¿Qué es un transductor? Un transductor define como un dispositivo fundamental en el sistema de control de medidores eléctricos. Actualmente, son muy utilizados en los sistemas de automatización y control para registrar grandes magnitudes. Y no sólo nos estamos refiriendo a las magnitudes más conocidas como son: temperatura y presión; también sirven para registrar caudales o concentración de gases. ¿Para qué sirve? Este dispositivo transforma una magnitud física en una señal eléctrica. Así los medidores pueden detectar magnitudes físicas como: presión, temperatura, humedad, entre otras. Y convertirlas en señales eléctricas cuya interpretación es importante para servicios como pruebas no destructivas. ¿Cómo funciona? El funcionamiento se basa en energías de entrada y de salida. Las energías de entrada más comunes que recibe son: calor, sonido, y luz. Éstas son transformadas en señales de salida captadas por los medidores. Es así como se puede tener registro de grandes magnitudes físicas en un proceso controlado. Además de esto, existen parámetros del funcionamiento del transductor que a continuación definiremos: Exactitud.- Se refiere al verdadero valor de la variable a detectar sin errores sistemáticos en la medición. Debe ser lo más alta posible. Precisión.- Al igual que la exactitud, la precisión debe ser lo más alta posible. Este parámetro se define como la existencia o no existencia de una pequeña variación aleatoria en la medición de una variable. Rango de funcionamiento.- Las características fundamentales con las que debe de cumplir este parámetro son: exactitud, precisión y amplitud. Velocidad de respuesta.- Es la capacidad que tiene de responder a los cambios en la variable detectada por un tiempo corto, preferentemente instantáneo. Calibración.- Debe ser aplicada pocas veces o casi nunca. Y cuando se requiera debe ser fácil de calibrar. Fiabilidad.- Este parámetro se mide por las pocas ocasiones en las que el dispositivo de medición falla. Tipos de transductores Los transductores se dividen en dos clases principales: sensores y actuadores. A partir de estas clases tenemos distintos tipos de transductores: Electromagnéticos: transforman energía eléctrica en magnética. Capacitivos: utilizados en los medidores industriales, miden la presión con alta precisión. De temperatura: convierten la medición de temperatura en corriente eléctrica. Magnéticos: se definen como dispositivos electromecánicos compuestos por una parte mecánica elástica y un transductor eléctrico que genera una señal. Fotoeléctricos: transforman luz en electricidad. De presión o resistivos: transmiten mediante corrientes con voltaje fijo, un valor de presión medido por un sensor elástico. De fuerza: son capaces de percibir deformaciones provocadas por fuerzas, y convertir estos datos en señales eléctricas. Transductor de ultrasonido El ultrasonido es una de las aplicaciones en las que más comúnmente podemos ver en acción un transductor. Se trata de una prueba no destructiva que nos brinda datos sumamente útiles para la gestión de materiales. El ultrasonido se define como una vibración mecánica que tiene un rango mayor al que puede ser percibido por el oído humano. En este caso, la magnitud detectada es el sonido, que viaja a través del dispositivo y se convierte en una señal eléctrica. Esta señal es interpretada para determinar medidas a seguir en pruebas no destructivas, como por ejemplo: Determinar el grado de deterioro en materiales metálicos. Los daños sufridos en una inmueble tras un sismo o desastre natural. Las fallas técnicas en la estructura de un edificio. El estado de los materiales de una construcción. El internet industrial de las cosas (IIoT) Los transductores están ayudando a la industria a aplicar a distintos procesos las tecnologías de big data, analítica y aprendizaje automático. Más concretamente, los transductores pueden detectar signos de pérdida de rendimiento y degradación de máquinas. Por ello, se pueden emplear para incrementar la eficiencia y evitar fallos. La combinación de técnicas de big data y tecnología de transductores proporciona a las empresas acceso a factores hasta ahora ocultos, a lo largo de todo su ciclo de producción. Como resultado, se difuminan las barreras entre los departamentos de ingeniería, producción y soporte técnico. El internet industrial de las cosas todavía está en su infancia y ofrece muchas oportunidades de beneficio a las empresas pioneras en su desarrollo. Esta ola de disrupción creará, con toda probabilidad, una nueva división entre líderes y rezagados. El papel de los transductores en el IIoT Si la analítica y las demás tecnologías del Big Data se pueden considerar el “cerebro” del IIoT, los transductores son algo así como el sistema nervioso, encargado de captar información continuamente y de transmitir datos a los centros de proceso. Los sistemas del internet industrial dependen de los sensores para obtener lecturas continuas y precisas de presión, temperatura, volumen, orientación y otros parámetros. Se está prestando mucha atención a las aplicaciones de la automatización y el aprendizaje automático en la tecnología industrial del futuro. Sin embargo, sin una tecnología de sensores de vanguardia, las posibilidades de los avances en el software son limitadas. Repasemos algunos ejemplos de tecnologías de transductores industriales: Temperatura: Existen varios tipos de sensores de medida de temperatura. Las dos clases principales son los sensores de contacto y los sensores sin contacto. A su vez, estas categorías se subdividen en sensores de temperatura mecánicos, eléctricos, termopares, termómetros de resistencia y sensores de banda prohibida de silicio. Todos estos sensores se utilizan para mantener en condiciones ideales sistemas sensibles a la temperatura. Fuerza: La tecnología de galgas extensométricas permite medir fuerza con precisión y rapidez. Las galgas extensométricas miden la deformación de un objeto y transforman esta variación mecánica en un cambio en la resistencia eléctrica. Par: Permiten medir par, de manera similar a las galgas extensométricas de fuerza. Muchos transductores de par miden simultáneamente la velocidad de rotación, con el fin de calcular la potencia mecánica.