Uploaded by Aura Graciela Arevalo Villeda

Cambio climático y los educadores (2)

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Cambio climático. Lo que podemos hacer los educadores
Lo que podemos proponer en nuestras comunidades dentro de nuestro centro educativo, en
Tegucigalpa – Honduras.
ANTECEDENTES
El diagnóstico y el tratamiento del cambio climático plantean una crisis y, como tal, implican un
riesgo y una oportunidad. Tanto existe el riesgo a nivel mundial de padecer las consecuencias
cada vez más graves del calentamiento global, como existe también la oportunidad de
enriquecer la calidad de vida en el proceso de mitigación y adaptación al cambio climático. Este
último razonamiento es una consideración ética que rebasa las críticas y el escepticismo que
puedan tenerse respecto al cambio climático considerado meramente como un asunto técnico
o económico. Lo primero que hay que hacer es considerar que se necesita destacar el factor de
la incertidumbre dentro de la educación. Un ejemplo es el propio informe del IPCC, que nos da
una tabla donde asigna a cada frase calificativa una cierta certidumbre (Los términos. En este
sentido, Edgar Morin (1999) nos presenta Los siete saberes necesarios para la educación del
futuro; uno de cuyos saberes es
1. Precisamente enfrentar las incertidumbres: Las ciencias nos han hecho adquirir muchas
certezas, pero de la misma manera nos han revelado […] innumerables campos de
incertidumbre […] Una nueva conciencia empieza a surgir: el hombre, enfrentado a las
incertidumbres por todos los lados, es arrastrado hacia una nueva aventura. Hay que
aprender a enfrentar las incertidumbres puesto que vivimos en una época cambiante
donde los valores son ambivalentes, donde todo está ligado. Es por eso que la educación
del futuro debe volverse sobre las incertidumbres ligadas al conocimiento […] las
incertidumbres que han aparecido en las ciencias físicas […], en las ciencias de la
evolución biológica y en las ciencias históricas. La conciencia del carácter incierto del
acto cognitivo constituye la oportunidad para llegar a un conocimiento pertinente, el
cual necesita exámenes, verificaciones y convergencia de indicios […] Repitámoslo una
vez más: el conocimiento es navegar en un océano de incertidumbres a través de
archipiélagos de certezas. (Morin, 1999, p. 79).
2. Lo segundo que podemos hacer es aceptar la complejidad como constituyente de todos
los fenómenos ecológicos.
3. Lo tercero que hay que hacer es refutar en la mente estudiantil el mito de una ciencia
libre de valores. Si enseñamos a los estudiantes cómo se hace la ciencia, cómo se la hace
realmente y no cómo se la trasmite públicamente, no podemos dejar de exponer ante
ellos la persona total del científico que la hace con todos sus dones y sus cegueras, con
sus métodos y sus valores. De lo contrario, iniciaremos una era de técnicos sin espíritu,
carentes de comprensión no menos de pasión, y que sólo serán útiles porque pueden
ser usados. (Gouldner, 1975)
4. Lo cuarto que debe hacerse es no propiciar la inacción al alarmar en lugar de alertar.
Debemos entender por ‘‘alertar’’ la acción de poner alerta o sobre aviso; de avisar a
alguien de cierto peligro o amenaza, con el objeto de propiciar que se tomen decisiones
informadas y así prevenir, mitigar o eliminar las consecuencias del riesgo. Alarmar, por
el contrario, se refiere a la acción de asustar, producir alarma; provocar una sensación
de intranquilidad o temor por la posibilidad de un peligro o un suceso desgraciado o
desagradable, sin que la prevención sea la intención más importante o evidente. Por
otra parte, la alarma puede provocar diferentes tipos de respuesta, como la negación o
el rechazo de la información y la búsqueda de culpables o de chivos expiatorios, antes
que de soluciones (Arjonilla, 1992).
El tema del riesgo ambiental, en la educación, debe traer aparejado el alertamiento
como enfoque primordial; ésa es la base para tratar temas como el cuidado de la salud,
la seguridad y el ambiente alrededor de un valor fundamental para la sociedad
contemporánea: la responsabilidad de y con uno mismo, así como la responsabilidad
ante los demás.
La crisis del cambio climático es, pues, una oportunidad desde el punto de vista
filosófico. El planteamiento del problema y de sus posibles soluciones, obliga
necesariamente a una visión integral del mundo en la que se relacionan las partes que
parecían inconexas, frente a un sentimiento de confusión e impotencia humana.
Paradójicamente, reconocer el lugar que cada individuo ocupa en el planeta, por
pequeño que éste parezca, se vuelve relevante ya que lo potencia al permitirle ubicarse
en el todo y valorar sus acciones como trascendentes. El mensaje que se desprende de
ello es que cada persona hace la diferencia. Controversias aparte, en términos
pedagógicos, el tema del cambio climático, en nuestro país Honduras, es una
oportunidad para:
• Destacar el factor de la incertidumbre.
Algunas de las inquietudes que nos pueden servir para derivar el conocimiento a
impartir en las aulas de clases, son:
¿Qué nos puede pasar si descuidamos el manejo de los desechos?
¿Qué nos puede pasar si no cuidamos las fuentes de agua dulce y el manejo de
las cuencas hidrográficas?
¿Qué nos puede pasar si descuidamos y continuamos con el mal manejo de los
bosques?
¿Qué nos puede pasar si no aprovechamos la precipitación pluvial para el
manejo de irrigación de huertos y abastecimiento de agua para otros servicios?
Propiciando el debate para encontrar una respuesta que luego se tornara propuesta de
mejora, los estudiantes pueden abortar el contenido sobre alternativas para contestar
cada pregunta, trabajando en colaboración y desarrollando una investigación colectiva
sobre el tópico de cada interrogante.
• Aceptar la complejidad de los fenómenos.
Dado que el desencadenamiento de los eventos del CC ya está en proceso, invitar a los
estudiantes a explorar la dimensión de dichos eventos en lo que al entorno de nuestra
ciudad se refiere, por ejemplo, la vulnerabilidad a las inundaciones, la acumulación de
desechos sólidos en las alcantarillas de drenaje público, las olas de calor de altas
temperaturas que agobian en los meses de marzo a mayo.
• Refutar el mito de una ciencia libre de valores.
Enlazar el fomento de valores tales como Limpieza, Orden y Reciclaje, Reforestación,
Manejo de huertos urbanos, Respeto a los demás organismos, cada uno tiene una
función que realizar, son algunos de una serie de valores que en los tiempos que corren,
me parece primordial dedicar tiempo a enseñar a los jóvenes a cuidar el medio
ambiente, es decir, a valorar y respetar la naturaleza. Normalmente empiezan a
aprenderlo desde pequeñitos en los parvularios, escuelas y luego en el colegio pero es
imprescindible apoyar esta enseñanza en casa, en familia.
• Alertar en vez de alarmar.
Por ejemplo en el vecino país de El Salvador existe un programa patrocinado por la
UNESCO, en donde se describe por medio del sistema educativo, la necesitad de centros
escolares enfocados en su misión fundamental: educar integralmente a la niñez y la
juventud. Ello requiere del liderazgo de los actores escolares y la formación de las
comunidades educativas en diversas áreas, que van desde la organización de la
comunidad hasta la planeación de todas las acciones del centro escolar. Me parece que
esta propuesta seria de mucha utilidad a toda la comunidad educativa de Honduras.
El Ministerio de Educación, (MEES) de esta hermana república, busca fortalecer la
capacidad de las comunidades para prevenir, reducir y dar respuesta a situaciones de
riesgo, desastres y emergencias individuales o colectivas. Por medio de este programa
se presentan los lineamientos para el desarrollo del “Plan de Protección Escolar” (PPE),
que es una herramienta que brinda orientaciones a los centros educativos públicos y
privados en materia de prevención, mitigación y respuesta ante situaciones de
emergencia. La elaboración del PPE requiere la activa participación de todos los
miembros del centro escolar, entiéndanse por esto: padres de familia, maestros,
autoridades comunales, fuerzas vivas de la comunidad, y debe considerarse como un
eje integrador que poco a poco irá fortaleciendo la cultura de prevención. Para
desarrollar con efectividad este Plan, el MEES denota que es necesario que la
comunidad se organice e identifique a las personas e instituciones que le puedan apoyar
en el proceso de elaboración, ejecución y seguimiento del mismo. Por otra parte, dada
su relevancia, debe considerarse como un proyecto complementario del Proyecto
Educativo Institucional (PEI) y estar reflejado en el Plan Anual Escolar, pues sólo así se
puede lograr su institucionalidad y coherencia.
Dada la importancia de este tema me parece oportuno compartir los objetivos de este
plan, para en un futuro analizar su inserción en las diferentes instituciones que están
representadas por mis compañeros de estudio, a nivel de plan de clase o de proyectos
en las ferias de ciencias que año a año se desarrollan en dichas instituciones. Estos son:
Objetivos del Plan de Protección Escolar
Objetivo general
Fortalecer la capacidad de la comunidad educativa realizando acciones y adoptando
medidas que prevengan y mitiguen las situaciones de riesgo, así mismo prepararse y
responder ante eventos adversos a fin de salvaguardar la vida de la población estudiantil
y los bienes del centro educativo.
Objetivos específicos
 Facilitar la información a la comunidad educativa, mediante un proceso
adecuado de organización y capacitación para que participe de manera
consciente y responsable en la elaboración y ejecución del PPE.
 Consolidar la Comisión de Protección Escolar facilitando los recursos
metodológicos (técnicas, materiales, entre otros) para la identificación de
amenazas, vulnerabilidades y el análisis de riesgos.
 Desarrollar los procesos de gestión en la comunidad educativa, mediante la
asignación de un porcentaje del presupuesto escolar al plan de protección
escolar para prevenir situaciones de emergencia individuales, colectivas y
situaciones de desastres.
 Incentivar a la comunidad educativa para que incorpore el Plan de Protección
Escolar en el Proyecto Educativo Institucional y con el Plan Anual para asegurar
su institucionalización y sostenibilidad.
Fuentes de Consulta en la Web
Plan de Protección Escolar, recuperado de:
https://www.mined.gob.sv/jdownloads/Reduccion%20de%20Riesgo/PLAN%20PROTECCION%2
0FINAL%20MINED.pdf
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