos cómo hacerlo? ¿Puede ser que existan barreras psicológicas o emocionales que nos impidan demostrar nuestras verdaderas capacidades? La triste realidad es que la mayoría de las personas se pasan la vida soñando con una vida que creen fuera de su alcance. El estrés y las preocupaciones de la vida cotidiana empañan la esperanza y la fe en sus propias habilidades. «Donde no hay visión, el pueblo se extravía.» PROVERBIOS 29, 18 No hace mucho, me encontré en uno de esos momentos de la vida en que todo parece incierto. Estaba de rodillas en mi habitación, experimentando los efectos físicos y emocionales de un fin de semana repleto de drogas. No tenía trabajo, no sabía qué hacer con mi vida y había perdido cualquier esperanza de forjar mi propio destino. Sentía que no tenía nada que ofrecer, ni a mí mismo ni al mundo. Como casi todos, quería que mi vida significara algo, quería poder marcar una diferencia en la vida de las personas y vivir con un propósito que inspirara todas mis acciones. Quería satisfacer mis anhelos, contribuir a la sociedad y despertarme por la mañana contento de tener todo un día por delante. Desde ese momento, estoy embarcado en un viaje con el fin de descubrir por qué hay personas que viven vidas extraordinarias y otras que jamás se sienten plenamente realizadas. A lo largo del trayecto, he tomado como modelos a las personas históricamente más reconocidas, he viajado al extranjero para conocer a los líderes con las mentalidades más fuertes del planeta, he hablado con personas que han conseguido logros excepcionales y he acompañado y asesorado a personas de todo el mundo, desde atletas profesionales a personalidades televisivas; pero lo más importante de todo es que me he sumergido plenamente en la mente y en la emoción humanas. Y, te lo aseguro, todas las personas plenamente realizadas que he conocido comparten atributos similares. ¿Alguna vez te has preguntado por qué solo un puñado de personas viven sus sueños? Las personas que viven una vida plena y de éxito piensan de un modo similar, sienten de una manera concreta y actúan de acuerdo con esas pautas. Sí, difieren en muchos aspectos, pero la naturaleza del núcleo de su existencia es muy parecida. Sorprendentemente, también he descubierto que ellos tuvieron que aprender y practicar esas pautas y esos principios. Y sí, son pautas y principios a los que todos, y no solo unos pocos elegidos, podemos acceder. Una de las cosas más importantes que aprendí es que todo sucede por algo: para llevarnos hasta un punto en el que podamos tomar una decisión que determinará cómo viviremos el resto de nuestra vida. Estés en el punto de tu vida que estés, sea lo que sea lo que hayas logrado o lo que te hayas propuesto conseguir, si lees este libro, es para tomar esa decisión. La decisión que te proporcionará una plenitud que ni siquiera sospechabas que pudiera existir. La decisión que te elevará hasta el nivel que quieras alcanzar. La decisión que te ofrecerá ese estilo de vida saludable con el que sueñas, atraerá a la persona que llevas buscando toda tu vida o reforzará la relación en la que ya estás. La decisión que te guiará para que puedas lograr lo que creías imposible y controlar tus finanzas. La decisión que te permitirá controlar tus emociones, superar los miedos que te atenazaban y despertarte cada día con una actitud vital que guiará todos y cada uno de los pasos que des. Este libro trata de cómo tomar esa decisión crucial, pero también de cómo darle un sentido a tu vida de manera que cada vez que tomes una decisión lo hagas con el conocimiento y las estrategias que, con toda seguridad, te elevarán a un nivel que inspirará a otros. No importa en qué nivel creas estar ahora. Siempre se puede mejorar. Al igual que cualquier otro viaje, este libro va paso a paso... EL PRIMER PASO: EL AUTODESCUBRIMIENTO, EL CONOCIMIENTO QUE CAPACITARÁ hará precisamente eso. Todas las personas que conozco han manifestado interés por conocerse a sí mismas, pero también han dicho que no sabían por dónde empezar. Este paso es crucial a la hora de entenderte a ti mismo y mejorar tu capacidad de generar cambios inmediatos. TU VIDA PARA SIEMPRE explica cómo usar correctamente la gran energía que albergas en tu interior. Todos sabemos que cuanta más energía pongamos en algo, más rápidamente sucederá. La mayoría de las personas consumen toda su energía en cosas que destruyen su vida en lugar de enriquecerla. Esta es la guía definitiva para diferenciar unas de otras y que te ofrece el conocimiento que necesitas para despertar tu conciencia para siempre. EL SEGUNDO PASO: LA ENERGÍA, ESA FUERZA FUNDAMENTAL es el trabajo de base para cualquier cosa que te propongas conseguir. Jamás incluiría en este libro nada que no haya practicado personalmente o que no aplique con mis clientes, y tampoco nada que no tenga sus raíces en las prácticas empleadas por los más grandes de la historia. La detallada estrategia de esta sección te proporcionará el arsenal necesario para alcanzar la excelencia. Te enseñará paso a paso a superar dificultades en el trabajo, te ayudará a descubrir qué te apasiona de verdad y a generar la lucidez y la carga emocional que necesitas para tener éxito. EL TERCER PASO: EL SISTEMA DE LOGRO te enseñará a hacerte con el control inmediato de las mismas. ¿Tu barco navega viento en popa, está en aguas turbulentas o no ha soltado amarras aún? Tanto si tienes dificultades en tu relación de pareja y la quieres dejar como si la quieres mejorar, esta es tu guía. También está pensada para los que quieren encontrar a la pareja de sus sueños, pero no saben muy bien cómo atraerla. EL CUARTO PASO: LLEVA EL TIMÓN DE TUS RELACIONES EL QUINTO PASO: CREA UNA EXISTENCIA FÍSICA SALUDABLE te ofrece la actitud y la estrategia necesarias para hacerte responsable de tu salud. Estamos de acuerdo en que la salud es, sin duda, una de las cosas más importantes en la vida. Si para ti no lo es, necesitas leer esta sección más que cualquier otra persona. No puedes tener éxito si no estás sano. Y punto. Soy entrenador personal titulado y me he basado en la experiencia con mis clientes para mostrarte la manera más efectiva de lograr el cuerpo que deseas, pero también, y más importante, de sentirte bien contigo mismo. Este apartado también contiene información detallada acerca de cómo la mente afecta al cuerpo de todas las maneras que puedas imaginar. confirma la importancia de despertar, de ser consciente y conocedor del mundo que te rodea. Este viaje a través de tus estados emocionales te demostrará científica y moralmente que todos somos esencialmente uno. Estudia cómo tus acciones afectan no solo a tu propia vida, sino al mundo en general. Camina junto a mí durante mi viaje espiritual a Tailandia para conocer y reunirme con uno de los monjes más respetados del país. Este paso te explicará la gran influencia que ejercemos sobre los jóvenes, ya sean nuestros hijos, nuestros sobrinos o el vecino. Nada motiva más que ser consciente del papel que desempeñamos en el mundo. EL SEXTO PASO: DESPIERTA LA MENTE Y LIBERA EL CORAZÓN es el mayor beneficio que podemos obtener. No hay vida exitosa sin realización. No me malinterpretes: hay personas que consiguen grandes logros, pero que no se sienten realizadas; pero ese sería el verdadero éxito. Descubre qué te hace feliz de verdad y derriba el mito social que ha convencido a nuestro corazón de que la felicidad está en lo material. Este sistema les ha fallado a muchos a lo largo de la historia, así que no te dejes engañar más. ¡La verdadera realización existe! EL SÉPTIMO PASO: ENCUENTRA LA PLENITUD: EL ÉXITO REAL Dicho esto, sería absurdo minimizar la enormidad del contenido de este libro que tiene el potencial de cambiarte la vida. No quiero que ningún aspecto de este viaje se vea perjudicado por una introducción que intenta resumir su potencia en unos cuantos párrafos. Aunque es una lectura divertida e interactiva, no edulcora nada. Tiene un abordaje real, crudo y directo, y el potencial de hacer aflorar las cualidades absolutamente fantásticas que siempre has tenido en tu interior. Prepárate para sentir curiosidad, fascinación y asombro. No por el libro, sino por tu propio poder. «Cuando la mente de un hombre se expande por una nueva idea, jamás vuelve a su tamaño original.» OLIVER WENDELL HOLMES, JR. ANTES DE CAMBIAR MI RUMBO «La verdadera medida de un hombre no la da su actitud en momentos de fortuna, sino cuando se enfrenta a las adversidades de la vida.» MARTIN LUTHER KING, JR. De niño, siempre soñaba con una vida mejor. Aunque había otros menos afortunados que yo, tenía un deseo típico: escapar del mundo tal y como lo conocía y de lo que me rodeaba a diario. Recuerdo que ya de muy pequeño tenía grandes ideas, pero siempre había algo que me impedía creer que alguna vez se pudieran convertir en mi realidad. Tal y como hacen la mayoría de los niños, veía a gente en televisión, escuchaba a cantantes y conocía a algún empresario, y deseaba lograr algo parecido. Mis padres siempre intentaron proporcionarme un entorno feliz y me apoyaron, aunque a veces los niños ven las cosas de un modo distinto al que los padres desearían. Mi padre tenía dos facetas: por un lado, podía ser extremadamente duro, pero al mismo tiempo podía ser la persona más afectuosa que he conocido. Su lado duro me enseñó mucho, sobre todo que rendirse no es una opción. Para él, ser el segundo no era suficiente y esperaba que yo diera el máximo en todo aquello con lo que me comprometía. En ocasiones resultaba muy difícil, pero ahora puedo ver el gran efecto que esas enseñanzas ejercieron sobre mí. Su actitud de «rendirse no es una opción» se me ha quedado grabada para siempre. En cuanto a mi madre, jamás dudó de mí ni me cuestionó. Cuando era pequeño, mis padres no tenían mucho dinero y eso era algo difícil de ver. Ambos eran personas que amaban incondicionalmente y se lo agradeceré siempre. De todos modos, no me gustaba estar en casa ni cumplir sus normas. «Lo que importa no es lo que tienes en este mundo, sino el legado que dejas en él.» MI MADRE Empecé a buscar consuelo en mi abuelo y en mi tía y, cuando mis padres se fueron de casa de mis abuelos, decidí quedarme en lugar de mudarme con ellos. Admiraba a mi abuelo; era un modelo para mí porque tenía un vínculo muy sólido con su familia y porque, a pesar de que tenía dinero y el respeto de los demás, lo que más destacaba en él era su sensación de plenitud. Parecía estar en paz con el mundo y usaba su capacidad mental para resolver los problemas que pudieran surgir en la familia. Acudía a diario a la iglesia, donde todavía ejercía de acólito. Años después entendí que era eso, y no el dinero o el aprecio de los demás, lo que le hacía sentirse realizado. Uno de los momentos más difíciles de mi vida fue cuando le diagnosticaron cáncer. A mis doce años, me arrodillaba en la ducha, rogando entre lágrimas a Dios que lo curara. Entonces no era consciente de ello, pero así intentaba curarme del dolor emocional y del sufrimiento que estaba a punto de padecer. Tras tres largos años, mi abuelo perdió definitivamente la batalla contra el cáncer y empezó mi propia batalla contra la vida. Mi mundo se derrumbó: la roca de la familia había desaparecido y durante muchos años tuve una profunda sensación de pérdida. Vivía en un barrio de clase trabajadora de Melbourne (Australia) y creía que mis oportunidades eran muy limitadas. Empecé a acumular una gran ira contra el mundo y decidí huir en lugar de enfrentarme a la situación. Perdí el rumbo y me convertí en un chico problemático. Estuvieron a punto de expulsarme del instituto, participaba en peleas violentas y no tenía respeto por nada. Ese era mi modo de vida. Por aquel entonces, creía que mis amigos me querían de verdad. Nos pasábamos la noche en los callejones, pensando solo en cómo divertirnos. Y en esa búsqueda de diversión no teníamos límite alguno, ni siquiera el de la autoridad. Era una autopista hacia la autodestrucción. Durante todo ese periodo supe que lo que hacía no reflejaba quién era en realidad, pero vivía del modo en que pensaba que tenía que hacerlo. Imagino que era por la necesidad de atención, de aceptación, de elogios, de reconocimiento, de satisfacción egoísta y de todas esas emociones que solo llevan a la infelicidad. «No puede haber felicidad si las cosas que creemos son distintas de las cosas que hacemos.» FREYA STARK Cerca de casa había un puente al que solía ir a reflexionar. Solo tenía catorce años, pero analizaba los coches y los conductores que lo cruzaban. Me fascinaba pensar que todos parecían estar en su propio mundo, conduciendo cada uno hacia su destino, pero que, en realidad, todos formábamos parte de un mismo «gran mundo». Tras un flamante Mercedes aparecía un viejo Toyota, e intentaba entender por qué las cosas no eran al revés. ¿Por qué esa mujer podía conducir un coche como ese y el hombre que iba justo detrás no? ¿Era cuestión de suerte? Entonces pensaba «pero estamos en el mismo mundo». Me preguntaba si la persona del Mercedes sería realmente más feliz que la que conducía el Toyota. Sentía curiosidad por la emoción humana y por los distintos estilos de vida, pero, sobre todo, por las respuestas. ¿Cómo afectan nuestras vidas a nuestras emociones? En aquella época no eran más que divagaciones, pero ese interés nunca desapareció. Siempre sentí que estaba aquí para ejercer un impacto en el mundo. No era consciente de que mis acciones estaban afectando al mundo ya desde el principio, pero supongo que es normal que las personas no seamos conscientes de nuestro poder, para bien o para mal. Unos años después, las cosas seguían más o menos igual. Conocí a una chica que fue mi novia durante tres años y basé mi felicidad en su presencia. Las cosas fueron muy bien al principio, pero luego la relación empezó a desmoronarse, como casi todo en mi vida. Nos peleamos y la situación se volvió desastrosa. Descubrí que me estaba siendo infiel y, a pesar de que ya no estábamos bien, eso hizo que me sintiera vacío por dentro. No podía comer ni dormir; dedicaba hasta la última pizca de energía en recordarme a mí mismo el profundo dolor que experimentaba. Sentía que ella todavía era parte de mi vida y que la necesitaba para poder seguir viviendo. Volvimos, pero al poco tiempo los sentimientos empezaron a desvanecerse. Había vuelto con ella porque me había engañado pensando que necesitaba saber que aún me amaba. Ahora entiendo que era una actitud egoísta cuyo único objetivo era protegerme a mí mismo. La decisión de dejarla fue la más difícil que había tomado hasta la fecha y puso a prueba toda mi fortaleza. Sabía que había cosas que tenía que hacer en la vida y que tenía que hacerlas solo. Si miro atrás, creo que en realidad nunca estuve enamorado de ella, sino que buscaba llenar mis vacíos emocionales con su presencia. Cuando perdí el contacto con mi ya exnovia, perdí el contacto también con lo que creía que era la felicidad y volví a buscar elementos externos que me llenaran. No entendía lo que hacía, pero, aún más importante, ignoraba que solo podemos encontrar la felicidad completa en nuestro interior. Así que me lancé a otro viaje en busca de la felicidad externa. Empecé a vivir en una fiesta perpetua. Empecé a fumar, a beber en exceso y a experimentar con drogas. Vivía para los fines de semana. Estudiaba economía y comercio en la universidad, pero sabía que eso no era lo que quería hacer con mi vida. Un día, durante una clase junto a otros trescientos alumnos más, la mente se me desbocó. Solo podía pensar en que dentro de poco tendría que competir con todas esas personas por un trabajo que ni siquiera quería. Supe que tenía dos opciones: quedarme y vivir una vida que jamás me haría feliz o dar un salto de fe al vacío de lo desconocido sin tener ni la menor idea de lo que quería hacer. Recogí todas mis cosas, me levanté y no volví a mirar atrás. Mis padres querían que terminara la licenciatura, pero yo sabía que no quería vivir mi vida de acuerdo con las expectativas de la sociedad. No tenía una imagen clara de lo que quería de la vida, pero sí sabía que no quería estar donde estaba. Empecé a trabajar en una empresa de marketing, lo dejé y empecé a trabajar a jornada completa como comercial. Demostré tener una habilidad increíble en ambos empleos, así que me ascendieron y me convertí en el formador comercial más joven de la empresa, a pesar de que solo llevaba allí seis meses. Pero había un problema: no me sentía realizado. Entonces me asocié con mi hermano y fundamos una empresa de importación de ropa, pero como aún no estaba seguro de cuál era mi verdadera pasión, tampoco llegué a comprometerme nunca al cien por cien. Trabajaba, sí, pero con el único objetivo de generar dinero, porque estaba convencido de que ese era el camino a la felicidad. Con otra de mis hipótesis acerca de la grandeza de la vida desmontada, estaba agotando todas las vías y la verdad estaba a punto de mostrarse de nuevo, esta vez de forma despiadada. Tenía diecinueve años y estaba en un vuelo en dirección a Italia, leyendo un libro sobre negociación. No es una situación habitual para alguien de esa edad, así que no tenía queja al respecto. Miré por la ventana y pensé hacia dónde se dirigía mi vida. ¿Qué era todo eso? ¿Qué significaba? ¿Qué hacía ahí? No gasté demasiada energía en responder esas preguntas, pensaba que debía emplear mejor mi tiempo. Ahora sé que no podía estar más equivocado. En lugar de responder a esas preguntas, visualicé mentalmente cómo entrar en esa sala de juntas llena de hombres de negocios de todo el mundo y conseguir el mejor acuerdo posible. Estaba nervioso y ansioso, pero también increíblemente entusiasmado. Sabía que jamás viviría una vida inferior a la que sabía que me merecía. No estaba dispuesto a renunciar a nada, a ser mi propio jefe o a vivir esa vida de ensueño. A los veintiún años ya había viajado a Europa por negocios en cinco ocasiones. Cuando lo explicaba siempre sonreía, pues me proporcionaba cierta satisfacción. Creía que había encontrado la felicidad presumiendo del fantástico estilo de vida que simulaba tener. Cada vez que alguien me preguntaba cómo estaba, respondía: «Encantado de la vida». Lo que nadie sabía era que, a esas alturas, era adicto a las drogas, era incapaz de mantener una relación, estaba arruinado, agotado mental, emocional y espiritualmente y sin rumbo. Me pasaba toda la noche fumando porros en un intento desesperado de ocultar lo confuso y perdido que estaba. Es como poner mil tiritas en un corte abierto: no importa cuántas pongas, la herida sigue ahí, abierta. ¿Quién supo lo que sucedía desde el primer momento? Yo. Me mentía a mí mismo, pero tenía la capacidad de conocer mi propia verdad. Es un don que todos tenemos. Sabía que estaba perdido y apelaba a un Dios al que realmente no sentía ni entendía para que me iluminara y me mostrara el camino que debía seguir. ¿Dudé alguna vez de la presencia de Dios? Claro que sí, sobre todo en los momentos más bajos. Sin embargo, no sabía a quién recurrir. Ya había invertido toda mi energía en las cosas que pensaba que me harían feliz. Empezaron a aparecer personas a las que oía hablar de la verdadera felicidad. Imagino que siempre habían estado ahí, pero mi mente decidió prestarles atención en ese momento. Repito que las oía. Si me hubieran interesado de verdad, las habría escuchado, pero no lo hice. No podía concebir tanta plenitud, así que las rechazaba inmediatamente. Discutía y ofrecía una excusa tras otra, y me frustraba cuando me arrojaban mis propias mentiras a la cara con una sencilla pregunta: «¿Eres feliz de verdad?». Lo curioso es que respondía que sí. Cada vez que lo decía, sabía que era mentira, pero me aterraba exteriorizar mis miedos, por raro que suene. Sentía que mi verdad, esa profunda voz interior, se alzaba cada vez con más fuerza, pero no podía actuar en consecuencia, imagino que porque no tenía fe en mi capacidad para cambiar mi vida. Aunque siempre supe que, en el fondo, era buena persona, seguía haciendo cosas que demostraban todo lo contrario, así que cada vez estaba más confundido. Sucedieron cosas que me llevaron a cuestionar todo lo que hacía. Lo más difícil fue cuestionar lo que hacía de forma inconsciente. Una noche en concreto toqué fondo. Llevaba más de cuarenta y ocho horas sin dormir después de un fin de semana repleto de drogas. Estaba física y mentalmente exhausto. No era un simple bajón. No hay palabras que puedan describir la sensación de vacío que sentí en mi interior. Pensé: «Se acabó». Ya no había esperanza. Deseaba que el suelo se abriera y me engullera. De pie en mi habitación, ajeno a todo lo que me rodeaba, pensé que todo sería más fácil si estuviera muerto. Sentí que no tenía a dónde ir. Me inundaron una tristeza y un miedo profundos, como si fuera un niño encerrado en una habitación a oscuras, pero mil veces peor. Me puse a llorar, caí de rodillas y empecé a gritarle a Dios: «¿Dónde estás ahora, eh?». Estaba tan hundido que podía tocar el fondo con la mano. Ahogado y cegado por las lágrimas, me incorporé y me vi en el espejo. Las lágrimas deformaban mi imagen, así que las sequé. Entonces vi mi rostro con claridad y me sentí abrumado. Fue una experiencia tan reveladora e inspiradora que cambió mi vida para siempre. Me quedé allí, mirando mi reflejo, durante veinte minutos. Por fin me di cuenta de que la persona que había querido ser durante toda mi vida estaba justo ahí, mirándome a los ojos desde el espejo. Y así empieza nuestro viaje... TU CONTRATO PERSONAL: Yo, _______________________________, declaro que debo controlar todos los ámbitos de mi vida. No me conformaré con una vida inferior a la que sé que merezco. Ya he conocido lo suficiente esta cara de la vida y ahora ha llegado el momento de brillar. Me comprometo a enriquecer la calidad de mi vida. Persistiré ante cualquier circunstancia y pondré en práctica las tareas de este libro, que me capacitarán para siempre. Completaré todas y cada una de esas tareas. Trabajaré sin descanso para empoderar mi vida e ir más allá de mis límites conocidos. Yo soy la persona responsable de mi destino y confío en mi habilidad para completar este libro. Entiendo que la única manera de lograr el éxito real es alcanzando un estado mental óptimo, y estoy dispuesto a trabajar vigorosamente para conseguirlo y mejorarlo. Estoy preparado para vivir mi vida en un ciclo infinito de crecimiento personal y para usar el poder ilimitado que albergo en mi interior. Estoy preparado para hacer realidad mis deseos, mis mejores sueños, y para mostrar, sobre todo, pasión por la vida. Firma: _______________________________ Fecha: _______________________________ PRIMER PASO EL AUTODESCUBRIMIENTO: EL CONOCIMIENTO QUE CAPACITARÁ TU VIDA PARA SIEMPRE 1 EL PODER ABSOLUTO DE LAS PREGUNTAS «La definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez con la esperanza de lograr resultados diferentes.» ALBERT EINSTEIN GRANDES PREGUNTAS = GRANDES RESPUESTAS Tengas la edad que tengas, si respiras, puedes cambiar. Puede ser tu relación de pareja, tu trabajo, una costumbre, la dificultad para gestionar la ira o cualquier otra cosa que esté afectando a tu vida. Quiero que elijas una y te preguntes: «Si pienso en todo lo que he aprendido en los últimos dieciocho, veintidós, cuarenta y cinco o incluso sesenta y cinco años de vida, ¿qué impacto ha ejercido sobre esta faceta concreta de mi vida? ¿Soy feliz donde estoy? ¿Me siento realizado? ¿Me siento perdido o confundido?». Ahora piensa en cuántas veces te has hecho esas mismas preguntas. ¿Ves una pauta en cómo las respondiste con anterioridad y en cómo las has respondido ahora? Lamentablemente, la mayoría de las personas se quedan atrapadas en una vía de tren circular durante toda su vida y jamás son capaces de hacer cambios reales. En primer lugar, porque no creen en el cambio, sino que se recuerdan continuamente por qué no pueden cambiar. Y, en segundo lugar, porque hay personas que, sencillamente, no saben cómo hacerlo. Acumulamos conocimiento durante toda nuestra vida, pero el aprendizaje exige acción. Podríamos ver veinte veces cómo alguien cambia la rueda de un coche, pero, a no ser que nos arrodillemos y lo hagamos, jamás pondremos a prueba el conocimiento y jamás aprenderemos. Por otro lado, muchos pensamos que estamos haciendo lo adecuado, pero sentimos que igualmente hemos fracasado. Por eso debemos canalizar la energía de tal modo que resulte efectiva y nos permita conseguir un cambio duradero. Muchos de nosotros hemos asimilado la idea de que, si cambiamos, no somos fieles a nosotros mismos. Incluso nuestros mejores amigos nos atacan con comentarios como «¡Has cambiado!» con un tono de voz acusador. Esta postura pasa por alto dos verdades: el cambio es extraordinariamente poderoso y, lo que es más importante, es inevitable. Nada es inmutable. A cada momento eres una persona nueva, incluso físicamente. No hay ni una sola célula de tu cuerpo que no haya cambiado desde que naciste. Eso significa que estamos en constante transformación. Sin embargo, en qué nos transformemos depende de nosotros. El problema es que la mayoría no nos convertimos en lo que queremos ser. Para crecer, algo debe cambiar, ¿no? Da igual si hablamos de crecer económica, física, emocional o mentalmente, la norma es la misma. Las preguntas adecuadas son la clave para dirigir el cambio hacia el crecimiento inmediato. Permiten que abramos el pensamiento y evitan que sigamos siendo estrechos de mente, porque desmontan la falsa creencia de que «solo hay una opción». Es posible que ya estés planteándote preguntas, pero que son desalentadoras y te llevan a seguir haciendo lo mismo. Aléjate de las preguntas tipo: ¿Por qué no puedo hacerlo? ¿Por qué tengo tan mala suerte? ¿Por qué son iguales todos los hombres o mujeres? Todas las personas con dinero han tenido que pisar a otros para llegar ahí, ¿no? ¿Por qué no puedo disfrutar de la vida como los demás? ¿Por qué soy la única persona con tantos obstáculos en la vida? Cuando cambias tu forma de pensar, cambias tu forma de sentir. Cuando cambias tu forma de sentir, cambias tu forma de actuar. Cuando cambias tu forma de actuar, cambias tu vida. Todo empieza cambiando tu forma de... ¿QUIÉN SOY? «Una mente que no se cuestiona es un mundo de sufrimiento.» BYRON KATIE Tenemos que formular preguntas que impulsen el crecimiento y que impidan que nos sintamos insignificantes e inútiles. Antes de cualquier otra cosa, es muy importante que reflexionemos acerca de la pregunta «¿Quién soy?». Aunque al principio pueda resultar algo intimidante, ahondar en nuestro interior nos desvelará la verdad. No aceptar plenamente la respuesta puede enturbiar lo que realmente queremos e impedir que lleguemos a experimentar la verdadera grandeza. Pregúntate qué tipo de persona eres en el fondo, independientemente de las decisiones que hayas tomado en el pasado. A lo largo de mi vida me han preguntado varias veces «¿Quién eres?», pero no pude responder con seguridad hasta que hice las paces con la respuesta. A continuación encontrarás algunas de las preguntas que te puedes hacer para empezar a reflexionar. Son preguntas que yo también me he planteado; recuerda que todos tenemos momentos en que no manifestamos nuestra verdadera personalidad. Por ejemplo, no te centres en aquella vez en la que te comportaste con crueldad y egoísmo si sabes que, en el fondo, eres una persona afectuosa. Dedica unos segundos a cada pregunta. ¿Soy una persona afectuosa? ¿Soy una persona respetuosa? ¿Soy una persona compasiva? ¿Soy una persona generosa? ¿Suelo compartir? ¿Soy una persona honesta? ¿Soy una persona agradecida? Mientras leías las preguntas, ¿te has fijado en si tu mente te ha empezado a recordar automáticamente situaciones en las que no has sido esa persona? En caso afirmativo, es porque sigue condicionada a pensar en las experiencias, y especialmente en ti mismo, de la peor manera posible. Eres humano, por lo que estoy seguro de que habrá habido ocasiones en las que no has demostrado estas cualidades positivas. Ciertamente, yo también, pero eso no significa que, en el fondo, ni tú ni yo seamos esa persona. Seamos realistas: si todas las decisiones que has tomado fueran una condena definitiva, ni siquiera estarías leyendo este libro. Así que no recuerdes deliberadamente las ocasiones en las que no has estado a la altura; sé inteligente y céntrate en las ocasiones en las que sí demostraste esas cualidades. Ahora, vuelve a leer esas preguntas, pero añade la siguiente: «¿En qué ocasión demostré esta cualidad?». Cuando hayas terminado, vuelve aquí y sigue leyendo. Cuanto más te centres en ser esa gran persona, más vitalidad y más energía sentirás. ¿Te has sentido orgulloso de ti mismo cuando has recordado esos momentos? ¿Qué diferencia has notado respecto a cuando has pensado en las ocasiones en las que no has sido así? Tener presentes estos valores esenciales para alcanzar la plenitud te motivará a usarlos con mayor frecuencia. Si realmente crees que no eres esa persona, pregúntate: «¿Cómo podría llegar a serlo?»; verás cómo te llueven las ideas. Por otro lado, si lo que sucede es que no quieres ser esa persona fantástica, lamento decirte que ese es precisamente el motivo por el que no te sientes realizado y por el que nunca podrás experimentar la verdadera esencia de la vida. En mi opinión, es una manera muy triste de vivir y yo no la aceptaría ni por todo el oro del mundo. La dificultad no reside en saber qué tipo de persona eres, sino en tener el valor de actuar como la persona que eres. Es casi como si estuviéramos separados en dos partes. Una parte es el «Mí» y la otra es el «Yo». El «Mí» se compone de todos los roles sociales que adoptamos. Por ejemplo, mi deber es ser amigo, hijo, hermano, escritor, etc. Y, ciertamente, soy todas esas cosas, pero, cuando estoy solo y lejos de todas esas obligaciones, resulta que no soy ninguna de ellas. Es entonces cuando por fin puedo descubrir el «Yo» que soy en realidad: todas esas cualidades internas, la diversidad y la capacidad para serlo todo en unas ocasiones y para no ser nada en otras. También habrá momentos en los que te sentirás aislado del mundo; eso sucede porque los demás no siempre entienden tu «Yo». No tienen por qué hacerlo; tú sí. Hasta que estés alineado con quién eres en realidad y no con las etiquetas que te haya puesto la sociedad, no podrás ser feliz ni vivir apasionadamente cada momento. Yo lo he experimentado. Las presiones externas para que fuera algo en concreto y para que eligiera una identidad y la mantuviera generaron unas expectativas acerca de mí mismo que solo conseguían que me sintiera cada vez peor. Cada vez que estaba triste, me sentía decepcionado conmigo mismo porque creía que tenía que ser feliz. Cuando me sentía débil, pensaba que tenía que ser siempre fuerte. Cuando me sentía vulnerable, pensaba que tenía que sentirme siempre seguro de mí mismo. Al final, no tuve más remedio que aceptar que soy humano y que es normal sentirse de distintas maneras en diferentes momentos de la vida. Sentirse diferente, pensar diferente, actuar diferente. Sin embargo, lo más extraordinario que descubrí al pensar acerca de quién soy es que soy humano. Y, precisamente porque soy humano, tengo a mi disposición, en mi interior, todas esas cualidades maravillosas. Y esa fue la base sobre la que construí todo lo demás: saber que mis cualidades buenas podían modelar mi vida tanto como las «malas». Te invito a que completes la siguiente tarea, pues podría cambiarte la vida: Dedica unos cinco minutos a reflexionar seriamente acerca de las preguntas «¿Soy una persona...?». No te prives de esta oportunidad. Son ejercicios que pueden transformar tu vida. Escribe las respuestas. No pases a la tarea siguiente hasta que hayas terminado esta. 2. Ahora vuelve a escribir las preguntas, pero esta vez sin los signos de interrogación: «Soy una persona...». 3. A continuación, dedica unos minutos más a reflexionar sobre esta segunda lista que has escrito. Cierra los ojos y repítela mentalmente o léela en voz alta. Asegúrate de centrar toda tu atención en esas cualidades capaces de transformar tu vida. Normalmente, si tenemos dificultades para tomar una decisión importante, es porque no acabamos de estar seguros de quiénes somos en realidad. Esto te ayuda a aclararlo. 1. Si estás en un espacio público y no quieres empezar a gritar lo fantástico que eres, de momento puedes hacerlo mentalmente. Sobre todo, no olvides centrarte en cómo te sientes cuando lees cada afirmación «Soy una persona...»: APE (Atención Plena a la Emoción). No me hace falta conocerte para saber que, en el fondo, tienes un gran corazón. Al reafirmar esas declaraciones, no haces más que reconocer quién eres de verdad y eso es clave para encontrar la felicidad o el éxito en cualquier ámbito. Si lo haces correctamente, este ejercicio hará que te sientas revitalizado y satisfecho. ¿Ves lo fácil que resulta sentirse bien cuando decidimos centrar toda la energía en esas cualidades? Puedes aplicar este ejercicio a cualquier dificultad que estés experimentando en la actualidad para adquirir una conciencia más clara de la misma. Te recomiendo encarecidamente que lo practiques a diario durante un tiempo, preferiblemente por la mañana, al despertar. Jamás te sugeriría nada que no haga yo mismo o que no use con mis clientes. Lo he puesto en práctica con algunas de las personas más exitosas y realizadas que conozco y ha supuesto un enorme valor añadido a sus vidas. Las cualidades que he propuesto no son más que unos cuantos ejemplos y estoy seguro de que tú puedes pensar en muchas más. Simplemente debes empezar con «Yo soy» y añadir una cualidad. Ahora que has tratado algunas que te representan, podrás usarlas como base desde la que evaluar las decisiones que tomes a partir de ahora. Otra de las conclusiones a las que he llegado es que todos los seres humanos tienen la misma esencia, independientemente de su religión, estatus social o decisiones pasadas. He hablado con personas muy diferentes, incluso con delincuentes, y todas han llegado a admitir (tras la introspección suficiente) que, en el fondo, poseen todas esas grandes cualidades. Somos humanos y esas cualidades están en nuestro interior desde que nacemos. Es por eso que los bebés proporcionan tanta felicidad a las personas que los rodean. Todo el mundo corre a ver al bebé, casi hay peleas por bien quién lo coge en brazos primero. Es asombroso, y sucede porque los bebés son ellos mismos, son puro amor. El mito social aún no los ha reprimido y el ego aún no se ha hecho con el control de sus vidas. Tienes que entender que tu verdadero yo no desaparecerá jamás y que siempre estará ahí para demostrártelo. También puedes recurrir a él para crecer y para aprender y, por lo tanto, puedes relacionar quién eres en realidad con cualquier situación o cualquier decisión. Tengo que preguntarte algo: ¿actúas de verdad como la persona que sabes que eres? Casi todo el mundo a quien se lo pregunto se pone a la defensiva y responde con un «Claro que sí». En mi experiencia, la mayoría de las veces actuamos como creemos que debemos actuar, no como realmente queremos hacerlo. Pensamos en lo que los demás pensarán de nosotros. ¿Qué pensarán si hago esto? ¿Qué miran? ¿Por qué se ríen? ¿Cómo tengo que ser para encajar? ¿Qué puedo hacer para impresionarlos? Tenemos pensamientos como «Oh, vaya, todos te miran, enderézate, no, no bajes la mirada, mira al frente, aparenta tranquilidad» y un largo etcétera. Lo hacemos cuando caminamos por la calle, cuando salimos a correr, cuando vamos a la playa o cuando salimos de fiesta. Suele ser una reacción inconsciente que hemos repetido una y otra vez a lo largo de nuestra vida. Si dices que no te importa lo que piensen los demás o el impacto que los demás pueden ejercer en tu vida, es mentira. Y punto. Si no te importara lo que piensan los demás, saldrías a la calle desnudo. Y sé que no soy el único al que, de vez en cuando, le da por pensar en cómo será su funeral. Vamos, dime que nunca se te ha pasado por la cabeza. ¿Qué dirán de mí? ¿Llorarán? ¿Me echarán de menos? ¿Cómo me recordarán? Preocuparse por lo que piensan los demás forma parte de la naturaleza humana. Es obvio que la gente nos recordará por el legado que dejemos. Si queremos dejar un legado, tenemos que ser ese legado. Y el mayor legado que podemos vivir y dejar es ser quienes somos de verdad. Cuando lo hacemos, permitimos que nuestro verdadero destino se haga realidad. Si no sabes quién eres, ¿cómo puedes hacerte feliz a ti mismo? Entonces, ¿somos quienes somos en realidad o quienes creemos que tenemos que ser? Es una línea muy delgada, pero si reflexionas sobre ello, podrás distinguir entre una cosa y la otra. Encontrar esta distinción permite que el crecimiento se dispare. La gente te recordará por lo que eres, no por lo que tienes. SIGUE INDAGANDO «En una palabra, a cada hombre se le pregunta por la vida y únicamente puede responder a la vida respondiendo por su propia vida; solo siendo responsable puede contestar a la vida.» VIKTOR FRANKL También debes plantearte preguntas importantes acerca de las decisiones que tomas. Si quieres cambiar una costumbre consolidada, tienes que encontrar otras opciones. Empieza por hacerte algunas preguntas; luego, plantéate otras más inquisitivas, hasta que encuentres una respuesta positiva. No te detengas tras la primera, pregúntate tantas cosas como sea necesario. Al principio de mi propio cambio, empecé a cuestionármelo todo acerca de la vida. Recuerdo que, en una ocasión, un amigo me preguntó si me había perdido, porque caminaba por casa medio aturdido. Le respondí: «De hecho, estoy encontrando respuestas, que es lo contrario a estar perdido». Es posible que al principio sientas cierta incomodidad ante algunas respuestas, porque tu ego intentará impedir que la verdad salga a la luz. Plantéate tantas preguntas como sea necesario. Tienes que plantearte preguntas que te ayuden. Decir una mentira es fácil, pero vivir una mentira es un infierno. Si te mientes a ti mismo, lo sabrás, porque la respuesta te resultará insatisfactoria y te dejará vacío. Esto nos lleva al siguiente grupo de preguntas. Recuerda que debes añadir las tuyas propias a la lista... ¿Una persona afectuosa juzga a los demás? ¿Me respeto lo suficiente como para cambiar? ¿Las cosas que hago ahora reflejan quién soy en realidad? ¿Soy fiel a mí mismo en X situación? Cuando las cosas parecen ir mal, ¿siento gratitud por estar vivo y por tener la oportunidad de persistir? ¿Me reservo tiempo para mí, aunque solo sean quince minutos diarios, para centrarme de verdad en cómo puedo mejorar mi vida? ¿Acostumbro a centrarme en lo peor de la vida en lugar de en lo mejor? Durante los tres años en los que consumí drogas a diario desarrollé algunas creencias distorsionadas acerca de dicha conducta. Intenté convencerme a mí mismo de que las drogas me ayudaban a ser feliz y de que tomarlas era una buena manera de relacionarme con los demás. Obviamente, eso distaba mucho de ser cierto, pero me negaba a ahondar en la cuestión para evitar enfrentarme a la verdad: lo hacía porque pensaba que así obtenía consuelo. Y, en cierto modo, así era durante un brevísimo instante durante el cual pensaba que el mundo, tal como yo lo había conocido, seguía intacto. Además del miedo a lo desconocido, tampoco sabía que el mundo parecía así porque yo lo había hecho así. No vi la verdad hasta que pasé por el proceso de plantearme preguntas profundas. Empecé a preguntarme si tomar drogas me hacía feliz de verdad. Y me respondía: «Quizás sí». Esta no era una respuesta definitiva, así que me hice otra pregunta: «Si me hace feliz durante un par de horas, pero el resto de la semana es un infierno, ¿es eso felicidad de verdad?». Y la respuesta fue: «No». Seguí preguntando: «¿Consumir drogas me impide conseguir lo que realmente quiero en la vida? Quiero tener éxito, quiero tener una relación de pareja extraordinaria y quiero estar sano, así que sí, consumir drogas me impide lograr todo eso». Y también: «¿De verdad puedo decir que me relaciono con los demás cuando estoy destruyendo toda mi vida en el proceso? No. ¿Qué puedo hacer, entonces? Quiero construir una relación mejor con mi familia, así que podría pasar más tiempo con ellos». Y eso es exactamente lo que hice. Empecé a pasar más tiempo con mi familia y me encantó. Apliqué el mismo proceso al resto de mis relaciones, a situaciones en las que me metía yo solito y a mi trabajo. Empecé a cuestionarme toda mi vida y siempre volvía a la persona que sabía que era en realidad. La conclusión fue que no estaba a la altura en ninguna de las facetas de mi vida, así que tuve claro que tenía que empezar a hacer cambios importantes. Ahora tenía las respuestas que me ayudarían en cada uno de los pasos que iba a dar. ¿Lo cambié todo al instante y mi vida se volvió de color de rosa? Por supuesto que no. Las preguntas seguían surgiendo una tras otra, y así será hasta el día en que me muera. Debes ser fuerte durante todo el proceso y, para ello, te aconsejo que compares las respuestas (tus nuevas creencias) con las antiguas mentiras. Al final, llegarás a un punto en el que el desprecio por tus hábitos anteriores se transformará en una frustración motivadora. Si lo necesitas, grítate delante del espejo. En mi caso, repetía una y otra vez: «Esta vida te está destruyendo, no volverás a ella bajo ningún concepto, ¿entendido? Sí». A continuación, repetía: «Ahora vives una vida mejor, ahora vives una vida mejor», etc. Si te enfrentas a un hábito muy consolidado, te aconsejo encarecidamente que lo digas con tanta fuerza como puedas, como si golpearas tus antiguas creencias con un bate de béisbol para alejarlas de ti. Comparte también con otras personas el viaje de cambio que has emprendido. Recuerdo que el día en que dejé de fumar se lo conté a tanta gente como pude. Cada vez que lo hacía, sentía que me inundaban el placer y el orgullo. Sabía que, si recaía, todos pensarían que era débil, pero lo más importante era que yo también lo pensaría. Reforcé la creencia de que si volvía a fumar, no podría tener éxito en la vida, y cada vez que pensaba en el tabaco imaginaba las sustancias químicas carcomiéndome el cuerpo. El pensamiento me causaba náuseas físicas. Sé que suena muy extremo, pero si piensas en lo extremo de las consecuencias que el tabaco tiene para la salud, parece un buen sustituto. La pregunta es: ¿cuánto deseas cambiar? Si te dijera que ahora mismo puedes cambiar el rumbo de tu vida para que sea más satisfactoria, ¿lo harías? Si has respondido que sí, reconoces que hay aspectos de tu vida que sientes que te están destruyendo. Nadie quiere destruir su propia vida. Quizás algunos lo hacen, pero eso no significa que quieran hacerlo... ¿Atraigo lo que quiero? La mayoría de las personas no profundizan lo suficiente en las preguntas. Obvian deliberadamente las respuestas que las ayudarían. Ahora podemos pasar al siguiente grupo de preguntas, que nos ayudarán a ver con claridad qué queremos en realidad. Tienen que ser preguntas que cuestionen nuestras pautas de pensamiento y las creencias que construimos sin cesar, de modo que podamos diseñar un plan estratégico para sustituirlas y transformar nuestras vidas. Si no preguntamos, no obtendremos respuestas y, por lo tanto, tampoco sabremos lo que queremos. Las siguientes preguntas de ejemplo son muy generales, pero a medida que avancemos se irán haciendo más específicas. ¿Quiero tener mi propia empresa? ¿Quiero alguien con quien pasar el resto de mi vida? ¿Quiero estar sano y en forma? ¿Quiero mejorar la relación con mi familia? Siguiente paso... ¿Qué tendría que hacer para atraer a esa persona en concreto? ¿Querría estar con alguien que diera respuestas inestables a las preguntas para «seguir indagando» que hemos visto antes? ¿Las personas que se recuerdan constantemente lo vagas que son llegan muy lejos? ¿Puedo vivir una vida saludable si ahogo el hígado en alcohol? ¿Perjudico a mis hijos o a mi familia con el tabaco, que puede provocar enfermedades terminales? ¿La actitud con la que enfoco la vida me permite cambiar la mía? ¿Cambiarán alguna vez mis experiencias y mis emociones si sigo pensando, hablando y actuando de la misma manera? Si algunas de las respuestas a las preguntas del apartado «Seguir indagando» no son sólidas, ¿cómo afecta eso a mi capacidad para conseguir lo mejor de la vida y cómo afecta a las personas a las que más quiero? No preguntes cómo te trata la vida. ¡Pregunta cómo la tratas tú a ella! Este cambio te permitirá ver que no eres la víctima de un destino desdichado, sino el creador de tu propio destino. Piensa en dónde estás ahora y fíjate en si la persona que eres en realidad encaja en la situación en la que te encuentras. Entonces asume toda la responsabilidad de las acciones que te han llevado a esa situación, porque, en última instancia, nadie piensa, habla o toma decisiones por ti. Cuanto más culpemos a otros o a circunstancias externas de lo que nos sucede, más lejos estaremos de poder experimentar el cambio que con tanta desesperación anhelamos. Cuando asumimos la responsabilidad, podemos confeccionar un plan de acción para obtener lo que queremos de verdad. Es como si fueras de copiloto en un coche. En la carretera, el vehículo coge las curvas cada vez más rápido y empiezas a sentir que has perdido el control. El conductor no entiende de qué tienes miedo, porque conduce de un modo que, para él, es normal. Cuando vives escondido tras excusas, parece que todos y todo controlan tu vida... excepto tú. Cuando sientes que has perdido el control, tienes miedo. Si no estás en un ciclo de crecimiento personal, estás participando en tu autodestrucción. Asumir la responsabilidad significa tomar las riendas de tu vida y preguntarte: «¿Qué podría hacer de otro modo?». Debes cuestionar todos los aspectos de tu vida. Las preguntas más profundas son las que permiten el cambio más significativo, así que niégate a dejar de preguntar hasta que llegues a una respuesta que se alinee con tu verdad. Cuando estés inseguro acerca de algo, estresado o preocupado, pregunta, pregunta y vuelve a preguntar hasta que llegues al meollo de la cuestión. Está bien pedir consejo a personas que han demostrado la capacidad de ejercer un efecto positivo en tu vida, pero no creas todo lo que te digan los demás. Muchos amigos y familiares alimentarán tu victimismo porque te quieren. Tú eres quien mejor sabe lo que te conviene y no puedes escapar de ese conocimiento. Si empiezas a cuidarte, todos los demás saldrán beneficiados. Cambiar de rumbo es cuestión de un instante, es una decisión que te lleva a dar un paso hacia la grandeza que mereces, y solo tienes una vida para conseguirlo. PREGUNTAR PARA ENCONTRAR LA SOLUCIÓN Seguro que puedes imaginar la reacción de la gente cuando explico que pocos años antes de publicar este libro pasaba las noches fumando porros en callejones, sin rumbo. Las cosas pueden cambiar. No digo que lo hagan de la noche a la mañana, pero cuando te comprometes a construir algo positivo, no importa lo mucho que tardes. Créeme, mi vida no ha sido un camino de rosas desde que tomé conciencia de ello. Eso fue solo el principio. Recuerdo cuando estaba a punto de terminar el contenido principal del libro y había llegado el momento de encontrar un editor. Casi todos con los que hablé me rechazaron, ¡incluso aunque les pagara por publicar mi libro! Me dijeron que me dedicara a otra cosa, que lo único que valía la pena del libro era el título. Tras hablar con el último editor, me derrumbé. Lloré. Después de tres años de trabajo, algunos de los mejores editores del mercado me decían que lo olvidara. Dejé el móvil en casa y bajé a un parque que había cerca. Estaba tan alterado que empecé a correr arriba y abajo hasta que vomité, literalmente. No sabía qué hacer. Volví a casa y algo cambió de nuevo. Sentí que me inundaba una energía nueva. Nadie iba a conseguir que dejara de creer en mi libro. Lo que había escrito era la expresión más profunda de mi ser y sabía que los lectores conectarían con eso. Mis intenciones eran puras. No quería publicar un libro para hacerme famoso y dar conferencias, para alardear de ser escritor o ganar dinero. En absoluto. Mi libro era mi despertar. Era el mensaje de mi alma. Decidí aceptar las críticas como algo constructivo y reestructuré todo el libro en una semana. Unos años después, el libro ha sido número uno de ventas en Amazon en Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, Canadá e incluso China, en las categorías espiritual, motivacional y mentoring y coaching. Recibo miles de correos electrónicos de personas de todo el mundo contándome sus historias. Incluso me llamaron del primer grupo editorial del mundo, Penguin Random House, a través de una de sus editoriales, Harmony. No lo digo en absoluto para presumir. Lo explico con la esperanza de que te des cuenta de la enorme capacidad del ser humano, y de que realmente puedes cambiar tu vida. Nunca renuncies a lo que deseas de verdad. Muchas personas me preguntan por los aspectos fundamentales de mi cambio. Respondo que la clave fue que me comprometí por completo a responder las cinco preguntas siguientes. Obviamente, la cosa no terminó ahí. Hace falta mucho más para dar un giro a la vida, pero estas cinco preguntas cambiaron la dirección de la mía en un instante. Lee las preguntas y céntrate en cada una de ellas durante unos segundos. No tengas prisa, concéntrate en encontrar las respuestas. Te cambiarán la vida. ¿Qué te motiva cada día? ¿En qué basas tus decisiones? 2. ¿Qué vas a hacer hoy que sea distinto a lo que hiciste ayer y que te ayude a modelar quién serás mañana? 3. ¿Qué decisiones capaces de cambiar tu vida te comprometes a tomar hoy para lograr los resultados que anhelas desesperadamente? 4. Nombra al menos una cosa que puedas cambiar en tu vida ahora mismo y que tenga la capacidad de impedir toda una vida de dolor y de generar un placer infinito. 1. Si crees que no puedes responder con claridad alguna de las preguntas, sigue reflexionando hasta que lo consigas y pon en práctica alguna de las respuestas. Estas son algunas posibles respuestas a la primera pregunta: ofrecer a mis hijos la mejor vida posible, ser la mejor persona que puedo llegar a ser, tener la sensación de que tengo las riendas de mi vida, ayudar a otros, tener éxito, estar sano y en forma, alzar ese trofeo... y muchas más. Estas emociones tienen que motivarte, porque la emoción antecede a la acción. Si conectas con esos sentimientos, pronto contarás con toda una serie de emociones nuevas sobre las que basar tus decisiones. Esta es la quinta pregunta, a partir de la cual podrás encontrar soluciones extraordinarias: 5. ¿Cómo puedo... • ... estar sano y en forma? • ... atraer a la persona de mis sueños? • ... sentir ese subidón vital? • ... experimentar emociones diferentes? • ... superar mis límites? • ... conseguir ese coche? • ... recuperar el control sobre mi vida? Cuando formulamos la pregunta «¿Cómo puedo...?» ampliamos nuestras opciones. Encontramos inspiración y respuestas en cualquier momento y lugar, incluso en situaciones que antes nos parecían simples actividades diarias, como salir a pasear, ir de compras al centro comercial o conducir de camino al trabajo. Es asombroso porque las señales empiezan a aparecer en todas partes. No es que antes no estuvieran allí, sino que ahora tu mente las percibe. Has ampliado el foco, por lo que puedes procesar más información. Es posible que la solución no aparezca al instante, pero si te haces esa pregunta repetidamente, obtendrás infinidad respuestas. Todas las personas de éxito dedican su vida a buscar soluciones. Esta pregunta genera respuestas que mejorarán tu situación actual, muy al contrario que si te preguntaras «¿Por qué no puedo...?», que refuerza continuamente la creencia de que no puedes crear la vida que deseas. «¿Cómo puedo...?» te obliga a encontrar las respuestas que te ayudarán a conseguirlo. Ahora daremos un paso para entrar en la «zona» en la que nos encontramos la mayoría de nosotros, especialmente después de haber pasado por un proceso de indagación profunda. Ser capaz de cambiar de actitud en un abrir y cerrar de ojos en esta zona es esencial para crear una vida con la que merezca la pena soñar... 2 LA INCOMODIDAD DE LA ZONA DE CONFORT «En algún lugar de los archivos del instinto más crudo se halla la verdad de que es mejor estar en peligro y ser libre que ser prisionero y estar cómodo.» TOM ROBBINS ¿De verdad estás cómodo donde estás o, sencillamente, te conformas porque crees que no puedes aspirar a nada mejor? Casi todas las personas que conozco intentan hacer ver que están satisfechas con su vida, pero cuando se abren de verdad resulta que hay muchísimas cosas que desearían lograr o conseguir, y entonces se hace evidente que su satisfacción no es tanta. Siempre que alguien me preguntaba cómo estaba, respondía con un «no me va mal» o «bien». Hasta que supe lo que se siente al estar «genial» no me di cuenta de que una vida «que no va mal» no es suficiente. La vida se compone de la suma de las decisiones que tomamos y la mayoría aceptamos una vida que «no va mal» o que sencillamente está «bien». Es muy raro que admitamos que no estamos tan bien y nos convencemos de que podemos ocultarnos tras las mentiras que les decimos a los demás y a nosotros mismos. Hay algo que debes saber: No puedes huir y esconderte de ti mismo, porque allá donde vayas, te encontrarás. La dura realidad es que la mayoría de las personas no son felices con lo que son. Asumen que no pueden ser más y aceptan una vida que nunca las satisfará. Es muy triste, porque conozco perfectamente esa sensación y también lo que se siente una vez se está en «el otro lado». Este es uno de los principales motivos por los que he decidido dedicar mi vida a difundir este mensaje. El primer paso hacia el cambio verdadero es enfrentarse a esto en lugar de huir. Las preguntas que nos hemos planteado en el capítulo anterior han sido un comienzo fantástico, porque nos han llevado a tomar conciencia y a veces parece que no nos damos cuenta de lo potente que es eso. Podemos tener todo el conocimiento del mundo, haber terminado diez grados universitarios y haber recorrido el mundo o hablar cinco idiomas, pero si no somos conscientes de nosotros mismos, jamás crearemos la vida que queremos. No hay mayor descubrimiento que darte cuenta de que tu situación actual es consecuencia de acontecimientos pasados, ser consciente de que ahora estás tomando decisiones que pueden afectar a lo que vas a crear. Esto te permite comprender que siempre has tenido el control sobre tu vida. Asumir la responsabilidad de la situación en la que estás ahora te permitirá aplicar los cambios necesarios para llevar tu vida a otro nivel. ¿QUÉ VA MAL? ¿Cometer errores por el camino significa volver al punto de partida? Aunque la respuesta inteligente es que no, muchas personas caen en la trampa de rendirse en cuanto cometen un error. ¿Por qué son tantos los que se desaniman en su viaje de creación de una vida extraordinaria? Porque apenas se fijan en el camino que ya han recorrido, siempre se fijan en lo que va mal. A medida que avances en tu viaje de descubrimiento personal, te darás cuenta de que en lugar de pensar que algunas creencias y decisiones son erróneas, debes ver que te pueden ayudar a avanzar muchísimo. Tus creencias desembocan unas en las otras y se ayudan a crecer entre sí. Todas tienen un propósito. Por muy mal que creas que has hecho algo, no puedes cambiarlo. Lo que sí puedes hacer es aprender de ello. Y si te juzgas a ti mismo por hacer algo «mal», la consecuencia lógica es que creas que la próxima vez lo puedes hacer de otra manera. Estás aprendiendo a razonar contigo mismo y a ser más consciente de lo que haces. Cuanto más obvies y desatiendas tu capacidad para razonar contigo mismo, más energía invertirás en una vida que no quieres vivir. Es responsabilidad tuya aprender por el camino, ese camino de crecimiento personal en el que estamos todos. Nadie llamará a tu puerta para traerte la plenitud. Si fuera así, sería mucho más fácil vivir «la gran vida». Incluso los tropiezos son pasos hacia delante si sabes cómo analizarlos. Son importantes. Para calificar alguna de tus acciones como «negativa», tienes que poder identificar la otra cara de la moneda. De este modo, puedes emprender acciones para volver al camino correcto y no tienes por qué aceptar que las cosas son así. Esta conciencia te permitirá crear una estrategia para eliminar los pensamientos negativos que ejercen un constante efecto perjudicial sobre tu vida. Otra manera de entender la negatividad es como un recuerdo de que estás avanzando. La mayoría de las personas se rinden inconscientemente a las percepciones negativas, pero si tomas conciencia de que un pensamiento concreto es negativo, estarás desarrollando la inteligencia emocional, usarás la mente para diferenciar y corregir en lugar de limitarte a aceptar. En vez de machacarte porque piensas o actúas negativamente, entiende esas experiencias como una oportunidad para aprender y para aplicar cambios. LA LÓGICA DE LO ILÓGICO Seguro que ya lo has oído antes: el cerebro tiene un hemisferio lógico y otro impulsivo. Conocerlos y ser capaz de compararlos es uno de tus mayores recursos a la hora de reforzar el éxito. Deberías usar el hemisferio lógico del cerebro como mecanismo de defensa ante las decisiones que te llevan a sentir emociones que en realidad no te satisfacen. Evitará que te encuentres en la situación de hacerte la misma pregunta una y otra vez cuando, en realidad, ya conoces la respuesta. Con el tiempo, te darás cuenta de que te cuesta no tomar decisiones sin antes haberlas evaluado para encontrar respuestas que fomenten el crecimiento. Elegir el hemisferio verdaderamente lógico se convertirá en lo más natural para ti. En una ocasión, me encontré ayudando a alguien que acababa de consumir drogas y que creía que, en esos momentos, no tenía control sobre sí mismo. Fui a su casa para hablar con él de sus emociones e intentar calmarlo de la mejor manera que sabía. Tenía claro que tendría que tomar medidas drásticas, porque me lo encontraría bajo los efectos de las drogas. Le pregunté si necesitaba aire fresco. Me respondió que no, que si salía al balcón, lo más probable era que hiciera algo estúpido y saltara a la calle. Sabía que en su mente se estaba librando una batalla por el control, así que decidí cambiar de táctica. Le dije que acababa de demostrarme que estaba mucho mejor y que estaba avanzando, pero que, como se encontraba confundido y colocado, estaba convencido de que seguía en su peor momento. Le expliqué que, si careciera de todo control sobre sí mismo, no me habría dicho que sería capaz de saltar por el balcón; sencillamente lo habría hecho. Le expliqué que si era consciente de la posibilidad de hacer algo «estúpido», lo lógico era concluir que entendía que tenía una elección: tenía mucho más control del que pensaba. Funcionó de maravilla y empezó a salir de ese círculo vicioso en cuestión de minutos. Ser capaz de comparar lo lógico con lo ilógico le permitió ver que podía controlar lo que sentía y las decisiones que iba a tomar. Más adelante, me dio las gracias y me dijo que sintió que había perdido el control sobre lo que sucedía y que tomar conciencia de que no era así le permitió empezar a combatir esa creencia. Su control se le hizo evidente. Me gustaría explicarte cómo puedes aplicar esto a la vida cotidiana, aunque quizá ya lo hayas deducido. Nos convencemos a nosotros mismos de que no podemos controlar lo que sentimos ni las decisiones que tomamos y nos apresuramos a culpar a los demás o a las circunstancias. Culpamos a las personas que nos rodean, a hechos concretos o incluso a las drogas. ¿Son ellos el verdadero problema o es que no somos conscientes de que siempre hemos estado al timón de nuestro estado emocional? Decidimos dejar que otras personas y elementos externos nos arrebaten la felicidad. Renunciamos a ella voluntariamente y la entregamos. Si somos objetivos, una situación es simplemente eso, lo que significa que podemos asignarle la importancia que queramos. Eso explica por qué una misma situación puede significar cosas absolutamente distintas para personas diferentes. Tenemos que analizarla de un modo inteligente y dejarnos guiar tanto por la primera reacción instintiva como por el sentido común. Aunque sabemos la verdad inmediatamente, en ocasiones se nos da muy bien convencernos a nosotros mismos de lo contrario. Siempre has tenido el control, lo que sucede es que ha habido veces en que has decidido no usarlo. Distingue entre lo que está bien y lo que está mal, entre lo positivo y lo negativo y entre lo lógico y lo ilógico y, entonces, úsalo en tu beneficio. Para crecer tienes que emprender acciones basadas en tu conocimiento. Si te niegas a ello, al final te ves obligado a alcanzar un... PUNTO DE TOMA DE CONCIENCIA (PTC) «No juzgues el día por la cosecha que recoges, sino por las semillas que plantas.» ROBERT LOUIS STEVENSON Todos hemos vivido momentos en los que parecía que no sabíamos hacia dónde ir. Algunos nos hemos encontrado en situaciones en las que toda nuestra vida, no solo un aspecto de la misma, parecía estar patas arriba. Entonces, nos sentimos verdaderamente perdidos en este viaje al que llamamos vida. Es una sensación de desesperanza, de desesperación y de absoluta pérdida de rumbo. Si has llegado a este punto en alguna o en todas las facetas de tu vida, me gustaría explicarte que, de hecho, estás en un lugar fantástico. Sí, has leído bien, un lugar fantástico. Es probable que, en este mismo instante, estés insultando al libro y llamándome insensato, pero escúchame. Estás en un viaje y ya hace varios días que lo emprendiste. Aunque durante el camino te ha invadido la sensación de avanzar hacia lo desconocido, has seguido hacia delante. Vas caminando tranquilamente, cantando y, de repente, ¡para!, acabas de darte cuenta, por fin, de que durante todo este tiempo has estado recorriendo un camino distinto al que querías. Acabas de toparte con un punto de toma de conciencia. Tu mente es un torbellino de pensamientos y de preguntas y el pánico te invade. Entonces, te paras un momento y te das cuenta de que tienes que calmarte. Si no entiendes el camino que has recorrido hasta aquí como un medio para acumular conocimiento y volver al camino que deseas recorrer, te quedarás ahí, paralizado por tus pensamientos, y acabarás muriendo de sed. Así que ahora estás en buena posición, porque si jamás hubieras tenido la sensación de estar perdido, quién sabe a dónde habrías ido a parar. Cuando echas la vista atrás, hacia el camino andado, ya no te machacas por haberlo emprendido, porque sabes que así no haces más que empeorar la situación. Ahora puedes empezar a usar la información que has obtenido gracias a los pasos que has dado para volver al camino que siempre quisiste seguir. Y, lo que es más importante, para llegar a donde quieres llegar. «Cuando una puerta se cierra, otra se abre; sin embargo, en ocasiones miramos durante tanto tiempo y con tanto pesar la puerta cerrada, que no vemos la que se acaba de abrir.» ALEXANDER GRAHAM BELL Me gustaría ilustrarlo con un gráfico, para expresarlo de la manera más clara posible. Cuando sientas que tu vida va cuesta abajo, es muy posible que esté sucediendo justo lo contrario. Has llegado a un estado avanzado en el que te das cuenta de que debes cambiar si quieres crecer. Se suele llamar fondo del pozo al punto de toma de conciencia, pero yo evito usar esa metáfora, porque creo que es falsa. Creo que si llegas a ese punto, es porque ya has empezado a subir: si no llegaras, no podrías tomar las decisiones cruciales que cambiarán tu vida para siempre. Es como si hubieras evitado caer más hondo en la confusión y en el miedo. Con frecuencia, obtenemos la información más valiosa en los momentos de más desesperación o turbación. Imagino que es porque una fuerza superior nos dice que tenemos que despertar. Los puntos de toma de conciencia te obligan a reconsiderar todos los pasos que has dado hasta ahora. Y si aprendes de la experiencia, sopesarás cuidadosamente los pasos que tomes en el futuro. ¿Por qué tantas personas encuentran el verdadero sentido de su vida en los momentos en que todo parece más confuso? Personalmente creo que es porque cuando todos los caminos están bloqueados, solo hay un camino: ¡al otro lado! 3 LA CERTIDUMBRE DE LA GRATITUD «Había una vez un hombre que se quejaba de que solo tenía un par de zapatos. Hasta que conoció a otro que solo tenía una pierna.» MI ABUELO ¡NO TE QUEJES, DA LAS GRACIAS! Un día, en el ascensor de un hotel de París, me enfrenté a una pregunta que me exigió una respuesta inmediata. Estaba sonriendo de oreja a oreja mientras pensaba acerca de la vida: me encantaba estar en París, pero lo más importante era que había descubierto mi poder como ser humano. Estaba teniendo un momento de gratitud tan abrumador que se me olvidó que no estaba solo en el ascensor. Me acompañaba una mujer de unos treinta y tantos años muy elegante. Me miró y me preguntó: «¿Por qué está tan contento?», como si fuera algo raro. Y supongo que, efectivamente, lo era. Le dije sin titubear lo primero que me vino a la mente: «Porque estoy vivo». Me miró como si fuera un extraterrestre y, cuando las puertas del ascensor se abrieron, salió a toda prisa y muy molesta. Me pregunté cómo le iría el resto del día, o de su vida, si mantenía semejante actitud. Me dio pena, porque dudaba que fuera consciente del poder que tenía para cambiar el resentimiento que sentía hacia la vida, y me pregunté si sabría cuánto daño le estaba haciendo esa actitud. No sabía nada más acerca de su vida, pero me pareció muy triste, sobre todo porque me recordó a mí mismo en una época en la que me sentía como ella... Hubo un momento en mi viaje al que llamaremos punto de no retorno y en el que me sentí vacío. Hacía mucho tiempo que no me sentía así y debo admitir que me asusté. En esa época ya me dedicaba a mostrar a los demás cómo alcanzar la plenitud y hacer cambios reales y positivos y, sin embargo, allí me encontraba de nuevo: en estado de confusión. Supongo que se me olvidó que seguía siendo humano. Me di cuenta de que había dejado un gran vacío en mi rutina diaria. Estaba tan inmerso en la escritura del libro, en los programas de coaching, en el diseño de programas verbales y ayudando a otros, que se me olvidó detenerme y entrar en un verdadero estado de gratitud. Cualquiera hubiera podido ver lo que fallaba en mi día a día, pero a mí se me pasó completamente por alto. Incluso sentí miedo antes de decidirme a hablar con alguien del tema; pensaba que no iba a ser capaz de expresarlo bien, que estaba perdiendo el don de escribir, y todo estaba distorsionado. Entonces decidí que no pasaría ni un día sin leer mi lista de agradecimientos, que fue la primera página que escribí en mi viaje. Aquel día, había cogido una hoja de papel y, sin dejar de llorar, había empezado a escribir todo por lo que estaba agradecido en esta vida. Nunca he vuelto a escribirla, sigo leyendo esa misma hoja a diario. Me cambió la vida, e incluso ahora es lo único que me permite entrar en un estado desde el que puedo apreciar la grandeza de la vida. Es mi inspiración. Fue otra lección aprendida y siempre transmito a los demás la gran importancia que tiene. Ya enseñaba a sentir gratitud y a escribir listas, pero ese incidente me ayudó a tomar conciencia del inmenso impacto que ejerce en nuestras vidas. Agradecer es absolutamente crucial para nuestra felicidad, independientemente de lo avanzados que creamos estar. Sea cual sea tu situación, activar de manera consciente una profunda sensación de gratitud mejorará tu calidad de vida. Nos centramos tanto en las cosas que deseamos, en las experiencias que hemos tenido, en el ajetreo del trabajo, en criar a los hijos o en recomponer nuestra situación económica que nos olvidamos de agradecer lo que ya tenemos. ¿Cómo podemos llegar a ser felices si no estamos satisfechos con quienes somos y si no valoramos lo único que es real, el momento presente? Quiero decir, aunque ganemos un millón de dólares, si lo que queremos es otro y otro y otro, seguiremos permanentemente en ese punto de vacío y de insatisfacción. Esto puede aplicarse a todos los ámbitos de la vida. Si no nos detenemos unos instantes para apreciar de verdad lo más importante, nunca seremos felices. No es que aspirar a más esté mal, somos humanos, sino que no debemos olvidar jamás el sentimiento que más nos llena: la gratitud. Cuando me di cuenta de que la había dejado de lado, se me ocurrió una frase que ahora repito cada mañana: Un sabio no se lamenta por lo que no tiene. Agradece constantemente lo que tiene mientras persigue activamente lo que quiere. Sucede lo mismo con todo lo demás. Si no lo usamos, lo perdemos. El problema es que nunca nos recordamos que debemos amar la vida, así que olvidamos hacerlo. En lugar de eso, practicamos constantemente cómo detestarla, convirtiéndonos en unos verdaderos expertos en ello. El tiempo es nuestro bien más valioso. Si no lo usas con sabiduría, lo estás desperdiciando con ignorancia. La gratitud es lo único que puede lograr que nos sintamos realizados: es necesario que reconozcamos la belleza de lo que tenemos y de quiénes somos en realidad. Cuando pregunto a otros qué creen que es lo más importante en la vida, suelo obtener siempre respuestas similares. La familia, los amigos, la fe e incluso estar vivo suelen copar los primeros puestos de la lista. ¿Estás de acuerdo? Las cosas más importantes de la vida merecen ser recordadas constantemente. Entonces, ¿por qué no lo hacemos? Lo cierto es que, a no ser que hagamos a diario un esfuerzo consciente para apreciar todas estas cosas, seguiremos avanzando a tientas en la oscuridad, en busca de una felicidad que siempre ha estado con nosotros. No apreciar lo que uno tiene es una de las principales causas de infelicidad que he detectado. Te insto a que te plantees la pregunta siguiente y a que la respondas con sinceridad... ¿QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE PARA TI EN LA VIDA? Escribe una lista. Todo lo que aparezca en ella es una prioridad, así que trátalo como a tal, e incluye la lectura de la lista en tu rutina diaria. Más adelante, te explicaré cómo confeccionar la lista. «Cuando expresamos gratitud, nunca debemos olvidar que lo más importante no es pronunciar las palabras, sino vivir de acuerdo con ellas.» JOHN FITZGERALD KENNEDY La gratitud es el único sentimiento que puede derribar el ego. ¿Cuántas veces has querido decirle a alguien a quien quieres de verdad lo mucho que valoras todo lo que ha hecho por ti? Estoy seguro de que has querido demostrar tu gratitud muchas más veces de lo que lo has hecho. Y esto pasa porque el ego se interpone en tu camino. Una vez un hombre quiso provocarme y me dijo que él no tenía ego. Le contesté que lo que acababa de decir demostraba justo lo contrario. Todos tenemos ego, si no lo tuviéramos, no seríamos humanos. Con frecuencia, desearíamos saber cómo expresar el amor que sentimos sin sentirnos avergonzados de ello. La gratitud nos enseña a hacerlo, lo que significa que lo podemos recibir de vuelta. El sentimiento, invisible a nuestros ojos, es euforia. ¡Sentimos! Y sentir es poder. Esta sencilla cualidad de la vida es también crucial para lograr el éxito, porque permite que usemos el tiempo con eficiencia y que agradezcamos cada paso que damos. Agradecemos el tiempo que tenemos ahora, por lo que no nos limitamos a esperar ni posponemos lo que tenemos que hacer. Asumimos plena responsabilidad por nuestras acciones en el presente, lo que nos permite entender de verdad que las decisiones que tomamos son una oportunidad para crecer. Y, aún más importante, empezamos a valorarnos por quiénes somos en realidad y construimos la fe y el respeto interiores que necesitamos para ir en busca de lo que queremos. Nos alinea con nuestro amigo el miedo y nos ayuda a trabajar con un rendimiento máximo y una mente abierta. Nos ayuda a disfrutar verdaderamente del proceso del éxito, porque adoptamos una actitud de «Nada que perder, todo que ganar». Y el valor no tarda en hacer su aparición. La mayoría de las personas se encuentran con barreras que les impiden descubrir el inmenso poder que albergan en su interior. La gratitud contribuye a derribar esos muros psicológicos y emocionales. Te permite ser más vital, afectuoso y feliz, cualidades todas indispensables para una vida de éxito. Si empiezas a amar la vida, la aceptas por lo bella y lo misteriosa que es y eso genera una energía capacitadora. La gratitud es la clave para dejar que tu alma tome las riendas de tu vida. Puedes marcar una gran diferencia con solo añadir este sencillo ritual. El éxito sin gratitud no es éxito. «La gratitud es maravillosa: permite que lo que es excelente en los demás sea nuestro también.» VOLTAIRE ESTADO DE GRATITUD (EDG) «Levantarse todas las mañanas decidido a ser feliz [...] supone imponer nuestras condiciones a los acontecimientos del día. Condicionemos a las circunstancias en lugar de dejar que sean las circunstancias las que nos condicionen a nosotros.» RALPH WALDO TRINE No puedes llegar a imaginar el cambio que implica leer cada mañana una lista de las cosas por las que estás agradecido. La mayoría de las personas se despiertan quejándose y arrastrando los pies. Dos cafés después aún parecen agotadas. Yo mismo solía estar de tan mal humor por las mañanas que, en ocasiones, incluso me ponía a llorar. Una vez me dijeron: «Me quejo continuamente porque mi vida es una mierda tras otra». Contesté: «Si tu vida es una mierda tras otra, es porque te quejas continuamente». Cuando nos quejamos, nos convertimos en víctimas. Si somos víctimas, no obtenemos lo que queremos de la vida, sino más de lo que no queremos. La energía que generamos a partir de ese funesto inicio de jornada no puede más que dar lugar a un día desdichado. Sé sincero: ¿cómo crees te irá el día? ¿Qué esperanza tienes de mejorarlo y qué incentivo tiene la vida para darte nada si le faltas al respeto incluso antes de salir de la cama? Para que tu día resulte satisfactorio, es imperativo que desplaces tu atención a lo mejor que tiene la vida. Si lo haces durante unos días, renunciar a la práctica de la gratitud ya no será una opción: los resultados serán demasiado buenos. También deberías intentar mantener ese estado de ánimo durante el máximo tiempo posible, y una semana después te darás cuenta de que ya forma parte de ti. Si valoras las cosas, las personas que te rodean empezarán a adoptar esa misma actitud. Sin embargo, para empezar, te pediré que reserves tiempo a primera hora de la mañana para adoptar un «estado» y condicionarte a ti mismo. Cuando valoras algo, no lo maltratas. Aprende a valorar todo lo que es la vida. Una vez recibí un correo electrónico. Era de una mujer de otro país que tenía tres hijos y que me explicaba que sufría depresión. Me asombra la afición que tiene la gente a autodiagnosticarse. Van por ahí diciendo que están deprimidos en cuanto algo no les sale bien. Por ejemplo, «Oh, estoy deprimida... ya no queda ninguna chaqueta de las que me gustaban» o «Qué depresión, no he podido salir con mis amigos este fin de semana». Etiquetan los contratiempos de la vida como algo mucho peor de lo que son en realidad. ¿Cuántas personas conoces que se medican para la ansiedad, la depresión o la angustia, pero siguen teniendo las mismas dificultades? Se toman las pastillas un año tras otro sin que les sirvan de nada; sorprendentemente, lo que me ha demostrado mi propia experiencia es que en cuanto se dan cuenta de que pueden reacondicionar su estado, son capaces de cambiarse a sí mismas. Etiquetar nuestro estado emocional o mental nos impide ejercer un control pleno sobre el mismo: si nos repetimos que estamos deprimidos, jamás podremos tomar las riendas de nuestra vida. No quiero decir que no haya personas que sufren enfermedades mentales, pero me gusta mantener la fe en que muchos de nosotros podemos superar estados emocionales o mentales complicados usando las herramientas adecuadas y no tomando una pastilla cada vez que estemos tristes. Podemos encubrir los problemas con una pastilla, pero es precisamente eso lo que hacen: encubrir. La curación verdadera exige acudir al origen, y el origen está en nuestro interior. Se trata de curar, no de encubrir. De todos modos, decidí ayudar a esta mujer por Skype. Cuando iniciamos la videollamada, me encontré que estaba llorando y en plena crisis. Inmediatamente, empecé a hacer los ruidos más raros que se me ocurrieron. Pasé de una voz en falsete a una muy grave y luego volví a los agudos. Todo eso en un lapso de diez segundos. Parecía un extraterrestre con síndrome de Tourette. Ella dejó de llorar, empezó a reírse y exclamó: «¿Qué diantres estás haciendo?». Le respondí: «Transformar tu estado de ánimo. Ahora ya podemos empezar». ¡Fue así de fácil! Trabajé con ella el concepto de la lista de agradecimientos y tres semanas después recibí otro correo suyo; me contaba que la última semana había sido la mejor desde hacía dos años y medio. Más adelante me dijo que volvía a sentir que era ella misma. La lista también ha sido muy efectiva para personas preocupadas por la dirección que han de tomar en la vida, por pasar al siguiente nivel, por sanar relaciones personales o, en realidad, por cualquier aspecto de la vida. A la hora de elaborar tu lista es muy importante que sigas los pasos que explico en el apartado siguiente. Así es como elaboré la mía y ha sido una estrategia extraordinariamente efectiva para todos a los que se la he mostrado. Este ejercicio es crucial. Los buenos sentimientos dan lugar a una buena vida. Puedes generarlos siempre que quieras, pero ¡reserva tiempo para brillar! RESERVA TIEMPO PARA BRILLAR Si quieres tener una vida extraordinaria, debes estar enganchado a la vida. Tu tiempo para brillar determinará la forma que adoptará tu destino. Tienes que hacerlo por la mañana y, a ser posible, durante una hora. Si no tienes tiempo, tengo la solución. ¡Levántate antes! El ritual de una hora consiste en adoptar un EDG (estado de gratitud) y en crear imágenes mentales perfectas de cómo quieres que sea tu vida (estado de certidumbre). Debes generar una actitud que puedas mantener durante todo el día. Si no estás dispuesto a dedicar una hora a mejorar drásticamente tu calidad de vida, intenta dedicar por lo menos la mitad; o quince minutos, si no hay más remedio (aunque sé que puedes si realmente te comprometes a ello). A continuación, encontrarás el ejemplo de mi ritual personal para adoptar ese estado de gratitud. Luego, crearemos el tuyo. EDG Gracias por ser afectuoso; gracias por tus dones y por el poder que reina en mi interior; gracias por ser respetuoso; gracias por tener sentido del humor; gracias por ser amable. entonces: gracias por las manos con que escribo; gracias por las piernas con las que camino; gracias por este mundo maravilloso y por la energía que fluye por él; y, sobre todo, gracias por seguir respirando y por tener la oportunidad de vivir y de persistir una y otra vez, cuando son tantos los que se han ido antes que yo. Siempre tenemos que empezar por lo básico, porque es lo que nos llena de verdad. Si una mujer se acercara a ti y os entregara diez mil dólares a ti y a otro millón de personas, ¿harías el esfuerzo consciente de agradecérselo? ¿Acaso anula la importancia del regalo el hecho de que se lo haya entregado a tanta gente? Si has respondido que, efectivamente, darías las gracias por esos diez mil dólares y tu brazo vale mucho más que eso, ¿por qué no das las gracias por tenerlo? ¡No tiene sentido! Nos han entregado infinidad de dones que deberíamos valorar sobre todo lo demás, pero los obviamos deliberadamente un día tras otro. Mientras no demos a las cosas más importantes de la vida el valor que tienen y sigamos dándolas por sentadas, jamás nos sentiremos realizados. A continuación, doy las gracias por las cosas que están fuera de mí. Gracias por la comida; gracias por tener un techo sobre mi cabeza y por la ropa. Gracias por mi familia y mis amigos; gracias por las experiencias que he tenido, porque me han ayudado a crecer y a aplicar un cambio duradero. Doy personalmente las gracias a Dios por todas esas cosas y pronuncio cada una con tanta intensidad como me es posible. Me emociono de verdad. Eso significa que también uso el cuerpo. Si no quieres darle las gracias a Dios, dáselas a algo más grande que tú mismo, porque algo te ha dado todos esos dones y todas esas cualidades que albergas en tu interior y que son las que te hacen grande. Por último, doy las gracias por... te lo diré más adelante. ESTADO DE CERTIDUMBRE (EDC) Mientras me ducho, desayuno y me visto, visualizo mentalmente situaciones perfectas. Me imagino feliz y teniendo un día productivo que me acerca a mis objetivos. Mientras escucho música alegre en mi iPod, voy por casa visualizando constantemente cómo quiero que me vaya el día. Hay veces en las que incluso me pongo a bailar en la cocina cuando preparo el desayuno. ¡Sí, por la mañana! Hago cualquier cosa que me ayude a disparar mi nivel de energía. La música puede transformar instantáneamente nuestro estado emocional, así que aprovéchala. Escucha música alegre o cualquier cosa que te anime. Las personas tenemos un vínculo emocional muy fuerte con algunas canciones, así que la música puede ayudarnos en casi cualquier momento. Y, sí, admito que quizás esté algo loco por llevar a cabo todo ese ritual a primera hora de la mañana, pero ¿a quién no han llamado loco cuando emprendía el camino hacia el éxito? Todo es imposible hasta que alguien lo consigue, ¿o no? También pienso en cómo ser la mejor persona posible, no solo con los demás, sino también conmigo mismo. Puedes practicar esta forma de condicionamiento mientras llevas a cabo tus actividades matutinas cotidianas. Empezar con un estado de gratitud es indispensable si quieres una vida fantástica, así que no te permitas excusas. Un buen amigo, que tiene más de cien tiendas bajo el paraguas de su franquicia, me dijo que todas las mañanas hacía la bicicleta en la cama. Después se levantaba y empezaba a cantar por la casa, con lo que despertaba a sus hijos y a su mujer, que no demostraban el mismo entusiasmo mientras él me lo explicaba. Si crees que las personas de éxito arrastran los pies por la mañana, ya puedes seguir soñando. Mientras los demás se toman tres cafés, dos bebidas energéticas y se dirigen al trabajo como si fueran zombis, ellos ya están en pie y preparados para cualquier cosa. Adoptar un estado de gratitud y un estado de certidumbre al principio de la jornada es la manera más rápida de inspirarte y de llevar una vida llena de energía. Recapitulemos: para redactar tu lista de agradecimientos para el ritual matutino has de seguir dos pasos. Tarea 1. Interior. Tenemos que escribir todo lo que apreciamos de nosotros mismos. Los ojos con los que estás leyendo estas líneas son un punto genial por el que empezar. Da las gracias también por todas las cualidades que sabes que tienes, como el amor, la paciencia, la gratitud, el respeto, la inteligencia, la confianza, el valor, la fe, etc. 2. Exterior. Enumera todas las cosas que son externas a ti, pero significativas e importantes en tu vida. Pueden ser los miembros de tu familia, tu coche o tu casa. Sea lo que sea, te ayuda a vivir tu vida, así que da las gracias por ello y no des nada por sentado. Da las gracias también por lo que hay en la naturaleza y en el mundo, porque, por si aún no te has dado cuenta, sin ella no estarías vivo. Bebes agua, respiras aire y comes fruta. Tranquilo, eso no significa que tengas que convertirte en un «verde» o en un hippie; sencillamente, abre los ojos. 3. ________ ¿? ________. De momento da las gracias por los dos primeros puntos. Ya hablaremos del tercero un poco más adelante. Te aconsejo que escribas como mínimo cinco respuestas en cada apartado y, si te quedas bloqueado, repasa mi lista personal para inspirarte. Puedes dar las gracias por las mismas cosas en ambos apartados. Una vez que hayas escrito la lista en ese orden, puedes empezar. Empieza siempre diciendo «Gracias por estar vivo» y acaba repitiendo «Ahora estoy vivo», con convicción absoluta, hasta que te sientas lleno de energía. Esta tarea matutina te condiciona a cambiar tu estado mental en un instante, algo indispensable si quieres vivir una vida extraordinaria. Para sentir felicidad, debes aprender a activar tus emociones capacitadoras. Es importante que sientas la importancia de lo que agradeces y de que lo aceptes plenamente. Siente todas esas cualidades en tu interior, la casa que te cobija o el abrazo de un ser querido. La APE (atención plena a la emoción) desvela emociones ocultas y satisfactorias, que son la clave de este ejercicio. No tardarás más de cinco o diez minutos en leer la lista, así que si dices que no tienes tiempo para hacerlo, ¿estás siendo honesto contigo mismo? Puedes seguir con el resto de tu tiempo para brillar mientras te prepararas. ¿Sigues sin tener tiempo? ¡Mira menos la televisión! Si eres constante en la práctica de este ejercicio y lo transformas en un ritual antes de empezar la jornada, tu vida mejorará radicalmente. Piensa en lo diferente que es empezar el día así o levantándote odiando al mundo por tener que salir de la cama. Exigir un estado de plenitud también te permite demostrarte que puedes elegir lo que sientes. Reservar este tiempo para brillar condicionará a tu sistema nervioso a experimentar plenitud con regularidad. Ahora tienes información suficiente para seguir solo durante los próximos tres días y para practicar estas tareas. Forman parte del programa del libro, así que si no lo haces, deberías pensar seriamente en prestarle el libro a alguien. Todos tenemos las llaves que dan acceso a una vida mejor, pero hay quien se niega a abrir las puertas. Sé que si estás leyendo este libro es porque quieres cambiar tu vida de verdad, así que date esa oportunidad. Las personas que tienen éxito de verdad hacen cosas que los demás consideran absurdas, pero es precisamente eso lo que las hace distintas. Escribe tu lista de agradecimientos en el orden que te he dicho, léela por la mañana durante los tres próximos días y esfuérzate en mantener ese estado de ánimo durante toda la jornada. Se trata de descubrir el equilibrio entre la plenitud y la motivación para el éxito. Recuerda que el cambio empieza por ti. Una vez que haya empezado, todo lo demás empezará a cambiar también. Esos tres días antes de seguir leyendo son obligatorios. Y si de verdad quieres empezar el día a tope, escribe esto en un papel grande o en algún sitio donde puedas verlo fácilmente por la mañana... Haga lo que haga hoy, me comprometo a hacerlo con amor y felicidad. Por difícil que pueda resultar, no permitiré que nada enturbie mis emociones y lo superaré. Solo los aquellos que pasan a la acción logran los resultados con los que sueñan los demás. Espera, vuelve atrás. No puedes seguir leyendo hasta que hayas completado esta tarea. He diseñado las tareas del libro para entrenar tu mente poco a poco y para que puedas integrar gradualmente el proceso que han seguido todos los que han logrado la plenitud en sus vidas. Interrumpir la lectura ahora también es una manera fantástica de poner a prueba la paciencia, una cualidad indispensable para lograr lo que te propongas. Pon esto en práctica o no aprenderás nada. Da las gracias a diario y crea ese tiempo para brillar. 4 CREA AQUELLO EN LO QUE CREES El conjunto de creencias sociales que se acaban convirtiendo en creencias personales oculta el mapa que nos ha de llevar a la grandeza y a nuestra verdadera vocación en la vida. Esas creencias son el miedo, la inseguridad, el odio y toda una serie de limitaciones que nos impiden descubrir lo que nos apasiona de verdad. ¡Rasga el papel y descubrirás un regalo! ¿QUÉ SON LAS CREENCIAS? Hace un tiempo, leí la historia de dos hermanos que habían crecido con un padre alcohólico y maltratador. Años después, uno de los hermanos tenía una familia encantadora, mucho dinero y disfrutaba de la vida. El otro era alcohólico y estaba en la cárcel. Un investigador universitario conoció la historia y decidió entrevistarlos a ambos. Los puso en salas distintas y les formuló la misma pregunta: «Con un padre maltratador y alcohólico, ¿por qué crees que has salido así?». Sorprendentemente, ambos respondieron lo mismo: «Con un padre así, ¿de qué otra manera podía salir?». Ambos compartían la misma biografía, pero habían construido creencias distintas acerca de sus experiencias. Un hermano las entendió como una oportunidad para inspirarse y pasar a la acción. El otro se veía a sí mismo como a una víctima y pagó el precio. Pase lo que pase, siempre somos nosotros quienes decidimos qué significado atribuimos a lo sucedido. Las creencias actuales con las que decidimos vivir crean o influyen en todas las experiencias que tenemos. Independientemente de la faceta de la vida de que se trate, pueden constituir la base del cambio o el motivo por el que nos estancamos. ¿Qué son las creencias? Normalmente, no son más que las opiniones que nos han dado los demás, una percepción elegida y construida a partir de la experiencia y los pensamientos que nos han repetido o que nos hemos repetido nosotros mismos. Oímos cosas en la radio, las vemos en la televisión y aprendemos a través de la familia y de los amigos. ¿Alguna vez nos sentamos a pensar de dónde viene toda esa información? Casi siempre se trata de la opinión de una persona, y hay muchas. Para llegar a la verdad es crucial que indaguemos en nuestras creencias. Un amigo mío es un ejemplo fantástico de cómo las creencias y las opiniones de los demás pueden afectarnos hasta el punto de convertirse en creencias personales. Él es un magnífico poeta, pero solo en privado, no suele compartir sus obras. He tenido la oportunidad de leer algunos de sus poemas y me han dejado impresionado. Un día, se los enseñó a un compañero de trabajo, que se burló tanto de los poemas como de la posibilidad de que pudiera dedicarse a eso. Mi amigo me explicó que fue incapaz de escribir nada durante un año. La opinión de esa persona había calado tan hondo en él que se quedaba en blanco cada vez que intentaba escribir. Empezó a creer que sus poemas no valían nada y que jamás se podría dedicar a ello profesionalmente. Hablé con él durante un buen rato y ahondamos en la cuestión hasta que, al fin, se dio cuenta de que podía escribir. Lo había hecho en el pasado, así que no había ningún motivo razonable para que no pudiera volver a hacerlo. Todo lo que teníamos que hacer era analizar en profundidad por qué tenía dificultades para ello y dirigir toda su energía a cómo volver a empezar. Comenzó por escribir un único párrafo, para demostrarse a sí mismo que podía hacerlo. Si la motivación dependiera de las críticas, nadie tendría éxito. Hay críticos de dos clases. Unos son cobardes que alcanzan la gloria atacando lo que ellos jamás han tenido el valor de hacer. Otros son valientes que se atreven a decirte que los cobardes jamás tienen éxito. Aprende a utilizarlos a ambos. ¿Con qué frecuencia dejamos que nuestras creencias limitantes nos impidan pasar a la acción? Lo que resulta aún más curioso es que dejamos que las creencias limitantes de los demás nos detengan también. Asociamos sensaciones de placer o de dolor a cada una de las creencias que mantenemos y eso es lo que acaba moldeando nuestro destino. Las acciones que emprendemos a diario en relación con la vida son también resultado de nuestras creencias. A continuación encontrarás algunas creencias limitantes habituales que yo mismo tenía: No puedo ser tan grande como todas esas personas de éxito. No puedo cambiar. Todas las mujeres/todos los hombres son iguales. La vida es un asco. Todos son unos maleducados. Tengo muy mala suerte. Nadie me querrá jamás. Es demasiado tarde. Soy demasiado joven/mayor. Soy un inútil. Y la lista sigue y sigue. Estoy seguro de que todos hemos estado convencidos de algo que luego ha resultado distar mucho de la realidad. ¿Alguna vez has sido testigo de abuso verbal? Quizás tengamos un amigo o un compañero de trabajo que critica a otra persona por alguna experiencia que ha tenido con él o con ella. A veces, nos quedamos con esa idea y hacemos nuestra la creencia de que esa otra persona es mala. Nos unimos a la fiesta de abuso verbal y creamos escenarios mentales que ni siquiera son reales. Decimos cosas como «Espera, que como se le ocurra hacerme lo mismo a mí se va a enterar de lo que vale un peine». Es una situación absolutamente ridícula. ¿Cuántas veces has conocido luego a la persona en cuestión y ha resultado ser encantadora? De repente, te parece fantástica. Incluso pasas a defenderla de las cosas que antes dabas por ciertas. Podemos convencernos de cualquier cosa. No lo digo por decir, hay estudios que lo confirman. Estas creencias se convierten en lo que conocemos como nuestra realidad. CONSTRUIR CREENCIAS Se ha descubierto que una creencia no es más que una idea o una percepción elegida que se repite. Creamos una idea específica sobre lo que creemos que significa una experiencia concreta (por ejemplo, después de una ruptura amorosa construimos la creencia de que no somos dignos de ser amados). Entonces, actuamos en consecuencia mental, verbal y físicamente. Nos ceñimos a una percepción y la repetimos una y otra vez, hasta que construimos creencias de acuerdo con ella. El vocabulario y el lenguaje corporal se alinean con el sistema de creencias que hemos construido. Imagina a alguien cuya pareja le falta al respeto habitualmente. Cuando esa persona explica lo que le sucede, usa un lenguaje negativo, frunce el ceño y menea la cabeza, disgustada. Su confianza en las relaciones de pareja ha quedado empañada y la próxima vez que vea a una pareja feliz y haciéndose arrumacos en el parque seguirá exactamente el mismo patrón. La realidad es que se trata de una pareja enamorada, pero para esa persona representa algo doloroso. Quizás pienses que no podemos construir creencias de forma consciente o deliberada. Es mentira. Seguro que a lo largo de tu vida te has encontrado cosas que pensabas que no podías hacer, pero que, cuando les has dedicado toda tu atención y tus recursos, has superado con creces. Quizás pensabas que jamás podrías correr una distancia concreta, dejar a esa persona, tener pareja, ganar tanto dinero, superar ese miedo o dejar una costumbre. Al final, conseguiste el impulso emocional suficiente para construir toda una serie de creencias nuevas. Cuando creíste que podías, lo hiciste con convicción. Todas las creencias que ahora moldean tu vida son obra tuya. Esto significa que puedes construir otras nuevas que cambien tu vida para siempre. Lo curioso es que no hace falta esperar mucho tiempo y, si quieres acelerar el proceso, has de ser decidido y vehemente con tus nuevas creencias. Por ejemplo, cuando dices «No puedo» o «Es imposible», tienes que aportar inmediatamente una alternativa física y verbal. Has de impulsar tu estado de ánimo y exigirte a ti mismo y con todas tus fuerzas asumir el control. Repite durante todo el día: «Sí que puedo, sí que puedo, sí que puedo» y «No hay nada imposible, no hay nada imposible». Cuando practicaba taekwondo, nos hacían gritar cuando lanzábamos un puñetazo o una patada potente, para darle la máxima intensidad. Alzar la voz cuando instauras creencias nuevas coloca a todo tu ser en un estado diferente. He construido de forma deliberada todas y cada una de las creencias que mantengo ahora acerca de mi vida y del éxito. No son el resultado de una experiencia concreta ni tampoco se afianzaron por arte de magia. Sabía que tenía que construirlas deliberadamente si quería tomar las riendas de mi vida. Repetía con tanta fuerza emocional las cosas nuevas en las que quería creer que mi yo anterior no tuvo más opción que rendirse. Cuanto más lo repitas, más lo creerás. Es muy importante que entendamos que somos nosotros quienes construimos aquello en lo que decidimos creer. También es esencial que cuando lo hagamos alineemos nuestras acciones mentales, verbales y físicas. La manera más contundente de construir una creencia es ser consciente de lo que hacemos cuando lo estamos haciendo. Si demuestras paciencia en un atasco, no lo ignores. Toma conciencia de que estás siendo paciente en ese momento y siéntete orgulloso de ello. Aplica esto a todas las facetas de tu vida, porque es una herramienta extraordinariamente potente que determinará en quién vas a convertirte. El refuerzo es la clave principal para construir y reforzar las creencias. Todas las personas de éxito saben que son el paso previo a crear cualquier cosa en la vida. Tarea Responde a la pregunta siguiente con tantas creencias capacitadoras como se te ocurran. ¿Qué tendría que creer para lograr lo que quiero? Ejemplo: quiero estar sano y en forma. CREENCIAS NUEVAS: tendría que creer que jamás conseguiré lo que quiero en la vida a no ser que me comprometa a vivir de forma saludable. Tendría que creer que jamás llegaré a ser la persona que sueño ser. Tendría que creer que la salud es lo más importante en mi vida. Si no respeto mi cuerpo, jamás respetaré mi vida. Sé creativo, porque eres tú quien elige tus creencias, y son estas las que escribirán tu experiencia. Una vez que hayas anotado todas las creencias que se te ocurran, usa el refuerzo tanto como sea posible. Repítelas durante todo el día y ante las experiencias que vayas viviendo. Ahoga las creencias limitantes anteriores y verás que, al cabo de un tiempo, se debilitan al tiempo que las nuevas se van haciendo más fuertes. Crees lo que piensas. Creas lo que crees. EL SISTEMA DE CREENCIAS ABSOLUTO (SCA) Si queremos tener éxito a un nivel que muchos creerían imposible, también tenemos que construir lo que yo llamo un SCA (sistema de creencias absoluto). ¿Existe algo creado por el hombre que no se hubiera considerado imposible antes? Si miras a tu alrededor, verás que la mayoría calificaron de imposibles prácticamente todas y cada una de las creaciones humanas. ¿Quién habría pensado nunca que podríamos hablar con alguien al otro lado del mundo con un aparato que nos cabe en la mano? El ingeniero autodidacta Percy Spencer inventó el microondas. ¿Te lo imaginas intentando explicarle a la gente de hace cien años que pronto se podría cocinar sin fuego? Hemos ido a la Luna, vemos a personas que están a miles de kilómetros como si estuvieran frente a nosotros y podemos mirar la cartelera en el móvil gracias al wifi. Internet con cable ya me dejó asombrado, pero cuando la ofrecieron sin cable... Mira a tu alrededor y entenderás que todo tuvo que empezar con una imagen mental en la cabeza de alguien. ¿Te imaginas lo fascinante, asombroso y misterioso que es ver algo en tu mente y luego crearlo y verlo ante ti? ¿Cómo es eso posible? Podríamos explicarlo diciendo que empezó como una visión seguida de un sistema de creencias construido de acuerdo con ella. Esas creencias permitieron que la visión se convirtiera en una realidad en la mente, lo que a su vez permitió tomar las acciones adecuadas para hacerla una realidad material. Explicar detalladamente todo este fenómeno es imposible. Es uno de los misterios de la vida. Sin embargo, que no lo entendamos del todo no significa que no sea uno de nuestros dones y que no podamos ponerlo en práctica cada día. A continuación encontrarás una estrategia sencilla que quizás te resulte útil... cierra los ojos y visualízate sosteniendo frente a ti un papel con tu nombre escrito en él. Mantén la imagen durante diez segundos. Mira las letras y siente el papel. Es una imagen mental, así que asegúrate de que no haces nada físicamente. 2. ACCIÓN: ¿has visto el papel con tu nombre? Ahora, ve a buscar papel y lápiz y escribe tu nombre. 3. CREACIÓN: sostén el papel a la altura de los ojos. Es real, tócalo. ¿Te das cuenta de que acabas de crearlo? ¿Dónde estaba antes de que pudieras tocarlo? No era más que un producto de tu imaginación, ¿verdad? Acabas de hacer realidad algo que hace tan solo unos instantes existía únicamente en tu mente. Has visto el futuro, has pasado a la acción y lo has creado. 1. CONCEPTO: Intenta asimilar durante unos instantes la magnitud del impacto que esta capacidad puede tener en tu vida. Quiero que recuerdes algún momento en que realmente sintieras algo, lo visualizaras y entonces sucediera. Quizás fue un coche nuevo, un vestido o unas vacaciones. Tuve una coachee que no acaba de entender lo potente que puede llegar a ser la visualización. Un día fui a verla a su casa y vi un BMW descapotable negro aparcado delante. En cuanto me abrió la puerta, me lo enseñó. Nos sentamos y le pregunté que desde cuándo había querido tener ese coche. Me respondió que desde hacía más de un año y, entonces, le pregunté cuántas veces había soñado despierta con que lo conducía, melena al viento, radio encendida y una amiga de copiloto. También le pregunté cuántas veces había buscado fotos del coche en internet y había experimentado la misma emoción que si lo tuviera. Estalló en carcajadas y me dijo que tenía toda la razón, que el coche casi se había convertido en una obsesión. Me explicó que había llegado a quererlo tanto que cuando se le pasaba por la cabeza que, quizás, nunca lo tendría, bloqueaba el pensamiento y se repetía que sí que lo conseguiría. Entonces hice que se diera cuenta del poder absoluto de que disponía y con el que había hecho realidad algo que antes solo había existido en su mente. Hizo falta el ejemplo del BMW para que esta joven lo entendiera por fin. Le expliqué que tenía la capacidad de hacer lo mismo con cada aspecto de su vida y, desde entonces, lo ha hecho. Practica esta estrategia con cualquier cosa que quieras y te darás cuenta de que has estado creando durante toda tu vida. La gente me pregunta cómo pueden crear cosas en su vida como hacen los demás. Les respondo que lo han hecho siempre, pero que la diferencia está en que no han sido conscientes de ello. Si quieres crear algo grande, lo más probable es que debas emprender más acciones. Volviendo al ejemplo del papel, si no tenías un papel en la mesa, habrás tenido que levantarte para ir a buscarlo. Todo tiene sus dificultades, pero si te comprometes a hacer realidad tu visión, encontrarás el modo de superar o rodear los obstáculos. Este mundo es un lugar de posibilidades infinitas y cuando reconozcas que siempre has tenido el poder de crear, te darás cuenta por fin de que todo es posible si crees que lo es. Puedes realizar cualquier cosa que desees. Lo único que te lo impide... eres tú. Si piensas en algo, imaginas cuál podría ser el resultado final y confías en que funcione, lo hará. La mayoría de las personas se disuaden a sí mismas o se convencen de que no va a salir bien. Normalmente, ocurre como consecuencia de las opiniones de los demás o porque dejan escapar la idea antes de reforzarla. Las personas con éxito se convencen a sí mismas de que pueden hacer realidad la idea y se dan múltiples razones de por qué funcionará. Se centran en cómo hacerlo y se lo repiten tantas veces y con tanta convicción que se convierte en una creencia que ocupa sus vidas. No acuden a otros para que validen su creencia. Saben que, si ellos lo creen, los demás los seguirán. Si pensamos en comprar un coche nuevo, es muy recomendable que cuente con un sistema antibloqueo de frenos (ABS), porque el ABS impide que las ruedas se bloqueen o dejen de girar mientras frenamos. También nos permite dirigir el coche hacia donde queremos en un frenado de emergencia. El SCA es como un sistema antibloqueo para la vida. Impide que nos quedemos sentados y en las nubes todo el día, y hace que las ruedas empiecen a girar y actuemos. Lo entendemos todo como una posibilidad realista y, así, encauzamos nuestra vida en la dirección que queremos. Sin embargo, hay algunas creencias que nos impiden construir el SCA. CREENCIAS EN CONFLICTO ¿Por qué a veces sabemos exactamente lo que queremos, e incluso tenemos un plan, pero por algún motivo no emprendemos las acciones necesarias para conseguirlo? He perdido la cuenta de las veces que me han dicho: «No sé por qué no avanzo». Es como si cada vez que pensamos en una acción que nos capacitaría o en algo que satisfaría nuestras necesidades, desplazásemos automáticamente la atención a todo lo que debemos sacrificar para conseguirlo. Apenas nos centramos en lo que ganaríamos, por lo que caemos en la trampa de la procrastinación. Si cuando persigues lo que quieres piensas en los sacrificios que tendrás que hacer, te resultará mucho más difícil centrarte en el viaje. Cuando piensas en lo que sacrificas, todo parece difícil. Hazte un favor: céntrate en lo que vas a ganar. Esta cuestión siempre lleva a otra: «¿realmente podemos decir que perdemos cuando estamos persiguiendo lo que queremos?». Si mantienes la atención centrada en los beneficios, verás que, en realidad, no sacrificas nada. Sin embargo, casi siempre obviamos este aspecto del éxito y nos rendimos al enfoque más débil. Lo hacemos porque, en ese momento, parece más fácil seguir haciendo lo que hemos hecho siempre, aun sabiendo que obtendremos los mismos resultados. ¿De verdad es más fácil dejar que pasen diez años y darse cuenta de que no hemos conseguido lo que queríamos? No hay mejor momento que ahora, así que veamos algunas de las creencias en conflicto: Quiero tener pareja, pero entonces perderé mi libertad. Quiero tener éxito, pero quiero dormir hasta la una del mediodía y no esforzarme demasiado. Quiero ponerme en forma, pero sé que tendré agujetas. Quiero dedicarme a mi pasión, pero si empiezo a cobrar a la gente por ello, pensarán que solo me importa el dinero. Quiero hacer lo que me encanta, pero mis padres creerán que soy un inútil. Si me hago rico, las personas que me rodean se sentirán inferiores y dejarán de confiar en mí. Quiero vender mis servicios, pero no quiero dar la impresión de que solo lo hago por dinero. Quiero pareja, pero no me gusta el compromiso. Quiero estar sano, pero quiero seguir comiendo comida basura. Quiero hacer muchos cambios en mi vida, pero quiero que mis amigos sigan queriéndome. Quiero ganar mucho dinero, pero parecerá que ya no soy una persona espiritual o religiosa. Quiero estar sano, pero quiero seguir fumando y bebiendo alcohol. Quiero tener mi propia empresa, pero no quiero arriesgarme a la humillación de que no vaya bien. Quiero dejar de fumar, pero necesito liberar el estrés. Quiero dejar el trabajo, fundar mi empresa y hacer lo que me gusta, pero la gente pensará que soy un iluso y, además, será difícil. Quiero acercarme a hablar con esa persona sin hogar, pero hay gente y me da vergüenza. Quiero fundar mi propia empresa, pero si no me sale bien a la primera, la gente pensará que soy un fracasado. Quiero solicitar un ascenso, pero me da miedo que me digan que no. Estos son algunos de los conflictos internos más habituales con los que me he encontrado. Es como si una cosa tirara de nosotros en una dirección mientras otra nos arrastra en la dirección contraria. Con tanta confusión, ¿cómo podremos conseguir jamás lo que queremos? A continuación te explicaré una estrategia extremadamente efectiva para cuando te encuentres en una situación así. En primer lugar, tienes que descubrir el conflicto e ir hasta el fondo del mismo. Ten una idea muy clara de lo que quieres y toma conciencia de qué creencias te están impidiendo conseguirlo. En la lista que acabamos de ver podría haber varios ejemplos. 2. CUESTIONA. Ahora tienes que cuestionar lo que has averiguado. ¿Cuál de las creencias es más importante para ti? ¿Cuál mejorará tu calidad de vida? ¿Cuál te ayudará a crear más energía y a actuar para lograr tu objetivo? ¿Cuál de las dos valoras más? ¿Crees que podrás ser feliz de verdad si eliges la opción que no te realiza? ¿Cuál puede añadir más valor a tu vida? ¿Cómo será tu vida en el futuro si no te enfrentas a tu miedo? ¿Cómo te hará sentir esa decisión contigo mismo? ¿Elegir la opción que te resta capacidad puede afectar a las decisiones que tomes en el futuro? Piensa en más preguntas... 3. ALINEA. A partir de estas preguntas, obtén las respuestas suficientes acerca de cuál es la creencia que te capacitará. Alinéate con esa creencia y refuérzala. Una vez que lo hayas hecho, saldrás disparado hacia tu objetivo: ya no habrá nada que tire de ti en la dirección opuesta porque lo habrás anulado con la intensidad de tus emociones. 1. IDENTIFICA. Hemos visto cómo las creencias influyen en tu vida, pero es importante que repasemos las evidencias científicas que sustentan estos métodos. Si no disfrutas del proceso, lo que haces jamás podrá ser un éxito. 5 NEUROPLASTICIDAD RECONECTAR EL CEREBRO A medida que avances en tu viaje, te asombrará ver que atraes cosas que te ayudan a dar sentido a los grandes cambios que estás haciendo. Cuando explicaba los cambios por los que yo estaba pasando y ayudaba a otros a llevar a cabo los suyos, solía decir que era como si estuviera reprogramando mi mente. Recuerdo que un día se me reveló ese concepto. Tuve mucho trabajo durante todo el día, así que no me detuve a reflexionar sobre él hasta el final de la jornada. Justo acababa de entrar por la puerta de casa cuando mi hermano me llamó para que viera un documental que estaban emitiendo por televisión. Me dijo que creía que podía interesarme, y estaba en lo cierto. Se trataba de un documental titulado El cerebro que se cambia a sí mismo, del doctor Norman Doidge. Es un documental fantástico. En él Doidge viaja por todo el mundo a la caza de neurocientíficos punteros para hablar del concepto de neuroplasticidad. Para mi sorpresa, descubrí que el hecho de reconectar la mente no es una metáfora, sino que se trata de un verdadero proceso físico: la ciencia ha demostrado que reconectamos físicamente el cerebro. Durante siglos se ha creído que el cerebro humano era incapaz de experimentar grandes cambios. Las personas con problemas neurológicos, lesiones cerebrales o ictus se calificaban de incurables. Investigaciones recientes, todavía en curso, acerca del cerebro están cambiando radicalmente las suposiciones sobre la recuperación neurológica. Estamos aprendiendo a marchas forzadas que el cerebro humano tiene una capacidad extraordinaria para transformarse y para curarse a sí mismo: para reconectarse. Esto ha llevado a abandonar lo que hasta ahora era dogma. En otras palabras, cada pensamiento que tienes provoca cambios físicos en tu cerebro. UN EXPERIMENTO NEUROCIENTÍFICO: LA RELACIÓN ENTRE EL CUERPO Y LA MENTE El neurólogo Álvaro Pascual Leone, de la Facultad de Medicina de Harvard, llevó a cabo un experimento extraordinario sobre esta cuestión. Lo único que se pedía a los participantes era que aprendieran y practicaran un ejercicio de piano que requería usar los cinco dedos de la mano. Entonces, pidió a un primer grupo que al tocar intentaran mantener el mismo tempo, en la medida de lo posible. Ensayaron durante dos horas diarias, cinco días consecutivos. Después, los sujetos se sentaron para tocar y se pusieron una especie de diadema que iba de oreja a oreja y que estaba conectada a un cable que enviaba un impulso magnético súbito a la corteza motora del cerebro. La técnica se llama estimulación magnética transcraneal (EMT) y ofrece información acerca del funcionamiento de las neuronas. (Hay miles de millones de neuronas en el cerebro humano y todas están diseñadas para transmitir información al cuerpo.) Los investigadores concluyeron que, tras tan solo una semana de ensayo, el cerebro de los sujetos se había transformado. La EMT mostraba la proporción de corteza motora necesaria para que los dedos pudieran ejecutar el ejercicio, y Pascual Leone descubrió que esta aumentaba y se expandía sobre las áreas circundantes, como la hiedra que crece sobre una verja. Esto coincidía con otros descubrimientos que apuntaban a que el uso continuado de un área del cerebro aumenta la función de la misma y activa físicamente a más neuronas. En consecuencia, esa área se refuerza. Se pidió al segundo grupo de participantes que durante esos mismos cinco días se limitaran a visualizar mentalmente cómo tocaban el piano. Aunque no podían mover las manos durante el proceso, se les pidió que se concentraran y ejecutar mentalmente ese mismo ejercicio de piano. Después de practicar durante el mismo número de horas, se sometieron a una EMT. El resultado fue asombroso: reflejaba un aumento de la misma zona cerebral, a pesar de que solo habían visualizado la ejecución del ejercicio de piano. Las neuronas se habían activado y se habían conectado igualmente para mejorar la capacidad de llevar a cabo esa tarea. También en este segundo grupo se apreció el aumento de la región cerebral que se usa para tocar físicamente el piano, a pesar de que los sujetos ni siquiera habían tocado el teclado. Pascual Leone afirmó: «La práctica mental dio lugar a una reorganización similar». Es lo que yo había hecho para darle la vuelta a mi vida y, sorprendentemente, hasta ese momento no tenía la menor idea de que había estado transformando físicamente mi cerebro para tener éxito y mejorar mi calidad de vida. Esos fueron los resultados tras tan solo una semana de ensayos. Fue toda una revelación para mí porque yo había estado diciendo a muchísima gente que sus vidas cambiarían drásticamente en tan solo una semana si ponían en práctica las tareas de este libro. Los resultados también demostraron que la atención plena durante la visualización enriquece la creatividad y da fuerza a nuestra pasión. Si esas conclusiones son válidas para otros movimientos físicos (y no hay razón para que no lo sean), significa que agarrar un palo de golf, bailar, pintar o interceptar un golpe de boxeo pueden llevar al dominio de la técnica. Todo lo que haces o creas en la vida es resultado de tus pensamientos. Si eres de esas personas que no creen que el cuerpo y la mente sean uno, es obvio que jamás has tenido una fantasía sexual. Es más, nunca se te ha encogido el estómago cuando algo te ha preocupado, jamás has dado un salto cuando te han asustado ni has experimentado esa abrumadora sensación en el pecho cuando has visto a la persona que amas. EL CEREBRO ES ASOMBROSO Durante una visita a Melbourne (Australia), el doctor Norman Doidge afirmó que «como todas las actividades humanas se originan en el cerebro, todo cambio en la comprensión del cerebro ejerce un impacto significativo sobre todo lo que hacemos. Defino la neuroplasticidad como la propiedad que permite al cerebro cambiar su propia estructura y funcionamiento. Y lo hace como respuesta a las acciones que llevamos a cabo, a cómo sentimos y percibimos el mundo y, lo que es más increíble, a lo que pensamos e imaginamos». Luego Doidge pasó a explicar que estos hallazgos son la base para modelar todas las facetas de la vida e influyen en qué llegamos a ser. Es un descubrimiento, como mínimo, asombroso. Antes de contar con las evidencias científicas, muchos filósofos ya nos habían dicho que la mente modela el destino. Platón, Buda y muchos otros a lo largo de la historia han sugerido que los pensamientos pueden, por sí mismos, reestructurar el cerebro. Joe Dispenza también habla de la neuroplasticidad en su documental ¿¡Y tú qué sabes!?: El cerebro no conoce la diferencia entre lo que ve y lo que recuerda, porque en ambos casos se disparan exactamente las mismas redes neuronales específicas. El cerebro se compone de unas diminutas células nerviosas llamadas neuronas que tienen unas ramificaciones que se extienden y se conectan a otras neuronas, formando así una red neuronal. Cada punto de conexión se integra en un pensamiento o en un recuerdo. El cerebro construye todos sus conceptos mediante la memoria asociativa. Por ejemplo, las ideas, los pensamientos y las emociones se construyen y luego se conectan en una red neuronal, y es muy posible que haya una relación entre ellos. El concepto del sentimiento amoroso, por ejemplo, se almacena en la vasta red neuronal, pero construimos el concepto de amor a partir de muchas otras ideas distintas. Para algunas personas, el amor está relacionado con la decepción. Cuando piensan en el amor, recuerdan el dolor, la pena, la ira e incluso la cólera. La cólera puede estar relacionada con el dolor, que a su vez puede estar asociado a una persona concreta que, entonces, se conecta de nuevo al amor. ¿Quién va al volante cuando controlamos nuestras emociones o respondemos a una de ellas? Fisiológicamente, sabemos que las neuronas que disparan juntas se conectan juntas. Si practicas algo una y otra vez, las neuronas forjarán una relación a largo plazo. Si te enfadas a diario, sientes frustración a diario, si sufres y justificas el victimismo a diario, reconectas y reintegras esa red neuronal a diario. Entonces, esta forja una relación a largo plazo, llamada identidad, con el resto de las neuronas. También sabemos que las neuronas que dejan de disparar juntas ya no se conectan juntas. Pierden su relación a largo plazo, porque cada vez que interrumpimos el pensamiento que da lugar a una respuesta química, las neuronas que estaban conectadas se separan progresivamente hasta disolver la conexión. Cuando empezamos a interrumpir y a observar, no por estímulos o como respuesta automática, sino observando los efectos que tiene, dejamos de ser la persona emocional que reacciona automáticamente ante el entorno. «Una vida de reacción es una vida de esclavitud intelectual y espiritual. Debemos luchar por una vida activa, no reactiva.» RITA MAE BROWN Si repetimos constantemente los mismos pensamientos, reforzamos día a día las redes neuronales. Es como si alguien tejiera hilos en tu mente. Cuando repites un pensamiento, una palabra o una acción física, se añade otro hilo (otra neurona), por lo que la red es cada vez más grande y ejerce un impacto mayor sobre tu vida. Las creencias que tenemos acerca del mundo exterior (éxito, relaciones, situación económica, etc.) son tal como las hemos creado. ¿Y si rompemos la pauta y las sustituimos por alternativas capacitadoras? Si alimentamos esos pensamientos positivos, ¿se convertirán en creencias y luego en emociones que nos impulsarán a actuar y a tomar decisiones distintas que moldearán nuestra vida? Por supuesto que sí y eso es exactamente lo que vamos a hacer. No creas que las tareas que vamos a completar son fantasías o ilusiones. Crearán nuevas redes neuronales (NRN) de modo que las creencias limitantes perderán fuerza y tú podrás acceder a tus verdaderas capacidades. Durante una de las conferencias que di en 2010, un señor no acababa de entender cómo funciona la teoría de memoria asociativa. No quería perder la atención del resto de los asistentes, así que intenté avanzar en varias ocasiones. Al final del seminario había un tiempo reservado para preguntar, pero este hombre alzaba la mano una y otra vez. Sentí que tenía que recompensar su persistencia, así que lo invité a subir al escenario. Le di el micrófono y me dijo: «Dan, es que no acabo de entenderlo». Le hice preguntas sencillas, como «¿Cómo te llamas? ¿Dónde vives? ¿Cómo describirías la temperatura? ¿De qué color son las cebras? ¿Qué beben las vacas?». Respondió con seguridad a todas las preguntas, incluida la última: «Leche». Me detuve y le pregunté «¿Estás seguro de eso?» y respondió «¡Oh, no, claro, beben agua!». La sala estalló en carcajadas y, entonces, pregunté si ellos hubieran dicho algo distinto. La mayoría admitieron que no se reían del señor, sino de sí mismos. La memoria asociativa explica por qué respondió así. Si le hubiera pedido que mencionara cualquier bebida, ¿qué probabilidad había de que dijera leche? Seguramente estés de acuerdo conmigo en que una muy baja, teniendo en cuenta la amplia variedad de bebidas que existen. Sin embargo, cuando incluí a las vacas en la pregunta, su cerebro se centró en la bebida que ha asociado a las vacas durante toda su vida. La leche y las vacas van juntas, ¿no? Aunque era una respuesta incorrecta a la pregunta, para él tuvo sentido en ese momento. Nuestra vida está repleta de asociaciones no deseadas que hemos repetido una y otra vez. Pueden tener que ver con las relaciones, con el trabajo, con el uso del dinero o con las excusas que ponemos. La única manera de romperlas es darse cuenta de que solo son asociaciones y que no siempre son verdad. 6 ROMPER CON LA COSTUMBRE Durante toda tu vida has recurrido a los conceptos de placer y de dolor para tomar decisiones. Las experiencias de dolor y de placer son fundamentales para los seres humanos. Constituyen la base del cambio y, por otro lado, explican por qué repetimos las mismas experiencias. Las percepciones y el sistema de creencias controlan qué asociamos al placer y al dolor. Tomamos decisiones drásticas que cambian nuestra vida para siempre como resultado de grandes cambios emocionales. Piensa en las grandes decisiones que hayas tomado y que cambiaron el rumbo de tu vida. ¿Fueron resultado de una explosión emocional? Es como agitar una lata de refresco y abrirla. La presión hace que explote y obliga al líquido a salir disparado en una dirección completamente distinta. Siempre has creado presión en tu interior. ¿Quién te dice que no puedes volver a acumularla, pero esta vez con cosas que quieras cambiar deliberadamente? Sabes que puedes, pero ¡a veces necesitas una buena sacudida! Podemos asociar placer o dolor a lo que queramos: todo depende de cómo queramos mirarlo. Las personas acostumbran a hacer lo mismo una y otra vez hasta que crean una red neuronal que tiene una fuerza similar a la de un poste incrustado en hormigón. Para poder hacer un cambio inmediato en tu vida, ya se trate de una costumbre, un miedo, una fobia o una percepción, tienes que mirar el efecto que está teniendo en tu vida y las asociaciones de dolor y de placer que le has asignado. Puedes usar los pasos siguientes para descomponer e interrumpir todo lo que consideres una (mala) costumbre, por ejemplo: desviar la mirada cuando te hablan, fumar, comer demasiado o pensar negativamente acerca de alguien. Usé esta estrategia para abandonar costumbres como fumar, no creer en mí mismo y, lo más importante, consumir drogas. Me ayudó a superar miedos y otros hábitos que me estaban limitando. Te invito a que emprendas estos mismos pasos y a que cambies algo en tu vida ahora mismo... 1. SABER LO QUE QUIERES Por ejemplo, si lo que quieres es dejar de fumar, podrías decir algo así: quiero estar sano y en forma; poder jugar en el parque con mis hijos o nietos; descubrir mi fuerza; saber que lo puedo conseguir; asistir a la boda de mi hijo; tener éxito de verdad; tomar las riendas de mi vida. Una vez que hayas escrito lo que quieres de verdad, elige algo que sustituya inmediatamente a la costumbre que quieres abandonar: ¿Qué haré en lugar de fumar? ¿Qué haré en lugar de comer? ¿Qué quiero hacer en lugar de darle vueltas a todo? Sea cual sea el hábito, asegúrate de elegir una conducta alternativa con la que sustituirlo: «En lugar de fumar, quiero comer más verdura». 2. SABER QUÉ TE LO IMPIDE Es posible que hayas cometido el error de normalizar la situación: te dices «mi relación de pareja no funciona», como si no tuvieras nada que ver con la dinámica de la relación. Es una manera de tomar distancia, para no sentirte tan mal a corto plazo. Es como si tú y tu experiencia fuerais dos cosas completamente distintas y tú no tuvieras el menor control sobre ella: «Si la relación no funciona, no puedo hacer nada al respecto, no es responsabilidad mía». NORMALIZAR: Lo que debes hacer es: «No lo estoy haciendo bien con mi pareja». Asumir la responsabilidad: «Si hago algo mal, puedo hacerlo de otro modo». Siguiendo con el ejemplo del tabaco, la respuesta a «¿qué te lo impide?» podría ser: «mi decisión de matarme lentamente con tabaco» en lugar de «el tabaco». Debemos asumir la responsabilidad de modo que veamos que podemos cambiar a largo plazo. Si te dijera que te sentaras y escucharas mi voz diciéndote: «Necesitas fumar ahora mismo, sentir la sensación de sacar el cigarro del paquete y dar una calada», querrías fumar. Sin embargo, no hay ningún cigarro a la vista; entonces, ¿quién te ha provocado las ganas de fumar, tu mente o el cigarro? No puede haber sido el cigarro. Lo que te ha dado ganas de fumar ha sido pensar en el cigarro, no el cigarro en sí mismo. Otra persona DESNORMALIZAR: vería ese mismo cigarro y sentiría náuseas, porque es así como piensa acerca de él. Puedes aplicar esto a cualquier cosa. Todas las sensaciones y todos los deseos se originan en la mente. Una vez que hayas asumido la responsabilidad y hayas reconocido que todo está en tu mente, podrás aplicar cambios duraderos. Sucedería lo mismo si te dijera que cerraras los ojos y pensaras en algo que alguien te haya dicho alguna vez y que te haya dolido mucho. Pasa unos instantes pensando en ello... ¿Cómo te sentiste en ese momento? ¿Has sentido la misma frustración, la misma tristeza o la misma ira que entonces? Esa persona no está aquí diciéndote lo que fuera, ¿verdad? Sin embargo, has experimentado la misma emoción gracias a la vasta red neuronal que has creado en tu cerebro con tus pensamientos. Darte cuenta de esto te permite ver que tienes opciones en lugar de pensar que estás atado a una sola. Tus pensamientos, tu elección. Acceder a tu mente Ahora que eres consciente de lo que quieres y de qué te impide conseguirlo, ha llegado el momento de realizar una tarea tan simple como potente. Nada cambiará nunca a menos que accedas a tu subconsciente. Una manera fantástica de conseguirlo es empezar a construir tu nueva red neuronal, ensayando mentalmente la reacción que quieres tener cuando te enfrentes al hábito que quieres abandonar. Una conducta se convierte en costumbre mediante la repetición constante, por lo que deberíamos empezar a romperla inmediatamente. Cierra los ojos y visualiza con tanto realismo como puedas cómo quieres reaccionar cuando estés a punto de recaer en una costumbre no deseada. Siente la emoción de verte en esa situación y crea un escenario perfecto en el que reaccionas de manera distinta. Esto te llevará a sentir emociones nuevas y potentes. Volviendo al ejemplo del tabaco, podrías visualizarte queriendo un cigarro, pero diciendo: «¡No!». Imagina exactamente cómo te sentirías y represéntalo mentalmente con tanto realismo como puedas. ¿Te sentirías orgulloso, fuerte o con control sobre ti mismo? ¿Cuál sería la reacción facial? ¿Sonreirías tras decir que no? Hazlo unas veinticinco veces; no necesitarás más de cinco o diez minutos. Es una manera fantástica de empezar, porque te permite ver y crear una nueva opción que es tan real como la respuesta automática previa de rendirte. Para poder llegar al punto que deseamos en nuestra vida, tenemos que representar cómo actuaríamos si ya estuviéramos allí. Si quieres tener fuerza mental, tienes que practicar ser mentalmente fuerte. 3. ASOCIACIÓN DE PRINCIPIOS Y VALORES ¿Cuáles son los principios que te guían? ¿Qué enseñas a los demás? ¿De qué te enorgulleces? A estas alturas, ya te habrás dado cuenta de la enorme importancia que le doy a ser honesto con uno mismo y a serlo de tantas maneras como sea posible. Todos tenemos principios y valores concretos e intentamos que sean nuestra guía diaria. Sin embargo, con frecuencia vamos en contra de ellos debido a las costumbres que hemos instaurado en nuestras vidas. Cada vez que lo hacemos, nos sentimos más débiles, porque derrumbamos nuestro estado emocional. En ocasiones, esto pasa sencillamente porque evitamos razonar con nosotros mismos. Nos negamos a ver la verdad, porque creemos que es tan dolorosa que no podremos soportarla. Enfrentarnos a esos valores y estándares básicos también nos permitirá acceder a una vida plena. Es el primer paso para conseguirlo. Recupera la lista de las cosas que deseas y estúdiala con detenimiento. Parece que el motivo por el que has escrito todas esas cosas maravillosas es que reflejan la persona que eres en realidad, no la que te has condicionado a ser. Las preguntas son la herramienta más eficaz que podemos usar para cambiar una mentalidad concreta y acabar inmediatamente con una pauta no deseada. Si en tu lista has escrito que te gustaría acompañar a tu hija al altar algún día, pero fumar te proporciona más placer, tienes que replantearte tus valores. Si lo has incluido en la lista de cosas que quieres conseguir, es porque la quieres, ¿no? Pero cuando quieres de verdad a alguien, ¿puedes ser egoísta? ¿Estás demostrando lo mucho que la quieres o, quizás, haces todo lo contrario con las decisiones que tomas día tras día? Si la quisieras de verdad, no harías lo que haces. Si has escrito que quieres estar sano y en forma, es porque entiendes que, en el fondo, te respetas a ti mismo. Si no fuera así, ahora no estarías leyendo este libro. ¿Alguien que se respeta y que insta a sus seres queridos a hacer lo mismo falta al respeto a su vida comiendo en exceso? Ya ves por dónde voy... Estas son las preguntas que debemos plantearnos y responder para poder iniciar el proceso de cambio. Plantearte cuáles son tus creencias básicas y comparar lo que quieres de la vida con las decisiones que estás tomando en la actualidad hará que sientas una oleada de emociones. Si crees que, ahora mismo, tus principios no son muy elevados, ¡arriba con ellos! La única manera de encontrar la fuerza para llegar a nuevas cimas es elevar nuestros principios. 4. ROMPER EL PATRÓN: SUBE LA TEMPERATURA Y VUELVE A BAJARLA ¿Cómo me afecta esta costumbre mental, física, emocional, espiritual y económicamente? Esta tarea te exige que profundices de verdad en tu interior. ¿Conoces la frase «si no aguantas el calor, sal de la cocina»? Pues ahora nos vamos de cabeza al horno. Cuando de pequeños tocamos por primera vez algo que estaba muy caliente, sentimos un dolor tan intenso que supimos que no volveríamos a tocarlo nunca más. Así que ahora tenemos que llegar al umbral máximo de dolor. Este paso te exige que te sumerjas en un proceso de reflexión muy profundo y te plantees preguntas incisivas. Básicamente, asociaremos un dolor emocional extremo a no poner fin a tu hábito, fobia o miedo. Durante unos instantes, piensa en cómo reaccionas cuando ves un aparato eléctrico junto al agua. ¿Cómo te han condicionado a reaccionar? Para poder acabar con la costumbre no deseada, tienes que condicionar una respuesta parecida. Vuelve a la lista de las cosas que quieres de la vida e imagina que nunca las consigues. Por ejemplo, si volvemos al ejemplo del tabaco, imagina que vas por la calle con un tubo en la garganta. Imagina que padeces una enfermedad terminal cuando tus hijos aún son pequeños o cuando nacen tus nietos; sentirás el dolor y el tormento extremos a los que someterías a tu familia. Imagina que das una calada, sigue el recorrido del humo por el interior de tu cuerpo y observa cómo lo destruye. Cierra los ojos y construye una imagen tan real que prácticamente te dé náuseas. Quizás lo haga de verdad y sientas asco. Estoy seguro de que alguna vez has oído cómo suena la voz de una persona que ha tenido cáncer de garganta, es como la de un robot. Visualízate diciendo «Elijo destruir mi vida y la de las personas a las que más quiero» con esa voz robótica y enferma. Siente el dolor físico y emocional que sufrirías y, entonces, transforma esa energía interna en agresividad constructiva. Este ejercicio se basa en la emoción, así que siente de verdad y construye una imagen mental precisa de todo a lo que estás renunciando en la vida y qué consecuencias ha tenido ya esa renuncia. Es importante que tengas muy presente que estás eligiendo renunciar a todas esas cosas. Cierra los ojos y visualízalo. Aprovecha el impulso Los seres humanos siempre avanzamos hacia lo que creemos que es mucho más placentero que la opción dolorosa. Mientras sigamos pensando que la costumbre no deseada es más placentera, seguiremos eligiéndola. Si quieres abandonarla, tendrás que asociarla a algo que te provoque un intenso dolor emocional cada vez que la repitas. Así encontrarás menos resistencia a la hora de condicionar la nueva costumbre. Ahora Ahora que has alcanzado ese umbral de dolor absoluto que casi hace que te levantes de la silla y empieces a gritar, dale la vuelta. Empieza a pensar en el placer que sentirías si lo dejaras ahora. La felicidad en el rostro de tu familia, la sensación de satisfacción que te inundaría, la fuerza que demostrarías. Imagínate jugando con tus hijos en el parque o sintiéndote muy sano y en forma. Sumérgete en el placer de sentirte libre al elegir este otro estado mental. Visualizar mentalmente una escena completamente aleatoria que parezca absurda también ayuda a combatir costumbres, fobias, miedos o situaciones que te recuerden el dolor. Para que esto tenga éxito, debes observar la situación desde fuera, como si fueras el espectador de una película. Cuando empieces a pensar en la costumbre, invierte la situación mentalmente. Haz que la imagen mental vaya hacia atrás y añádele música circense. Vuelve a «pasar la película» una vez tras otra y añade todos los elementos más disparatados que se te ocurran. Es parecido a lanzar un plato al suelo para romperlo en mil pedazos. Por mucho que luego te esfuerces en arreglarlo, siempre quedarán grietas que harán que el plato nunca vuelva a ser el mismo. Eso es precisamente lo que queremos hacer con esas pautas en tu mente: romperlas en mil pedazos. Por ejemplo, puedes usar esta técnica si te da miedo volar en avión, para cambiar tu estado inmediatamente. Verás que el miedo desaparece al instante y que incluso se transforma en risas. Esta práctica es muy potente y la usan profesionales de todo el mundo. ¡Si te enfrentas a algo, puedes acabar con ello! ¡Si huyes, estás perdido! 5. REFUERZA LA NRN Vivimos en un mundo de estímulos y respuestas. Un estímulo es algo que activa los sentidos. En el ejemplo del tabaco, el estímulo podría ser el mero hecho de ver un cigarro o de pensar en él, hablar de fumar u oler humo de tabaco. La respuesta automática sería asociar placer al estímulo e ir a buscar un cigarro. Una respuesta es cómo reaccionamos ante el estímulo. Para reforzar la nueva respuesta debemos romper la pauta en cuanto percibimos el estímulo. En otras palabras, el estímulo es el mismo, pero la respuesta es distinta. Si golpeas un árbol (la red neuronal antigua) con un hacha las veces suficientes, acabará por caer. Al poner en práctica el último paso, creas una NRN (nueva red neuronal). Ahora es una alternativa, otro camino que tu mente siempre podrá encontrar y reforzar. Hemos asociado más dolor al viejo hábito y más placer al nuevo. Cuantas más veces pienses en ese cambio de equilibrio entre el placer y el dolor, especialmente cuando te enfrentes a la costumbre no deseada, más neuronas se activarán para responder del modo en que deseas hacerlo. Estás quitando hilos de la red anterior y añadiéndolos a la nueva. Muy pronto, aquella desaparecerá. Te darás cuenta de cómo se va debilitando a medida que aumenten las repeticiones y la intensidad. La mayoría de las personas, cuando practican un hábito no deseado, piensan en cosas distintas a lo que están haciendo en ese momento. Por ejemplo, si están fumando piensan en lo que harán por la noche. Es lo mismo que les pasa a las personas que tienen problemas con la comida. Piensan en aumentar su victimización mientras comen, lo que en ese momento parece placentero. Esto lleva a pensar que la costumbre es beneficiosa, pero es porque no recuerdan el dolor tanto como los beneficios. Por ejemplo, cada vez que des una calada a un cigarro has de pensar en los efectos que está teniendo sobre tu vida y en todo a lo que estás renunciando por fumar. Al sustituir las divagaciones por las consecuencias de la conducta, reacondicionas el sistema nervioso para que asocie la costumbre al dolor. Es posible que tardes una, dos o incluso tres semanas, pero te asombrará lo rápido que empiezas a reaccionar, pensar y sentir de otro modo cuando te enfrentes a la costumbre no deseada. Esta es la parte de condicionamiento y tienes que practicarla continuamente. Funciona con todo y es la clave para cambiar cualquier cosa que desees. 6. CUÉNTALO Y REFUERZA LA NUEVA COSTUMBRE El lenguaje que usamos es muy importante. Tiene que ser contundente y convincente. Cuando te enfrentes a un hábito no deseado, habla con fuerza. Volviendo de nuevo al ejemplo, si alguien te ofreciera un cigarro, responderías inmediatamente: «¡Es asqueroso!» o «¡Ecs!». Dilo con sentimiento, con fuerza y sin pensártelo demasiado. Sé inflexible en tu discurso frente a la costumbre no deseada. Emprende una nueva dirección física, verbal y mental. Explica a las personas que te rodean que estás superando tu fobia o tu costumbre. Cuanto más lo hagas, más real se hará y más te lo creerás. El último paso consiste en sustituir la costumbre no deseada por algo que te llene de energía y en crear un ritual. Si has renunciado a los cigarrillos, sal a pasear cada día o toma un desayuno saludable. Cuando sustituimos una costumbre no deseada por otra cosa, promovemos el cambio duradero. También debemos sentirnos extraordinariamente orgullosos de cada paso que demos; aunque solo lleves cuatro horas sin fumar o sin comer demasiado, siente ya la satisfacción de haberlo conseguido. Repara en lo bien que te sientes y amplifica ese placer tanto como puedas. La recompensa siempre condiciona lo que hacemos en la vida, así que aprovéchalo y aprende a recompensarte a ti mismo. Guarda el papel del primer paso, donde has escrito lo que quieres de la vida. Dóblalo y llévalo encima como si formara parte de ti, para poder consultarlo durante las próximas tres o cuatro semanas. Te recordará por qué haces todo esto y reforzará el nuevo patrón. SEGUNDO PASO LA ENERGÍA, ESA FUERZA FUNDAMENTAL 7 LA FUERZA DE LA VIDA «Un hombre fuerte y exitoso no es víctima de su entorno. Crea condiciones favorables. Su fuerza y su energía inherentes hacen que las cosas salgan como desea.» ORISON SWETT MARDEN EL EFECTO BOOMERANG Parece que nos hemos convertido en una sociedad que ama lo que sabemos que nos destruye. Las noticias son un magnífico ejemplo de ello: aparecen en las pantallas del mundo entero y tienen una enorme capacidad para transmitir mensajes. ¿Con cuánta frecuencia nos muestran historias positivas y que nos inspiran en lugar de historias que rezuman miedo y destrucción? Nos bombardean con muertes, traiciones, violaciones, robos y otras historias dañinas. ¿De verdad es así el mundo? ¿Por qué no nos muestran cosas con las que podamos identificarnos más, como personas que van a la universidad, a comprar a la tienda o, sencillamente, personas que viven una vida normal? Porque eso no vende. Y, en mi opinión, el motivo por el que no vende es un problema social y mental que hay que resolver. No quiero decir que no debamos mantenernos al día de lo que sucede en el mundo, pero tenemos que usar el cerebro y elegir lo que creemos que nos beneficiará, ya sea como individuos o como sociedad. Por lo general, la gente no apuñala a otros ni tiene violentos ataques de ira al volante ni comete asesinatos, etcétera. Las noticias no retratan a la mayoría de la raza humana. Y punto. Se lanza una enorme cantidad de energía al público que, a su vez, sale, habla de ello y organiza su vida alrededor del miedo. Estoy seguro de que ya somos bastante conscientes de lo que sucede en el mundo. Le prestamos demasiada atención. De un modo casi perverso, parece que hallamos cierta satisfacción en hablar de cosas que nos perturban. ¿Estamos tan alejados de nuestra verdad que, si no habláramos de esos temas que nos consumen la energía, tendríamos dificultades para mantener una conversación? ¿Estamos contribuyendo a la destrucción hablando de ella y prestándole nuestra atención? Puedes estar seguro de que sí. Lo peor es que no vemos hasta qué punto nos afecta todo esto. Los indígenas australianos crearon el bumerán; la energía funciona exactamente igual. Cuando la arrojamos hacia afuera, encuentra el modo de volver directamente a nosotros. Piensa en cuántas veces al día hablas de temas que te perturban. ¿No crees que para evitar experimentar ese malestar sería más inteligente dejar de hablar de él? Puedo imaginar el grado de conciencia tan distinto que podríamos alcanzar si las noticias mostraran historias de amor y de inspiración con tanta frecuencia como muestran historias destructivas. Imagina que cada vez que encendiéramos el televisor o abriéramos el periódico nos viéramos rodeados de amor y de cosas que nos ayudaran a avanzar hacia un mundo unido. ¿QUÉ BENEFICIOS OBTENGO AL QUEJARME DE ESTE ASPECTO CONCRETO DE MI VIDA? Nos quejamos del trabajo, de la pareja, del mundo, de nuestra situación económica y de la gente que nos rodea. También están los que no hacen otra cosa que hablar de la vida de los demás. Lo sé porque yo era uno de esos. Lo hacen para intentar encontrar algo de consuelo en sus propias vidas. Los defectos que encuentran en los demás suelen ser precisamente los mismos a los que se enfrentan ellos, y ellos mismos son los culpables de las cosas de las que se quejan. Es más fácil culpar a los demás que a nosotros mismos. Tememos admitir la verdad, así que desarrollamos estrategias para afrontar ese miedo. Todo empieza con la persona que te mira a los ojos en el espejo. Tenemos que identificar y afrontar nuestras dificultades, solo entonces podremos materializar nuestra capacidad creativa. Para crear el futuro que queremos, tenemos que disfrutar del presente. Para disfrutar del presente, tenemos que hacer las paces con el pasado. ENERGÍA INFINITA «La pasión es energía. Siente el poder que surge de dedicarte a lo que te emociona.» OPRAH WINFREY ¿Por qué hay personas que siempre parecen cansadas, que se arrastran por la vida, mientras que otras parecen rebosar energía? Las horas de sueño no son lo principal, tal como descubrí yo mismo. He hablado con algunas de las personas más exitosas que conozco y he modelado su conducta y lo cierto es que prácticamente todas ellas duermen menos de lo que se recomienda. Antes de empezar a vivir de verdad, dormía unas diez horas, ocho como mínimo, y, sin embargo, siempre estaba cansado. Ahora solo consigo dormir seis, pero mis niveles de energía se han disparado. Me he dado cuenta de que cuando la usamos para una causa significativa, beneficiosa, o para sentirnos realizados, la energía parece ser casi infinita. Lo que quiero decir es que si necesitamos tanto descanso, no es por el cansancio físico, sino porque nuestro estado mental necesita más estimulación. Una de las primeras cosas que debes entender en relación con la energía es que tú eres el jefe de la línea de producción que hay en ti. Mientras sigas quejándote de las cosas, centrándote en por qué tu vida es tan deplorable, preguntándote por qué eres una víctima o repitiéndote todo lo que no quieres, el margen para producir energía capacitadora es inexistente. De hecho, estás haciendo justo lo contrario: drenas constantemente la energía de tu cuerpo. Todo sabemos que cuando nos quejamos de algo, los niveles de energía bajan; por eso nos sentimos tan mal cuando nos quejamos. Un día decidí que nunca más me quejaría de nada. Cuando los demás me hablaban de sus problemas, no les daba cuerda. Intentaba ayudarlos a ver el problema desde otra perspectiva y, si se negaban a escucharme, cambiaba de tema directamente. Incluso he llegado a decirles a las personas que me rodeaban que si alguna vez querían quejarse de algo y buscaban a alguien que se uniera al festín de lamentaciones, no me llamaran a mí. Si realmente estaban al límite, les decía que dejaran de compadecerse de sí mismos o los agarraba, literalmente, de los hombros y los sacudía para sacarlos de ese estado. La compasión es fantástica y me parece una de las mejores cualidades que pueda tener una persona, pero también tienes que hacer lo que más te convenga. A ti y a las personas a las que quieres. Si te rindes y dejas que los demás te consuman con sus quejas, serás vulnerable a esas mismas emociones. Estoy seguro de que todos conocemos a alguien, o incluso a varias personas, que se pasan la vida quejándose. Sienten lástima de sí mismos, pero nunca hacen nada al respecto. Intentan depositar todos sus problemas en los demás, en ti. Inconscientemente, intentan pasarte su energía y alimentarse de la tuya. Estos son algunos de los resultados posibles: o bien agotan su propia energía o bien tú te consumes con la de ellos y desciendes directamente a su altura. En estas situaciones, habla con un tono de voz decidido, sé compasivo, pero no te subas a su tren. Te darás cuenta de que tras solo un día de evitar la energía negativa de los demás, te sentirás mucho más productivo y alineado con la vida que deseas. Cuando nos centramos en lo grande de la vida, nuestro nivel de energía se dispara. ¿Alguna vez te han coincidido tres fiestas en un mismo fin de semana? Esos días sobrevives con cuatro horas de sueño, pero dispones de la energía necesaria para asistir a las tres fiestas y pasártelo en grande. Es posible que tus niveles de energía te mantengan despierto hasta las cinco de la mañana, cuando normalmente a las once de la noche ya estás durmiendo a pierna suelta. La energía positiva siempre crea más energía positiva. Identificarla es fácil porque hace que te sientas bien, mientras que la energía negativa tiene el efecto contario. Para ser capaz de controlar tus emociones, algo obligatorio si aspiras a una vida extraordinaria, tienes que imaginar un grupo de guardias de seguridad en la puerta de una fábrica. Cada vez que sientas que algo o alguien intenta quitarte la gran energía que ahora estás creando de forma deliberada, impídeselo mentalmente. Es posible que al principio te resulte difícil por dos motivos: primero, porque estamos rodeados de muchísima negatividad, y segundo, porque la queja es adictiva. No permitas que los demás te inyecten su negatividad. Controla la situación demostrando cuánto amas la vida. No permitas que la televisión, la familia, los amigos, los compañeros de trabajo ni nadie más te desvíe de tu viaje hacia el empoderamiento. Si lo haces, te estarás conformando con una vida peor que la que mereces y solo lograrás resultados mediocres. La familia y los amigos te preguntarán qué diantres te pasa: sé honesto y siente tu verdad. Es posible que algunos no puedan asumirlo, porque no quieren sentirse insignificantes o porque sienten que te están perdiendo, pero no desistas. Actuando de este modo eres mucho mejor amigo que cuando alimentas emociones que destruyen sus vidas. Además, evitas destruir tu propia vida por el camino. Lo mejor de todo es que, al final, contagiarás a los demás con tu energía. Empezarán a seguirte y a preguntarte cómo lo haces. He perdido la cuenta de las personas que se metieron conmigo cuando empecé a amar la vida de verdad. Decían que era un falso, que la vida no puede ser tan fantástica, etcétera. Sus comentarios me demostraron lo desconectados que estaban de sus propias vidas. Extrañamente, los que me lo decían eran los que estaban más perdidos y creían que no podían hacer nada extraordinario. Sabía el efecto que sus pensamientos estaban teniendo sobre sus propias vidas, por lo que no podía más que sentir compasión por ellos. Unos meses después, esas mismas personas acudían a mí en busca de orientación. ¿Los ayudaba? Por supuesto que sí, de otro modo hubiera descendido a su altura. Es obvio que no podemos sentirnos bien todo el tiempo, pero si lo practicas, al menos sabrás cómo quieres sentirte, y eso te ayudará a encontrar el modo de conseguirlo. Es crucial que siempre seas tú mismo y que se vea la gran persona que en el fondo sabes que eres. Evidentemente, esto es un camino, por lo que cometerás errores. Lo más importante es que recuerdes que siempre eres tú el que controla cómo te sientes. Usa los dones que tienes; piensa y siente por ti mismo. Genera esa gran energía centrándote en las cosas buenas que tiene la vida, como tu lista de agradecimientos, las cosas que quieres lograr y la belleza que te rodea. Deja el móvil o el portátil y sal a respirar aire fresco. Durante un momento, mira los pájaros en el cielo. Imprégnate y céntrate en la belleza de este magnífico mundo en el que vivimos. Estamos tan obcecados en lo que queremos que nos olvidamos de lo que ya hemos conseguido. Lo que casi nadie tiene en cuenta es que lo que hemos conseguido es precisamente lo que nos permite obtener lo que queremos. «La vida está llena de belleza. Fíjate en ella. Fíjate en el abejorro, en el niño pequeño y en los rostros sonrientes. Huele la lluvia y siente el viento. Vive tu vida al máximo y lucha por tus sueños.» ASHLEY SMITH Reconoce también que se llega a la perfección practicando. Como todo lo demás en la vida, tenemos que practicar amar la vida para que se nos dé mejor. Cuando te enfrentes a una experiencia desalentadora, busca inmediatamente una ruta alternativa. La curiosidad y la determinación siempre te ayudarán a encontrar una salida. 8 BUSCA Y LO HALLARÁS «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.» JESUCRISTO ¿Alguna vez has pensado que alguien te ignora deliberadamente o que te está engañando? ¿Cómo te has sentido en esos momentos? ¿Frustrado, herido, enfadado, triste? ¿Y cómo te has sentido luego, al descubrir que no era sí? ¿Avergonzado, enfadado contigo mismo o incluso como un idiota? ¿Cómo has podido sentir esas primeras emociones si el engaño no era real? Antes de responderte, te plantearé un ejercicio más. Piensa por un momento en alguien a quien quieras de verdad. Siente que está junto a ti. Cierra los ojos y siente su presencia durante un minuto. Antes de seguir leyendo, haz este ejercicio. ¿Acabas de sentir que el amor te embargaba, como si esa persona hubiera estado realmente junto a ti? Esto sucede porque la mente no distingue entre lo que experimentas de verdad y lo que imaginas. Si centramos nuestra atención en algo, lo sentimos de verdad. Ahora que sabes que tienes este poder, ¿cuán rápido puedes cambiar la manera en que te sientes? Para mejorar plenamente nuestra calidad de vida y alcanzar la cima, tenemos que elegir bien dónde centramos la atención. Esta es la verdad que define nuestras vidas: la mente encontrará lo que busca. Que eso sea una bendición o un maleficio depende únicamente de ti, porque eres tú el que controla hacia dónde diriges esa energía. Es verdaderamente frustrante que las experiencias que no queremos se repitan una tras otra, y esto ocurre porque les dedicamos mucha energía. Cuando nos centramos en las cosas que no queremos, acuden en tropel. Entonces, el malestar empieza a invadirnos, dando lugar a sentimientos de desesperanza, ira o decepción hasta tal punto que otras áreas de nuestra vida acaban resintiéndose de esas turbulencias internas. Y lo comprobamos a diario. Cuando estamos enfadados, todo lo que nos rodea parece estar mal y nos molesta, todo nos irrita. Cuando estamos contentos, todo parece genial. Es ley de la vida, no hay forma de escapar de esto. Debemos aprender a mejorar nuestra forma física emocional y eso se hace decidiendo hacia dónde queremos dirigir nuestra atención. Cuando te centras en lo que quieres, todo lo que haces se adapta a tu deseo. El lenguaje corporal, el vocabulario, el tono de voz e incluso los movimientos inconscientes cambian para convertirte en la persona que quieres ser. No conviertas en prioridad lo que no quieres en tu vida. Si lo haces, consumirás tu realidad. Incluso en los cursos de conducción avanzada, los profesores insisten en que dirigir la atención es crucial para la supervivencia. Dicen que si miramos a un poste o a un árbol cuando perdemos el control, acabaremos chocando contra ese objeto. Este mismo principio puede aplicarse a todo. Cuanto más nos centramos en que no tenemos suficiente dinero, en que siempre encontramos a la pareja equivocada o que nos impide vivir nuestro sueño, en que no tenemos tiempo, en que siempre estamos enfermos..., por nombrar solo unas cuantas opciones, más fuertes se hacen estas ideas. La mente encontrará el modo de atraer todo eso en lo que te estás centrando. La Biblia dice «Buscad y hallaréis» y creo que es un concepto muy útil que tenemos que asimilar. Lo que halles dependerá de lo que hayas decidido buscar. Siempre se te ha dado lo que has pedido, aunque no siempre hayas sido consciente de que pedías algo. ¿Sabes a qué puertas has llamado? Si tu mente divaga, crea divagaciones. Si alguna vez has sacado a pasear un perro con correa, sabrás que a veces parece que es el perro el que te pasea a ti. Cuando se desvía del camino, lo haces volver tirando de la correa. Eso es exactamente lo que tienes que hacer con los pensamientos: ¡átalos con correa! Si no, perderás el control sobre ellos. PIENSA, SIENTE, ACTÚA, CREA ¿Cómo te sientes cuando piensas en lo que no quieres? Personalmente, me siento impotente, desmotivado, triste e incluso frustrado. Todas estas emociones nos hacen seguir actuando de la misma manera y atrayendo, en consecuencia, las mismas cosas. En cuanto desplazamos la atención hacia lo que sí queremos, nuestra actitud cambia al instante y empezamos a sentirnos inspirados. Cuando nos sentimos extraordinarios, logramos resultados extraordinarios. Al redirigir la atención hacia lo que deseamos, la mente está más predispuesta a conseguirlo. ¿Alguna vez has comprado un coche nuevo y, de repente, empiezas a ver esa misma marca y modelo por todas partes? Cuando alguien grita tu nombre, reaccionas inmediatamente. Quizás se trata de una madre que llama a su hijo, pero tú levantas la mirada. El poder de «céntrate y lo hallarás» se me reveló un día en que mi hermano y yo habíamos salido a comprar ropa para su boda. Solo necesitábamos una corbata azul marino, así que acordamos que ese día nos centraríamos exclusivamente en eso. Lo sorprendente fue que el azul empezó a aparecer por todas partes. Era como si tuviéramos un escáner personal que hacía que, en cuanto había algo azul cerca de nosotros, todo lo demás se desvaneciera. Si has visto la película Terminator, recordarás que cuanto más cerca está este de su objetivo, más rápidamente suena el escáner. Eso es exactamente lo que sucedió. Veía azul por todas partes, incluso azul celeste. Empecé a integrar colores que nada tenían que ver con el objetivo inicial, y hasta llegué a examinar corbatas negras para ver si en realidad eran azul marino. Incluso cuando el dependiente me decía que no, que eran negras, yo seguía convencido de que algunas eran azules. Zapatos azules, calcetines azules, sombreros azules y trajes azules... todo me llamaba la atención. Cuando terminamos, le dije a mi hermano que no quería ver nada azul durante un año. Todos esos objetos llamaron mi atención porque los había convertido en una prioridad para mí. Cuando priorizas algo, lo ves por todas partes. Las emociones surgen del foco de tu atención. Ser capaces de centrar la atención y encontrar lo que buscamos entre la infinidad de posibilidades que existen es una capacidad humana maravillosa y hay una parte del cerebro que lo hace posible. Cada pensamiento da lugar a una acción física en el cerebro. El sistema de activación reticular (SAR) se compone de varios circuitos neuronales que conectan el tronco del encéfalo y la corteza cerebral. Esta región del cerebro actúa como un filtro entre la mente consciente y la inconsciente. Es la responsable de detectar novedades en el entorno y de relacionar la información externa que siempre ha estado ahí para mejorar la imagen mental que hemos creado. Constantemente estamos rodeados de miles de millones de bits de información y si los advirtiéramos todos, enloqueceríamos. El SAR nos ayuda a centrarnos en aquella información que es importante para nosotros. En el libro Psicocibernética (1960), el doctor Maxwell Maltz lo describe como un servomecanismo. Haciendo un poco de eso que tanto me gusta (investigar), descubrí que las máquinas fotográficas con autofoco tienen un servomecanismo. No sé si alguna vez has usado una, pero enfocan mejor automáticamente y forman una imagen más clara cuando apuntamos al objeto con la lente. Cuando hacemos que algo sea importante en nuestra vida, ya se trate de algo que nos beneficia o todo lo contrario, se convierte en una prioridad. El SAR del cerebro lo buscará por todas partes y hará que la imagen sea mucho más clara. Adivina quién se encarga de mover la lente. Exacto: tú. CAMBIAR EL FOCO: DESPLAZA LA LENTE «La mayoría de las personas no tiene la menor idea de la colosal capacidad a la que podemos apelar inmediatamente cuando centramos todos nuestros recursos en dominar un área concreta de nuestra vida.» ANTHONY ROBBINS ¿Por qué hay personas que miran la vida con un entusiasmo tremendo y otras que parecen vivir rodeadas de tristeza? ¿Por qué hay personas que alcanzan niveles de éxito muy superiores a los demás y se sienten plenamente realizadas? ¿Por qué esas pocas encuentran inspiración en todas partes y siempre están motivadas mientras que a otros les cuesta concebir ni una sola idea? La respuesta a estas preguntas está en cómo funciona la vida. La gente me dice: «Yo ya sé cómo funciona la vida. Te levantas, vas al trabajo y vuelves a casa. Y así un día tras otro». A lo que yo respondo: «No, así es como funciona tu vida». Lo cierto es que cuanto más pensamos en lo mismo, más sentimos las mismas emociones y, por lo tanto, más repetimos las mismas conductas. Casi todos creen que las cosas han de cambiar externamente antes de poder cambiar el yo interno. Creen que deben triunfar en algo antes de poder sentirse bien consigo mismos. Si has conocido a alguien que haya alcanzado el éxito de verdad y que sea rico en todas las áreas de la vida, habrás visto que no intenta vivir al revés. Vive tal como se supone que se ha de hacer, que es sintiéndose extraordinario primero, lo que le lleva a actuar de forma extraordinaria y a lograr cosas extraordinarias. La única manera de que te sientas extraordinario primero es ser inteligente a la hora de dirigir tu foco. «Concentra todos tus pensamientos en el trabajo que tienes entre manos. Los rayos del sol no queman hasta que se concentran en un punto.» ALEXANDER GRAHAM BELL Todas tus emociones surgen del punto al que diriges tu atención. Cuando apuntamos con la lente a otro objeto, captará detalles que, hasta ese momento, habían pasado desapercibidos. Es como tener un foco de luz y moverlo de una esquina a la opuesta. Una vez que lo hemos hecho, las áreas de nuestra vida que antes contribuían a su destrucción quedan a oscuras. Por el contrario, si no movemos esa luz, seguiremos viviendo las mismas experiencias y situaciones y el mundo seguirá siendo tal como lo conocemos. Hacemos girar muchas situaciones en torno a esta sensación de realidad a la que vinculamos muchas cosas irrelevantes y, entonces, creamos escenarios que parecen peores de lo que son. Y todo para satisfacer las historias que transcurren en nuestra mente. Pensemos en las personas paranoicas. Centran repetidamente toda su energía en alguien que las trata mal, que les es infiel o que intenta estafarlas. Se han centrado tanto en esa idea que creen que todas las personas a las que conocen son iguales. ¿Se les habrá ocurrido alguna vez que el motivo por el que se sienten así es porque han entrenado a su mente para que crea que las cosas son así? ¿Es posible que sus figuraciones hagan que una situación acabe de un modo concreto? ¿O es que, como lo esperan, relacionan todo lo que sucede con ese escenario? ¿De verdad todo el mundo intenta aprovecharse de ellos o es un reflejo de cómo se sienten internamente lo que los lleva a percibir así el exterior? Recuerdo claramente lo emocionado que estaba cuando compré mi primer coche. Lo último que se me pasaba por la cabeza era que el coche pudiera tener algún problema. Estaba entusiasmado. Para mí era perfecto... hasta que se empezó a averiar y a calentarse. Mi percepción cambió totalmente: de tener un coche perfecto había pasado a ser gafe con los coches. Cuando compré el segundo, estaba convencido de que jamás tendría un coche fiable. Aunque el problema fuera algo tan sencillo como una ventanilla que no funcionaba bien, yo lo atribuía a mi mala suerte con los coches y me limitaba a esperar la siguiente avería. Me agobiaba con el menor ruidito y me olvidaba de que, al fin y al cabo, un coche es una caja metálica, por lo que es normal que haga ruiditos. Hablaba continuamente de mi maldición con los coches y me estresaba cada vez que me sentaba al volante. Esperaba que algo explotara en cuanto lo ponía en marcha. Me estaba volviendo loco y me estaba quedando sin energía. Esta paranoia acerca del coche y las averías persistió hasta el día que subí al coche de un amigo y una de las ventanillas se estropeó. Hice una mueca y dije: «Parece que los dos sufrimos la maldición del coche». Esperaba que él se enganchara a mi victimismo, pero me miró y me dijo: «Relájate. Solo es una ventanilla». ¿Sufría yo la maldición del coche o es que había personalizado la incertidumbre inherente a la vida para hacerme la víctima y sentirme aún peor? Al pensar en ello, me di cuenta de que en el mundo hay personas que mueren de hambre y que, sin embargo, ahí estaba yo, lamentándome porque una ventanilla no subía bien. Y lo que es peor, me parecía de lo más normal gastarme cuatrocientos dólares en alcohol cada semana, pero me quejaba porque tenía que gastar cien en arreglar una ventanilla que me permitiría respirar mejor. Supongo que es más fácil culpar a elementos externos que asumir la responsabilidad. Dejé de pensar que estaba maldito con los coches y me di cuenta de que solo era un coche. Es posible que te parezca una situación muy simple, pero cuando explico la historia me doy cuenta de que no soy el único. ¿Cuántas veces te centras tanto en algo, que acaba consumiéndote? ¿Cuántas veces sucede algo y, de repente, te das cuenta de que no había nada de qué preocuparse? ¿O al final lo superas y deja de tener poder sobre ti? Seguro que entonces has empezado a sentir emociones distintas. Creamos nuestra propia realidad y, cuando tropezamos, pensamos que no está cumpliendo los elevados estándares que nos hemos fijado y empezamos a dudar. Entonces, desplazamos el foco y creemos que esto es lo máximo que la vida puede ofrecer. Nada más lejos de la verdad: cuando alejamos el foco de lo que no funciona, es inevitable que encontremos algo positivo en lo que centrarnos. DIRIGIR LA ENERGÍA CON ÉXITO Lo más bello de la vida es tan real como lo más feo. Todo depende de lo que uno quiera ver. Hace unos años, trabajaba en un centro de recepción de llamadas y vi que uno de mis compañeros había bajado la cabeza y parecía muy disgustado. No era muy hablador, así que decidí acercarme a él. Me dijo que no quería hablar, así que supe que tenía que pasar a la acción para ayudarlo. Al día siguiente, volví a pasar junto a él y vi que volvía a estar con la cabeza entre las manos. Decidí dar una palmada fortísima cerca de su oreja. Dio un bote, sobresaltado, y le dije: «Ya has visto lo rápidamente que puede cambiar tu estado de ánimo». Unos momentos después me explicaba que lo había dejado con su pareja. Seguía triste, pero la conversación le permitió cambiar radicalmente de punto de vista. En lugar de castigarse por todo lo que aparentemente había hecho mal, tras deliberar consigo mismo reconoció que era lo que quería desde hacía un tiempo. Me dijo que siempre había tenido la sensación de que la relación no funcionaría. Además, quería viajar y hacer cosas que sabía que no podría hacer mientras siguiera con su ya exnovia. Le expliqué que al desplazar la atención hacia motivos que podían ayudarlo, podría sentar las bases para tomar una nueva dirección en su vida. Le dije que, a no ser que dejara de mentirse a sí mismo haciéndose la víctima y admitiera las ventajas de las que en realidad ya era consciente, jamás podría salir adelante. En un instante, pudo recitar una lista de objetivos por los que trabajar y que le permitirían librarse del apego emocional hacia su expareja. Sabía que le esperaban tiempos difíciles, pero creó rutas capacitadoras que su mente podría encontrar siempre a partir de ese momento, en lugar de seguir optando por la vía del dolor. Si seguía reforzando la nueva idea de su verdad interior, la otra disminuiría gradualmente. Cuando dejamos de centrarnos en lo que no queremos, rompemos la pauta de dejar que consuma la mayor parte de nuestra existencia. También impide que asociemos hechos irrelevantes a una situación concreta. A veces, las situaciones son, sin más. Imagina que ves a alguien en la calle corriendo hacia una anciana. Quizás te dé la sensación de que va a atracarla, lo que hace que te sientas mal. Otro podría percibir la situación como un gesto amable, porque el hombre corre a devolverle el cambio que se ha dejado olvidado en la tienda. Al final, el hombre sigue corriendo y no establece el menor contacto con la anciana. Ambos escenarios fueron igualmente reales durante unos instantes, pero solo porque los hemos creado. Esto es así también con todo lo que sucede o ha sucedido en tu vida. Los estímulos externos estaban o están ahí, abiertos a la interpretación que tú quieras asignarles. Analízalo bien, adopta perspectiva, piensa en algo por lo que deberías dar las gracias en este momento o céntrate en lo que quieres de verdad: experimentarás placer. Céntrate en cómo esa situación podría acercarte a tus objetivos en la vida en lugar de alejarte de ellos. ¿Qué puedes aprender para emprender acciones y mejorar tu vida? Si miras con la atención suficiente, puedes sacar provecho de cualquier experiencia. De hecho, todas las situaciones se pueden ver de otra manera. Las cosas que antes considerabas malas serán ahora maravillosas oportunidades para el desarrollo personal y te permitirán dar otro paso hacia la calidad de vida. Practica esta estrategia y al poco tiempo te darás cuenta de que el único motivo por el que veías algo de un modo concreto es que habías elegido asignarle unos pensamientos (y, por lo tanto, emociones) determinados. Haz este ejercicio con experiencias pasadas y futuras y empezarás a dar pasos gigantescos para modelar positivamente tu destino. Ahora sabes que, cuando te sientes mal por algo, es por cómo lo has percibido. Esas ocasiones exigen que prestes atención plena e impidas que la mente divague. No nos podemos conformar con la percepción que tenemos de las cosas en un momento determinado, debemos ahondar en ellas y buscar el modo de darles la vuelta. Una vez que hayas descubierto una manera mejor de entender una experiencia, aunque solo sea ligeramente mejor, aférrate a ella y aliméntala sin parar. Cuando lo hayas conseguido, habrás aprendido a dirigir tu energía con éxito. TERCER PASO EL SISTEMA DE LOGRO 9 TOMA LAS RIENDAS AL INSTANTE «Hace tiempo me di cuenta de que las personas de éxito rara vez se sientan a esperar que sucedan cosas. Por el contrario, salen y hacen que las cosas sucedan.» LEONARDO DA VINCI Todos hemos conseguido algo en la vida, por insignificante que nos pueda parecer. Hay veces en que todo parece difícil y prácticamente insoportable, hasta que por fin superamos el trance. Experimentamos la sensación de logro cuando conseguimos algo en la vida, tanto si se trata de tener el valor necesario para superar una situación como si tiene que ver con lograr objetivos personales, un acto de heroísmo o esforzarnos más en una tarea concreta. Todos los logros, desde el más grande hasta el más pequeño, desempeñan un papel crucial en lo que sea que nos propongamos conseguir a continuación. Criar a un hijo, sustentar a la familia, recuperar una relación o superar una que no funcionaba son logros. Consigamos lo que consigamos en la vida, se trata de un proceso bastante sistemático. Tenemos una visión de lo que queremos, la pasión se acumula, nos alineamos con el miedo, pensamos sin cesar en cómo podemos lograrlo, diseñamos un plan de acción y lo seguimos. Te hayas dado cuenta o no del proceso, normalmente es así. Los logros no caen del cielo ni llaman a la puerta con un ramo de rosas en la mano. Hay que salir a por ellos. Por otro lado, que hayas conseguido algo no significa necesariamente que te sientas realizado. No te sabría decir las veces que he oído que alguien ha logrado algo extraordinario y que, al cabo de un mes, se siente vacío porque no sabe qué hacer a continuación. Me he encontrado con algunos multimillonarios que están entre las personas más desgraciadas que conozco. Solo les importaba el dinero y acabaron descubriendo que este no es una pasión, sino un intento de encontrar la felicidad en lo material, y eso los lanzó a otro callejón sin salida. Estoy seguro de que todos hemos oído historias de personas ricas que acaban enganchadas a las drogas o se suicidan, mientras que hay otras que apenas cuentan con riquezas materiales, pero que son las personas más felices sobre el planeta. Todos han alcanzado grandes logros, porque esa palabra, «logro», se personaliza en función de los deseos de cada uno. Sin embargo, lo único que lleva al verdadero éxito es la unión del logro y de la plenitud. Tenemos que aprender a conseguir ambas cosas, y eso es a lo que he dedicado mi vida. He trabajado con tenacidad para desvelar los poderes que nos permiten modelar nuestro destino y nuestra situación. El conocimiento y las estrategias que encontrarás a continuación me llevaron hacia el verdadero éxito en un instante. LA REALIDAD DE LAS VISIONES INSPIRADORAS «No basta con soñar. Tienes que dar un paso más y usar la imaginación para visualizar, con intención. Olvídate de todo lo que te han enseñado y cree que sucederá tal como lo imaginas. Ese es el secreto. Ese es el misterio de la vida.» CHRISTINE ANDERSON El 1 de octubre de 1971, justo cuatro días después del fallecimiento de Walt Disney, miles de personas se reunieron cerca de Orlando (Florida) para asistir a la gran inauguración de Walt Disney World. Uno de los amigos más íntimos de Disney le dijo a Lillian, su viuda: «Ojalá Walt estuviera aquí para verlo». Lillian lo miró y respondió: «Si Walt no lo hubiera visto, esto no existiría». Se refería a su visión. Ahora, The Walt Disney Company vale unos 35.000 millones de dólares, y todo empezó con Mickey Mouse, de quien Disney dijo: «Saltó de mi mente a un papel... en un viaje en tren de Manhattan a Hollywood, en un momento en que las empresas de mi hermano y mías estaban en su punto más bajo. El desastre parecía inminente». Imagino que, por eso, Disney es conocido también por su célebre frase: «Si puedes soñarlo, puedes hacerlo». Para poder hacer realidad todo nuestro potencial, debemos abrazar las visiones del futuro con que soñamos. La mayoría de las personas usan esta potente herramienta para sentirse peor en su día a día. Imaginan ese cuerpo soñado, ese automóvil maravilloso o esa mansión y, automáticamente, se machacan porque no lo tienen. Creo que lo hacen porque no creen ser capaces de conseguir hacer realidad sus sueños. Es absolutamente crucial que nos centremos en las emociones positivas que suscitan esas visiones, porque son las que nos inspirarán para pasar a la acción. Las vacaciones son un ejemplo perfecto de ello. Nos visualizamos de vacaciones antes incluso de haber empezado a prepararlas. Acumulamos emoción en torno a ellas y eso es lo que nos lleva a actuar. La realidad de la vida es que si no creamos visiones absolutamente inspiradoras de lo que queremos de ella, jamás se harán realidad. Tenemos que entender que un sueño y una visión son dos cosas distintas. Lanzamos la palabra «sueño» como si fuera un cuento de hadas. Lo consideramos algo que no es real, algo por lo que no se puede trabajar y algo que no tiene una base con fundamento. Todo lo que es ahora realidad ha sido el resultado de la visión de alguien. En su libro Vision: The Key to Your Future, Corey Turner afirma que: Vivir una vida sin una dirección de futuro clara es como conducir un coche a ciegas. Puede ser muy emocionante durante unos segundos, pero es increíblemente peligroso, porque el riesgo de chocar y herir a otros es muy real. Yo también creo que haremos daño a los demás. Hablo desde la experiencia personal. Si no tenemos una visión de lo que queremos lograr en la vida, ¿cómo podremos hacerlo realidad? No sabremos por dónde empezar, recurriremos a cosas que nunca nos satisfarán y viviremos con la rabia desesperada que despierta el limitarnos a esperar que algo cambie. Es posible que ahora mismo estés pensando que no sabes qué quieres exactamente en la vida. He tenido esta misma conversación con mucha gente, sobre todo joven, pero tenemos que profundizar más. ¿De verdad no lo sabemos o es que no creemos poder lograr lo que soñamos? Las personas que nunca consiguen nada son las que esperan a que sucedan cosas externas que las ayuden a materializar sus visiones. No saben que lo primero es crear la visión, de lo que sea, y que luego será la visión la que hará que el exterior se alinee con ellas y las ayudará a hacerla realidad. Normalmente no sucede de un día para otro, pero acaba sucediendo si mantienes la visión cerca del corazón y bien asentada en la mente. Más tarde se han de tomar acciones, pero todas las personas de éxito saben que todo empieza con una visión motivadora. «Los buenos líderes empresariales crean una visión, articulan la visión, se apropian apasionadamente de la visión y no se dan un respiro hasta hacerla realidad.» JACK WELCH La visión de una persona especial en tu vida, de un Ferrari, de una casa junto al mar, de una nómina más elevada a final de mes, de una mejor relación con la familia, de librarte de las drogas u otras adicciones... eso no son más que unos cuantos objetivos. Las visiones no tienen por qué estar relacionadas con el dinero, sino que, normalmente, se centran en la abundancia de la vida en general. Cuanto más claro tengas lo que quieres, más dispuesto estarás a esforzarte por ello. La mayoría de las personas usan frases comunes como «Quiero más dinero», «Quiero tener mi propia empresa», «Quiero tener pareja» o «Quiero tener más éxito» porque no saben que si quizás lo consiguen, solo lo harán en los términos generales en que lo han pedido. Por ejemplo, dices que quieres tener pareja y entonces te enamoras de alguien que en realidad no te conviene. Esto sucede porque no tenías una idea clara ni una visión de cómo querías que fuera tu pareja. Su personalidad, sus cualidades y todo lo que debe tener para ti una pareja... no tenías claro nada de eso al principio. En estos casos, nos acabamos conformando con lo de siempre. Podemos decir lo mismo cuando ganamos veinte dólares más por dos semanas de trabajo adicional y entonces nos quejamos. Has pedido más dinero, ¿no? Para conseguir exactamente lo que quieres, has de tener absolutamente claro qué es lo que quieres. «El pasado es importante, pero ni de lejos es tan importante para tu presente como el modo en que ves el futuro.» TONY CAMPOLO Crear visiones también exige sentido común, porque sabemos que es posible que las cosas no sucedan exactamente como las hemos concebido en nuestra mente. Acepta las imperfecciones en la vida, porque las cosas no son permanentes, son inestables e inherentemente sujetas al cambio. Por otro lado, es posible que seamos incapaces de ver la perfección. Quiero decir que si conoces a alguien y no calza el 38 como habías imaginado, te aconsejo que no lo descartes inmediatamente. Es como cuando planeas un viaje y te ves tomando el sol en la playa. Tienes una visión de cómo será la habitación del hotel y de la belleza del entorno. Cuando llegas allí, no es exactamente como habías imaginado, pero lo aprecias por lo que es y, en ocasiones, es incluso mejor de lo que habías pensado. Mira la verdadera esencia de la creación y la pasión de las que ha surgido. Los cuadros no son perfectos, pero quienes los entienden son capaces de ver la pasión del artista que los ha creado. Así es como puedes tender un puente entre tu sueño y la realidad: con la gratitud. Deja margen al error, pero jamás renuncies a lo que sabes que debes tener. SABES LO QUE QUIERES. ¿O NO? «No preguntes qué necesita el mundo. Pregunta qué te hace sentir vivo y hazlo. Porque lo que el mundo necesita son personas vivas.» HOWARD THURMAN Una tarde estaba en una pequeña cafetería con una buena amiga mía cuando escuché a los dos jóvenes de la mesa de al lado decir que no sabían qué querían hacer en la vida. Sé que no es de muy buena educación escuchar conversaciones ajenas, pero en un lugar donde las mesas prácticamente se tocaban, sentí que casi formaba parte de la charla. Les pregunté si podía interrumpirles, mientras mi amiga me daba patadas por debajo de la mesa, avergonzada. Sin embargo, tras escuchar el malestar de aquellos chicos no podía irme de allí sin más, sabiendo que podía ayudarlos. Les pregunté: «Si os dijera que podéis tener a la mujer de vuestros sueños ahora mismo, ¿la aceptaríais?». Estallaron en carcajadas y respondieron que por supuesto que sí. Entonces, les pregunté si aceptarían una mansión con un Lamborghini en el garaje y volvieron a responder que sí. A continuación les pregunté si querrían tener una actitud inspiradora, contribuir al mundo, estar en forma, controlar sus emociones y llevar una vida en la que se pudieran despertar cada mañana sintiéndose fantásticamente bien. Uno de los chicos me miró y me dijo: «¿Es que acabas de ganar la lotería y te sientes generoso?». Me reí y respondí: «No, lo que hago es demostraros que sabéis exactamente lo que queréis. Lo que sucede es que no os creéis capaces de conseguirlo». Esta es una de las mayores dificultades que percibo en la sociedad actual. Casi todo el mundo sabe lo que quiere, pero están convencidos de que está fuera de su alcance, así que resulta mucho más fácil decir que uno no lo sabe, como excusa para escapar con cierta dignidad. Sin embargo, si realmente no sabes lo que quieres (a mí me ha pasado), es posible que aún no te conozcas de verdad a ti mismo. ¿Cómo podemos saber lo que queremos si no sabemos quiénes somos? ¿Cómo conoceremos nuestras potencialidades? ¿Cómo seremos capaces de construir una relación de confianza con nosotros mismos? La mayoría de las personas ocultan a diario quiénes son, lo que las lleva a sentirse confusas y a dudar de sus capacidades. Si sabes quién eres, sabes lo que quieres. Puedes identificar tu pasión y vivir siendo consciente de cada paso que das. También es imperativo que lo que quieras no entre en conflicto con quién eres. Explorarte, cuidar tu vida cotidiana y alimentar tu verdadero yo constituyen la base para descubrir qué quieres exactamente. Cuanto más te estreses y te preocupes por no saberlo, más enturbiarás tu verdadera identidad. Has de tener fe en que cuando aplicas cambios a tu vida cotidiana, por pequeños que sean, tu verdad se irá revelando. Tal como te he explicado antes, yo no tenía una idea clara de cuál era mi pasión en la vida, lo único que sabía era que me encantaba ayudar a los demás. Lo último en lo que pensaba era en escribir un libro. Para ser sincero, al principio lo único que quería era cambiar mi presente. Me fue bastante bien, porque en lugar de enturbiar la mente con lo que pensaba que quería, decidí cambiar lo que hacía en ese momento, lo que me permitió construir la creencia de que podía lograr cualquier cosa. Necesitaba corregir el concepto de sentir, actuar y crear a mi propio ritmo. Después me di cuenta de que podía hacerlo en cualquier faceta de mi vida. Debemos ser conscientes también de nuestras creencias en conflicto y del efecto que ejercen en nuestra toma de decisiones. Si tu lista de agradecimientos afirma que estás muy agradecido por tu familia, imagino que es porque es importante en tu vida. Si quisieras abrir un burdel, esta creencia podría entrar en conflicto con la anterior. En última instancia, las decisiones que tomes dependen solo de ti, pero tienes que reflexionar. Vuelve a «El poder absoluto de las preguntas» (p. 25), donde te he invitado a explorar esas grandes cualidades que albergas en tu interior. Te darás cuenta de que tus decisiones deberían ser congruentes con quién eres en realidad y de que beneficiar a lo que es más importante para ti. Es posible que este sea el motivo por el que has cambiado de idea tantas veces, porque siempre adaptamos el placer y el dolor a un deseo concreto. Somos criaturas emocionales, por lo que la emoción que nos suscita algo que deseamos siempre nos impulsa a actuar. Atiende siempre a la emoción, porque es el pináculo de tu deseo. CREA UN PROPÓSITO MASIVO EN TODO LO QUE HAGAS «No importa lo que hagas si no haces lo que importa. Si haces lo que importa, no importa lo que hagas.» DESCONOCIDO Hay muchas personas que usan la excusa de que tienen que hacer o que necesitan algo en su vida. Me gustaría decirte que no tienes que hacer nada. Y lo que necesitas casi siempre se puede descartar también. Nos quejamos del coche, del trabajo y de las personas en nuestras vidas. Si no paras de quejarte de lo malo que es tu coche, ¿por qué no lo destruyes a mazazos? Nadie te lo impide. No tienes por qué quedártelo y, definitivamente, no lo necesitas. Estoy seguro de que puedes ir a donde quieras en autobús o en cualquier otro medio de transporte. Si en tu vida hay alguien que no te gusta, eres tú el que decide quedarse. Si siempre te quejas del trabajo, levántate y dile a tu jefe que la empresa es un asco. Dile que vas a recoger tus cosas e irte. Vamos, solo se vive una vez, así que hazlo. No quieres ese coche, ni a ese amigo ni ese trabajo, ¿te acuerdas? Si te preguntas si hablo en serio, te aseguro que sí, completamente. Pero ¿y tú? ¿Hablas en serio? Si ahora mismo estás pensando «No pienso destrozar el coche ni decirle eso a mi jefe», pregúntate por qué no. Cuando respondas a esa pregunta, te darás cuenta de que, en realidad, quieres seguir ahí más de lo que quieres marcharte, si no, ya habrías hecho algo al respecto. TUS QUEJAS CREAN TU PROPIO DESASTRE ¿Y qué me dices de las tareas de casa? Fregar los platos o el suelo es algo que la mayoría de las personas creen que tienen que hacer o necesitan hacer. De nuevo, la respuesta es que no es así. Somos perfectamente capaces de caminar sobre un suelo pegajoso por la suciedad o de comer en un plato que aún conserva migas de la semana pasada. Seguramente te estarás dando cuenta de que queremos hacer todas esas cosas. Quieres mantener el coche porque no quieres ir andando a todos los sitios. No le cantas las cuarenta al jefe porque quieres seguir cobrando. Quieres fregar los platos porque no quieres coger una infección. Incluso si alguien te apuntara a la cabeza y te ordenara hacer algo, tendrías la opción de obedecer o no. Esta es la solución a todas tus quejas: deja de quejarte y pasa a la acción. Hace un tiempo, una amiga me llamó para quejarse de que tenía que ir a ayudar a su hermana y a su sobrino en la mudanza. No había dormido, estaba agotada y actuaba como si al ayudar en la mudanza estuviera renunciando a algo. Le pregunté si tenía que hacerlo y me respondió que sí. ¿Quién los iba a ayudar, si no? Entonces le recordé que ella no tenía que hacer nada y que podía dormir tranquilamente todo el día sabiendo que su hermana podía hacer la mudanza sola. Ella me respondió que jamás la dejaría hacerlo sola. Me reí y le dije: «Bueno, pues eso significa que quieres hacerlo porque te das cuenta de que ayudarla es algo bueno. El hecho de que vayas a hacerlo significa que quieres hacerlo más que evitarlo. Así que para de quejarte y siéntete orgullosa de ti misma». Una hora después me llamó y me dijo que se sentía muy bien por lo que acababa de hacer por su hermana. Cuando das un sentido a todo lo que haces, creas la fuerza necesaria para dar ese extra que nadie más está dispuesto a dar. Las personas de éxito no se limitan a hacer algo, saben por qué lo hacen. La gente me pregunta cuál es el propósito de la vida. Sin embargo, creo que la pregunta debería ser cuál no es el propósito de la vida. Todo en la vida tiene un propósito. Cuando empiezas a reconocer que quieres hacer cosas, aumenta el propósito. Crear propósitos en tu vida es, de lejos, la mejor manera de motivarte a ti mismo. Estarás mucho más dispuesto a hacer cosas que quieres hacer y no cosas que crees que tienes que hacer. Transforma tus «tengo que» en «quiero» dándote suficientes razones de peso de por qué haces algo. Así aumentará también tu sensación de gratitud. Si descubres que realmente es algo que no quieres hacer, acepta que nunca tienes que hacer nada. Una vez que entiendes que todo lo que haces en la vida es decisión tuya, no hay espacio para el victimismo. Si decides hacerlo, hazte un favor y deja de lamentarte por lo que no te gusta de la experiencia. Céntrate en por qué has querido hacerlo o en las visiones motivadoras que estás a punto de poner por escrito. Cómo liberar una pasión contenida y dejar que dirija tu vida: «Reduce tu plan a un escrito. En cuanto lo hayas terminado, habrás dado forma concreta a lo que era un deseo intangible.» NAPOLEON HILL Tarea Este es el apartado de la lista de agradecimientos que hemos dejado pendiente. Debes añadir este tercer punto para completarla: 3. DESEOS. Deja a un lado todas las limitaciones y escribe sin pensar. Anota todo lo que hayas soñado tener, sé creativo. Da las gracias por las cosas que quieres en la vida, no te contengas ni lo más mínimo. No me importa lo grandes o pequeños que sean tus deseos, escríbelos. Sé tan específico como puedas, porque la claridad llama al valor. Si quieres más dinero, ¿cuánto más quieres? ¿10.000 dólares, 100.000 dólares, 1.000.000 de dólares? Si las visiones son demasiado inespecíficas, jamás alcanzarás tu objetivo. Si no tienes claro el resultado que quieres, el resultado es que no conseguirás nada. La mayoría de las personas no saben concretar lo que quieren porque temen sentirse fracasadas si no lo consiguen. ¿De qué sirve preocuparse por adelantado? He descubierto que si queremos vivir una vida extraordinaria, debemos elevar el listón tanto que nos dé vértigo. Solo elevando nuestras expectativas nos daremos la oportunidad de llegar a ese nivel. Además del elemento miedo, resulta más cómodo pensar que lo que se desea aparecerá por arte de magia. El motivo por el que no se consigue lo que se quiere es precisamente la reticencia a ser más claros. Tuve una clienta que iba a viajar al extranjero con todos los gastos pagados por su padre. En un intento de ayudarla a crear más independencia en su vida, le pedí que decidiera una cantidad de dinero adicional que le gustaría tener disponible para el viaje y que tendría que ganar ella misma. Le asustaba escribir una cifra muy elevada, así que dijo 2.000 dólares. Sabía que ella reduciría como mínimo a la mitad sus capacidades por la ayuda que recibía de su padre, así que le dije que aumentara la cifra a 4.000 dólares. Al final consiguió 3.800 dólares. ¡Menudo logro! Si no se hubiera fijado el objetivo de 4.000, jamás habría conseguido esos 3.800 y es posible que ni siquiera hubiera llegado a sus 2.000 iniciales. Por no mencionar el enorme crecimiento y respeto por sí misma que obtuvo al mismo tiempo. Si lanzas una flecha, pero no tienes diana, ¿a dónde crees que irá? ¿Cómo puedes dar en el blanco si no tienes uno? «Claridad: Distinción con que por medio de los sentidos, y más especialmente de la vista y del oído, percibimos las sensaciones, y por medio de la inteligencia, las ideas.» DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA Cuando persigas lo que quieres de la vida, necesitas dos cosas: claridad y una carga emocional suficiente. Si te falta una, o las dos, no tienes la menor posibilidad de conseguirlo. La claridad ayuda a crear la carga emocional. Muchas personas me dicen que cambiarían si conocieran a esa persona especial o que si tuvieran dinero, decidirían qué comprar con él. Siempre les recuerdo que si no tienen claro cómo es esa persona especial, jamás podrán hacer los cambios necesarios para atraerla. Y, en cuanto al dinero, la verdad es que es justo al revés. Cuando tienes claro desde el principio lo que quieres, te obligas a producir más carga emocional que, a su vez, te ayudará a conseguir el dinero que necesitas. Has de ser específico en lo que quieres. Crear claridad no es ver las cosas de color de rosa, hace que lo que quieras sea más real. Y cuando algo es más real, lo crees más. Y cuando lo crees más, ¡pasas a la acción! La única manera de superar nuestros propios límites es elevar una y otra vez nuestras expectativas. Ahora escúchame bien. No te vuelvas loco pensando en los detalles más nimios, como en si las puertas de tu empresa serán automáticas o manuales. Pon por escrito la imagen general y ya irás perfilando los detalles a medida que avances. Si tienes siempre presente la imagen general, te recordarás a ti mismo por qué emprendes ahora todos esos pequeños pasos. Todos los que han logrado un éxito excepcional llegaron a un punto en sus vidas en que dejaron de pensar en que no tenían lo que querían y empezaron a suscitar deliberadamente las emociones que sentirían si lo tuvieran. Celebra tu éxito ahora. Imagina y crea las mismas emociones que sentirías si ya tuvieras todo aquello que quieres. Si lo haces, experimentarás las potentes emociones que median tu voluntad de actuar y te acercarás a tus objetivos. A no ser que construyas la creencia sumiéndote en la emoción, jamás lo conseguirás. No puedes llegar a un lugar en cuya existencia no crees. Ve a por ello ahora. No sigas leyendo hasta que hayas terminado la tarea. Saca la lista de agradecimientos y empieza a escribir. No escribas lo que no quieres, céntrate en lo que sí deseas. Por ejemplo, en el apartado de economía, podrías escribir «Quiero una casa con piscina en Miami», pero no «No quiero seguir viviendo en este apartamento de una habitación». La tarea te resultará más fácil si haces una tabla con apartados como esta: Situación económica Salud Estado mental Estado emocional Nota: es muy posible que esta lista cambie con el tiempo, pero debes contar con un punto de partida inicial. Piensa detenidamente y sueña a lo grande. Asegúrate de que todas las frases empiecen así: «Quiero...». Yo, cuando termino de leer la lista, cierro los ojos, me concentro y repito: «Gracias por darme todo lo que siempre he querido en lo relativo a mi situación económica, mi salud, mi estado mental y mi estado emocional. Gracias por darme todo lo que siempre he deseado y ahora tengo. Gracias, Dios, por ser uno con las cualidades que reinan en mi interior y por concederme los dones para obtener y lograr todo lo que deseo». Concéntrate en lo que quieres desde el momento en que te despiertes. Mantén esa energía durante toda la jornada y verás cómo el camino se empieza a despejar ante ti. Pon por escrito todos los avances y las ideas que se te ocurran. No reanudes la lectura hasta que hayas terminado esta tarea crucial para tu crecimiento personal. CREAR PROPÓSITO Y UNA CARGA EMOCIONAL SUFICIENTE Para poder tener éxito, debes tener un propósito. En su obra maestra Piense y hágase rico, Napoleon Hill presentó la idea de un «propósito importante y definido» como un reto con el que instaba a sus lectores a preguntarse en qué creían de verdad. Según Hill, el 98 por ciento de las personas tenían pocas creencias firmes (¡o ninguna!). Solo esto ya pone al verdadero éxito firmemente fuera de su alcance. Durante su viaje, también investigó y entrevistó a quinientas de las personas más exitosas del mundo en esa época. Thomas Edison, Alexander Graham Bell, Henry Ford, F. W. Woolworth, John D. Rockefeller, William Wrigley, Jr., y Franklin Delano Roosevelt son algunos de los nombres. Todos habían alcanzado un éxito extraordinario y presentaban unas pautas actitudinales concretas, pero, en aquella época no tan distinta a la nuestra, se tenían ideas muy equivocadas acerca de las cualidades que llevaban al éxito. Las emociones negativas, como el miedo, el egoísmo y el resentimiento, conducían al fracaso. Esto fue una gran sorpresa para muchos. Se descubrió que las cualidades opuestas a estos atributos eran parte del secreto para el éxito, pero cada uno debía descubrirlo por sí mismo y acceder de este modo al conocimiento para cambiar significativamente su vida. En mi opinión, por muchas cosas que consigan, las personas que creen que para ganar hay que mostrarse arrogante y despiadado pierden más de lo que ganan. Sí, ganarán dinero, pero perderán todo lo demás, incluso a sí mismas. Hay un modo de conseguir lo que uno quiere sin dejar de ser honesto con uno mismo y en eso consiste, precisamente, el verdadero éxito. «Tu valía se mide por lo que eres, no por lo que tienes.» THOMAS EDISON Tarea ¿Por qué quiero lo que quiero? Mira la lista de las cosas que deseas y apunta tantas razones como se te ocurran de por qué las quieres. Escribe por qué debes tenerlas y por qué no te conformarás con menos. Si no tienes una idea clara de por qué quieres lo que quieres, no reforzarás las emociones que crean la certidumbre de que lo lograrás. La pasión se crea y se acumula, no es algo que te puedas encontrar ya en su punto álgido. Este ejercicio es crucial para infundir pasión en tus deseos. Acuérdate de no escribir lo que no quieres. Por ejemplo, «Quiero ___________ porque no quiero ser pobre». En lugar de eso, escribirías: «Quiero ___________ porque quiero sentir que he logrado lo que me merezco o porque quiero dar a mi familia las mejores oportunidades». Ponte a escribir ahora mismo. Las preguntas que encontrarás a continuación también crean una enorme cantidad de carga emocional. Léelas una a una y dedica a cada pregunta varios minutos para reflexionar sobre ella y apuntar las respuestas. · ¿Cómo me sentiría si no consiguiera lo que quiero de la vida? · ¿Qué pensaría de mí mismo? · ¿Cómo sería mi lenguaje corporal? · ¿Qué emociones experimentaría a diario? · ¿Alguna de las respuestas anteriores refleja lo que hago ahora? Si actúas como si jamás fueras a conseguir lo que quieres, ¿cómo esperas conseguir nada? Ahora · ¿Cómo me sentiría si hubiera conseguido lo que quiero? · ¿Qué postura adoptaría? ¿Cómo sería mi lenguaje corporal? ¿Cómo tendría los hombros? ¿Cómo serían mis expresiones faciales y mis actitudes? · Durante la jornada, ¿cómo puedo generar las mismas emociones que sentiría si consiguiera lo que quiero? ¿Cómo tendría que pensar, hablar y caminar? · ¿Debo reservar un tiempo específico para reflexionar sobre estos logros y sumergirme en las emociones que generan? · ¿Cómo puedo crear un cambio rápido a partir de las respuestas que he dado a las preguntas anteriores? ¿Qué podría hacer de otro modo? ¿Qué emociones debo empezar a suscitar? La única manera de generar la carga emocional que necesitas para tener éxito es responder a estas preguntas cruciales. Mantén durante todo el día las emociones que crees que sentirías si lograras lo que quieres. Deja que esas emociones orienten tus decisiones. Recuérdate por qué quieres lo que has escrito. 10 EL PODER DE LA PERSEVERANCIA «Nada en este mundo puede reemplazar a la persistencia. El talento no puede hacerlo: nada es más común que hombres fracasados con talento. El genio no puede hacerlo: un genio sin recompensa es casi un proverbio. La educación no puede hacerlo: el mundo está lleno de indigentes educados. Solo la persistencia y la determinación son omnipotentes. El lema “sigue adelante” ha resuelto y resolverá siempre los problemas de la especie humana.» CALVIN COOLIDGE ¿Alguna vez se te ha ocurrido un invento y, un año o dos después, lo has visto en las tiendas? Puedes verlo en la televisión o en el supermercado. Exclamas: «¡Esa idea era mía!», y empiezas a decirle a todo el mundo que a ti también se te había ocurrido. La diferencia es que la otra persona a quien también se le ocurrió decidió persistir. Dejamos que los sueños, las visiones y las ideas se nos escapen, porque creemos que a otros les parecerán absurdas; pensamos que sería demasiado difícil o nos rendimos ante el primer obstáculo. Los atletas olímpicos no abandonan la pista si caen en la primera valla. Se levantan y siguen corriendo. Una caída no es un fracaso. Debemos el concepto de fracaso a personas que tenían miedo al éxito, y es una idea que pertenece al mismo mundo que «rendirse». Si siempre persistiéramos, fracasar no sería una opción. De hecho, el fracaso no existe: es conocimiento del que podemos sacar provecho. El motivo por el que hay personas que alcanzan un éxito extraordinario es que se niegan a considerar nada como un fracaso. Están firmemente convencidas de que el fracaso no existe y de que todo es feedback. No fallan, obtienen resultados. Estas personas son como un perro con un hueso firmemente atrapado entre los dientes. Cuanto más intentes arrebatárselo, con más fuerza lo morderán. Aunque no pueda ver la luz al final del túnel, creo que está ahí. Si lees biografías de personas de éxito, te darás cuenta de que, en su mayoría, no lograron la grandeza con sus primeras empresas o intentos. En algunos casos les llegó pronto, pero en muchos otros transformaron las malas experiencias en oportunidades para aprender y crecer. Rendirse parece fácil, pero solo lo es a corto plazo. No se me ocurre nada peor que conformarse; para mí, vivir con eso es mucho más difícil. Es normal no sentirse motivado al cien por cien constantemente, y hay momentos en los que uno se siente vencido. Necesitas aprender a seguir avanzando aunque sea un solo centímetro en esas ocasiones, porque es así como llegarás a la victoria. Cada vez que ganas, te haces más fuerte. Aferrarte a tus visiones con tenacidad ya es ganar. Una de las historias de persistencia más inspiradoras que conozco es la de un australiano que estuvo perdido durante once días en la selva de Laos. El documental Miracle in the Jungle nos cuenta la asombrosa historia de supervivencia de Hayden Adcock. Durante una excursión que no debía durar más de dos horas se perdió en uno de los terrenos más duros conocidos. No tenía de comida y había alerta nacional de tormenta; pasó por todas las penurias imaginables, así que pensó que su vida iba a acabar allí. Sufrió heridas tan profundas y abiertas que su cuerpo se convirtió en un festín para las enfermedades. Los parásitos hicieron su aparición y con ellos las alucinaciones. A mitad de su calvario, Hayden llegó a una cascada y se planteó la posibilidad de arrojarse al vacío. Dijo que justo cuando estaba a punto de saltar y acabar con su vida, se acordó de sus padres y de sus seres queridos. Pensó que, si se rendía ahora, acabaría con cualquier esperanza de volver a verlos. La fuerza del amor que sentía por ellos hizo que decidiera no saltar. Hayden sobrevivió otros seis días en la jungla antes de que lo rescataran y se enfrentó a dificultades que la mayoría consideraríamos insuperables. Su historia demuestra que la persistencia humana puede desafiar a todas las probabilidades. Te recomiendo encarecidamente que veas este documental. «La permanencia, la perseverancia y la persistencia ante los obstáculos, el desaliento y la imposibilidad. Esto es lo que distingue a los espíritus fuertes de los débiles.» THOMAS CARLYLE Para persistir, debes quemar todos los puentes que te permitan la retirada. El éxito ha de ser el único camino posible en tu mente, porque es el que te llevará a ir más allá y a superar los límites que antes creías infranqueables. Es imperativo que no haya otro camino que el que te dicta la pasión. Si crees que algo puede funcionar, lo hará, porque ya lo has visto en tu mente. Todas las creaciones empezaron a partir de una visión y de una creencia, incluso cuando la mayoría pensaba que era una idea descabellada. Si crees de verdad en ti mismo, acabarás contagiando esa convicción a los demás y te darás cuenta de que esa perseverancia es deseable. Recuerda que construimos lo que creemos. Se dice que el coronel Sanders visitó hasta novecientos restaurantes de pollo que le cerraron la puerta en las narices. Le dijeron que su receta no funcionaría y que su idea era descabellada. ¡Sí, novecientas veces! Pregúntate cuántas personas se habrían rendido tras el quinto rechazo. El coronel creyó en su idea hasta que por fin consiguió una oportunidad. Su persistencia y su determinación inquebrantables transformaron su receta en la franquicia que ahora todos conocemos como Kentucky Fried Chicken. Tommy Hilfiger empezó vendiendo pantalones vaqueros en su coche. Muy pocos hubieran tenido el valor de hacer lo mismo. ¿Crees que habría llegado a convertirse en una de las primeras marcas de moda del mundo de no haber persistido? También las personas que han ganado medallas, superado exámenes, dirigido una empresa local o dedicado su vida a ayudar a los demás han persistido para conseguirlo. Es cierto que las personas con éxito han tenido oportunidades, pero, para encontrarlas, hay que persistir. Y lo saben. El problema es que nos rendimos, ajenos a la posibilidad de que nuestra gran oportunidad estaba a la vuelta de la esquina. Por eso es imperativo no cejar en el empeño: las oportunidades aparecen y, cuando lo hacen, lo hacen a lo grande. Si te cuesta creer en ti mismo, demuéstratelo. Estoy seguro de que ha habido algún momento en tu vida en el que has tenido que enfrentarte a una tarea nueva, por ejemplo, tu primer día de trabajo. Cuando entraste por la puerta, ¿estabas nervioso y entusiasmado? Es posible que el trabajo fuera realmente difícil de entender y de llevar a cabo. Es posible que hubiera momentos en los que estabas convencido de que jamás aprenderías a hacerlo. Y, sin embargo, al cabo de unas semanas te empezaste a preguntar por qué te habías preocupado tanto. Si lo piensas, te asombrarás de la capacidad que has demostrado a lo largo de tu vida. Lo que sucede es que no dedicamos el tiempo necesario a reflexionar sobre ello, pero todos tenemos la capacidad de hacer lo que nos propongamos. Gente con biografías muy distintas lo ha demostrado una y otra vez a lo largo de la historia. Habrá momentos en los que te sentirás con el agua al cuello, cuestionarás lo que haces y tu capacidad para hacerlo y otros te dirán que eres idiota. Pero si quieres alcanzar la grandeza, tienes que actuar como los grandes. Todas las personas que han recorrido el camino hacia el éxito han dudado de sí mismas en algún momento, pero han ahogado esas dudas mediante la seguridad en sí mismas. Si alguna vez has comprado un coche nuevo, habrás experimentado una ligera sensación de incomodidad las primeras veces que te has sentado al volante. Echas de menos tu coche viejo y su familiaridad, pero no volverías atrás porque sabes que el nuevo es mucho mejor. Persistimos al volante hasta que nos resulta natural. «El caracol perseveró y llegó al Arca.» CHARLES H. SPURGEON Hay personas que confunden los conceptos de «dejar ir» y «renunciar». Dejar ir o soltar algo que ya no queremos no es lo mismo que renunciar a algo que sí queremos. Por ejemplo, si tu relación de pareja ya no funciona y no deseas seguir, emprender un camino nuevo es necesario si quieres ser feliz. Soltar algo que ya no quieres es una demostración de fuerza, por eso no lo llamamos «renunciar». A veces, la mente intenta engañarnos y decirnos que queremos algo cuando, en el fondo, sabemos que no es así. Tu verdad preguntará siempre: «¿De verdad quiero esto o es que tengo demasiado miedo a dejarlo ir y superar mis límites conocidos?». Ocurre cuando queremos desarrollar un músculo en concreto. Hacemos ejercicio y tenemos que esforzarnos y trabajar hasta que resulta incómodo. Entonces, el músculo se va desarrollando gradualmente. Si nos detenemos en nuestro límite actual, no veremos mejora alguna. Lo mismo sucede en la vida. En lo más hondo, sabes que quedarte donde ya no quieres estar es un signo de debilidad. También sabes cuándo estás poniendo excusas para no ir en busca de lo que mereces. Todos nos encontramos con obstáculos en la búsqueda de lo que queremos, pero no muchos persistimos ante ellos. Los obstáculos están ahí para ayudarte a eliminar lo que no quieres, de modo que lo que sí quieres se haga más evidente. Demostrar una determinación inquebrantable es crucial si quieres hacer realidad tus visiones. Es muy probable que tu idea o tu visión sean tanto o más buenas que la del último gran ganador. Solo tienes que dejar que tu pasión te guíe. Mantente fuerte, mantén la fe, cree en ti mismo y nunca te conformes con menos de lo que sabes que mereces tener. En cuanto dejes de añadir placer a lo que haces, experimentarás dolor. Vivir el sueño no es solo conseguir lo que quieres, es también disfrutar del proceso que te lleva a conseguirlo. Por difíciles que puedan parecer las cosas en ocasiones, siempre podrás superarlas. PERSONAS QUE CONOCEMOS FRENTE A LA ADVERSIDAD «La adversidad tiene el efecto de dejar al descubierto talentos que hubieran permanecido ocultos en circunstancias favorables.» HORACIO El vicepresidente de Columbia Pictures le dijo a Harrison Ford que jamás tendría éxito como actor. Doce editoriales y dieciséis agentes rechazaron el primer libro de John Grisham. Una discográfica dijo de los Beatles: «No nos gusta cómo suenan y la guitarra está pasando de moda». El padre de Charles Darwin le dijo que no lograría nada en la vida y que sería una deshonra para la familia. Un profesor de música dijo de Beethoven: «Es un compositor nefasto». A Enrico Caruso le dijeron que no sabía cantar. Un periódico despidió a Walt Disney porque «carece de imaginación y no tiene ideas originales». Múltiples editoriales dijeron al autor de Sopa de pollo para el alma que «las antologías no venden» y que el libro era «demasiado positivo». Lo rechazaron 140 veces. Ahora tiene 65 títulos diferentes y ha vendido más de ochenta millones de ejemplares en todo el mundo. Uno de los profesores de Thomas Edison le dijo que era «demasiado tonto para aprender nada». Winston Churchill suspendió en sexto de primaria. Albert Einstein no habló hasta tener casi cuatro años y sus maestros dijeron que «no llegaría muy lejos». A Isaac Newton no le fue bien en la escuela y llevó a la quiebra la granja familiar. A F. W. Woolworth no le permitían atender a los clientes de la tienda en la que trabajaba porque «no sabía vender». Michael Jordan fue expulsado del equipo de baloncesto de su instituto, se fue a casa, se encerró en su dormitorio y lloró. Un productor le dijo a Marilyn Monroe que «no era atractiva» y que no sabía actuar. Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach, fue rechazado dieciocho veces antes de su publicación. Solo el primer año se vendieron un millón de ejemplares del libro. Julia Roberts hizo una prueba para la serie televisiva All My Children y la rechazaron. Abraham Lincoln perdió a su prometida, fracasó en dos aventuras empresariales, tuvo una crisis nerviosa y perdió ocho elecciones. Todos caemos, pero no todos nos levantamos. ¡No te rindas nunca! «Todas las adversidades que he sufrido en la vida, todos los problemas, todos los obstáculos me han fortalecido... Aunque uno no se da cuenta en el momento, hay veces en que una buena patada en los dientes es lo mejor que te puede pasar.» WALT DISNEY EL LOGRO ANTE LA ADVERSIDAD: SÉ RÁPIDO Y OSADO EN EL CAMINO «La adversidad exaspera a los necios, rechaza a los cobardes, atrae a las capacidades de los sabios y trabajadores, obliga a los modestos a demostrar sus habilidades, asombra al opulento y hace trabajador al holgazán.» DESCONOCIDO Un buen amigo mío empezó a importar productos de China y poco después de la inauguración de la empresa, esta se estancó. Había consultado a un «asesor para el éxito» que le había dicho que, si daba lo mejor de sí al universo, el universo se lo devolvería. Este experto olvidó mencionar la acción colosal que emprenden las personas que logran el éxito. ¿Es que es tan fácil como desearlo? ¿Solo hay que lanzar el deseo al universo y esperar a que regrese hecho realidad? Ni siquiera voy a responder a estas preguntas porque ya conoces las respuestas. Todos sabemos que no basta con sentarse y pensar «El coche estará en la puerta, el coche estará en la puerta, el coche estará en la puerta» para que, al abrir los ojos, el coche esté en la puerta. Si te parece absurdo, es porque lo es. A no ser que nos levantemos y movamos el coche, este seguirá aparcado en la otra punta de la calle. Sin embargo, la gente sigue comprando esta idea. Hay infinidad de personas, libros, documentales y seminarios que intentan edulcorar el camino hacia el éxito. Incluso he oído a un conferenciante y escritor afirmar que podemos «materializar sin esfuerzo» lo que deseamos. Si alguna vez oyes algo semejante y te lo crees, prepárate para sentir una gran decepción. Nunca ha habido ni habrá una manera fácil de lograr algo grande. Sin embargo, la parte positiva es que, aunque haya veces en la vida en las que parece que se nos cierran todas las puertas, siempre podemos encontrar una ventana abierta. Nos dicen continuamente que hay gente que está peor que nosotros, pero no puedo decir que eso me resulte muy inspirador. La inspiración es saber que había alguien que estaba peor que nosotros y que pudo superarlo. Siempre hay una manera de superarlo. Tienes que aceptar que vives una situación difícil y hacer las paces con ella, solo entonces podrás buscar todas las maneras posibles de superarla, apartarla o rodearla. No te resistas, acepta que la experiencia puede cambiar tu vida a mejor. Acostumbramos a centrar toda la energía en los obstáculos en lugar de en los resultados que deseamos obtener. Cuando el coche que va delante pone las luces de emergencia y se detiene a descargar, ¿verdad que buscas inmediatamente la manera de adelantarlo? Lo último que quieres es no llegar a tu destino. Tenemos que centrarnos en el resultado, no en los obstáculos. Creo que todos sabemos que, si queremos algo en la vida, tenemos que ir a buscarlo. Si nos limitamos a soñar y a esperar a que llame a nuestra puerta, no lo conseguiremos nunca. El camino hacia el éxito no es fácil, así que deja los libros y no vuelvas al seminario que te digan lo contrario. La mayoría de las personas prefieren la opción fácil, porque queremos creer que podemos hacer menos y ganar más. Esto no es en absoluto cierto, pero sí explica por qué muchos no consiguen jamás lo que desean. Es una estrategia comercial fantástica para charlatanes que no explican la verdadera historia. ¿Te has fijado en que son muy pocos los que hablan de sus adversidades? ¿Por qué será? Lo siento por todas esas personas que dentro de diez años seguirán sentados en su dormitorio, esperando a que ese Ferrari o la pareja de sus sueños les lluevan del cielo. La vida es aprendizaje y las dificultades son la única manera de crecer. «La adversidad es un hecho de la vida. No podemos controlarla. Pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante ella.» PROVERBIO INGLÉS Este amigo del que te hablaba se esforzó muchísimo en la preparación del lanzamiento de la empresa y esperaba un resultado tan espectacular que apenas se preocupó de preparar un plan poslanzamiento. Cuando vio que el teléfono no echaba humo y que los productos no salían volando por la puerta, concluyó que había fracasado. No sabía que la mayoría de los comienzos empresariales no salen como estaban previstos. Es absolutamente crucial que no bases tu camino hacia el éxito en un único acontecimiento. De lo contrario, es posible que acabes sintiendo una gran decepción. Si preparas un gran acontecimiento, acumulas un gran impulso emocional, emprendes una acción colosal y acabas decepcionado, es aún peor que si no hubieras hecho nada. Sin embargo, es algo que les suele suceder a personas que han definido una única manera de lograr algo. Nunca cambies de plan si realmente crees en él, pero has de poder adaptarlo si es necesario. Debes diversificar tus esfuerzos. Bruce Lee lo explicó a la perfección cuando dijo: «Si pones agua en una taza, se convierte en la taza; cuando pones agua en un cuenco, se convierte en el cuenco. El agua puede fluir y puede aplastar. Sed agua, amigos». Se refería a que el agua es moldeable y se adapta a la forma del recipiente en que la introduzcamos. Debemos ser capaces de adaptarnos a cualquier situación en la que nos encontremos, porque no hay una única manera de ser y estar en el mundo. En cada momento podemos tomar muchísimos caminos distintos. Cuando te encuentres en una encrucijada, recuerda que las dificultades son, en realidad, oportunidades que te pueden beneficiar. Cualquier persona que haya tenido éxito te dirá que fueron precisamente las épocas más difíciles las que las llevaron a empeñarse más y a ampliar el pensamiento. Las adversidades y las dificultades son oportunidades de aprendizaje. En lo que concierne a la empresa de mi amigo, me gustaría añadir que doce meses después un empresario entró en su almacén y adquirió material por valor de 60.000 dólares en un solo día. Las cosas empezaron a rodar a partir de ese momento. Me explicó que había habido noches en las que se sentía con el agua al cuello y tenía que correr al lavabo para vomitar, pero se había negado a poner un límite temporal a algo en lo que creía de verdad. Mantuvo la fe, persistió y, al final, tuvo su oportunidad. La vida es un regalo. Es posible que estés a un paso de desenvolverlo. Si la felicidad consiste en anhelar que suceda algo y las grandes emociones nos inspiran a actuar, debemos plantearnos retos continuamente, ¿no? Nunca pierdas de vista tu pasión y construye siempre nuevas visiones y nuevos retos antes de completar el que estás realizando. Cuando emprendas el camino hacia el logro, lo más importante es que te des cuenta de que estás más cerca de conseguirlo a cada paso que das. Mantén la mirada fija en ese concepto para construir un estímulo sólido, y nunca pierdas de vista tus objetivos. Sigue pasando a la acción y sigue el camino que se ilumina ante ti cada día. Mantén la fe si crees en lo que haces y tendrás los ingredientes necesarios para alcanzar un logro extraordinario. A continuación encontrarás una estrategia que garantizará la fortaleza de tu éxito. «La adversidad precede al crecimiento.» ROSEMARIE ROSSETTI Paso 1: Elabora muchos planes Si tienes un plan, fantástico. ¡Elabora otro! Elabora cinco más, si es posible. Dispón siempre de múltiples opciones para mejorar. Si no tienes un plan, empieza por desarrollar uno, y si no sabes por dónde empezar, piensa en la recompensa. Siéntela, experiméntala, respírala, medita sobre ella, habla de ella, reza por ella... Sea lo que sea, haz que te invada. Así harás que la inspiración surja por todas partes; cuando lo haga, escribe lo que se te haya ocurrido. Por insignificante que pueda parecerte, asegúrate de que lo plasmas en papel, las cosas fluirán a partir de ahí. Crea el posposposplán. Si hay obstáculos, podrás cambiar de dirección. Paso 2: Emprende la acción necesaria Debes pasar a la acción cada día. Haz dos, tres, cinco o diez cosas al día. Las que sean, pero asegúrate de que haces algo, así generarás impulso. Los pasos pequeños conducen a un progreso mayúsculo. Si golpeas una piñata lo suficiente, los caramelos acabarán por caer al suelo. Usa ese concepto en tus visiones. Paso 3: Reformula el concepto de dificultad/adversidad No te conformes con lo que las cosas parecen en un primer momento. Has de emprender el camino hacia el logro con la mente abierta. Cada vez que te encuentres con una dificultad o una adversidad, por pequeña que sea, entiéndela como un punto de aprendizaje. Si te comprometes a hacer ese pequeño cambio, siempre verás oportunidades. Paso 4: No apartes la mirada de la recompensa Mantén siempre la mirada en la recompensa. Céntrate constantemente en lo que crees. Si da alas a tu corazón, no te detengas. Mantener tu objetivo cerca del corazón y de la mente te ayudará a iluminar el camino que se abre ante ti. Será tu verdadera inspiración. «Audacia, sé mi amiga.» WILLIAM SHAKESPEARE MANOS A LA OBRA «Céntrate en una idea. Convierte esa idea en tu vida: piensa en ella, sueña con ella, vive por ella. Deja que el cerebro, los músculos, los nervios y todas y cada una de la partes de tu cuerpo se llenen de esa idea y olvídate de todas las ideas que no sean esa. Este es el camino hacia el éxito. Así es como aparecen los grandes gigantes espirituales.» SWAMI VIVEKANANDA Desear no sirve de nada si no se pasa a la acción, pero la acción no siempre es efectiva si no contamos con un buen plan. Dicen que el esfuerzo siempre da resultado. Pues bien, conozco a mucha gente que lleva esforzándose veinte años, si no más, y aún no tiene lo que deseaba hace treinta. Soy el primero que admite que alcanzar el éxito no es fácil, pero cuando disfrutas del proceso, tampoco se hace tan duro. Disfrutas del proceso cuando has generado un vínculo emocional tan fuerte con el resultado que no podrías vivir de ninguna otra manera. Tenemos que aprender a trabajar con inteligencia. Al principio de mi cambio, me prometí que solo tomaría como modelo a la élite de la industria de la que quisiera aprender en cada momento. ¿Qué sentido tiene seguir el ejemplo de quienes no han tenido éxito? ¿Por qué no acudir directamente al número uno y averiguar cómo lo ha conseguido? Cuando quise aprender a jugar al tenis, estudié el estilo de Roger Federer. Su manera de agarrar la raqueta, de moverse y de jugar se convirtieron en la base de mis entrenamientos. Cuando quise conocer el mundo empresarial, estudié a los japoneses y a los chinos. Su manera de hacer negocios me ha fascinado siempre. Me parece algo secreto y misterioso. Es como si supieran cosas que en Occidente ni siquiera sospechamos. Durante mi búsqueda encontré un libro titulado El arte de la guerra, de un general militar chino de la Antigüedad, Sun Tzu. Descubrí que tanto los chinos como los japoneses usan este libro, y otros similares también sobre la guerra, como la base de sus iniciativas empresariales. Consideran que el mundo de los negocios es como una guerra y, de hecho, así es en la mayoría de los casos. El valor, el honor, la estrategia, la preparación, cuándo atacar, cuándo defender o cuándo retirarse son elementos clave en el éxito de las empresas. Para ganar dinero con tu pasión, o incluso para aumentar tu riqueza, has de pensar como un empresario. ¿Quiere eso decir que tu trabajo no sale del corazón? Si eres egoísta y no tienes la menor intención de compartir tu éxito, imagino que la respuesta es que sí. Si tu trabajo mejora la vida de los demás y tu empresa da valor a tu comunidad, por supuesto que sale del corazón. Todo depende del sistema de creencias sobre el que quieras transformar tu pasión en dinero. Cuando pienses en construir creencias acerca del dinero, piensa en ello como en un cuchillo. Si le diéramos un cuchillo a un náufrago, lo usaría para cortar fruta, lo que le facilitaría mucho la vida. Si se lo diéramos a un asesino en serie, ya sabemos para qué lo usaría. El cuchillo puede ser dos herramientas muy distintas. Todo depende de cómo lo utilicemos. La mayoría de las personas a las que he oído decir que «el dinero es perverso» o que critican a quienes tienen mucho suelen ser las mismas a las que luego oigo quejarse de que no tienen dinero suficiente. Es una gran contradicción, o eso me parece a mí, pero se debe a que no creen tener la capacidad de aumentar su propia riqueza. Es mucho más fácil atacar a quienes la tienen y sentir cierta satisfacción inmediata. ¿Cuántas de esas personas crees que rechazarían un cheque de diez millones de dólares? ¿Cuántas de ellas se negarían a recibir el doble de su salario durante un año? Entonces, ¿el dinero es perverso o es que hay personas que hacen cosas perversas con el dinero? Es más fácil culpar a un trozo de papel que a los humanos. Cuando estuve en Tailandia aprendiendo acerca del poder de la mente, tuve el placer de pasar tres días con unos monjes. Incluso ellos dependían de las donaciones de la gente. Para poder sobrevivir y mantener los templos en Bangkok necesitaban dinero. Te guste o no, el dinero es importante en nuestra sociedad. Quizás no quieras millones de dólares, no pasa nada. Sé de personas que tienen dinero suficiente para toda esta vida y la siguiente y que son desgraciadas, y conozco a otras que tienen el dinero justo para estar cómodas y son felices como perdices. También conozco a personas con poco dinero que se pasan el día echando pestes y a personas ricas que hacen cosas maravillosas por el mundo. Cómo gestiones tu situación económica es asunto tuyo. Si quieres transformar tu pasión en una carrera profesional para toda la vida o crear una cantidad de riqueza enorme, la realidad es que debes prepararte para ello. El mundo de los negocios no es para los pusilánimes, por lo que debemos prepararnos y acumular fuerza. Si algo nos ha enseñado la historia, es que todos somos capaces de lograr grandes cosas. Podrías comprar una empresa, fundar la tuya propia o trabajar solo. Sea como sea, aquí tienes algunas preguntas para empezar a reflexionar... · ¿Cómo puedo hacer que mi idea sea factible y rentable? · ¿Tengo un plan de marketing? ¿Cómo me puedo promocionar? ¿Qué puedo hacer para llegar a mucha gente sin desvirtuar la imagen que quiero transmitir? · ¿Tengo un plan de negocio? · ¿Quiero inversores? De ser así, ¿cuándo recuperarán su inversión? ¿Cuándo empezarán a ver beneficios? · ¿Mi visión es aún demasiado vaga? ¿Necesito crear más claridad acerca de lo que quiero? · ¿Tengo que adquirir alguna habilidad operativa para el negocio que quiero emprender? ¿Necesito entre seis y doce meses de práctica previa? · ¿Hay personas en el sector con las que pueda hablar y en las que inspirarme? · ¿Necesito un préstamo? De ser así, ¿cuál quiero que sea la proporción entre el capital y la financiación? · ¿Obtendré beneficios instantáneamente? Si no, ¿necesito otro empleo para sobrevivir y seguir invirtiendo mientras tanto? · ¿Cuáles son los principios y la cultura que quiero promover en mi empresa? (Ejemplos: honor, integridad, lealtad, diversión, confianza, etc. Todas las empresas de éxito tienen estos dos elementos muy claros. Los trasladan a los clientes, a los empleados, a la publicidad y al marketing. También es crucial que el propietario practique lo que predica.) · ¿Necesito alargar mi jornada para conseguir más? ¿Me ayudará el condicionarme a dormir solo seis horas en lugar de ocho o diez? ¿Por qué quieres tener éxito en los negocios? ¿Lo considerarás como si fuera tu misión en la vida? ¿Es porque quieres ser tu propio jefe o porque quieres llevar las riendas de tu vida? ¿Te apasiona lo que haces? Si solo lo haces por el dinero, no por la emoción, jamás serás feliz. La causa siempre ha de superar a lo material. Si no es así, tendrás problemas. Está bien querer comprar juguetes caros, pero no dejes que sean la base de las decisiones importantes que has de tomar. Haz que tu pasión sea la única guía. Las personas hacen cosas que destruyen su vida cuando solo les preocupa lo material. Asegúrate de que lo tienes claro. «Una empresa que solo produce dinero no es una gran empresa.» HENRY FORD No te dejes intimidar por las preguntas de las páginas anteriores. A veces pasamos por alto estas cuestiones, pero imagino que ese es el motivo por el que tantas empresas quiebran o bajan la persiana. Yo no he ido a la universidad para aprender a responderlas y los empresarios de más éxito que conozco tampoco lo han hecho. Solo hay que lanzar la bola para que empiece a rodar. Incluso el mero hecho de ser consciente de algunas de estas cuestiones te ayudará a ir llenando algunos de los huecos a medida que avances. Por ejemplo, mi plan de marketing empezó con una libreta, un lápiz y una lista de ideas acerca de cómo promocionar este libro. Al cabo de un mes, la lista ocupaba diez páginas y había veces en que estaba conduciendo y paraba para anotar una idea nueva en el móvil. Entonces, empecé a estructurarlas en secciones y a asignar plazos temporales. Si aún no has empezado a buscar en internet cosas que crees que mejorarán tu empresa, empieza ahora mismo. Puedes encontrar prácticamente de todo y es gratis. No digo que tengas que basar tu éxito en lo que encuentres, pero es una gran referencia. Yo busqué «Cómo promocionar un libro» y me vi bombardeado con miles de ideas. CONSTRUYE SIEMPRE SOBRE EL PROGRESO «Corrigiendo se consigue mucho, pero alentando se consigue mucho más.» JOHANN WOLFGANG VON GOETHE Cuando trabajamos para hacer realidad nuestra visión, es crucial que seamos conscientes de cada paso que damos. Da la impresión de que nos pasamos la vida recordándonos todos los errores que hemos cometido, pero ¿con cuánta frecuencia nos damos una palmadita en la espalda cuando hacemos algo genial? Incluso aunque haya sido haber tenido el valor de decirle a alguien que lo queremos, enviar un correo electrónico con una opinión o crecer a partir de la autocrítica... todo ello es motivo de orgullo. Todas las personas que han logrado cosas extraordinarias han usado esta herramienta para llegar a la cima. Si dedicas un minuto a pensar en ello, verás que es imposible crecer a partir de algo que consideras negativo. Tenemos que cambiar la mentalidad y recompensarnos por cada paso que damos. Encontramos un gran ejemplo de ello en cómo entrenan a los perros policía. Son la élite de la élite canina, son muy disciplinados y dignos de la mayor confianza. Los policías saben que, cuando llega el momento, sus agentes caninos cumplen con precisión y fiabilidad. Durante el entrenamiento no se les grita ni se les golpea, se les condiciona recompensándolos cada vez que avanzan. Cuando esto se repite, tienen un incentivo para presentar la conducta una y otra vez, hasta que son como máquinas, automáticos. La única manera en que podemos disfrutar de la vida y alcanzar nuestros objetivos es condicionarnos a sentir la fantástica sensación que nos inunda cuando nos vemos recompensados. Cuando eras niño, si tus padres te gritaban para que hicieras algo, no te apetecía mucho volver a hacerlo. Por otro lado, cuando hacías algo y te decían lo orgullosos que estaban de ti y lo bien que lo habías hecho, estabas encantado de repetirlo. Vivimos en una sociedad que entiende que la solución es castigar los errores. La mala conducta consigue mucha más atención, así que resulta muy atractiva para quienes tienen afán de protagonismo. Por el contrario, ¿cuántas veces elogiamos a la gente por hacer cosas fantásticas por el mundo? ¿Con cuánta frecuencia las reconocemos? No resulta en absoluto sorprendente que haya tanta gente perdida y confundida. La única manera de cambiar es avanzar de acuerdo con los éxitos. La verdadera motivación reside en sentirse orgulloso de uno mismo repetidamente. Si alguna vez te preguntas cómo consiguen algunos mantenerse siempre tan motivados, es así. No esperan a que otros les digan lo bien que lo han hecho, se lo dicen ellos mismos. Esto hace que los demás también lo hagan, porque sienten su pasión. Aunque se trate de algo que crees que no has hecho del todo bien, busca el modo de ver en ello una oportunidad de crecimiento. Tenía una coachee que quería ser cantante y que se desesperaba y se fustigaba cuando desafinaba. Solo veía lo que había hecho mal y no era capaz de ver que su interpretación también tenía elementos fantásticos. En lugar de analizar sus errores y preguntarse cómo podía mejorar en esos aspectos, consideraba que eran fracasos absolutos. Somos nuestros peores críticos, pero cuando nos damos cuenta de que la autocrítica es el mejor consejero que podemos tener, podemos ser extraordinarios. Emociónate físicamente cada vez que des un paso, por pequeño que te pueda parecer en ese momento. Así te darás cuenta de que el logro es fantástico en todos sus niveles. Muévete, canta, salta, baila por casa, haz el loco... no importa. Acumula pasión e incentivos. Las emociones de hoy modelan el mañana. «La mayoría de los que nadamos contra la corriente de problemas de los que el resto del mundo no sabe nada solo necesitamos un poco de elogio o de ánimo para lograr nuestro objetivo.» ROBERT COLLIER 11 MOMENTOS DE CRISIS: SEAMOS HONESTOS «Todas las crisis te ofrecen el poder extra que deseas.» WILLIAM MOULTON MARSTON Nada en este mundo es inmutable: o crece o se agota. Nosotros no somos una excepción a la norma, así que, si no te aprecias, te desprecias. Hay veces en las que casi parece que nos sintamos orgullosos de estar peor que los demás y presumimos: «Bah, yo sí que tengo problemas de verdad». Intentar demostrar que las cosas te van peor que al vecino es como competir por ver quién vive la vida más miserable, y no veo que eso sea motivo de orgullo ni nada de lo que presumir. Si no te gusta tu trabajo, vete. Si tienes sueño, acuéstate antes. Volviendo al tema del trabajo, motivo de queja universal, ¿de verdad es el trabajo lo que no nos gusta o es el sistema de creencias que hemos construido alrededor del mismo? Antes me quejaba de mi trabajo, pero cuando me ponía a pensar en otros me parecían igual de malos o peores. Encontramos un sinfín de excusas para detestar nuestro trabajo y repetimos lo mismo una y otra vez. He descubierto que esa es la actitud que acostumbramos a tomar ante el trabajo. Si no tenemos una visión para nuestra vida, jamás seremos felices con la sensación de que otros se están haciendo ricos a nuestra costa. Un gran amigo mío, casi un hermano para mí, me dijo una vez: «El sistema que me dijeron que me llevaría al éxito es una gran mentira». Terminó los estudios universitarios y trabajó en varias empresas durante diez años. Le falló incluso la idea de que se trataba de un modo de vida seguro. Dos de las empresas en las que estuvo lo despidieron sin miramientos cuando decidieron recortar la plantilla. La última empresa en la que trabajó le dio un cargo que llevaba asociado un objetivo de diecisiete millones de dólares anuales en ventas; sin embargo, solo cobraba 80.000 dólares anuales. Cuando quiso hablar con el propietario de la empresa para pedir un aumento, le dijeron que estaba «demasiado ocupado» para hablar de ello, porque estaba de vacaciones en su yate. Tomó la decisión consciente de llevarse consigo sus conocimientos y fundar su propia empresa de marketing. Si trabajas para una empresa, asegúrate de que lo haces en tu propio beneficio. Construye la creencia de que ese trabajo es la piedra angular que sentará los cimientos de tu propia empresa. Creo que contar con unos ingresos fijos es fantástico, pero si quieres crecer, aprovecha la situación. Haz como si trabajaras para ti, no para otro, es como si invirtieras en bienes inmuebles o compraras acciones. En un momento dado, yo tenía dos trabajos y era socio de mi propia empresa. Terminaba de trabajar a las seis de la tarde, entregaba pizzas a domicilio hasta las diez de la noche y, entonces, me dedicaba a mi empresa. Si estás comprometido con algo, siempre encontrarás el tiempo para hacerlo. No habrá excusa que te lo impida. Algunos lo llaman trabajo. Yo lo llamo construir un sueño. La gente se engancha al victimismo y empieza a creer que es una salida para sentirse mejor, pero en realidad sabemos que no es así y que lo más probable es que no tardemos en derrumbarnos o en rendirnos. La gente hace como si las cosas fueran peores de lo que son en realidad para no tener que hacer nada al respecto. Por mucho que nos parezca una buena vía de escape, lo cierto es que nos estamos arrinconando a nosotros mismos. Esa misma gente no quiere sentir la decepción, el rechazo o el fracaso, por lo que dice cosas como «Soy escéptico» o «Soy pesimista» cuando se enfrentan a una alternativa que podría capacitarlos. Creo que, sencillamente, son demasiado débiles para admitir la verdad y creer en una vida mejor. No hace falta valor para ser pesimista. Lo malo siempre está a nuestro alcance, pero solo los líderes y las personas que toman las riendas de sus propias vidas deciden mirar a lo que va bien. La respuesta a cualquier momento de crisis o de victimismo no es el «pensamiento positivo» edulcorado y de unicornios que nos suelen vender. El optimismo es estupendo, pero no siempre podemos ser optimistas, y punto. No podemos ser de una misma manera durante toda la vida. Distintas situaciones exigen reacciones distintas. Si tu casa se incendia, estoy seguro de que no saldrás a la calle dando saltitos y cantando. En ese momento, ni siquiera te acordarás de lo que es el pensamiento positivo, pero sí puedes pensar con inteligencia. Si lo haces, podrás recomponerte con rapidez y pensar: «¿Qué hago ahora? ¿Cómo puedo mejorar la situación? Lo primero es llamar a los bomberos». El pensamiento inteligente te ayuda a evaluar adecuadamente las situaciones y a crear energía. Así es como deberían presentarnos el pensamiento positivo, sobre todo cuando nos encontramos en una encrucijada. La dificultad es que la mayoría de las personas a las que conozco intentan pensar en positivo, pero muy pocas ahondan en lo que sienten o experimentan. Siempre tenemos que pensar con inteligencia. Cuando decides ver las cosas tal y como son, no peor de lo que son, siempre encuentras otro camino para crecer. Una vez tuve un cliente con sobrepeso que me dijo que su problema era que tenía un metabolismo lento y unos huesos muy grandes. Adoptaba la postura de víctima, buscaba todas las excusas posibles y hacía que las cosas sonaran peores de lo que eran en realidad para evitar tener que enfrentarse al dolor a corto plazo o escuchar la cruda verdad. Lo miré a los ojos y le dije: «No, tu problema es la obesidad y tienes que levantar el trasero de la silla y correr como no has corrido nunca». Llámame abusón o llámame «persona preocupada por el otro». Unos meses después recibí un correo electrónico en el que me adjuntaba una fotografía suya: estaba en la piscina de un hotel en China, donde trabajaba, y debo decir que incluso yo me quedé asombrado al ver lo que había conseguido. Me daba las gracias encarecidamente porque lo que siempre había necesitado era que alguien le dijera la verdad y que eso bastó para impulsarlo en una dirección capacitadora. Durante toda su vida, la familia y los amigos habían disfrazado la verdad porque se sentían mal diciéndosela. Era una actitud egoísta que no hacía más que agravar sus problemas de salud. He ayudado a muchos clientes con metabolismos supuestamente lentos o con huesos supuestamente grandes y que ahora están tan en forma como cualquiera. Decir la verdad duele, pero ¿acaso te hace libre callarla? Las cosas que más nos duelen suelen ser las mismas que nos hacen libres. Vengo de una familia que no tenía mucho dinero y siempre tuve que apañármelas para conseguirlo. Mis padres no me compraron mi primer coche, no pagaban mis vacaciones ni invertían en mis negocios. Jamás se lo pedí, porque sabía que, de haber tenido el dinero, ya me lo habrían dado. Durante mucho tiempo, al ver que otros disponían de todo eso sin esfuerzo, pensé que era la víctima de un destino cruel. Había decidido verlo de la peor manera posible, en lugar de cómo era en realidad. Estaba en un país en el que abundaban los recursos y las oportunidades. Mis padres me proporcionaban alimento, educación, techo y amor, algo que muchas personas no han tenido nunca. Al final me di cuenta de que tenía a mi alcance un futuro maravilloso, siempre que decidiera verlo así. Entonces, mi situación me pareció bastante buena. La mayoría de las veces nos quejamos de cosas que podemos controlar. Tenemos que dejar de engañarnos a nosotros mismos y ser completamente honestos; es la única manera de cambiar. Otros dirán que solo están siendo realistas cuando interpretan una situación del peor modo posible, pero yo me pregunto si eso es cierto o si, sencillamente, exageran. Ser realista exige ser honesto con uno mismo. Sé responsable y observa la situación tal como es, no peor Ahora que hemos dejado de ver la situación peor de lo que es en realidad, podemos dar el siguiente paso. Es cierto que la imagen de ver las cosas peores de lo que son puede ser real en nuestra mente. Así que, ¿quién nos dice que no podemos ver las cosas mejores de lo que son? Si adoptamos esta postura, ejercerá el mismo impacto en nuestra reacción ante la situación, pero ahora será para mejor. De hecho, dará la vuelta a la situación y, lo que es más importante, cambiará el resultado final. Debes ver la situación mejor de lo que es en realidad. Aunque un objetivo te parezca de una dificultad extraordinaria, si tienes algo bueno a lo que aspirar, encontrarás una manera de conseguirlo. Construye una visión que te inspire, pon las cosas en perspectiva y averigua qué puedes aprender de la situación. Haz que la visión sea tan real como sea posible y automáticamente se abrirá otro camino delante de ti. La visión. Ve la realidad mejor de lo que es Ahora que has creado algo beneficioso por lo que trabajar, ha llegado el momento de modelar tu visión. Esto exige un plan de acción, o estrategia, alineado con el nuevo resultado. Emprende la acción necesaria para que la visión se haga realidad. Centra la toma de decisiones en tu visión, recuérdate cuál es el resultado que deseas conseguir y conviértete en ello. ¿Qué tendrías que creer para lograrlo? ¿Cómo tendrías que presentarte ante los demás? ¿En qué tendrías que concentrarte? ¿Con quién hablarías? ¿Qué otras acciones puedes emprender para crear esa realidad? Una nueva estrategia. Actúa del modo en que lo ves ahora. 12 LA TRÍADA DE LA ACCIÓN Tras hablar con muchas personas acerca de la vida, una de las cosas que he averiguado es que la mayoría cree que las conductas físicas ejercen un efecto mucho mayor que las mentales o las verbales. Me he propuesto acabar con esa creencia y explicarte que cada pensamiento que tienes y cada palabra que pronuncias tienen la misma potencia a la hora de modelar tu destino. Mucha gente no es consciente de que todo se deriva del pensamiento. Los pensamientos hacen que la boca pronuncie palabras y constituyen la base de todas las decisiones que tomamos. Se trata de un equilibrio simétrico y no ser conscientes de ello es uno de nuestros mayores errores. Modelamos continuamente nuestro destino a través de estos tres tipos de conducta, del mismo modo que modelamos continuamente nuestra naturaleza y nuestras creencias. Si te ofrecieran la mente de Bill Gates, ¿la aceptarías? ¿Y la habilidad de Michael Jackson como bailarín? ¿O el swing de Tiger Woods? Si has respondido sí a todo, ¿cómo explicas que la mayoría de las personas no se propongan aprender los rasgos y las habilidades que desean? Todos estos profesionales han tenido que aprender para llegar a ser tan grandes, ¿no? Y seguro que no fue nada fácil. El motivo por el que las personas se niegan a creer que pueden ser verdaderamente grandes es que se condicionan a sí mismas a pensar que son prisioneras de las decisiones que han tomado en el pasado. Es más, se crean la ilusión de que sus elecciones y experiencias previas explican quiénes son y en qué se están convirtiendo. «No importa de dónde vengas. Lo único que importa es a dónde vas.» CONDOLEEZZA RICE Mira esas personas a quienes se les ha dado todo en bandeja y acaban en rehabilitación, mientras que otros que han pasado por las experiencias más terribles acaban ejerciendo un impacto extraordinario en el mundo. No somos prisioneros de las experiencias, ni tampoco determinan quiénes somos. Lo que haya sucedido en el pasado no dicta lo que ha de suceder en el futuro. Un sabio dijo una vez: «El mañana no es ayer». Dicho esto, sí que es cierto que somos la suma de nuestros pensamientos y de lo que decidimos hacer ahora. Estamos enganchados a cosas que están a años luz de lo que dictaría el sentido común; por eso decimos que el sentido común es el menos común de los sentidos. Sorprendentemente, las personas que usan el sentido común son a las que ahora llamamos extraordinarias. Las calificamos de locas hasta que demuestran que están hechas de otra pasta. ¿Son especiales? No, sencillamente usan el sentido común. Hay pautas a las que creemos que debemos seguir esclavizados, porque siempre lo hemos estado. Es mentira y las decisiones que tomamos ahora acaban definiendo en quién nos convertimos. Parece que la mayoría de nosotros tenemos una idea bastante clara de lo que deberíamos hacer, pero por algún motivo no lo hacemos. Por eso, adquirir conocimiento no es lo mismo que aprender. Si adquieres conocimientos, pero no los pones en práctica, no has aprendido nada. Me han dicho en innumerables ocasiones: «Eso ya lo sé», a lo que siempre respondo que saberlo no sirve de mucho, hay que hacerlo. Siguen actuando de la misma manera, tienen las mismas experiencias, sienten las mismas emociones y jamás están satisfechos. Una vez, un hombre que me doblaba en edad me dijo enojado: «¿Qué sabrás tú de la vida? Tienes la mitad de años que yo». El motivo por el que este amigo de un amigo estaba tan enfadado era que acababa de descubrir que su novia le había sido infiel por tercera vez. Le expliqué que a mí me había bastado una experiencia similar para tomar una decisión. Parecía que sabía perfectamente lo que tenía que hacer, pero ¿qué había aprendido si siempre decidía regresar a una relación que le causaba tanto dolor? Nada. No importa que hayas tenido una experiencia o diez. La única manera de aprender es pasando a la acción. Tenemos que dejar de pensar que el cambio es doloroso y empezar a saber que el cambio es placentero. No parece que los métodos básicos de disciplina logren resultados muy duraderos; por el contrario, engancharse a algo nuevo y positivo funciona muy bien. Tienes que cambiar una adicción que te debilita por una alternativa que te fortalezca. Asimilar este concepto permite hacer un cambio consciente y promueve un crecimiento real. No conseguiremos crecer hasta que transformemos el conocimiento en acción. Esta es la única fórmula que te permitirá experimentar el ciclo infinito de crecimiento personal: FÓRMULA DE CRECIMIENTO PERSONAL: A=C+A APRENDIZAJE, CONOCIMIENTO, ACCIÓN LA BATALLA ¡La batalla siempre ha sido un tú contra tú! Las mejores cosas que hay en la vida son muy simples. El problema es que lo hemos complicado tanto todo que lo simple se ha vuelto difícil. Corremos de un lado a otro en un intento de descifrar el complicado camino hacia la plenitud y el éxito, cuando, en realidad, siempre hemos albergado esas cualidades en nuestro interior. El reto consiste en poner en práctica ese conocimiento. Mientras hay vida, hay desafío. Nuestra personalidad no se basa en la ausencia de retos, sino en lo bien que los gestionamos cuando nos enfrentamos a ellos. La conversación que mantuve con una señora acerca de la vida y el cambio me inspiró a añadir esta sección, «La batalla», al libro. Es una parte clave del libro. Mientras hablábamos, me sentía lleno de energía y me dijo: «Haces que todo parezca tan fácil..., igual que todos esos oradores motivacionales». Tuve que recordarle que yo no soy un orador motivacional. Una cosa es sentirse lleno de energía durante una hora después de haber oído unas palabras inspiradoras y otra es sentirte lleno de energía durante toda tu vida; esto exige estrategia. Educo, no motivo, y la diferencia es enorme. Educo a las personas para que aprendan a motivarse a sí mismas, porque eso es lo que he hecho conmigo mismo. Sin embargo, reflexioné sobre lo que me había dicho y me hizo pensar en lo difícil que me resultó motivarme en varias ocasiones y en lo fuerte que tuve que ser. Fue una batalla, pero como iba armado con las estrategias y las soluciones adecuadas, no estaba dispuesto a dejarme vencer otra vez. Cambiar es un desafío, no un camino de rosas. Lo bueno es que se trata de una ecuación muy sencilla. Si quieres cambiar, tienes que crear ese cambio. Parece que no lo sabemos o, en todo caso, que lo sabemos, pero nos asusta hacer algo al respecto. Nos da miedo tener el poder de cambiar de verdad nuestra vida para siempre. Aunque sea un cambio positivo, tememos lo desconocido. Para ganar cualquier batalla, necesitamos contar con el arsenal más potente. La batalla de la mente no es una excepción. La vida es aprendizaje y crecimiento, y no siempre es fácil. Quien eras está más que dispuesto a entrar en combate con quien intentas llegar a ser. El yo no se va a rendir sin pelear. Lo has entrenado para que caiga en la culpa o en la depresión, junto al miedo a no poder tener éxito y... bueno, seguro que eres más que capaz de terminar la lista por mí. Sin embargo, tienes la capacidad de reprogramarte. Si quieres cambiar, debes cambiar el modo en que actúas física, mental y verbalmente. No hay otra manera. Lo único que yo puedo hacer es enseñarte cómo hacerlo y que el camino te resulte lo más cómodo posible. Quiero que sepas que no va a ser un camino de rosas, así que has de estar preparado. Cuando te enfrentes a una batalla mental, verbal o física, recuerda que no estás solo y no te sometas al papel de víctima. Todos los que han recorrido este camino, que han logrado grandes cosas o que han cambiado drásticamente su vida reconocen que rendirse hubiera sido mucho más fácil. Si alguien dice que le ha resultado fácil, debe de ser un superhombre o una supermujer. Si alguien intenta hacerte creer que su vida cambió completamente de un día para a otro y que todo lo que sabía o pensaba cambió al instante, te está tomando el pelo. He visto a demasiada gente que se ha quedado atrapada en la oscuridad tras haber sido mal aconsejada por oradores o autores motivacionales con intenciones egoístas. En la vida no hay nada extraordinario que sea fácil. Si fuera fácil, no sería extraordinario. No distinguiríamos entre vivir una vida ordinaria y una vida asombrosa. Pero al igual que debes saber que no va a ser un paseo, has de ser consciente de que tampoco es imposible. Me he dado cuenta de que a los seres humanos no les gustan las dificultades, pero adoran los retos. Y reacondicionarte para encontrar la verdad es precisamente eso, un reto. «Porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.» MATEO 7, 14 Si queremos superar estos retos, especialmente los mentales, tenemos que contar con un ejército que haga guardia en nuestra mente, no tanto anticipándose a ellos, sino siempre dispuesto a afrontarlos. Cada vez que interceptas pensamientos o emociones que te impiden alcanzar la excelencia en un momento dado, reclutas a más soldados. Cuando te des cuenta, habrás reunido en tu interior un ejército mucho más poderoso que cualquier otra cosa. «Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios pensamientos.» BUDA Piensa en el proceso de reacondicionamiento como si fueras un boxeador que se entrena para atacar con la izquierda. El entrenador le dice que así debe ser si quiere ganar el combate. Al principio, el boxeador se confundirá y, durante el entrenamiento, usará la derecha en varias ocasiones, pero ahora sabe lo que tiene que hacer para hacerse con la victoria. Toma conciencia de ello y se corrige rápidamente hasta que usar la izquierda resulta natural. Cada vez que tengas la impresión de que tu faceta limitante está a punto de ganar la batalla, aplica esta estrategia para recuperar el control: – Cuando sientas que te estás resistiendo mentalmente, ¡para! Haz las paces con la situación y dile a tu faceta limitante: «De acuerdo, sé que estás aquí y lo que estás intentando hacer, pero nunca me ganarás». Dilo con voz relajada y, mientras hablas, asiente con la cabeza, como si estuvieras convencido de lo que dices. Piensa en algún momento en el que alguien haya intentado que te sientas mal y tú le has dicho que sus esfuerzos son en vano. Contigo la actitud ha de ser la misma. Tus pensamientos limitantes acabarán por desaparecer si lo haces. – ESCRIBE. Escribe cómo te sientes. Cuanto te sientas estupendamente bien, escríbelo. Cuando te sientas fatal, escribe cómo podrías dar la vuelta a la situación. Siempre podrás volver a los momentos en que te sentías bien y leer acerca de ellos. Seguramente ya te habrás dado cuenta de que los momentos en que sentimos que la resistencia aumenta en nuestro interior son también los momentos en que parece que todo nos irrita. Puede ser un DEJA DE RESISTIRTE. problema con la pareja, con un amigo o con el trabajo. No volveremos a sentirnos libres hasta que nos desahoguemos. Lo mismo sucede con los pensamientos. Sácalos a la superficie y escríbelos. LA CONDUCTA MENTAL: TODO ESTÁ EN LA MENTE «Los hombres se hacen ricos haciendo las cosas de cierto modo. Y, para ello, deben ser capaces de pensar de cierto modo. La manera en que un hombre hace las cosas es resultado directo de cómo piensa acerca de las cosas.» WALLACE D. WATTLES Cuando te des cuenta de que todos y cada uno de los pensamientos que tienes modelan tu destino y recrean tu realidad, habrás ganado media batalla. La mejor manera de que lo asumas es examinar detenidamente tus pensamientos. Fíjate en la pauta que siguen las experiencias que has tenido y que sigues teniendo. Comprueba si tus pensamientos te llevan a actuar de un modo concreto y atraen experiencias concretas. Una vez que lo hayas hecho, estoy seguro de que identificarás un patrón que se puede interrumpir. Normalmente, reaccionamos al entorno con el piloto automático. Sentimos que carecemos de control sobre las experiencias o sobre lo que pensamos ante una dificultad. Lo cierto es que siempre somos nosotros los que controlamos qué dirección tomamos y, hasta que asumamos plena responsabilidad por quiénes somos en la vida, no podremos cambiar. Obviamente, hay experiencias y personas que no podemos controlar, pero siempre podemos decidir la importancia que les damos, cómo las percibimos y cómo reaccionamos ante ellas. La mayoría de las personas creen que el pensamiento está a merced de los ojos. Yo no pienso así. Creo que los ojos están a merced del pensamiento y, por lo tanto, de la emoción. Mientras sigamos permitiendo que la mente divague todo el día, seguiremos teniendo experiencias inesperadas, porque no controlamos lo que creamos. El único momento en que el mundo exterior afecta de verdad a tu vida es en el que pierdes el control sobre tu mente. Cuando somos conscientes de nuestros pensamientos, podemos cambiar la dirección hacia donde los queramos llevar. Si queremos una vida extraordinaria, debemos capturar los pensamientos extraordinarios y dejar ir los demás. Todos tenemos los mismos pensamientos, lo que sucede es que cada uno decide con cuáles se queda. Eres tú quien decide aferrarse a pensamientos que te erosionan y eres tú también quien decide dejar que se vayan por donde han venido. No tienes por qué agarrarte a ellos. Asocia todas las experiencias que tengas de modo que beneficien a la visión general que has creado para tu vida. Los seres humanos tenemos unos sesenta mil pensamientos diarios. ¿Cuántos de ellos estás usando para crear la vida que quieres? Seguramente estarás de acuerdo en que resulta muy difícil cambiar los pensamientos del subconsciente. Los hemos repetido tantas veces que surgen sin que haya un proceso cognitivo consciente. La única manera de recablear la mente subconsciente (y ese recableado es crucial para el éxito) es estudiar el efecto que cada uno de esos pensamientos ejerce sobre tu vida. El motivo por el que disfrutamos tanto de las analogías y de los cuentos es que nos gusta ver las cosas desde fuera y relacionarlas con nuestra propia experiencia. Cuando examinas tus pensamientos desde fuera, descubres una manera más clara de relacionarte con ellos. Para vivir una vida extraordinaria has de ser consciente de todo lo que haces. Romper la pauta inconsciente de pensamientos que te desarman y salir del círculo de infelicidad exige que reflexiones sobre la causa y el efecto de todo lo que haces. Si necesitas recordar cómo cada pensamiento cambia tu estado físico, vuelve a leer el apartado sobre la neuroplasticidad en el «Primer paso» (p. 73). Plantéate también esta pregunta en relación con tus pensamientos. ¿Esto que he decidido pensar ahora me acerca a lo que quiero? Aunque ya lo he explicado varias veces a lo largo del libro, te daré otro ejemplo concreto. Imagina que alguien se te cruza mientras estás conduciendo; tú reaccionas con ira, que es lo que hacen muchos. Esta reacción afectará a lo que crees a continuación en tu vida, porque esa mala energía fluirá hacia la próxima actividad. Aún más importante: construye la creencia de que cuando te encuentras con una dificultad, la solución es enfadarse en lugar de hacer algo más productivo de cara a tu crecimiento. Sin embargo, podrías reaccionar, pero corregirte al instante, porque eres consciente del efecto perjudicial que esos pensamientos ejercen sobre tu vida. No quiero decir que no puedas reaccionar, sino que al ser consciente de tus pensamientos, cuando te encuentres en una situación difícil puedes redirigirlos. Esto te permite adoptar una actitud distinta y empezar a generar pensamientos positivos. Toma conciencia de tus pensamientos a lo largo del día y corrígelos o rebátelos cuando sea necesario. Habrá veces en que será complicado porque estás acostumbrado a ver las cosas de una manera determinada, pero tienes que buscar una vía distinta que te beneficie. Es fácil ver que tus pensamientos crean tu vida día a día. «Un hombre es solo producto de sus pensamientos. Se convierte en lo que piensa.» MAHATMA GANDHI Todas las personas de éxito están comprometidas con lo que hacen. Saben que no lograrán sus objetivos si no son conscientes de sus pensamientos en todo momento y los desvían hacia lo que desean. En algunos casos es su manera normal de funcionar, por lo que muchas veces ni siquiera se dan cuenta de que lo hacen hasta que se les pregunta sobre ello. En otros casos, como el mío, es algo que tenemos que aprender a hacer. Sabía que estaba harto de sentirme como me sentía, así que decidí pasar a la acción mental. Hasta que descubrí que mis pautas de pensamiento creaban mis emociones, no pude tomar las riendas de mi vida. Lo hice y así fue como le di la vuelta. Sorprendentemente, no necesité mucho tiempo. Es increíble lo mucho que puedes aprender y crecer en una semana si tomas conciencia de tus pensamientos y los rediriges. También te has de proponer pensar a lo grande durante el día. Para llegar a la cima tenemos que pensar en la imagen general; si solo piensas en logros pequeños, eso es todo lo que conseguirás. Cuando te abres a pensar a lo grande, los pequeños pasos ya no resultan tan abrumadores, porque mantienes la mirada fija en la gran recompensa. Recuerdo estar sentado en mi habitación aproximadamente un año y medio antes de terminar de escribir este libro. Había escrito una página y no tenía clientes, pero sabía lo que quería. Me pregunté: «Daniel, ¿cómo diantres vas a escribir un libro entero?». Cada vez que me estresaba por la cantidad de páginas o empezaba a pensar que no sería capaz de plasmar mis ideas sobre el papel, lo combatía. Es decir, nunca había escrito nada en la vida excepto las redacciones para el instituto. Sin embargo, bloqueaba los pensamientos negativos con tanta fuerza como era capaz y me aseguraba una y otra vez a mí mismo que lo conseguiría. Me visualizaba abriendo el libro terminado; la visión se hizo realidad unos meses después. Las ideas y las palabras del libro fluían. Además, conocí a personas que buscaban un coach, así que estaba empezando a atraer todo aquello en lo que realmente centraba la atención. Siendo realistas, solo hay una manera de cambiar la vida: cambiar el pensamiento. Pensar en el resultado final también ayuda a recortar los tiempos. Incluso los pasos más pequeños se dan a una velocidad mucho mayor. Tras una semana o dos manteniendo la atención centrada en la imagen general, te darás cuenta de la enorme capacidad de crecimiento que has tenido a tu alcance durante toda tu vida. Cuando piensas a gran escala, las ideas van y vienen en esa dirección. Incluso si lo que aprendes te parece pequeño en relación con el objetivo final, escribe cada avance que hagas. Da forma concreta al pensamiento imaginario y hazlo tan real como te sea posible. No dejes pasar ni olvides ningún avance ni ninguna idea, ya sean grandes o pequeñas, y verás que pronto empiezan a fluir de forma regular. Si queremos reforzar y expandir la mente, tenemos que invertir en ella. Tenemos que leer, escuchar audiolibros o CD, asistir a seminarios y, lo más importante, guiar nuestros pensamientos. Algunas de las personas que han ejercido una gran influencia en mi crecimiento y a las que rindo homenaje son Ralph Waldo Emerson, Napoleon Hill, Kahlil Gibran, Wallace D. Wattles, Maya Angelou, Deepak Chopra y Mahatma Gandhi. Son algunos de los gigantes que han hecho que este mundo sea mejor. Aprender de personas extraordinarias es una manera fantástica de invertir en tu desarrollo. Invertir en ti mismo es como invertir en las mejores acciones del mundo: cuanto más inviertas, más dividendos recibirás. «Ya no sufro la maldición de la pobreza, porque tomé posesión de mi mente y esa mente me ha ofrecido todas las cosas materiales que quiero y mucho más de lo que necesito. El poder de la mente es universal y es accesible tanto para la persona más humilde como para la más grande.» ANDREW CARNEGIE LA CONDUCTA VERBAL: ERES LO QUE DICES «Las grandes personas hablan de ideas. Las personas normales hablan de cosas. Las personas pequeñas hablan de otras personas.» TOBIAS S. GIBSON Los niños tienen unas ocurrencias sorprendentes. De pequeño, mis amigos y yo solíamos decir lo siguiente cuando alguien nos insultaba: «Rebota, rebota y en tu cara explota». Hasta hace muy poco no me había dado cuenta de cuánta razón teníamos. Las personas no tenemos ni la menor idea del enorme impacto que ejercen las palabras que decidimos usar. Las palabras con las que nos comprometemos modelan y condicionan quiénes somos tanto como los pensamientos o las conductas físicas. No importa cuál sea el contexto o el tema: si usas palabras limitantes, limitas tu estado y, por lo tanto, tu éxito. Un ejemplo muy claro es el uso del «no puedo» en las conversaciones cotidianas. Si te detienes unos instantes a pensar en ello, te darás cuenta de que prácticamente siempre que dices «no puedo», en realidad sí que puedes, tienes otra opción. No es tanto que no puedas, sino que no quieres. Cuanto más digas que no puedes hacer cosas, más asimilas mentalmente ese concepto, que se activará cada vez que te enfrentes a una dificultad. Si sustituimos el vocabulario actual por otro que nos capacite, influiremos en las emociones que sentiremos a lo largo del día. La experiencia emocional determina cómo actuamos y los resultados que obtenemos. Programamos lingüísticamente la mente subconsciente con cada palabra, que se convierte en un ritual y luego en nuestra propia naturaleza. Decimos cosas sin saber el efecto que producen en nuestras vidas. No estoy exagerando. Será el principio (o el fin) de tu éxito. A continuación, encontrarás ejemplos de palabras y dichos que deberíamos eliminar de nuestro discurso diario y algunas opciones fantásticas con las que sustituirlos: · No podría hacerlo nunca. – Puedo hacerlo. · No soy lo bastante inteligente. – Soy infinitamente inteligente, tengo los recursos necesarios y aprenderé. · Jamás tendré dinero. – Tengo que tener dinero. · Siempre estoy enfermo. – Me encuentro fenomenal. · Estoy muy gordo. – Quiero estar sano y en forma. · Soy feo. – Soy atractivo. · Si montara mi propia empresa, sería un fracaso. – Haré lo que haga falta para tener éxito. · No puedo ganar más que mis padres. – Puedo ganar más que mis padres. · Soy un perdedor. – Ganaré. · No me apetece. – Mi existencia es energía. · Estoy demasiado cansado –Tengo que activarme ahora mismo. · Esto es terrible. – ¿Qué aspecto positivo puedo encontrar en esta situación? · Es imposible. – Todo es posible. · Estoy agotado. – Estoy lleno de energía. · No puedo. – Puedo. · Qué casualidad o qué suerte. – Causa y efecto. · Quizás algún día. – Haré que llegue el día. · Ojalá. – Estoy seguro. · Es demasiado difícil. – Me encantan los retos. · Lo haré después. – Tengo que hacerlo ahora. · Lo dejo. – Acabo de empezar. · Y si.... – Ahora no está pasando, así que no me preocuparé por adelantado. · Debería haber.... – No lo hice, pero ahora llevo las riendas de mi vida, así que ahora puedo... · Lo intentaré. – Hazlo o no lo hagas. · Detesto mi vida. – El amor es vida. · Ojalá fuera feliz. – Decido ser feliz o no serlo. · Tiene suerte. – Tiene éxito. · No soporto a esa persona. – Me quiero demasiado a mí mismo como para detestar a nadie. · Espero que le suceda algo malo. – Les deseo lo mejor, lo que significa que estaré bendecido. · Ojalá lo consiga. – Sé que lo conseguiré. · No encontraré a esa persona especial. – Tengo fe y me aseguraré de encontrarla. · Necesito eso. – Quiero eso. · Voy tirando/No estoy mal. – Estoy fenomenal. · No lo sé. – Lo averiguaré. · No puedo hacer nada al respecto. – ¿De verdad no puedo hacer nada al respecto? Las versiones de la izquierda son limitantes. Si acostumbras a repetir esas palabras, impedirán que puedas ver más allá de esas posturas. Las versiones de la derecha, en negrita, te capacitan y ejercen un efecto positivo en tu vida. Por difícil que te pueda resultar en ocasiones, tienes que sustituir las palabras que no te benefician por otras que te capaciten. Cuando un atleta no juega bien y el equipo sale perjudicado, ¿el entrenador lo deja en el campo todo el partido? Si es un buen entrenador, lo sacará y lo sustituirá por alguien que pueda llevar al equipo al éxito. Debes ser estratégico a la hora de decidir con qué palabras te comprometes. Otro de los mitos que me gustaría desmontar es el concepto del «gafe». Nos enseñan a creer que si decimos cosas que pueden mejorar nuestra vida, la gafaremos. Estoy seguro de que has oído esta mentira durante toda tu vida. Reparé en ello una vez que un amigo me estaba diciendo lo bien que creía que le iría un examen que acabaría determinando la nota media del último año en la universidad. Su padre lo oyó y le dijo. «Yo dejaría de hablar así, no vayas a gafarlo». ¿No te parece absurdo? Sin embargo, piensa en todas las veces que te lo han dicho y, peor, en todas las veces que te lo has creído. Hay quienes lo ven como una manera de evitar la decepción si sucede lo peor. Exacto: ¡si sucede! ¿Por qué quieres predecir el peor resultado posible? ¿Por qué te has de preocupar por adelantado por algo que ni siquiera es real? ¿Cómo puede ser eso inteligente? ¿De verdad palia la decepción? El motivo por el que algunas personas nunca logran nada extraordinario es que no creen en sí mismas. ¿Qué esperanza de logro vas a tener si te asusta tener fe y creer en tu habilidad para conseguir algo? Da igual que uses palabras limitantes en tono jocoso o de un modo verdaderamente destructivo: las consecuencias son las mismas. Usa únicamente palabras que te ayuden a crecer: «puedo», «lo haré», «soy» y «tengo que». Estas palabras hacen que te sientas bien contigo mismo. Piensa durante unos instantes en cuántas conversaciones mantienes a lo largo del día. Ahora, cuenta cuántas contribuyen a crear lo que quieres en la vida y cuántas contribuyen a crear lo que no quieres. ¿Cuántas conversaciones hacen que te sientas capacitado e inspirado y cuántas hacen que sientas todo lo contrario? ¿En cuántas te quejas de algo? Aléjate de las palabras negativas. Quizás se te haga algo raro ir por el mundo pronunciando únicamente palabras positivas, pero el concepto de «positivo» no es el único factor que influye aquí. La cuestión es usar el sentido común que todos poseemos. ¿Qué sentido tiene usar un vocabulario que nos impide alcanzar la excelencia? Lo que dices a diario se convierte en tu realidad, por lo que es un condicionante real. Si dices que es demasiado difícil, lo será. Si dices que es imposible o que no puedes, es así como percibirás la realidad. Lo que decidas decir se hará realidad, porque te obligará a actuar en consecuencia. Cuando pregunto a la gente cómo está, me dicen «Voy tirando», «Bien»... Si quieres ser y estar estupendo, dilo y empezarás a creértelo. Yo empezaría por reflexionar acerca de por qué he dicho «Voy tirando» y luego haría inmediatamente algo para cambiarlo. Tenemos que entrenarnos para hablar con un lenguaje potente, inspirador y productivo. Ser consciente de lo potente que es el lenguaje a la hora de modelar el destino te permite observar las pautas de quienes usan palabras limitantes. Fíjate en toda su actitud. Fíjate en lo mal que pasan el día y en lo poco productivos que suelen ser en lo que respecta a avanzar hacia visiones reales. La próxima vez que oigas a alguien hablar en el trabajo o en la cafetería, escucha y fíjate en si la conversación contribuye a reforzar la misma emoción y la misma situación de la que se está quejando. Es más: úsalo para observarte y corregirte a ti mismo. Condicionarás y reprogramarás tu estado en un abrir y cerrar de ojos. «La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.» PROVERBIOS 18:21 ¿Crees que las personas de más éxito o las que dan más valor al mundo pierden el tiempo hablando de cosas irrelevantes? Puedes estar seguro de que no. Si quieres añadir valor, habla en consecuencia. Si quieres alcanzar tus niveles más altos, habla en consecuencia, y si quieres lograr el éxito, llena tus conversaciones de él. Véndete a ti mismo y a los demás que sabes que vas a conseguirlo. La gente dice que hablar es gratis, pero creo que en realidad quieren decir es que hablar por hablar es gratis. Hablar a lo grande es muy valioso cuando sabes que vas a actuar en consecuencia. Si no lo dices, no lo conseguirás; si no hablas como si lo fueras, jamás lo serás. LA CONDUCTA FÍSICA: LOS PASOS MÁS PEQUEÑOS PUEDEN HACERTE AVANZAR A ZANCADAS «Un viaje de mil millas empieza con un primer paso.» LAO-TSE Creo sinceramente que mucha gente sabe con exactitud lo que tiene que hacer para conseguir lo que quiere, lo que sucede es que no pasa a la acción. Oyen hablar a los demás acerca de los secretos del éxito, pero jamás los ponen en práctica. ¡No se dan cuenta de que el secreto está en la acción! Hasta que lo entiendan, no sabrán cómo funcionan los conceptos que han aprendido. Las estrategias de este libro crean vidas extraordinarias, pero no sirven de nada si no se ponen en práctica. Los que actúan se ven recompensados instantáneamente. Tienes que pasar a la acción, aunque se trate de algo que solo sospechas que puede mejorar tu vida. Estas sospechas suelen generar grandes satisfacciones. Solo con que te comprometas a hacer cinco actividades distintas que mejoren aunque sea en un diez por ciento tu semana, notarás un cambio significativo en tu vida. «No tienes que ser grande para empezar, pero sí tienes que empezar para ser grande.» LES BROWN Obviamente, decir que tenemos que levantarnos y pasar a la acción para crecer es una cosa, pero, tal como sabemos, levantarse y hacerlo de verdad es otra muy distinta. ¿Alguna vez has querido hacer algo de verdad, pero la mente se te ha ahogado en un mar de ideas y de cosas que hacer y, al final, no has hecho nada? A mí me sucedió mientras escribía el libro, y sabía que también les tenía que haber pasado a otros antes que a mí. Las ideas fluyen, pero pensar es mucho más fácil que actuar. Todos hemos tenido grandes ideas para nuestra empresa, nuestra situación económica, nuestros estudios o nuestras relaciones personales, pero, por algún motivo, nunca pasamos a la acción. ¿Por qué? Porque la mayoría de las veces acumulamos tanta información que casi parece imposible pasar a la práctica. La montaña de información nos asusta, por lo que salir corriendo resulta mucho más fácil que enfrentarse a ella. Nos decimos que ya lo haremos luego o que puede esperar a mañana. ¿De verdad lo harás luego o mañana? Para cuando te enfrentes a todo lo que has dejado para luego o para mañana, necesitarás que el día se transforme en un año. Entonces verás que lo único que tienes que hacer es la tarea que te has propuesto. Si hubiera campeonatos para este juego, yo habría sido el campeón mundial. Deja de sopesar tantas opciones. Lo más probable es que te estés sopesando a ti mismo. ¡Pasa a la acción! «Una vida que no pasa a la acción es una vida fallida.» ARNOLD TOYNBEE La cuestión es que los pasos más pequeños te permiten avanzar a zancadas. Nada en el mundo empieza por sí mismo, lo que significa que somos nosotros los que tenemos que echar la bola a rodar. Piensa en una bola de nieve que rueda montaña abajo: va sumando masa y velocidad con cada giro, pero todo empieza cuando la lanzamos, ¿o no? En La magia de pensar en grande, David J. Schwartz afirma que: «La acción precede a la acción. Es una ley de la naturaleza. Nada se pone en marcha a sí mismo, ni siquiera las docenas de aparatos mecánicos que usamos a diario». Después explica que incluso los termostatos que regulan automáticamente la temperatura de nuestras casas necesitan que nosotros fijemos previamente la temperatura que deseamos. Por insignificante o pequeño que te pueda parecer respecto a la imagen global, te prometo que cada paso que das cuenta. Sin esos primeros pasos, jamás reunirás la fuerza y el impulso necesarios para dar luego los más grandes. No llegamos al mundo corriendo. La vida nos exige que crezcamos, igual que a todo lo demás que existe en el mundo. Las personas exitosas saben que la clave está en ponerse en marcha y empezar sin pensárselo demasiado. Quienes no tienen éxito se centran en por qué no pueden hacerlo, por qué es tan difícil y por qué no deberían hacerlo, en lugar de hacer lo que saben que tienen que hacer. Las personas de éxito se convencen a sí mismas de lo contrario, se dan razones por las que deben hacerlo, piensan en cómo pueden hacerlo y se repiten que es la única manera de avanzar. La mayoría de las decisiones que tomamos son consecuencia de un proceso intenso de autoconvencimiento que exige un trabajo previo. Tenemos que usar nuestros mecanismos de convencimiento para dirigir la energía hacia lo que ha de beneficiarnos. Los demás se abruman porque entienden esos pequeños pasos como una alianza con el dolor. Evalúan el millón de cosas distintas que creen que tendrán que hacer en lugar de centrarse en el enorme valor del resultado final. Imagina a una persona más bien holgazana pensando en que tiene que limpiar el coche; pensará en todas las pequeñas tareas no deseadas que tendrá que completar antes de ni siquiera haberse acercado al vehículo. Piensa en levantarse del sofá, ir en busca del cubo de agua, el jabón y la esponja y cambiarse de ropa. Entonces tiene que lavar el coche, secarlo y ducharse. Pensar todo esto le agobia, así que, finalmente, no hace nada. Se acomoda mejor en su sofá preferido y se prepara para la quinta siesta del día. Entonces, su pareja le dice que hoy en el túnel de lavado del final de la calle tienen una oferta especial de diez dólares por servicio. Salta del sofá y sale corriendo por la puerta. Esos diez dólares son más de lo que le hubiera costado lavarlo a él, pero ha asignado más valor al resultado final y más dolor a la otra situación. No se ha dado cuenta de que también se ha tenido que levantar del sofá, cambiarse de ropa, ponerse al volante, conducir, etc. Se ha olvidado de todos los pasos pequeños porque era más fácil pensar en el resultado placentero. Para hacer cosas en la vida, tenemos que mantener la atención en el placer que nos deparará el resultado final. Si lo hacemos, la mayoría de los pasos intermedios pasarán de ser dolorosos a resultar placenteros. Cuando no sucede algo que esperas, las pequeñas cosas te afectan. Los que han tenido éxito saben que sus logros empezaron por un paso pequeño. Una vez que empiezas y das esos primeros pasos, el interés por seguir adelante se dispara. Los resultados y el crecimiento que se consiguen en tan poco tiempo son verdaderamente asombrosos. Persiste en esas primeras tareas y descubrirás que empiezas a hacer más voluntariamente. Esos diez minutos se convierten en treinta y luego en sesenta. Trabajar por algo que sabes que quieres resulta emocionante y muy pronto ocupará toda tu vida. No es un proceso aburrido, porque tienes una visión. Hemos escuchado durante toda la vida que si creemos en nuestras capacidades, podemos conseguir lo que nos propongamos. No hay nada más cierto, pero ¿cómo lo hacemos? Cuando pases a la acción, aumentará la fe en que puedes crear la vida que deseas. Descubres que albergas en tu interior una energía a la que puedes acceder instantáneamente y esto te ayuda a desarrollar la seguridad en ti mismo. Muy pronto sentirás orgullo cada vez que des un paso y será entonces cuando te conviertas en un ser muy poderoso. Te insto a que pases a la acción ahora mismo y a que actúes para conseguir algo de tu lista de deseos. Haz cualquier cosa, en serio, cualquier cosa. Envía un correo electrónico, haz una llamada telefónica, ve a buscar un folleto, habla con alguien, busca en internet, ve a buscar materiales, reserva una clase de baile, escribe alguna de las ideas que se te hayan ocurrido... cualquier cosa. «El hombre superior es modesto en el hablar, pero abundante en el obrar.» CONFUCIO El mensaje principal que te quiero transmitir es que si crees que algo tan pequeño como una llamada telefónica es insignificante para el resultado final, habrás vuelto automáticamente a formar parte de la mayoría. En serio, ¿cómo crees que lo hicieron esas grandes personas? ¿Cómo crees que empezaron? Tienes que actuar cada día para acercarte a lo que quieres, por pequeña que te pueda parecer la acción en el momento. Haz al menos una cosa cada día, asegúrate de que reconoces el progreso y siéntete orgulloso de ti mismo por haberlo hecho. Cada pequeño paso diario hacia delante te sitúa más cerca de lo que estabas ayer y, al cabo de una semana, supone un avance considerable. Los pequeños pasos que das ahora determinan exactamente cuál será el resultado. A veces ni siquiera estás muy lejos y dirigir esos pasos con inteligencia en tu vida cotidiana puede marcar todo un mundo de diferencia. Un día me encontré sumido en una verdadera batalla mental. Pensaba en si debía seguir luchando o no por mis sueños. Para reafirmarme, me repetía una y otra vez: «Todo se hará realidad», en alusión a la imagen global que había definido para mi vida. De repente, me detuve. Fue como si alguien me hubiera dicho en voz alta: «No se hará realidad. Ya está sucediendo». Cada paso que doy suma en el proceso de hacer realidad mi visión. No hay un fin o un destino. El crecimiento es constante e infinito. ¿Dónde paramos? Nuestras visiones no aparecen sin más un día cualquiera. Las creamos poco a poco y día a día con las acciones que realizamos. El éxito está en el viaje. Todos están tan preocupados con lo que harán que no se fijan en lo que hacen. Tarea Pasa a la acción ahora mismo. Haz lo que sea, pero arranca y echa a rodar esa bola de nieve montaña abajo. No reanudes la lectura hasta que hayas hecho como mínimo una cosa, por pequeña que sea. Cuando hayas terminado, escríbela. Fijarse objetivos a corto plazo también está muy bien, siempre que mantengas la vista fija en el premio definitivo. Los pasos pequeños iluminarán el camino siempre que no apartes la mirada del objetivo. Te sentirás mucho más capaz de llevarlos a cabo cuando te inunden las emociones que genera la imagen final. ¿Alguna vez has conducido por una autopista y has tenido que reducir la velocidad porque había obras? Pasas de 120 km/h a 60 km/h. ¿Cómo te sientes? Es casi como si te arrastraras para avanzar, ¿verdad? Esperas a ver la señal que indica el final del tramo de obras para poder acelerar otra vez. Sin embargo, en una carretera comarcal, esos 60 km/h son los habituales y, por lo tanto, no tienes esa misma sensación. ¿Por qué esa misma velocidad te parece tan baja en la autopista? Porque cuando has ido a 120 km/h, no quieres ni pensar en ir a la velocidad de un caracol. Cuando aceleres tu vida, no querrás volver a la velocidad anterior. Cada vez que tus acciones empiecen a desacelerar en dirección a lo que quieres, serás consciente de ello y volverás a acelerar inmediatamente. No te desanimes si no logras algún objetivo en el plazo que te habías fijado, les pasa a los mejores. Sigue insistiendo y al final lo lograrás. Curiosamente, suele suceder cuando estamos preparados para recibirlo. Quien sea que nos ofrece esos dones es muy inteligente y, en la mayoría de las ocasiones, he dado las gracias por tener que esperar más de lo que me había propuesto en un principio. Me he dado cuenta de que hay cosas para las que no estaba mental ni emocionalmente preparado cuando las quería. ¿Significa eso que no hice todo lo posible para conseguirlas? Por supuesto que no, pasé a la acción un día tras otro. Tienes que construir y mantener la creencia de que «por mucho que tarde o necesite para conseguirlo, lo conseguiré». «No tienes por qué ver toda la escalera. Basta con que subas el primer peldaño.» MARTIN LUTHER KING, JR. ESTADO DE FISIOLOGÍA PUNTA: EL LENGUAJE CORPORAL ¿Eres consciente del enorme impacto que el lenguaje corporal ejerce en tu vida? Para crear seguridad y adoptar un estado de certidumbre, debes alinear el cuerpo con los pensamientos nuevos y el vocabulario capacitador. Cuando te quejas de algo, el rostro y los hombros cambian. Es posible que incluso seas una de esas personas que fruncen el ceño continuamente. He conocido a personas cuyos músculos faciales se tensan con solo pensar en sonreír. Es como si tuvieran un nubarrón sobre la cabeza y les lloviera encima mientras el resto del mundo disfruta del sol. Hagamos un ejercicio. Quiero que endereces los hombros y te yergas en la silla. Venga, endereza esa espalda. Ahora sonríe tanto como puedas. No sigas leyendo hasta que lo hayas hecho. ¿Cómo te has sentido? ¿Ridículo? ¿Más controlado? ¿Más seguro de ti mismo? ¿Más entusiasmado? ¿Más feliz? O quizás estés riendo porque no das crédito a la rapidez con que el estado de ánimo y la fisiología han cambiado con tan solo modificar la postura. El lenguaje corporal te ayuda a crear tus emociones. Ahora que lo sabes, ¿con cuánta rapidez puedes pasar de ser perezoso a ser enérgico, de estar triste a estar feliz o de estar nervioso a estar seguro de ti mismo? La fórmula para cambiar de estado: Cuerpo + Atención = Control También debemos usar el cuerpo a la hora de adoptar un estado de certidumbre. En cualquier negociación, la persona que está más segura se suele llevar la mejor parte del trato. Mientras que la otra persona sigue intentando construir un estado de certidumbre cuando entras por la puerta, tú te habrás asegurado de haber alcanzado tu punto máximo antes de entrar. La mayoría de las personas intentan ganar seguridad teniendo más éxito. Subconscientemente piensan que, a mayor éxito, más certidumbre. Sin embargo, lo cierto es que es la certidumbre la que conduce al éxito. El lenguaje corporal es crucial a la hora de comunicarnos con los demás. Se estima que tardamos entre tres y siete segundos en juzgar inconscientemente a alguien a quien vemos por primera vez. Puede ser alguien que nos guste, alguien con quien estamos cerrando un trato de negocios o alguien a quien conocemos en una fiesta. Nuestra respuesta inicial determina lo cómodos que nos encontraremos con la persona en cuestión, que o bien nos transmitirá una sensación de dolor o de peligro o bien nos hará sentir bien. Así, adaptamos las emociones, el lenguaje, la postura corporal y el tono de voz a esa percepción inicial. La señal más importante en ese primer contacto es (¡exacto!) la sonrisa. La zona de la boca es la primera impresión que recibimos y la sonrisa transmite una actitud feliz y amistosa. Hay sonrisas de dos tipos: las genuinas y las falsas. Estoy seguro de que sabes de lo que hablo cuando digo «las falsas», porque las reconoces en los demás. ¿Sabes qué? Los demás también las reconocen en ti. Una sonrisa genuina activa los músculos superiores del rostro además de la boca. Las falsas suelen activar solo la boca, los ojos y los músculos superiores del rostro no intervienen; también acostumbran a ocultar los dientes. ¡No sonrías falsamente cuando conozcas a alguien! La investigación ha demostrado que la mayoría reconocemos inconscientemente la sinceridad de las sonrisas mirando la parte superior del rostro. Eso significa que usar todos los músculos faciales a la hora de sonreír puede marcar una gran diferencia en ese contacto inicial. La fisiología de la sonrisa también es extraordinaria. Cuando sonríes, el organismo segrega endorfinas que envían un mensaje a tu cerebro. El mensaje es que se ha de sentir bien, seguro y satisfecho. Intenta sonreír de forma genuina ahora mismo y suscitar tristeza al mismo tiempo: verás lo difícil que te resulta. Los bebés aprenden a sonreír cuando alguien les sonríe, por lo que la sonrisa está programada en casi todas las personas con las que entramos en contacto. Cuando sonríes a alguien y este te devuelve la sonrisa, su organismo empieza a segregar endorfinas. El mensaje inconsciente que recibe es que esa persona (o sea, tú) hace que se sienta bien. ¡Voilà! Así, cuando nos sonreímos a nosotros mismos, nos decimos: «Eh, esta persona me hace sentir bien». Te darás cuenta de que tienes la capacidad de crear y de controlar tus propias emociones, incluso en momentos que podrían resultar perturbadores. Es lo que los triunfadores hacen para cambiar de actitud inmediatamente y crear una mente más clara que les permita encontrar algo más positivo en lo que centrarse. Una vez, hablando con un amigo al que hacía tiempo que no veía, le pregunté qué tal le iba el trabajo y, sin más, empezó a bombardearme con quejas. Parecía llevar años esperando a que alguien le hiciera esa pregunta. La voz se le hizo más grave, encorvó la espalda, frunció el ceño; sonaba agotado y rezumaba odio hacia la vida. Yo sabía que había planeado unas vacaciones con algunos amigos comunes, así que decidí cambiar de tema y preguntarle acerca del viaje. Fue como si el cielo se hubiera abierto y el sol lo hubiera iluminado de repente. Su estado de ánimo se transformó al instante. Se enderezó en la silla, empezó a hablar con voz más fuerte y segura, a sonreír, y toda su actitud cambió. Fue como si estuviera hablando con otra persona. Decidí explicarle lo que acababa de hacer y se quedó sorprendido. Es tan habitual que solemos pasarlo por alto. Le dije que usara ese mismo lenguaje corporal cuando estuviera en el trabajo o cuando hablara de él y que así activaría un estado de ánimo diferente. Me llamó dos días después pare decirme que había tenido el mejor día de trabajo en seis meses. Se había dado cuenta de que era la actitud que él mismo llevaba a la oficina la que determinaba cómo se desarrollaba la jornada. Siempre había podido controlar cómo percibía su día, pero necesitó que alguien se lo hiciera ver. Estoy seguro de que conoces a alguien que ha tenido éxito en la vida, así que quiero que pienses en esa persona durante unos instantes. Cuando hablo de éxito, no me refiero al dinero, sino a la vida en general. Seguro que no hablan con voz lastimera, encorvan la espalda, miran al suelo ni arrastran los pies. Están llenas de energía y de seguridad en sí mismas, caminan con la espalda erguida y la cabeza bien alta y hablan con convicción y certidumbre. No te engañes pensando que uno solo se puede mostrar así cuando tiene éxito. Mostrarte así desde el principio es precisamente lo que crea el éxito, es lo que hace líderes a las personas. Cómo te presentas en tu vida cotidiana es crucial para el éxito. Las mentes estrechas se lamentan todo el día y solo viven porque nacieron. Los ganadores saben que nacieron para VIVIR. EL EQUILIBRIO La vida, como todo lo demás, necesita equilibrio. Sin equilibrio, todo parece fuera de lugar y nada funciona. Hacer mucho de algo sin que haya otras cosas que lo equilibren acaba quemándonos. Si alguna vez has ido al gimnasio y te lo has tomado muy en serio, sabrás que, a no ser que lleves una vida equilibrada, ese entusiasmo inicial no dura mucho. Si solo te centras en el cuerpo, el resto de las facetas empiezan a decaer. Quizás consigas tener un cuerpo fantástico, pero las otras áreas de tu vida se convertirán en un lastre y al final es muy posible que vuelvas al punto de partida. Lo mismo sucede con el resto de las cosas. Cuando se trata de la conducta, has de mantener un equilibrio. Sé que todos nos hemos encontrado con personas que no hacen más que ensalzarse a sí mismas y proclamar que harán grandes cosas en la vida, pero cinco años después siguen exactamente en el mismo sitio. Debemos encontrar un equilibrio entre lo que pensamos, lo que decimos y las acciones físicas que emprendemos. Si decimos algo, pero pensamos lo contrario, jamás seremos capaces de realizarlo tal como lo hemos verbalizado. Si físicamente actuamos de una manera, pero no hablamos de forma congruente, no podremos crearlo. Si pensamos de una manera concreta, pero no actuamos o hablamos en consecuencia, tampoco podremos crearlo. Has de pensar en el éxito, hablar del éxito y actuar con éxito. Entonces, tu capacidad para crear te dejará asombrado. Una vez que alcances este equilibrio, tu crecimiento despegará inmediatamente. Si crees que el pensamiento positivo basta para transformar la vida, puedes esperar sentado. Si no actúas en consecuencia, jamás conseguirás lo que quieres. Todo empieza con un concepto mental, pero creamos mediante el equilibrio. El «desafío del megaestado» que encontrarás más adelante en este libro es crucial para alcanzar ese equilibrio. También te ayudará a controlar las emociones, que son la base de todas las decisiones que tomamos. Cuando alineamos nuestras acciones mentales, verbales y físicas con lo que queremos, creamos tal como nos lo proponemos. 13 EL MIEDO: ¿AMIGO O ENEMIGO? «Son demasiadas las personas que buscan la seguridad en lugar de la oportunidad. Es como si les asustara más vivir que morir.» JAMES F. BYRNES De niño, si te despiertas dado vueltas en la cama pasas unos momentos de temor. Nada parece igual. De repente, el sitio donde duermes todas las noches parece distinto, todo está fuera de lugar y el pánico empieza a inundarte. Sin embargo, cuanta más atención prestas, más sentido empieza a cobrar todo a tu alrededor. El alivio se impone y te das cuenta de que nunca habías tenido nada que temer. Para poder hacer las paces con el miedo, tenemos que prestar atención y mirar de cerca. Durante toda la vida nos bombardean con la idea de que el miedo es el enemigo y de que, por lo tanto, debemos evitarlo a toda costa. Estoy aquí para decirte que, de hecho, el miedo es el mejor amigo que algunos hemos tenido jamás. El miedo tiende a enviarnos mensajes inconscientes que pueden mejorar nuestra vida. Tal como haría un buen amigo, nos dice que espabilemos y que nos pongamos las pilas. Quizás se trate de un área en la que flojeamos y el miedo nos recuerda que no deberíamos abandonarla y dejarla así. Es como una alarma de éxito que nos dice: «Si no me escuchas con atención ahora, no podrás obtener lo mejor de la vida». Si nunca tenemos miedo, es que nunca nos arriesgamos. El miedo también nos dice que sucede algo importante. Debemos ahondar en la emoción y escuchar atentamente lo que tenga que decirnos. Una vez que lo hayamos hecho, podremos ver un camino nuevo desde el que actuar contra él. Cuanto más nos esforcemos en reprimir el miedo en lugar de usarlo en nuestro favor, más gasolina estaremos echando al fuego. Alimentaremos el incendio y el miedo. Mientras escribía este libro, temía que mi forma de escribir no fuera la correcta. Hubo momentos en los que creí que estaba perdiendo mi toque y me empecé a preocupar. Supe que tenía que cuestionar rápidamente esa emoción y empecé a indagar. Descubrí que tenía miedo porque no sabía si el libro funcionaría con personas de distinta procedencia. Quería adaptarlo a todo el mundo, independientemente de su situación económica, religiosa o social. Sabía que tenía que alinearme con el miedo que, tal como haría cualquier buen amigo, me recordaba que había llegado el momento de elevar mis expectativas. Acudí a personas de distinta procedencia y situación social y les di a leer el mismo capítulo, el de las preguntas, y todos se quedaron fascinados. Ese fue el potente resultado de llegar hasta lo más profundo de la emoción. El miedo consiste en mirar algo y pensar en el peor resultado posible. ¿A la gente le dan miedo las serpientes o más bien tienen miedo a que una serpiente les muerda? ¿Tienen miedo a los edificios altos o más bien a caerse desde la azotea? ¿Tienen miedo a emprender o más bien al fracaso? ¡Tenemos miedo a resultados imaginarios! Las tres primeras preguntas que me plantearía son: «¿A qué tengo miedo en realidad?», en lugar de pensar «Tengo miedo». 2. «¿Cómo puedo verlo de otro modo y qué otras creencias necesitaría instaurar para que mejorara mi vida? ¿Tendría que creer que superar este miedo es la única manera de conseguir lo mejor en esta vida?». 3. «¿Cómo puedo usarlo para pasar a la acción y contribuir a mi propio crecimiento?». 1. De nuevo, se trata de un proceso en el que nos planteamos preguntas profundas y no nos limitamos a aceptar la situación. Es así como crecemos y superamos nuestras propias expectativas. Imagina que tienes una reunión importante el lunes a las tres de la tarde. Cuando llega el día, sales de la ducha y te das cuenta de que ya son las tres menos veinte. Sientes cómo el miedo te empieza a embargar, porque acabas de perder el autobús. Ni todo el pensamiento positivo del mundo hará que llegues a tiempo al próximo autobús, que pasa a las tres menos cinco, así que ahora usas el impulso que te da el miedo para pasar a la acción inmediatamente. Llamas a un taxi y te pones en marcha. El miedo te ha enseñado, además, que la próxima vez tienes que organizarte mejor. Es un ejemplo muy simple, pero muy habitual en nuestra sociedad. Básicamente, si no nos alineamos con el miedo en la vida cotidiana, no aprenderemos jamás, y ya hemos visto que el aprendizaje es crecimiento. No te resistas al miedo, ¡aprovéchalo! «Con cada experiencia en la que te detienes a mirar al miedo a la cara ganas fuerza, valor y seguridad en ti mismo. Tienes que hacer lo que crees que eres incapaz de hacer.» ELEANOR ROOSEVELT Tienes que darte a ti mismo razones contundentes por las que quieres superar un miedo en concreto. Esto añadirá propósito a tu resolución. Repasa mentalmente y con gran intensidad todos esos motivos cada vez que el miedo haga su aparición. Si tenemos miedo a las serpientes y el sentido común nos dice que ahora no hay ninguna cerca, ¿significa eso que no nos asustará pensar en ellas? Sí, por supuesto que nos asustará, porque el miedo está en nuestra mente. Tenía una clienta a la que se le saltaban las lágrimas cada vez que sus amigas le decían: «¿Cómo estásssss, Jessss?». Aunque pueda parecer un chiste, con solo oír sonidos parecidos al siseo de las serpientes se ponía a temblar como una hoja. Si reforzamos mentalmente los motivos por los que queremos superar el miedo, interrumpimos la pauta neurológica y adoptamos un estado distinto. Sorprendentemente, condicionar otra respuesta no requiere mucho tiempo; he visto desaparecer hábitos, miedos y fobias en cuestión de una semana. Parece muy sencillo, pero ¿cuántas personas se toman el tiempo necesario para hacerlo? No muchas, te lo aseguro. Y se repiten a sí mismas que estas cosas no funcionan, porque no creen en la rapidez con que pueden transformar su vida. FRENTE AL MIEDO La seguridad en uno mismo es confianza en uno mismo. Y la única manera de construir confianza es enfrentarse a los miedos y superarlos. Siempre he dicho que tenemos dos caras: la temerosa y la inspiradora. La temerosa es la débil y, ante el miedo, se echa a temblar, cree que la vida está a punto de terminar y busca la vía de escape más próxima. La inspiradora intenta ayudarnos y dice: «No te vas a ningún sitio. Ven conmigo». Te lleva a rastras si es necesario y te obliga a mirar al miedo a la cara. La pregunta es: ¿cómo podemos capacitar y desarrollar la cara inspiradora y debilitar la otra? Tenemos que contraatacar al miedo de todas las maneras posibles. Todos sabemos que cuando damos de comer a un bebé no le metemos por la garganta dos bistecs para asegurarnos de que recibe el alimento necesario. El objetivo es ir adquiriendo fuerza poco a poco, así que actúa en cuanto el miedo haga su aparición, pero no te destruyas en el proceso. Por ejemplo, pensemos en una cinta de correr. La mayoría considerarían que correr sobre una cinta es trabajoso, demasiado difícil, algo de lo que avergonzarse o una pérdida de tiempo. Para cambiar de actitud, antes debemos cambiar nuestro sistema de creencias. Empezaríamos por ver la cinta de correr como algo muy agradable. Representaría una vida saludable, un cuerpo en forma, seguridad, fuerza, algo imprescindible para tener éxito y un paso que nos acerca a cumplir nuestra lista de deseos. Lo más importante es hacerlo poco a poco, así que podrías empezar por caminar sobre ella. Es otra manera de hacer las cosas. La mayoría mirarían la máquina y pensarían automáticamente en correr, lo que provocaría una situación ridícula y más dolor, pero si pensamos en caminar, de repente ya no parece tan complicado. Si te pasas de frenada la primera vez, puedes sufrir un shock y sentir aún más dolor. Si lo haces de forma gradual, la próxima vez que la voz temerosa te diga que salgas huyendo te parecerá más divertido y más deseable. Querrás superar tus límites y serás mucho más fuerte cuando te enfrentes a tu faceta limitante. «El valor no es la ausencia de miedo, sino la decisión de que hay algo más importante que el miedo.» JAMES NEIL HOLLINGWORTH, conocido como Ambrose Redmoon El miedo es también una emoción física, por lo que tenemos que contrarrestarla con el cuerpo y adoptar un estado de certidumbre. Sabemos que también es física porque sentimos el miedo en todo el cuerpo, por lo tanto, tienes que activarte físicamente y con gran intensidad cuando te enfrentes a él. Puedes aplicar esta norma a cualquier miedo al que te enfrentes, porque has de aprender a usar la fuerza que hay en tu interior. La cuestión no es si la fuerza está ahí o no, sino cómo recurrir a ella. A medida que pase el tiempo y la vayas alimentando, te darás cuenta de que lo que te da miedo es conformarte con la vida que antes te hacía desdichado. El mero hecho de pensar en esa posibilidad hará que actúes aún con mayor contundencia, porque no hay nada que dé más miedo que vivir una vida que no deseas una vez que has creado una visión inspiradora de lo que realmente quieres. 1. 2. 3. Pregúntate cómo has superado los miedos en el pasado. ¿Qué hiciste? ¿Con quién hablaste? ¿Quién más ha estado en una situación parecida y la ha superado? Cambia tus creencias en relación con una experiencia u objeto concretos. Añade valor al hecho de conseguirlo y haz que te resulte placentero. Mantén la atención en el resultado deseado. Así transformarás el miedo en entusiasmo. 4. Contrarresta el miedo inmediatamente. Usa el cuerpo para adoptar un estado distinto que lo combata. Pon por escrito todas las cosas que lograrás cuando superes ese miedo. Mantén la mirada fija en esos beneficios. Tus miedos se transformarán en desafíos, y los desafíos, en entusiasmo. EL MIEDO AL ÉXITO «En Microsoft hay muchísimas ideas extraordinarias, pero la imagen es que todas vienen de arriba. Pues no es así.» BILL GATES La gente, cuando habla de atletas de élite, de personas que tienen grandes fortunas o de otras que tienen una relación de pareja extraordinaria, suele decir cosas como: «Ya nació con un palo de golf en la mano» o «Siempre ha sido una mujer de negocios inteligente». Sé lo que me digo, porque yo solía hacerlo. Lo decimos como si esas personas no hubieran tenido elección. De algún modo, intentamos creer que estaban destinadas a ello y que, hubieran hecho lo que hubieran hecho en la vida, habrían acabado así. No concibo cómo es posible que mantengamos posturas tan ignorantes cuando vemos la pasión con la que esas personas construyen su éxito. Si eres una de las personas que piensa así, en lugar de seguir engañándote a ti mismo y creer que las personas que tienen éxito son muy distintas a ti, te insto a que mires al miedo a la cara y te demuestres lo contrario. Las personas que rinden por debajo de su verdadera capacidad aluden a los pocos casos de personas que lo han tenido siempre muy fácil y las usan como excusa cuando oyen hablar del éxito de los demás. Por ejemplo: «Es lo que tiene tener padres ricos», «Han tenido mucha suerte» o «Lo hizo en un momento en el que era posible hacer realidad ideas nuevas». Todos sabemos que eso no es más que un intento de ocultar que no están pasando a la acción en su propia vida. ¡Es mentira! Ahora hay más millonarios jóvenes, innovadores y hechos a sí mismos que en ningún otro momento de la historia. En el mundo de las finanzas se está empezando a decir que «el milmillonario es el nuevo millonario». Hay que ser muy valiente y muy sabio para reconocer el gran esfuerzo y la enorme determinación de la gente que tiene éxito en la vida. Si reconoces esa verdad, te será más fácil respetar las reglas del juego. Incluso te ayudará a entender que no eres el único que ha encontrado, y encontrará, dificultades por el camino, y eso resulta inspirador. «Que unos pocos logren un gran éxito demuestra que todos los demás pueden conseguirlo también.» ABRAHAM LINCOLN Soy culpable de haber quitado mérito a personas de éxito en el pasado, pero ahora me doy cuenta de que mis pensamientos limitantes eran fruto de mi miedo al éxito. Jamás creí que pudiera hacer cosas extraordinarias, por lo que huir era más fácil que enfrentarme a la verdad. Al final, acepté que la diferencia entre las personas que lograban grandes cosas y yo era que ellas habían superado esa visión limitante. ¿Nacieron ya programadas para desarrollar esa mentalidad tan poderosa? ¿Su viaje fue un camino perfecto? Algunos de los casos que conozco han pasado experiencias duras que jamás desearíamos para nosotros. Vivimos en el mismo mundo y tenemos las mismas capacidades. Piensa en Tiger Woods. Dejando a un lado sus peripecias fuera del campo de golf, es innegable que es el mejor en lo suyo. ¡Me refiero al golf! Cuando tenía cinco años, apareció en el programa televisivo That’s Incredible! y afirmó que cuando tuviera veinte sería uno de los mejores golfistas de la historia. ¿Crees que en algún momento de su vida perdió de vista esa imagen? No. Mantuvo esa visión frente a todas las dificultades que fueron apareciendo y siguió creando su realidad de acuerdo con ella. Estamos ante un hombre que ha hecho unos esfuerzos increíbles para llegar a donde ha llegado. Incluso le pedía a su padre que adoptara un estilo militar durante los entrenamientos: lo tenía siempre encima, hacía ruidos fuertes y molestos cada vez que iba a lanzar y hacía todo lo que podía para distraerlo cuando más concentrado debía estar. Al final de ese intensísimo programa, Woods ya no se inmutaba ante esos aspavientos y su padre le dijo que había completado el entrenamiento, que ahora era el golfista con la mente más fuerte de todo el planeta. ¡Tenía razón! Woods era tan consciente de la importancia del entrenamiento mental que contrató a un coach. El doctor Jay Brunza hacía que se sentara y se visualizara haciendo lanzamientos perfectos una y otra vez (es la misma técnica de visualización de la que ya hemos hablado en este libro). Woods construyó un sistema de creencias absoluto en torno a su éxito. ¿Quién nos dice que no hay por ahí cincuenta o incluso mil golfistas que podrían ser mejores que Tiger Woods? Quizás sea así, pero lo que debemos preguntarnos es si lucharán por su visión o si permitirán que el miedo les impida alcanzar el éxito. No hay que temer a la vida ni resistirse a ella. Tenemos que abrirle los brazos, ser los mejores que podamos ser y vivir la vida que nos atrevemos a soñar. Vemos los efectos del éxito en las personas que lo alcanzan, como el dinero que se gastan, su modo de vida... y, sin embargo, muy pocas veces dedicamos el tiempo necesario a averiguar cómo lo han conseguido. Pasamos por alto que esas personas son hombres y mujeres normales que, un día, decidieron explotar su verdadero potencial. Nos olvidamos de todo lo que hubo antes del éxito: la persistencia, las visiones motivadoras, la pasión y la fuerza que tuvieron que desplegar. Tuvieron que condicionar todos esos factores. Tal como dijo una vez Albert Einstein: «No soy particularmente inteligente y no tengo un talento especial. Lo que sucede es que soy muy muy curioso». Oprah Winfrey sufrió abusos sexuales y se crio en una familia muy pobre, pero tenía tal pasión por la vida que solo pudo vivirla de la mejor manera que podía concebir. Los chicos de Google son otro ejemplo de personas que desafiaron las expectativas; empezaron en el garaje de casa como una pequeña empresa que quería competir con Yahoo!, el gigante de la época. Parece casi imposible que alguien pueda lograr tanto en una sola vida, no digamos ya en unos cuantos años. Llegaron a un punto en sus vidas en el que decidieron no conformarse y emprendieron la búsqueda de sus sueños, superando los obstáculos que encontraron en el camino. Cuando te comprometes así, el mundo sonríe contigo y te ofrece oportunidades con las que ni siquiera habías soñado. No tienes por qué querer ganar miles de millones de dólares, depende de ti decidir qué te hace feliz. Solo debes saber esto: fijarte en algunas de las personas de más éxito del mundo es la mejor manera de empezar a obtener lo que quieres. He estudiado y me he reunido personalmente con algunas de esas personas y es evidente que hay pautas que se repiten. Todos dejaron de pensar, hablar, actuar y creer que no tenían un propósito definido en este mundo y empezaron a investigar cómo añadir valor a sus vidas. Aprendieron a usar el miedo para crecer, estudiaron lo que habían hecho otros que habían alcanzado el éxito antes que ellos y vivieron siguiendo exactamente las mismas estrategias y valores sobre los que estás leyendo ahora, en lugar de asustarse y huir. Es importantísimo valorar el éxito de los demás si queremos conseguir el nuestro. Los celos o el escepticismo no harán más que impedir que llegues a entender las cualidades que posees. Debemos observar a esas personas y descubrir qué hicieron que era distinto a todo lo demás. En cuanto empieces a dudar de ellos o a creer que fue cuestión de suerte o una casualidad, volverás a caer en la mediocridad. Cuando empieces a hacerte preguntas y a sentir curiosidad por su éxito, pasarás a formar parte de la minoría de personas que lo alcanzan de verdad. «Todo el que triunfa en cualquier empresa ha de estar dispuesto a cortar todas las vías de retirada. Solo de este modo podrá estar seguro de mantener ese estado mental conocido como anhelo ardiente de victoria que es esencial para el éxito.» NAPOLEON HILL 14 MOLDEA TU PROPIO DESTINO: EL RETO DE LOS SIETE DÍAS PARA ALCANZAR EL MEGAESTADO MEGAESTADO = MENTAL + VERBAL + FÍSICO Es crucial que tengas la habilidad de cambiar inteligente y rápidamente tus sentimientos en momentos de dificultad emocional. Ha llegado el momento de subir el listón y pasar a una gran acción. Aplicarás a tu vida cotidiana las tareas que encontrarás a continuación, y no digas que no tienes tiempo. Recuerda que al principio del libro has firmado un contrato en el que afirmas estar dispuesto a cambiar. Si no quieres pasar a la acción, cierra el libro y devuélvelo a la estantería. Nadie puede ayudarte a no ser que estés dispuesto a ayudarte a ti mismo. Si quieres alcanzar la excelencia, haz que suceda. Mírate en el espejo y repite diez veces la frase siguiente durante las próximas siete mañanas. Asegúrate de que lo haces con voz contundente, con emoción, con ademanes físicos y con convicción, hasta alcanzar un megaestado de certidumbre. «Mi estado mental, las emociones que decido sentir y las acciones que emprendo cada día me permiten modelar toda mi vida. Sean cuales sean las dificultades con que me encuentre durante los próximos siete días, mi alma mostrará y dirigirá toda mi fuerza hacia el éxito. Me capacitará para que lo haga siempre. Puedo conseguir lo que me proponga en la vida.» Haz esto cada mañana durante los próximos siete días para demostrarte el compromiso que has adoptado contigo mismo. Concretará lo que estás haciendo y condicionará inmediatamente tu estado. Todas las personas con vidas extraordinarias son capaces de transformar su estado en un instante. Esa es la ventaja que tienen sobre las masas. ¿Hay algo más valioso que tu vida? ¿Qué estás dispuesto a hacer para mejorarla? ¿Estás comprometido de verdad con cambiar su curso para siempre? ¿Te dice tu verdad que lo que haces ahora ya es suficiente? Da igual lo mucho que estés haciendo para capacitar tu vida: nunca es suficiente. En cuanto piensas que ya has hecho lo suficiente dejas de crecer. Tarea 1 Dirigir la atención «Como las creencias son de una importancia crucial, debes cuidar tus pensamientos. En cuanto a tus creencias, se verán modeladas en gran medida por las cosas que observes y pienses, por lo que es fundamental que dirijas la atención con sabiduría.» WALLACE D. WATTLES INSTRUCCIÓN: sé consciente de tus pensamientos y redirígelos con inteligencia. DURACIÓN: días 1, 2 y 3. DESCRIPCIÓN: ya has aplicado grandes cambios mediante las tareas anteriores, pero ha llegado el momento de subir de nivel. Cuando empieces a pensar en algo que te entristece, te preocupa o te estresa, recuerda que solo es así porque has decidido centrar la atención en un determinado punto, por lo que debes cambiarlo inmediatamente. Debes analizar cómo afectan a tu éxito cada uno de tus pensamientos. Una vez que hayas reflexionado acerca de la influencia que ejercen, en lugar de limitarte a pensarlos, apagarás el piloto automático y podrás mejorar tu vida. Ser consciente del poder que tienen los pensamientos es crucial a la hora de alcanzar la felicidad y de obtener lo que te hayas propuesto. Es la única manera de que puedas empezar a forjar una mentalidad como la de las personas de más éxito de la historia. No rumies demasiado acerca de los pensamientos que te descapacitan, limítate a desbloquearlos con tanta fuerza como puedas y sustitúyelos por algo que te encante, algo que te haga feliz o algo que te entusiasme o te realice. Proyectar la visión deseada que has construido para ti mismo o para algo que valoras de verdad es una manera fantástica de cambiar de enfoque y de emoción inmediatamente. Aunque pienses que no deberías, no importa, ¡tienes que hacerlo! Si hay un secreto para la plenitud y el logro verdaderos es ser capaz de controlar la mente. Me da igual lo que tengas que hacer para sacarte la idea de la cabeza. Grita, hazte saber que ese pensamiento no controlará tu vida ni un instante más y repite una y otra vez el pensamiento nuevo. Un día, mi tía me oyó gritar desde fuera de casa y pensó que había enloquecido. Me dijo que sonaba como un león que llevara una semana sin comer. Me gustó la comparación porque pensé que el hambre de éxito que sentía era así. No te equivoques, la agresividad positiva no es lo mismo que la ira. Está bien que seas enérgico contigo mismo y hay situaciones complicadas en las que serlo es absolutamente necesario. Da igual lo que sea o lo difícil que te parezca, tienes que luchar. Repite que todo irá bien, que todo está en tu mente, y tendrás control pleno sobre ti mismo en todo momento. Siempre hay otra manera de mirar las cosas. Decides cómo te sientes cuando decides lo que piensas. Dile a tu mente que ahora mandas tú y que no permitirás que se desvíe. Para determinar si un pensamiento ejerce o no un efecto perjudicial sobre tu vida, has de estudiar la emoción de la que ha surgido. Siempre debes tener al ejército de guardia frente a la entrada de tu mente. Por ejemplo, si piensas «No puedo», repite inmediatamente «Sí que puedo, sí que puedo» una y otra vez, cada vez con más fuerza. Así entrenarás a tu mente (recuerda que lo que sucede en tu mente determina los resultados que obtienes en la vida). Debes mantener la atención fija en la nueva dirección que has decidido tomar. Al cabo de una semana, empezarás a notar que los pensamientos negativos pierden fuerza con tan solo ser consciente de ellos. La atención adecuada no aparece por arte de magia, tienes que dirigirla y activarla con intensidad. Tarea 2 Cambia de vocabulario y de lenguaje corporal «Una palabra de ayuda a alguien que tiene problemas puede ser como un cambio de agujas en una vía de ferrocarril: supone la diferencia entre un accidente o un buen viaje.» HENRY WARD BEECHER INSTRUCCIONES: controla las palabras que pronuncias y tu lenguaje corporal. DURACIÓN: días 4, 5, y 6. DESCRIPCIÓN: ya hemos hablado de la importancia del lenguaje. Ahora has de prestarle atención y desviarlo conscientemente hacia las opciones capacitadoras. Repasa la lista de opciones del apartado «Conducta verbal» (p. 154) y úsala como guía. Durante estos tres días, no habrá ninguna connotación negativa ni ninguna palabra limitante. Habla con seguridad y entusiasmo. Cada vez que digas «No puedo, imposible, estoy agotado, es demasiado difícil», corrígete inmediatamente. El mero hecho de prestar atención al lenguaje que usas te ayudará a romper con las pautas antiguas y a transformar las emociones que sientes durante todo el día. Este sencillo ejercicio mejorará drásticamente tu día. Cuando alguien se queje, no te unas a la queja. Los resultados que obtendrás al cabo de una semana te harán reír a carcajadas y te preguntarás por qué hasta ahora habías decidido moldear tu vida a base de discusiones. Evita las malas noticias de la televisión o de los periódicos y cualquier otra cosa que pueda implantar pensamientos negativos durante la duración del ejercicio. Así no podrás hablar con nadie de estos temas tan emocionalmente agotadores, a no ser que los uses en tu beneficio o en el de los demás. Te obligará a pensar en cosas inteligentes de las que hablar, algo muy importante si quieres una vida feliz. Todo esto es válido también para la postura corporal que vas a adoptar durante los próximos tres días. Cuando eres humilde, pero al mismo tiempo estás seguro de ti mismo, te conviertes en una locomotora. No seas egocéntrico ni hables como si te hubieran metido un palo por el trasero, porque es muy posible que logres justo lo contrario de lo que quieres conseguir. No hace falta hacer un máster para aprender a adoptar una postura que transmita seguridad en uno mismo. Si no eres consciente de tus acciones, jamás tendrás éxito ni te sentirás realizado. Emprende tantas acciones físicas como te sea posible para realizar uno de los puntos de tu lista de deseos. Correos electrónicos, llamadas, búsquedas en internet o hablar con gente son ejemplos de acciones físicas. Se irán acumulando. Tarea 3 Diviértete con la fe No esperes a tener experiencias. ¡Créalas! INSTRUCCIÓN: da ese salto de fe y haz algo que nunca hayas hecho antes. DURACIÓN: día 7. DESCRIPCIÓN: ¿Estás preparado para empezar a explorar? Esta es la tarea en la que transformas el miedo en entusiasmo y exploras tu capacidad para enriquecer tu experiencia vital. Se trata de un ejercicio tan importante que es absolutamente imprescindible que lo hagas. Haz algo que siempre hayas querido hacer o piensa en algo nuevo. Puenting, paracaidismo, patinar sobre hielo, improvisación teatral, clases de cocina, conducir un kart, pintar, hablar con esa persona del trabajo o de la cafetería que parece tan simpática, enviar uno de tus relatos cortos a una editorial, ir al gimnasio, escalar... cualquier cosa que se te ocurra. Si tienes sesenta y cinco años y crees que eres demasiado mayor para una batalla de paintball, ¡no es cierto! La última vez que participé en una me enfrenté a un jugador de esa edad y solo diré que me dio una buena paliza. El señor tenía muy buena puntería... por no mencionar al grupo de chicas que también acabó conmigo. Lo que quiero transmitirte es que no hay excusas, solo miedo. Así que, déjalo en casa por un día y haz algo que te electrifique el alma. Sea lo que sea, si te lleva más allá de tus límites, hazlo. Nos quedamos tan atrapados en la rutina que nos olvidamos de vivir. Experimentamos las mismas emociones un día tras otro, pero, si quieres crear felicidad en tu vida, tienes que mantener el entusiasmo y tener algo a lo que aspirar. Enfréntate a este desafío y, sobre todo, ¡disfrútalo! 15 LAS CUALIDADES QUE IMPULSAN AL ÉXITO «Educar la mente sin educar el corazón no es educar en absoluto.» ARISTÓTELES Hay demasiada confusión acerca del concepto de logro y de la palabra «éxito». La historia nos ha demostrado en innumerables ocasiones que la idea de éxito que mantienen muchas personas es un mito. En febrero de 2010, un amigo me llamó para contarme que el famoso diseñador de moda Alexander McQueen se había ahorcado en su casa. Tenía dinero, tenía fama... ¿qué motivos podía tener para suicidarse? Y él es solo uno de tantos. Edwin Armstrong, inventor de la radio FM, en 1954; Pierre Bérégovoy, ex primer ministro francés, en 1993; Kurt Cobain, autor, compositor y cofundador de Nirvana, en 1994; Robin Williams, actor y cómico, en 2014. Y la lista continúa. Todos ellos se quitaron la vida. ¿Y qué hay de la infinidad de actores, atletas y artistas famosos que son adictos a las drogas y sufren un verdadero tormento emocional? Pero también hay muchos otros que sí tienen todo en la vida: plenitud y grandes logros. ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? Los primeros buscaron el éxito en sus logros; los segundos reconocen que el éxito está en quiénes son y en cómo viven sus vidas, no en lo que tienen. Lo cierto es que podemos lograr cosas un día tras otro y no sentirnos realizados. Quizás quieras tener éxito criando a tu hijo, en tu forma física, en tu economía o en tus relaciones con otros, en un área concreta de tu vida o en todas. Lo que quiero que entiendas es que el éxito no está en nada ajeno a ti y que jamás debes entenderlo como algo que debes perseguir. No está en un Ferrari, en una mansión o en ninguno de los logros que acabo de mencionar. Al igual que seguramente ya te haya sucedido con algo que hayas comprado o algo que hayas deseado específicamente, la sensación no durará. Todas las personas que definen el éxito de acuerdo con deseos externos acaban preguntándose: «Entonces, ¿era esto? ¿Y ahora qué?». Estoy seguro de que te ha pasado alguna vez y puedes tener la seguridad de que siempre será así. Necesitas sentido y profundidad en tu vida. El verdadero éxito consiste en descubrir el enorme poder que guardas en tu interior, quién eres y la actitud con la que te enfrentas a la vida a diario. Una vez que lo hayas entendido, todo lo demás fluirá. El éxito ha de llegar mucho antes de que puedas hacer realidad todos esos deseos materiales. Cuando hayas alcanzado el verdadero éxito y empieces a vivir una vida fantástica, el resto de las cosas irán apareciendo como si fueran las guindas de un maravilloso pastel. Si alguien te las arrebata por algún motivo, no pasará nada, porque el pastel ya está completo. Es muy importante que te des cuenta de que el éxito te permite conseguir todo lo que quieres, no al revés. Cuando no estamos en paz, nada tiene sentido. Durante años, la gente ha considerado el dinero una medida de éxito. Recientemente, el concepto de éxito ha adoptado un significado completamente distinto; cada vez más personas se esfuerzan para alcanzar el éxito verdadero y se centran en la plenitud. Rodeados de tantas presiones externas y sometidos a la exigencia de las sociedades que avanzan con rapidez, ahora buscamos un éxito de calidad. Obviamente, el nivel de logro depende de los anhelos concretos de cada uno. El tiempo no se detiene, por lo que siempre aspiramos a pasar al siguiente nivel en nuestras vidas. Anclar el éxito en cualidades importantes hará que avancemos en círculos esperando sentirnos realizados algún día. No te equivoques: que alguien obtenga resultados extraordinarios no significa que tenga éxito. En esencia, el éxito es plenitud, es ese conocimiento profundo de nosotros mismos. Todos perseguimos sueños distintos, pero todos perseguimos el equilibrio. Por eso me he dedicado a investigar, para descubrir y encontrar las cualidades que impulsan al éxito: CIE. CIE es el proceso de eliminar la negatividad interior para poder atraer y crear de un modo más inteligente. Si permitimos que sea el término «éxito» el que nos impulse, nos arriesgamos a perdernos por el camino y a seguir trabajando por algo que, en realidad, jamás nos llenará. Nunca permitas que sea el concepto de éxito lo que mejora tu calidad de vida; han de ser las cualidades de tu vida las que mejoren el éxito. Es como querer construir una buena casa sobre cimientos débiles. Nunca será estable, pero, sobre todo, nunca será buena. Las cualidades son los cimientos sólidos. Cuando te encuentres con dificultades en tu camino, la solidez de tus cimientos te demostrará que puedes resistir la presión. He usado estas cualidades para atraer las experiencias más maravillosas, descubrir conocimientos ocultos, reforzar la persistencia y ascender al siguiente nivel de logro. Son muy potentes. Y lo mejor es que todos las traemos de serie, accesibles y listas para actuar. No seas una de esas personas que caminan a ciegas por la vida creyendo que tienen que aprender a ser pacientes, a amar, a ser fuertes o a descifrar la verdad. Ya cuentas con todas esas cualidades que estabas buscando, siempre han estado en tu interior. De ti depende usarlas o no. 1. EL AMOR: LA CUALIDAD DE LAS CUALIDADES «Un cobarde es incapaz de amar; hacerlo está reservado a los valientes.» MAHATMA GANDHI Dicen que el amor puede adoptar múltiples formas. También dicen que nos puede volver locos. ¿De verdad puede el amor hacer todo eso o es posible que estemos empañando la reputación de esa emoción divina? Creo que el amor solo adopta una forma, la de su estado más puro. Una vez alguien aludió a las «múltiples formas del amor» cuando explicaba la historia de un hombre tan obsesionado con su exnovia que la acosó durante tres años. El amor no impulsa esas acciones: jamás debemos confundir los celos, la avaricia, el odio o el deseo de venganza con el amor omnipotente, porque el verdadero amor se opone a todas esas cosas. El amor no nos vuelve locos. Lo que nos vuelve locos son los demonios internos que se enfrentan a él. El amor es la principal cualidad que puede liberarnos de la sensación de vacío. Hablo de un amor tan puro que no se limita a lo que vemos con los ojos, sino que es una sensación que surge de nuestro interior, como el amor que algunos sienten por sus madres, sus mascotas, sus hijos, sus parejas o la vida misma. Ese amor va mucho más lejos de lo que podemos ver. Es muy posible que tu perro sea un bicho feísimo para muchos, pero su aspecto externo no limita el amor que sientes por él. El amor verdadero solo pide realizarse a sí mismo. Tú mismo puedes realizarte con ese amor que aguarda anhelante en tu interior. Aparece, pero en muchas ocasiones hacemos caso omiso de él. El amor es nuestro guía verdadero en la vida y el único al que debemos servir. Si hacemos las cosas con buenas intenciones, el amor responderá. El amor hace realidad los sueños y consigue que la vida cotidiana nos muestre el mejor camino que debemos seguir. Te quita el velo de los ojos y te permite ver el mundo en su esencia, alinearte con él y con todo lo que contiene. A pesar de toda la controversia que rodeó a Michael Jackson, creo que demostró un amor que muchos no supieron entender. Dijo una frase que me parece muy acertada: «Soñemos un mañana donde podamos amar de verdad desde el alma y conocer que el amor es la verdad última en el corazón de toda la creación». Dejando a un lado la percepción o la opinión que podamos tener de él como persona, esta frase es una verdad irrefutable. Los grandes saben que la grandeza es amor. Cuando experimentas el amor verdadero en tu corazón, dedicas tu vida a enseñar al mundo lo que has descubierto. Todos los elementos importantes a la hora de alcanzar la plenitud tienen su origen en el amor. Te voy a hablar de algunos de los más importantes, que ejercen un impacto directo a la hora de alcanzar ese objetivo. El amor es como la semilla de una planta. La semilla ya está plantada en nuestro interior, somos nosotros los que la debemos nutrir con agua y con la luz del sol, o sea con experiencias y acciones. Ambas partes han de estar en sincronía. Para que podamos nutrir la semilla, esta debe estar preparada para recibir el alimento. Entonces, aparece la raíz y queda expuesta. Empiezan a florecer todos los efectos del amor: paz interior, paciencia, respeto y gratitud, por nombrar solo unos pocos. Las raíces se van extendiendo hasta que, al final, se enredan con las de otras plantas. Todos tenemos esa semilla que aguarda a ser alimentada. El amor es creador por naturaleza y nosotros no somos una excepción. Todo el que ha conseguido hazañas extraordinarias a lo largo de la historia ha usado el amor como fuerza impulsora. La verdadera esencia de tu ser es lo que te permitirá superar tus límites anteriores y lograr cosas que antes creías imposibles. Cuando el amor inunde tu vida, ponte el cinturón y prepárate para un viaje que superará todo lo que hayas podido soñar. Este amor es tan grande que se refleja en todo y en todos. Con amor, tu intención es ser la mejor persona que sabes ser y tratar a todos y a todo con el mismo respeto y amor. Este es el secreto de la plenitud. «La vida sin amor es como un árbol sin flores ni frutos.» KAHLIL GIBRAN La grandeza también surge del amor. De hecho, todos somos grandes, lo que sucede es que la mayoría no lo sabemos. Quererse a uno mismo es una parte integral del éxito: si no te quieres, jamás confiarás en tu capacidad para alcanzarlo. ¿Confiarías tu vida a alguien a quien no quisieras? Si no te quieres en lo más hondo y no experimentas ese amor a diario, ¿cómo vas a confiar en que lograrás lo que quieres? Hay una gran diferencia entre querer a quien eres en realidad y querer a quien finges ser. Quererte a ti mismo no significa ponerte por encima de nadie; al contrario, cuando nos queremos de verdad, nos igualamos con el mundo. Te entiendes mejor a ti mismo, por lo que entiendes mejor a los demás. Nos han condicionado para que creamos que quererse a uno mismo es egoísta, pero el ego hace su aparición precisamente cuando no nos queremos, porque expulsamos a Dios de nuestras vidas. Si te quisieras de verdad, no te permitirías ir en contra de los valores en los que supuestamente crees. Reconocerías que el crecimiento de los demás te ayuda a crecer a ti, y viceversa. Al mismo tiempo, nunca podrás ayudar a nadie si antes no te ayudas a ti mismo. Cuanto te ayudas, ayudas a los demás. Ofrecer tu yo verdadero es mucho más que cualquier ayuda material. No debemos juzgar a las personas por su aspecto, su religión o su entorno. Todos somos humanos y tenemos un papel igualmente importante que desempeñar. Si te comprometes con esas acciones limitantes, solo conseguirás enturbiar tu relación contigo mismo. Cuando tratas a otros con respeto, crece el respeto que sientes hacia ti mismo. Al conocer a alguien aficionado al mismo equipo que nosotros o con unos orígenes parecidos a los nuestros, sentimos una conexión y un respeto instantáneos. Esa persona hace que nos sintamos parte de algo, así que empezamos a conversar inmediatamente, quizás incluso compartamos algunas risas y surja cierta camaradería. Imagina si considerásemos que toda la humanidad pertenece al mismo equipo. Imagina la sensación de pertenencia y el vínculo tan fuerte que podríamos forjar con los demás. Imagina la diferencia en tu manera de hacer y en tu actitud hacia las personas con las que entrarás en contacto. Todo lo que haces a los demás te lo haces a ti mismo. Es la ley de la vida. No hay escapatoria. Mi manera de tratar a los demás es muy sencilla. Siempre tengo presente que tienen el potencial de amar, que son fruto del amor y que, en el fondo, son grandes personas. Elijo no ver lo que ven los demás y eso afecta radicalmente a mi experiencia con las personas. Sienten la ausencia de ego y la honestidad en mi actitud hacia ellas, lo que, inconscientemente, los obliga a actuar del mismo modo. Esto es actuar desde el amor, y se refleja en todo y en todos los que nos rodean. Estamos aquí juntos; es lo que llamamos networking. Pero recuerda que nadie quiere ayudar a quien no se ayuda a sí mismo, así que actúa desde el amor y con la mejor de las intenciones y siempre encontrarás a alguien dispuesto a ayudarte. «Nosotros» es mucho más que «yo», pero el cambio ha de empezar por ti. Mírate al espejo y di lo mucho que quieres a la persona que ves, sea lo que sea por lo que hayas pasado. Es posible que al principio te sientas algo ridículo, pero es solo porque las normas sociales y las personas no realizadas han influido en tus creencias. Recuerda que la persona del espejo sigue aquí a pesar de todo por lo que ha pasado. Eso es algo digno de amor y de respeto, porque demuestra fuerza y la determinación de no rendirse nunca. Si quieres amar y ser amado, empieza por amarte a ti mismo. Cuando sientas amor en tu interior, verás el amor en el exterior. ¡Eres amor! Es mejor empezar a quererte a ti mismo que esperar a que llegue otro a hacerlo por ti. EL AMOR PURO ES LIBERTAD «Al final, entiendes que el amor lo cura todo y que el amor lo es todo.» GARY ZUKAV La libertad empieza con el poder que surge de comprender que controlas tu vida. Es el conocimiento absoluto de que eres tú quien elige cómo te sientes, y esa libertad de elección estructura tu modo de vida. Nos han programado socialmente para que creamos que nuestra libertad depende de acontecimientos externos; es decir, debemos esperar a que sucedan cosas que nos hagan felices externamente y que nos completen. Para poder experimentar verdadera libertad en tu vida, tienes que darte cuenta de que tu percepción del mundo exterior no es más que el reflejo del yo interno que has creado. ¡Lo que sientes es lo que ves! Si queremos un exterior feliz, antes debemos cambiar internamente. En un plano profundo, cuando cambiamos nuestra percepción del entorno, lo que sucede en ese entorno también cambia. Cada día, decidimos crear nuestras acciones físicas, mentales y verbales y, sin darnos cuenta, las reforzamos a diario mediante la repetición. La mayoría de nosotros no sabemos que estamos creando vidas de esclavitud. La libertad no depende de un trabajo, de unas vacaciones ni de otra persona. Podemos cambiar de trabajo e irnos de viaje, pero, en esencia, si podemos hacer todo eso, es gracias a la libertad que hemos descubierto antes. Elegir la libertad es la única manera de lograr la plenitud. Si esperas a que el mundo material te libere, jamás serás libre. La libertad eterna surge del amor puro hacia uno mismo, un amor tan fuerte que confía en tu intuición y proyecta ese mismo amor hacia el mundo. Las noches lluviosas y frías resultan tan agradables como las cálidas, las dificultades se transforman en crecimiento, la fe en ti mismo florece y, por fin, puedes ver toda la belleza que te rodea. Decides ser libre (o no) cada día. ¿Por qué resulta tan fascinante el amor? ¿Podría ser por su capacidad de trascender el concepto terrenal de tiempo, por su poder de desafiar a las probabilidades, por su infinitud, por su valor para conquistar todas las cosas, porque está presente en cada creación o, sencillamente, por su mera existencia? 2. LA CUALIDAD DE CONOCER TU VERDAD Como el amor, y no el conocimiento, constituye el punto de partida del viaje hacia la verdad interna, todos los que deseen emprenderlo pueden dar el primer paso ahora. Mientras limpiaba los espejos del gimnasio en el que trabajaba antes, de repente me di cuenta de algo. Si los miraba desde lejos, no podía ver si estaban sucios o no. Cuanto más me acercaba, más sucios veía que estaban. Solo podía limpiarlos si me acercaba a mirarlos. Con mi reflejo mirándome a los ojos, me pregunté cómo podría usar ese principio en mi vida. No nos damos cuenta de la verdad o de la suciedad de la que nos rodeamos hasta que nos decidimos a mirar de cerca. Desde lejos, podemos engañarnos a nosotros mismos, pensar que estamos siguiendo a nuestro corazón y estar seguros de que no necesitamos mejora alguna. Sin embargo, si nos atrevemos a mirar de cerca, empiezan a aparecer las respuestas reales. Para ser verdaderamente felices y lograr lo que deseamos, debemos ser honestos con nosotros mismos. ¿Por qué saboteamos nuestra capacidad para alcanzar la felicidad? Con demasiada frecuencia, hacemos caso omiso de lo que sabemos que mejoraría nuestra vida. Creo que todos sabemos muy bien qué nos dice nuestro yo interno en el momento de tomar una decisión, pero a la hora de la verdad resulta más fácil engañarnos a nosotros mismos. Da igual, al final, la verdad siempre nos acaba pillando. Chris, un conocido, me planteó una pregunta difícil acerca de este tema. Me dijo: «Si el amor es la verdad de las verdades y todos somos capaces de reconocerla, ¿qué sucede con la verdad de un terrorista? Su verdad es matar a personas». La conversación fue así: ¿Los terroristas aman algo o a alguien? Puede ser que quieran a su madre, a su hermana, a su perro o cualquier otra cosa. CHRIS: Bueno, sí, supongo que sí. YO: Entonces, saben que el amor hace que te sientas bien. CRIS: Sí. YO: ¿Qué sucedería si alguien matara algo que aman? ¿Cómo se sentirían? CHRIS: Si son seres humanos, imagino que se quedarían destrozados. YO: Muy bien, entonces, el terrorista es capaz de distinguir que el amor te hace sentir bien y que te quedas destrozado si alguien mata algo o a alguien a quien quieres. CHRIS: Ya veo por dónde vas. YO: ¿Sí o no? CHRIS: Sí. YO: Bueno, esa es la verdad, ¿no? Cuando un terrorista mata a alguien que sabe que es amado por otra persona, lo hace por avaricia, por conseguir un poder mal entendido o por satisfacer su propio egoísmo. No lo hace en aras de la verdad: alimenta sus propias mentiras y lo sabe. Jamás encontrará la plenitud con un acto semejante porque se está alejando de su verdadera esencia. Los seres humanos tienden naturalmente a la verdad. Llámalo sentido común, habilidad consciente, razonamiento..., da igual. Todos somos capaces de distinguir entre un acto de amor y un acto de odio. Estamos construidos de amor, la verdad de las verdades, y el amor cuestionará todas y cada una de las decisiones que tomemos. Puedes mentirte a ti mismo, pero eso no ocultará la verdad, así que puedes apostar tu vida a que esta siempre acabará por atraparte y mostrarse. Tenemos muy poca tolerancia a las desavenencias psicológicas del tipo que sean. Engañarse a uno mismo puede tener consecuencias terribles para la experiencia que la persona tiene de su conciencia, incluso cuando se trata de personas con conciencias poco desarrolladas. «Un hombre puede imaginar cosas que son falsas, pero solo puede entender las que son ciertas, porque en las falsas hay aprehensión de ellas, no comprensión.» ISAAC NEWTON La mejor manera de conocer nuestra verdad es escuchar a esa profunda voz interior que nos dice qué es lo correcto. Es la misma que te dice qué camino te hará feliz de verdad y qué camino te puede proporcionar satisfacción solo a corto plazo. Algunos lo llaman corazón, y la ciencia demuestra a diario la relación entre los cambios emocionales y los cambios fisiológicos en nuestro cuerpo. Deepak Chopra tiene una profunda comprensión de la correlación entre ambos y del gigantesco impacto que ejerce en nuestras vidas. Antes no tenía ni la menor idea de lo crucial que es el dicho «Sigue a tu corazón» a la hora de modelar nuestro destino. El problema es que casi nunca lo seguimos. Siendo realistas, podemos formular tantas preguntas como nos dé la gana a tantas personas como sea necesario si lo que deseamos es encontrar quien nos diga lo que queremos oír. Aun así, siempre sabemos que la verdad es otra. De vez en cuando, pensamos que alimentar la mentira nos satisfará, pero no lo hace. «La verdad se alza sobre dos patas, la mentira, sobre una sola.» BENJAMIN FRANKLIN También nos juzgamos mediante las decisiones que decidimos tomar. Somos nuestro propio juez y somos quienes decidimos hacia dónde dirigir nuestra vida; ese es otro de los dones que Dios nos ha dado. Sabemos diferenciar entre la mentira y la verdad, pero en lugar de pasar a la acción nos sometemos de nuevo a lo que sabemos que crea sufrimiento y a una vida que no queremos vivir. ¿Acaso no nos juzgamos a nosotros mismos? Nos mentimos y nos vemos obligados a visitar una y mil veces ese tribunal interior por los mismos delitos. La mayoría de las personas desempeñan ambas funciones (juez y acusado) y no siempre luchan por su verdad, a pesar de saber cuál es. Sencillamente, no son justas en sus veredictos. Hacen cosas que saben que van en contra de sus leyes morales o de quienes son en realidad. Cuantas más veces pierden ante el tribunal, más difícil les resulta creer en la posibilidad de ganar el próximo juicio. Viven una vida de pérdida de su verdad ante la mentira y jamás son felices. Debemos ser jueces justos. Si tienes una creencia que te lleva a actuar de un modo determinado contigo mismo, con la vida, con el entorno o con los demás, te insto a que te preguntes lo siguiente: ¿Esta creencia o decisión me ayuda a demostrar amor hacia mí mismo y hacia todo y todos los que me rodean? Si la respuesta es no, esa creencia no merece ser defendida ante el tribunal de la verdad. Nadie puede escapar de la verdad de la vida. Es extraordinariamente importante que contrastemos nuestras creencias con el amor, y te sugeriría incluso que contrastaras también las enseñanzas de este libro. No quiero que te las creas solo porque te lo he dicho yo, quiero que las razones desde tu propia verdad. Reconoce que tu verdad ha mantenido siempre, y siempre mantendrá, al amor como la base de tu plenitud. Si tomas decisiones que no demuestran amor, sobre todo hacia ti mismo, la vida te obligará a hacerlo. Habrá ocasiones en las que llegará a ser despiadada en sus esfuerzos por despertarte. Estoy seguro de que nos ha pasado a todos en un momento u otro de la vida. Todas las respuestas que buscas aguardan en tu interior. Jamás han dejado de existir. Has de estar siempre dispuesto a razonar contigo mismo para llegar a la verdad. Tal como el poeta Kahlil Gibran plasmó maravillosamente en su obra maestra El profeta, «Dios descansa en la razón... Dios se mueve con la pasión. Y como eres un soplo en la esfera de Dios y una hoja en el bosque de Dios, tú también debes descansar en la razón y moverte con la pasión». Debo decir que encuentro paz no solo al saber que tengo la capacidad de razonar conmigo mismo, sino al hacerlo. La única manera de reconocer a un sabio, a un gran maestro de la verdad o a un alma iluminada es oírlos hablar del amor como de la verdad definitiva. Si te enseñan otra cosa, mienten. Saber distinguir entre tu verdad y tu mentira es una cosa, pero saber cuándo actuar es otra muy distinta. Dominar la siguiente cualidad es la clave para experimentar una alegría con la que la mayoría de las personas solo pueden soñar. 3. ALIMENTAR TU VERDAD ES LA CUALIDAD QUE LLEVA A LA FELICIDAD ETERNA «Solo se pueden cometer dos errores en el camino hacia la verdad: uno, no llegar hasta el final y dos, no empezar.» BUDA Cuando alimentamos algo, crece. Hay personas para quienes el miedo, la tristeza, la falta de dirección o la infelicidad se han convertido en una especie de autocomplacencia diaria. Cada vez que tomas una decisión o cometes un acto que va en contra de tu verdad (amor, amabilidad, felicidad, generosidad, paciencia) saboteas la relación que mantienes contigo mismo. No es una sorpresa que haya tanta gente que no sepa qué quiere ni qué dirección tomar. Por otro lado, si alimentas tu verdad, crecerá hasta alcanzar unas dimensiones que jamás habías creído posibles. Cuando empezamos a alimentar esa verdad, la felicidad es más completa y nos lleva a la paz interior. El crecimiento no tiene límites: es un suministro que nunca se acaba, porque eres tú quien lo abastece. Eres la mano que te alimenta y siempre puedes confiar en ti mismo. Sin embargo, si siempre tiendes la mano para que te alimente un proveedor externo, el crecimiento puede interrumpirse en cualquier momento. Esas personas, el dinero o las situaciones pueden desaparecer. Cuanto más crezcas, más crece también tu suministro de verdad. Me alegro mucho de haber aprendido a alimentar mi verdad, porque es lo que ha permitido que ahora estés leyendo estas líneas. Si no lo hubiera hecho, no habría descubierto qué se me da verdaderamente bien. He hablado con personas que han alcanzado la excelencia y, aún más importante, el éxito, y todas dicen lo mismo: empezaron a escuchar su voz interna y a actuar en consecuencia, no solo a la hora de tomar decisiones importantes, sino también en lo relativo a los aspectos más insignificantes de la vida cotidiana. Cada momento, cada oportunidad y cada experiencia contienen una verdad. Si estás dispuesto a razonar contigo mismo, podrás identificarla con claridad y a actuar de acuerdo con ella. Debemos empezar a escuchar de verdad esa voz interior tan inteligente y tan sabia. Si tienes la costumbre de desoírla, cambia ahora mismo. Te daré un ejemplo de cómo me condicioné a mí mismo para alimentar mi verdad. Todos sabemos para qué sirven las papeleras, así que nos resulta fácil entender el propósito que cumplen: tiramos en ellas la basura cuando vamos por la calle. (El sentido común me lo ha recordado durante toda mi vida, pero decidí hacer caso omiso en múltiples ocasiones.) Empecé a ampliar mi verdad (el sentido común), que me decía con claridad que debía tirar la basura a la papelera. Tirarla al suelo cuando sabía que había una alternativa mejor era una falta de respeto. Y, si queremos respeto, debemos ser respetuosos. Al tener en cuenta y escuchar mi verdad, pude ver el papel tan importante que desempeñaba en mi vida. Este cambio de conducta me enseñó varias cosas más. Una de ellas fue que podía comprometerme a hacer algo que en realidad siempre había querido hacer. Alimenté esa voz profunda y creé emociones nuevas al instante. «Sigue a tu corazón, pero mantente en silencio al principio. Haz preguntas y siente las respuestas. Aprende a confiar en tu corazón.» DESCONOCIDO Este sencillo cambio de conducta te enseñará a ser paciente. Cuando algo (como una papelera) no esté disponible de forma inmediata, no harás algo que va en contra de lo que sabes que deberías hacer en realidad en aras de una gratificación temporal. ¿Comprendes cómo puede beneficiarte esto a la hora de alcanzar tu visión? Quizás te parezca insignificante, pero es lo que te permite aceptar que tienes el poder de pensar, actuar y crear por ti mismo. Te permite crear tu propia felicidad, que, a su vez, te ayuda a respetar cada vez más tus decisiones. Además, te demuestra que la sensación de plenitud existe. Cuando crees en algo con la fuerza suficiente, empiezas a vivir de acuerdo con ello. Siempre nos obligamos a sentirnos mal cuando hacemos algo que va en contra de nuestra verdad, pero ¿cuántas veces reconocemos o aceptamos que hacemos algo fantástico? Condicionar una intensa emoción de satisfacción cuando actuamos escuchando a esa voz consciente es la mayor ventaja que podemos tener en la vida. Recuerda que todo empieza con las cosas más pequeñas, así echamos a rodar la bola. Si careces de energía para hacer lo más pequeño, ¿cómo podrás alcanzar tu desempeño máximo u obtener lo mejor de la vida? Cuando tomes la decisión de alimentar tu verdad, no vaciles: asegúrate de que creas la energía si tienes que hacerlo, y actúa con gran decisión. Los fumadores son un ejemplo perfecto. Cuando pregunto a la gente acerca de su tabaquismo, me responden que fuman porque quieren fumar. Sin embargo, casi siempre que les pregunto si, en un mundo ideal, desearían no fumar, me responden que por supuesto que sí. La verdad es esa voz que les dice que dejen de fumar y lo saben. Esa voz habla constantemente y sabes muy bien cuándo lo hace. ¿Te equivocarás alguna vez? Claro que sí, eres humano. Es posible que no siempre tomemos las mejores decisiones en la vida, pero es que tampoco se supone que debamos hacerlo. Si acertáramos siempre, no habría espacio para crecer. «Uno debe ser tan humilde como el polvo para descubrir la verdad. Solo entonces, y no antes, podremos atisbar la verdad... En la marcha hacia la verdad, la ira, el egoísmo, el odio, etc., desaparecen de forma natural, de otro modo sería imposible llegar a la verdad.» MAHATMA GANDHI Integridad es un término social que alude al hecho de actuar conforme a la propia verdad. La ética occidental concibe la integridad como la cualidad de tener una noción intuitiva de honestidad y de sinceridad en relación con lo que motiva la propia conducta, y se la podría considerar como lo opuesto a la hipocresía. La palabra «integridad» procede del latín «integer» (entero, completo). En este contexto, la integridad es la sensación interna de plenitud que surge de cualidades como la honestidad y la congruencia internas. Como tal, podemos juzgar si otros demuestran integridad o no, porque podemos determinar si actúan según los valores, creencias y principios que afirman tener. Escúchate de verdad y actúa en consecuencia. No hace falta más. Mahatma Gandhi describió perfectamente nuestra voz interior: Hay momentos en la vida en los que no necesitamos pruebas externas. Una vocecilla interior nos dice: «Vas por el camino correcto, no te desvíes ni hacia la derecha ni hacia la izquierda, sigue por el camino recto y estrecho». Hay momentos en la vida en los que debes actuar aunque no puedas llevar contigo a tus mejores amigos. Esa vocecilla interna debe ser siempre el árbitro último ante cualquier conflicto de deber. En mi esfuerzo incesante por alcanzar la purificación, he desarrollado cierta capacidad para escuchar correcta y claramente a la vocecilla interior. El día en que ahogue esa vocecilla interior dejaré de ser útil. [...] La penitencia no es un acto mecánico para mí. Se debe aplicar en obediencia a la voz interior. Extracto de Mahatma: A Golden Treasury of Wisdom Thoughts & Glimpses of Life 4. LA CUALIDAD DEL PERDÓN: NO TE INSTALES EN EL ARREPENTIMIENTO «Crees que pareces fuerte porque te puedes aferrar, pero la fuerza reside en soltarse.» ALAN MANDELL Te puedes pasar la vida aferrado a lo que debería o habría podido ser, pero lo cierto es que no podemos retroceder en el tiempo. Cuando leemos un libro, pasamos las páginas hacia delante, no hacia atrás. El arrepentimiento destruye la esencia de la vida. En aquel momento decidiste exactamente lo que querías entonces, tomaste la decisión por un motivo concreto. Lo bueno es que ahora puedes ver una vía distinta que te beneficia más. La ventaja que tienen los que triunfan respecto a las masas es que aplican ese conocimiento a las experiencias futuras. Es absolutamente crucial que aprendamos de nuestras experiencias, pero nunca deberíamos arrepentirnos de las decisiones pasadas que han contribuido a modelar nuestro destino presente. Instalarse en el arrepentimiento es como quedar atrapado en un agujero negro del que tu mente te dice que no puedes escapar y donde no hay esperanza. Si enciendes una bombilla, pero la cubres con una tela gruesa que vuelve a dejar la sala a oscuras, ¿quiere eso decir que no hay luz? No, la luz sigue ahí, pero la has ocultado. Todos tenemos la capacidad de retirar en cualquier momento esa tela, que son tu mentalidad de arrepentimiento y los espejismos que vienen con ella. Las experiencias previas que tantas personas ponen al volante de sus vidas no son más que imágenes mentales. Es una historia que representamos una y otra vez y que nos atormenta, pero lo cierto es que ya no está ahí. Mira a tu alrededor. Ya no estás en ese momento que te resultó tan doloroso, ¿verdad? Tus recuerdos de la experiencia son fruto de la imaginación, lo que significa que puedes cambiar cómo piensas acerca de ella. Ahora solo existe en tu mente. Lo que hace que no puedes avanzar no es la experiencia, sino tu percepción de la misma. No tienes por qué entender ninguna experiencia de un modo determinado. «Cuando cambias la manera de ver las cosas, las cosas que ves cambian.» MAX PLANCK No puedo pensar en nada peor que en vivir una vida de arrepentimiento. Es cierto que hemos modelado nuestra vida a partir de las decisiones que hemos tomado en el pasado, pero también lo es que tenemos la capacidad de cambiar nuestra vida mediante las decisiones que tomamos en el presente. Cuando te arrepientes de las decisiones que has tomado, saboteas las que has de tomar ahora. Debemos usar el perdón para vencer y eliminar el arrepentimiento. El perdón es uno de los mayores dones que tenemos, porque nos da permiso para librarnos de las cargas que nos impiden estar en paz con nosotros mismos. El resentimiento y el remordimiento no dejan espacio para crecer. Si no nos perdonamos, seguiremos estancados y sumidos en el odio, lo que no puede más que influir en lo próximo que creemos en nuestras vidas. Tenemos que hacer las paces con el pasado para poder tener una visión completa de las oportunidades, liberarnos de la limitación que supone una mente estrecha y tomar decisiones distintas en el futuro. No hay futuro en el pasado. «Acepta el dolor, disfruta de la alegría, resuelve las lamentaciones. Así abrirás las puertas a la mayor de las bendiciones: “Si pudiera vivir de nuevo, volvería a hacer exactamente lo mismo”». DESCONOCIDO Es esencial que percibamos las acciones que los demás y nosotros mismos hemos emprendido en el pasado como una oportunidad de crecimiento. Puedes pedir disculpas, pero no esperes que las acepten, porque esta expectativa puede llevar a la decepción. Acepta que has hecho lo que has podido. Pedir disculpas no significa que admitamos haber hecho algo mal, sino que es una oportunidad para que el otro, y nosotros mismos, seamos conscientes de que ahora vemos una manera mejor de hacer las cosas. Lo mejor que puedes hacer es perdonarte a ti mismo. Así podrás avanzar y acercarte a visiones que jamás pensaste que podrías hacer realidad. Recuerda algún momento en el que perdonaras a alguien, ¿no es cierto que solo pudiste perdonar de verdad a esa persona cuando te perdonaste a ti mismo por haberte puesto en esa situación? No podemos cambiar lo que alguien nos hizo en el pasado, pero sí que podemos cambiar cómo lo percibimos. Así que, para perdonarte a ti mismo y a los demás, debes aceptar internamente que fuiste tú quien decidió ponerse en esa situación, sentirse como te sentiste, observarla como la observaste y aprender lo que aprendiste. No podrás agarrar el futuro mientras sigas aferrado al pasado. Una vez hablé con una mujer a la que habían violado cuando era una adolescente. El odio que sentía hacia su agresor le impedía alcanzar la plenitud en la vida y, sobre todo, en las relaciones de pareja. No pudo perdonarlo hasta que halló la paz en su interior. Me explicó que había podido librarse de ese acto deleznable y que había empezado a ver la experiencia como algo de lo que podía obtener conocimiento interno y fortaleza personal. «Perdonar es dejar ir con la esperanza de así poder cambiar el pasado.» OPRAH WINFREY Perdonarnos nos permite reconstruir la fe en nosotros mismos y en quienes nos rodean. Nos ayuda liberarnos de las restricciones emocionales, de modo que podemos volver a transmitir amor verdadero. El perdón es un acto de valor que contribuye a liberar el alma. Si no perdonamos y aceptamos el pasado, seguiremos cojos y correr nos resultará imposible. Si no somos capaces de perdonar, no podremos alcanzar la felicidad verdadera ni respetar completamente las grandes cualidades que reinan en nuestro interior, dos elementos que son clave para alcanzar el éxito real. Cuanto más profundas sean tus heridas, más espacio tienes para llenarlas de amor. No odies tus heridas, agradece su profundidad. Libera tu mente, tu cuerpo y tu alma. Tarea Escribe las respuestas a las siguientes preguntas: ¿En qué me beneficia vivir instalado en el arrepentimiento? ¿De verdad me ayuda el resentimiento a sentirme mejor conmigo mismo? ¿En qué me beneficia aceptar mis decisiones pasadas como una oportunidad para crecer? ¿Puedo aprender del pasado algo que me ayude a modelar las decisiones que tomo en el presente? ¿Qué impulso puedo generar en mi vida si tomo la decisión de avanzar sin volver a mirar atrás? A partir de la información capacitadora y de la sabiduría que he obtenido gracias a mis experiencias pasadas, ¿qué puedo conseguir ahora en mis empresas futuras? 5. LA PACIENCIA: UNA CUALIDAD MAESTRA «Si pones en práctica la paciencia, la puntualidad, la sinceridad y la soledad, tendrás mejor opinión del mundo que te rodea.» GRENVILLE KLEISER Todos los que han creado una vida extraordinaria están de acuerdo en que la paciencia es, sin duda, una de las cualidades más importantes. Es imposible crear sin recurrir a ella constantemente. Si observas a una persona de éxito, a alguien que tiene una relación de pareja maravillosa o a una persona a la que considerarías un mentor sabio, verás que la paciencia es la delgada línea que separa a los cuerdos de los locos. Mejora la habilidad de ver con claridad qué hay a nuestro alrededor y entender una situación que, de otro modo, nos enojaría o nos resultaría imposible de comprender. Si no usamos esta cualidad maestra, tomaremos decisiones irracionales que podrían ejercer un efecto perjudicial en nuestras vidas. En el mundo de los negocios, la falta de paciencia podría llevarnos a tomar decisiones erróneas y afectar negativamente a los objetivos económicos. En las relaciones personales, puede dar lugar a dificultades innecesarias, como el estrés, la falta de confianza o la paranoia que, a su vez, pueden provocar problemas de salud. La impaciencia ataca por todas partes, sobre todo cuando vamos en busca de nuestra visión. Hay personas que no acaban de entender el concepto y creen que actuar cada día para aproximarse a su visión es ser impaciente. Me gustaría aclarar que, en realidad, es justo lo contrario. La falta de paciencia siempre pasa factura. Cuando la impaciencia empieza a asomar la cabeza, la mayoría de las personas optan por los beneficios rápidos o se conforman con una imagen peor que la que habían creado. Te habrás dado cuenta de que aquellos que han alcanzado un éxito extraordinario tuvieron muchas dificultades al principio de su viaje, pero se negaron a dejar de perseguir su objetivo. Al principio, lo importante no era el dinero, sino estar bien con ellos mismos. Lo primero es construir esa fuerza interior. He perdido la cuenta de las personas que me han dicho que han intentado hacer algo que les encanta, pero que al poco tiempo volvieron a un empleo que no les gustaba por la satisfacción a corto plazo de contar con unos ingresos estables. Ganan dinero, pero les resulta muy poco productivo, porque no disfrutan de la vida. Unos ingresos estables pueden ser muy beneficiosos, pero no si te impiden perseguir tu verdadera pasión y solo son una excusa para conformarte o rendirte. Así nunca te sentirás realizado. Muchas personas exitosas han estado endeudadas hasta las cejas y las han desahuciado porque no podían pagar el alquiler. Sin embargo, jamás perdieron de vista su objetivo, y la perseverancia siempre acaba dando fruto. Deja de comparar tu camino con el de los demás... No todas las flores florecen al mismo tiempo. En mi experiencia, y gracias a las múltiples conversaciones que he mantenido acerca de este tema, he descubierto que la impaciencia es uno de los factores principales a la hora de rendirse. Lo que deseamos nos parece tan lejano que creemos que es más fácil quedarnos donde estamos y conformarnos con lo que hay. La pregunta que debemos plantearnos en momentos así es: ¿De verdad es más fácil vivir una vida inferior a la que sabes que mereces? Encontraremos cualquier excusa para no hacer lo necesario para conseguir lo que queremos. Llamamos a todos nuestros amigos, pensamos en diez películas distintas que nos gustaría ver, nos tomamos otro café... cualquier cosa para escapar del miedo que nos da pensar que «es demasiado». Deberíamos poner en práctica la paciencia cada día y en todas las situaciones. Cada vez que me impaciento, pienso en la vida a la que no quiero someterme y siento náuseas casi físicas. Entonces, visualizo mi vida soñada y, en un instante, me siento lleno de energía y de motivación para seguir adelante. «Quien tiene paciencia puede tenerlo todo.» BENJAMIN FRANKLIN Decidí que haría lo que tenía que hacer independientemente de lo que la vida me lanzara. Aprender a ser paciente es una demostración de fortaleza enorme e imprescindible si quieres alcanzar el éxito en cualquier faceta de la vida. Empieza en el coche, en el trabajo, en tus relaciones con los demás... ¡Acuérdate de que incluso guardar el papel de chicle hasta que encuentres una papelera es una estrategia fantástica! Tenemos que hacer cambios que nos permitan capacitar nuestra vida con paciencia incluso en las situaciones más sencillas. El cambio puede suceder en un instante. Todos hemos vivido momentos determinantes que han modelado nuestro destino. Tanto si nos beneficia como si no, la decisión de cambiar puede darse rápidamente y los resultados son evidentes. Hay veces en que no quedamos satisfechos hasta que vemos el resultado final de nuestra decisión. Lo mismo sucede cuando tomamos la decisión de practicar la paciencia en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, en el mundo de la empresa es muy habitual olvidarse de alimentar la cualidad de la paciencia. La mayoría espera a basar su felicidad en el resultado final, por ejemplo, los beneficios del mes que viene. Sin embargo, no se dan cuenta de que el resultado final que desean obtener se hace realidad gracias a la acumulación de toda una serie de pequeñas decisiones. Observa la naturaleza: desde el crecimiento de una planta, que es el resultado de una semilla, a la colisión entre nubes que desencadena una tormenta; hay una acumulación de múltiples pequeñas cosas que han de suceder antes de ver el resultado final. ¡Es la calma que precede a la tormenta! Si no plantamos la semilla y la regamos, ¿cómo va a florecer? En un solo instante puedes decidir qué quieres cambiar y reunir la motivación interna para conseguirlo. La motivación es lo que te permite pasar a la acción en ese momento, pero si se convierte en un hábito, es gracias a la rutina. Por ejemplo, piensa en la primera vez que fuiste al gimnasio. Algo se activó en tu interior, porque había demasiado dolor asociado a no hacerlo y más placer a hacerlo. Seguiste yendo al gimnasio, mantuviste la rutina y se convirtió en un modo de vida. Por lo tanto, sí, el cambio puede suceder en un instante, pero los verdaderos resultados se consiguen mediante la repetición. Y la repetición necesita paciencia. «Sé paciente con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo.» SAN FRANCISCO DE SALES Tener paciencia es también tener fe en ti mismo y en tu creador. Yo solía recurrir a la idea de: «Ya sé por qué ha sucedido esto». Era una de mis frases preferidas, porque me recordaba el plan global que había fijado para mi vida. Tienes que construir la creencia de que sabes con absoluta certeza que sucederá. Todos hemos visualizado la gran vida a la que aspiramos, pero la impaciencia es uno de los principales motivos por los que jamás llegamos a hacerla realidad. El autocontrol y la perseverancia ante la impaciencia son claves para alcanzar la victoria. Claro que te enfadarás o te impacientarás en algún momento, pero esfuérzate lo máximo posible en no dar rienda suelta a esas emociones. Soltar la ira es como enfrentarse a una fuerte ráfaga de viento y escupirle: tú serás el mayor afectado. Usa todo tu poder y concéntrate en tu cambio interior. Combátelos, bloquea los pensamientos limitantes y vencerás. Cuando te enfrentes a una situación difícil, aprovéchala para practicar el arte de la paciencia. La próxima vez te resultará más fácil ser paciente. La paciencia se convertirá en tu reacción inconsciente y, cuando des muestras de impaciencia, te corregirás rápidamente. También te resultará muy útil poner las cosas en perspectiva. Si estás en un atasco de tráfico, relájate en el asiento y piensa en todas las personas que no tienen comida que llevarse a la boca, no digamos ya un coche que conducir; entenderás que tus quejas son baladíes. Si realmente quieres pasar al siguiente nivel, aprovecha este tipo de situaciones. Son muchísimas las personas que me dicen que no tienen tiempo para ponerse a pensar en cómo mejorar sus vidas. Siempre les respondo con el ejemplo de los atascos de tráfico. No sé tú, pero yo puedo encontrar mucho tiempo para pensar a lo largo del día. Encontrar el equilibrio entre la perseverancia y la paciencia es la cúspide del proceso de creación de algo grande y solo se puede conseguir mediante la práctica constante. Sin paciencia, lo más probable es que renuncies. «No puedes adquirir paciencia de la noche a la mañana. Es como desarrollar un músculo: tienes que entrenar cada día.» EKNATH EASWARAN 6. LA CUALIDAD DE DAR: UN VERDADERO REGALO Coge una vela encendida y úsala para encender muchas otras. ¿Ha disminuido en algo la llama inicial? ¿Qué sucede cuando unes todas esas llamas? Que obtienes una llama mayor. La vida sigue el mismo principio. Deberíamos intentar encender esa llama con paz interior y amor hacia nosotros mismos. Una vez que lo hayas conseguido, serás como una antorcha en el mundo dispuesta a encender a todo el que se cruce en tu camino. Todos sentirán tu calor. No hay mayor regalo que el propio hecho de dar. «Es una de las mayores compensaciones de la vida que nadie puede intentar ayudar sinceramente a otro sin ayudarse a sí mismo.» RALPH WALDO EMERSON Una tarde, iba en coche con un amigo cuando, de repente, caí en algo. Había cedido el paso a otro conductor y esperaba un saludo de agradecimiento. Como no lo recibió, se enfadó consigo mismo por haberlo dejado pasar. Entonces lo vi: ¿por qué esperamos el agradecimiento para decidir cómo nos sentimos por haber hecho algo bueno? Cuando entiendes que es tu propia acción, no la del otro, la que debe determinar cómo te sientes, la decisión de dar ya no surgirá del deseo egoísta de reconocimiento o de elogio; surgirá puramente de la buena intención: eso es dar. Todo lo que hacemos con una intención pura es un regalo asombroso para todos. Es evidente que hay personas que solo dan para obtener algo a cambio, pero ¿eso es dar de verdad? Aunque no esperes más que un simple «gracias», la expectativa elimina la verdadera esencia del acto. Deberías estar orgulloso de ti mismo, no de lo que otros sienten o piensan acerca de ti. Si el hecho de dar te hace verdaderamente feliz, ya es un acto completo. Si quieres ser feliz por alguien que no eres tú, sé feliz por él o ella. Recuerda, además, que el crecimiento de los demás es tu propio crecimiento, y viceversa. La generosidad es una de las tres formas de alcanzar la realización personal plena. Me dicen: «Oh, así que tengo que dar dinero a causas benéficas». En primer lugar, no tienes que hacer nada en la vida. Todo es una elección. En segundo lugar, ¿es que este mundo nos ha llevado a creer que los únicos regalos son los que salen de una caja o del monedero? Sé que hay quien no pierde ni un minuto de sueño por niños de la otra punta del mundo. Tampoco espero que lo hagan todavía. Antes, tenemos que descubrir y alimentar nuestras verdaderas cualidades. Empieza por las personas que te rodean y por cosas básicas. ¿Qué me dices del regalo del amor, el cambio o la generosidad en la vida cotidiana?¿Y del regalo del aprecio, la aceptación, la gratitud y la comunicación? ¿Por qué no nos damos a nosotros mismos los regalos de la vida que parecemos haber olvidado? Todos son gratis y os ayudarán tanto a ti como a las personas próximas a ti. Son mucho más importantes que un par de donaciones al año. Dicho esto, ayudar a otro ser humano en dificultades es el acto más gratificante que podamos llevar a cabo jamás. A medida que vamos siendo más conscientes de nosotros mismos y el corazón se abre, nos damos cuenta del inmenso poder que tenemos para cambiar la vida de los demás. Será como una adicción, algo sin lo que no podrás vivir. «Más bienaventurado es dar que recibir.» JESUCRISTO Una vez escuché una historia en la radio que me inspiró e hizo que se me saltaran las lágrimas. Trataba de un hombre rico que viajó a África para visitar una aldea pobre. Allí conoció a un niño de siete años que se estaba muriendo de desnutrición. Explicó que el niño tenía el estómago hinchado y el cabello descolorido y que apenas se tenía en pie. El hombre se arrodilló y le dio un coco abierto, esperando que se lo comiera inmediatamente. Sin embargo, y para su asombro, el niño dejó la fruta en el suelo, a su lado. El hombre se alejó, confuso. Unos minutos después vio por el rabillo del ojo cómo el niño cogía el coco y se dirigía a una chabola. Lo siguió sin que el niño se diera cuenta y lo encontró arrodillado, con un bebé en una mano y el coco en la otra. Los guías le informaron de que el bebé era el hermano del niño y de que se estaba muriendo. El niño amaba tanto a su hermano pequeño que le daba toda la comida que podía conseguir, mientras él también pasaba hambre. Qué historia tan emocionante, conmovedora e inspiradora sobre el vínculo humano. Un niño tan pequeño enfrentado a la muerte aún era capaz de entregarse al amor humano. Esa realidad se me clavó en el alma. Piensa en cuántos de nosotros tenemos la dicha de tener tanto y, sin embargo, no damos nada. Un hombre puede salvar la vida de otro. Eso es lo que puede hacer un hombre. No hay acto mayor que ese. «La felicidad consiste en dar y en servir a los demás.» HENRY DRUMMOND A todos se nos ha dado un don maravilloso. ¿Cuántas veces te han ofrecido un regalo envuelto con tu nombre escrito en el papel y no lo has abierto? Me aventuraría a afirmar que acabas de responder «Nunca». Bueno, pues tengo una sorpresa desagradable para algunos: la respuesta debería ser «Cada día». Dios nos ha entregado un regalo, que está envuelto con el odio, el desaliento, el miedo, las quejas y el resto de las limitaciones que permitimos que consuman nuestras vidas. Tenemos la capacidad de percibir las cosas de otro modo y de cambiar nuestra forma de actuar. Por desgracia, la mayoría de las personas creen que cuando dan se quedan vacías o renuncian a algo. Para sentirse importantes, intentan inconscientemente llenar ese hueco con la aprobación o los elogios de otros. Cuando eso no sucede, se decepcionan. Para poder ser felices, nos tenemos que dar cuenta de que cada vez que damos recibimos algo automáticamente. ¡La sensación de dar es el regalo! Si centras tu energía en las grandes cosas que haces cada día, te sentirás realizado. El éxito real también surge de la idea de dar. Te ayuda a crear una pasión más fuerte, que no consiste únicamente en perseguir el logro para ti mismo, sino para mejorar a todos los que te rodean. Puedo imaginar lo solitaria e insatisfactoria que sería la vida si tuviera que celebrar mis éxitos solo. No hablo solo del dinero, sino también del hecho de tener que guardarte para ti las extraordinarias habilidades que sabes que posees. Compártelas, permite que los demás vean quién eres en realidad, entrégate y te será devuelto multiplicado por diez. La energía que expresamos mediante nuestros pensamientos y nuestras acciones es la verdadera aportación que hacemos al mundo. Se vuelve contagiosa entre las personas que te rodean, porque todas las almas anhelan esa plenitud. Muy pronto se habrá convertido en tu modo de vida. Entonces, el universo te abrirá los brazos y te dará la bienvenida al ciclo eterno del crecimiento personal. UN MOMENTO EXTRAORDINARIO CON GRAHAM... Las mentes simples se quedan junto a los que reciben elogios. Las mentes valerosas ayudan a levantarse del suelo a los que han caído. Un día, paseando por el centro de Melbourne, vi a un hombre con aspecto de estar pasándolo muy mal sentado con la espalda apoyada en un escaparate. Junto a él había una gorra, una taza y una mochila sucia. Tenía la cabeza entre las rodillas y parecía haber perdido toda esperanza. Metí unas monedas en la taza y entré en la tienda a comprar un par de cosas. Cuando salí, decidí sentarme en un banco al otro lado de la calle, frente a él. Al ver cómo la gente pasaba a su lado, manteniendo las distancias y actuando como si fuera un extraterrestre, no pude evitar compadecerme. Imaginé qué pensaría la gente si yo me sentara junto a él y dudé entre hacerlo o no. A ver, estaba en la calle principal de la ciudad, en Bourke Street Mall. Si alguna vez has estado en Melbourne (Australia), entenderás lo que quiero decir. Mi amor por ese ser humano era demasiado grande como para dejar que lo que pudieran pensar los demás interfiriera, así que dejé mis temores a un lado y me acerqué a él. Comprobé que cuando yo di muestras de preocuparme por él, otros empezaron a hacer lo mismo; cuando dejó de importarme lo que pensaran, a ellos dejó de importarles también. ¡Realmente, nuestra mente crea nuestra realidad! Me arrodillé, le di diez dólares y le pregunté si le importaba que me sentara junto a él para hablar un rato. Me miró y me dijo que en absoluto. Así que me senté a su lado y adopté su misma postura. Ver pasar a la gente desde su perspectiva fue toda una revelación. Supe que ese hombre, Graham, tenía una discapacidad; tenía las manos deformadas y apenas podía articular las palabras para hablar. Consiguió balbucear que el Gobierno había cerrado el hospital en el que estaba, y que antes había un voluntario que cuidaba de él, pero que ya no lo hacía. Quisiera añadir que este señor era una de las personas más amables que había conocido hasta la fecha. Me dijo que el día anterior, alguien le había escupido, dado patadas en el rostro e insultado llamándole «retrasado». Lo que me sorprendió de verdad fue su actitud hacia la vida. Me dijo que estaría dispuesto a ayudar a toda esa gente si necesitaran su ayuda, independientemente de lo que le hubieran hecho. Incluso daba las gracias a Dios por los buenos modales que le habían enseñado de niño. Rezaba a diario y agradecía a Dios estar vivo. También me dijo que sabía que Dios cuidaría de él y proveería. Hasta ese momento no le había defraudado, así que había asumido sus dificultades como un modo de vida que debía gestionar del mejor modo posible. Entendía que las personas que se burlaban de él se dañaban a sí mismas y estaban combatiendo con sus propios demonios internos. Seguimos hablando y me di cuenta de que iba enderezando la espalda y creando más energía. Mientras hablaba con él me olvidé del resto de la gente, hasta que sucedió algo maravilloso. Cada vez más personas se acercaban para echar dinero en la taza. Alguien le trajo comida y la gente empezaba a sonreírnos. Le dije que devolviera la sonrisa y lo hizo. Ese momento me llegó al corazón y jamás lo olvidaré. Graham me enseñó el poder de lo que puede hacer una sola persona. La gente seguirá tu gran acto. Este hombre se enfrentaba a unas dificultades enormes en la vida y, sin embargo, mantenía una actitud positiva. Amaba a las personas que lo maltrataban y tenía una fe inquebrantable. Me explicó que no mendigaba, sino que tenía fe en que Dios proveería y que cada vez que se empezaba a lamentar, pensaba en todos los que habían sido expulsados del hospital que estaban peor que él. Sentía compasión por todos los seres humanos y soñaba con la igualdad. Fue un momento maravilloso para mí. «Si no puedes alimentar a cien personas, alimenta a una.» MADRE TERESA 7. ENTENDER EL EGO La gratitud, la entrega y el crecimiento personal son la única manera de sentirse realizado de verdad, y si queremos alcanzar cualquiera de los tres, tenemos que dejar a un lado el ego. No te sientas mal por tener ego, está en la naturaleza humana. Sin embargo, hay personas que lo alimentan hasta tal punto que les impide aprovechar la vida al máximo. El ego es un gran indicador de si alguien es genuino o no. Es como un escudo que nos protege de la vergüenza y que nos impide mostrarnos tal como somos en realidad. Creemos que si lo bajamos, los demás pensarán que somos raros y nos quedaremos solos. Las personas con egos grandes acostumbran a ocultar problemas mucho más profundos y no se sienten realizadas. Llevan una máscara durante toda su vida y cuando creen que están a punto de ser descubiertas, atacan las conductas de los demás sin pararse a analizar las propias. Temen conocer al desconocido que se esconde tras la máscara. Son las mismas personas que prefieren ver cuánto pueden recoger en lugar de cuánto pueden dar. Suelen estar centradas en sí mismas, no ser demasiado bienintencionadas y tener deseos que distan mucho de ser generosos. Lo más triste es que, a pesar de que la mayoría lo saben, siguen dando rienda suelta a sus egos. Tenemos que aprender a dirigir nuestro ego de tal modo que beneficie al mundo y a nosotros mismos. Como soy humano, hay veces en las que me quedo atrapado en mi propio ego, pero la conciencia de mí mismo hace que me corrija al instante. Nadie puede escapar del aula de la vida. Acepta con humildad sus enseñanzas o siente el castigo. Dejar el ego a un lado es crucial para la felicidad duradera, pero también para el éxito. El crecimiento personal exige que escuchemos a los demás para tener acceso a su conocimiento, y esto requiere aparcar el ego. El ego es el factor principal que nos impide escuchar a los demás, porque nos lleva a adoptar la actitud de que no necesitamos la ayuda de nadie y de que podemos hacerlo todo solos. Una tarde estaba tomando café con un inversor inmobiliario y me explicó una anécdota que sir Bob Geldof había compartido durante un seminario. Les habló de un chico regordete que siempre lo perseguía para pedirle consejos. Cuando creció, ese chico se convirtió en Bono, de U2. La historia de Michael Dell, el creador de los ordenadores Dell, también es fantástica. Su primer empleo fue como camarero en un restaurante chino, donde cobraba 2,30 dólares la hora. Siempre llegaba pronto y escuchaba al propietario hablar de la pasión y del amor que sentía por su empresa. Seguir el consejo de los demás y estar siempre dispuesto a asimilar información nueva es vital para el éxito. Y para poder escuchar los consejos que tu alma te da a diario, debes bajar el escudo del ego. Si tienes una actitud obstinada que se empecina en una postura concreta, jamás te sentirás realizado. Tu alma es, de lejos, tu mejor guía y maestro, porque conoce todas las respuestas a tus preguntas. Esa profunda voz interior sabe lo que es mejor para ti y te da un toque cuando algo no acaba de encajar. ¿Cuántas veces ha tenido razón tu instinto? ¿Cuántas veces te has convencido a ti mismo de lo contrario y has sido desgraciado? La mente es el obstáculo que con más frecuencia nos impide escuchar al alma. La clave para alinearlas es distanciarse del ego. Cuando unimos el poder de los pensamientos con la sabiduría de la voz interior, el éxito es inevitable. Si te sientes vacío, es porque aún no has sometido el ego a la humildad. Habrá personas que se crucen en nuestro camino para ayudarnos a crecer, pero si el ego impide que nos demos cuenta de ello, dejaremos pasar la oportunidad. No nos gusta su aspecto, las criticamos o no estamos dispuestos a escuchar la verdad. Ser humilde en todas y cada una de nuestras experiencias es un verdadero indicador de si nos hemos realizado o no. Si no eres humilde, más te vale empezar a serlo o no alcanzarás la plenitud. Y punto. La seguridad en uno mismo es crucial a la hora de tener una vida extraordinaria, pero asegúrate de saber distinguir esa la seguridad de la arrogancia. Es una línea muy fina, pero has de ser consciente de a qué lado de la misma te encuentras. Tarea No prosigas la lectura hasta mañana. Las cualidades acerca de las que acabas de leer son extraordinariamente importantes para tu crecimiento y tu éxito. Quiero que ahora te sumerjas en ellas. El siguiente apartado aborda otro tema, así que, hasta mañana céntrate en las cualidades que impulsan el éxito. 16 EL DÚO DINÁMICO DE LA VIDA: EL ALMA Y SUS VISIONES LA PASIÓN ES LA VOZ DE TU ALMA «Si en tu vida no hay pasión, ¿puedes decir que vives de verdad? Encuentra tu pasión, sea la que sea. Conviértete en ella, deja que ella se convierta en ti y descubrirás que suceden cosas extraordinarias: a ti, para ti y gracias a ti.» ALAN ARMSTRONG Hablando con un amigo mío después de que hubiera logrado algo enorme de su lista de deseos, me quedé asombrado porque me dijo que no estaba contento. Era DJ internacional y presentador de radio. Sus canciones ocupaban los primeros puestos de las listas y actuaba en las discotecas más importantes del mundo. Siempre había soñado con actuar en Europa y eso era justamente lo que acababa de conseguir. Entró en el despacho, me saludó y me dijo: «No es lo que me esperaba». Me explicó que después de la actuación había regresado a la habitación del hotel y había dudado incluso de si quería seguir con su carrera musical. La actuación había ido muy bien y todo estaba en su sitio. ¿Qué le pasaba entonces? Tras una larga conversación, llegamos al fondo de la cuestión y se dio cuenta de algo. Durante toda su carrera se había centrado en lo que creía que era su pasión: hacer música. Le pregunté: «Si estuvieras en una isla desierta y tuvieras todo tu equipo, ¿durante cuánto tiempo crees que tocarías a solas?». Me respondió que, probablemente, tocaría durante unas horas. Entonces, le hice otra pregunta: «Sin embargo, tu pasión es tocar, ¿no?». Me respondió: «Sí, y la verdad es que no entiendo por qué dejaría de tocar al cabo de tan solo unas horas. No sé por qué estoy triste». Me giré hacia él y le dije: «Porque tu verdadera pasión no es tocar música sin más. Tu verdadera pasión es inspirar a otros con tu música». Cuando se centró en las emociones que los demás sentían cuando escuchaban su música en lugar de en su propio deseo, llegó a un punto de inflexión en su carrera profesional. Todos queremos saber cómo añadir valor a este mundo, a la gente que nos rodea y a nosotros mismos. Hacer cosas por los demás siempre dará más sentido a tu vida. Las personas más influyentes son también las que más comprometidas están con eso. La pasión es mucho más profunda que la satisfacción material. Es lo que nos impulsa desde dentro y lo que enciende una emoción tan extraordinaria que no se puede describir con palabras. Cuando inviertes muchísima energía en vivir una vida apasionada, pasas a formar parte de una élite. Pensar en ello te inunda de unas emociones que no habías sentido jamás, te mantiene en vela por la noche y te despierta por la mañana. Está tan asentado en ti y a tal profundidad que se convierte en la base irrefutable de todas tus decisiones. Te guiará y te ayudará a superar los obstáculos, te proporcionará una inspiración desconocida hasta ahora, te levantará cuando te caigas y será el aire que respiras. Cuando entras en una sala en la que hay alguien que tiene verdadera pasión y alguien que no, la diferencia se nota al instante. En cualquier área de la vida, te darás cuenta de que las personas con verdadera pasión van muy por delante de lo que para los demás ya es la meta. Cuando todos dicen que algo es demasiado difícil o incluso imposible, son estas personas las que les demuestran lo equivocadas que están. «Si puedes imaginarlo, puedes lograrlo. Si puedes soñarlo, puedes hacerlo.» WILLIAM ARTHUR WARD Cuando alguien se me acerca y me dice que tiene una visión, le pregunto cuál es. A veces me responden cosas como: «Quiero comprar esa casa». Vale, eso es fantástico, pero después, ¿qué? Una pasión es una fuerza invisible que ocupa toda tu vida y crea una visión tras otra. Una verdadera pasión no ve el final, sino un crecimiento eterno. Una pasión sería poder mantener a tus hijos, inspirar a otros a ser las mejores personas que pueden llegar a ser, añadir valor al mundo, ofrecer un servicio incomparable, hacer algo que te encanta... Ser lo mejor que puedas llegar a ser es otra opción fantástica. Si hay una pasión que todas las personas comparten en lo más hondo de su corazón es mostrar esa grandeza que se oculta en su interior. Tenemos que demostrarnos que somos grandes, porque, de otro modo, tendremos que responder a la pregunta: «¿Por qué?». Todos sabemos que podemos dar mucho más, pero tenemos que dejar hablar a esa voz interior. Una manera extraordinaria de hacer que el alma aflore y empezar a dirigirla es darle tantos motivos como seas capaz de por qué quieres hacer algo. Ponemos todos esos deseos materiales frente a nosotros y los llamamos visiones, pero a veces nos cuesta hacerlos realidad porque nos olvidamos de sentar los cimientos sobre los que se ha de levantar todo lo demás. Tenemos que profundizar más y preguntarnos por qué queremos hacer lo que hacemos. Sea lo que sea, tienes que encontrar tantos motivos como puedas sobre por qué haces lo que haces y dejar que se alineen con la persona que eres en el fondo. Así podrás emplearte con todas tus fuerzas en ello. Personalmente, no me dejo impulsar por las cosas materiales porque sé que mi pasión hará que lleguen igualmente. Tengo una idea muy clara de lo que quiero, pero dejo que el alma me guíe. Si no lo hacemos así, acabamos perdidos en la avaricia y jamás conseguiremos realizarnos. Te darás cuenta de que siempre acabas con la misma sensación de vacío y te preguntarás para qué ha servido todo tu esfuerzo. La verdadera pasión no aparece brillando y fuerte de un día para otro. Evoluciona con el tiempo. Yo no te puedo decir cuál es tu pasión. Solo tú puedes descubrirlo y esa es, precisamente, una de las mayores dificultades que percibo en la actualidad. Parece que el mero hecho de intentar descubrir cuál es nuestra pasión o vocación verdadera nos preocupa y nos estresa, lo que nos lleva a enturbiar y ahogar el alma. Sabemos que el estrés es uno de los principales factores que conducen al desaliento, por lo que es evidente que no puede ser el camino que te lleve a la pasión. Para poder descubrir el mapa hacia la grandeza que se oculta tras el collage de creencias sociales que se convierten en creencias personales, tenemos que retirar el papel y desvelar el regalo. Ese collage representa todas las limitaciones, como el odio, el miedo, la inseguridad, la crítica, la falta de autoestima y muchas más, que nos impiden ver nuestro verdadero camino. La falta de pasión en la vida es uno de los grandes problemas de la sociedad. He ayudado a más personas a encontrar su pasión en la vida que con cualquier otra dificultad. Es posible que lo que estoy a punto de explicarte cambie tu percepción de la pasión para siempre: parece que nos pasamos la vida buscando una pasión que nos lleve a alcanzar la realización personal y, normalmente, basamos ese concepto en torno a una carrera profesional. Creemos que si no descubrimos qué es, no seremos nada. Pues deja que te diga una cosa: nadie verdaderamente apasionado tiene una única pasión. Yo me considero una persona apasionada, pero no esperé a descubrir a qué me quería dedicar para decidir que lo era. Para ser sincero, ni siquiera considero que formar e inspirar a personas sea una profesión; es una pasión que surgió a partir de otra pasión previa que sentía en muchas otras áreas de la vida. Me apasiona ser una gran persona, tratar a todo el mundo como a un igual, sostener la calidad de la naturaleza, mi cuerpo, mi familia, la gente en general, etc. Tengo muchas pasiones en la vida. No me desperté un día sabiendo a qué me quería dedicar y siendo una persona apasionada de repente, y tampoco ha sido así para las personas tremendamente exitosas a las que he conocido en mi viaje. Si no practicas la pasión en otros aspectos de tu vida, jamás descubrirás tu verdadero potencial. Hay algo fantástico que tienen en común todos los éxitos en cualquier momento de la historia. Es irrefutable, exige un amor incondicional y es la cima de todas las emociones: la pasión por la vida misma. Cuando sientes pasión por todo en la vida, las distintas piezas empiezan a encajar por sí solas. Todas las personas de éxito tienen algo en común. Son adictas a la vida. LA ENORMIDAD DE LA VISUALIZACIÓN «Formula y graba de forma indeleble en tu mente una imagen de ti mismo teniendo éxito. Aférrate con tenacidad a esa imagen. No permitas que se desgaste. Tu mente se esforzará en hacerla realidad. No construyas obstáculos con tu imaginación.» NORMAN VINCENT PEALE Todos visualizamos continuamente a lo largo del día. Son muy pocas las personas que se centran en el presente y muchas las que viven rememorando el pasado o pensando en el futuro. El problema es que no les sirve de nada, porque esas visiones suelen derivar en estrés o en preocupación. Esas personas no tienen la menor idea de la capacidad que tienen las visiones para hacerse realidad y suscitar las mismas emociones de las que se suelen quejar. Antes hemos leído acerca de la neuroplasticidad, por lo que ahora sabemos que la repetición constante es muy efectiva a la hora de modelar en quién nos convertimos. Mucha gente se asusta cuando escucha la palabra «meditación», pero lo cierto es que dejan pasar uno de los dones más potentes de la humanidad. Nos han hecho creer que meditar es tener la mente en blanco. Te aseguro que cuando tienes la mente en blanco sigues pensando, porque «piensas en nada». Es una oportunidad para distanciarnos del espacio y del tiempo, de lo que vemos con los ojos; una oportunidad para empezar a usar los pensamientos para crear la sensación de éxito ahora mismo. «Cerramos los ojos cuando rezamos, cuando lloramos, cuando besamos y cuando soñamos. Porque las cosas más bellas de la vida no se ven con los ojos, sino que se sienten con el corazón.» DESCONOCIDO Las personas que han alcanzado el éxito real emplean la herramienta de la meditación, aunque a veces la llaman de otro modo. Meditar, rezar, imaginar... es lo mismo. Dedican tiempo a centrarse completamente en lo que quieren, no en lo que no quieren. Yo me sumergía en la meditación con tanta intensidad que se me erizaba el vello, porque lo que veía en mi mente era tanto o más real que si hubiera sucedido de verdad. Y, ciertamente, al final se hace realidad. El doctor Andrew Newberg llevó a cabo un estudio para determinar la conducta neuronal y las respuestas físicas de los monjes tibetanos a la meditación y de las monjas franciscanas a la oración. Las conclusiones acerca de los cambios fisiológicos en el cerebro fueron extraordinarias. El doctor Newberg descubrió que la región frontal del cerebro, que suele intervenir en la atención y la concentración, se activa más durante la meditación. Sin embargo, al mismo tiempo había un descenso significativo de actividad en el lóbulo parietal. La región parietal del cerebro es la responsable de la orientación espaciotemporal, por lo que supuso que bloquear todos los estímulos sensoriales y cognitivos en esta zona durante la meditación llevaba a perder la conciencia del espacio y del tiempo. Cuando esta parte del cerebro, que transforma la información sensorial en la sensación de dónde acaba el yo, carece de información sensorial como consecuencia de la concentración hacia el interior de la persona, no puede desempeñar su tarea de encontrar el límite entre uno mismo y el mundo exterior. El doctor Newberg explicó cómo afecta esto a la conciencia: El cerebro no tiene elección. Percibe al yo como a un ente infinito, como uno con toda la creación. Y la sensación era absolutamente real. La absorción del yo en algo más grande no es el resultado de la imaginación emocional o de una ilusión. Surge a partir de sucesos neurológicos, como cuando la orientación se bloquea. Se han llevado a cabo otros experimentos, como los de Richard Davidson. Es profesor de Psicología y de Psiquiatría en la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) y, junto al dalái lama, ha dirigido experimentos acerca de los efectos que la meditación ejerce sobre el cerebro. Los resultados sugieren que la práctica de la meditación a largo o a corto plazo da lugar a distintos niveles de actividad en las regiones cerebrales asociadas a la atención, la ansiedad, la depresión, el miedo, la ira o la capacidad del cuerpo para sanarse a sí mismo. Estos cambios funcionales podrían ser resultado de cambios en la estructura física del cerebro. Si te concentras lo suficiente, la mente no sabe si lo que piensas es real o no. Cuando soñamos despiertos o cuando cerramos los ojos y caemos en un duermevela, sentimos lo mismo que si estuviéramos viviendo lo que soñamos. Sentimos que es real porque, en ese momento, la mente no es capaz de distinguir entre sueño y realidad. Cuanta más energía dediquemos a algo, mayor será la influencia que ejerza sobre nuestra vida; lo mismo sucede con las cosas sobre las que decidimos centrar la atención. Ese es el poder de la visualización. Atraes hacia ti las imágenes que eliges ver en tu mente a diario, ya sean beneficiosas o no. Por eso nos topamos una y otra vez con cosas que no queremos: ¡porque pensamos en ellas sin parar! Si dirigimos las imágenes mentales hacia lo que queremos, todo lo demás, incluidos nosotros mismos, se rendirá a su manifestación. «Las personas corrientes creen solo en lo que es posible. Las personas extraordinarias no visualizan lo que es posible o probable, sino lo que es imposible. Y cuando visualizan lo imposible, empiezan a verlo como posible.» Doctora CHÉRIE CARTER-SCOTT Da igual cómo lo llames. Cierra los ojos, centra toda la atención en una sola cosa, como si estuvieras allí, siente las emociones e imagina incluso cómo reaccionarías físicamente: tu vida mejorará. Antes, acostumbraba a sentarme en mi habitación, cerrar los ojos y concentrarme. Era como si pudiera oír a multitud de personas diciéndome cuánto las había ayudado; era como si la relación con mi familia ya hubiera mejorado. Desde entonces, esas sensaciones se han hecho realidad. Sentía la calidez de la mano tendida del otro o el abrazo de mi sobrino para inspirarme día a día. Lo hacía en cualquier momento y lugar, siempre que tenía ocasión. El poder de la visualización tiene la extraña capacidad de acelerar el camino hacia las cosas que deseas. Todo empieza a suceder más rápidamente y supongo que esto explica por qué, cuando vemos el éxito de algunas personas, nos preguntamos cómo han conseguido tanto en tan poco tiempo. Cuanto más visualices las cualidades de la vida y qué quieres de ella, más fuerte se hará tu visión. Se convertirá en un modo de vida y en un medio para emprender la acción adecuada. También puedes acortar el tiempo cuando sucede algo perturbador si cierras los ojos y te desplazas a un lugar mejor durante un breve periodo de tiempo. Es posible que al principio te resulte algo difícil mantener la atención, pero cuanta más energía le dediques, mejor se te dará. Incluso cuando medites con los ojos cerrados, es crucial que redirijas la atención hacia lo que valoras o hacia una experiencia que te haría feliz inmediatamente. ¿Te has dado cuenta de que los viajes de vuelta suelen hacerse más cortos que los de ida? ¿Por qué? Porque ya hemos estado allí. Si viajamos mentalmente a algún sitio, lo tocamos, lo vemos y lo somos, llegaremos mucho antes. Si no crees que la mente es la base de todo lo que creas, pregúntate para qué tenemos mente y cuál es su propósito. ¡Úsala! «Solo hay dos maneras de vivir la vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra es como si todo fuera un milagro.» ALBERT EINSTEIN No encuentro palabras para expresar la fe que tengo en la visualización. Es la clave y la base de todos tus sueños y determina qué decides y cómo reaccionas ante las experiencias de la vida. Sé diferente a los demás y concédete esta oportunidad maravillosa. Cuando lo hagas, es crucial que sientas hasta el último detalle de la imagen, desde el más insignificante al más importante. Integra el poder y la emoción de la visualización y se convertirá en la base sobre la que crearás la vida que deseas. Un experimento de visualización Si alguna vez has jugado al baloncesto o conoces a alguien que juegue, sabrás que es habitual bloquearse cuando hay que lanzar un tiro libre. Les sucede incluso a algunos de los mejores jugadores del mundo. Nadie cuestiona su habilidad para jugar, pero tienen problemas con esos lanzamientos y son los primeros en admitir que es un problema mental. El doctor Judd Biasiotto, de la Universidad de Chicago, informó acerca de un estudio cuyo objetivo era determinar los efectos de la visualización sobre el desempeño de jugadores de baloncesto a la hora de lanzar tiros libres. En primer lugar, se estableció el rendimiento de cada jugador en los tiros libres. Luego se les asignó aleatoriamente a uno de los tres grupos experimentales. El primer grupo asistía al gimnasio durante una hora diaria para practicar tiros libres. El segundo también iba al gimnasio, pero en lugar de practicar tiros libres, se les pidió que se tendieran en el suelo y se visualizaran lanzando y encestando. El tercer grupo no hizo nada. De hecho, se les dijo que se olvidaran del baloncesto. Al cabo de treinta días, se volvió a evaluar el rendimiento de cada uno de los grupos. Los jugadores que no habían hecho nada no mejoraron. Muy al contrario, algunos habían empeorado. Los que habían entrenado durante una hora diaria mejoraron su desempeño en un 24 por ciento. Pero ahora viene lo bueno: el grupo que trabajó la visualización, cuyos integrantes solo habían imaginado que lanzaban tiros libres y encestaban, también mejoró en un 24 por ciento. Da igual a qué área de la vida lo apliques. Si representas una y otra vez una escena perfecta en tu mente, incluyendo imágenes, sonidos y olores, puedes estar seguro de que el desempeño mejorará. Visualizar y pasar a la acción física es una combinación infalible. ENTRENAR LA MENTE «Danos una visión clara para saber dónde estar y a favor de qué estar, porque si no estamos a favor de algo, caeremos ante cualquier cosa.» PETER MARSHALL Tarea Visualiza tu lista de agradecimientos actualizada. Permanece quieto y asegúrate de mantenerte así. Cuando te centres y lo hayas hecho unas cuantas veces, no querrás parar. Descubrirás un cambio en tu atención, que se dirigirá hacia las grandes cosas de tu vida, en lugar de hacia cosas que no te benefician en absoluto. Verás cómo mejora la calidad de toda tu vida. 1. Empieza por centrarte en la respiración, inspira y espira por la nariz. Fíjate en el aire desde que entra por las fosas nasales hasta que vuelve a salir. Cuando inspires, llévalo hasta el estómago y hazlo subir de nuevo hasta que salga por la nariz. Cuenta hasta siete mientras espiras, para ralentizar el proceso. Hazlo hasta que te sientas ligero y sin peso. 2. Una sensación de euforia debería inundarte la mente. Ahora, empieza a visualizar. Yo lo hago por la noche, cuando estoy relajado, pero vuelvo a leer la lista por la mañana. Incluir esto en tu ritual cotidiano transformará tu vida, pero te tienes que comprometer con ello. Si lo haces tres días y lo dejas, no me envíes un correo diciendo que no funciona. Es un proceso continuo, pero ofrece resultados cuantificables inmediatamente, sobre todo en lo que se refiere a cómo te sientes. 3. Puedes visualizar en cualquier momento del día. Si escuchas música que te guste, la experiencia será aún más placentera. Tus visiones se empezarán a hacer realidad a tu alrededor, tu conciencia se intensificará y percibirás cosas relevantes para tu éxito que antes te pasaban desapercibidas. La mente es el lienzo sobre el que creamos y la imaginación es el pincel. Lo que antaño era «solo un sueño» se transformará en una visión tan potente que tu pasión se encargará de hacerla realidad. CUARTO PASO LLEVA EL TIMÓN DE TUS RELACIONES 17 ¿EN AGUAS TURBULENTAS, AMARRADO EN PUERTO O VIENTO EN POPA? «Una relación amorosa es aquella en la que el amado es libre de ser él mismo para reírse conmigo, pero nunca de mí, para llorar conmigo, pero nunca por mí, para amar la vida, para amarse a sí mismo, para amar ser amado. Esta relación se basa en la libertad y jamás puede crecer en un corazón celoso.» LEO BUSCAGLIA Las relaciones desempeñan una función crucial en nuestras vidas y supe desde el principio que tendría que hablar de ellas. Aunque acudí a expertos en relaciones, mi interés principal era la gente normal. Quería saber qué sienten las personas que tienen relaciones de pareja que no funcionan, las que llevan casadas desde hace más de veinte años y siguen tan felices como el primer día y las que han encontrado a la pareja de sus sueños. Descubrí que es como ir en barco: todo depende de cómo sea la travesía. Puedes encontrarte en aguas turbulentas y estar a punto de caer por la borda; puedes avanzar viento en popa sobre aguas tranquilas; o puedes estar amarrado en el puerto, esperando a que alguien te lleve. Empecemos por las relaciones que son... TURBULENTAS Son los barcos que zozobran continuamente y que jamás parecen serenarse. Debo admitir que yo mismo he subido a bordo de uno de estos barcos en varias ocasiones a lo largo de mi vida. Gran parte de ello tiene que ver con no ser consciente de uno mismo y con no saber exactamente lo que se quiere... o saberlo y no tomar las decisiones necesarias. Un hombre que discutía continuamente con su novia me preguntó qué debía hacer. Responder a esa pregunta es muy complicado, porque intentar llegar a la verdad de otro es una batalla en sí misma. Hay personas que defienden a su pareja porque no quieren presentarla como al malo de la película. Otras no mencionan sus propios defectos o intentan culpar de todo al otro. Parece haber un continuo de defensas y ataques por ambas partes. Otro de los motivos por los que cuesta tanto llegar a la verdad es que muchos creen que el amor es la única razón por la que deberían estar con su pareja. En mi opinión, decir «Es que le quiero» no es motivo suficiente para permanecer junto a alguien. Estoy seguro de que la mayoría sabemos que podemos enamorarnos más de una vez a lo largo de la vida y que, en ocasiones, nos enamoramos de alguien que no es bueno para nosotros. No quiero decir que no sean buenas personas, sino que no son buenas para nosotros. Nos dejamos llevar por la atracción y por otras cosas que al principio nos enganchan con fuerza, pero todas las citas con esa persona son como citas a ciegas, porque nunca sabemos qué sucederá a continuación. Me senté junto a ese hombre y le pregunté: «¿Qué es lo que te gusta de ella y por qué estás con ella?». Respondió así: «Me hace reír, hace que me mantenga alerta, me da fuerza cuando me siento desfallecer, se lleva bien con mi familia, la quiero y me puedo comunicar con ella». Entonces le pregunté qué le gustaba de sí mismo y tras mencionar tres cosas ya no pudo seguir. ¿Cómo podemos estar seguros de dar lo mejor de nosotros mismos si ni siquiera sabemos lo que podemos ofrecer? ¿Cómo podemos saber qué queremos si no sabemos ni quiénes somos? Debemos ser la gran persona que queremos ver en una pareja o, lamentablemente, jamás encontraremos la felicidad. Hace un par de años, por san Valentín, mi madre me preguntó con quién iba a cenar. Le respondí que cenaría conmigo mismo, pero que no se preocupara, no me había vuelto loco. Quería tener una cita conmigo mismo y preguntarme qué tipo de persona era, qué quería de mi vida y qué era importante para mí. Ahora me alegro muchísimo de haberlo hecho, porque esa noche me aportó gran cantidad de respuestas que crearon muchas oportunidades de cambio. En cuanto a la primera pregunta que le formulé a aquel hombre («¿Qué es lo que te gusta de ella y por qué estás con ella?»), le hice ver que todas las respuestas que había dado tenían que ver con él mismo, lo que, ciertamente, parecía algo egoísta. Es como si las relaciones se hubieran convertido en algo que debe satisfacer nuestros deseos, en lugar de ser una suma de fuerzas que ayuda a ambos a crecer. Así que le propuse lo siguiente: «¿Y si en lugar de decir “me hace reír”, mencionaras su “extraordinario sentido del humor”? Así, si en alguna ocasión no te hace reír, no pasará nada, porque seguirá siendo divertida y siempre serás capaz de verlo. Tu pareja tiene su propia vida. Su trabajo no consiste en satisfacerte, eso tienes que hacerlo tú. En lugar de decir “se lleva bien con mi familia”, ¿qué tal “es una persona familiar”?». ¿Te das cuenta de la enorme diferencia que puede marcar en las relaciones este pequeño cambio de actitud? Debes centrarte en las cualidades de tu pareja y no solo en lo que te puede ofrecer. Muchas relaciones empiezan a girar en torno a lo que quiere uno de sus miembros, que acaba haciéndose con el control. Tienes que desplazar el foco hacia la otra persona y hacia los motivos por los que quieres estar con ella, porque así la valorarás a un nivel absolutamente distinto. Reconocer su valía es lo que os mantendrá unidos cuando surjan las dificultades. Seamos sinceros: mientras haya relación, habrá alguna grieta, pero si haces que todo gire en torno a ti, puedes estar seguro de que la relación hará aguas. «Si piensas en lo difícil que te resulta cambiar, te darás cuenta de lo inútil que es intentar cambiar a los demás.» DESCONOCIDO Otra de las cosas importantes que descubrí gracias a conversar con mucha gente y a mi experiencia personal es que creemos que nuestra pareja llena vacíos que nos creemos incapaces de llenar por nosotros mismos. Creo que esta es la mayor dificultad inconsciente a la que nos enfrentamos. Cuando, por el motivo que sea, esa persona no está ahí para llenar el hueco, empezamos a discutir y a dudar y la relación se desmorona. Como se trata de una dificultad inconsciente, no somos plenamente conscientes de lo que sucede, por lo que debemos formularnos preguntas profundas: ¿de verdad estás enamorado de quién es el otro o estás enamorado de lo que crees que hace por ti porque te consideras incapaz de hacerlo por ti mismo? Cuando lo conociste, ¿tenías claro lo que querías de una pareja? ¿Realmente te esforzaste en conocerlo o te dejaste llevar por la atracción? Lo cierto es que nadie puede llenar ningún hueco que tú no puedas llenar por ti mismo. Cuando estamos convencidos de que necesitamos al otro para seguir viviendo, sometemos la relación a una presión tremenda. Pensamos que, si no estuvieran, perderíamos el rumbo, no podríamos funcionar y seríamos incapaces de seguir adelante o de hacer nada en la vida. Estoy aquí para decirte que ya tienes todo eso que necesitas: lo que sucede es que, quizás, se trata de cualidades que aún no has puesto en práctica. Si estás con alguien, que sea porque realmente quieres estar, no porque creas que lo necesitas o tienes que hacerlo. Las expectativas respecto a los demás son una invitación a la decepción. Cuando esperamos que suceda algo y que el otro haga ciertas cosas, somos incapaces de ver las cosas maravillosas que ya hace por nosotros. Lo cierto es que, siendo realistas, no tiene que hacer nada, pero, si lo hace, debería ser porque quiere, no porque se sienta obligado. Si tienes que pedir repetidamente que haga algo, y al final lo hace, pero sientes que no le sale del corazón, es porque le has obligado a hacerlo. Es imposible sentirse satisfecho y, para ser sinceros, quizás sea porque esa persona no es la mejor para ti. Si lo es, las cosas suceden sin más, no deberías sentir que lo obligas continuamente a ello. Debemos hacer las paces con quiénes somos y querer al otro por quién es en realidad. Debes respetar que también tiene una vida que vivir. La función de la pareja es ayudar al otro en sus aspiraciones y añadir tanto valor como sea posible a su vida. Es evidente que una relación es sana cuando ambas partes sacan lo mejor del otro y brillan simultáneamente. Tener un compañero para la vida no consiste en enfrentarse a él, sino en superar juntos las dificultades. A continuación encontrarás tres maneras de crear una relación más satisfactoria: · Apela a tus propias emociones, no a las de tu pareja. Si no lo haces, la relación no tiene futuro. · Cread juntos visiones que os inspiren. Si no tenéis algo a lo que aspirar juntos, os quemaréis. Hay veces que las personas siguen juntas, pero eso no significa necesariamente que la relación siga viva. ¿Cómo quieres que sea tu relación? ¿Cómo puedes conseguir que sea así? ¿Qué os gustaría conseguir juntos? · Crea un plan estratégico con el que ambos podáis trabajar para hacer realidad esas visiones y resultados que deseáis. SI ES NECESARIO, SUELTA AMARRAS «Me asusta tanto la distancia entre dónde estoy y dónde quiero estar... por todo lo que puedo llegar a ser, cerraré los ojos y saltaré.» MARY ANNE RADMACHER Nuestra felicidad como individuos depende casi siempre de las decisiones que tomamos o de las que queremos tomar, pero no sacamos adelante. Las personas experimentan infelicidad porque no ven satisfechas las expectativas que se han fijado. Esto pasa con la situación económica, con el estado emocional y, sobre todo, con las relaciones personales. Al final, todo se resume en una pregunta: ¿qué quieres de la vida? Si en el fondo sabes que tu relación de pareja es algo en lo que ya no quieres seguir participando, debes alimentar tu verdad. Hay muchas personas que, tras abandonar una relación, regresan y afirman estar convencidas de que quieren recuperarla. Es posible que sea la quinta vez que intentan dejarla, pero la historia se repite una y otra vez. Entonces, la pregunta que hay que plantear es: «¿Quieren recuperar la relación o tienen miedo a lo desconocido porque aún no han construido la fortaleza interior que necesitan para soltar amarras?». Cuando profundizo en esta cuestión, la respuesta que escucho una y otra vez es que lo que desean de verdad es alejarse de la situación y sentirse libres, lo que sucede es que se recuerdan todos los motivos por los que no pueden hacerlo, en lugar de pensar en todas las maneras en que podrían conseguirlo. Cuando aceptan que «no puedo» es una decisión, se dan cuenta automáticamente de que sí pueden. Mi verdad me dijo durante mucho tiempo que no quería seguir en mi relación anterior; ahora tendría mucho más dinero si ahorrara un dólar por cada vez que no hice caso a mi voz interior. Pensaba: «Esta persona no es la adecuada para ti, echa a correr ya»; pero entonces me arrodillaba y decía: «Dios, dame una señal». Lo bueno era que pedir una señal ya era una señal en sí misma. Las señales están ahí, las vemos a diario y siempre podemos contar con esa vocecilla interior para que nos lo recuerde. Ahora creo que cuando decimos «no lo sé», en realidad es un «no». Vale para los negocios, para las relaciones y para todo lo demás. Ahora, a no ser que esté absolutamente seguro de algo, mi respuesta es que no. Esto no quiere decir que no pueda llegar a estarlo o que necesite saberlo instantáneamente, sino que no me comprometeré hasta que esté seguro de que eso es lo que quiero. «Una de las cosas tristes de la vida es que a veces conoces a alguien muy importante para ti y luego descubres que nunca pudo ser y tienes que dejarlo ir.» DESCONOCIDO Podemos construir esa misma certidumbre cuando queremos dejar a una pareja. Si alguna vez has mantenido una relación que no te satisfacía y, al final, hiciste acopio del valor necesario para marcharte, sabrás que llega un momento en que el dolor es demasiado intenso y la hierba demasiado verde al otro lado. Tal y como sucede con todo lo demás en la vida, un cambio de emoción te llevó a actuar con rapidez y, al final, te fuiste. Llegaste a un punto en el que dijiste: «Se acabó, no puedo más». Llegó el día en que te negaste a seguir viviendo la vida de otra persona. Estoy seguro de que también te sentiste muy frustrado porque intentaste controlar la vida del otro; una relación no es eso. No nos compete intentar transformar a alguien en nosotros, porque lo único que conseguiremos es chocar. Además, ¿quién nos ha dado derecho a intentarlo? El propósito de una relación de pareja es añadir elementos distintos a la vida de cada uno. Nunca intentes hacer que el otro viva tu vida. Debes respetar su vida, del mismo modo que él o ella debe respetar la tuya. Tal como he dicho antes, si es la persona adecuada, las cosas no serán muy difíciles. No tienes que obligar al otro continuamente ni el otro ha de sentirse obligado a nada, sencillamente sucede. El intento de controlar la vida del otro no es más que un reflejo de la incapacidad de controlar la propia. Nos pasamos la vida volviéndonos locos intentando adivinar qué piensa nuestra pareja. ¿Por qué ha hecho eso, por qué me ha hecho daño o por qué se comporta así? ¿Y qué me dices de ti? Si lo planteamos así, no estamos asumiendo la responsabilidad sobre nuestra propia vida y no vemos que no se trata de lo que el otro haya hecho o dejado de hacer. Se trata de lo que nosotros le hemos permitido hacer. Cuando agarremos las riendas, las decisiones que tomemos traerán consigo los resultados que tanto deseamos. ¡Has de tomar las riendas de tus emociones y de tu estado mental! El otro es quien es, pero tú has de ser responsable de ti mismo y empezar a tomar decisiones en consecuencia. Si el otro no está dispuesto a cambiar, debes hacerlo tú. En mi opinión, las personas solo podemos dar tanto amor como encontramos en nuestro interior. A la hora de decidir si alguien puede ser nuestro compañero de vida o no, creo que es crucial que nuestros valores fundamentales no choquen con los suyos. Al fin y al cabo, los valores guían nuestra conducta. En una ocasión, hablé con una clienta que siempre había querido viajar y luego tener hijos; sin embargo, su pareja consideraba que viajar era tirar el dinero y no quería hijos. Obviamente, cuando lo conoció no tenía claro lo que quería de una pareja, por lo que no indagó acerca de esos detalles tan importantes. Para cuando lo supo, ya se había enamorado, pero él no estaba dispuesto a ceder y tampoco quería que ella viajara sola. Era evidente que él valoraba cosas en su vida muy distintas a las que ella anhelaba. Le pedí a mi clienta que pusiera por escrito todo lo que quería hacer o lograr en su vida y que, luego, incluyera las características de su pareja para determinar si les ayudarían a crecer juntos. Cuando hizo el ejercicio, se dio cuenta de que había puesto en espera casi todos los elementos de la lista por él. Tuvo que asumir que ella era la responsable de eso y que tenía que dejar de culparlo a él de su propia inacción. No es que él estuviera equivocado, sencillamente no querían lo mismo de la vida. Si ella quería vivir su vida, tenía que dejarlo. Y eso hizo: puso fin a cinco años de relación. Lo pasó mal durante un tiempo y me dijo que no le resultó nada fácil, pero fue la mejor decisión que pudo tomar. Por fin visitó a la familia que tenía en el extranjero y fundó su propia empresa. También se prometió que jamás volvería a entablar una relación con un hombre que no quisiera tener hijos. Ahora, los hijos ocupan el primer puesto de su lista de irrenunciables. Ha creado claridad y ha aprendido de su experiencia pasada. Así es cómo crecemos y atraemos lo que queremos. No te olvides de ti mismo solo porque hayas encontrado a alguien. Si lo más valioso para nosotros no está alineado con nuestra pareja, ¿cómo podemos esperar que la relación tenga éxito? Si entras en conflicto con alguien, es porque ha pisoteado alguna de las cosas que más valoras en la vida. A nadie le gusta que pisoteen o cuestionen los valores que le guían o que defiende. Nuestros valores son nuestra vida, porque los usamos como la única vara de medir a la hora de tomar decisiones. Si alguna vez has dudado al tomar una decisión, es porque aún no tenías claro qué valorabas más en esa situación. Muchas personas se conforman con estar con alguien que tiene unos valores diametralmente opuestos a los suyos y que defiende cosas completamente distintas. La importancia de ciertas cosas es, para ellas, mayor o menor que para su pareja. ¿Cómo no van a chocar esas relaciones? La atracción, la riqueza, el estatus social, la soledad y el vacío son algunos de los motivos por los que nos quedamos. Te recomiendo encarecidamente que, si quieres una relación satisfactoria, coloques los valores fundamentales del otro en los primeros puestos de la lista de irrenunciables. Si ahora estás en una relación que no te satisface como consecuencia de esta discrepancia, y sabes que tu pareja nunca cambiará (tampoco es que tenga que hacerlo y quizás ni siquiera sea recomendable que lo haga), tienes que reevaluar la situación y decidir. Por si todo esto fuera poco, es habitual confundir el amor con el deseo. Nos obsesionamos con personas a las que acabamos de conocer o creemos que nos gusta alguien a quien apenas conocemos. Entonces, reclamamos su atención; ser ignorado por la única persona que queremos que nos haga caso es una de las peores sensaciones que se puedan tener. ¡Nos ha pasado a todos! Sin embargo, si reflexionamos detenidamente, nos daremos cuenta de que la única persona cuya atención anhelamos somos nosotros mismos. Creo que cuando nos sentimos vulnerables por la falta de atención de otro es porque la vida nos dice que no nos prestamos atención suficiente a nosotros mismos. Normalmente, nos colocamos en esa posición tan dependiente por la acumulación de falta de atención hacia nosotros mismos. Esa persona ejerce, básicamente, de llamada de atención. Tienes que aprender a quererte. Tu felicidad no puede depender del estado de ánimo de otra persona. Las cualidades que valoramos más, los principios que encabezan nuestra lista y los valores más importantes para nosotros modelan nuestra vida. Digamos, por ejemplo, que el respeto, la comunicación e irte de vacaciones con tu pareja son algunas de las cosas más importantes para ti. Sin embargo, otra persona puede tener una opinión muy distinta sobre todas esas cosas. Quizás, para el otro responder a un mensaje tres días después es normal, mientras que para ti puede ser una falta de respeto y de comunicación inaceptables. Para ti poner en práctica los planes que se han hecho junto al otro puede ser una señal de madurez y de integridad, mientras que al otro le da lo mismo una cosa que otra. Creo que siempre hay un toma y daca, pero también estoy convencido de que no podemos vivir para siempre con cosas que en realidad no aceptamos ni respetamos. Una pareja debe hacer que te sientas más seguro, no darte la sensación de que tienes que andar siempre con pies de plomo. Las personas podemos tener valores diferentes, pero tenemos las mismas necesidades. Una de ellas es ser amados tal como somos en realidad, no como intentamos hacer ver que somos. Necesitamos a alguien con valores similares, para que nos ayude a crecer. Si sentimos que el otro vive sustentado en valores distintos a los nuestros, siempre sentiremos incomprensión y frustración al respecto. Es posible incluso que sintamos que esa persona nos está ralentizando. No quiero decir que no debas estar con alguien que tenga rasgos distintos. Lo que intento transmitirte es que tienes que ahondar en los valores que guían a esa persona en la vida. El mito de «no volveré a encontrar a alguien que me quiera» es precisamente eso, un mito. No te dejes engañar: volverás a encontrar a otra persona con el tiempo. Las exparejas desempeñan un papel muy importante en nuestro destino. Nos ayudan a ver lo que no queremos, de modo que lo que sí queremos se hace más claro. Creo que estar con alguien con quien en realidad no queremos estar es echar a perder la vida. Nos convencemos a nosotros mismos de la dificultad de vivir nuestra verdad, pero vivir una mentira es mucho más difícil. Recuérdate continuamente cuál es tu plan maestro y por qué has decidido marcharte. La mente intentará engañarte, pero esa voz profunda que te habla desde el interior será de una honestidad brutal. Personalmente, dirigí mis pensamientos y mis emociones hacia el concepto de liberarme de las cadenas emocionales que me ataban y me visualicé viviendo la vida que quería vivir. La dura realidad es que uno de los miembros de la pareja siempre acaba sufriendo más que el otro, pero es igualmente cierto que, a largo plazo, no le estás haciendo daño. Con el tiempo, se dará cuenta de que es mucho más egoísta quedarse con alguien a quien en realidad ya no quieres. Estarás haciendo lo mejor para los dos, pero no pasa nada si el otro no lo ve al principio. Si te han dejado y ahora mismo tienes el corazón roto, permíteme que te diga algo desde mi experiencia personal: en realidad, solo te estás peleando contigo mismo. Lo que más te frustra es haber permitido que te traten así, te entristece haberte abandonado, haberte perdido y haber sacrificado tanto. Sin embargo, te aplaudo el valor de haber llevado el corazón en la mano: es la única manera de experimentar el amor verdadero. La lucha está en tu interior, no es contra el otro. Tu misión consiste ahora en recuperar la confianza en ti mismo, recuperarte y reconstruir la maravillosa relación que antaño tenías contigo. ¡Lo conseguirás! Te deseo lo mejor en tu viaje hacia un nivel superior del ser, hacia una plenitud más profunda y una mejor comprensión de ti mismo. No deberíamos tener pareja para que llene con su presencia nuestros vacíos emocionales. Debe ser el complemento de los huecos que ya hemos llenado nosotros mismos y ayudarnos a encontrar el modo de llenar los que aún no hemos podido ocupar. AMARRADO EN PUERTO «Si quieres entrar en mi vida, la puerta está abierta. Si quieres salir de mi vida, la puerta está abierta. Solo te pido una cosa: no te quedes en la puerta, bloqueas el tráfico.» DESCONOCIDO Si estás listo para zarpar, estás en un punto extraordinario. Tomar las decisiones adecuadas y emprender las acciones necesarias atraerá a una persona distinta a todas las que has conocido hasta ahora. Esa persona soñada ya no será un cuento de hadas, sino una realidad a punto de suceder. Tal como he explicado antes, si centras toda tu energía en buscar algo, lo encontrarás. Por ejemplo, si dices: «No quiero a alguien que me falte al respeto» o «No quiero a alguien egoísta», puedes estar seguro de que verás faltas de respeto y egoísmo por todas partes. ¿Recuerdas el apartado «Busca y lo hallarás», en el que hablamos del sistema de activación reticular del cerebro? El SAR funciona constantemente, pero si queremos que lo haga a nuestro favor, tenemos que enfocarlo con inteligencia. Acostumbramos a cargar con el equipaje de experiencias pasadas, lo que empaña las nuevas. Centramos toda la atención en esos rasgos concretos que ahora sabemos que no queremos, pero así levantamos un muro ante nosotros. ¿Cómo nos van a abrazar si no bajamos la guardia? Te voy a poner un ejemplo. En el pasado tuviste una pareja con la que no acababas de encajar y que, por lo tanto, ahora es tu ex. Piensas en esa persona y te convences de que todos (o todas) son iguales y te aferras a esa creencia. Piensas acerca de ello, le das mil vueltas, peor aún, lo refuerzas. Tienes ese concepto inconsciente siempre dispuesto a activarse en cuanto conoces a alguien. ¿Qué oportunidad le das a ese alguien si tienes esa actitud? Independientemente de cómo se comporte, esa actitud determina cómo abordas tú la situación, por lo que la situación cambiará. El tono de voz, el tipo de personas a las que atraes, el lenguaje corporal y las decisiones instantáneas desempeñan un papel crucial. Es como si quisieras que el otro fallara, para demostrar que tenías razón desde el principio. Es posible que lo que hayan dicho o hecho sea muy inocente, pero tú lo percibirás como algo catastrófico porque lo relacionarás automáticamente con tu creencia. Y, claro, luego te preguntarás por qué siempre te pasa lo mismo y por qué todas las personas a las que conoces tienen los mismos defectos. No creo en las casualidades, atraemos lo que atraemos. Sin embargo, incluso aunque tú sí creas en ellas, ¿no crees que ya has superado el límite de lo que se puede considerar una casualidad? Si te encuentras con una pauta constante, ¿no crees que quizás te toca a ti empezar a cambiar? Para empezar, podrías cambiar de actitud. Podrías reconocer que tu ex no era lo que querías, por lo que ahora sabes lo que no quieres en una pareja y tienes más claro lo que sí quieres. Si sigues ahondando en lo que no quieres, lo único que conseguirás es repetir tu relación anterior con todas las personas a las que conozcas. Es posible que incluso te vuelvas un amargado que detesta hasta la imagen de una pareja de enamorados. Con esa actitud, ¿quién querría estar contigo? Tienes que centrarte en todo lo que quieres para poder aplicar los cambios que te alineen con tu pareja soñada. Cuando lo hagas, la energía que despides proclamará que estás listo para abrazar a alguien nuevo. Además, debemos saber que a veces nos centramos tanto en lo que queremos, que aparece y, entonces, pensamos que es demasiado bueno para ser verdad. A lo largo de la vida te encontrarás repetidamente con la oportunidad de lograr lo que quieres; depende de ti aprovecharla o no. Todos los cambios empiezan por ti. ATRAE A LA PAREJA DE TUS SUEÑOS Si quieres crear algo distinto, tienes que hacer algo distinto. Antes de ir al supermercado, deberíamos escribir una lista de la compra con todo lo que queremos. De otro modo, recorreremos todos los pasillos y acabaremos llenando el carro de cosas que en realidad no queríamos. Compramos chocolate cuando lo que queríamos era brócoli. Llegamos a casa, nos zampamos la tableta y, entonces, nos machacamos por haberla comprado. ¡Y encima nos hemos olvidado el brócoli! Seguramente ya ves por dónde voy. Si quieres conseguir lo que realmente deseas en una pareja, tienes que hacerlo real. Debemos tener muy claro lo que queremos en la vida para conseguirlo. Todo lo que se manifiesta empieza como una creación mental, que luego debemos afianzar poniéndola por escrito para volver al papel siempre que necesitemos recordar qué queremos. Aumentar la visibilidad mejorará la realidad. Recuerda que no siempre conseguimos todo lo que queremos, pero que hay cosas irrenunciables. Nunca te conformes con menos de esos imprescindibles, pero sé más flexible con lo demás. Yo no rechazaría a nadie porque no calzara un 37 y tampoco me llevaría la lista a una cita. No seas como un maestro estricto que evalúa cada palabra que dice el otro. Las cosas no siempre suceden como las hemos creado en la mente, pero si te aseguras de que contienen los elementos fundamentales, sentirás la misma emoción. El regalo no siempre aparece envuelto y con un lacito, pero podemos ponérselo nosotros: así ayudarás a esa persona a crecer. No es tanto lo que puedes recibir de esa persona como lo que tú le puedes ofrecer. No seas uno de esos «picaflores» (así es como los llamo) que no hacen más que ir de persona en persona esperando que, algún día, aparezca la adecuada. Todos conocemos a alguien que apenas ha roto con alguien y ya ha empezado con otro. La historia es siempre la misma: «Jamás doy con el adecuado». Ten fe desde el principio y usa tus capacidades para estar tan seguro como sea posible. Tarea 1 ACLARAR LO QUE QUIERES. Escribe lo que quieres en una pareja: espiritual, mental, física, emocional y económicamente hablando. Escríbelo todo y recuerda que, por ejemplo, ha de ser «Quiero a alguien que me respete» y no «No quiero a alguien que me falte al respeto». Por algún motivo, tendemos a escribir lo que no queremos. Asegúrate de que escribes lo que sí quieres. Ahora que has descrito a tu pareja perfecta, pregúntate lo siguiente: ¿Por qué querría esa persona estar conmigo? ¿Qué tendría que hacer para atraer a alguien así? Si yo fuera esa persona y tuviera una cita conmigo, ¿querría volver a verme? Estas preguntas exigen que seas completamente honesto contigo mismo si quieres obtener respuestas extraordinarias que te indiquen áreas de crecimiento. Si has escrito que quieres a alguien que esté sano y en forma, lo más seguro es que esa persona no quiera a alguien que no cuida de su cuerpo o que se alimenta a base de McDonald’s. Si te emborrachas cada día, pero has escrito que quieres a alguien conectado con su faceta espiritual, se trata de dos posturas contradictorias. Si quieres a alguien feliz, ¿querrá esa persona estar con alguien que está permanentemente enfadado y que no disfruta de la vida? No son más que un par de ejemplos, pero seguro que me has entendido. Intentamos convencernos de que podemos lograr lo que queremos sin necesidad de cambiar antes. Tenemos que alcanzar el equilibrio entre lo que queremos y lo que vamos a hacer para conseguirlo, porque eso es lo que construirá también la seguridad en nosotros mismos. Tarea 2 CAMBIAR. Ahora repasa la lista y decide qué puedes hacer para atraer a alguien así. Averigua qué debes cambiar para alinearte con los atributos de esa lista. Por ejemplo, si quieres a alguien risueño, pero tú estás permanentemente avinagrado, es posible que tengas problemas. ¡Trabaja en tu actitud! Tarea 3 ELIGE TU ENTORNO CON SENSATEZ. Has de fijarte también en el entorno en el que deseas conocer a alguien. Tenemos que elegir ese entorno con sensatez si queremos aumentar las probabilidades de conocer a la persona de la lista. Si quieres a alguien con mucha fuerza mental y orientado a la familia, es poco probable que lo encuentres en el bar de la esquina un martes por la noche. Si quieres a alguien con un estilo de vida saludable, quizás no lo encuentres cenando en un Kentucky Fried Chicken; te irá mejor si buscas en el bufet de ensaladas un par de puertas más abajo, aunque te aconsejo que te acuerdes de tirar a la basura la bolsa de KFC. Un amigo mío quería a alguien espiritual, pero también muy sociable. Iba a discotecas todos los fines de semana y se emborrachaba sin remedio. Luego, se lamentaba y se preguntaba por qué no encontraba a la persona que buscaba. Muy sencillo: le dije que si iba a una discoteca en busca de una chica que estuviera sobria, quizás sería conveniente que no se emborrachara. Tenía que mantenerse sobrio: por un lado, no atraería lo opuesto de lo que estaba buscando y, por el otro, resultaría mucho más atractivo para las chicas que no bebieran. Si lo piensas, es de cajón, pero es exactamente lo que tienes que hacer: si quieres encontrar a esa persona, búscala en el lugar adecuado. La paciencia es el último aspecto, pero también el más importante. No te conformes jamás por culpa de la impaciencia. Solo conseguirás ser desdichado y, además, es injusto para la otra persona. A las grandes personas les suceden grandes cosas. Para ser capaz de ver algo grande, antes debes entender la grandeza. Empieza por invertir en tu propio crecimiento y haz cambios para ser grande desde dentro. Atraerás a otros igualmente grandes. EL MIEDO A MAREARSE Hay quienes temen entablar una relación de pareja porque creen que eso supone renunciar a su independencia. Nos gusta pensar que somos independientes, es decir, que no necesitamos nada ni a nadie. Si somos realistas, siempre dependemos de nosotros mismos, por lo que somos seres dependientes. Dependemos de que la verdulería tenga frutas y verduras que podamos comprar, dependemos de que otros compren nuestros productos, dependemos de la familia y de los amigos cuando necesitamos consuelo, dependemos de la lluvia para poder beber agua... somos dependientes durante toda nuestra vida. No pasa nada por depender de otros, porque estamos juntos en este viaje. La dificultad reside en encontrar el equilibrio entre la función que desempeña la independencia y la función de la dependencia. Es habitual que muchas personas piensen que las relaciones de pareja son restrictivas. Repito: si atraes lo que para ti es imprescindible en una pareja, os complementaréis de verdad. No tengas miedo a ser dependiente, pero nunca bases tu felicidad completa en otra persona. Eres el único que te puede realizar de verdad. VIENTO EN POPA A TODA VELA Si ya hace tiempo que estás a bordo del barco, sigue haciendo lo que haces. Puedes escribirme un correo electrónico y darme consejos. Siempre estoy dispuesto a aprender. De todos modos, siempre hay margen de crecimiento, por lo que creo que los consejos y las estrategias que parejas extraordinarias han compartido conmigo también pueden resultarte útiles. Si quieres que el barco de tu relación llegue a aguas tranquilas, el siguiente apartado también es para ti. Gente corriente Pareja 1 Trabajaba en un gimnasio donde solía coincidir con una pareja vibrante y les pregunté si me podía sentar a hablar con ellos. Accedieron y me explicaron que se acababan de prometer, aunque la relación había estado a punto de naufragar: habían logrado salvarla. De hecho, afirmaron que después de aquello era más fuerte que nunca. Aproximadamente un año antes de nuestra conversación habían estado a punto de separarse como consecuencia de un fallo de comunicación. Me sorprendió mucho escuchar que la relación había estado a punto de romperse. Él había engordado unos veinte kilos en cuestión de meses y ella se sentía entre la espada y la pared; la atracción física hacia él había empezado a disminuir y, además, estaba preocupada por su salud. Es posible que te parezca muy duro, pero ella realmente quería a alguien sano y en forma como pareja, así que no está mal en absoluto. La diferencia entre la amistad y una relación íntima es la atracción, por lo que es fundamental. El aspecto no siempre es el motivo por el que alguien pierde su atractivo, puede tratarse de un cambio de actitud, de cambios de humor o de una conducta incongruente o irracional. A ella también la atraían la fuerza y la seguridad que demostraba en su vida, pero ese aspecto también había empezado a decaer. «La ira reprimida puede emponzoñar una relación con tanta fuerza como las palabras más crueles.» JOYCE BROTHERS Un día decidió decirle que tenía que empezar a hacer algo para estar sano y en forma otra vez. Él malinterpretó el consejo, se empezó a sentir inseguro y pensó que quizás ella le era infiel. Se volvió paranoico y dejó de confiar en ella hasta cuando iba al supermercado. Ella me contó que le había resultado muy doloroso, porque lo quería muchísimo y lo último que quería era hacerle daño, pero que llegó un momento en el que no soportó más la desconfianza y le dijo que estaba a un paso de irse. Esto disparó el dolor de él al máximo y le llevó por fin a tomar la decisión de escuchar lo que ella tenía que decir. La escuchó y después le dijo con sarcasmo: «No creo que vayas a hacer nada distinto». Al día siguiente, ella los había matriculado a los dos en el gimnasio. Es lo que yo llamo una iniciativa tremenda. Empezaron a ir al gimnasio dos veces a la semana y ahora lo hacen cinco. Forma parte de su estilo de vida y me aseguran que ahora es él quien tiene que arrastrarla a ella. Ambos tienen un aspecto estupendo, pero lo más importante es que se sienten estupendos. Él se siente muy seguro de sí mismo, los beneficios de la empresa que tienen en común han aumentado. Me confesó que, ahora que era consciente del aspecto que había llegado a tener, él también se habría dejado. Qué manera tan fantástica de estar juntos al tiempo que cuidan de su salud. Se motivan el uno al otro y se divierten. Se ayudan mutuamente a crecer y siempre buscan el modo de ir más allá. CONSEJO: decíos siempre cómo os sentís y haced ejercicio juntos. Pareja 2 Esta pareja había estado a punto de comprometerse, pero estaban pasando por un mal momento. Habían construido su relación sobre la confianza, por lo que pasaban mucho tiempo separados, cada uno con sus amigos. Se dieron cuenta de que su compromiso con el otro se estaba debilitando y decidieron sentarse y hablar. Descubrieron que se habían estado viendo mucho menos de lo que solían y que hacía tiempo que habían aparcado los frecuentes viajes que acostumbraban a hacer, así que decidieron pasar a la acción. Acordaron reducir sus respectivas vidas sociales y ahorrar para poder viajar, como mínimo, un fin de semana cada dos meses. En lugar de decir «No tenemos dinero», hicieron lo necesario para conseguirlo. Está demostrado que viajar juntos puede mejorar tanto las relaciones de pareja como las amistades. Si alguna vez has hecho un viaje con amigos, habrás experimentado el vínculo que se forma. Sí, ya sé que hay personas que discuten durante los viajes: somos humanos, no somos perfectos. Sin embargo, por lo general va muy bien. Esta pareja me aseguró que nunca más darían la presencia del otro por sentada y que sus esfuerzos estaban dando el resultado deseado. Su consejo es que nos impliquemos más con el otro. Nunca deis por sentadas las cosas que os unieron en un principio. Pasad a la acción y haced cosas divertidas juntos. Tenía un coachee que se encontraba en una situación similar con su pareja. Me dijo que no tenía dinero para viajar, pero luego averigüé que se gastaba unos 250 dólares semanales en alcohol. Solo es un ejemplo, pero, en serio, ¿cuán importante es para ti tu relación? No mucho, si es más importante la cerveza que compras cada semana. Si realmente estás comprometido con la relación, encontrarás el dinero y el tiempo que necesitas. Siempre hay una manera. CONSEJO: viaja con tu pareja o empezad una actividad nueva juntos. Haced cosas divertidas y que os hagan sentir muy bien. Pareja 3 Todos sabemos que cuando una mujer te pide tu opinión sobre una prenda de ropa, lo más probable es que acabe haciendo lo que quiera igualmente, pero esa es una de las grandes cosas que tenemos que aprender a valorar. Cuando una mujer se prueba una prenda que acaba de comprar y le pregunta a su pareja qué le parece, la mejor respuesta es que le queda muy bien, aunque lo más probable es que no le parezca muy distinta a otras prendas que ya ha visto antes. Entonces, ella vuelve a preguntar y él se lo vuelve a pensar: «Sí, bueno, pero el otro también me gusta». Entonces, ella dice «¿Qué tiene de malo este?», a lo que él responde: «Nada, es bonito, pensaba que querías mi opinión». La frase final es: «Bueno, pues a mí me gusta, así que me lo pondré». El chico se queda confuso y, cuando están a punto de salir por la puerta, llega la pregunta: «¿Seguro que quieres salir así?». A mí me encanta, porque creo que si las mujeres no fueran así, los hombres saldríamos a la calle casi desnudos. A ellas les gusta ir de compras solas, pero a nosotros se nos da fatal y nos da miedo comprar algo que no le guste a nuestra pareja; sabemos que tendremos que devolverlo, no porque ella nos obligue, sino porque aceptamos que sabe más del tema, así que, si a ella no le gusta, a nosotros tampoco. Todos los hombres saben que necesitan a una gran mujer, y el dicho «No sabríamos qué hacer sin ellas» es absolutamente cierto. La última pareja con la que hablé lleva diez años casada y la relación es tan fuerte como el primer día. Tienen tres hijos y cuesta verlos sin una sonrisa en los labios. Anhelaba conocer su secreto y accedieron a hablar conmigo. La primera cualidad que debo destacar de esta pareja es la honestidad. Me aseguraron que hacían todo lo posible por no entrometerse en la vida del otro, pero que al mismo tiempo siempre estaban ahí para ayudarse a crecer. El marido respeta absolutamente el papel que desempeña su mujer y ella respeta su conocimiento en ciertas áreas. Este respeto mutuo permite que siempre estén dispuestos a escucharse y a ayudarse en la consecución de sus respectivos sueños. También me dijeron que ambos estaban muy implicados en la crianza de los hijos y que eso había ejercido un impacto colosal en la relación. Jamás se habían dado por sentados y me aseguraron que una comunicación honesta, por dolorosa que hubiera podido resultar en ocasiones, había sido la clave para construir una relación larga y sólida. Para poder tener una gran relación es imperativo que comuniquemos regular y abiertamente cómo nos sentimos. Guardarnos los problemas nos puede llevar a actuar de manera egoísta o irracional y es eso precisamente lo que acostumbra a prolongar las dificultades. sed honestos, comunicaos abiertamente a diario, valorad hasta lo más insignificante, respetad vuestros sueños respectivos y estad siempre dispuestos a ayudar al otro. Eso es lo que yo considero un éxito. CONSEJO: EN RESUMEN Esto son solo tres ejemplos, pero coinciden en lo mismo. Mucha gente intenta salvar la relación con regalos materiales. Es posible que tu pareja no quiera un bolso Gucci o un reloj nuevo, sino un simple abrazo. Quizás no quiera un viaje ni una cena ni un ramo de rosas. Quizás quiera que escuches lo que tiene que decir y que estés presente de verdad. Nunca emprendería un negocio con alguien que careciera de habilidades de comunicación, ni me haría su amigo, por supuesto, no tendría una relación con alguien que no hiciera un esfuerzo por comunicarse. ¿Por qué iba a hacerlo? Refleja la falta de respeto y de estructura que tienen en sus propias vidas. Es crucial que te comprometas con tu pareja si quieres una relación plena. Si hubiera más personas comprometidas de verdad con su pareja antes de arrodillarse anillo en mano, habría menos rupturas. Las relaciones sólidas se construyen sobre las cosas que la mayoría de las personas dan por sentadas. No hay una relación más grande que la que establecen dos personas que se conocen a sí mismas. Las amistades son maravillosas. Es el lugar donde un alma confía en otra para encontrar consuelo y liberación en su viaje. 18 LA IMPORTANCIA DE LOS IGUALES «Aléjate de quienes intentan menospreciar tus ambiciones. La gente pequeña siempre lo hace, pero las personas realmente magníficas te harán creer que tú también puedes ser magnífico.» MARK TWAIN Un día fui a una tienda de animales para comprarle un pez a mi sobrino y le expliqué al dependiente que tenía que ser alguno que no creciera demasiado, porque iba a vivir en una pecera pequeña. Me aseguró que no tenía de qué preocuparme, porque la mayoría de los peces crecen en proporción al tamaño de su entorno y llega un momento en que, sencillamente, dejan de crecer. Me pareció una analogía perfecta para ilustrar el modo en que los seres humanos nos adaptamos a las personas con las que nos relacionamos y al entorno del que nos rodeamos a diario. Todos los seres vivos sobreviven porque se adaptan al medio. El lagarto cornudo norteamericano es uno de los múltiples ejemplos de ello. Se alimenta fundamentalmente de hormigas y ha desarrollado escamas gruesas para evitar que estas le muerdan mientras disfruta de su festín. Sin embargo, el cazador siempre puede ser cazado, por lo que cuando aparece su peor enemigo, el coyote, tiene que defenderse. Este lagarto ha evolucionado de modo que lanza chorros de sangre contra sus atacantes por los ojos. Sorprendentemente, la sangre de este reptil contiene sustancias que repelen a los perros en general y que resultan muy irritantes para los coyotes en particular. El ser humano no es una excepción en su capacidad para adaptarse al medioambiente. No hace falta ser un genio para llegar a la conclusión de que nos acabaremos pareciendo a las personas con las que nos relacionemos, lo que significa que hay que elegir muy bien con quién decidimos pasar la mayoría del tiempo: relacionarte con personas del tipo equivocado puede entorpecer tu crecimiento personal. Lo que crees en tu vida dependerá de con qué alimentes a tu mente. Si la alimentas a diario con basura, ¿qué resultados crees que obtendrás? ¿Cómo te sentirás? Cuando tenía trece años y empezaba a meterme en problemas junto a otros adolescentes, mi abuelo me dijo: «Cuando uno se junta con basura, acaba apestando». Todos sabemos que algunas de las acciones del ser humano no son más que eso: ¡basura! Es una de las afirmaciones más duras, pero también más ciertas, que he escuchado nunca. Con esto no quiero decir que debas abandonar a tus amigos, pero sí que los veas a pequeñas dosis si contradicen lo que quieres conseguir. Incluso es posible que tengas que enseñarle la puerta a alguno si tu verdad te dice que esa es la mejor opción. Si quieres aprender a hablar chino, pero te pasas el día con gente que habla francés, ¿qué idioma aprenderás antes? «Hay momentos en la vida en los que debes actuar, aunque no puedas llevar contigo a tus mejores amigos.» MAHATMA GANDHI La mayoría de las veces nos condicionamos a nosotros mismos con conductas mentales, verbales y físicas que se parecen a las de nuestros iguales. Lo hacemos, entre otras cosas, para satisfacer la necesidad de aceptación y prestigio social. A veces pensamos que, si hacemos cambios importantes, nuestros amigos pensarán que somos idiotas o que nos hemos vuelto locos. ¿Pues sabes qué? ¡Es verdad, a veces lo piensan! Entonces, tenemos que preguntarnos lo siguiente: si ven de esa manera nuestros cambios positivos, ¿de verdad son buenos amigos? Es muy posible que tus mejores amigos se rían un poco de ti, pero normalmente lo hacen porque te quieren. Tienen miedo a perderte o, quizás, tu cambio positivo hace que se sientan insignificantes. Es posible que ser testigos de cómo alcanzas la excelencia les haga ver por fin lo improductivos que son en sus propias vidas. Entiendo que nadie quiere hacer que sus amigos se sientan así, pero debes aceptar que ese no es motivo suficiente para no vivir la mejor vida que puedes vivir. En definitiva, el problema es suyo y lo único que puedes hacer es contarlo bien. Habrá personas a quienes les cueste entenderlo al principio, pero, si son amigos de verdad, al final lo entenderán. También me encanta cuando los supuestos amigos lanzan el famoso: «¡Solo se vive una vez!», para justificar por qué fuman, consumen drogas o incluso cometen delitos. Deberían completar la frase: «¡Solo se vive una vez, así que vamos, mátate, empieza a consumir drogas o haz algo que te puede llevar a pasar los próximos diez años en la cárcel!». Creo que prácticamente todas las veces que he sucumbido a esa frase sabía que, en realidad, era un error. Y pagué el precio. Acepta que una persona de mente cerrada no puede mantener una conversación abierta. ¿Te has parado a pensar alguna vez si te lanzan esa expresión en tu beneficio o en el suyo propio? Vale la pena pensar un poco antes de responder. Una respuesta inteligente podría ser: «Sí, solo se vive una vez, así que voy a vivir de la mejor manera que sé». ¿No te parece que esto es mucho más lógico? Quizás creas que las opciones que te presentan cuando te lanzan esa frase son divertidas, pero, si reflexionas, te darás cuenta de que lo que superficialmente parece divertido, en realidad puede ser causa de tormento emocional y mental. Oigo con frecuencia a personas quejarse de que las han obligado a hacer algo que no querían hacer. Es una excusa bastante patética cuyo objetivo es eludir la responsabilidad personal. Deberían asumir la responsabilidad sobre lo que han hecho y aprender a reforzar su mente. Tú eres el único ante el que tienes que responder cuando reposas la cabeza sobre la almohada. ¿Por qué no he logrado nada? ¿Por qué he hecho lo que he hecho? ¿Por qué estoy tan alterado? Eres el único que puede encontrar respuestas satisfactorias a esas preguntas, así que aprende a tomar las riendas de tu vida y desoye las influencias externas que sabes que te harán dudar de ti mismo. «El amigo verdadero entra cuando todos los demás salen.» WALTER WINCHELL ¿A quién le importa lo que puedan pensar las personas que critican los fantásticos cambios que estás aplicando? Estoy seguro de que no tienen la menor intención de ayudarte en tu camino. Las personas que más se mofan de tu productividad son precisamente las que sienten celos, las que no tienen ni idea de cómo vivir la vida y las que viven tristemente y sin rumbo. ¿Te has dado cuenta de que las personas negativas pasan la mayor parte de su tiempo con otras personas negativas? ¿Quieres dejar de seguir tus sueños y acabar como ellas? No lo creo. Las personas que no creen en ti no creen en sí mismas. Mis supuestos amigos se burlaban, se mofaban de mí y me decían a diario que estaba loco solo porque había empezado a amar la vida más que antes. Me decían que mis ideas jamás funcionarían, pero no tardé en demostrarles lo contrario. Mi visión y mi pasión eran demasiado potentes como para dejar que nadie interfiriera en ellas. Sí, en alguna ocasión se me pasó por la cabeza abandonar, pero es en esos momentos cuando debes ser más fuerte que nunca: cuando superes ese obstáculo, el siguiente te resultará más fácil. En lugar de arrodillarme y rendirme, lo usé como motivación para llegar aún más lejos y para crear un afán de éxito aún mayor. A veces, la gente percibe las grandes cosas que estás haciendo como ataques personales contra ellos. No te desanimes por las inseguridades de los demás. «Las grandes personas construyen monumentos con las piedras que otros les lanzan.» ROBIN SHARMA Una vez hablaba de mi proceso de cambio con un buen amigo y me dijo: «Sé que estás haciendo cambios y me alegro mucho por ti, de verdad, pero preferiría que no me hablaras de ello. De todos modos, siempre estaré aquí si me necesitas». Lo respeté mucho por ello y sigue siendo un buen amigo mío, porque la decisión de no escuchar las lecciones que yo estaba descubriendo le correspondía solo a él. Le agradecí la honestidad en lugar de enfadarme y marcharme, y cuando más adelante me pidió consejo, estuve encantado de ofrecérselo. Habla con tus amigos acerca de tu cambio, pero no los obligues a asumir tus creencias, porque lo más probable es que salgan huyendo. Si estás haciendo grandes cambios en tu vida, serán evidentes para quienes te rodean y volverán para preguntarte cómo lo has logrado. Si te has fijado en las personas de éxito, habrás visto que son muy cuidadosas a la hora de elegir compañía. Si quisieras convertirte en un gran pintor, no te rodearías de guitarristas para preguntarles cómo pintar. Rodéate de personas que se dediquen a lo mismo que tú y pídeles consejo. No tengas miedo de apuntar a lo más alto y preguntar a la mejor persona que conozcas en ese campo. Un verdadero amigo es alguien ante quien puedes hacer el idiota sin sentir la menor vergüenza. Haz todo lo posible por proteger esa amistad. ¡Es lo más cerca que estaremos jamás de volver a ser niños! Cuando trabajaba como entrenador personal, me di cuenta de que casi siempre que dos personas con sobrepeso se apuntaban juntas, no duraban mucho. Por el contrario, cuando alguien con sobrepeso entrenaba junto a alguien que estaba en forma, pronto se ponía en forma también. No estoy siendo cruel, solo explico lo que vi. Empecé a trabajar en esa industria porque me preocupa el bienestar de la gente, así que lo último que haría sería reírme de nadie. Sencillamente, las cosas son así y, si quieres ser de una manera determinada, debes empezar a relacionarte con personas que ya sean así. Si quieres lograr algo grande, acércate a personas con una historia clara y demostrada de logro. Pregúntales cuál es su secreto. Cuando lo hagas, muéstrate humilde, entusiasta y dispuesto a aprender. Si te acercas a ellas dando muestras de un ego gigantesco, es muy probable que te cierren la puerta en las narices. Hazles saber que estás muy motivado y que harás lo que seas necesario para aprender. Si ya eres millonario, pero tienes problemas para romper la barrera de los próximos diez millones, pregunta a alguien que ya lo haya conseguido; es muy probable que se encontrara con la misma dificultad en el pasado, pero encontró el modo de superarla. No importa lo avanzado que creas estar, siempre hay alguien de quien podrás aprender. Cuando te asocias con personas que son fantásticas en lo que hacen, te obligas a ascender a su altura de grandeza. Es lo mismo que adaptarse al entorno: al final aprendemos a vivir de esa manera para no quedar rezagados. A la hora de hacer negocios y de tejer redes de contactos, sé siempre humilde, pero jamás ingenuo. «Rodéate de personas con buenas cualidades, porque siempre es mejor estar solo que mal acompañado.» BOOKER T. WASHINGTON QUINTO PASO CREA UNA EXISTENCIA FÍSICA SALUDABLE 19 PON EL MOTOR EN MARCHA Si quieres ver cómo se ejecuta físicamente lo mejor de lo mejor, tienes que fijarte en los mejores. La mayoría de los atletas profesionales tienen un entrenador físico personal además de un entrenador, o coach, mental. Los que no tienen coach mental se entrenan a sí mismos, pero hay algo irrefutable: reforzar la mente es crucial para el éxito. Si los atletas profesionales entienden la importancia de la mente además de la del cuerpo, ¿por qué no aplicamos este conocimiento a nuestro entrenamiento físico diario? No hacerlo explica por qué muchos dejan de hacer ejercicio y otros tantos no empiezan nunca. La gente entrena el cuerpo, pero se olvida de entrenar la potente fuerza que lo mueve. La mayoría de las personas a las que he entrenado cometen un error fundamental: cuando piensan en el cuerpo que desean o en el nivel de forma física que quieren alcanzar, se deprimen porque no lo tienen ahora. Por el contrario, las personas que lo consiguen usan esas mismas visiones como un motivo potente para seguir adelante. No te enfades cuando visualices tu cuerpo soñado, acéptalo y siéntete bien, porque sabes que lo lograrás. Si no respetas tu cuerpo, él no te respetará a ti en tu viaje por la vida. El cuerpo es la nave que nos lleva en este viaje y tenemos que tenerlo en alta estima. ¿Abrirías un boquete en el casco del barco en el que navegas? Claro que no, naufragarías. ¿Destruirías una obra de arte de Leonardo da Vinci? Seguro que te horrorizaría ver en las noticias que alguien lo ha hecho deliberadamente. Sin embargo, seguimos destruyendo la maravillosa obra de arte que es el cuerpo humano. Somos nuestro cuerpo, no estamos separados de él. El alma es una con el cuerpo y la mente, por lo que cuando uno se desequilibra, los otros dos hacen lo propio y es inevitable que algo se estropee. LEVÁNTATE Y VIVE La motivación te pone en marcha, el ritual te mantiene en movimiento. El cuerpo nos grita pidiendo ayuda cuando lo sometemos a la falta de ejercicio o a una dieta poco saludable. Sentimos dolor, estamos permanentemente agotados y caemos enfermos con regularidad. Si quieres vivir una vida equilibrada, has de respetar tu cuerpo. Soy muy consciente de que la gente tiene estilos de vida diversos y que cada uno se levanta a horas distintas. Me dedico a escribir y no siempre me levanto pronto: hay veces en que la inspiración me asalta a las dos de la madrugada y me tengo que poner a escribir. Sin embargo, cuando me levanto no me paso el día arrastrando los pies. Cuando me levanto, me levanto. ¿Acaso crees que las personas de éxito salen a rastras de la cama y cargan con esa desmotivación todo el día? Ni hablar. Empiezan el día sin pensárselo mucho y están enchufados desde el primer momento. ¿Te has fijado alguna vez en que cuando estás cansado, incluso te estiras y bostezas a cámara lenta? Así es como el cuerpo baja de revoluciones y los músculos reciben el mensaje de que «es hora de relajarse e irse a dormir». Cuando acabamos de hacer ejercicio, tenemos que hacer estiramientos estáticos (lentos y relajados) para permitir que los músculos descansen; por ejemplo, nos sentamos y estiramos el gemelo durante quince segundos. Los estiramientos se hacen poco a poco y, como los músculos necesitan recuperarse, los estiramientos estáticos son ideales para conseguirlo. Ahora viene la gran pregunta: ¿por qué vamos a la misma velocidad de caracol por la mañana al levantarnos que por la noche antes de acostarnos o que después de entrenar? La hora de levantarse no es la hora de que el cuerpo descanse, ¡es la hora de que se active! Si te fijas en cualquier equipo deportivo profesional actual, verás que, para calentar, hacen movimientos muy rápidos y respiran a gran velocidad. Es lo que se conoce como estiramiento dinámico y ha sustituido por completo a los estiramientos estáticos antes del ejercicio. Lo último que quieren los atletas antes de competir es relajar la musculatura. Si lo hacen, son más vulnerables a las lesiones y, además, rinden menos. Los estiramientos estáticos se reservan exclusivamente para después del ejercicio, para permitir que la musculatura descanse. Desde luego, parece mucho más lógico activar los músculos que estás a punto de usar que cantarles una nana. Si quieres usar el cuerpo como lo hacen los mejores, haz lo que hacen los mejores. Es lo que los entrenadores profesionales enseñan y lo que hacen los atletas de élite. Si quieres estar completamente despierto en treinta segundos, esa es la clave. Nunca me ha fallado. Completamente despierto En cuanto oigas el despertador, salta de la cama. Abre los ojos tanto como puedas y haz respiraciones profundas y rápidas. Al mismo tiempo, haz estiramientos dinámicos (mueve el cuerpo como quieras, pero rápido); por ejemplo, haz molinillos con los brazos, saltos en estrella o tócate los dedos de los pies. También puedes inspirar profundamente por la nariz y hacer tres espiraciones cortas por la boca mientras haces movimientos bruscos con el cuerpo. Para un rendimiento máximo, añade ruidos. Te lo recomiendo, pero no vayas a despertar a nadie. Si crees que esto no funciona, pruébalo mañana por la mañana en cuanto te despiertes. Se ha demostrado científicamente que las respiraciones rápidas y profundas combinadas con movimientos corporales rápidos ponen el motor corporal en marcha. Activan el metabolismo y la musculatura y prenden el ciclo de energía que crea más energía. La única manera de producir más energía en el organismo es ponerlo en marcha con energía. Si holgazaneas, el cuerpo se aletarga. Solo necesitas treinta segundos para despertarte, pero, si quieres el mejor resultado, prolonga este ejercicio entre tres y cinco minutos. Este ritual matutino, que dura aproximadamente el tiempo que tardaría el despertador en volver a sonar, transformará tu energía para todo el día. Hazlo también antes de entrenar, sobre todo si hoy estás pensando en saltarte el entrenamiento. Al igual que las bombillas antiguas, necesitamos energía cinética. Para moverte, antes tienes que hacer girar la rueda y ponerla en marcha. DIEZ CONSEJOS PARA UN RÉGIMEN DE EJERCICIO EXITOSO Hay algunos consejos básicos que pueden ayudarte a obtener el máximo rendimiento del ejercicio físico. A cada uno nos gustan cosas distintas y cada seis u ocho semanas deberías cambiar para mantener al cuerpo siempre alerta, pero hay cosas que deben ser obligatorias siempre: Consejo 1: Empieza Si puedes permitírtelo, contrata a un entrenador personal para aprender a entrenar bien, aunque solo sea durante media hora a la semana. Asegúrate de que sea bueno (normalmente, las referencias de otros clientes son la mejor manera de encontrarlo). Si un amigo te llama resollando para decirte «¡Buff, es muy bueno!», ese entrenador pinta muy bien. De momento, pasa a la acción inmediatamente. Camina, salta a la cuerda, corre o ve en bicicleta, da igual lo que hagas siempre que hagas algo. No hay excusas, por muchas que se te ocurran en este instante. La mayoría de los achaques y de los dolores son consecuencia del sedentarismo, no del ejercicio. Consejo 2: Asegúrate de que te lo pasas bien Dile a tu entrenador que no se emocione demasiado y te destroce en la primera sesión. Solo conseguirá asustarte y que reúnas la energía suficiente para correr a casa y no volver a entrenar jamás. Lleva a tu cuerpo más allá de la zona de confort, pero recuerda que todo en la vida es progresivo. Consejo 3: Música La música es una compañera de entrenamiento fantástica. Si la música clásica te resulta soporífera, no la pongas durante los entrenamientos. Escucha algo dinámico o que te llene de energía. Consejo 4: HIIT HIIT son las siglas en inglés de Entrenamiento de Intervalos de Alta Intensidad. Sin entrar en detalles técnicos, se ha demostrado que el HIIT es la mejor forma de entrenamiento para quemar grasas. Por ejemplo, se corre durante un minuto, se camina a paso rápido durante los cinco siguientes y se repite el ciclo entre treinta y sesenta minutos en función del nivel de forma física. Consejo 5: Entrenamiento Tabata Esta forma de HIIT es rápida, aumenta constantemente la duración y la intensidad y logra resultados absolutamente asombrosos. La mayoría de los ejercicios Tabata pueden hacerse en casa, por lo que no hay excusa para no hacerlos. Este entrenamiento se basa en intervalos de cuatro minutos de entrenamiento/circuito intenso. Por ejemplo: Hazte con dos mancuernas bastante pesadas y algo que te sirva de escalón. 2. Sube el escalón al tiempo que elevas las mancuernas sobre la cabeza en un solo movimiento. Baja el escalón al tiempo que vuelves a bajar las mancuernas. 3. Repite durante veinte segundos y descansa durante diez segundos. Haz ocho series de ocho repeticiones cada una. 1. Habrás hecho ejercicio durante cuatro minutos en total. El entrenamiento Tabata se puede hacer con muchos ejercicios distintos; la idea es que activen todo el cuerpo a la vez o, como mínimo, los grupos musculares principales. Se pueden hacer con pesas, mancuernas o contra la resistencia del propio cuerpo. Me resultaría muy difícil explicarte aquí todos los tipos de entrenamiento Tabata que existen, por lo que te aconsejo que busques vídeos en YouTube o navegues por internet, donde encontrarás infinidad de ejemplos visuales. Izumi Tabata desarrolló el entrenamiento que lleva su nombre en el Instituto Nacional de Forma Física y Deporte de Kanoya (Japón). El instituto llevó a cabo un estudio de seis semanas de duración para comparar el efecto del entrenamiento de resistencia y de intensidad moderada (aeróbic) y del entrenamiento intermitente de alta intensidad (entrenamiento de intervalos Tabata) sobre la VO2 máx (la cantidad máxima de oxígeno que el organismo puede consumir durante el entrenamiento) y la capacidad anaeróbica. Vayamos directamente a los resultados del estudio: el grupo asignado al entrenamiento de intensidad moderada obtuvo un aumento significativo de la VO2 máx (aproximadamente, un 10 por ciento), pero no logró ningún cambio en la capacidad anaeróbica. El grupo de alta intensidad mejoró su VO2 máx en un 14 por ciento y su capacidad anaeróbica en un 28 por ciento. Consejo 6: Presta atención a los músculos Si centras la atención en el músculo que estás trabajando durante el ejercicio, lo activarás de un modo mucho más eficaz y, por lo tanto, lo reforzarás más. Por ejemplo, si haces press de banca, presta atención a los músculos pectorales. Consejo 7: Piensa a lo grande Aprovecha el momento de hacer ejercicio para reflexionar acerca de tu éxito. Refuérzate mentalmente con afirmaciones motivadoras. Mientras corro o hago marcha nórdica, durante todo el recorrido repito mentalmente: «Soy fuerte». Si la mente empieza a divagar, la redirijo y la vuelvo a centrar en esa frase. Consejo 8: Endereza la espalda Jamás sacrifiques la buena postura por levantar más peso en cualquier ejercicio con pesas. En cuanto pierdes la postura, pierdes la técnica, lo que significa que no solo no estás haciendo bien el ejercicio, sino que corres el riesgo de lesionarte. Esto mismo es válido a la hora de correr o de caminar. Los hombros han de estar hacia atrás y la barbilla ha de estar paralela al suelo. Consejo 9: Visión Construye una visión que te motive y no la pierdas de vista. Visualiza el cuerpo que quieres, siéntete en forma y sano y deja que esa imagen te invada. Hazlo cada día, experimenta la emoción del éxito, eso te motivará de una manera increíble. Siéntelo como una realidad, emociónate y ve a por ello. ¡Nada te detiene excepto tú mismo! Consejo 10: Sube de nivel Cuando te empieces a sentir demasiado cómodo con los ejercicios que haces, sube el nivel. En el sector del fitness se llama fase de meseta al momento en que sientes que te has estancado y no alcanzas niveles nuevos. En mi experiencia con mis clientes, suele suceder tras ocho semanas de repetir un mismo programa. Es crucial que sigamos el mismo programa durante al menos seis semanas y, entonces, lo cambiemos. Así nos sigue entreteniendo y nos permite alcanzar cotas más altas. Cuando sientas que el ejercicio está empezando a ser demasiado fácil, aumenta la intensidad. Combina siempre los ejercicios con peso con los de cardio y empieza con un mínimo de tres días semanales. Bebe mucha agua y menos cafeína (lo ideal es ninguna). Tienes que mantenerte hidratado durante todo el día. Los potenciadores alcalinos también son muy beneficiosos para el funcionamiento del organismo. Recomiendo los productos que contienen espirulina, chlorella y hierba de cebada, que deben ser cien por cien veganos. Suelen venir en forma de polvo que se diluye en agua. La sal del Himalaya diluida en agua funciona del mismo modo. Si tienes acuario, sabes que si el agua no tiene el pH correcto, los peces mueren. Tu cuerpo también se compone de agua y también necesita un pH equilibrado: 7,35. Puedes averiguar el nivel de pH de tu cuerpo con una muestra de saliva en la farmacia. Si es demasiado ácido, tu salud se resentirá, así que empieza a equilibrar. Tarea ¿Qué creencias tendrías que construir acerca del ejercicio físico y de la nutrición para vivir una vida saludable? ¿Por qué quieres estar sano y en forma? ¿Qué significa tu salud para ti? ¿Qué valor tiene para ti? Céntrate en lo mucho que te beneficiará hacerlo. No pienses en los sacrificios, porque no hay sacrificios cuando se trata de recuperar la salud, solo beneficios. 20 PERDER PESO NO ES LO MISMO QUE ESTAR SANO Y EN FORMA «Una mente activa no puede existir en un cuerpo inactivo.» GENERAL GEORGE S. PATTON, JR Si te concentras en la idea de perder peso, te concentras en un concepto negativo que da lugar a un miedo constante. Mientas sigas pensando que quieres adelgazar, eso es lo único que querrás hacer. Nos bombardean con campañas publicitarias que nos refriegan por la cara un ideal. Todos sabemos que el miedo dispara las ventas y qué mejor modo de instigarlo que a partir de nuestro aspecto. Si nuestra actitud está orientada a la pérdida de peso, nos obsesionamos con la palabra «perder, perder, perder». Nos sumimos en ese concepto y nos da la sensación de que nunca ganamos, así que jamás estamos satisfechos. La fijación con la pérdida de peso se convierte en una historia interminable. Muchas de las personas supuestamente deseables que aparecen en las revistas están desnutridas, photoshopeadas o asumen riesgos extremos para la salud con la esperanza de conseguir trabajo. He trabajado en la industria de la moda, y el entrenamiento personal primero y ahora el coaching me han permitido conocer en profundidad a modelos y a personas que trabajan en los medios de comunicación. Son personas extraordinariamente atractivas y muy famosas y, sin embargo, algunas de ellas sufren una inseguridad terrible en relación con su aspecto. Lo creas o no, algunas son también de las personas más desdichadas que he conocido. No me malinterpretes, tener buen aspecto es fantástico, pero jamás pensarás que tienes buen aspecto si no te sientes bien con el estilo de vida que has elegido. Pasas de estar feliz a estar preocupado porque tienes que perder medio centímetro de la nalga derecha o porque ves que el brazo derecho es ligeramente más pequeño que el izquierdo... la locura puede seguir eternamente. En muchos casos, llega a consumir por completo la vida de la persona, que llega a olvidar cómo se vive. La atención plena a la vida (APV) es la clave para el éxito en cualquier faceta. Tenemos que cambiar de mentalidad y centrarnos en estar sanos y en forma. Lo importante es cómo nos sentimos, no el aspecto externo que ofrecemos a los demás. Todos tenemos gustos distintos, así que, si lo haces solo por ese motivo, tienes la desilusión garantizada. Cuando empieces a tener arrugas o el cuerpo no se mantenga en forma con tanta facilidad como cuando eras más joven, ¿te odiarás a ti mismo? Este es el motivo por el que hay tantos problemas relacionados con el aspecto físico: creemos que para sentirnos bien tenemos que empezar por el aspecto físico. Tu cuerpo merece ser amado por ser la máquina de precisión que es y merece respeto porque alberga lo único permanente: tu alma. Cuando hacemos ejercicio, debemos conceder mucha importancia a cómo nos hace sentir, porque eso es lo que nos mantiene motivados. Dale la vuelta a «Verse bien para sentirse bien» y conviértelo en «Sentirse bien para verse bien», porque ahí reside la clave de la felicidad a largo plazo. En mi opinión, deberíamos destruir todas las básculas con un bate de béisbol, pues jamás deberían ser la herramienta que mide el éxito. En primer lugar, si haces ejercicio, aumentarás la masa muscular, que pesa más que la grasa. Las básculas pueden volverte loco de verdad, así que te aconsejo que las tires por la ventana. Si solo piensas en la apariencia, tardarás en ver resultados, pero si te fijas en cómo te sientes, obtendrás resultados inmediatos. Conocí a un culturista que tenía un físico impresionante, pero que no paraba de quejarse de su cuerpo. Siempre le encontraba algún fallo y su aspecto físico llegó a convertirse en una verdadera obsesión que controlaba toda su vida. Su relación de pareja se resintió, su situación económica empeoró y su estado emocional tocó fondo. Una manera de verlo es que todos somos imperfectos, aunque yo prefiero pensar que todos somos perfectos, que precisamente son nuestras imperfecciones las que nos hacen perfectos, porque si todos fuéramos iguales, el mundo sería muy aburrido. Todos tenemos una idea distinta de lo que nos resulta atractivo, pero si tú te sientes bien, le resultarás atractivo a todo el mundo. Tu brillo será contagioso y te darás cuenta de que, si te marcas como objetivo sentirte bien, tu forma física responderá rápidamente. He sido entrenador personal de cientos de personas y puedo decir que las que se centran en el aspecto o bien abandonan pronto o bien están siempre insatisfechas. Las que se centran en cómo se sienten saben que estar sano y en forma es un estilo de vida que los llevará a dar lo mejor de sí y a alcanzar el equilibrio necesario para vivir una vida fantástica. Perder peso es una actividad que nos enloquece; trabajar para estar sano y en forma es un estilo de vida que se mantiene siempre. SEXTO PASO DESPIERTA LA MENTE Y LIBERA EL CORAZÓN 21 EL ALMA HUMANA ES INFINITA Eres más de lo que se puede ver. Eres tu alma. Ni tú ni yo podemos verla, pero ambos podemos sentirla. Tu grandeza reside en el alma que aguarda con paciencia en tu interior. Si aún no has conectado con ella o no escuchas lo que te dice cuando has de tomar decisiones, ya sabes por qué tus sueños distan mucho de hacerse realidad. Mucha gente me ha dicho que no sabe si tiene alma y mucha otra afirma que quizás la tenga, pero que en realidad no tiene motivos sólidos para creerlo. Intentaré explicarlo tan bien como me sea posible. Concebimos el cuerpo humano como si fuera una máquina. El cerebro piensa y visualiza usando sustancias químicas, el cuerpo bombea sangre y los pulmones nos ayudan a respirar. Explicar nuestra existencia física parece algo muy sencillo, técnico y científico. Sin embargo, ¿alguna vez te has peguntado quién observa lo que ves con tus ojos? ¿Quién controla la máquina (el cuerpo)? ¿Quién es consciente de lo que piensas? Mira a tu alrededor y piensa en quién dirige tu atención. No podemos levantarnos de la silla y caminar automáticamente, es obvio que algo nos ordena hacerlo. ¿Quién sabe qué vas a decir antes de que lo digas? La mayoría responderían a esa pregunta algo inseguros con un «Yo», a pesar de ser absolutamente cierto. El cuerpo es mera existencia física; el alma, el «Yo», es quien está al mando. No podemos verla, pero sí que la sentimos cada día: es esa voz con la que mantenemos una conversación constante. Imagino que es por eso que, cuando el alma pasa a otro mundo, ya no podemos controlar el cuerpo. «El hombre lucha para encontrar vida fuera de sí mismo, porque desconoce que la vida que busca está en su interior.» KAHLIL GIBRAN Cuando permitas que esa voz consciente, sabia y profunda que sabe lo que te conviene tome las riendas de tu vida, descubrirás tu propia grandeza. Es una fuerza invisible que se halla en lo más profundo de ti; es la persona que sabes que eres en realidad; es la persona que la mayoría de nosotros no mostramos nunca a los demás porque nos quedamos atrapados reaccionando al entorno o intentando cumplir las expectativas de los demás. Todos albergamos un alma extraordinaria: es la que ha permitido a hombres y mujeres desafiar lo establecido a lo largo de la historia. Todos tenemos una gran misión y propósito en la vida que nadie más está destinado a satisfacer. Todos estamos destinados a llenar un hueco que nadie más puede llenar. Si todos nos diéramos cuenta de eso, todos viviríamos la vida de nuestros sueños, y, lo que es todavía más importante, el mundo estaría verdaderamente unido. Si seguimos pasando por alto esos huecos, dejamos agujeros vacíos y, en mi opinión, es por eso que tantos acaban cayendo en un pozo. El alma humana es tan fascinante e infinita que supera lo que muchos consideran imposible. La historia nos lo ha demostrado. Un hombre puede cambiar el curso del mundo entero y desencadenar una revolución. Podemos sobrevivir en las condiciones más penosas o crear cosas imposibles. Las personas que tienen el valor de caminar por el sendero de la verdad son una gran inspiración para mí. Nelson Mandela es una de esas personas y es un ejemplo perfecto de que la voluntad de una persona es mucho mayor que todas las adversidades que la vida le tenga preparadas. Creó una pasión tan grande que consiguió levantar a todo un pueblo para que luchara por la paz y la igualdad de derechos, lo que supuso el fin del apartheid en Sudáfrica. Mandela creció en un pueblo pequeño con apenas recursos y sufrió la opresión de los supremacistas blancos. La visión de ayudar a su pueblo le costó veintisiete años de prisión. ¿Cuántos de nosotros hubiéramos renunciado a nuestro sueño tras seis meses o un año soportando solo la mitad de las dificultades a las que se enfrentó Mandela? Su mayor placer y su momento de mayor intimidad era contemplar la puesta de sol mientras escuchaba música de Händel o de Tchaikovski. En prisión no podía hacerlo y, según escribió, ese momento tan sencillo era lo que más echaba de menos. Tres años después de ser liberado, Mandela fue elegido presidente de Sudáfrica. Es una historia de las muchas que demuestran que el alma humana está hecha para la máxima gloria. Es como si olvidáramos que somos humanos y que tenemos esa alma en nuestro interior. Cuando se tiene una visión motivadora, determinación para superar cualquier obstáculo y, sobre todo, pasión por la vida, las posibilidades son infinitas. «No hay pasión en ir a lo seguro, en conformarse con una vida inferior a la que eres capaz de vivir.» NELSON MANDELA 22 UN VIAJE ESPIRITUAL A TAILANDIA «Si vas en la dirección adecuada, solo tienes que seguir caminando.» PROVERBIO BUDISTA Cuando empecé a escribir este libro, llevaba tiempo pensando en viajar a Asia para hablar con un monje budista. Aunque sabía que había encontrado paz interior en Occidente, siempre me había interesado saber cuán en paz estaban aquellos monjes. Quería descubrir si alguien de Oriente, con un bagaje cultural y religioso, una situación social y un entorno completamente distintos a los míos podía experimentar algo parecido a lo que yo había encontrado en mí mismo. Me prometí que, antes de terminar el libro, haría ese viaje y lo incluiría en el texto. Recuerdo haber hablado del tema con mi madre. Entonces no tenía ni dinero ni trabajo, pero sabía que lo conseguiría. No me preocupaba mucho el cómo ni el cuándo, sencillamente sabía que haría que sucediera antes de terminar el libro. Unas tres semanas después, mientras escribía en la playa, recibí un mensaje de texto de Katie, una amiga mía que trabaja en el sector del turismo y a la que conocía desde hacía relativamente poco. En el mensaje me decía que iba a viajar a Bangkok (Tailandia) por trabajo. Tenía que inspeccionar unos hoteles y me preguntó si me apetecía acompañarla. Sería una semana con todos los gastos pagados. Se me puso la piel de gallina. Le pregunté por qué había pensado en mí como acompañante y me dijo que yo despedía muy buena energía y que, a pesar de que nos conocíamos desde hacía poco, sentía que habíamos conectado como amigos y confiaba en mí. Me planteé si lo que acababa de suceder era una mera casualidad o si había una explicación más lógica. Y entonces lo vi. Supe que el único motivo por el que eso había podido suceder era mi propio cambio: si cuando conocí a Katie me hubiese comportado y pensado como lo hacía en el pasado, esta oportunidad no hubiera surgido jamás. Todos me decían la suerte que había tenido, pero yo respondía al instante que había creado esa oportunidad mucho antes de que se me presentara. ¡Había estado ahí, en mi mente! Katie no sabía que quería ir a Asia y decidí no decir nada al respecto, por si pensaba que estaba loco y retiraba la oferta. Cuando actúas con grandeza, obtienes experiencias grandiosas. Las experiencias grandiosas crean oportunidades extraordinarias y las oportunidades extraordinarias crean experiencias grandiosas. Pensé que había llegado el momento de poner en marcha el proceso, así que empecé a navegar por internet en busca de un monje que quisiera hablar conmigo. No cualquier monje, claro. Quería un maestro y sabía que iba a ser así pasara lo que pasara. Para eso se me había presentado esa oportunidad, para que sucediera lo que yo ya sabía que iba a suceder. Escribí a mucha gente, pero no obtuve ninguna respuesta. En internet vi que algunas personas habían mantenido conversaciones breves con monjes mientras visitaban los templos reales de Bangkok. Faltaba una semana para salir de viaje y Katie me envió la planificación semanal, por si quería cambiar algo. Este era el plan: Llegada a Bangkok, cena en el hotel PP. DÍA 2: Compras en el MBK, almuerzo, etc. DÍA 3: Desayuno, Siam Paragon, etc. DÍA 4: Visita a los templos reales con guía de habla inglesa. DÍA 1: ¡Bingo! Volví a quedarme asombrado. Había vuelto a pasar. Todo se sucedía para que yo pudiera hacer realidad mi visión, yo era el cocreador de todo. En ese momento supe que había encontrado la clave de la vida: el poder supremo entre la mente y la materia. Caí de rodillas en mi habitación y grité «¡Gracias!». Todo había empezado con una visión potente y ahora estaba empezando a desplegarse ante mí. Decidí llamar a Katie y explicárselo todo. Se quedó muy sorprendida y me dijo que llamaría a su contacto en Tailandia, Panja, para ver si podía organizar una reunión con un monje. Nos reunimos con Panja la noche anterior a la visita al templo. Le expliqué mi situación e iniciamos una conversación bastante profunda durante la que se abrió y me habló de su vida. Nos hicimos amigos al instante. Me confesó que le había sorprendido mucho haber conocido a un joven occidental que hablara y pensara con tanta profundidad. También mencionó que mi aspecto no se correspondía con su idea de persona que ama la vida de ese modo; nos reímos y me dijo que había aprendido a no juzgar los libros por sus cubiertas. Menuda ironía. Tras haber constatado lo genuino de mis emociones sobre la cuestión, Panja me dijo que haría todo lo posible para que la experiencia con el monje fuera fantástica. También hablamos de su extraordinaria historia y me autorizó a compartirla aquí. Si quieres una historia acerca de la persistencia de alguien que persiguió su sueño, es esta. UNA DE MIS HISTORIAS PREFERIDAS «Un hombre rico sin paz interior es como un hombre que muere de sed junto a un río.» YOGANANDA Panja creció en una pequeña aldea del sur de Tailandia junto a sus doce hermanos y sus padres. Vivían de la tierra en una región en la que el dinero apenas tenía importancia. En Occidente diríamos que eran pobres, pero allí es un estilo de vida riquísimo al que no renunciarían por vivir en la ciudad. De niño, Panja pescaba con una lanza de bambú para que la familia pudiera comer. No tenían un reloj que les dijera la hora, así que cada día, Panja salía para ver el único avión que sobrevolaba la zona, porque siempre despegaba aproximadamente a la misma hora. Me dijo que siempre supo que no estaba destinado a quedarse allí. Quería ir a Bangkok a estudiar, pero sus padres no tenían un buen concepto de la vida en la ciudad y no querían que se marchara. Sería el primer miembro de la familia que abandonara la aldea. Con todo esto en mente, decidió perseguir su sueño y viajar a la ciudad. Cuando llegó, no tenía dinero, no tenía donde dormir y su vida en la aldea no lo había preparado para trabajar en la ciudad. Así que, durante cuatro años, Panja fue un niño del templo, lo que le permitió comer y tener un techo mientras estudiaba. Sus tareas consistían en asistir a los monjes, cuidar el jardín, limpiar, cocinar y cualquier otra tarea que se necesitara. Me dijo que la gente le compadecía cuando decía que era del sur de Tailandia, pero que él los corregía y les explicaba que su gente era mucho más feliz que cualquiera de las personas a las que había conocido en la ciudad. Cuando se sentía mal por algo sin importancia, se recordaba a sí mismo que, al menos, tenía qué comer. Cuando terminó de estudiar encontró trabajo en el sector turístico. Luego se convirtió en el director de World Travel Service y empezó a vivir lo que él consideraba una vida de lujo. Años después, visitó la aldea y encontró a su padre preocupado. Le preguntó dónde había estado, porque el último tren llegaba a las nueve de la mañana y él no había aparecido hasta las doce de la noche. Panja le explicó que había venido en avión y la familia se quedó asombrada. Cuando Panja era un niño que miraba al cielo para que el avión le dijera la hora, se imaginaba viajando a bordo de uno. Ahora, su trabajo le obliga a viajar por todo el mundo y pasa gran parte del año subido en aviones, viajando. Por si todo eso fuera poco, es una de las personas más humildes que he conocido. Es un gran hombre que contribuye al mundo, que reconoce que tuvo éxito mucho antes de lograr todo lo que tiene ahora y que agradece la vida que tuvo cuando era un niño del templo con dificultades para seguir adelante. Aún me asombra lo mucho que a veces damos por supuestas las cosas. Cuando me descubro quejándome de algo insignificante, recuerdo la historia de Panja. Dejamos pasar oportunidades o dejamos de crearlas porque nos pasamos la vida quejándonos. Una historia como esta hace que realmente quieras vivir la mejor vida que puedas vivir, ¿verdad? OTRO PASO HACIA DELANTE «El universo entero se rinde a la mente que está en calma.» LAO-TSE Llegó el día de la visita a los templos y nos encontramos con Sam, nuestro guía. Sam no supo hasta el día antes que nos llevaría a los templos. Él era «hermano» en uno de los que íbamos a visitar y, después de haber hablado con Panja, había intentado organizar una reunión con uno de los monjes más respetados de Tailandia que vivía en el mismo templo. Justo el día antes había regresado de un viaje al extranjero para dar unos seminarios. Era un hombre muy ocupado y conseguir una reunión a solas con él no iba a ser fácil. Sam me dijo que estaba esperando una llamada que le confirmara si la reunión se celebraría o no. Yo le aseguré que sí, que sabía que iba a suceder. Lo estaba creando y ese era el motivo por el que estaba allí. Diez minutos antes de la visita al último templo del día, recibió la llamada y allí nos fuimos. Sabía que saldría bien. Había afirmado que conocería a un monje que además sería maestro, y allí estaba: P. Boondham, doctor en filosofía con múltiples licenciaturas a sus espaldas. Además de enseñar a otros monjes, aparece en programas de televisión y radio y viaja por todo el mundo, Estados Unidos incluido, para dar seminarios acerca del poder de la mente y de la paz interior. Sus frases aparecen en llaveros, ha representado a Tailandia en varias cumbres de paz mundiales y es muy conocido entre los líderes nacionales. Me explicó que hacía unas semanas que se había reunido con el primer ministro de mi país, Australia. Yo quería reunirme con él a solas, sin que hubiera nadie más. Me dijeron que estaba muy ocupado y que no podría concederme más de media hora, así que me esforcé en pensar bien lo que le quería decir, aunque habría necesitado más tiempo. Decidí entrar y olvidarme de todas las limitaciones. Al final, hablamos durante más de dos horas y me invitó a volver dos días después. Hablamos durante unas cuantas horas más, intercambiamos regalos y datos de contacto y nos convertimos en «hermanos». He plasmado exactamente lo que dijo en la narración de las reuniones que encontrarás a continuación. El doctor Boondham no habla inglés con fluidez, pero he transcrito exactamente las notas que tomé en el cuaderno original para no interferir en el significado auténtico de su mensaje. DUEÑO DE LA PROPIA MENTE – DÍA 1 «La mente es como los paracaídas. Solo funciona si está abierta.» SIR JAMES DEWAR Cuando llegué al templo, contento pero algo nervioso, me recibió un anciano de aspecto frágil cuya presencia me emocionó. Me dijeron que me sentara frente a él. Otro monje humilde nos trajo un poco de agua y proseguimos. La mera presencia del doctor Boondham me transmitió serenidad y paz interior. No pude evitar quedar cautivado con cada palabra que pronunciaba y su actitud era absolutamente distinta a todo lo que había conocido en Occidente. Primero me ofreció una explicación básica acerca de los rituales del budismo, como el uso de las velas, del incienso, etc. En ningún momento intentó convertirme a su religión ni vendérmela. Hablaba acerca de toda la humanidad desde el corazón y solo con eso ya se ganó todo mi respeto. Las palabras eran sutiles, pero todas y cada una de ellas eran potentes y estaban llenas de sentido. A continuación encontrarás algunas de las notas que tomé de sus palabras, sin editar, exactamente tal y como las recibí: No debemos creer a ciegas. Sin superstición. Has de poder razonar con tu creencia. La felicidad verdadera solo se encuentra en el interior. Si no entrenas la mente, se debilita. El camino correcto es el camino de todos, de la paz y del amor. Es el único camino que te llevará a la felicidad. A continuación hablamos del Noble Camino Óctuple: Comprensión correcta Pensamiento correcto Acción correcta Palabra correcta Esfuerzo correcto Medio de vida correcto Atención consciente correcta Concentración correcta La comprensión correcta Entender que las cosas suceden correctamente, no como parecen en un instante. Mantener una comprensión correcta en todo momento. Si te amas, amarás a los demás, porque entenderás más. Somos seres humanos, sentimos lo mismo. La comprensión correcta crea la conducta correcta. El pensamiento correcto Cuando pienses, piensa correctamente. No desde el odio, sino desde el amor, en todas las situaciones, para mantenerte fuerte. Estado mental purificado. La ira, las malas pasiones (avaricia, envidia, resentimiento) y el poder mal entendido dominan la mente. Hay que eliminarlos. El hombre se vuelve esclavo del materialismo. La mente del hombre no es libre así. La libertad procede únicamente del control sobre la propia mente, de la meditación, de hacerse fuerte. La acción correcta Ayuda solo con honestidad, con buena intención, y actúa correctamente. La palabra correcta Di la verdad, no mentiras y engaños. Habla bien, no maldigas ni a los demás ni a ti mismo. El esfuerzo correcto Susténtate legal y moralmente, de la manera correcta. El medio de vida correcto Cuando mantengas una vida familiar, has de hacerlo correctamente, bien. No contra las leyes, las normas y la regulación de la sociedad. No infrinjas la ley. No infrinjas la ley de la buena sociedad. La atención consciente correcta Debes mantener y entrenar la mente. Controla la mente con la atención consciente y la sabiduría. Cuando percibas problemas, esfuérzate en mantener la atención consciente. Centra la mente. Concentración mental. La mente siempre ha de ser fuerte y sentir con normalidad. La atención consciente, la sabiduría y la fuerza deben mantenerse. La concentración correcta Cuando la mente no está feliz, tiene problemas. Debes concentrarte y mantener la meditación. Siente cómo la respiración anapanasati entra y sale por la nariz, siéntate para controlar la mente. Concéntrate en respirar y piensa solo en eso. Ahora quiero destacar las últimas notas que tomé el primer día: Solo sentimos desde la materia de la mente. Nada del exterior. La mente es la dueña del cuerpo, la mente es la dueña de la acción, la mente es la dueña de la vida. El hombre cede ante la mentira: las malas pasiones, la avaricia, la ira, la tristeza. Intenta destruir esas cosas. Al final de la conversación, me alegré al saber que el doctor Boondham tenía interés en volver a hablar conmigo unos días después. DUEÑO DE LA PROPIA MENTE – DÍA 2 Ser consciente de uno mismo no es la ausencia de errores, sino la capacidad de aprender y corregirlos. Llegué al templo hacia la una y media del mediodía y todos los monjes a los que había visto unos días antes me recibieron con un saludo y una sonrisa. No sé qué les habría dicho el doctor Boondham, pero todos parecían realmente amables y la sensación me dejó sin aliento. Estar junto a esos hombres humildes que me traían agua y me ayudaban a sentarme era una experiencia totalmente distinta a todo lo que había vivido hasta la fecha. Allí, en el jardín del templo, sentí cómo me inundaban la tranquilidad, la paz y el amor. La energía era extraordinaria. Ese día estábamos a 40 °C, hacía muchísimo calor, pero la humildad que me rodeaba hizo que me olvidara de la temperatura. Uno de los monjes me llevó al templo donde el doctor Boondham me esperaba sentado en el mismo sitio que hacía unos días. Estaba bajo el altar, con las piernas cruzadas y vestido con una túnica naranja. Cuando me senté, se levantó del delgado cojín y se sentó frente a mí, en la misma superficie dura que yo y empezó a hablar. Dar Correctamente Si un hombre se acerca y te pide pescado para comer, no te limites a darle el pescado. Si lo haces, volverá para pedir más una y otra vez. Cuando le des el pescado, debes enseñarle cómo pescarlo, para que se pueda sustentar a sí mismo, aprender, pescar muchos peces y enseñar a otros. Enseñar con el ejemplo Un erudito puede enseñar y escribir muchos libros, pero jamás pasar a la acción. No seas el hombre que vive la vida de una cuchara. La cuchara sirve manzana, la cuchara sirve plátano, la cuchara sirve naranja, pero la cuchara jamás prueba la fruta de la vida. La vida del hombre no ha de ser la de una cuchara. Aprehendemos un conocimiento, un concepto, y entonces debemos ponerlo en práctica. Un hombre puede saber muchas cosas, pero jamás pasar a la acción positiva. Aprende haciendo. Hay cosas difíciles de entender. Tienes derecho a criticar para llegar a la verdad. Cree las cosas que son sabiduría. La acción del hombre, ya sea para bien o para mal, depende de la acción del hombre. Cuando un hombre actúa mal, jamás acepta del todo internamente lo que ha hecho, a no ser que se haya liberado espiritualmente. Felicidad Felicidad momentánea, comer algo que está bueno, sentarse en una silla cómoda. Felicidad accesible, comprar un reloj bonito, ropa, un automóvil, la familia te hace feliz. Felicidad alcanzada, desde el interior, consciente, hay que concentrarse. Esta es la verdadera felicidad. · La comodidad material no es la verdadera felicidad. · Debemos tener la mente correcta, limpia y purificada. Cuanto menos enfadado esté alguien, menos avaricia y malas pasiones albergará. Siempre tenemos que controlar nuestra pasión con los pensamientos y la acción, no dejemos que la pasión nos controle. · Cuando perdemos algo, las imaginaciones asumen el control y empezamos a preocuparnos. · No nacemos con reloj y tampoco nos llevamos un reloj a la tumba. No necesitamos reloj, nunca puede hacernos plenamente felices y jamás debería entristecernos. Todos necesitamos paz, interior y exterior. La paz exterior es fácil, pero un coche nuevo solo te hará feliz momentáneamente. Es fácil de duplicar. Alcanzar la paz interior es difícil. Solo la atención consciente permite mantener la felicidad. Primero, todos debemos mantener una atención consciente, que consiste en entrenar la fortaleza mental en todas las situaciones y dejarnos guiar por la sabiduría. Quien cede ante la ira no tiene atención consciente, no tiene fuerza. A continuación, el doctor Boondham me explicó cómo se enseñan las cuestiones morales a los jóvenes del sur de Tailandia. Me dijo que había hecho un seguimiento del proceso y que había ejercido un impacto fundamental en el crecimiento y el aprendizaje de los jóvenes. Me sorprendió mucho que sacara este tema, porque era una de las visiones que llevaba tiempo queriendo aplicar en Occidente. Empezamos a hablar de la juventud y de otras cuestiones cotidianas, como las noticias y la cantidad de energía negativa que se transmite a diario con el único motivo de generar miedo. Todo ello contribuye a la destrucción de las personas y del mundo. Hablamos de que los padres, los hermanos mayores y muchos otros enseñan a los jóvenes sus sistemas de creencias, pero, sin embargo, es muy evidente que no se ayudan a sí mismos. ¿Cómo van a escucharte los demás, especialmente los niños, cuando dices una cosa, pero luego ven que actúas de un modo completamente distinto? Harán lo que haces, no lo que dices. El mundo está empezando a enseñar paz a la humanidad. Hasta hace poco, se creía que la guerra enriquecía a las naciones. Ahora podemos afirmar que la verdad irrefutable es que la única manera de alcanzar la prosperidad es la paz. Incluso hemos conseguido unirnos y crear el Índice de Paz Global (IPG). El IPG mide lo pacífico que es un país, y ha demostrado que cuanto más pacífico es el país, más productivo es también. Armados con esta información, los estrategas han descubierto que la paz y la prosperidad van de la mano. Ahora, el mundo está centrado en lograr la paz, porque una vez que la hayamos alcanzado podremos aplicarnos con más inteligencia a problemas más importantes. Curar enfermedades, mantener la esencia de la naturaleza poder vivir mejor, cultivar para que más personas puedan comer, regular la temperatura del globo y el desarrollo tecnológico merecen muchísima más energía que la que malgastamos en guerras absurdas creadas por hombres y mujeres egoístas. Todos desempeñamos un papel importante a la hora de traer la paz al mundo y de forjar el entorno en el que nuestros hijos merecen vivir. Esa noche, cuando regresé al hotel después de haber pasado el día con el doctor Boondham, me puse a mirar por la ventana. A mis pies tenía la luminosa ciudad de Bangkok y me sentía absolutamente cómodo. Me senté allí para integrar completamente lo que acababa de suceder y las preguntas que se habían respondido ese día. Sabía que afectarían a mi vida para siempre. Había encontrado lo que había estado buscando, y ese mismo amor reside en toda la humanidad. Da igual dónde estés, cuál sea tu orientación religiosa o cualquier limitación social. La verdad es la misma para todos. Todos somos seres humanos y todos tenemos los mismos sentimientos y las mismas emociones. Me pareció asombroso que alguien de Oriente, un monje budista que muy probablemente me triplicaba en edad, tuviera las mismas emociones que yo, un joven de Occidente. A lo largo de mi vida había tenido experiencias absolutamente distintas a las suyas, procedo de un entorno religioso y de un grupo social distintos y, sin embargo, el amor humano era tan fuerte que nos había permitido forjar un vínculo y sentir respeto mutuo. Cuando abres los ojos y dejas que el ego se duerma, descubres la conexión que hace que todos seamos uno y el poder que podría transformar el mundo para siempre. Antes pensaba: «¿Qué puede hacer un hombre solo?». Ahora me doy cuenta de que esa manera de pensar estaba influyendo en mi vida. Imagina que todos pensaran igual. Sería el fin del mundo. Creo que miraba hacia fuera en un intento de consolar a mi interior. Al final, me di cuenta de que la puerta a la vida se abre de verdad cuando hacemos justo lo contrario. 23 NO ES SOLO TU VIDA LA VIDA EMPIEZA CONTIGO, EN CUALQUIER LUGAR Y EN CUALQUIER MOMENTO Vivir el sueño de otro es como ser un ave con las alas cortadas. Alza la mirada hacia la libertad, pero solo puede caminar con torpeza e intentar emprender el vuelo. Para su angustia, su amo la atrapa y vuelve a meterla en la jaula. ¡Vive tu vida! Se dice que tenemos que tocar fondo para poder ver el otro lado de la vida y quizás sea así hasta cierto punto, pero solo porque lo creemos. Si aceptamos esta idea, ¿quiere eso decir que una persona que no haya estado abajo no puede progresar y tomar conciencia de su grandeza? Escucho esto constantemente y por eso sentí que tenía que incluir este apartado. Alguien me dijo que no había pasado ni por la mitad de lo que había pasado yo y que, quizás, eso era lo que necesitaba para darse cuenta de las cosas. Nada más lejos de la verdad. Hay personas que incluso afirman que he tenido que acumular mucha «experiencia de vida» para haber alcanzado los conocimientos que enseño, pero ¿quién no tiene experiencia de vida? Sencillamente, yo he decidido examinar la mía hasta quedar inundado de respuestas que me ayudan a crecer. Es triste que haya quien tiene que esperar a hundirse para poder despertar. Todos hemos tenido nuestras propias experiencias y hay veces en la vida en las que seguro que te has sentido perdido y confuso. Es posible que sea así como te sientes justo ahora. El motivo por el que sé que no es imprescindible tocar fondo es que uno de mis mejores amigos descubrió su grandeza, pero ya disfrutaba mucho de su vida incluso antes de decidirse a profundizar en ella. Sí, es cierto que se alteraba un poco cuando se formulaba preguntas y cuestionaba ciertas creencias, pero eso lo ayudó a crecer. A veces me enviaba mensajes de texto a las tres de la madrugada, porque se hacía preguntas de tal calado que necesitaba una segunda opinión acerca de las respuestas. Siempre le respondía lo mismo: «Parece que puede mejorar tu vida, por mucho que contradiga una creencia que has mantenido hasta ahora. Si es razonable, te parece lógico y te ayuda a demostrar más amor a todos y a todo, adelante, ve a por ello». Abrió su mente, superó las limitaciones y buscó conocimiento en otras fuentes y eso le permitió encontrar su verdad. Tal como hemos visto ya, tocar fondo no es más que una percepción, por lo que yo he decidido integrarlo como un PTC (punto de toma de conciencia). Todos queremos cosas y la única manera de acceder a ellas es desde el cambio personal. Tomar conciencia del poder que albergas en tu interior es una decisión personal. Incluso cuando te enfrentas a dificultades serias, la decisión de crecer es solo tuya. Por eso, cuando la gente me habla de sus problemas, le pregunto si se trata de un problema o de una decisión. Piénsalo: ¿son problemas de verdad o disponemos de un amplio abanico de decisiones que podemos tomar en esos momentos? El término «problema» es demasiado restrictivo. Siempre disponemos de varias opciones a la hora de dirigir la atención, así que la próxima vez que digas «Tengo un problema» corrígete y di «Tengo que tomar una decisión». Te sentirás muy distinto. ¡ESE CHICO! «He aprendido que los demás se olvidan de lo que dices y se olvidan de lo que haces, pero jamás olvidarán cómo les haces sentir.» MAYA ANGELOU Es cierto que un acontecimiento inesperado puede sacudirte de verdad, pero también te recuerda que estás en el camino correcto. Cuando empiezas a sentir más amor interior y lo proyectas hacia fuera, se empieza a vislumbrar también la verdad de quién eres en realidad. La vida nos pone a prueba, pero no para que sintamos el fracaso, sino para llevarnos hasta el punto del reconocimiento y el crecimiento. Tus opiniones se fortalecen y avanzan, y suceden cosas que consolidan ese proceso. Una noche lluviosa sucedió algo que me ayudó a modelar mi destino. El supermercado se convirtió en el escenario de otra toma de conciencia. Cuando entré, vi a un niño que no podía tener más de diez años. Eran las once de la noche, estaba solo y fumaba un cigarrillo. Era evidente que estaba limitado por creencias sociales y que, a esa edad, no tenía un sentido de dirección real. Me fijé en que intentó entablar conversación con cuatro personas que pasaron junto a él, pero no le hicieron el menor caso. Se mostraba muy educado, pero nadie parecía darse cuenta de que estaba allí, quizás porque estaban demasiado ocupados alimentando sus propios egos. Creo que podemos aprender mucho de los niños. Nos gusta creer que cuando crecemos nos hacemos más sabios, pero los niños, cuando se queman con algo caliente, nunca más vuelven a tocarlo. ¿Cuántos adultos se queman y, sin embargo, siguen actuando del mismo modo y volviéndose a quemar? Cuando salí, el niño me preguntó si jugaba al fútbol. Le contesté que no, pero que practicaba otros deportes. Sentí un fuerte deseo de hablar con él. Quería explicarle que el amor estaba siempre en su interior y que él tenía una función importante que desempeñar en el mundo, que era especial y que, pensaran lo que pensaran los demás de él, si creía en sí mismo, podría conseguir cualquier cosa. Todos esos pensamientos bullían en mi interior, pero subí al coche y me fui. A medida que me alejaba, los pensamientos se fueron intensificando y la emoción se volvió abrumadora. Di media vuelta y volví en busca del niño. Ya no estaba. La sensación de haber abandonado al niño me afectó tanto que se me saltaron las lágrimas. Esta situación me enseñó el potente mensaje de que era posible que ese chico no oyera eso jamás. Mis sencillas palabras quizás hubieran podido cambiarle la vida. ¿Quién sabe a dónde habría podido llegar de haber recibido ese corto mensaje? Es posible que las personas que lo ignoraron ya tuvieran una idea preconcebida de a dónde iba a llegar y por eso no le hicieron caso. En lugar de enseñarle que era un ser humano, contribuyeron a crear otra historia triste. Pensé que el siguiente paso para el chico, en ausencia de orientación, podía ser el consumo de drogas y que quizás yo lo habría podido evitar con unas palabras. Ese es el poder que tienen. «Se necesita valor para alzarse y hablar; pero también hay que ser valiente para sentarse y escuchar.» WINSTON CHURCHILL Me sentí muy decepcionado conmigo mismo hasta que tomé conciencia del cambio que puedo provocar. Mi propósito reunió una gran fuerza y emprendió una dirección capacitadora. No permitiré que esas limitaciones me retengan. Si siento la necesidad de ayudar, es porque el mundo me insta a ello. Es una oportunidad que nos permite ver quiénes somos en realidad y es la única manera de realizarnos. Debemos realizar aquellos cambios que deseamos ver en el mundo y somos tanto las cosas que no hacemos como las que sí hacemos. ¿Podemos decir que esas personas que no le hicieron caso son unas fracasadas? Claro que no, pero debemos ser conscientes de que dirigir ese tipo de energía hacia otra persona contribuye a la propia inestabilidad interna. Si tomamos conciencia de ello y lo cambiamos, no solo salvamos a las personas que nos rodean: también nos salvamos a nosotros mismos. Hemos emprendido un viaje de autoconocimiento y estos actos nos ayudan a avanzar. Las personas que usan la inteligencia se dan cuenta de que al ayudar a los demás se ayudan a sí mismas. PREPARAR A LA JUVENTUD PARA EL ÉXITO REAL «Los niños necesitan modelos, no críticas.» JOSEPH JOUBERT Es evidente que los jóvenes necesitan desesperadamente una guía adecuada. Nos centramos en enseñar a los niños o bien cómo creemos que deberían reaccionar ante las cosas o bien nuestras propias creencias individuales. Tal como ya hemos dicho, hay creencias que no siempre son verdad, así que ¿cómo podemos estar seguros de que les estamos enseñando correctamente? Que seamos adultos no significa que no hayamos recibido influencias negativas y que no las estemos transmitiendo a la siguiente generación. Hay niños que no tienen reparos en decirnos lo que hacemos mal. Mi hermana fuma y recibe un sermón tras otro al respecto por parte de su hijo de cuatro años. A veces, los niños tienen las cosas más claras que nosotros; sin embargo, casi siempre somos nosotros sus modelos. A continuación encontrarás algunos consejos para analizar si lo que les enseñamos les ayudará a vivir vidas plenas. Primero debemos asegurarnos de que lo que les enseñamos apunta al amor verdadero. También debemos cuestionarnos qué les enseñamos y preguntarnos cómo puede eso beneficiar a otros o afectar a sus vidas. «¿Practico lo que predico si le enseño qué son el amor y el éxito verdadero? ¿Qué efecto perjudicial podría ejercer esta creencia concreta sobre su bienestar cuando tenga que apañárselas solo? ¿Lo conduce más hacia el odio y a creer en el fracaso o mejora y enriquece la calidad de su vida? ¿Qué efectos negativos ha tenido esta creencia sobre mi vida? ¿Es posible que sea una creencia limitante?» Volvemos a la necesidad de examinar profundamente las creencias para ver cómo pueden ayudar a capacitar a los jóvenes y prepararlos para una vida de calidad. Así, mejoramos también la calidad de la nuestra. Con mucha frecuencia, enseñamos a nuestros hijos sistemas de creencias muy distintos a lo que pueden ver en la televisión, aprender de sus amigos o presenciar en la escuela. Con tanta confusión, ¿cómo vamos a cambiar jamás el curso del mundo? Cada vez es más necesario que encontremos un camino común para toda la humanidad. Creo que estamos olvidando la lección más importante, tanto en casa como en la escuela: la lección que enseña amor, respeto, gratitud y abundancia para todo el mundo; la lección que enseña a los niños que las limitaciones se derivan del odio, de la falta de respeto, de la crítica del aspecto físico, la situación social o la orientación religiosa de los demás; la lección que enseña que todos pertenecemos al mismo equipo y promueve el respeto por el resto de la humanidad. Los niños han de saber cuán drásticamente afecta todo eso a sus vidas. Como adulto, tienes el deber de situar la enseñanza del amor y de la amabilidad en lo más alto de tu lista. Y, por supuesto, debes practicar lo que predicas. Dejando a un lado las diferencias culturales, imagina que cuando alguien nos preguntara qué somos, todos respondiéramos: «humanos». Esta simple palabra tiene el poder de cambiar el mundo. En lugar de separarnos, ¿puedes imaginar la diferencia que esa respuesta podría marcar en el mundo? Bruce Lee, cinturón negro y medalla de oro de taekwondo, fue una de mis grandes fuentes de inspiración cuando era niño. En una entrevista le preguntaron si se consideraba chino o estadounidense y el respondió: «¿Sabes qué? Quiero verme como un ser humano bajo el cielo, bajo los cielos, como una familia». Si pudiéramos prepararnos, y preparar a nuestros jóvenes, para los retos a los que nos enfrentamos a diario, los resultados serían asombrosos. Tenemos que enseñarles a sentir un respeto universal por todas las cosas y ayudarlos a ver que forman parte de este mundo y que el mundo forma parte de ellos. Me decidí a hablar de este tema en el libro un día en un centro comercial, cuando vi a un niño que se había golpeado la cabeza con una silla. Empezó a llorar, su madre le dijo que la silla era mala y que le devolviera el golpe. El niño empezó a golpear la silla, dejó de llorar y empezó a sonreír inmediatamente. La gente que lo había visto se echó a reír porque les pareció gracioso. Yo creo que eso no hacía más que satisfacer el deseo egoísta de la madre, que no quería sentir vergüenza por el llanto de su hijo. Es posible que te parezca un incidente trivial, pero este niño crecerá creyendo que, cuando sienta dolor físico o emocional, la venganza es la mejor opción. Esa será su reacción subconsciente. Qué error y qué mentira. Lo repetiré de nuevo: lo que enseñamos a la siguiente generación es crucial, porque los sistemas de creencias determinan las decisiones que tomamos y, por lo tanto, esculpen nuestra vida. La buena educación es la única manera de mejorar la calidad de vida de las personas y por eso afirmo que no hace falta tocar fondo para cambiar. Podemos hacer cambios sutiles y educar a los niños acerca de la plenitud y del amor, en lugar de esperar a que se lo enseñe la vida. Obviamente, tendrán dificultades, todos las tenemos, pero una buena educación para ti y para ellos nos preparará a todos para lograr el éxito real. 24 EL MISTERIO DE LA VIDA Cuando uno se para a pensar en el universo infinito y en esta esfera sobre la que caminamos, es imposible que no se pregunte por el misterio que le rodea. Intentar averiguar todas las respuestas nos volvería locos y nos impediría disfrutar de verdad de lo que llamamos vida. A lo largo de mi viaje he experimentado algunos momentos de toma de conciencia que me gustaría compartir porque creo que son muy importantes a la hora de entender y enriquecer nuestra vida. PASADO, PRESENTE Y FUTURO «Lo que somos ahora procede de lo que pensamos ayer y lo que pensamos en el presente construye la vida de mañana: la vida es un producto de la mente.» BUDA Si queremos experimentar plenitud, debemos concluir que el momento presente es lo único real y, por lo tanto, completo. ¿Te has preguntado qué ha sido de ayer? Mira a tu alrededor, ¿puedes atraparlo? No es que haya desaparecido, porque sabemos que nada en la vida lo hace. ¿Cómo deja el mundo una parte de este mundo? No puede hacerlo. Así que si tu experiencia sigue existiendo en algún sitio, ¿dónde lo hace? ¡En tu mente! Es otra cosa más almacenada en el vasto e infinito reino de tu conciencia. Eso significa que es accesible, recreable y creíble, al igual que los pensamientos que tenemos acerca del futuro. Nos obcecamos tanto con el pasado y con el futuro que nos olvidamos de lo más importante de todo: el presente. Cuando un pensamiento del pasado se vuelve a hacer real o cuando un pensamiento acerca de un deseo futuro aparece por primera vez, lo experimentamos en el presente, ¿no es así? Un ejemplo de la recreación de un pensamiento pasado sería la organización de una comida familiar parecida a la que celebraste hace un mes y en la que todo el mundo se lo pasó muy bien. Un ejemplo sobre el futuro sería crear una experiencia que aún no has tenido jamás. Sin embargo, ¿con cuánta frecuencia vivimos la experiencia que deseábamos, pero no la valoramos plenamente porque tenemos la mente ocupada divagando, en lugar de estar presente? Esto le suele ocurrir a mucha gente. Hay personas que intentan aferrarse a su pasado o a una experiencia feliz que tuvieron una vez y basan su realización en eso. Puede ser una buena herramienta para sentir cierta gratificación instantánea, pero la única manera de realizarse de verdad es abrazar la belleza del ahora. Por grande que sea la dificultad a la que me enfrento, siempre vuelvo al ahora y, entonces, siento que se manifiesta una paz repentina. Lo hago para despejar la mente en momentos en que parece correr de un lado a otro o divagar. Cuando lo hagas, te encontrarás en una posición ideal para sustituir ese estado por otro que te beneficie. Si aceptamos que toda la experiencia está en la mente, significa que podemos controlarla. Estoy seguro de que habrá habido momentos en los que has mirado atrás y has cambiado de postura respecto a una experiencia. Entonces, la propia experiencia parece cambiar por completo, como cuando al principio interpretas algo como negativo, pero tras cierta reflexión acabas concluyendo que, en realidad, la experiencia fue fantástica. Debemos ser conscientes de que siempre hemos podido interpretar la situación de esa manera, porque la situación no ha cambiado; lo que ha sucedido es que hemos decidido cambiar nuestra actitud hacia ella y encontrar un beneficio. Podemos hacer lo mismo con cualquier situación o experiencia en la que pensemos. Vivir en el presente no significa despreocuparse del futuro. Al contrario: significa crear el futuro conscientemente. La gente suele hablar del pasado y del futuro. El pasado no es más que una imagen mental, como el futuro. Sin embargo, hay imágenes que influyen en cómo actuamos en el presente. Eres el editor del álbum de fotografías que guardas en tu mente. ¿Mirarías una y otra vez un álbum que te produjera emociones desagradables? Entonces, ¿por qué lo haces mentalmente? Si reconocemos ese control, podremos asumir de verdad las decisiones que tomemos ahora, porque sabemos que nada más es real. Te lo diré con otras palabras: la mayoría de nosotros nos pasamos el día preocupándonos por algo que ya ha sucedido o estresándonos por algo que aún no ha pasado. Es absurdo, una locura. Creamos situaciones imaginarias y nos martirizamos pensando en ellas. Esto afecta a lo que creamos y a lo que atraemos en nuestra vida, porque lo convertimos en una prioridad. Lo mejor de todo es que no hay necesidad de preocuparse ni de estresarse, porque ninguna de esas situaciones son reales. Sin embargo, al pensar en ellas continuamente las convertimos en parte de nuestra realidad. Ya nos lo han dicho muchas grandes personas a lo largo de la historia: los pensamientos se hacen realidad. Te propongo un ejercicio sencillo. Ahora mismo, aparta las manos de libro y mueve los dedos arriba y abajo. Míralos de cerca y concéntrate en su movimiento durante treinta segundos. Ahora, mírate la mano entera. Tócala, agárrala. Estás en el ahora. ¿Mientras hacías el ejercicio has pensado en algo que te preocupara? No, porque estabas totalmente centrado en el presente. Habías vuelto a la realidad. ¿Dónde están todas esas cosas que te preocupaban? Mira a tu alrededor. Exactamente: no son más que historias que reproduces mentalmente. Ser uno con tu mente significa que tienes el poder de manipularla como desees. ¿Quién controla tus pensamientos? Tú. Las personas de éxito convierten este conocimiento en una estrategia. Saben que son las únicas que pueden crear situaciones o historias en sus mentes y toman la decisión consciente de pensar en lo que las beneficia y atacar y bloquear lo que las perjudica. Este es uno de los secretos de las personas plenamente realizadas. Una vez leí que una buena manera de situarse en el ahora es alzar la mirada a las nubes. Cuando solo ves nubes, estás en el ahora; por el contrario, si empiezas a ver rostros o formas en las nubes, es porque la mente ha empezado a divagar. No podemos estar en el ahora siempre. Es inevitable que la mente divague de vez en cuando, pero saber que tienes la capacidad de volver al ahora en un instante para despejar la mente cuando algo afecta a tu vida te dará fuerza. En la mayoría de las ocasiones, la mente solo debería divagar para tratar de entender experiencias pasadas o para crear un camino de capacitación hacia el futuro. Si no está haciendo ni lo uno ni lo otro, encontrará consuelo en el ahora. «El arte de la vida consiste en vivir en el momento presente y en lograr que ese momento sea tan perfecto como nos sea posible al darnos cuenta de que somos los instrumentos y la expresión del propio Dios.» EMMET FOX Aquello en lo que decidamos pensar ahora, ya se trate de una experiencia desagradable o de la gran vida que sabemos que podemos vivir, ejercerá un efecto determinante sobre lo que hagamos a continuación. Asumir esta verdad transformó profundamente el modo en que abordaba mi vida, porque empecé a vivir el momento y a usar el tiempo de un modo productivo. Dejé de aplazar y demorar lo que tenía que hacer, porque me di cuenta del enorme poder que mis pensamientos, palabras y acciones presentes tenían a la hora de crear mi vida. Cada momento nuevo crea oportunidades nuevas: es una pizarra en blanco que la vida te regala. Puedes pensar lo que quieras, sentir lo que quieras y crear lo que quieras. La próxima vez que te descubras pensando en una experiencia pasada o en una situación imaginaria que afecta negativamente a tu estado, pregúntate lo siguiente: ¿Qué quiero pensar? ¿Qué quiero sentir? ¿Qué quiero crear? ¿Quién controla lo que piensas? ¿Quién controla cómo te sientes? ¿Quién controla lo que creas? Estos tres aspectos de tu vida son fundamentales y tú eres el único que decide acerca de ellos en cada momento. Tú los controlas, así que decide con inteligencia. Si quieres crear cosas a las que valga la pena dirigir la mirada en el futuro, tienes que cambiar tus decisiones en el presente. Las escenas que representas mentalmente y las historias que te cuentas modelan tu vida. TIENES EL DON DE CREAR «Tanto si piensas que puedes como si no, tienes razón.» HENRY FORD La vida es un camino de posibilidades infinitas y lo que decidas hacer ahora creará lo que suceda más adelante. Todo empieza con lo que piensas, a continuación sale por tu boca y al final se refleja en tus acciones. Manifestar nuestras visiones en la realidad es como hacer un rompecabezas. Primero miramos atentamente la imagen del resultado final, la fijamos en la mente y, entonces, nos disponemos a unir las piezas. También se nos ha concedido el don del libre albedrío, así que lo que decidas construir a continuación depende únicamente de ti. Si decides pensar y creer con fuerza en algo, sea lo que sea, lo crearás. Todo lo que existe en el mundo es la creación de alguien. Empezó con una imagen mental, con una visión potente a la que siguió una pasión que generó la acción para hacerla realidad. Una mesa, un puente, un libro, un cuadro... todo sigue los mismos principios. También es evidente que la mayoría de las cosas que ocurren durante el día son creación nuestra. La mente es tan potente que podemos centrarnos en una cosa y hacerla realidad entre muchas otras opciones. Por ejemplo, digamos que decides ir a una tienda a las diez de la mañana para comprar un vestido nuevo que te gusta. Ha empezado como un pensamiento, has explicado a otras personas a dónde pensabas ir y has creado la situación en tu mente. Aunque en ese momento solo fuera una imagen mental, sabías que ibas a ir. Planeaste levantarte a las ocho de la mañana para prepararte y luego emprendiste los pasos necesarios para hacerlo realidad. Y, entonces, se convirtió en tu creación. Materializar tu poder creativo te separa automáticamente de la masa. Por otro lado, si hubieras decidido no ir a la tienda, jamás se habría hecho realidad y lo que hubieras decidido hacer en vez de eso ocuparía su lugar. ¿Significa eso que no tenías capacidad de crear el trayecto a la tienda? En absoluto. Existía, pero has decidido no ir. Existía como una opción realista que podías haber tomado. Tu conciencia te ofrece un amplio abanico de posibilidades en todo momento. Podrías haber lavado el coche, encendido el televisor, leído un libro o empezado a trabajar. De haberlo hecho, ir a la tienda jamás habría sido una creación en tu realidad. ¡Es fascinante darse cuenta de que creamos la mayor parte de nuestra vida con las decisiones que tomamos! Creamos nuestra vida momento a momento. Creamos sobre la marcha. EL DESTINO: TÚ DECIDES «Las personas superficiales creen en la suerte, las personas fuertes creen en la causa y el efecto.» RALPH WALDO EMERSON Las personas viven convencidas de que sus experiencias se deben a una suerte misteriosa que circula por el universo y que decide aleatoriamente quién ha de experimentar qué. Si algo sabemos acerca de cómo funcionan la naturaleza y el mundo, es que todo tiene su lugar. Usamos con demasiada frecuencia el concepto de suerte para eludir la responsabilidad sobre nuestras propias acciones. Se ha demostrado que el universo y todo lo que contiene es una energía maravillosa que nos conecta a todos. Mis experiencias recientes, así como las de las personas que me rodean, me han llevado a abandonar la creencia en la suerte, porque es limitante. Si crees en la suerte, explícalo. Si crees que las cosas suceden por casualidad, ¿a qué atribuyes cada experiencia? No puedes elegir lo que atribuyes a la suerte y lo que no, pero, si lo haces, ¿cómo explicas el resto de las experiencias? Si creemos en la suerte o en las casualidades misteriosas, esa debería ser la explicación para todo lo que sucede en nuestras vidas, pero a estas alturas ya sabemos que creer en eso no es más que una manera de lavarse las manos, una excusa para no asumir la responsabilidad que nos corresponde. Si eso fuera cierto, significaría que carecemos del menor control sobre nuestras vidas; y eso no es verdad. Si aceptáramos ese razonamiento, incluso levantarse por la mañana y no ser atropellados por un coche de camino al trabajo sería buena suerte. Que se nos cayera el bolígrafo sería mala suerte. ¿Ves por dónde voy? Si crees en la suerte, tienes que atribuirle todas y cada una de las cosas que suceden. No puedes decir que algo es buena o mala suerte solo cuando te conviene. Sabemos que tenemos más control que ese. La razón anula la casualidad. La causa y el efecto anulan la suerte. Si quieres controlar tu vida, esfuérzate en anular las segundas con las primeras. Queremos creer que las cosas suceden por motivos que desconocemos porque no queremos creer que podamos controlar el resultado. La mayoría de las veces, decimos que algo ha sido mala suerte porque no podemos verlo como una oportunidad para crecer y para actuar de un modo distinto. Es posible que no veamos el motivo o la causa inmediatamente, pero si reflexionamos lo suficiente, veremos que todas las experiencias tienen sentido y pueden constituir una base para el aprendizaje. No sé tú, pero a mí me cuesta creer que hay alguien allí arriba lanzando dados para decidir acerca de nuestras vidas. Todo lo que sucede en la naturaleza es por una relación de causa y efecto, y nosotros no somos una excepción. Asimilar este concepto puede ser difícil, porque nuestro ego nos impide asumir la responsabilidad sobre nuestras vidas. Por aleatoria que parezca la disposición de las estrellas desde nuestra posición, están exactamente donde tienen que estar. Todos manejamos el pincel con el que pintamos el lienzo de nuestras vidas. Sin embargo, hasta que no lo entendemos de verdad y lo asimilamos, no podemos tomar decisiones claras. Todo depende de cómo veas tus experiencias. Si las explicas por la suerte o por la casualidad, su verdadero significado se te escapará y no podrás aprovecharlo para mejorar. Asumir la responsabilidad personal y recabar conocimiento de las experiencias que pueden mejorar tu vida ayuda al mundo entero. No estamos solos y si todos asumiéramos la responsabilidad que nos corresponde, el mundo sería un lugar mucho mejor. Si alguien resbala sobre una cáscara de plátano y se rompe la espalda, ¿diríamos que ha tenido mala suerte? Lo que yo diría es que ha sido debido al acto desconsiderado e idiota de la persona que ha tirado la cáscara y de la desidia de las personas que, a pesar de verla y pensar que podría ser un peligro, no han hecho nada y han pasado de largo. La suerte no deja margen al crecimiento ni a la acción; la responsabilidad personal, sí. «Nada sucede por casualidad, amigo mío... No existe la suerte. Hasta lo más pequeño tiene un significado oculto y hay un significado que se oculta detrás de esto. Es posible que no esté claro para parte de ti y parte de mí, pero lo estará muy pronto.» RICHARD BACH Todos tenemos un camino marcado por Dios: el camino del amor, que abre todas las puertas en nuestra vida. Sin embargo, y de nuevo, la decisión de emprenderlo es solo nuestra. Atraemos aquello en lo que nos centramos. Siempre me había gustado mucho el conocido dicho de «Todo sucede por una razón», aunque en la mayoría de los casos no acababa de dar con la razón en cuestión. Solo conseguía confundirme más hasta que volvía a suceder algo similar. Cuando empecé a cuestionarme de verdad la vida, comprendí algo en relación con ese dicho. Y me dolió. Cuanto más ahondaba en esas razones al tiempo que intentaba ser honesto conmigo mismo, más me daba cuenta de que los motivos apuntaban directamente a mí. En el proceso, no tuve más remedio que renunciar a mi ego, pues parece la única manera de que surja la verdad. Cuando intentamos dar sentido a las cosas mirando hacia fuera solo conseguimos confundirnos porque la respuesta está en nuestro interior. ¿Era yo el que atraía todas esas cosas a mi vida? ¿Era yo el motivo por el que sucedían? La respuesta siempre volvía a apuntarme a mí con el dedo. Reflexioné sobre la que había sido mi manera de pensar hasta entonces y vi que era cierto. La actitud que adoptaba día tras día era lo que atraía todas esas cosas a mi vida. Mi manera de pensar, las palabras que pronunciaba y las acciones físicas que emprendía estaban contribuyendo a mi caída. Había intentado convencerme de que las cosas me sucedían y punto, pero esa creencia no produce ningún beneficio. ¿Lo creemos de verdad o es que afrontar la verdad nos da demasiado miedo? Cuando sucede algo concreto, ¿asumimos alguna responsabilidad por pequeña que sea al respecto? Descubrí que el motivo por el que sucede algo es el que deseemos que sea. Si las cosas suceden por un motivo, asegúrate de que se trate de uno que te capacite y que te permita crecer y aprender de él. Una experiencia significará lo que quieras que signifique. Hasta que me responsabilicé de mi vida no fui consciente del poder que tenía a la hora de forjar mi propio destino. Siempre lo había tenido y era lógico, dado que gozo de libre albedrío; lástima que hicieran falta tantas experiencias para llegar a tener un momento eureka al respecto. Cuando asumí la responsabilidad plena acerca de la situación en que me encontraba, esta empezó a cambiar radicalmente. Es la única manera en que podrás recuperar el control y hacer cambios duraderos. Mientras sigamos culpando a todo y a todos de nuestra situación y de las cosas que nos suceden, no podremos alcanzar la excelencia. No me malinterpretes, es imposible controlar todo lo que sucede a nuestro alrededor, pero sí que podemos controlar el significado que tiene en nuestras vidas y cómo reaccionamos ante ello. «El destino no tiene que ver con el azar. Tiene que ver con las decisiones que tomamos: no es algo que esperar, sino algo que debemos lograr.» WILLIAM JENNINGS BRYAN Podemos encontrar uno de los mejores ejemplos de esta verdad en una joven llamada Bethany Hamilton, a la que un tiburón le arrancó el brazo cuando hacía surf por la noche junto a unos amigos. En aquella época aspiraba a dedicarse profesionalmente a ese deporte y tras esa traumática experiencia decidió seguir persiguiendo su sueño y ganó múltiples títulos. Su historia ha inspirado a millones de personas en todo el mundo; ha escrito un libro con su autobiografía y hay una película basada en la misma, Soul Surfer, protagonizada por Helen Hunt y Dennis Quaid. Bethany entiende su experiencia como una manera de enseñar a los demás, no como fruto de la mala suerte. Dijo que no volvería atrás y que no cambiaría nada de su vida. Nuestra verdad siempre se revela a lo largo de nuestra vida, pero el libre albedrío nos da la oportunidad de aferrarnos a ella o de vivir alejados de la misma. Sabemos que la sensación de vacío que sentimos con regularidad indica que no estamos siguiendo nuestro camino verdadero. Asumir la responsabilidad y relacionar lo que piensas, dices y haces con la situación en la que te encuentras es crucial para que tu alma pueda decirte la verdad. Es muy posible que te sorprenda en muchas ocasiones, pero cuanto más profundices en tu búsqueda, más cerca estarás de ese regalo que ocultan todas las experiencias. LA INCERTIDUMBRE Y LA CERTIDUMBRE Hay momentos en la vida en los que estamos totalmente convencidos de algo, pero la vida no tarda en demostrarnos que había previsto algo muy distinto. Sin embargo, si lo pensamos, la incertidumbre inherente a la vida es, precisamente, lo que hace que vivirla merezca la pena. Si ya conociéramos todas las respuestas, no tendría sentido y no habría experiencias ni emociones que descubrir. No habría sorpresas, retos, amor ni gratitud. Es como cuando vamos al cine con un amigo que ya ha visto la película. Hemos leído el argumento, tenemos una idea aproximada de lo que vamos a ver y queremos experimentar el resto. Entonces, nuestro amigo empieza a contárnosla. Nos enfadamos y le hacemos callar: ¡hemos venido a ver la película y a descubrirla! No queremos saber todas las respuestas. Si las conociéramos, vivir no merecería la pena. No pienses en la incertidumbre de la vida hasta que se presente y, cuando lo haga, gestiónala con inteligencia. Cuando la incertidumbre aparece en mi vida, me aseguro de transformarla en certidumbre. Pero hasta que no aparezca, muéstrate seguro de lo que haces, porque no hay motivos para lo contrario. ¿Qué oportunidad te das a ti mismo si no haces más que recordarte la incertidumbre incluso antes de que haya aparecido? Veo que la gente se siente siempre muy insegura, incluso en relación con los aspectos más insignificantes de la vida. No es de extrañar que consideren que sus objetivos son inalcanzables. Decimos cosas como «Quizás», «Lo intentaré» o «Puede ser». Con esta actitud, jamás haremos nada. Cuando tomas la decisión de hacer algo, encuentras la manera de hacerlo. Lo único que tienes que hacer es tomar la decisión. Decimos cosas como «¿Y si...?» o creamos mentalmente situaciones que no son reales y que empañan nuestras decisiones en el presente, por lo que acabamos atrayendo precisamente lo que queríamos evitar. Acepta que la incertidumbre es inherente a la vida y, así, no te sorprenderás cada vez que aparezca. Mientras, céntrate en crear certidumbre cuando puedas y en eliminar todas las barreras de tu mente. TODOS SOMOS UNO «Si no tenemos paz en el mundo, es porque hemos olvidado que nos pertenecemos el uno al otro.» MADRE TERESA Los seres humanos no tenemos todas las respuestas. A lo largo de la historia, hemos intentado encontrar la verdad, pero las respuestas han sido siempre distintas. Varias sectas religiosas, científicos e incluso el dependiente de la tienda de la esquina afirman estar en posesión de la verdad. Hay más de 45.000 facciones religiosas en el mundo. Por si no fuera suficientemente malo que las distintas religiones se peleen entre ellas, muchas encuentran el modo de pelearse consigo mismas. Cristianos contra cristianos, musulmanes contra musulmanes, hindúes contra hindúes... En serio, ¿qué nos pasa? ¿Dónde ha quedado el respeto humano más básico? ¿De verdad ese es el plan de Dios, dar permiso a unos pocos para destruir algo que Él creó por amor? No creo. A mí me parece más un acto de egoísmo humano. Una vez alguien me preguntó qué era Dios. He de reconocer que me satisface la respuesta que he encontrado durante mi viaje. Le respondí: «Todos somos Dios evolucionando». Nuestro concepto de Dios cambia a medida que nosotros cambiamos. A lo largo de la historia, muchas culturas han creído en múltiples dioses: los romanos, los persas, los egipcios, los asirios y muchos otros. Para ellos, sus dioses eran tan reales que los ayudaron a conquistar el mundo. Si entonces hubiéramos querido predicar sobre un dios único, nos habrían tomado por locos. El Imperio romano era increíblemente poderoso, en gran parte, porque creían firmemente en múltiples dioses paganos. Ahora, echamos la mirada atrás y esa creencia nos parece absurda. Hemos evolucionado. Estoy convencido de que dentro de miles de años dirán: «¿No os parece increíble que estuvieran tan locos que creían en un dios separado de las personas?». Todos estamos conectados con Dios y participamos en la creación. Estamos en cambio constante y en evolución permanente y, cuanto más ahondamos en quiénes somos en tanto que seres humanos, más descubrimos acerca de nuestra conexión con el universo. ¿Qué es la verdad? ¿Quién tiene razón y quién está equivocado? Tiene que haber una verdad aceptable para todo el mundo, una verdad que nos permita vivir en paz en este momento de nuestra existencia. Cuando la mente se despierta del todo y el corazón se libera, esa verdad se hace más clara. No hay limitaciones ni restricciones. No es cuestión de satisfacer el egoísmo del ego diciendo: «Yo tengo la razón y tú estás equivocado»; es la verdad, sin más. Esa verdad es el amor, es ese sentimiento especial. La verdad es tu verdad, esa voz profunda en tu interior que siempre te muestra cómo puedes dar más amor. Hay quienes creen que esa voz solo puede conducir a la decepción, pero los que son verdaderamente ricos en la vida saben que es precisamente esa voz la que logra que sus sueños se hagan realidad. Es la voz con la que apenas nos atrevemos a conversar, porque nos descubriría las mentiras que con frecuencia nos contamos a nosotros mismos. El amor es la esencia de toda la creación: esa es la verdad. Todos los grandes líderes que han librado a sus países de la opresión y los han guiado hasta la libertad lo han hecho mediante el amor. Nelson Mandela, Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Jr., y la Madre Teresa son magníficos ejemplos de ello. Su mensaje era claro y conciso: baja los brazos y da amor. ¡Funcionó! Lo mismo sucede si hablamos de liberación en nuestras vidas cotidianas. Aplícalo y demuéstratelo. Nunca deberíamos habernos separado de ninguna otra parte de la creación, pero imagino que se lo debemos al factor del orgullo humano. El concepto de «yo soy esto» y «tú eres lo otro» ha sido el estandarte de todas las guerras y obscenidades perpetradas a lo largo de la historia. El amor es puro y no conoce el orgullo. Y, decididamente, no quiere ser separado de nada en lo que mora. Por eso, los grandes maestros nunca pidieron que se construyera una religión a su alrededor. Lo hicieron los demás, por voluntad propia. Lo único que querían esos maestros era predicar el amor por toda la creación. Creo firmemente en Dios, pero no creo que ese poder supremo sea ajeno a mí o a ninguna parte de la creación. Si lo creyera, no podría entender ni sentir la presencia del creador. Lo sé porque solía afirmar que creía en él, pero actuaba como si no lo hiciera. Es más, mi yo interior no estaba en paz y eso era una señal de que no había comprendido aún la verdadera naturaleza del poder superior que existe en todo. Todos somos uno, por lo que el universo y todo en él está a meced de nuestras acciones. Afectamos a todo y lo creamos todo. Si piensas que el creador no está en ti, te pregunto: «¿Dónde está Dios? ¿Está ahí arriba? ¿Dónde es “ahí arriba”? ¡Ahí arriba es infinito!». Si puedes sentir ese poder superior (el amor) en tu interior, ¿no significa eso que ese poder existe en ti? Si Dios lo es todo, ¿no significa eso que somos uno con toda la creación? Si sentimos emociones que carecen de explicación alguna y entendemos que en la vida hay un nivel mucho más profundo que lo que nos rodea y lo que vemos con los ojos, parece que tiene que estar en nuestro interior. No estamos separados de nada ni de nadie. Si lo estuviéramos, no podríamos afectar a las cosas y ahora sabemos que eso no es cierto. Todo existe en el reino de nuestra conciencia, incluso el mismo concepto de Dios. Por eso podemos influir en todas las cosas y afectarlas, aunque solo sea por cómo las percibimos. ¿Dónde se originó la conciencia? Nadie lo sabe y supongo que, por eso, la mayoría de la gente en el mundo acepta que tiene que haber algo más grande. Hay una razón muy sencilla por la que no tengo otra opción que creer que todo ha sido creado: no puedo entender cómo algo puede surgir de nada. Si alguna vez encuentras la respuesta, te ruego que me escribas inmediatamente. Sin embargo, cuando lo hagas, te responderé con una pregunta: «¿De dónde ha salido eso?». Los científicos lo explican con la teoría del big bang. De acuerdo, entonces, ¿quién creó el big bang? Seguro que encontrarán una respuesta, pero entonces, ¿quién creo eso? ¿Y quién creó lo que creó eso? Es un ciclo interminable y, si intentas entenderlo, te darás cuenta de que no hay una explicación razonable. Es como preguntar qué fue primero, si el huevo o la gallina. La mente humana es incapaz de encontrar una respuesta. Si no crees que tenemos un creador, solo te pediré que pienses en quién creó el pensamiento. La mayoría de las personas esperan a que suceda un milagro en su vida, sin saber que la vida es el milagro que esperan. Me parece obvio que cuando algo es creado, conserva parte de su creador en su interior. Creo que todos podemos entender eso. Entonces, si todo empezó a partir de algo, y tuvo que ser así porque algo no puede surgir de nada, todos albergamos en nuestro interior a parte de nuestro creador. Llamémoslo Dios, poder supremo, Alá, Yavé, éter o plasma, da lo mismo. Se llame como se llame está en tu interior y en el de todos. Como un pintor y su cuadro o un escultor y su estatua. Una parte del pintor y del escultor permanece en sus creaciones para siempre. Todo empieza con pasión y con amor y es un medio de expresión. Estos atributos serán evidentes para siempre. ¿No tienes el ADN de tu madre en ti? Por supuesto, porque intervino en tu creación. En tu interior tiene que haber parte de ella. En cuanto a la conexión entre todos nosotros, en fin, se hace evidente en la vida cotidiana. Fíjate en la influencia que los demás ejercen a diario en tu manera de actuar, y la mayoría de las veces sin necesidad de que te digan ni una sola palabra. La ciencia ha demostrado que todo el universo comparte un mismo origen y que está compuesto de los mismos elementos. ¡La materia existe en todo! Se acostumbra a definir a la materia como cualquier cosa con masa y volumen (ocupa espacio), por ejemplo, una mesa. La materia se compone de protones, neutrones y electrones. Los electrones son partículas minúsculas y muy ligeras con una carga eléctrica negativa. Los protones son mucho más grandes y pesados que los electrones y tienen carga positiva. Los neutrones son grandes y pesados como los protones, pero no tienen carga eléctrica. Personalmente, me fascina que nuestra carga positiva sea mayor que la negativa. Me pregunto si tiene algo que ver con eso de que el amor lo puede todo, la luz acaba con la oscuridad o la felicidad siempre gana a la tristeza. Estás hecho de materia, como tu televisor, tu coche, el árbol de tu jardín y todas las personas a las que conoces. El mundo y todo en él comparten verdaderamente un mismo origen. ¿Acaso la tierra no es el origen de todo lo que existe? Mira a tu alrededor. Del polvo venimos y en polvo nos convertiremos. Acabaremos mezclados con todos y con todo para siempre, porque un elemento común lo mantiene todo unido. Incluso los acontecimientos que tienen lugar en el espacio exterior influyen en lo que sucede en el planeta Tierra. Si una sola cosa dejara de desempeñar su función durante un único instante, nada sobreviviría. La mayoría de las religiones afirman que Dios está por encima de todas las cosas. Veamos, ¿hay algo que exista en todo? Sí, la energía. Y si Dios es más grande que eso, significa que nuestro creador también existe en todo y más, ¿no? Ser uno con todo significa que tenemos la capacidad de influir en todo. «La luz de la unidad es tan poderosa que puede iluminar toda la Tierra.» BAHÁ’U’LLÁH Quizás estés pensando: «Entonces, ¿qué es el Creador y qué forma tiene?». No lo sabemos. Es como preguntarse lo mismo acerca de la conciencia. Nadie puede responder a esa pregunta e incluso los físicos cuánticos afirman que es mejor trabajar aceptándolo como desconocido. Las personas más inteligentes de la historia han intentado encontrar la respuesta y han fracasado estrepitosamente. Jamás podremos llegar al fondo de la cuestión en tanto que seres humanos, porque, como he dicho antes, no hay fondo. Por eso sabes que la vida tiene un propósito mayor. ¿Cómo puedes integrar ese misterio? Te consumes en él cada vez que proyectas amor. Se hace evidente cuando tienes a tu lado a una persona a la que realmente amas, cuando adoptas una actitud de gratitud total o cuando experimentas la abrumadora emoción que se siente al contribuir al mundo. La mejor manera de conocer al creador es entender la creación. Cuando te entiendes a ti mismo y entiendes el mundo, su magnificencia se revela por sí sola. Es innegable que la vida es un misterio, porque no conocemos todas las respuestas. Miramos al cielo y vemos el sol, la luna, los planetas, la galaxia... Todos nos hemos preguntado en algún momento cuál es el sentido de todo y qué significa. No somos más que una mota de polvo en la inmensidad del universo, así que sabemos que la vida es más que las quejas nimias de las que nos rodeamos a diario. La vida es algo que hay que disfrutar. Tendemos a enredarnos en cosas que jamás podremos dilucidar. Entonces, nos sentimos abrumados, empezamos a dudar de nosotros mismos y nos olvidamos de lo más importante: ¡vivir! Habrá quien intente conocer todas las respuestas y pondrá limitaciones a lo desconocido. Se consumirán con la idea de las vidas pasadas o de la otra vida y pasarán por alto lo más valioso: el momento presente. He encontrado consuelo en no saber exactamente qué seré a continuación o qué fui en el pasado, pero sé que me acerco cada vez más al amor y que eso se trasladará a todo lo que pueda venir más adelante. Entender que eres más que lo que se ve a simple vista y darse cuenta de que este misterio al que llamamos vida tiene un propósito importante es crucial para tu felicidad. Te permitirá ahondar en tu interior, aceptar tu grandeza y usar el poder hasta ahora dormido en tu interior. Al final, te ayudará a vencer lo que la sociedad te ha impuesto e impedirá que vuelvas a caer en la insignificancia. También es muy importante no quedar atrapado en estos misterios y pasarse el día soñando despierto con ellos. Podrías chocar con los objetos cercanos y te dolería. Querer saber más es fantástico, pero asegúrate de ser siempre consciente de la realidad del momento presente. Siendo realistas, lo único que tienes que hacer para que se abra ante ti un gran abanico de posibilidades es preguntarte: «¿Qué hago aquí?». ¿Crees que quien fuera que creó el mundo lo hizo para que lo elogiáramos? ¿No sería eso egoísta? Creo que es un insulto pensar que un dios que está en todas las cosas pueda necesitar nada de nosotros. La vida es un regalo, no está concebida para ser vivida con miedo a amar. Un estudio demostró que el 88 por ciento de la población mundial cree en un poder superior. Esta cifra es mayor en Estados Unidos, donde parece que un 95 por ciento de la población cree en ello. Entendemos que hay muchas preguntas para las que no tenemos respuesta y que la vida tiene un sentido mucho mayor. Por eso son tantos los que creen. Queremos seguir teniendo esperanza y fe porque sabemos que nos han ayudado a seguir adelante en múltiples ocasiones. Solo necesitamos a aprender a amplificar de verdad las cualidades creadoras que residen en nosotros. «Un hombre sabio se ve en todos y a todos en sí mismo.» BUDA ENCONTRAR LA CONEXIÓN... El aire que circula por el mundo es el mismo aire que respiramos. El sol nos da energía. El planeta en el que vivimos es agua casi en su totalidad. ¿De qué está compuesto nuestro cuerpo? Cuando soplamos una hoja, ejercemos sobre ella el mismo efecto que el viento. El agua que cae del cielo es la misma que bebemos para seguir vivos. Resulta asombroso que cuando entramos en un edificio antiguo podamos sentir su historia y la energía que desprende. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que todos estamos interconectados y que todos somos uno en esencia. Siento el dolor de los demás sin necesidad de verlos. Quien fuera que ideó la palabra «universo» tuvo que estar inspirado por la conciencia colectiva. «Universo» significa en latín «una versión». Somos uno con este universo infinito, por lo que estamos construidos con inteligencia infinita y tenemos un poder superior al que la mayoría de nosotros aún no hemos accedido. Por eso hay personas que parecen estar a un nivel absolutamente distinto al de los demás. Han descubierto una fuente oculta de poder y de conexión con su alma. El mundo está rodeado de misterio, pero parecemos estar ciegos a este fenómeno. Lo más importante de esta toma de conciencia es que Dios siempre ha estado en nosotros, pero a veces hemos decidido no escuchar la voz sabia que nos habla desde lo más profundo de nuestro corazón. Si te resistes a pensar que en ti reinan las cualidades de un poder superior, jamás descubrirás la esencia de la vida. No expresarás un amor único hacia toda la creación y, por lo tanto, jamás hallarás la paz. «Muestran ustedes sus colmillos mortíferos para espantar a los otros. Pero pueden estar seguros de que al afligirlos solo a ustedes causan conflicto.» MILAREPA La siguiente revelación para mí fue la que impulsó mi cambio permanente. ¿Cómo afecta a mi vida el hecho de estar conectado con el mundo y con todo lo que este contiene? Bueno, si te hago daño, solo consigo hacerme daño a mí mismo. Y al hacerme daño, te hago daño a ti y al mundo. Si le falto al respeto al medioambiente, me falto al respeto a mí mismo y me alejaré de la posibilidad de llegar a conocer jamás mi grandeza. Si actuamos mal o con mala intención, el mundo nos responderá con ferocidad. Aunque hay quien prefiere pensar que no sufrirá las consecuencias de tratar mal a los demás, los efectos son inmediatos. Cada vez que lo hacen, esto penetra en su alma y la paz interna se vuelve más escurridiza. Tendrán que combatir con sus demonios internos hasta el día en que mueran, a no ser que se libren de sus acciones. Por el contrario, si eres puro, respetuoso, afectuoso y ofreces tu verdadero yo, el mundo responderá en consonancia. Las personas que acosan y se burlan de otros son un ejemplo excelente. ¿Cómo crees que se sienten? La satisfacción a corto plazo no es en absoluto el modo de alcanzar la felicidad duradera. Tienen miedo porque aún no han descubierto su grandeza debido a que toman constantemente decisiones que van en contra de la razón y de la verdad. Cuando llegan a casa y reposan la cabeza en la almohada, sin nadie a quien acosar, se dan cuenta de que están vacíos. Los demás se suelen rendir ante su energía, lo que afecta a sus propias vidas y a las de quienes los rodean. Es como la sucesión de ondas que causamos cuando lanzamos una piedra a un lago. No podemos eliminar esas situaciones ni a esas personas de nuestra vida, pero podemos elegir el significado que les damos. Si respondes con odio, ¿eres distinto a ellas? Sin embargo, si te compadeces de ellas y te das cuenta de que no saben cómo sus acciones afectan a su propia vida, podrás romper esa energía. Lo que nos separa es que no entendemos que todos somos uno. Todos los gigantes que ha habido antes que nosotros han hablado con claridad acerca de esta unidad en el mundo y del efecto que tiene. El karma es extraordinariamente importante en el hinduismo y el budismo. El significado último de karma es acción. Karma es el efecto directo que tus acciones ejercen sobre tu vida. En cuanto cometes una acción con una intención concreta, recibes una consecuencia directa. Que sea positiva o negativa depende de la acción y de la intención que hayas tenido. El doctor Wayne Dyer lo explicó maravillosamente bien cuando dijo: «Cómo te trata el otro es su karma, cómo reacciones tú es el tuyo». En la Biblia, Gálatas 6 afirma: «Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse solo respecto de sí mismo, y no en otro; porque cada uno llevará su propia carga, [...] pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará... No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos». Obviamente, no habla de lo que ha de venir, sino de la vida en ese mismo instante. Creo que el mensaje es muy claro. La energía que desprendes es la energía que recibes. Todo lo que haces desprende energía, incluidos tus pensamientos. Si dudas de que esto sea cierto, repasa tus acciones previas y fíjate en si tu actitud (energía) ha tenido algo que ver con las experiencias que has tenido. Reflexiona sobre cómo te hicieron sentir esas acciones. Aunque algunas te proporcionaran una satisfacción instantánea, ¿realmente satisficieron tu vida y tu propósito o te proporcionaron una paz interior profunda? Cómo nos sentimos después de una acción suele ser el mejor indicador. No trates solo a los demás como te gustaría que te trataran. Trátate a ti mismo como te gustaría que te trataran. Una de las dificultades que la gente comparte conmigo con más frecuencia es que han intentado ser amables y afectuosos, pero que sienten que los demás se siguen aprovechando de ellos. Si te ves reflejado en esta afirmación, es porque en realidad solo das para obtener algo a cambio. Nadie puede pisotearte si tú no se lo permites, por lo que ofrecer tus cualidades verdaderas no debería requerir nada a cambio. Si solo das para recibir, no das nada. Cuando ofreces amabilidad y amor a todo el mundo sin esperar una respuesta, la recompensa es evidente. No esperes a satisfacerte con la gratitud del otro, acepta la satisfacción derivada del mismo acto de dar. Si lo haces, te darás cuenta de que esas personas se perjudican a sí mismas, porque tienen un corazón que aún no rebosa amor. Compadécete de ellas, pero siéntete aún más agradecido y orgulloso de la acción que has elegido. Nadie puede arrebatarte la felicidad si no se lo permites. Cómo te tratas a ti mismo es más importante para tu vida que cómo te tratan los demás. Lo que más me inspira a avanzar hacia mi visión y aumenta la potencia de mi pasión es oír a los demás hablar de la vida con desdén. Sé por experiencia lo triste que es resistirse a la vida. Con esa actitud, jamás alcanzaremos nuestro potencial pleno ni haremos realidad la visión que tenemos de nuestra vida. La mayoría de las veces, lo único que tenemos que hacer es desplazar la atención hacia algo que amamos y, entonces, vemos lo fácil que es librarse de esa emoción o pensamiento limitantes. Esto nos lleva a la gran pregunta. «¿Estamos muriendo lentamente o estamos empezando a vivir?» Es como si el mundo se hubiera quedado atrapado en la búsqueda de una cura contra la muerte, que es inevitable. No nos damos cuenta de que la única cura para la muerte es la vida, así que más nos vale empezar a vivir de verdad. Y vives de verdad cuando vives como quien eres, no como crees que tienes que ser. CONCEPTOS DIFÍCILES DE APREHENDER «Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.» 1 JUAN 4, 16 Cuando entendemos que todos somos uno, empezamos a cuestionar otras ideas acerca de la fuente de la que todos procedemos, como, por ejemplo, la palabra «Él» con la que acostumbramos a referirnos a Dios. Si la usamos para reducir ese poder superior a algo que está ausente de este mundo, estoy en desacuerdo con ella. Las personas usan la palabra «Él» de forma literal, aunque, cuando se les pregunta, niegan la idea de Dios como un «él» o como un ente singular e independiente. Esto sucede porque no saben explicar qué es Dios. Hay quien usa el concepto de Dios para separarse de los demás. Es una contradicción si pensamos que todas las grandes religiones afirman ser seguidoras del amor. Creo que no hay mayor blasfemia que usar la palabra «Dios» para separarnos. Sea cual sea tu religión, no es excusa para tratar a otro ser humano como si fuera basura o para creerte superior a los demás. Si tus creencias se basan en esos conceptos, lamento decirte que te han engañado y que jamás experimentarás la verdadera plenitud. Conozco a personas espirituales que dicen que no son religiosas, porque eso supone alejarse del mundo. Entonces me apresuro a recordarles que describirse como espirituales también las separa. Cuando te crees superior a los demás o usas la religión como una excusa para expresar el ego, contradices la misma religión que afirmas defender. ¿El mensaje verdadero era que nos separásemos del mundo o que nos colocásemos en un pedestal más alto que el de los demás? ¿No es eso una forma de odio? Estoy seguro de que esos grandes maestros vinieron a enseñarnos amor, pero hay personas que usan ese gran mensaje como un medio para satisfacer sus deseos egoístas y llenar sus vacíos emocionales. Cuando me preguntan de qué religión soy y están a punto de etiquetarme como si fuera un trozo de carne, les respondo que soy lo que soy. Cuando me preguntan a qué organización pertenezco, les respondo que pertenezco a la vida y que mi religión es el amor. Sí, claro que hay quien me toma por loco, pero me divierte ver la cara que ponen. Muchos han construido un concepto de miedo en torno a Dios. Creo firmemente que temer a Dios es el mayor insulto que se le puede hacer. Cuando temes a tu padre, es probable que hagas lo que te pide, pero no porque realmente quieras hacerlo. No te sale del corazón, sino que lo haces porque sientes que tienes que hacerlo. Tu padre no tiene motivo alguno para sentirse satisfecho y, si fuera inteligente, no querría que sintieras eso por él. Al contrario, si tu padre te demuestra su amor y tú sientes ese mismo amor por él, haces las cosas desde el corazón, y es entonces cuando el significado y la profundidad entran en acción. A veces nos ponemos de rodillas y le pedimos algo a Dios. Yo mismo lo he hecho en múltiples ocasiones. Hay quienes creen que basta con pedir. Decimos cosas como «Dios, te ruego que consueles a mi tía» o «Te ruego que me des dinero». Es como si hiciéramos caso omiso de los recursos de que disponemos y que tienen la capacidad de responder a nuestras plegarias. Entonces, como no obtenemos lo que pedimos, empezamos a dudar de la existencia de Dios. ¿Alguna vez has oído esa voz que te dice que podrías tener todo lo que deseas si te esforzaras en conseguirlo empleando las cualidades que ya posees? Son esos momentos en los que algo te dice que vayas a por ello. ¿Cuántas veces has hecho oídos sordos, con la esperanza de que lo que deseas apareciera como por arte de magia si te arrodillas y lo pides? Pues bien, Dios es esa voz que te dice que lo puedes tener todo, pero que tienes que usar aquello de lo que dispones para conseguirlo. Las personas que no consiguen nada están ocupadas rogando mientras el resto pasa a la acción y lo consiguen todo. Me pregunto si la gente piensa alguna vez que todo lo que quieren o desean se hará realidad en función de lo que hagan; que, de hecho, estamos aquí para crearlo con los dones que ya se nos han concedido. Tenemos que asumir la responsabilidad sobre nuestra propia vida. La sociedad nos ha condicionado para que pensemos que los seres humanos somos incapaces de realizar actos divinos. Somos cocreadores de todo lo que existe. Pedimos dinero, oportunidades, felicidad... y, de repente, nos damos cuenta de que el éxito en la vida no llega así como así. ¿De verdad no hay nada que puedas hacer para aumentar las probabilidades de que tus oraciones o tus sueños se hagan realidad? Recuerdo haber visto una maravillosa entrevista con John Conteh, un ex campeón de boxeo, en la que hablaba del aspecto espiritual del éxito. Explicó que cuando se dio cuenta de que Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos, su actitud hacia la vida y su compromiso en relación con sus sueños cambiaron para siempre. Quiero que pienses durante unos instantes en cómo rezas o incluso hablas contigo mismo durante el día. Pregúntate lo siguiente: «¿Cuántas veces dices “por favor” en lugar de “gracias”?». Nos han dado todas las llaves que abren las puertas de nuestra vida, y la llave maestra es el amor. Cuando rezamos, debemos tener fe en que los dones que pedimos ya están ahí; son la sabiduría, la fuerza, la energía, el amor, el respeto, la felicidad, la paciencia y la plenitud. No podemos comprarlas en la tienda de la esquina. Tenemos que deshacernos de todo lo que nos impide expresar esas cualidades. Tenemos que alegrarnos, porque nuestra voz interior iluminará el camino, y confiar en que lo que nos sucede es el resultado de lo que hemos creado. Es posible que no siempre podamos controlar físicamente los acontecimientos, pero sí que podemos controlar qué significado les atribuimos. Lo que pasa, pasa para ayudarnos a aprender y a crecer, sobre todo en los momentos más bajos de nuestra vida. Ten fe en ti mismo, pero, sobre todo, demuestra gratitud cuando reces y medites. Cuando reconocemos que el propósito de la vida es aprender, vemos bajo otra luz los conceptos estereotipados de cielo e infierno. No puedo imaginar que un dios que ama incondicionalmente pueda condenarnos al infierno para toda la eternidad. ¿Es posible que los seres humanos hayamos interpretado ese concepto a nuestra manera? ¿Hay alguien que haya ido al cielo o al infierno y haya vuelto para explicarnos cómo son? Estoy seguro de una cosa: vivimos el infierno en la tierra cuando no accedemos a la conciencia y no sentimos más amor. Eso es todo lo que puedo llegar a entender desde este cuerpo humano, así que eso es con lo que voy a trabajar. No creo que Dios sea algo a lo que debemos temer, sino algo a lo que debemos amar. Cuando temes a Dios, te temes a ti mismo, y esa no es manera de vivir. Cuando haces algo que se considera pecado, corres a esconderte, por miedo a que la tierra se abra bajo tus pies y te engulla. Eso no es vida. Somos humanos y estamos en un camino de descubrimiento personal. Tenemos que entender esas situaciones como oportunidades de aprendizaje y usar el miedo del mejor modo posible: como una oportunidad para emprender una manera distinta de actuar. «En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.» 1 JUAN 4:18 También existe la idea de que Dios elige a personas concretas para llevar a cabo su misión. Sin embargo, si Dios eligió a esas personas y cercenó su libre albedrío, ¿por qué no nos eligió a todos para que todos pudiéramos vivir felices para siempre? Bueno, es que esa es la cuestión: todos hemos sido elegidos, porque esas cualidades ya están ahí. Lo que sucede es que la mayoría deciden no usarlas. Dios no elige ni quiere a personas concretas, no prefiere a unos por encima de los demás. Dios ya es. ¿Significa eso que Dios nos creó con un defecto, como si quisiera algo de nosotros? ¿Significa eso que Dios tiene ego? ¿Qué aspecto tiene Dios? Dios no elige y no debería estar limitado por los conceptos humanos de querer o de caracterizar. Es un insulto en su forma más cruda, porque Dios no necesita nada de nosotros. No tienes que ser un orador de fama mundial, un escritor ni nada de lo que otros consideran exitoso. En tus quehaceres cotidianos, demuestra amor y deja que tu verdad sea tu guía, porque se te devolverá, y eso es contribuir. Es maravilloso todo lo que una sonrisa puede conseguir. Cuando veas a gente en el supermercado o donde sea, sonríe y sé amable: ya verás lo potente que es. Es posible que haya alguien que no lo valore, pero no te preocupes por esa gente. Sencillamente, no valoran la vida. Tú decides cómo creas tu vida y cada uno es su propio juez. Recuerda que en tu interior hay grandes dones y que siempre han estado ahí. La gente dice que debemos creer en Dios, pero la mayoría olvida que Dios también cree en nosotros. La única manera de creer en Dios es creer en ti mismo. Yo no creo que Dios nos ame. Creo que Dios es amor. Jamás deberían estar separados. Cuando sentimos amor en nuestro corazón, es Dios. Dios es amor y el amor es vida. Eso es lo que une al mundo y nos ayuda a descubrir nuestra grandeza. El amor (un poder superior) no puede ser visto ni limitado, no tiene forma, está en todas las cosas, existe eternamente y es la plenitud absoluta y la verdad última, pero, sobre todo, es esa emoción tan especial. «Para tener ojos bonitos, mira lo bueno de los demás; para tener labios bonitos, pronuncia solo palabras amables; para ser elegante, camina sabiendo que nunca estás sola.» AUDREY HEPBURN SÉPTIMO PASO ENCUENTRA LA PLENITUD: EL ÉXITO REAL 25 LA FELICIDAD VERDADERA «Si un árabe en el desierto descubriese de pronto un manantial dentro de su tienda que le surtiera de agua en abundancia, se consideraría muy afortunado; y lo mismo le ocurre a un hombre que está siempre vuelto hacia lo exterior, pensando que la felicidad reside fuera de él, cuando finalmente entra en sí mismo y descubre que la fuente nace dentro de él». SØREN KIERKEGAARD Cuando hablamos de la felicidad, existe un mito que conduce al desencanto a todos quienes creen en él. Nos confunde, hace que nos cuestionemos continuamente quiénes somos y nos lleva a correr en círculos, por lo que nunca encontramos una felicidad duradera. Todo esto se deriva de la idea de que es posible obtener la felicidad verdadera. ¿Te ha pasado alguna vez que has comprado un coche o un reloj nuevo y tras aproximadamente un mes te das cuenta de que solo es un coche o solo es un reloj? Lo material solo proporciona una satisfacción efímera y no hace más que volvernos locos en el intento de averiguar cómo conseguir la próxima dosis. Para ser felices nos vamos de viaje, buscamos pareja, comemos comida que nos gusta, nos sentamos en una butaca cómoda o ganamos dinero. Entonces, nos gastamos el dinero, regresamos del viaje, comemos la comida... y nos sentimos desdichados de nuevo. Todos esos aspectos externos de la vida están condicionados por la sociedad, el entorno, el estatus social, el tiempo, el aspecto físico, etc. Con tantas limitaciones, no es de extrañar que esa supuesta felicidad se interrumpa con tanta frecuencia. Desplaza la atención hacia las cosas verdaderamente importantes de la vida y percibirás tu propio poder para crear felicidad verdadera. Cuando estuve en Tailandia conocí a un multimillonario que tenía doce negocios consolidados en varios países. También era el propietario de varias sastrerías en Tailandia y, de hecho, lo conocí porque estaba allí para supervisar los establecimientos. Si alguna vez has estado en Tailandia, sabes de lo que hablo cuando digo que es muy difícil escapar de los dependientes de las sastrerías. Sin embargo, al final estuvo muy bien, me gustaron los trajes y acabé comprando tres. Hablando de la felicidad verdadera con uno de los dependientes, este dijo: «Eso es lo que te hace feliz», y señaló el Lamborghini que ocupaba el salvapantallas de uno de los portátiles de la tienda. El hombre, que era el propietario de la sastrería y del Lamborghini en cuestión, algo que yo aún no sabía, dijo: «Pues a mí no me ha hecho feliz». Empezamos a hablar y me invitó a comer. Descubrí que ese hombre de éxito que había amasado millones de dólares era una de las personas más desgraciadas que había conocido hasta entonces. Durante toda su vida, había perseguido lo que él creía que era la felicidad, pero solo había conseguido sentirse cada vez más vacío. Lograra lo que lograra, nunca lo satisfacía. Lo ayudé a desplazar su atención para que pudiera ver que la felicidad había estado ahí mismo, en su interior, desde el principio. Debía afrontar cada día con la misma actitud entusiasmada con la que se dirigía al concesionario a comprar un coche nuevo. Me alegra escuchar que ha progresado muchísimo y que, por primera vez en su vida, está contribuyendo a su país. Si pensamos en ello, es lógico que oigamos hablar de millonarios adictos a las drogas y de niños pobres en Asia con el mismo problema. ¿Cuál es la diferencia? Ninguna, ambos están seccionando su felicidad. Es importante que, cuando intentamos encontrar la felicidad en una adicción, nos demos cuenta de que hacerlo no nos hará felices y que no hacerlo no necesariamente acabará con nuestra tristeza. De nuevo, esto es así porque creemos que la felicidad está fuera de nosotros y que no es una decisión interna que podemos tomar en cualquier momento. La única manera de ser feliz de verdad es darse cuenta de que la felicidad siempre ha estado ahí. Jamás ha sido ninguna de esas cosas concretas las que te han hecho feliz, siempre ha sido la actitud que has elegido adoptar ante ellas. Si crees que tu felicidad está en unas circunstancias o cosas determinadas, ¿cómo es posible que también te causen dolor? Oyes que el motor del coche hace un ruido raro, rayas la esfera del reloj o la comida no era como esperabas y tu estado cambia al instante. El mayor regalo que una persona puede descubrir en su interior es reconocer que siempre ha tenido el poder de producir cualquier emoción que desee, incluida la felicidad. Pensemos, por ejemplo, en unas vacaciones. Las planificamos, explicamos a la gente a dónde vamos y nos entusiasmamos con solo pensar en lo que vamos a hacer. Aún no nos hemos ido de viaje, así que las vacaciones en sí mismas no pueden ser el origen de la felicidad. Nos sentimos mucho más felices de lo habitual durante todo el mes que las precede. Los días de trabajo no parecen tan duros, hacemos caso omiso de los posibles tropezones y decidimos no centrarnos en lo peor de la vida porque... ¡nos vamos de vacaciones! Crea una visión, una proyección hacia el futuro que te entusiasme. Aumentará tu voluntad de mantener esa sensación y usarla para ver de otra manera y superar las dificultades que puedas encontrarte por el camino. «Una persona feliz no es una persona con unas circunstancias determinadas, sino una persona con unas actitudes determinadas.» HUGH DOWNS Cuando por fin te vas de viaje, todo parece extraordinario. Las personas son las más amables que hayas conocido jamás, los edificios son bellísimos e incluso valoras cosas que quizás hubieras evitado en casa. En realidad, son la misma gente y los mismos edificios que hay en todas partes, pero te parecen los ladrillos más maravillosos del mundo porque tu actitud hacia la vida en general es distinta. Vuelves a casa y conoces a un turista en tu ciudad. Empieza a decirte lo maravillosa que es, pero tú no acabas de ver a qué viene tanto entusiasmo. Lo cierto es que cuando cambiaste internamente lo que sentías hacia la vida, todo lo que había a tu alrededor cambió también. No hay discusión al respecto: siempre veremos lo de fuera tal como decidamos sentirnos por dentro. Esto significa que tu felicidad siempre ha estado a tu alcance y que puedes acceder a ella siempre que quieras. Te insto a que hagas como si estuvieras de vacaciones y pasees por tu ciudad con el mismo entusiasmo y la misma felicidad que si fueras un turista; verás cómo esa emoción se refleja inmediatamente en el exterior. Si te digo que cierres los ojos, te relajes y pienses en el momento más feliz de tu vida, podrías sentir esa misma emoción otra vez. ¿Estás ahí en realidad? No lo sé, abre los ojos y dímelo. La cuestión es que da igual quién seas o cuál sea tu situación en la vida, la tristeza y la felicidad siempre han estado a tu alcance, para que elijas entre las dos. Yo acostumbro a cerrar los ojos cuando me encuentro en una situación que creo que podría sacarme de mi estado de felicidad. Entonces, me transporto a un lugar especial o pienso en algo que me encanta. Si desplazamos la atención hacia la felicidad, nuestra energía fluirá en esa misma dirección. Si decides centrarte en lo peor que la vida te ofrece, eliges ser infeliz. Si le ordenas a tu atención que se centre en lo bueno, incluso en momentos difíciles, producirás emociones congruentes con ello. A medida que pase el tiempo, cuanto más practiques este ejercicio, más fuerte y más emocionalmente inteligente serás. Sin embargo, tal como ya sabemos, esto es la vida y las cosas no siempre son tan fáciles. Mi teoría acerca de la felicidad es muy sencilla: acepto que no siempre seré feliz. ¡Esa es mi felicidad! He llegado a aceptar que la vida no es esa felicidad estereotipada que la sociedad ha creado. Para alcanzar el pedestal en el que la sociedad ha puesto a la felicidad, se supone que debemos estar contentos y entusiasmados todo el tiempo; si no nos sentimos así, significa que estamos tristes. Nada más lejos de la verdad. ¿Qué me dices de los momentos en que estás absolutamente concentrado y no quieres que nadie te interrumpa? ¿Dirías que no eres feliz? Yo no, porque la vida es mucho más que esas dos emociones, felicidad o tristeza. La situación llega hasta el punto de que tus amigos y tu familia te preguntan qué te pasa cuando, sencillamente, estás sentado tan tranquilo. ¿Es que significa que estoy triste o que algo va mal porque me apetece estar tranquilo durante cinco minutos? Debes eliminar el concepto de felicidad que ha creado la sociedad y aceptar que todas las emociones forman parte de la vida. Nuestra misión principal en la vida no es intentar aferrarnos al concepto de felicidad, sino perseguir y descubrir la valía personal. En lo más hondo de cada alma, el ansia de amarse a uno mismo espera a ser satisfecha. Cuando encontramos la manera de hacerlo, jamás lo perderemos, ni siquiera en los momentos de tristeza. 26 ENCONTRAR UN CORAZÓN LLENO DE AMOR «El amor solo da y nada recibe sino de sí mismo. El amor no posee y no quiere ser poseído. Porque al amor le basta con el amor. Cuando améis, no debéis decir “Dios está en mi corazón”, sino más bien “Estoy en el corazón de Dios”. Y no penséis que podéis dirigir el curso del amor, porque será el amor el que, si os halla dignos, dirigirá vuestros corazones.» KAHLIL GIBRAN Primero, tomamos conciencia gracias al poder del cambio y, entonces, la revelación del amor llama a nuestra puerta. Te recomiendo encarecidamente que le abras y lo recibas con los brazos abiertos, porque es la vida misma en su forma más pura. Seguramente ya te habrás dado cuenta de que, al principio de tu toma de conciencia (autodescubrimiento), has empezado a juzgar a los demás por su nivel de conciencia, no por su nivel social. Esto sucede porque estás empezando a vivir la vida como un observador de la causa y el efecto. Sé que es muy probable que ya hayas oído hablar del «despertar de la conciencia», pero no es más que la conciencia personal que por fin te permite descubrir el gigantesco impacto que puedes ejercer sobre tu propia vida y sobre el mundo entero. En una ocasión, The Oprah Winfrey Show decidió ayudar a la familia Hawk, cuyos miembros eran adictos a la heroína. Los dos hijos, el padre y la madre consumían, y tenían un bebé al que intentaban cuidar. El padre, Mike Hawk, se mantuvo alejado de la familia durante la rehabilitación. El programa de seguimiento, varios meses después, reveló unos cambios asombrosos. Vi a un hombre que había tomado conciencia y había alcanzado una paz interior que quitaba el aliento. Hablaba como un verdadero maestro, y como si hubiera sido así durante toda su vida. ¡En realidad solo habían pasado unos meses! Muchas de las cosas que dijo están en los ejercicios que hemos ido haciendo a lo largo del libro. Su viaje interior completó su mundo externo. Incluso pasea por las calles donde antes compraba la droga para demostrarse a sí mismo que ahora es fuerte. Añadió significado y propósito a su vida y así pudo crear la vida con la que tantas veces había soñado. Si alguien adicto a la heroína durante años pudo transformar por completo su vida en cuestión de meses, todos podemos hacerlo. Tomar conciencia de tu verdadero potencial es la única manera de alcanzar la libertad espiritual y experimentar la verdadera plenitud personal. Personalmente, describiría mi camino como si, después de años de caminar como un sonámbulo, me hubieran arrojado un cubo de agua helada y me hubiera despertado. Dejé de ver el mundo a través de un agujerito, mi mente se abrió y, por fin, pude descubrir el sentido de todas las experiencias. Las veces que me había dejado el móvil en casa y había tenido que volver a buscarlo, todas las veces que tropecé, todas las oportunidades que dejé pasar, las malas rachas y las épocas fantásticas me habían llevado al punto en el que estaba hora. Comencé a encajar las piezas del rompecabezas y todo empezó a cobrar sentido. Una vez que lo hayas experimentado, sentirás la necesidad de ayudar a despertar a todo el mundo, debido al amor que empezará a emanar de tu interior. A medida que pase el tiempo, si decides profundizar todavía más, será como una revelación. Te darás cuenta de que valoras las diferencias en las personas y que cada vez las juzgas menos. En lugar de sentir que estás por encima de los demás, elevarás a todos para que alcancen tu mismo nivel. Supongo que eso explica por qué es tan contagioso. Te libera de las cadenas mentales, físicas y emocionales que han aprisionado a tu corazón durante tantos años. Lo mejor de todo es el amor único que sientes hacia toda la creación. Tu corazón sabe cómo liberarse del resentimiento y del odio y, por fin, ves la vida como siempre tenía que haber sido. Cuando yo tomé conciencia, podía haberlo dejado ahí. Tomar conciencia de quién eres en realidad te permite vivir una vida mejor, pero no hay nada más satisfactorio que tomar conciencia de la llave maestra que abre todas las puertas de la vida: el amor. Profundicé tanto que cuestioné y puse en duda mi vida al completo en un proceso que duró meses, durante los que hubo noches en las que me sentí sumido en la oscuridad. Toda tu realidad empieza a cambiar. Cuando decidas lanzarte de cabeza al océano del amor, la embestida de su marea sacudirá todo tu mundo. Te obligará a abandonar las creencias que tenías, a llorar por lo que antes te hacía reír y a ser hijo de la propia vida. El corazón no pesará y la mente ya no estará rodeada de oscuridad. Cuando el mar se serene, la luz del amor y el agua corriente te inundarán el corazón, que jamás volverá a tener sed. A medida que se llene y desborde, irradiará a todo y a todos a tu alrededor. Te darás cuenta de que ese mismo amor que albergas en tu interior está también en toda la creación y sabrás, por fin, que formas parte de ella y ella de ti. «El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue». 1 CORINTIOS 13, 4-8 Sorprendentemente, cada día me levantaba y encontraba respuestas nuevas que me daban más fuerza. Mi paz interior llegó a ser abrumadora y mi actitud hacia la vida se transformó por completo. Descubrí mi conexión con este mundo y me alineé con mi alma para ser la mejor persona que sabía ser. El proceso fue tan interesante, tan incansable y tan fascinante que, cuanto más profundizaba, más asombrado me quedaba. Cuando lleves un tiempo controlando tus pensamientos y redirigiéndolos hacia el amor, el crecimiento se volverá imparable. Subirá de nivel constantemente. A lo largo de la historia, muchas personas han intentado encontrar el árbol de la vida que Dios ocultó en la Biblia. Creían que era un árbol de verdad y, para su decepción, no lograron encontrarlo. Ignoraban que el árbol de la vida está en el interior de todos nosotros, pero que ha quedado oculto por la separación del amor y de la unidad respecto al creador. Encontrar el árbol de la vida significa descubrir la unidad entre tu alma y Dios y entre el ego y el yo superior. El proceso de descubrir la esencia de tu ser y usarla para el bien del mundo ha recibido varios nombres a lo largo de la historia. Lo han llamado la «Gran Obra», e incluso santos como san Francisco de Asís, santa Teresa de Ávila o san Agustín hablaron de este fenómeno. Mahatma Gandhi, la Madre Teresa, Orison Swett Marden, Albert Einstein, Martin Luther King, Jr., y prácticamente todas las personas que han ejercido una gran influencia en el mundo han hablado de nuestros mayores poderes. También es el mensaje central de las principales religiones. Es una joya muy difícil de encontrar, pero si no cejas en la búsqueda de la conciencia personal, lograrás alinearte con las nuevas respuestas que hallarás. En un momento dado de mi viaje de autodescubrimiento sentí curiosidad por saber si era la única persona que experimentaba algo similar. Me sentía alienado del resto del mundo. Un día, mientras reflexionaba sobre ello caminando por el pasillo, me fijé en las enciclopedias de la estantería. Hacía años que ni me acordaba de ellas, pero ese día me llamaron la atención. Entre los grandes volúmenes había un librito blanco; era el único que no pertenecía a la colección y cabía en una mano. En la portada no había ni imágenes ni un gran título. No era más que un libro blanco. Lo abrí y la emoción que me embargó fue tan intensa que tuve que sentarme inmediatamente. Era un libro sobre santos y otras personas de la historia que habían experimentado esa misma conexión con su alma. Explicaba que algunos habían sido perseguidos y ejecutados porque no habían sido capaces de explicar exactamente con palabras lo que les sucedía. Entendí completamente su situación y no pude evitar identificarme con su dificultad. Es algo tan grande que no se puede expresar con palabras, que no se puede limitar a ellas. Es imposible confinar un amor tan puro en palabras finitas. Es ver el mundo en los ojos de Dios y sentirse rodeado de belleza. A medida que nos vamos comprendiendo más a nosotros mismos, y estoy seguro de que has avanzado muchísimo en el camino si has completado las tareas del libro, entramos en un ciclo infinito de crecimiento personal que nos eleva y nos transporta hacia el amor. Cuando puedes cerrar los ojos y volver a enamorarte a voluntad (incluso en los momentos más difíciles) para abrir los ojos de nuevo y ver el mundo de esa manera, su enorme poder se hace evidente. Estoy enamorado de una única cosa. Estoy enamorado del amor. He sentido ese amor en todo. 27 EL PRINCIPIO «Los ideales que una vez tras otra han iluminado mi camino y me han dado el valor necesario para enfrentarme a la vida son la amabilidad, la belleza y la verdad.» ALBERT EINSTEIN Después de tantos años, por fin empecé a vivir. De hecho, descubrí que, hasta ese momento, había estado muriendo lentamente. La mayoría de la gente cree que se acerca a la muerte a medida que pasa el tiempo. Tienen dolores y achaques, y temen la cifra que muestran sus años a medida que aumenta. Para ellos, cada año que pasa están más cerca de abandonar esta tierra y se deprimen. ¿De qué sirve deprimirse si ni siquiera aprovechan la vida al máximo mientras están vivos? Cuando eres consciente de tus acciones, sucede justo lo contrario. Te das cuenta de que cada año que pasa es otro año que has aprendido a vivir. Nos rodeamos de estrés, preocupaciones, egoísmo, tristeza, odio y todas esas emociones que nos matan; no físicamente, claro, pero sí mental, económica y espiritualmente. Atacan directa e indirectamente a todas y cada una de las facetas de nuestras vidas y afectan a las personas que nos rodean. Dado que solo tienes una oportunidad para vivir, ¿por qué no la aprovechas al máximo y eres la mejor persona que sabes que puedes ser? No vivas sencillamente porque has nacido: acepta que naciste para vivir. Estar vivo no es lo mismo que vivir. Muchos no empiezan a vivir de verdad hasta que se encuentran cara a cara con la muerte. He llegado a un punto en mi vida en el que agradezco todo lo que la existencia me ofrece. La alegría, la pena, la incertidumbre, la risa, el llanto, el amor... todos merecen el mismo respeto y todos son igualmente importantes. No tardé mucho en condicionar esta aceptación de la vida, que verdaderamente transformó la dirección de la misma en todos sus aspectos. Sé que debo enseñárselo a tanta gente como pueda mientras me sea posible, porque es innegable que abre todas las puertas de la vida. Las explicaciones que ofrezco en este libro son la mejor manera en que mi alma ha podido plasmar las estrategias que permiten alcanzar la plenitud completa. El viaje prosigue, pero estoy seguro de que perseverarás. Confío en que haber completado las tareas que te he propuesto te haya permitido experimentar el otro lado, ese al que yo llamo vida. La ventaja definitiva que ofrece el éxito, además del éxito en sí mismo, es la de encontrar la plenitud en quién eres ahora. Hallar la paz interior es lo primero y fundamental, así que lee el libro y completa las tareas diez veces si es necesario. Úsalo como una guía y no como una historia para «leer y olvidar», porque no es eso. Jamás renuncies a la vida que vislumbras en tu mente porque ese es el verdadero camino que el creador ha dispuesto para ti. Estamos destinados a ser grandes, a experimentar emociones que no hemos vivido jamás y a seguir creciendo obstáculo tras obstáculo. Nos han concedido el don de crear nuestra propia vida tal como elijamos construirla y tenemos una fuente de inteligencia infinita a la que acudir. Ámate, ama a los demás, ama a la vida... y el mundo será tuyo. Completa las tareas y permite que invadan hasta el último resquicio de tu vida. Deja que tu mente trabaje constantemente para llevarte al éxito en lugar de labrar tu desencanto. No sé tú, pero yo no estoy dispuesto, bajo ninguna circunstancia, a desperdiciar mi vida siendo su víctima. No perderé el tiempo odiando, juzgando ni siendo egoísta. Quiero ganar; por mí mismo, por las personas que me rodean y por el mundo. Da un salto de fe, supera tus límites y vive la vida que te has atrevido a soñar. Siente las emociones y adopta la actitud que sabes que te inundará cuando hayas obtenido ese dinero, puedas compartir el amor con esa persona o logres la paz interior, y sucederá. La elección siempre ha sido, es y será tuya. Sé fiel a ti mismo y persiste en la búsqueda de esas visiones, pase lo que pase. Te equivocarás, pero sigue viviendo y la vida se convertirá en tu causa. Acepta que en la vida suceden cosas para las que no siempre tenemos explicación. ¿Por qué hay terremotos que matan a miles de personas? ¿Por qué apuñalan a alguien que solo intentaba ayudar a otra persona? ¿Por qué nacen bebés con malformaciones congénitas? Estos son, precisamente, los acontecimientos que deben hacer que profundicemos todavía más. Deben hacer que queramos ser aún mejores personas. La vida nos lanza imprevistos, pero la cuestión no es con cuánta rapidez podemos esquivarlos, sino cómo podemos aprender a dar ese golpe con el bate que realmente cuenta. Las experiencias modelan quiénes somos, por mucho que a veces nos parezcan insoportables. ¿No es cierto que algunas de tus experiencias más duras son también las que más te han enseñado? Quizás, con el tiempo sepamos por qué han sucedido ciertas cosas, pero incluso si nunca lo descubrimos, no es excusa para no ser las mejores personas que podemos ser. No me importa lo mal que crea que me ha tratado alguien; ahora soy capaz de entender que ha desempeñado un papel importante en mi vida. Y por eso, lo amo en lugar de odiarlo. Para crear una vida extraordinaria, debes tener dos cosas: un estado mental fantástico y la capacidad de controlar tus emociones. Este libro te ha dado indicaciones para que puedas alcanzar ambos objetivos, pero tu viaje único e individual no ha terminado todavía. El mapa hacia tu grandeza es como tu huella digital: es único. Para terminar, espero que hayas disfrutado en este camino de autodescubrimiento que has compartido conmigo. La inspiración para escribir este libro surgió de la gran cantidad de personas que mostraban su confusión acerca de cómo emprender el viaje para descubrirse a sí mismas. La mayoría no sabían ni por dónde empezar, así que pensé que este libro podría ser una guía. Mi más sincera enhorabuena por haber terminado este libro, es un logro extraordinario. Pero no te detengas aquí. Aún te quedan muchas experiencias que vivir y retos que superar. Espero de verdad que algún día podamos conocernos e intercambiar historias. Te agradezco humildemente que me hayas permitido compartir tus emociones, tu mente y tu vida en este viaje. Sé que durante la lectura del libro habrás vivido una montaña rusa de emociones, porque yo también la he experimentado. Estés donde estés, te considero un amigo, y los amigos se ayudan y difunden el mensaje. Me alegra muchísimo saber que estamos conectados. Es raro, pero aunque no nos hemos visto jamás, siento que te conozco personalmente y estoy seguro de que tú sientes lo mismo. Hasta que volvamos a conectar, ten sueños grandes, emprende acciones extraordinarias y vive con propósito. En este instante me pregunto lo mismo que me pregunté al principio de mi camino: ¿qué es todo esto? ¿Qué significa? ¿Qué hago aquí? Ahora siento un consuelo nuevo, que me coloca en la misma esencia de toda la creación. Formo parte de todo y todo forma parte de mí. Imagino que la mejor respuesta a mis preguntas es: La vida es verdaderamente lo que tú haces que sea. Me encantaría saber de ti. Puedes enviarme tus opiniones o tu historia o sencillamente escribirme para volver a conectar conmigo. Puedes encontrarme en: info@danielchidiac.com SITIO WEB: www.danielchidiac.com INSTAGRAM: @whosaysyoucantyoudo CORREO ELECTRÓNICO: AGRADECIMIENTOS ¿Cómo puede alguien a quien tantos han afectado emocionalmente a lo largo de su vida encontrar las palabras para expresar cómo se siente? Las palabras son como gotas de agua en un océano en comparación con la enormidad de la gratitud que siento hacia esas personas extraordinarias. A mi padre y a mi madre, que me aman incondicionalmente, gracias por haberme alentado siempre a ser la mejor persona que puedo ser. Vuestro apoyo, vuestra confianza y vuestra fe me han llevado a niveles con los que antes solo podía soñar. A mi hermano y mentor, Matthew, gracias por las conversaciones acerca de la vida y por todo el apoyo que me has demostrado siempre. Estamos en esto juntos. A mi hermana, Jeannie, gracias por esos sábados inolvidables con mis maravillosos sobrinos. Criar a niños como tú lo haces lo dice todo acerca de las cualidades que albergas. A mi segunda madre, la tía Helen, me hubiera sido imposible estar donde estoy de no haber sido por ti. No hace falta que te lo explique: ya sabes lo mucho que significas para mí. A mis abuelos y a mi tía Adele, gracias por el apoyo que me habéis ofrecido durante toda mi vida y que me seguís ofreciendo ahora. Y especialmente a mi abuelo. A pesar de que te fuiste hace ya muchos años, tu alma sigue inspirándome. También quiero dar las gracias a todos los amigos que han estado junto a mí en los buenos y en los malos momentos. Ya sabéis quiénes sois. Al resto de mi familia, gracias por haber estado siempre ahí. Nuestra familia es tan espacial gracias a los valores que nos han inculcado. No los olvidemos jamás. También quiero dar las gracias a todas las personas que me dijeron «No puedes». Habéis sido motivación que me ha llevado a demostrarme que sí puedo. Por último, a todos los que queréis abandonar el «No puedo» y emprender un viaje que transformará vuestra vida para siempre. Os aplaudo por tener el valor de tomar las riendas de vuestras vidas. Creo que el verdadero propósito de nuestras experiencias no se limita a que aprendamos de ellas, sino que debemos enseñar a otros lo que hemos aprendido. DANIEL CHIDIAC Nunca digas no puedo Daniel Chidiac No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal) Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra. Puede contactar con CEDRO a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47 Título original: Who Says You Can’t? You Do © Daniel Chidiac, 2012 This translation published by arrangement with Harmony Books, an imprint of The Crown Publishing Group, a division of Penguin Random House LLC © de la traducción, Montserrat Asensio Fernández, 2019 Diseño de la cubierta: Jessie Sayward Bright Imagen de cubierta: © Mark Weiss/The Image Bank/Getty Images © Editorial Planeta, S. A., 2019 Zenith es un sello editorial de Editorial Planeta, S.A. Avda. Diagonal, 662-664, 08034 Barcelona (España) www.zenitheditorial.com www.planetadelibros.com Primera edición en libro electrónico (epub): enero de 2019 ISBN: 978-84-08-20463-3 (epub) Conversión a libro electrónico: Newcomlab, S. L. L. www.newcomlab.com ¡Encuentra aquí tu próxima lectura! ¡Síguenos en redes sociales!