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Artículo. Cannabidiol CBD en profundidad. Salud y rendimiento deportivo

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Cannabidiol (CBD) en profundidad. Salud y rendimiento deportivo.
El consumo de substancias derivadas del cannabis (Cannabis sativa), como el hachís y la marihuana, está
extendido mundialmente. En total, más de 400 compuestos diferentes se han detectado en diferentes especies
de plantas de cannabis, incluyendo su sustancia más activa: el tetrahidrocannabinol (THC). Sin embargo,
actualmente, el cannabidiol (CBD) supera al THC como el cannabinoide más conocido.
El CBD es un componente no psicoactivo de la marihuana, que ganó popularidad mucho más tarde que el THC
psicoactivo, pero se había aislado más de 20 años antes. Actualmente, el CBD se está estudiando e investigando
a fondo por sus aplicaciones medicinales en el tratamiento de numerosas dolencias, especialmente a partir del
año 2000.
Si sigues los últimos avances en suplementos dietéticos para la salud y el bienestar, es posible que ya hayas
oído hablar de los productos de CBD, aunque nunca hayas visto una planta de marihuana. Cada vez hay más
evidencias científicas de que añadir suplementos nutricionales de CBD a la dieta puede aliviar potencialmente
y proteger contra distintas afecciones, así que el objetivo de este artículo es, precisamente, revisar los efectos
del uso de CBD en la salud y en el rendimiento deportivo.
1
1. ¿Qué es el cannabidiol (CBD)?
El cannabis contiene más de 500 componentes. Los más importantes son el THC (tetrahidrocannabinol) y el
CBD (cannabidiol), que pertenecen al grupo de los cannabinoides. Un cannabinoide es un compuesto
orgánico capaz de activar los receptores cannabinoides en el organismo humano [1].
Este artículo requiere ciertas explicaciones para casi todos aquellos que no hayan estudiado neurociencia en
profundidad con el fin de llegar a entender los efectos del cannabidiol en el organismo. Empezaremos diciendo
que el cuerpo humano posee un sistema cannabinoide intrínseco denominado sistema endocannabinoide,
que es una red biológica esencial similar al sistema nervioso central y vital para el buen funcionamiento del
organismo [1,2]. El sistema endocannabinoide está formado, científicamente hablando, por neuronas,
endocannabinoides y receptores cannabinoides.
Como sabemos, hay células nerviosas llamadas neuronas en todo el cerebro y en el cuerpo que están unidas
entre sí por los neurotransmisores. Estos neurotransmisores son moléculas llamadas agonistas que se mueven
de una neurona a otra a través del ínfimo espacio que hay entre ellas, denominado sinapsis (Figura 1).
Figura 1. Transmisión de impulso nervioso a través de la sinapsis entre dos neuronas. Una analogía frecuente
es entender que los agonistas son llaves y los receptores son cerraduras: deben encajar.
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Todo lo denominado “agonista” se conecta a los receptores neuronales y provoca una reacción en cadena. La
mayoría de los agonistas solo viajan en una dirección, pero los cannabinoides son inusuales en el sentido de
que pueden viajar en ambos sentidos entre las neuronas (Figura 2). Esto se conoce como bucle de
retroalimentación negativa, y es lo que hace que el sistema endocannabinoide sea tan esencial para las formas
de vida: le dice al organismo cuándo comenzar un proceso – por ejemplo, sudar para bajar tu temperatura –
pero también cuándo dejar de hacerlo – de lo contrario, estaríamos sudando todo el tiempo – .
En el caso del sistema endocannabinoide, los receptores a los que se unen los neurotransmisores agonistas se
denominan CB1 (receptor cannabinoide 1) y CB2 (receptor cannabinoide 2) [1].
Figura 2. Sistema endocannabinoide con retroalimentación negativa.
Los receptores CB1 se encuentran en el sistema nervioso central y en los sistemas reproductivo, digestivo e
inmune; mientras que los CB2 se encuentran casi exclusivamente en el sistema inmunitario, con una gran
cantidad en el bazo, y también en tejidos periféricos como pulmón, bazo y testículos (Figura 3). Hay más
receptores cannabinoides en el cerebro que cualquier otro tipo de receptor neuronal.
Los receptores CB1, mucho más presentes en el sistema nervioso central y en el cerebro, son activados por el
THC (tetrahidrocannabinol). De esta forma, cuando se habla sobre el efecto “de subida cerebral” producido por
algunas variedades de marihuana, cannabis o sus extractos con dominancia sativa es porque tienen un gran
contenido en THC, que es el componente psicoactivo del cannabis.
3
Los receptores CB2, por su parte, aunque también son activados por el THC, son activados más exclusivamente
por el CBD (cannabidiol), componente no psicoactivo de la marihuana (no produce efectos a nivel cerebral).
De hecho, se considera que el CBD tiene efectos antipsicóticos, al mediar y neutralizar la psicoactividad del
THC cuando se administran los dos juntos [3]. Por eso el CBD está más asociado con las variedades de cannabis
(y productos de CBD puro) que proporcionan un efecto relajante, centrado en el cuerpo.
Figura 3. Receptores cannabinoides CB1 Y CB2 en el cuerpo humano.
El organismo produce constantemente sus propios cannabinoides (endocannabinoides) para interactuar
con su sistema endocannabinoide, asegurándose así de que la homeostasis continúe. Los
receptores CB1 están más presentes en el sistema nervioso central y el cerebro, mientras que los CB2
se reparten por todo el cuerpo, especialmente en el sistema inmunitario.
1.1. Interrelación THC – CBD.
Como hemos mencionado, el THC es el componente psicoactivo primario de la marihuana, lo que significa que
produce el “subidón” asociado al cannabis a causa del enlace con el receptor CB1 del cerebro.
Desde un punto de vista clínico, es útil para aliviar el dolor moderado porque posee un efecto analgésico
además de ser neuroprotector. Diversos estudios han propuesto los posibles efectos beneficiosos del THC en
la enfermedad de Alzheimer, declarando que el THC puede mejorando la transición de los impulsos nerviosos
entre neuronas e impidiendo el desarrollo de la enfermedad [4].
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Sinérgicamente, el cannabidiol (CBD), que no se considera un psicoactivo, actúa como modulador negativo
del CB1 y en consecuencia altera los efectos psicoactivos del THC. Por ejemplo, se han hallado evidencias
que demuestran que los fumadores de cannabis con una alta proporción de CBD/THC poseen menos tendencia
a sufrir síntomas de esquizofrenia [4]. Este hecho está apoyado por tests psicológicos en los cuales los
participantes experimentan una pérdida de intensidad de los efectos psicóticos cuando se les administra THC
junto a CBD [3,5].
Estos hechos se fundamentan en que el CBD actúa como un agonista inverso del receptor CB2*. El THC
tiene afinidad por los receptores CB1 y CB2, como hemos dicho antes, pero el CBD tiene más afinidad por los
CB2. De esta manera, que el CB2 sea un agonista inverso significa que si el THC aumenta el nivel de actividad
del receptor CB2 por encima del nivel fisiológico, si hay presencia del CBD, se reduce ese nivel por debajo de
esta línea de base.
* A diferencia de un agonista inverso, un antagonista se une a un receptor y permanece inactivo, bloqueando
las acciones de los agonistas cercanos.
Por este motivo, las variedades de cannabis para fines recreativos suelen contener niveles más elevados de
THC, mientras que el cannabis medicinal puede centrarse tanto en el CBD como el THC, dependiendo de la
enfermedad que se esté tratando.
El CBD también es un agonista completo pero débil del receptor de potencial transitorio V1 (TRPV1)
[6,7], que desempeña un papel importante en la respuesta al calor y los estímulos nocivos. El TRPV1 es un
nociceptor: cuando se produce una excitación suficiente del receptor, se envían señales al cerebro, lo que
desencadena un conjunto de respuestas automáticas que incluyen la sensación de dolor. El CBD, al unirse a
este receptor lo desensibiliza, permitiendo que tanto la respuesta al calor como al dolor sea más moderada.
Por último, el CBD también actúa como un agonista del receptor 5-HT1A [8]. Este receptor regula la expresión
de serotonina (5-HT) en el sistema nervioso central y puede explicar muchas de las propiedades del CBD para
aliviar la ansiedad y la depresión.
2. Propiedades medicinales del CBD.
El sistema endocannabinoide influye en una amplia gama de funciones fisiológicas porque su objetivo principal
es mantener la homeostasis fisiológica. Cuando se estimula el sistema endocannabinoide, ya sea por medio de
los cannabinoides endógenos o de los fitocannabinoides como el CBD, se ven afectados muchos aspectos
diferentes de la función física y mental. Esta es la razón por la cual el CBD, junto con otros fitocannabinoides,
es un tratamiento potencial para una amplia gama de enfermedades y trastornos.
Los médicos y los profesionales de la salud cada vez están más a favor de la prescripción de productos de CBD
en el tratamiento de ciertas enfermedades. Un sistema endocannabinoide disfuncional es causa de
muchas enfermedades resistentes al tratamiento, como la migraña, la fibromialgia, la enfermedad
inflamatoria intestinal y otros trastornos.
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La falta de psicoactividad, los efectos secundarios mínimos y la sostenibilidad de la producción de CBD son las
razones por las cuales el CBD ha recibido una atención positiva por parte de la comunidad médica. Es más, el
CBD se ha legalizado en casi todas partes de Europa (con la excepción de algunos países como Eslovaquia), en
los EE. UU. y Australia, y el gobierno de los Estados Unidos incluso ha conseguido una patente para el uso
médico del CBD (Epidiolex®).
El volumen de investigación sobre el CBD y sus beneficios medicinales no deja de aumentar. En el momento
de escribir este artículo, el servicio de los Institutos Nacionales de la Salud (PubMed) ya ha incluido más de
4000 estudios sobre el CBD en su índice. Es la primera vez en la historia que se lleva a cabo una cantidad tan
grande de investigaciones sobre cannabinoides como el CBD. Como consecuencia, se tiene una idea más clara
de cómo se puede usar el CBD como agente terapéutico en el tratamiento de esas enfermedades y trastornos.
Por lo que actualmente podemos decir que tiene numerosas propiedades beneficiosas conocidas, y sin duda
muchas que aún están por descubrir.
El CBD tiene un efecto analgésico, antidepresivo y ansiolítico [9], y también se está explorando por
sus propiedades neuroprotectoras [3,4]. La neuroprotección, en la que las estructuras del cerebro y el
sistema nervioso central están protegidas contra el daño (incluido el daño adicional, en el caso de
enfermedades degenerativas como el Parkinson), es un área de creciente estudio médico de gran importancia.
Quizás lo más interesante es que se ha demostrado que el CBD tiene un efecto inhibitorio sobre la
proliferación de células cancerosas [10]. Se cree que el efecto del CBD sobre los receptores CB2 y TRPV1
puede tener su función aquí, a través de la inducción del estrés oxidativo. Las funciones biológicas sistémicas
producen especies de oxígeno reactivo (ROS) como peróxidos, iones de oxígeno y radicales libres, que
generalmente deben desintoxicarse para mitigar el daño a las células.
En general, el CBD es conocido también por sus propiedades antieméticas, antipsicóticas, antiinflamatorias, y
desintoxicantes; todas ellas vamos a ir desgranándolas a continuación. Algunas de estas propiedades se han
investigado en profundidad, mientras que otras aún se encuentran en las etapas iniciales de la investigación.
En cualquier caso, la gran cantidad de aplicaciones medicinales justifica una investigación más profunda sobre
los efectos del CBD y sobre cómo puede aplicarse en la práctica médica.
1. CBD como medicina para la epilepsia.
El tratamiento de la epilepsia (sobre todo de la epilepsia refractaria infantil) es posiblemente la aplicación
médica más investigada del CBD [6,11,12]. Hasta un 20-40% de los pacientes con epilepsia son resistentes al
tratamiento tradicional y, a la luz de esto, se han realizado muchas investigaciones sobre cómo puede ayudar
el CBD.
Precisamente, este fue el inicio del CBD como tratamiento terapéutico. Los padres de Charlotte Figi, que sufría
síndrome de Dravet, una forma rara y catastrófica de epilepsia intratable que comienza en el primer año de
vida y con una incidencia estimada de 1 cada 16.000 nacimientos, empezaron a usar con ella el cannabis
6
medicinal para reducir las convulsiones. Obtuvieron éxito y esto condujo al desarrollo de una cepa de cannabis
denominada Charlotte’s Web.
A medida que se trató a más niños con esta variedad baja en THC y alta en CBD, los científicos comenzaron a
investigar los efectos correctores que el CBD podría tener sobre la incidencia y el cese de las convulsiones. La
capacidad del CBD para tratar la epilepsia se ha investigado en múltiples ensayos de terapia adyuvante
controlados con placebo de alta calidad [12-14].
Por ejemplo, uno de los más no destacados de los últimos años es un estudio realizado en Israel a 74 niños y
adolescentes de edades comprendidas entre 1 y 18 años, en los que fallaron los métodos tradicionales de
tratamiento de la epilepsia, y que fueron tratados con cannabis rico en CBD [13]. De media, se administró a los
pacientes aceite de CBD durante 6 meses. La proporción de CBD-THC era de 20:1, y las sustancias se disolvieron
en aceite de oliva. Se les administraron entre 1 y 20 mg al día por kilogramo de peso corporal.
Se observó la frecuencia de los ataques epilépticos durante el estudio, que fue registrada por los padres de los
pacientes. Los resultados del estudio fueron los siguientes: en el 89 % de los pacientes (66 de 74), la frecuencia
de los ataques se redujo (Figura 4).
Eficacia CBD en crisis epilépticas
6%
5%
18%
Reducción 75% - 100% ataques
Reducción 50% - 75% ataques
Reducción 25% - 50% ataques
26%
Reducción 0% - 25% ataques
Sin cambios
33%
Aumento
12%
Figura 4. Eficacia del uso de CBD durante 6 meses en crisis epilépticas.
Así las cosas, es una de las únicas aplicaciones medicinales del CBD que tiene pruebas contundentes de su
validez medicinal.
El tratamiento de la epilepsia es posiblemente la aplicación médica más investigada del CBD,
con resultados satisfactorios en más de un 75% de los pacientes.
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2. El CBD puede sustituir a los opiáceos en el tratamiento del dolor crónico.
El dolor crónico es un síntoma de muchas enfermedades: diabetes, esclerosis múltiple, cáncer, VIH, reumatismo,
fibromialgia y muchas otras dolencias.
El tratamiento del dolor juega un papel en la mejora de la calidad de vida de los pacientes.
Dependiendo de la gravedad del dolor, la gente utiliza en exceso los analgésicos de venta libre como la aspirina,
el ibuprofeno, el paracetamol, y/o otros analgésicos con receta como los opiáceos. Todos estos fármacos están
relacionados con efectos secundarios crónicos tras el uso prolongado.
En 2007, los investigadores descubrieron en pruebas con animales que la administración diaria de CBD tenía
como resultado una reducción de la hiperalgesia (sensibilidad al dolor y reacción a un estímulo doloroso
excesivas).
En otro estudio realizado en Israel en 2016, los investigadores confirmaron que el uso de cannabis con alta
proporción en CBD frente a THC (20 a 1), reduce el dolor y el consumo de opiáceos, además de mejorar la
calidad de vida de los pacientes. Después de seis meses, la puntuación de los síntomas de dolor había
descendido de una media de 83,3 a una de 75,0. La puntuación de la intensidad del dolor también mejoró y la
necesidad de opiáceos se redujo en el transcurso del período de observación en aproximadamente el 44%.
El uso de cannabis con alta proporción en CBD frente a THC (20 a 1), reduce el dolor crónico (~10
– 12%) y el consumo de opiáceos (~45%), además de mejorar la calidad de vida de los pacientes.
3. El CBD como agente que combate los tumores.
En un estudio publicado en 2016 en la revista Current Oncology [10], tanto el THC como el CBD se analizaron
in vitro e in vivo. Ambos cannabinoides tienen propiedades que hacen que los tumores reduzcan su tamaño,
siendo el CBD el más activo de estos dos cannabinoides. Los resultados sugieren que el CBD debe investigarse
mucho más como fármaco eficaz contra el cáncer en el tratamiento del neuroblastoma.
Este estudio venía a apoyar otros de uno publicado en el British Journal of Pharmacology en 2012 [16], y aunque
las investigaciones sobre el efecto del CBD en los tumores son todavía bastante básicas, los resultados son muy
prematuros y prometedores. Hay que investigar mucho más antes de poder hacer afirmaciones de
forma concluyente sobre el CBD como agente antitumoral.
4. El CBD en el tratamiento de la depresión y la ansiedad.
Se dispone de una gran cantidad de evidencias anecdóticas y científicas que sugieren que el CBD es un
tratamiento eficaz para los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad [1,6,17]. En ciertas
investigaciones, se ha implicado al sistema endocannabinoide en la aparición de los síntomas de ansiedad y
depresión, por lo que la deficiencia endocannabinoide puede conducir a la ansiedad y la depresión.
8
Como sabemos ya, el CBD actúa directamente sobre los receptores de serotonina, algo importante
porque muchos tratamientos farmacéuticos frecuentes para la ansiedad y la depresión se dirigen al sistema de
señalización de serotonina. En un estudio español realizado en modelos animales, el CBD actuaba más rápido
en el sistema de señalización de la serotonina que el tipo de medicamento que se receta habitualmente a los
pacientes que padecen ansiedad y depresión [18]. Esto sugiere que el CBD podría representar un nuevo
fármaco antidepresivo rápido.
Curiosamente, el CBD también puede inducir la neurogénesis del hipocampo. En las exploraciones
cerebrales de personas con un importante trastorno de depresión, el tamaño del hipocampo es menor en
comparación con los cerebros normales, lo que sugiere que esta es una diana terapéutica para el tratamiento
de la depresión. En otro estudio en animales, se descubrió que el CBD ayuda a los ratones con estrés crónico
al impulsar la regeneración de las neuronas en el hipocampo [19], pero de momento se mantiene como
hipótesis.
5. CBD como medicina para los trastornos neurodegenerativos.
Hay una serie de trastornos neurodegenerativos para los cuales se ha descubierto que el CBD es sumamente
efectivo [3,4,20]. Entre dichos trastornos, se incluyen la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson, la
enfermedad de Huntington y la apoplejía.
Hay una serie de trastornos neurodegenerativos para los cuales se ha descubierto que el CBD
es sumamente efectivo. Entre dichos trastornos, se incluyen la esclerosis múltiple, la enfermedad de
Parkinson, la enfermedad de Huntington y la apoplejía.
En el caso de los pacientes de esclerosis múltiple, el CBD puede ayudar a controlar la espasticidad muscular,
así como el dolor neuropático asociado a esta enfermedad. Se ha planteado la misma hipótesis para la
enfermedad de Parkinson y, además, además de tener propiedades neuroprotectoras, se cree que el CBD
ayuda con los síntomas de falta de control motor a los enfermos que padecen esta enfermedad
de Parkinson al dirigirse al sistema de señalización de serotonina [3,4].
La inflamación también desempeña un papel crucial en el caso de la esclerosis múltiple, la enfermedad de
Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la fibromialgia y la apoplejía. Las propiedades antiinflamatorias del
CBD pueden estar entre las más importantes en el tratamiento de estas enfermedades [21].
6. CBD en el tratamiento de la esquizofrenia y la psicosis.
El cannabis medicinal para el tratamiento de la esquizofrenia, la psicosis y demás trastornos psiquiátricos sigue
siendo una de las aplicaciones más polémicas del CBD. Aunque se dispone de evidencia preclínica que justifica
una investigación más profunda, la comunidad científica y médica se muestran reacias a hacer ninguna
afirmación de manera concluyente.
9
El CBD se diferencia del THC en que no es psicoactivo e incluso tiene efectos antipsicóticos. La razón por la
que el CBD merece atención para la esquizofrenia es que hasta el 30% de los pacientes no responden a dos o
más ensayos de antipsicóticos dopaminérgicos, que son la línea principal de tratamiento. Además, de momento
la comunidad médica no ha identificado la causa de la mayoría de las enfermedades psiquiátricas y todavía se
encuentra en las primeras etapas de comprender cómo tratarlas adecuadamente.
7. El CBD como tratamiento de problemas y alteraciones gastrointestinales.
La función más importante del sistema gastrointestinal es la digestión de los alimentos. A través de una serie
meticulosa de procesos en el tracto gastrointestinal, los alimentos se transforman en la energía necesaria para
realizar las diversas funciones de la vida. Esta es una de las características fundamentales de la biología animal
y el sistema endocannabinoide está completamente implicado en la regulación de este proceso.
El primer informe de la presencia del sistema endocannabinoide en el sistema gastrointestinal de mamíferos
se remonta a 1995, pero posteriormente, se han ido identificando componentes del sistema
endocannabinoide en cada porción del sistema gastrointestinal de mamíferos.
En los primeros apartados de este artículo, se ha expuesto que los receptores CB1 están presentes
prácticamente en todas partes, especialmente en el estómago y el colon, la porción terminal del intestino. Aquí,
se encuentran principalmente en las células epiteliales, las células que recubren la pared intestinal. Los
receptores CB1 también se encuentran en las neuronas que controlan las actividades del sistema
gastrointestinal, especialmente las del sistema nervioso entérico [22].
Por su parte, los receptores CB2 también están presentes en el sistema nervioso entérico, pero se encuentran
principalmente en las células inmunitarias en el tracto gastrointestinal [22].
Ambos tipos de receptores tienen un papel importante en el sistema gastrointestinal, especialmente en la
prevención de la aparición de inflamación [1,2].
Un defecto de la motilidad intestinal es la hipermotilidad, una afección que aún no se comprende por
completo (generalmente se asocia con un aumento de la inflamación intestinal). La hipermotilidad puede
conducir a una mala absorción de alimentos y a condiciones patológicas, como el síndrome del intestino
irritable. La motilidad intestinal está bajo el control directo del Sistema Nervioso Entérico, una red neuronal que
funciona de manera autónoma y que también está controlada por el sistema endocannabinoide.
Tanto el THC, de manera más pronunciada, como el cannabidiol (CBD), de forma algo más
moderada, son capaces de reducir la hipermotilidad intestinal inducida por la inflamación. La
acción débil de agonista inverso del CBD sobre los receptores CB1 produce una reducción de liberación de
acetilcolina de los nervios entéricos y esto, junto con otros mecanismos que no se comprenden completamente,
provoca una disminución de la contractilidad intestinal y, por lo tanto, de la motilidad [1,2,22,23].
10
Asimismo, la actividad sobre los receptores CB2 presentes a nivel gastrointestinal se ha correlacionado con una
disminución del dolor abdominal, de los reflujos y de la hipersensibilidad visceral [23,24]. No es sorprendente,
por tanto que en el Handbook of Experimental Pharmacology, una de las revistas de farmacología más
autorizadas del mundo, los receptores cannabinoides se denominen los "frenos" fisiológicos del
sistema gastrointestinal (Figura 5).
Figura 5. Sistema endocannabinoide con lugares específicos de sus receptores CB1 y CB2.
La actividad del CBD sobre los receptores cannabinoides presentes a nivel gastrointestinal se ha
correlacionado con una disminución del la hipermotilidad, del dolor abdominal, de los reflujos y de la
hipersensibilidad visceral. No es sorprendente, por tanto que en el Handbook of Experimental
Pharmacology, una de las revistas de farmacología más autorizadas del mundo, los receptores
cannabinoides se denominen los "frenos" fisiológicos del sistema gastrointestinal.
8. El CBD como regulador del hambre.
La sensación de hambre que empuja a los seres humanos y a los animales, de la misma manera, a buscar algo
para ingerir, para satisfacer las necesidades metabólicas del cuerpo, que requieren energía, proporcionada
directamente por los alimentos se llama comportamiento de alimentación.
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Desde la antigüedad, se sabe que la ingestión de cannabis, así como el hábito de fumarlo, provoca un aumento
del apetito, llamado "munchies" (ataques de hambre). Mientras que en el pasado se creía que
tener munchies era solo una sugerencia debido a la intoxicación causada por el cannabis, los científicos
descubrieron que este efecto es real y depende de varios mecanismos, tanto centrales como periféricos.
En general, es el THC el que produce esta sensación de forma más acentuada, además de ofrecer una mayor
sensibilidad a los olores propios de los alimentos [25-27], pero el CBD, por su sinergia con él, también
podría modificar el comportamiento ante la comida: más o menos hambre, más deseo o menos de
unos determinados alimentos u otro, mayor o menor saciedad tras haber comido (Figura 6). Todo ello es
dependiente de la biología intrínseca del sujeto y de su relación previa con la comida.
Figura 6. Participación de los fitocannabinoides (CBD y THC) en el apetito y el tracto gastrointestinal.
8. Más propiedades terapéuticas del CBD.
Como hemos explicado, el CBD se ha sometido a un cuidadoso análisis como tratamiento en una amplia gama
de enfermedades. Sin embargo, mucha gente simplemente usa el CBD como suplemento nutricional por la
gran variedad de efectos fisiológicos que tiene, incluso en ausencia de enfermedades. Entre algunas de las
demás propiedades terapéuticas del CBD, se incluyen:
•
Antiinflamatorio,
•
Analgésico general (dolores de cabeza, migrañas, fibromialgia, síndrome premenstrual...),
•
Antioxidante,
•
Neuroprotector,
12
•
Antiemético (evita náuseas y reflujos),
•
Ayuda a conciliar el sueño,
•
Etc.
Fundamentalmente, estas propiedades pueden tenerse en cuenta con el fin de mejorar la calidad de vida, sobre
todo de los pacientes que padecen enfermedades crónicas. Con frecuencia, se subestima lo que dormir
bien por la noche y tener más apetito pueden mejorar la salud de un paciente con una
enfermedad crónica, por lo que el CBD suele usarse para complementar las líneas de tratamiento
tradicionales.
3. El CBD en el deporte.
Actualmente se carece de estudios directos sobre el CBD y el rendimiento deportivo, por lo que la evidencia
para poder informar sobre sus efectos se ha obtenido de estudios preclínicos y de un número limitado de
ensayos clínicos en poblaciones de no deportistas [28].
Los estudios preclínicos han observado fuertes efectos antiinflamatorios, neuroprotectores y analgésicos del
CBD en modelos animales, al igual que también sugiere que el CBD puede proteger contra el daño
gastrointestinal asociado con la inflamación y promover la curación de las lesiones esqueléticas traumáticas.
Sin embargo, se requiere más investigación para confirmar estas observaciones.
En cuanto a los ensayos clínicos, el CBD puede ejercer una serie de efectos fisiológicos, bioquímicos y
psicológicos con el potencial de beneficiar a los atletas (Figura 7), siendo los más destacados los que tienen
que ver con las agujetas o Dolor Muscular de Aparición Tardía (DOMS), y con la ansiedad precompetitiva.
CBD en el tratamiento de las agujetas.
En términos de inflamación específica del músculo, un estudio preclínico realizado en animales [29] comprobó
el efecto del CBD en dosis altas (60 mg / kg / día) sobre la transcripción y síntesis de marcadores
proinflamatorios: receptores de IL-6 , TNF-α y TNF-β1, entre otros, en el músculo esquelético. El CBD atenuó
la expresión de ARNm de cada marcador y redujo las concentraciones plasmáticas de IL-6 y
TNFα. También se informaron mejoras en la fuerza muscular y la coordinación, así como reducciones en la
degeneración tisular, con esta dosis.
CBD como tratamiento de la ansiedad precompetitiva.
En conjunto, parece que las dosis moderadas de CBD pueden ser ansiolíticas en situaciones estresantes, por lo
tanto, está prácticamente garantizado que se realizarán en los próximos años investigaciones que puedan
investigar el efecto del CBD junto con las terapias conductuales sobre la ansiedad previa a la competición, así
como la ingesta nutricional, el gasto energético, la percepción de síntomas durante el ejercicio (por ejemplo,
los niveles del esfuerzo percibido) y el trastorno del sueño en atletas.
13
CBD como adyuvante de tratamientos para mejorar el rendimiento deportivo.
En términos generales y basándonos en apartados previos, puede que exista evidencia preliminar de apoyo
para las acciones antiinflamatorias, neuroprotectoras, analgésicas y ansiolíticas del CBD y la posibilidad de que
pueda proteger contra el daño gastrointestinal asociado con la inflamación y promover la curación de lesiones
esqueléticas traumáticas en terreno deportivo.
Sin embargo, es importante reconocer que estos hallazgos son muy preliminares, a veces inconsistentes y en
gran parte se derivan de estudios preclínicos. Dichos estudios están limitados en su generalización a los atletas
(y a los humanos en general) y, a menudo, administran altas dosis de CBD que pueden ser difíciles de
replicar en humanos. Por tanto, faltan estudios que investiguen directamente el CBD y el rendimiento
deportivo, y hasta que se lleven a cabo, sólo podemos especular con respecto a sus efectos [29].
Posibles efectos del CBD en deportistas.
Figura 7. Posibles efectos del CBD en deportistas.
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Posibles efectos del CBD en deportistas.
Figura 7. Posibles efectos del CBD en deportistas (continuación).
4. Consideraciones sobre el aceite de CBD.
El aceite de CBD se refiere a una extracción concentrada de la planta de cáñamo o de marihuana
que contiene altos niveles de CBD, y generalmente niveles insignificantes de THC. La extracción
más moderna de cáñamo se logra con una técnica llamada extracción de CO2, mediante la que se bombea
CO2 a alta presión a través de un recipiente que contiene material vegetal de cáñamo. El producto final es una
sustancia oleosa rica en cannabinoides.
Algunos fabricantes dan un paso más después de la extracción de CO 2 con el fin de aislar el CBD. Esto se
denomina destilación fraccionada y da como resultado un polvo de CBD casi puro [30,31]. Este polvo se mezcla
luego en aceite MCT y, a veces, incluso en aceite de semillas de cáñamo, creando un producto de CBD puro
sin ningún otro cannabinoide. Esto puede tener beneficios para aquellos que, por cualquier razón, prefieran
evitar ingerir otros cannabinoides.
Sin embargo, generalmente se considera más beneficioso consumir un producto de CBD de espectro completo
(no sometido a la destilación fraccionada), ya que un aceite de CBD de espectro completo también contiene
otras sustancias curativas, como los terpenos*. Además, los productos de espectro completo (CBD + THC,
aunque en proporciones muy altas en favor del CBD) tienen el beneficio añadido del efecto séquito, mediante
el que todos los compuestos presentes en una planta de cannabis trabajan juntos para crear el efecto
terapéutico (Figura 8).
*Los terpenoides y los terpenos son compuestos aromáticos que se encuentran en miles de especies
de plantas, y son responsables de los diferentes sabores y aromas del cannabis.
15
Figura 8. El aceite de CBD puro tiene muchos beneficios, pero generalmente, además de ser más caro, se
considera más beneficioso consumir un producto de CBD de espectro completo (CBD + THC, aunque en
proporciones muy altas en favor del CBD) porque tienen el beneficio añadido del efecto séquito.
El aceite de CBD suele consumirse tal cual, administrándolo en gotas debajo de la lengua. Sin
embargo, también se puede consumir en cápsulas, productos comestibles, aplicar tópicamente, vaporizarse o
usarse en forma de supositorio. Cada uno tiene sus propios beneficios, biodisponibilidad y distintas dianas
terapéuticas en diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo:
•
La aplicación sublingual es un método de consumo general, mediante el que el CBD llega a la sangre
a través de las membranas acuosas de debajo de la lengua.
•
Las cápsulas se disuelven en el estómago o en los intestinos, según la composición de la cápsula.
Pueden tardar más en hacer efecto, pero envían los cannabinoides directamente al sistema
gastrointestinal.
•
Los comestibles se disuelven directamente en el estómago.
•
La aplicación tópica de CBD se usa con mayor frecuencia para tratar el dolor o la inflamación localizados
sin la necesidad de ingestión.
•
La vaporización de CBD es la forma más rápida de sentir los efectos, y por esta razón se utiliza con
mayor frecuencia en el tratamiento de la ansiedad aguda o el dolor.
•
Los supositorios son una de las formas menos populares de ingerir CBD, aunque puede ser la manera
de lograr la mayor biodisponibilidad. También envía los cannabinoides directamente al sistema
gastrointestinal o posiblemente incluso al sistema reproductor femenino.
16
A la hora de determinar la dosis correcta de CBD dependerá de la persona y de la enfermedad a
tratar. También dependerá de la forma en que se administre el CBD. Los métodos de consumo de CBD
incluyen el infusionado, los extractos de aceite ricos en CBD, los aerosoles sublinguales, las cápsulas, productos
comestibles, productos tópicos, supositorios y tinturas.
Finalmente, cada persona debe dedicarle su tiempo a pensar en la proporción de CDB:THC que es más
adecuada para ellos. Como ya hemos mencionado, cada cannabinoide desempeña un papel diferente en el
tratamiento de determinadas enfermedades, y esto puede variar de una persona a otra. Por ejemplo, para el
tratamiento de los trastornos del estado de ánimo, generalmente se recomienda elegir una proporción de
CBD:THC de por lo menos 14:1 (cuanto más CBD, mejor). Para el tratamiento del cáncer, suele recomendarse
una relación de THC más alta, como por ejemplo de 1:1.
Si tienes poca o ninguna experiencia con el CBD o con el cannabis en general, el enfoque más recomendable
es comenzar con una dosis baja y luego ir subiendo. Puede que prefieras tomar varias dosis más pequeñas a
lo largo del día, sobre todo si estás tratándote una afección crónica.
A la hora de elegir las dosis de CBD óptimas para cada uno, se recomienda comenzar con una dosis
baja y luego ir subiendo. De cualquier forma, dependiendo del objetivo que se busque, también será
necesario saber cuál es la proporción CBD:THC, ya que cada cannabinoide desempeña un papel
diferente en el tratamiento de determinadas enfermedades, y esto puede variar de una persona a otra.
Por ejemplo, para el tratamiento de los trastornos del estado de ánimo, generalmente se recomienda
elegir una proporción de CBD:THC de por lo menos 14:1 (cuanto más CBD, mejor). Para el tratamiento
del cáncer, suele recomendarse una relación de THC más alta, como por ejemplo de 1:1.
4.1. Aspectos a tener en cuenta antes de comprar un producto de CBD.
El mercado del CBD ha explotado, y la cantidad de productos de CBD disponibles en el mercado no deja de
aumentar. Sin embargo, no todos los productos de CBD se producen de forma sostenible, honesta o teniendo
presentes los mejores intereses del consumidor. Es muy importante indagar un producto o una empresa antes
de comprar su producto de CBD. Puedes tener en cuenta los siguientes aspectos:
1.
El producto debe describir la concentración exacta del ingrediente activo CBD.
2. La etiqueta del producto debe describir el método de preparación utilizado (aceite de oliva, aceite de
semillas de cáñamo, alcohol, aceite MCT, etc.). Algunos fabricantes también enumeran ingredientes
como terpenos, alcanos, compuestos nitrogenados, aminoácidos, azúcares, flavonoides, vitaminas, etc.
3. El producto debe incluir instrucciones de uso y especificar las dosis normales y máximas.
4. El producto debe proporcionar una página donde poder tener acceso a otros análisis, a pruebas de
terceros o donde se pueda encontrar información más detallada.
17
A pesar de lo mucho que sabemos del CBD, de sus mecanismos de acción y de su aplicación en muchas
enfermedades, todavía queda mucho por aprender y descubrir con respecto al CBD como medicina. No solo
hay que fomentar que se siga investigando, sino que hacerlo es muy necesario para consolidar el papel del
CBD en la medicina actual.
Algunos profesionales médicos ya han empezado a poner en práctica el tratamiento con CBD para los
pacientes, y a medida que el movimiento del cannabis avanza, el CBD está cada vez más legitimado por
la comunidad médica. Está claro que el CBD tiene aplicaciones en el mundo de la medicina, y solo partiendo
de ahí, el camino hacia el futuro solo puede pasar por más investigación y más conocimientos.
18
5. Resumen infográfico. THC vs CBD.
19
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