TRABAJO FIN DE GRADO / GRADU AMIERAKO LANA LEYES DE NÚREMBERG, EUGENESIA E IMPLICACIONES BIOJURÍDICAS Javier Montilla Ávila DIRECTOR / ZUZENDARIA Francisco Javier Blázquez Ruiz Pamplona / Iruñea 14/05/2020 RESUMEN: El siguiente trabajo se basa en el plan eugenésico de la Alemania Nazi y en las Leyes de Núremberg como medio para lograrlo. Se trata de exponer los motivos que llevaron al desarrollo de la política racial y al deseo de perpetuación de la “raza pura”. El racismo alemán no fue sino el resultado de una serie de factores detonantes, que llevaron a la completa radicalización del país. La llegada al poder de Hitler supondría la materialización de sus ideas extremas en el derecho nacional. Estas medidas serían los primeros pasos hacia el posterior genocidio en los campos de exterminio. PALABRAS CLAVE: Eugenesia, Nazismo, Racismo, Leyes de Núremberg, Alemania. ABSTRACT: The following project is based on the eugenic plan of Nazi Germany and the Nuremberg Laws as a means of achieving this. It is about exposing the motives that led to the development of racial politics and the desire for perpetuation of the "pure race". German racism was only the result of a series of triggering factors, which led to the complete radicalization of the country. Hitler's coming to power would mean the materialization of his extreme ideas in national law. These measures would be the first steps towards the subsequent genocide in the death camps. KEY WORDS: Eugenics, Nazism, Racism, Nuremberg Laws, Germany. ÍNDICE I. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................... 1 II. DESARROLLO ........................................................................................................ 2 2.1. Antecedentes ............................................................................................................ 2 2.1.1. El Romanticismo Alemán. “La Germania de Tácito” y su influencia en el pensamiento alemán ......................................................................................................... 2 2.1.2. El fin de la Primera Guerra Mundial y la República de Weimar ........................ 3 2.1.3. La creación del Partido Nacionalsocialista, El “Mein Kampf” y la campaña de Hitler hasta su llegada al poder. ...................................................................................... 5 2.2. Los primeros años del Gobierno Nazi (1933-1939) ............................................... 8 2.2.1. La figura de Hitler ................................................................................................ 8 2.2.2. La nacionalización del pueblo alemán. La propaganda nazi y el adoctrinamiento de la juventud ................................................................................. 9 2.2.3. La transformación del derecho alemán en un derecho antisemita ..................... 11 - Las primeras medidas en afectar al pueblo judío ....................................................... 11 - Las Leyes de Núremberg de 1935 ............................................................................. 13 El fin eugenésico detrás de las Leyes de Núremberg de 1935 ........................... 15 El ensalzamiento del Völk y del Lebensraum ...................................................... 18 - Medidas legislativas posteriores ................................................................................ 19 - La noche de los cristales rotos .................................................................................. 20 2.3. Los años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) ........................................ 22 2.3.1. El eugenismo más radical ................................................................................... 22 - El programa “Aktion T4” .......................................................................................... 23 - La “Solución Final” ................................................................................................... 23 El Holocausto en los campos de concentración y de exterminio ........................ 25 2.3.2. La caída del Tercer Reich ................................................................................... 27 - Los “Juicios de Núremberg” ...................................................................................... 28 - La Alemania posterior al Tercer Reich ...................................................................... 28 III. CONCLUSIONES ................................................................................................. 30 IV. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................... 33 I. INTRODUCCIÓN. El objetivo principal de este trabajo de fin de grado es de conocer en profundidad las Leyes de Núremberg de 1935 y analizar la finalidad eugenésica que subyace a toda la filosofía nazi. Como objetivos secundarios, este TFG trata de poner en contexto la situación del país antes de la llegada de Hitler. Aportar a su vez una explicación al profundo enraizamiento de la política racial en la población alemana. Y, por último, constatar la progresiva radicalización de las medidas legislativas alemanas, que acabaron con el genocidio masivo en los campos de concentración. Decidí realizar este trabajo de fin de grado porque, primeramente, cuando se habla de la discriminación que el resto de razas sufrieron en Alemania, es habitual pasar directamente a hablar del Holocausto y del desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, todo lo anterior al período bélico, apenas se conoce o se examina, incluidas las Leyes de Núremberg. En segundo lugar, el TFG trata de exponer una explicación al racismo de la sociedad alemana. El pensamiento racial alemán no fue algo que Hitler introdujo en la cabeza del pueblo, sino una idea que ya existía y que avivó con su política. Por último, quisiera poner de manifiesto hasta qué punto puede ser peligroso el Derecho en manos de las personas no adecuadas. Recordemos que toda la barbarie nazi estuvo apoyada en un sistema legal. Para elaborar el trabajo de fin de grado, he utilizado diversas fuentes bibliográficas. Tanto artículos de revistas especializadas en el tema, como libros de investigación, reportajes, etc. Comenzaremos presentando los antecedentes que hicieron posible la victoria del Partido Nacionalsocialista. Posteriormente, pasaremos a analizar los primeros años del Gobierno Nazi, desde su victoria en 1933 hasta el comienzo de la guerra en 1939. En ese marco, explicaremos sus primeras medidas discriminatorias y su idea de “raza pura alemana”. Después, abordaremos la radicalización total de la filosofía nazi y la puesta en marcha de la “Solución Final”. Seguiremos con la caída del Tercer Reich y la desaparición de la eugenesia como ciencia. En último lugar, serán expuestas las conclusiones extraídas de la investigación del trabajo. 1 II. DESARROLLO. 2.1. Antecedentes 2.1.1. El Romanticismo Alemán. “La Germania de Tácito” y su influencia en el pensamiento alemán. El movimiento artístico y cultural del Romanticismo encuentra su origen en el siglo XIX en Europa Central, principalmente en la propia Alemania. Las obras que pertenecen a este movimiento tendrán una importante repercusión e influencia en la sociedad alemana. El Romanticismo se caracteriza por una exaltación de los sentimientos y de las pasiones, que choca por completo con la Ilustración, donde se le da mucho valor a la razón y a la lógica. La subjetividad del Romanticismo en contraposición a la objetividad de la Ilustración. Las obras literarias románticas se centran en una figura individual, generalmente, la de un héroe idealizado, protagonista de las historias que representa valores como la valentía, astucia, inteligencia, grandeza, etc. y que lo convierten en un modelo a seguir para los lectores. Sus historias son, por lo general, historias de fantasía donde lo sobrenatural pasa a ocupar el puesto del realismo de las obras ilustradas. El Romanticismo representa un gran interés hacia épocas anteriores, principalmente hacia la Edad Media y el Barroco. Recuerda con gran nostalgia tiempos mejores para el pueblo alemán, cuando era la mayor potencia de la época. Verán estos siglos como un pasado glorioso e ideal, donde la sociedad alemana representaba la “civilización” frente a la “barbarie” 1 del resto de pueblos. Las leyendas y el folklore popular toman un papel protagonista, que provoca la aparición de un fuerte sentimiento nacionalista. El “pueblo” o Völk 2 será entendido como el conjunto de personas que comparten la misma raza, cultura, historia, lengua, costumbres y religión. Además de mirar hacia los hechos históricos pasados, el pueblo alemán recuperará obras literarias en las que se ensalce esta concepción nacionalista. Es aquí donde GARCÍA, D. R. “La mixofobia como política de Estado en la Alemania Nazi”, Revista de Demografía Histórica, 2014, p. 124. 1 2 ZARKA, Y-C. Un detalle nazi en el pensamiento de Carl Schmitt, Ed. Anthropos, Barcelona, 2007, p. 71. 2 destacaremos la obra corta “Germania” del historiador romano Tácito, escrita aproximadamente en el año 98. La obra en sus pocas más de 30 páginas se centra en hacer una comparación entre la sociedad romana, corrupta y débil, frente a la sociedad germánica, honorable, valerosa y pura 3. En referencia a esta última virtud de pureza, se decía que el pueblo germánico había conseguido mantener una raza pura al no haber matrimonios entre miembros de distintas razas. Cualidad que se destacará igualmente en la Alemania de Hitler. Para asentar esta idea de “pueblo”, comenzarán a incorporarse las primeras explicaciones pseudocientíficas que pretenderán demostrar las diferencias entre razas. En el siglo XIX se entenderá aceptada la existencia de diferencias raciales entre los seres humanos, en sus rasgos físicos, intelectuales y culturales. Algunos autores, como Gobineau en su “Ensayo Sobre la Desigualdad de las Razas Humanas”4, utilizarán la “Germania” de Tácito para reforzar sus tesis, identificando al pueblo germánico como una raza superior y noble. Al igual, la obra será rescatada por los miembros del Partido Nacionalsocialista. Algunos incluso llegarán a obsesionarse con ella, como fue el caso del líder de las SS y de la Policía Alemana, Heinrich Himmler, que llegó a organizar una expedición secreta a Italia con el objetivo de conseguir el manuscrito original de la obra 5. 2.1.2. El fin de la Primera Guerra Mundial y la República de Weimar. Con la firma del Tratado de Versalles el 28 de junio de 1919, la Primera Guerra Mundial llegó a su fin. Este tratado de paz trajo consigo graves perjuicios para Alemania. Con su firma, el país asumió toda la culpa moral del conflicto armado. Se le impusieron duras sanciones económicas como el pago de las reparaciones de daños causados por la guerra, su desarme y disminución del ejército; o la reducción de su territorio, entregando 3 ANTÓN, J. “El libro más venerado por las SS”, El País, 28 de noviembre de 2011. 4 Joseph Arthur, conde de Gobineau, es considerado uno de los primeros en desarrollar el racismo científico. En su obra, escrita entre 1853 y 1855, ya hablaba de la superioridad de la raza aria frente a otras razas. THORNTON, M.J. El Nazismo (1918-1945), Ed. Omegalfa, Barcelona, 1985, p. 8 5 KREBS, C. B. El libro más peligroso. La Germania de Tácito, del Imperio romano al Tercer Reich, Crítica, Barcelona, 2011, p. 113. 3 regiones como Alsacia y Lorena a Francia y la región del Sarre que quedó bajo la administración de la Sociedad de Naciones. Todo ello supuso una gran derrota para el orgullo nacional alemán, que veía cómo había perdido por completo su poderío en el panorama internacional. A esto hay que sumarle el hecho de que el país se vio hundido en una profunda crisis económica provocada por todos los pagos a los que tenía que hacer frente. El último factor que llevó al completo desmoronamiento de la economía alemana fue el conocido “Crack del 29” y la “Gran Depresión” 6. Estados Unidos, mediante el programa establecido en 1924 conocido como “Plan Dawes”, había ayudado a Alemania a hacer frente a los pagos mediante préstamos. Sólo gracias a la ayuda estadounidense, Alemania había sido capaz de realizar dichos pagos a tiempo. Sin embargo, el “Crack del 29” hizo imposible que Estados Unidos siguiera concediendo préstamos a Alemania, llevando prácticamente a la ruina a esta última. Otra de las consecuencias que trajo consigo el fin de la Primera Guerra Mundial fue el establecimiento de un nuevo régimen político, conocido como la “República de Weimar”, que comprende el período entre 1918 y 1933. Este período, que buscó asentar las bases de la democracia en Alemania, se caracterizó por una profunda inestabilidad tanto económica como política. Las políticas sociales que Bismarck había puesto en marcha y que la República de Weimar trató de desarrollar, no fueron suficientes para paliar esa reducción del nivel de prosperidad y bienestar en Alemania. La precariedad de su Gobierno y su nuevo sistema político no consiguieron consolidar de nuevo a Alemania como gran potencia a nivel mundial. Solamente lograron una mayor división de ideas políticas e ideológicas entre los partidarios de la democracia liberal y aquellos que apoyaban un nuevo régimen totalitario. Por otro lado, el período de la República de Weimar fue testigo del creciente interés alemán por la “higiene racial”.7 La idea de nación alemana o Völkish sienta unas bases sólidas en los años 20. La antropología y la biología juegan un importante papel, y expertos en ambos campos comienzan a ayudar a las instituciones públicas a desarrollar GARCÍA, D. R. “La mixofobia como política de Estado en la Alemania Nazi”, Revista de Demografía Histórica, 2014, p. 122. 6 CASTILLEJO CUELLAR, A. “Raza, alteridad y exclusión en Alemania durante la década de 1920”, Revista de Estudios Sociales, nº26, Bogotá, 2006, p. 130. 7 4 sus políticas, principalmente en materia de sanidad. Sus investigaciones fueron clave para el desarrollo de ese pensamiento de peculiaridad alemana. El movimiento de la “higiene racial” se fue volviendo progresivamente más influyente en la sociedad alemana. De tal manera que, a partir de 1920, el estudio de la materia se volvió mucho más común en las universidades e instituciones politécnicas, convirtiéndose incluso en una subdisciplina de la medicina 8. Para 1932, las universidades alemanas ya contaban con más de 40 cursos sobre higiene racial. 2.1.3. La creación del Partido Nacionalsocialista, El “Mein Kampf” y la campaña de Hitler hasta su llegada al poder. Como ya hemos explicado, tal era el descontento en Alemania con el nuevo sistema político de su Gobierno, que nuevas ideologías contrarias a este surgieron y trajeron consigo a nuevos partidos políticos. Uno de ellos fue el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP). El NSDAP, sucesor del anterior Partido Obrero Alemán, surge en 1920 como un partido completamente contrario al comunismo. Como su nombre indica, el partido trataba de atraer al sector más conservador y nacionalista del Estado y a la clase obrera, consiguiendo alejar a esta última del comunismo y la democracia liberal. Ya desde 1921, Adolf Hitler tomó el liderazgo del partido, comenzando así su campaña política. Rápidamente, Hitler se convirtió en alguien reconocido en toda Alemania y su influencia pública aumentó. Comenzó a ofrecer discursos políticos en los que daba gran importancia a la unidad nacional y a la reconstrucción del país, además de criticar el Gobierno de la República de Weimar. Tal era el desprecio que Hitler tenía hacia el Gobierno democrático liberal que en aquel momento gobernaba Alemania, que el 8 de noviembre de 1923, motivado por el golpe de estado de Mussolini en Italia, Hitler y algunos miembros más del NSDAP intentaron dar un golpe de Estado que fue conocido como el putsch 9. Sin embargo, este 8 SCHMUHL, H-W. The Kaiser Wilhelm Institute for Anthropology, Human Heredity, and Eugenics, 1927–1945, Ed. Springer, Boston, 2008., p. 12. CUERVO, B. “El ascenso de Hitler y del partido Nazi al poder en Alemania”, Historia Digital, 2015, p. 67. 9 5 terminó en fracaso. Hitler y otros miembros del partido fueron condenados a 5 años de prisión, de los cuales solo cumplirían finalmente 9 meses, debido a la constante presión ejercida por el resto de sus camaradas. En estos 9 meses encarcelado en la prisión de Landsberg, Hitler redactó su primer libro: Mein Kampf -Mi lucha-. La obra se centra en la vida de Hitler, principalmente en sus años como militar, mezclándolos con su ideología y su filosofía política. En sus páginas, Hitler denuncia el papel de los judíos, en los que ve representados la democracia, el marxismo, líderes de los sindicatos y controladores de las finanzas internacionales. Los considera culpables de tratar de acabar con la pureza del pueblo alemán, su lengua y sus costumbres 10. Extiende su denuncia a otras poblaciones no judías, como los gitanos, los eslavos o los africanos. De estos últimos, llega incluso a hablar del peligro que supone la aparición de una “potencia africanizada” 11 en el corazón de Europa cuando habla de Francia. Argumenta que los propios judíos fueron los que llevaron a los negros a la región del Valle del Rhin, con el objetivo de destruir la raza blanca mediante la mezcla de ambas. También dedica algunos capítulos del libro a categorizar los habitantes que se distinguen en el perfecto Estado Nacionalsocialista, diferenciando las categorías de súbditos, ciudadanos y extranjeros. Los súbditos, nacidos en territorio alemán, no tendrían derechos políticos y no podrían ni participar en elecciones ni ocupar cargos públicos. En caso de que quisiesen convertirse en ciudadanos, tendrían que superar una serie de exámenes de instrucción escolar obligatoria, de pruebas físicas y cumplir con el servicio militar 12. En esta categorización, Hitler hace además visible su mentalidad discriminatoria hacia las mujeres, a las que sólo concede la categoría de súbditas y que solo podrán adquirir los derechos de la ciudadanía casándose, o por medio de una decisión de Estado para aquellas mujeres que hayan sido autorizadas para ejercer una profesión u oficio. 10 THORNTON, M.J. El Nazismo (1918-1945), Ed. Omegalfa, Barcelona, 1985, p. 14. GARCÍA, D. R. “La mixofobia como política de Estado en la Alemania Nazi”, Revista de Demografía Histórica, 2014, p. 126. 11 12 AGOSTO, P. El nazismo: La otra cara del capitalismo, Ed. Ocean Sur, 1ª Edición, México D.F, 2008, p. 37. 6 Una vez había abandonado la prisión de Landsberg, Hitler dedicó los siguientes años de su vida a reconstruir el partido, que había sido destruido tras el golpe de estado, y trató de retomar su papel como figura pública. Su influencia en el panorama político fue creciendo de nuevo. Sus discursos populistas se basaban en promesas al pueblo alemán que, tras la “Gran Depresión”, había perdido sus puestos de trabajo. Presentaba las medidas que él tomaría para volver a levantar el país. No obstante, su programa carecía de un fondo sólido. Simplemente, se basaba en acabar con el sistema existente que había fracasado y reemplazarlo por uno nuevo, desarrollando así una política oportunista 13. Tal fue el poderío que el NSDAP concentró que se convirtió en el partido más votado en las elecciones de 1933 con un 44% de los votos. El 30 de enero de 1933, considerado en la actualidad como el día más negro en toda la historia de Alemania 14 , Hitler era nombrado Canciller Imperial de Alemania gracias a la coalición de varios partidos conservadores. Una clamorosa ovación le esperaba en las puertas de la Cancillería de Berlín. Aquel día, el tumulto de las masas ocupó las calles. Los militares desfilaban marchando y cantando, aclamando a su nuevo líder. El nazismo había llegado al poder. 13 THORNTON, M.J. El Nazismo (1918-1945), Ed. Omegalfa, Barcelona, 1985, p. 75. CUERVO, B. “El ascenso de Hitler y del partido Nazi al poder en Alemania”, Historia Digital, 2015, p. 56. 14 7 2.2. Los primeros años del Gobierno Nazi (1933-1939). 2.2.1. La figura de Hitler. Una vez nombrado Jefe de Gobierno y desde su posición privilegiada, Hitler se deshizo de los ministros que no pertenecían al Partido Nazi. Puso en práctica, desde el primer momento, un modelo de Gobierno totalitario y jerárquico en el que no existía la separación de poderes. Creía que esta era una de las razones de la fragmentación alemana. Pretendía obtener un poder absoluto 15. No contento con ostentar solamente la Cancillería, el 20 de julio de 1934 a la muerte del presidente Paul von Hindenburg, Hitler se autoproclamaba Líder y Canciller del Imperio Alemán -Führer und Reichskanzler-, concentrando los puestos de Jefe de Estado y Jefe de Gobierno en su persona y asumiendo el control supremo del Estado alemán. Hitler se mostraba como un líder carismático. Su enorme popularidad hacía que el pueblo viese con buenos ojos la imposición de su nuevo Estado totalitario. Representaba el futuro de Alemania, sus intereses y su salvación. Se fue convirtiendo gradualmente en un líder con un alto grado de legitimidad. Contaba incluso con el apoyo de la Iglesia Católica, sobre todo del Vaticano, que tenía una buena relación con el Estado nazi 16. El papel de Hitler fue fundamental en el movimiento nazi. Sin él, probablemente el nazismo no hubiera tenido tanta fuerza. La gente lo admiraba y el culto a su personalidad era común por toda Alemania. Sus hazañas como soldado de un regimiento bávaro en la Primera Guerra Mundial le habían hecho ser condecorado dos veces con la Cruz de Hierro. El pueblo alemán veía en él reflejada la figura de ese personaje heroico de las historias literarias del Romanticismo y del folklore popular. Según los propios nazis, las decisiones de Hitler no podían ser discutidas de forma legítima por nadie, pues creían en la existencia de un vínculo natural e indisoluble entre 15 BLÁZQUEZ RUIZ, F.J. (Coord.) Nazismo, Derecho, Estado, Ed. Dykinson, Madrid, 2014, p. 18. 16 AGOSTO, P. El nazismo: La otra cara del capitalismo, Ed. Ocean Sur, 1ª Edición, México D.F, 2008, p. 154. 8 Hitler y el pueblo alemán. Las decisiones que el Canciller tomaba reflejaban los deseos del pueblo alemán y oponerse a estas era como oponerse a la voluntad del pueblo. Hitler, que había realizado estudios en bellas artes y que no tenía formación política alguna, se bastaba de su excelente oratoria para convencer al pueblo alemán. Poseía un gran carisma y acompañaba sus palabras de gesticulaciones muy estudiadas que le hacían sonar más convincente. Algunos expertos aseguran que la fría personalidad de Hitler le viene de su infancia, pues todo parece indicar que creció en un ambiente familiar violento. Hitler llegó a hacer las siguientes declaraciones sobre la relación que mantenía con su padre: “Entonces tomé la decisión de no llorar nunca más cuando mi padre me azotaba. Unos pocos días después tuve la oportunidad de poner a prueba mi voluntad. Mi madre, asustada, se escondió en frente de la puerta. En cuanto a mí, conté silenciosamente los golpes del palo que azotaba mi trasero” 17. Ya desde una temprana edad cultivó su ideología antisemita, como contemplan algunas de las cartas que enviaba a sus conocidos. En ellas plasmaba su deseo de un movimiento político que se basase en la eliminación sistemática de la raza judía. Este odio hacia otras razas que no fueran la raza pura germánica, especialmente la judía, se fue intensificando y radicalizando conforme pasaban los años. Como veremos, Hitler les culpaba de todos los males del mundo (la guerra, la falta de trabajo, el capitalismo de Wall Street, la falta de alimento, etc.). Todo esto hizo que hasta el propio Hitler se viese a sí mismo como el salvador de Alemania, que venía para acabar con el problema del judaísmo de raíz. Creía que, con sus actos radicales y su sistema totalitario, podría devolver al país toda la grandeza que había perdido con la firma del Tratado de Versalles y la República de Weimar. Nunca dudó de sus intenciones y objetivos. Se mostraba orgulloso y convencido de que estaba haciendo el bien. 2.2.2. La nacionalización del pueblo alemán. La propaganda nazi y el adoctrinamiento de la juventud. 17 TOLAND, J. Adolf Hitler: The Definitive Biography, Ed. Anchor, 1976, p. 13. 9 El papel de Adolf Hitler no fue el único fundamental para el alzamiento del Gobierno Nazi. Sin los fieles votantes aduladores de Hitler, el nazismo no hubiese cobrado importancia alguna. Y es que, ya desde 1920, la juventud alemana fue el centro de atención de los discursos del partido 18 . El NSDAP se vendía como un movimiento político para los jóvenes, que les prometía un futuro mejor. Es aquí cuando entran en escena las Juventudes Hitlerianas -Hitlerjugend-. Las Juventudes Hitlerianas, creadas en 1926, pretendían ofrecer a los jóvenes un sistema de entrenamiento militar en el que también estudiarían la ideología nazi. Básicamente, se trataban de una asociación cuyo fin era el adoctrinamiento del sector más joven de la población alemana. Su funcionamiento se basaba en el desarrollo de actividades físicas al aire libre y en formar hombres fuertes que pudieran servir al ejército alemán una vez hubieran alcanzado la edad adulta. Su popularidad aumentó exponencialmente cuando Hitler llegó al poder en 1933, pasando de 50.000 a más de dos millones de miembros en tan solo un año. Los jóvenes se alistaban a los seis años y se entrenaban para poder superar exámenes de historia (según la interpretación que los nazis hacían de esta), gimnasia y acampada. Si pasaban estas pruebas, a los diez años se convertían en miembros oficiales de las Juventudes Hitlerianas. Las instrucciones y formaciones a menudo se ofrecían en campamentos. Los jóvenes vestían de uniforme y niños y niñas eran separados en dos campamentos distintos. Mientras los niños desarrollaban actividades de gimnasia, formación militar e ideología nazi, las niñas aprendían labores del hogar, a cómo ser una buena esposa y a que el mejor servicio que podían ofrecer a Alemania era tener un gran número de hijos de raza pura alemana. A los 18 años, los hombres ingresaban en el Servicio de Trabajo y las mujeres debían pasar un año realizando servicios en granjas, muchas veces cercanas a los campamentos de Servicio de Trabajo, lo cual hizo que el número de embarazadas se disparase en Alemania. Para 1939, la inscripción en las Juventudes Hitlerianas se volvió obligatoria. Más de cuatro millones de jóvenes, que no pertenecían al movimiento, tuvieron que hacerlo. Para los padres que no los inscribieran las consecuencias eran severas. En un primer momento, sólo se les castigaba con amenazas o estancias cortas en la cárcel. Más tarde, 18 STEINWEIS, A.E., RACHLIN, R.D. Law in Nazi Germany, The Ideology, Opportunism, and the Perversion of Justice, Ed. Berghahn Books, Nueva York, 2015, p. 5. 10 las represalias se endurecieron llegando incluso a enviar a los niños a orfanatos estatales por desobedecer la ley 19. Otro de los instrumentos que utilizó el partido para influir en la opinión pública del pueblo alemán fue la propaganda a cargo de Joseph Goebbels, jefe de la Ilustración Pública y Propaganda en el Ministerio del Reich. Una propaganda política que desde sus inicios se basó en la necesidad de devolver a Alemania la dignidad que había perdido frente a las duras condiciones impuestas por el Bando Aliado 20. La propaganda, que ya en Mein Kampf se mencionaba como un medio muy importante para conseguir el apoyo popular, ensalzaba la figura de Hitler como líder supremo y menospreciaba a los grupos de judíos y comunistas, considerándoles culpables de la situación económica alemana 21. Comenzaron a verse también mensajes en contra de los discapacitados y enfermos mentales, representándoles más como animales que como personas y considerando su muerte como algo bueno para toda la sociedad. Como en todo sistema totalitario, la libertad de expresión se vio coartada. El NSDAP controlaba todos los medios de comunicación. La radio, la televisión, el cine, la prensa... todos ellos pasaron a ser simples herramientas que el movimiento nazi utilizaba a su favor. Los panfletos y posters ocupaban las calles de toda Alemania con mensajes en contra de los enemigos del movimiento y, conforme los discursos y actuaciones del partido se volvían más radicales, la propaganda se intensificaba como si quisiesen mantener a la población contenta y ciega ante la verdad. 2.2.3. La transformación del derecho alemán en un derecho antisemita. Las primeras medidas en afectar al pueblo judío. Aunque bien es cierto que en los primeros años del Gobierno nazi sus esfuerzos se centraron en liquidar lo que quedaba de deuda alemana y en el rearme del país 19 22 , THORNTON, M.J. El Nazismo (1918-1945), Ed. Omegalfa, Barcelona, 1985, p. 94. 20 AGOSTO, P. El nazismo: La otra cara del capitalismo, Ed. Ocean Sur, 1ª Edición, México D.F, 2008, p. 8. WELCH, D. “Nazi propaganda and the Volksgemeinschaft: Constructing a people´s community”, Journal of Contemporary History, Londres, 2004, p. 214. 21 22 STEINWEIS, A.E., RACHLIN, R.D. Law in Nazi Germany, The Ideology, Opportunism, and the Perversion of Justice, Ed. Berghahn Books, Nueva York, 2015, p. 20. 11 empezaron a verse las primeras medidas legislativas en contra, principalmente, del pueblo judío. Medidas que con el paso de los años se intensificarían, sobre todo con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. El derecho nazi se caracterizaba por no profundizar en los asuntos que regulaba. Era un derecho muy superficial, que daba pie a la toma de decisiones de forma subjetiva. El Estado de Derecho se había convertido en un Derecho de Estado, condicionado por la desaparición de un sistema constitucional ordenado. Lo único que importaba era cumplir con el histórico destino del pueblo alemán. Uno de los primeros pasos de este proceso de transformación jurídica fue la importancia que adquirió el Derecho Penal. Empezó a surgir una doctrina jurídica basada en el racismo y antisemitismo, que llevó a la imposición de un Derecho Penal de raza 23. La primera medida legislativa temprana que afectó al pueblo judío fue el Decreto Presidencial del Reich para la Protección del Pueblo y del Estado, del 28 de febrero de 1933. Quedaron así suspendidos derechos como la libertad de expresión, asociación, reunión y económica, además de la libertad de movimiento, el secreto de las comunicaciones postales y la inviolabilidad del domicilio 24. Además, se les prohibió ejercer ciertas funciones, como cargos dentro de ministerios públicos o el ejercicio de la medicina, sector del cual el 16% era judío. Ya no podían disponer del Seguro Médico Nacional y en las escuelas los alumnos se dividían en arios y judíos 25. El sistema judicial pasó a estar completamente controlado por el partido. Se formó un nuevo tribunal para juzgar los delitos políticos, el Sondergericht. Estaba formado por tres jueces y no había jurado. El abogado defensor tenía que ser aprobado previamente por el departamento legal del partido. Las funciones de la policía alemana y las del poder judicial no quedaron lo suficientemente delimitadas. La policía ejercía en muchas ocasiones de juez en las calles, 23 STEINWEIS, A.E., RACHLIN, R.D. Law in Nazi Germany, The Ideology, Opportunism, and the Perversion of Justice, Ed. Berghahn Books, Nueva York, 2015, p. 2. 24 BLÁZQUEZ RUIZ, F.J. (Coord.) Nazismo, Derecho, Estado, Ed. Dykinson, Madrid, 2014, p. 107. CUERVO, B. “El ascenso de Hitler y del partido Nazi al poder en Alemania”, Historia Digital, 2015, p. 90. 25 12 inspiraba terror y estaba muy presente en la vida cotidiana. Medidas como la prisión preventiva fueron utilizadas indebidamente contra la población civil 26. Las Leyes de Núremberg de 1935. Desde el verano de 1933 hasta comienzos de 1935, una relativa tranquilidad reinaba en Alemania, que veía cómo Hitler y su partido rescataban su economía y la devolvían de nuevo a una cómoda posición. Sus esfuerzos se centraron en estabilizar el país, crear nuevos puestos de trabajo y mejorar la calidad de vida del pueblo alemán. Sin embargo, una vez que lo consiguieron, Hitler volvió de nuevo a prestar atención a la que consideraba era la principal labor del partido: la perpetuación de la sangre pura alemana y el fin del resto de razas, especialmente, de la judía. Es por esto por lo que el 15 de septiembre de 1935 fueron aprobadas una serie de medidas legislativas conocidas como las Leyes de Núremberg. Concretamente, fueron la Ley de Protección de la Sangre y el Honor Alemán y la Ley de Ciudadanía del Reich. Serían consideradas como la primera constitución en la historia de Alemania 27. La primera de estas leyes, la Ley de Protección de la Sangre y el Honor Alemán, supuso la prohibición de los matrimonios entre la población de sangre alemana y la judía. En caso de celebrarse, estos se considerarían nulos de pleno derecho, incluso si hubiesen sido celebrados en el extranjero. Incluía otras dos prohibiciones adiciones por las que los judíos no podrían izar la bandera del Reich ni la nacional, y tampoco podrían tener como empleadas de hogar a ciudadanas de sangre alemana menores de 45 años. Su infracción suponía el pago de una multa y, dependiendo del caso, el encarcelamiento28. Por su parte, la Ley de Ciudadanía del Reich trajo consigo la privación de todos los derechos políticos a los judíos. No serían considerados ciudadanos alemanes y quedaban inhabilitados para desempeñar cualquier cargo público. Pasarían a ser considerados súbditos tanto las personas alemanas de religión judía como aquellas que 26 STEINWEIS, A.E., RACHLIN, R.D. Law in Nazi Germany, The Ideology, Opportunism, and the Perversion of Justice, Ed. Berghahn Books, Nueva York, 2015, p. 4. 27 ZARKA, Y-C. Un detalle nazi en el pensamiento de Carl Schmitt, Ed. Anthropos, Barcelona, 2007, p. 30. 28 SAN FRANCISCO, A. “Hitler y las leyes de Núremberg”, El Imparcial, 15 de septiembre de 2015. 13 tuvieran dos abuelos que profesaran dicha religión. Los judíos que por aquel entonces desempeñaran un cargo público, tendrían que abandonarlo antes del 1 de enero de 1936 29 . El mayor problema al que se enfrentaron los nazis a la hora de aplicar las leyes fue el poder hacer una separación clara entre población judía y no judía, donde también entraban en juego los mestizos -mischlinge- 30 , judíos conversos que no mantenían relación alguna con la cultura judía y familias mixtas con descendientes. Según su criterio, sería judío quien tuviera al menos tres abuelos judíos, con independencia de cuál fuera la religión de la persona en cuestión. Mestizo sería quien tuviera uno o dos abuelos judíos. A su vez, estos se dividían en dos grupos: por un lado, los mestizos de primer grado eran aquellos con dos abuelos judíos, no casados con una persona judía y que no practicaban el judaísmo; por otro lado, los mestizos de segundo grado sólo tenían un abuelo judío, podían casarse con alemanas y, por lo general, eran considerados ciudadanos alemanes de pleno derecho 31. Relacionado a este concepto de mestizo, surgió otro tipo de mestizaje. Los Bastardos de Renania -Rheinlandbastard- fue la denominación que recibieron los descendientes de padres alemanes y africanos provenientes de las colonias francesas que ocuparon la región oeste del Rhin tras la Primera Guerra Mundial. Para los nazis, estos mestizos también eran inferiores a la población alemana, llegando a ser obligados a ser esterilizados, y así evitar la “contaminación genética”, con la reforma de la Ley de Esterilización de 1937. 29 THORNTON, M.J. El Nazismo (1918-1945), Ed. Omegalfa, Barcelona, 1985, p. 131. GARCÍA, D. R. “La mixofobia como política de Estado en la Alemania Nazi”, Revista de Demografía Histórica, 2014, p. 130. 30 31 MCDONOUGH, F. The Holocaust, Palgrave Macmillan, 2008, p. 12. 14 Gráfico que muestra los esquemas de familia y con los que determinaban la limpieza de la sangre. Enciclopedia del Holocausto: enciclopedia.ushmm.org/es El fin eugenésico detrás de las Leyes de Núremberg de 1935. Detrás de esta prohibición del matrimonio entre alemanes y judíos, se encuentra un fin eugenésico en la filosofía nazi. El concepto de eugenesia fue definido por primera vez en 1883 por Francis Galton, primo de Charles Darwin, en su obra “Inquires into human faculty” 32. El eugenismo como ciencia pretende lograr la mejora de la raza. Y es que, como ya hemos dicho, el principal objetivo que perseguían los nazis era la preservación de la raza pura alemana. La política del Tercer Reich aplicaba teorías sobre jerarquía biológica natural para conseguir su objetivo. Por ejemplo, la teoría de la evolución de Darwin 33. Veían la institución del matrimonio como un medio útil para lograr la continuación de la Galton consideraba que el objetivo principal de la eugenesia era “mejorar el patrimonio biológico de la especie humana”. Le atribuía a la reproducción consecuencias sociales y no consideraba su dimensión privada. BLÁZQUEZ RUIZ, F. J. (Dir.) 10 palabras clave en nueva genética, Ed. Verbo Divino, Estella, 2006, p. 249. 32 REICH, W. T. “The care-based ethics of Nazi medicine and the moral importance of what we care about”, The American journal of bioethics, Georgetown University, 2001, p. 67. 33 15 raza alemana, por lo que había que castigar los matrimonios entre distintas razas que pudieran acabar con la raza pura. La eugenesia da una explicación científica a las miserias sociales. Culpa de ellas a las personas que considera inferiores, idiotas, psicópatas, enfermos mentales e hipocondriacos, que amenazan el bienestar social y la salud genética 34. El eugenismo se divide en dos tipos de medidas: las medidas de “eugenesia positiva” y las de “eugenesia negativa”. Aquellas de índole positiva procuran que las personas más sanas, inteligentes y avanzadas genéticamente tengan descendencia. Que continúen su linaje genético. En cambio, las medidas de “eugenesia negativa” tratan de impedir que aquellas personas con “genes perjudiciales” y taras hereditarias puedan tener descendencia. La legislación nazi trató de desarrollar medidas de ambos tipos 35. Como medidas de “eugenesia positiva” trataban de promover la natalidad entre la población alemana, que viesen que el tener descendencia suponía contribuir al país. Ya desde 1933 con la Ley de Esterilización se concedían préstamos a las parejas que fueran a casarse y que demostrasen ser racialmente valorados y genéticamente sanos. Eran primas que incentivaban la creación de grandes familias germanas. Otra de las medidas, impulsada esta vez por Heinrich Himmler, invitaba a los miembros de las SS a tener descendencia con mujeres alemanas seleccionadas previamente de acuerdo con criterios de pureza. Esta iniciativa fue conocida como el programa Lebensborn (fuentes de vida). No sólo buscaba la reproducción de estos individuos de sangre pura, sino que también preveía la educación de sus descendientes. Tal era la obsesión de Himmler por conseguir la continuación del linaje alemán que incluso llegó a buscar fuera de las fronteras del Reich a personas portadoras de genes puros alemanes. Quería asegurar que, para 1980, hubiese alrededor de 120 millones de alemanes puros. Por otro lado, las medidas de “eugenesia negativa” comenzaron a verse ya impulsadas por algunos miembros del Instituto Kaiser Wilhelm de Antropología, Herencia Humana y Eugenesia desde la República de Weimar. Esta institución, creada en 34 SCHMUHL, H-W. The Kaiser Wilhelm Institute for Anthropology, Human Heredity, and Eugenics, 1927–1945, Ed. Springer, Boston, 2008., p. 12. GARCÍA, D. R. “La mixofobia como política de Estado en la Alemania Nazi”, Revista de Demografía Histórica, 2014, p. 128. 35 16 1927, desarrolló un papel fundamental a la hora de condicionar la exclusión de un determinado sector de la sociedad. La “higiene racial” buscaba hacerse un hueco entre el resto de las disciplinas científicas como la biología, la genética, la medicina y la psiquiatría 36 . Conforme fue basando sus estudios en argumentos “más científicos”, su aprendizaje se volvió mucho más común por toda Alemania. Los nazis contaban con el apoyo de médicos y genetistas, que compartían ese interés común. Aplicarían sus estudios sobre genética en favor de la “higiene racial” 37 Por medio de un largo proceso de “desinfección”, buscaban acabar con esos “individuos no adaptados” que veían como “tumores dentro del cuerpo humano” 38 . La proporción de individuos con características genéticas sanas tenía que superar a aquellos que no las poseyeran, hasta que finalmente desaparecieran. Judíos, gitanos, homosexuales, negros, comunistas, discapacitados, enfermos mentales, criminales, alcohólicos... todos ellos no tenían cabida en la sociedad idílica del nazismo. Entre 1933 y 1939 la política del nazismo convirtió estas ideas extremas de acabar con los más débiles en una realidad. Medidas como la Ley de Esterilización de 1933, la Ley contra Criminales Habituales Peligrosos de 1933, el Decreto de Eutanasia de 1939 o las mencionadas Leyes de Núremberg de 1935; todas ellas perseguían el mismo fin: la “limpieza efectiva de la patria”. Parte de la inspiración para el desarrollo de estas medidas vino de Estados Unidos, país en el que la teoría eugenésica estaba muy avanzada. El propio Hitler reconoció haber estudiado las leyes de esterilización estadounidenses para aplicarlas en Alemania. Esto provocó que, una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, los estudios sobre eugenesia desaparecieran por completo en Estados Unidos. Fue tal el desarrollo de las prácticas de “eugenesia negativa” que podríamos decir que el primer asesinato masivo del nazismo fue el que tuvo lugar en los hospitales para 36 SCHMUHL, H-W. The Kaiser Wilhelm Institute for Anthropology, Human Heredity, and Eugenics, 1927–1945, Ed. Springer, Boston, 2008, p. 7. 37 BLÁZQUEZ RUIZ, F. J. (Dir.) 10 palabras clave en nueva genética, Ed. Verbo Divino, Estella, 2006, p. 357. CASTILLEJO CUELLAR, A. “Raza, alteridad y exclusión en Alemania durante la década de 1920”, Revista de Estudios Sociales, nº26, Bogotá, 2006, p. 134. 38 17 personas inválidas. Lo que comenzó en 1933 con la esterilización obligatoria de personas con enfermedades hereditarias como la epilepsia, la adicción al alcohol, malformaciones físicas o ceguera 39, acabó en 1939 con la eutanasia para los enfermos mentales incurables. El ensalzamiento del Völk y del Lebensraum. Como ya hemos explicado, los nazis creían en la existencia de una raza pura alemana que debía perpetuarse. Hablaban del “Völk” o “etnos” refiriéndose a un pueblo unido por su sangre, su tierra y su cultura. Esta “super-raza” de orígenes nórdicos era conocida como la “raza aria”. Según los nazis, la raza aria era originaria del norte de Europa y se había expandido por Egipto, India, Persia, Grecia y Roma, modernizando y culturizando estas antiguas civilizaciones. La desaparición de estas civilizaciones e imperios se debía a la pérdida de la pureza de la raza aria, que se había mezclado con otras hasta desaparecer prácticamente. Como rasgos físicos, los arios eran gente rubia, con los ojos azules, altos y con el cráneo alargado. Eran personas honorables, valerosas, con una pasión por la libertad y las investigaciones científicas. No obstante, en la práctica se hizo una interpretación menos limitada del concepto ario 40. En los años precedentes al nazismo, la raza aria había perdido la supremacía que, según el Partido Nazi, merecía. La democracia del Gobierno de la República de Weimar había hecho que los individuos perdiesen su sensación de responsabilidad respecto al Völk. Ya no eran una raza honorable y la libertad de expresión simplemente les llenaba la cabeza de dudas. La guerra y la inestabilidad política eran la causa por la que el pueblo alemán ya no fuera considerado un pueblo de héroes victoriosos, sino de “sangre contaminada” y personas desadaptadas. Habían perdido su noción de “comunidad nacional” 41. 39 ZARKA, Y-C. Un detalle nazi en el pensamiento de Carl Schmitt, Ed. Anthropos, Barcelona, 2007, p. 13. 40 THORNTON, M.J. El Nazismo (1918-1945), Ed. Omegalfa, Barcelona, 1985, p. 9. WELCH, D. “Nazi propaganda and the Volksgemeinschaft: Constructing a people´s community”, Journal of Contemporary History, Londres, 2004, p. 218. 41 18 Era necesario devolverles el prestigio de épocas anteriores 42 . Como los auténticos creadores de la cultura, debían imponerse ante las razas inferiores y dominar el mundo. Hitler, que no conocía fronteras políticas, creía que el pueblo alemán debía conquistar el Lebensraum o espacio vital. Es decir, Alemania como potencia militar que era, debía expandir su territorio tanto como su poderío se lo permitiese por Europa Central y Europa del Este. Aquellos territorios que se fueran anexionando al Estado alemán servirían como proveedores de materias primas y exigencias económicas, que permitirían a Alemania perpetuar un sistema de autarquía 43 . Y los pueblos conquistados dedicarían su vida a servir a la raza aria, que mantendría un alto nivel de vida. La densidad de población debía ser acorde a la extensión y calidad del suelo en que el pueblo habitase. Por ello, conforme fuera aumentando la población de raza pura, era necesario que el territorio alemán también lo hiciera 44. Era tal el deseo por el alzamiento del Lebensraum que tuvo lugar un proceso de repatriación a la “Madre Patria” de aquellos alemanes de raza pura que se encontraban en otros países. La política exterior se centraría en unificar los territorios ocupados por pueblos de habla alemana. Las zonas de Austria, Polonia, Checoslovaquia, Danzig y Memel pasarían a formar parte del Estado alemán. Medidas legislativas posteriores. En adición a estas leyes, hubo otras posteriores que completaron la marginación y devaluación del pueblo judío. El 5 de enero de 1938, fue aprobada la Ley de Modificación de Nombres y Apellidos, por la que los judíos con nacionalidad alemana debían cambiarse el nombre. Podían elegir entre 185 opciones posibles para los hombres y 131 para las mujeres. Si REICH, W. T. “The care-based ethics of Nazi medicine and the moral importance of what we care about”, The American journal of bioethics, Georgetown University, 2001, p. 69. 42 43 TOLAND, J. Adolf Hitler: The Definitive Biography, Ed. Anchor, 1976, p. 131. 44 AGOSTO, P. El nazismo: La otra cara del capitalismo, Ed. Ocean Sur, 1ª Edición, México D.F, 2008, p. 75. 19 para el 1 de enero del año siguiente no hubiesen cumplido con dicha obligación, los hombres recibirían el nombre de Israel y las mujeres el de Sara 45. Unos meses más tarde, el 28 de mayo de 1938 fue aprobada la Ley de Privación de Protección Jurídica a los Templos y Sinagogas. La comunidad hebrea perdía así su protección jurídica y pasaba a estar desprovista de seguridad ante cualquier ataque. Se les prohibió también acudir a ciertas zonas de la ciudad, a teatros, escuelas públicas y zonas de descanso. Sus negocios, propiedades y pasaportes les fueron arrebatados injustamente. Cabe señalar también que, el 30 de agosto de 1938, 17.000 judíos nacionales polacos que residían en Alemania fueron arrestados y llevados de nuevo a su país. No obstante, se les prohibió la entrada y pasaron varios meses en terrenos cercanos a la frontera. De hecho, este suceso fue el detonante para que, la noche del 9 de noviembre, miles de judíos fueran arrestados y en torno a un centenar muriesen a manos de los soldados de las SS en la conocida como “noche de los cristales rotos”. La noche de los cristales rotos. La noche de los cristales rotos fue la respuesta (que tuvo el pueblo alemán) ante el asesinato del secretario de la Embajada alemana en París, Ernst Vom Rath. Este había muerto a manos de un judío de nombre Herschel Grynszpan, motivado por la noticia de que sus familiares habían sido deportados a Polonia, obligados por los nazis y en condiciones de extrema violencia 46. Los dirigentes nazis decidieron sublevarse contra la población judía que quedaba en Alemania. Dos factores fueron clave para que los disturbios tuvieran un éxito devastador: la participación de las SA, Tropas de Asalto que formaban parte de las SS; y la pasividad del Gobierno, que no hacía nada sino permitir que estos se diesen. Las instrucciones que recibieron los miembros de las SA por parte de Reinhard Heydrich, uno de los oficiales nazis de alto rango, eran claras. Las propiedades judías 45 BLÁZQUEZ RUIZ, F.J. (Coord.) Nazismo, Derecho, Estado, Ed. Dykinson, Madrid, 2014, p. 108. 46 AGOSTO, P. El nazismo: La otra cara del capitalismo, Ed. Ocean Sur, 1ª Edición, México D.F, 2008, p. 132. 20 tenían que ser destruidas, no saqueadas, pues esta iba a ser la tarea de los manifestantes alemanes; y debían arrestar a los judíos ricos. En torno a 7.000 tiendas, 1.600 sinagogas y múltiples hogares judíos quedaron destruidos por los incendios 47. Miles de judíos fueron arrestados y el asesinato, que no había sido ordenado, pero tampoco prohibido, quedó impune. Los únicos alemanes que recibieron un castigo por sus actos fueron aquellos que habían abusado de mujeres y niñas judías. Los tribunales les condenaron por ofensas contra la sangre pura aria y por el incumplimiento de las Leyes de Núremberg. En cambio, el pueblo judío fue condenado al pago de los destrozos que los alemanes habían causado y de una multa de un millón de marcos, quedando fuera de la vida económica 48. Unos meses más tarde, el 30 de abril de 1939, la Ley de Relaciones Arrendaticias con los judíos hizo que estos tuvieran que abandonar sus hogares para aislarse en guetos apartados del resto del pueblo alemán. Comenzó así un proceso de deportación hacia estos lugares, situados principalmente en Polonia. Los guetos eran controlados por los alemanes por medio de un Consejo de Judíos. La presión económica ejercida por los nazis dificultaba la vida dentro de estos lugares, llegando a suponer la muerte de miles de personas. Gracias a la colaboración de la filial alemana de la empresa International Business Machines y su sistema de “tarjetas Hollerith”, los nazis pudieron hacerse con una extensa lista de datos personales que incluían los nombres, cuentas bancarias, familiares y direcciones de todos los ciudadanos. Esto les facilitó su labor de aislamiento judío en los guetos y de confiscación de bienes. Las tarjetas serían utilizadas igualmente en los campos de concentración, distinguiendo así a los prisioneros por diferentes categorías según el número de agujeros que tuvieran 49. CUERVO, B. “El ascenso de Hitler y del partido Nazi al poder en Alemania”, Historia Digital, 2015, p. 91. 47 48 THORNTON, M.J. El Nazismo (1918-1945), Ed. Omegalfa, Barcelona, 1985, p. 139. 49 AGOSTO, P. El nazismo: La otra cara del capitalismo, Ed. Ocean Sur, 1ª Edición, México D.F, 2008, p. 63. 21 2.3. Los años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). 2.3.1. El eugenismo más radical. El 30 de enero de 1939, unos meses antes de que diera comienzo la Segunda Guerra Mundial, Hitler pronunció un discurso en el Reichstag en el que mencionaba una guerra que llevaría a la total aniquilación de la raza judía. El 1 septiembre de ese mismo año, con la invasión de Polonia por parte de Alemania, empezaría lo que por el momento conocemos como el mayor conflicto armado en la historia de la humanidad. Daba comienzo la Segunda Guerra Mundial. Fue ese deseo de expansión y del Lebensraum lo que llevaría al estallido de la guerra. El inicio de la guerra trajo consigo una transformación clara de la política nazi en el tratamiento de la “higiene racial”. El programa de emigración de judíos que había dado comienzo era difícil de cumplir. Habría que buscar otra solución. Consciente de esa necesidad de expansión del estado alemán en la que Hitler creía, antes de que diera comienzo la guerra y de que tuviera lugar la conquista de Polonia, procuró tener aliados de su parte. Junto a la Italia fascista de Mussolini y el Imperio de Japón, quedaban constituidas las Potencias del Eje. Los primeros años de la guerra fueron favorables para Alemania, que había recuperado toda su potencia militar tras la Primer Guerra Mundial y que, con la ayuda de sus aliados, se volvía fuerte en Europa Central y Europa del Este. Concebían la guerra en el frente oriental como la reconquista de territorios alemanes perdidos durante la Edad Media que los “bárbaros” polacos habían ocupado 50. Siguiendo con esta campaña de expansión territorial, el ejército nazi se adentró en territorio de la Unión Soviética en 1941. Los Einsantzgruppen o Grupos de Acción, bajo las órdenes de Heydrich, comenzarían a cercar y asesinar comunidades enteras de judíos. Sería la primera vez que el genocidio judío se utilizaba como instrumento de limpieza racial 51. CASTILLEJO CUELLAR, A. “Raza, alteridad y exclusión en Alemania durante la década de 1920”, Revista de Estudios Sociales, nº26, Bogotá, 2006, p. 134. 50 51 THORNTON, M.J. El Nazismo (1918-1945), Ed. Omegalfa, Barcelona, 1985, p. 149. 22 El programa “Aktion T4”. Con la entrada en vigor del Decreto de Eutanasia de 1939, el programa que justificaría la muerte de los enfermos mentales y asociales sería conocido como “Aktion T4”. El proyecto no fue aceptado con agrado por algunos miembros del NSDAP, pues era una decisión que Hitler había tomado en secreto y que se aplicaba también a ciudadanos alemanes. Esta práctica eutanásica, que no hubiese sido posible sin la colaboración del personal civil médico y de enfermeras civiles, se desarrollaba en lugares alejados de las grandes ciudades que permitieran mantener su secretismo. Estuvo en funcionamiento desde 1939 hasta 1945 y acabó con la vida de unas 300.000 personas, tanto adultos como niños 52. Detrás de este programa, no sólo se encontraba un propósito eugenésico. Los manicomios y psiquiátricos de toda Alemania, que estaban llenos de pacientes, suponían un importante gasto para el Estado. Por tanto, la eutanasia forzada supondría un gran ahorro para el Gobierno nazi. El método más utilizado fue el de las cámaras de gas. Aunque en algunos casos, se recurrió a la intoxicación por exceso de medicación o a simplemente dejar morir de hambre a los pacientes. El personal médico que puso en práctica el programa sería, unos años más tarde, una parte esencial del exterminio en los campos de concentración 53. La “Solución Final”. En verano de 1941, tras el comienzo de la campaña rusa, Hitler daría la orden de comenzar la llamada “Solución Final”. Heydrich recibiría una carta de Hermann Göring en la que le explicaría que la “Solución Final” al problema judío debía comenzar a prepararse. Este proyecto suponía el último escalón en el proceso de exclusión social, jurídica y política que los judíos llevaban viviendo los últimos años en Alemania 54. REICH, W. T. “The care-based ethics of Nazi medicine and the moral importance of what we care about”, The American journal of bioethics, Georgetown University, 2001, p. 64. 52 53 MCDONOUGH, F. The Holocaust, Palgrave Macmillan, 2008, p. 15. 54 BLÁZQUEZ RUIZ, F.J. (Coord.) Nazismo, Derecho, Estado, Ed. Dykinson, Madrid, 2014, p. 277. 23 De modo que Heydrich, en enero de 1942, celebraría una conferencia interministerial en Gross Wannsee para tratar el tema y explicar al resto de dirigentes del partido el plan: la población judía que residía en Europa sería llevada a los territorios del este. Concretamente a campos de concentración y de exterminio donde trabajarían hasta la muerte. Aquellos que sobrevivieran a las duras condiciones, serían exterminados por otros medios. Los campos de concentración habían sido abiertos en 1933 como método de castigo para aquellos enemigos del régimen nazi. De hecho, ese mismo año, ya albergaban a más de 45.000 personas. Pero nada tuvo que ver con la importancia que ganaron tras el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, que llevó a su ampliación en número y en espacio ocupado. La “Solución Final” preveía que fueran los propios soldados y oficiales de las SS los encargados del control de estos campos de concentración y de exterminio. Compartían el mismo entusiasmo que Hitler por acabar con los judíos como personas sin dignidad que para ellos eran y no quedarían horrorizados ante tal extremismo. Concretamente, las “unidades de calavera”, formadas por criminales elegidos por su brutalidad y su fuerza, serían las encargadas de la labor de vigilancia y guardia de los campos. Hitler veía en los campos de concentración y de exterminio un perfecto sistema de eliminación de la raza judía que, además, infundiría terror a sus enemigos. Según sus propias palabras: “La brutalidad inspira respeto. Las masas tienen necesidad de que alguien les infunda miedo y las convierta en temblorosas y sometidas. No quiero que los campos de concentración se conviertan en pensiones familiares. El terror es el más eficaz entre todos los instrumentos políticos... Los descontentos y los desobedientes se lo pensarán dos veces antes de enfrentarse con nosotros, cuando sepan lo que les espera en los campos de concentración” 55. Con estas palabras, Hitler hacía referencia a un terror tiránico que se caracterizada por tratarse de un movimiento permanente, que no se detendría en el tiempo; muy presente dentro de estos campos a causa de la constante presencia y violencia de las SS; que CUERVO, B. “El ascenso de Hitler y del partido Nazi al poder en Alemania”, Historia Digital, 2015, p. 98. 55 24 siempre estuvo “dentro de la ley”, utilizada por los nazis a su favor en busca de sus intereses racistas 56. El Holocausto en los campos de concentración y de exterminio. Una vez la “Solución Final” se puso en marcha, los dirigentes del partido ordenaron a las SS el traslado de las poblaciones judías a los campos de concentración y de exterminio. Daría comienzo el genocidio judío y de otras minorías, conocido como “Holocausto” o “Shoá” en hebreo. En verano de 1942, grandes cargamentos humanos eran transportados por vía férrea hasta los propios campos o hasta enormes guetos. Allí esperarían hasta poder llevarlos a los nuevos campos que fueran construyendo. Los judíos eran identificados con un triángulo amarillo con la estrella de David como símbolo de exclusión social. La mayoría de los judíos llegaban debilitados a los campos a causa de la hambruna y del cansancio que arrastraban de los guetos. Muchos incluso morían antes de llegar a pisar los campos de concentración. Dentro de los campos, los judíos eran marcados con números y despojados de sus pertenencias. Se les rapaba la cabeza y se les entregaba un uniforme a rallas. Para evitar un posible riesgo de contaminación racial, los trabajadores orientales eran identificados con insignias que los diferenciaban del personal ario. La idea de los campos de concentración se presentó a la población alemana como la de un lugar en el que sus enemigos quedarían libres por medio del trabajo, tal y como indicaba el cartel en la puerta de Auschwitz, en la que se leía -Arbeit macht frei- “El trabajo os hará libres”. Un trabajo que, en realidad, no era utilizado con rendimiento sino simplemente a modo de castigo. De hecho, llegó a darse el caso de un comandante de las SS que se sirvió de aquellos prisioneros a su cargo para que le construyeran un yate. 56 BLÁZQUEZ RUIZ, F.J. (Coord.) Nazismo, Derecho, Estado, Ed. Dykinson, Madrid, 2014, p. 277. 25 Fotografía de la puerta de Auschwitz. “Robado el lema de la puerta de Auschwitz”, El País, 18 de diciembre de 2009, Madrid. Para otoño del año siguiente, la población judía de Alemania, Austria, Europa occidental y los Balcanes había sido absorbida por la maquinaria de los campos de concentración y de exterminio 57. Los prisioneros eran separados en grupos de mujeres, hombres y niños. Eran obligados a desnudarse y a entregar aquellos objetos de valor que pudieran poseer. Se les conducía a las cámaras de gas, bajo la apariencia de duchas, donde morían a causa del monóxido de carbono o del Zyklon B, un tipo de ácido que se usaba como insecticida. Sus cadáveres eran llevados a los hornos crematorios que funcionaban día y noche, donde serían incinerados. Los restos que quedaban de las víctimas y que se pudiesen aprovechar, se destinaban a la fabricación de diferentes productos. Sus huesos se usaban como fertilizante, su pelo en la industria textil y su grasa para producir jabón. Otra de las prácticas que se volvió muy común dentro los campos y que se intensificó entre 1942 y 1944, fueron los experimentos con prisioneros. Algunos de los muchos experimentos que desarrollaron los nazis fueron experimentos para ver cuánto frío podía soportar una persona sumergida en agua fría hasta la muerte; qué efectos tenían las balas envenenadas o heridas gangrenadas con gas; inyecciones con tifus; diferentes métodos de esterilización; o qué efectos tenía para el cuerpo el beber agua salada. Entre los trabajos forzados, experimentos, la eutanasia, los fusilamientos, el hambre, las torturas y cámaras de gas, el Holocausto acabó con la vida de unos seis 57 THORNTON, M.J. El Nazismo (1918-1945), Ed. Omegalfa, Barcelona, 1985, p. 151. 26 millones de judíos 58. A los que hay que sumar las muertes de personas pertenecientes a otros grupos y razas como gitanos, negros, comunistas, anarquistas, testigos de Jehová, homosexuales y discapacitados. En suma, un total de diecisiete millones de personas perdieron la vida en el Holocausto. 2.3.2. La caída del Tercer Reich. Sin duda, fue la propia guerra la que acabó con el Tercer Reich. Cuando Hitler decidió invadir la Unión Soviética estaba condenando a Alemania. El país, que ya no contaba con el apoyo italiano, tendría que combatir una guerra abierta por dos frentes. Conforme los ejércitos del Bando Aliado avanzaban, Hitler iba perdiendo a sus dirigentes más fieles. Tanto Hermann Göring, que trataba de asumir el poder del régimen, como Heinrich Himmler, por negociar con el Bando Aliado, fueron mandados detener 59. Ante el avance de la Unión Soviética, los campos de concentración en territorio polaco eran cerrados y los supervivientes llevados de nuevo a Alemania. Hitler prefería verlos morir junto al régimen a que sobrevivieran a la guerra. Los cadáveres restantes en los campos eran incinerados y las tumbas exhumadas. Las fotografías que de ellos había eran destruidas, tratando de dejar las menos pruebas posibles de todo el horror que habían cometido. El ejército alemán se debilitaba y Alemania era conquistada. Sólo una ciudad conseguiría aguantar un poco más los ataques de los aliados: Berlín. Berlín sería la última fortaleza alemana en caer. Hitler, que negaba rendirse, veía desde su búnker subterráneo cómo el Ejército Rojo intensificaba sus ataques. La guerra se libraba por las calles de Berlín. Lo que quedaba del ejército alemán y de las Juventudes Hitlerianas trataba de hacer frente a los avances de los enemigos. No obstante, los esfuerzos alemanes no serían suficientes ante la presión soviética. El 30 de abril de 1945, con la ciudad completamente destruida, Hitler se suicidaría en el 58 BLÁZQUEZ RUIZ, F.J. (Coord.) Nazismo, Derecho, Estado, Ed. Dykinson, Madrid, 2014, p. 43. 59 Ambos acabarían suicidándose. Göring, que había sido sentenciado a muerte en los Juicios de Núremberg, se suicidó la noche anterior al día en que iba a ser ahorcado. Himmler moriría una vez había sido capturado por las fuerzas británicas. PAZ, F. Núremberg: juicio al nazismo, Ed. La esfera de los libros, 2016, p. 128. 27 interior de su búnker junto con su esposa Eva Braun. Otros miembros del partido seguirían el ejemplo de su líder y acabarían suicidándose. Los “Juicios de Núremberg”. Aquellos criminales de guerra que sobrevivieron serían juzgados entre noviembre de 1945 y agosto de 1946 por el bando vencedor. Los conocidos como “Juicios de Núremberg” cambiarían para siempre el enjuiciamiento internacional 60 . Dada la magnitud de sus delitos, se decidiría que cualquier país afectado por sus actos sería competente para juzgarlos. Fue el criterio que se tuvo en cuenta a la hora de conformar la Corte de Justicia de Núremberg 61. Las personas responsables de poner en práctica las técnicas de eugenesia serían juzgados por crímenes contra la paz, la humanidad y crímenes de guerra. En el juicio principal veinticuatro líderes nazis fueron condenados. Hubo doce condenas a muerte, tres a cadena perpetua, dos a veinte años de prisión, una a quince años y otra a diez 62. Se declaró al igual la culpabilidad grupal de los dirigentes de las SS y la Gestapo. Pero no la del Gobierno del Reich, ni del Estado Mayor del Ejército Alemán, ni de las SA 63 . Sin embargo, algunos soldados, funcionarios y personal sanitario que habían contribuido en el genocidio, no pudieron ser condenados. Su argumento principal fue que ellos simplemente seguían las órdenes de sus superiores y del propio Hitler. La Alemania posterior al Tercer Reich. HUHLER, R. “De Núremberg a La Haya: Los crímenes de derechos humanos ante la justicia. Problemas, avances y perspectivas a los 60 años del Tribunal Militar Internacional de Núremberg”, Análisis Político, nº55, 2005, p. 22. 60 WRIGHT, Q. “The Law of the Nuremberg Trial”, American Journal of International Law, nº41, 1947, p. 48. 61 62 AGOSTO, P. El nazismo: La otra cara del capitalismo, Ed. Ocean Sur, 1ª Edición, México D.F, 2008, p. 141. PALACIO SÁNCHEZ-IZQUIERDO, J.R. “Del Juicio de Núremberg al Estatuto de Roma”, Estudios de Deusto, Volumen 47, nº1, 1999, p. 99. 63 28 Pocos meses después del fin de la Segunda Guerra Mundial, varias propuestas políticas dieron comienzo con el propósito de desarmar y reducir la potencia industrial de Alemania. La idea era evitar que un nuevo resurgimiento del nazismo tuviese lugar. El país fue dividido en cuatro zonas ocupadas por los distintos ejércitos aliados: el francés, el inglés, el soviético y el estadounidense. Bajo la autoridad del Consejo Aliado de Control, la idea era volver a unir los territorios en uno sólo. Sin embargo, el choque entre Estados Unidos y la Unión Soviética haría esta unificación imposible. Las dos potencias más grandes de la época, que representaban intereses e ideologías completamente opuestas, no serían capaces de arreglar sus diferencias. Daría comienzo la conocida como “Guerra Fría”. Consecuencia de esto, Alemania sería dividida en dos: por un lado, la República Federal Alemana (RFA); por otro, la República Democrática Alemana (RDA). Esta delimitación territorial la marcaría el Muro de Berlín, construido en 196. El pueblo alemán sería sometido a un proceso de “desnazificación”. Cualquier tipo de simbología nazi sería prohibida y las calles alemanas quedarían cubiertas con carteles que culpaban de todos los horrores al pueblo alemán. Aquellos alemanes en territorio extranjero serían deportados de vuelta a su país 64. Tanto el Holocausto como el nazismo se convertirían en temas tabús en Alemania 65 . Ese sentimiento de culpa se extendería por prácticamente toda Alemania hasta la actualidad. La eugenesia como ciencia desaparecería, al igual que cualquier proyecto de “higiene racial”. Las sociedades eugenésicas de todo el mundo resultaron perjudicadas. Se vieron obligadas a disminuir sus actividades, a buscar objetivos menores y más respetables 66. TOMUSCHAT, C. “The Legacy of Nuremberg”, Journal of International Criminal Justice, Volume 4, 2006, p. 833. 64 65 STEINWEIS, A.E., RACHLIN, R.D. Law in Nazi Germany, The Ideology, Opportunism, and the Perversion of Justice, Ed. Berghahn Books, Nueva York, 2015, p. 26. 66 BLÁZQUEZ RUIZ, F. J. (Dir.) 10 palabras clave en nueva genética, Ed. Verbo Divino, Estella, 2006, p. 258. 29 III. CONCLUSIONES. La eugenesia alemana no fue sino el resultado de varios siglos de racismo muy arraigado en el país. Con la llegada al poder del Partido Nazi, la política de “higiene racial” se convirtió en una realidad. Hitler, que contó con el apoyo del Völk, tuvo claro desde un principio -según su interpretación- cuáles eran los problemas que habían condenado a Alemania: la pérdida del honor del pueblo ario, el establecimiento de un Gobierno democrático y la influencia del pueblo judío. Sus objetivos siempre se basaron en torno a estos hechos. De principio a fin, estuvo convencido de la necesidad de llevar a Alemania de vuelta a sus días de gloria. Aunque ya desde 1933 comenzaron a verse las primeras medidas discriminatorias, Las Leyes de Núremberg supusieron un antes y un después en la política alemana. La idea de una sociedad pura en el territorio alemán quedaba amparada por la ley. Cualquier ofensa en contra de esta condición de pureza sería duramente castigada. El objetivo perseguido era asegurar un linaje alemán que se hiciese fuerte en Europa Central y Europa del Este. El Imperio Alemán se extendería por el Lebensraum y la sociedad giraría en torno a la raza aria. Como raza superior, la raza pura gozaría de una calidad de vida óptima, mientras que el resto de las razas consideradas inferiores estarían al servicio de la primera. Su trato inicial al resto de razas iba más enfocado a evitar la mezcla de estas con la raza aria. Evidentemente, las discriminaciones y abusos de poder fueron una realidad. Sin embargo, como hemos podido comprobar, Hitler no se conformó con este proyecto inicial. Su política racial se intensificó, principalmente, una vez comenzada la guerra. Pasó de una postura de separación de razas a buscar la completa erradicación del “problema”. La “Solución Final” en los campos de exterminio junto con el programa eutanásico constituyeron los últimos y mayores pasos que se dieron para alcanzar estos objetivos. Fue tal el deseo de lograr la supremacía de la raza aria, que los nazis estaban dispuestos a todo lo que hiciese falta. Como consecuencia de este deseo, 17 millones de personas murieron a manos de los nazis entre 1933 y 1945. El genocidio masivo del período nazi es, sin lugar a duda, uno de los capítulos más oscuros en la historia de la humanidad. 30 Resulta comprensible pensar que parte de la culpa en todas estas atrocidades la tiene la población civil alemana. Pasivo ante todo este horror, el país presenció cómo su Gobierno asesinaba a tantas personas sin decir nada. Algo que resultaría inimaginable en la sociedad europea actual y que, sin embargo, sucedió hace menos de 100 años. Si tratásemos de buscarle una mínima justificación al pensamiento alemán, tendríamos que ponernos en la piel de aquellas personas. Una generación crecida en un país en guerra, que no tenía apenas para vivir. Un país con un pasado glorioso, que veía cómo su Imperio se había desmoronado; cómo su nuevo Gobierno democrático había pactado con sus enemigos y que sólo podía sobrevivir con la ayuda de Estados Unidos. Alemania se había convertido en un país inestable en el que las nuevas ideologías, contrarias al sistema del momento, acabarían imponiéndose. El Partido Nacionalsocialista supo aprovecharse de esta situación crítica. Su política oportunista y la habilidad oratoria de Hitler fueron claves. Al igual que su control sobre la educación de la juventud y la utilización de la propaganda. Básicamente, el pueblo fue adoctrinado según los principios del nazismo. Aquellos que pudieron tener un pensamiento contrario a Hitler, nunca se pronunciaron por miedo a las represalias. Otro factor fundamental fue la conversión de la eugenesia en una rama “más científica”. La población recibió todos esos argumentos de los expertos en la materia, que demostraban su superioridad hacia el resto de las razas. No dudaron de la veracidad de sus estudios y, desde un primer momento, fueron aceptados con credibilidad. Es por ello por lo que la eugenesia acabó siendo aplicada al derecho nacional. El miedo que despierta un pensamiento similar ha hecho que la eugenesia tenga una connotación muy negativa en el panorama internacional. Su deseo de cambiar la “selección natural” de Charles Darwin (teoría aceptada por la ciencia) por una “selección artificial”, ya no se concibe. Prima el derecho a la vida y a la privacidad de todas las personas, por encima de ese “perfeccionamiento del ser humano”. Prácticas como la eutanasia ya no se consideran un instrumento de la eugenesia. Más bien, como el derecho a una muerte digna que acabe con el dolor de un enfermo terminal. La eugenesia se ha vuelto mucho más prudente en consecuencia al riesgo que supone. La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, en su Título I, Artículo 3.2. b) prohíbe las prácticas eugenésicas que tengan como objetivo la selección 31 de las personas. Por tanto, parece imposible que en Europa volvamos a ver una atrocidad similar a la que se vivió en el Siglo XX. En última instancia, Alemania fue el perfecto “caldo de cultivo” para que una política de odio fuera fructífera. Buscaron alguien a quien culpar de sus desgracias y lo encontraron en el resto de razas. El nazismo sacó lo peor del ser humano y demostró lo peligrosa que puede llegar a ser una política extremista. El país, avergonzado de su pasado, sigue pagando las consecuencias de sus actos. Los campos de exterminio, que en la actualidad se han convertido a veces en una atracción turística, sirven para recordarnos este capítulo histórico. Las memorias del horror nazi nos alejan de este derecho discriminatorio y marcan el camino ético a seguir en la actualidad. 32 IV. BIBLIOGRAFÍA. AGOSTO, P. El nazismo: La otra cara del capitalismo, Ed. Ocean Sur, 1ª Edición, México D.F, 2008. ANTÓN, J. “El libro más venerado por las SS”, El País, 28 de noviembre de 2011. BLÁZQUEZ RUIZ, F. J. (Dir.) 10 palabras clave en nueva genética, Ed. Verbo Divino, Estella, 2006. BLÁZQUEZ RUIZ, F.J. (Coord.) 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