TRABAJO FIN DE GRADO Título Modelos epidemiológicos basados en ecuaciones diferenciales Autor/es Iranzu Sanz Garayalde Director/es Juan Luis Varona Malumbres Facultad Facultad de Ciencia y Tecnología Titulación Grado en Matemáticas Departamento Curso Académico 2015-2016 Modelos epidemiológicos basados en ecuaciones diferenciales, trabajo fin de grado de Iranzu Sanz Garayalde, dirigido por Juan Luis Varona Malumbres (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los titulares del copyright. © © El autor Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2016 publicaciones.unirioja.es E-mail: publicaciones@unirioja.es Facultad de Ciencia y Tecnología TRABAJO FIN DE GRADO Grado en Matemáticas Modelos epidemiológicos basados en ecuaciones diferenciales Alumno: Iranzu Sanz Garayalde Tutores: Juan Luis Varona Malumbres Logroño, 06/2016 Modelos epidemiológicos basados en ecuaciones diferenciales Autora: Iranzu Sanz Garayalde Tutor: Juan Luis Varona Malumbres Grado en Matemáticas Facultad de Ciencia y Tecnología Universidad de La Rioja Curso académico: 2015/2016 Resumen Esta memoria trata de cómo aplicar modelos y aspectos matemáticos a la vida cotidiana, concretamente a las enfermedades infecciosas, es decir, las epidemias. Aunque hay gran variedad de modelos dependiendo de la enfermedad, nos hemos centrado en los tres más básicos y más generales como son los modelos SIR, SI y SIS. Estos tres modelos tienen en cuenta a las personas infectadas, los que pueden ser infectados y los que han superado la enfermedad. También se incluye cómo afecta una vacuna en el desarrollo de una epidemia, en un modelo SIR, y cómo se propaga una epidemia en el espacio mediante un modelo SI. Además hay una pequeña sección con otros modelos más complejos y más específicos, SIRS, SEIS, SEIR, MSIR y MSEIR, que incluyen a los individuos infectados que no pueden contagiar la enfermedad y a los individuos portadores pero que puede que no la padezcan nunca. Aparte de estos modelos, en la literatura matemática existen muchos otros, nosotros hemos añadido estos en modo informativo. Por último, hay una sección con un ejemplo ilustrativo de modo que quede más clara la utilidad de este tipo de modelos. I II RESUMEN Summary This memory explains how to apply mathematical models and aspects to daily life, particularly to infectious diseases, i.e. such as, epidemics. Although there are a huge variety of models depending on the disease, we have focused on the three more basic and more general ones, such as the models SIR, SI and SIS. These three models take into account the people infected, the people that can be infected and those who have overcome the disease. It also includes how a vaccine affects in the development of an epidemic, in a SIR model, and how an epidemic is spread in space by a SI model. Moreover , there is a small section with more complex and more specific models, SIRS, SEIS, SEIR, MSIR and MSEIR, which include infected people, who cannot transmit the disease and carrier people, who may have never suffered it. Apart from these models, in mathematical literature there exist many others, we have added these ones in an informative way. Finally, there is a section with an illustrative example, so as to make the usefulness of this kind of models more clear. III IV SUMMARY Índice general Resumen I Summary III 1. Introducción 1.1. ¿Qué es la epidemiología? . . . . . . . . 1.1.1. ¿Qué es una epidemia? . . . . . . 1.2. Introducción histórica . . . . . . . . . . . 1.3. Importancia de los modelos matemáticos 2. Modelos epidemiológicos 2.1. Descripción general . . . . . . . . 2.2. Tipos de modelos matemáticos en 2.3. Principales modelos . . . . . . . . 2.3.1. Modelo SIR . . . . . . . . 2.3.2. Modelo SI . . . . . . . . . 2.3.3. Modelo SIS . . . . . . . . . . . . 1 1 2 3 4 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . epidemias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 . 5 . 6 . 7 . 8 . 34 . 36 3. Algunas propiedades y modelos adicionales 39 3.1. Propagación de la epidemia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 3.2. Control y erradicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41 3.3. Otros modelos que no hemos considerado con detalle . . . . . 44 4. Aplicación con datos reales 49 Conclusiones 51 Bibliografía 53 V VI ÍNDICE GENERAL Capítulo 1 Introducción En el paso de los años, las matemáticas han sido aplicadas a una gran variedad de campos; por ejemplo, en este trabajo, nosotros lo vamos a aplicar a la epidemiología. 1.1. ¿Qué es la epidemiología? La epidemiología es una disciplina científica que estudia la distribución, frecuencia, determinantes, relaciones, predicciones y control de los factores relacionados con la salud y enfermedad en poblaciones humanas. La anterior cita, obtenida de la página web [12], nos define epidemiología. Hay varios tipos: epidemiología descriptiva, consiste en la observación y registro de la enfermedad y las causas y generar una hipótesis a partir de ello; epidemiología analítica, busca establecer relación entre los factores a los que se exponen las personas y la población y la enfermedad que presentan a través de procedimientos estadísticos y diagnósticos; epidemiología experimental, busca conclusiones que con la observación no se pueden obtener y, para ello, realiza estudios en animales de laboratorio y estudios experimentales en poblaciones humanas; ecoepidemiología, estudia cómo interaccionan los factores ambientales con las personas y las poblaciones y cómo afectan en la enfermedad todo ello de manera ecológica; y epidemiología teórica, consiste en la representación de la enfermedad por modelos matemáticos. La epidemiología analiza la enfermedad para desarrollar planes de prevención y de lucha, tales como la vacunación o la cuarentena. Además intenta indicar cuál será el número total o el número máximo de infectados en un determinado momento. 1 2 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN 1.1.1. ¿Qué es una epidemia? Como todos sabemos, una epidemia es una enfermedad que ataca a un gran número de personas o de animales en un mismo lugar y durante un mismo período de tiempo. Los motivos por los que una enfermedad se extiende en una población son variados, puede ser debido a las malas condiciones de salud, vida o higiene en una determinada zona. También puede deberse a desastres naturales o causados por el ser humano. Cuando una epidemia se extiende a distintos países se le llama pandemia. Las epidemias más importantes de la historia se muestran en la figura 1.1. A continuación tenemos algo de información sobre ellas: La Viruela. Aparte de ser la pandemia que más muertos ha causado en la historia de la humanidad, también ha dejado a millones de personas desfiguradas. Se cree que apareció en el 10.000 a.C. y el último caso que se registró la enfermedad fue en Somalía en 1977. El Sarampión. Es la segunda mayor pandemia de la historia. Se conoce desde hace más de 3000 años y todavía no ha sido erradicada solamente se puede prevenir el contagio. La Gripe Española. A diferencia de las anteriores que causaron las muertes a lo largo de los siglos, esta pandemia provocó todas las muertes entre 1918 y 1920. El nombre no se debe a que se dieran los primeros casos en España sino a que fue el primer país en informar. La Peste Negra o Bubónica. Fue la pandemia de peste más letal de la historia. Apareció a mediados del siglo XIV y su último brote fue a principios del siglo XVIII. El Virus de la Inmunodeficiencia Humana Adquirida o SIDA. Esta enfermedad en sí no es la que provoca las muertes sino que destruye el sistema inmunológico de la persona, lo que hace que cualquier enfermedad pueda provocar muertes. Apareció en el año 1981 y no se conoce cura contra él. La Plaga de Justiniano. Esta pandemia empezó en el siglo VI y terminó en el siglo VIII. La Tercera Pandemia. Es la tercera pandemia de peste bubónica. Comenzó en el siglo XIX y estuvo activa hasta 1959. 1.2. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA 3 El Tifus. Se cree que llegó a Europa a principios del siglo XVIII y aunque no está erradicada no supone, actualmente, un gran peligro. El Cólera. Esta enfermedad cuenta con tres grandes pandemias ocurridas en el siglo XIX y epidemias muy extensas en el siglo XX. Sigue presente en la actualidad. La gripe de Hong Kong (H3N2). Ocurrió en 1968 y es uno de los motivos por los que salta la alarma cada vez que se habla de gripe debido a las muertes que produjo. Figura 1.1: Número de muertos por epidemias El año pasado la epidemia más oída fue el ébola, aunque todo apunta a que no tendremos que añadirla a esta lista. Una vez que en una zona se produce una epidemia, la Organización Mundial de la Salud declara que esta zona está libre de la enfermedad cuando transcurren tres años sin que se dé ningún caso. 1.2. Introducción histórica Es probable que el hombre formulara ya teorías acerca de la naturaleza de las enfermedades infecciosas desde mucho tiempo atrás. Pero el primer artículo conocido de una aplicación matemática a una enfermedad infecciosa, 4 CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN la viruela, fue publicado en 1760 por Daniel Bernoulli, el cual tenía conocimientos matemáticos y médicos. En el mismo siglo, Jean le Rond d’Alembert continuó el trabajo de Bernoulli y fue el primero en describir la propagación de enfermedades infecciosas mediante un modelo. A principios del siglo XX más modelos fueron publicados. William Heaton Hamer formuló un modelo discreto analizando la epidemia de sarampión en Inglaterra, y Ronald Ross, quien recibió el premio Nobel en 1902, demostró que eliminando los mosquitos se eliminaría la malaria. Basado en estos trabajos, Kermack y McKendrick publicaron en 1927 un modo de predecir el tamaño final de una epidemia, la forma en la que se propaga dicha epidemia y además plantearon lo que se conoce como teorema del umbral. Estos dos autores, junto con otros, asumieron que la población era homogénea, es decir, que la población comparte las mismas características. Esta afirmación no es cierta ya que depende del modo de transmisión, los agentes infecciosos o de la población afectada. (Veremos en la siguiente parte esto más detalladamente, Modelos epidemiológicos, Capítulo 2.) En 1990, empezó un mayor interés por entender la dinámica de las enfermedades como el VIH/SIDA. 1.3. Importancia de los modelos matemáticos La aplicación de modelos matemáticos hoy en día se ve limitada debido a la falta de conocimientos acerca de los principios básicos de la modelización matemática. La importancia de estos modelos para epidemias es evidente: a) Revelan algunas veces relaciones que no son obvias a primera vista. b) Es posible extraer de ellos propiedades y características de las relaciones entre los elementos que de otra forma permanecerían ocultas. c) Se pueden usar los modelos para predecir las consecuencias de introducir cambios específicos, ya que en la mayor parte de las enfermedades infecciosas del mundo real no es factible experimentar con la realidad. d) Ayudan a entender la dispersión de una enfermedad infecciosa a través de una población bajo diferentes escenarios. Capítulo 2 Modelos epidemiológicos 2.1. Descripción general Existen diferentes factores dentro de una enfermedad que nos hacen no poder estudiar todas de la misma forma, como son, el modo de transmisión, los agentes infecciosos, la población afectada y los estados por los que puede pasar un individuo. • El modo de transmisión. Algunas se transmiten de persona a persona, como es el caso del SIDA. Otras se transmiten a través del medio ambiente, como el cólera. Un tercer grupo se transmite mediante el uso de agentes (normalmente insectos) que son infectados por humanos e infectan a otros humanos, como la malaria. • Los agentes infecciosos, que son microorganismos capaces de producir una infección o una enfermedad infecciosa, influyen en los diferentes estados por los que pasa. Podemos observarlo en la tabla 2.1. • La población afectada. Depende de las características de la población: a) Si no se tiene en cuenta el cambio en el número de la población, es decir, si hay inmigración, emigración, muertes y nacimientos, o si sí se tiene en cuenta. b) Del estado de la enfermedad. c) De los posibles factores que afectan según la edad o el sexo, por ejemplo. • Los estados por los que puede pasar un individuo. Los posibles estados son: 5 6 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS Agente/Vía De persona a A través de persona (o se- agua, alimenres de la mis- tos,... ma especie) Herpes, VIH, Gripe Bacteria Tuberculosis, Meningitis Proteasoma Sífilis Priones Kurv Gusanos Virus De agentes, normalmente insectos contagiados anteriormente por otras personas, a personas De agentes, ya sean animales o plantas, a personas Dengue, Fiebre amarilla Cólera, Fie- Lyme bre Tifoidea Malaria Rabia, Hantavirus Antrax Dracunculiasis Filariasis Creustzfeldt Triquinosis Tabla 2.1: Tipos de enfermedades infecciosas según su modo de transmisión. a) Susceptibles (S). Individuos sanos y que pueden contraer la enfermedad. b) Expuestos (E). Individuos infectados pero que no pueden contagiar la enfermedad. c) Infectados (I). Individuos infectados y que pueden contagiar a otros. d) Resistentes (R). Individuos resistentes a la enfermedad, normalmente la han superado o han sido vacunados. e) Portadores (M). Individuos que portan la enfermedad pero puede que no la padezcan nunca. 2.2. Tipos de modelos matemáticos en epidemias Hay dos tipos de modelos: • Modelos estocásticos. Son modelos matemáticos, que aparecieron a comienzos del siglo XX, donde al menos una variable es tomada como un dato al azar y las relaciones entre variables se toman por medio de funciones probabilísticas. (Una misma entrada puede producir diversos estados y salidas, de manera impredecible.) 7 2.3. PRINCIPALES MODELOS • Modelos determinísticos. Son modelos matemáticos, que aparecieron a finales de siglo XIX, donde las mismas entradas producirán invariablemente las mismas salidas, no contemplándose la existencia del azar. (Las mismas entradas producen siempre el mismo estado y las mismas salidas.) En las epidemias, para el caso determinístico la población queda determinada por un valor único, mientras que en el caso estocástico la población puede variar desde 0 individuos hasta N . Esto influye en el resultado, ya que, en un modelo determinístico, un solo sujeto causa una epidemia generalizada, mientras que, en el otro caso, es muy probable que un solo individuo infectado provoque que la enfermedad se extinga. En este trabajo vamos a estudiar solamente el caso determinístico. 2.3. Principales modelos Tenemos que distinguir entre epidemia y endemia a la hora de hacer los modelos. Ya que uno de los factores más importantes a estudiar es si la epidemia será o no endémica. • Epidemia. Prevalece únicamente un determinado tiempo o bajo unas determinadas circunstancias. • Endemia. Prevalece durante mucho tiempo. Para saber si una epidemia será o no endémica definimos el siguiente indicador: • R0 es el número básico de reproducción definido como el número medio de infecciones secundarias que ocurren cuando un individuo infeccioso es introducido en una población susceptible. Es decir, cuántos individuos va a infectar directamente el paciente cero. La cantidad R0 es de gran importancia en epidemiología, ya que indica si la infección se va a extender. Es la clave para entender por qué los programas de vacunación funcionan. Definimos el valor R0 : R0 = Z ∞ b(a) F (a) da, 0 donde F (a) es la probabilidad de que un nuevo infectado continúe infectado hasta el tiempo a y b(a) es el número medio de nuevos infectados 8 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS producidos por un individuo infectado por unidad de tiempo si éste permanece infectado por un tiempo a. La probabilidad de que un nuevo infectado continué infectando se calcula mediante la fórmula F (a) = e − Ra 0 p(t) dt , donde p(t) representa la proporción de individuos infecciosos que se recuperan o mueren. (Se puede encontrar más información en [9] y [10].) Como ya hemos dicho en la sección anterior, se parte del supuesto de que los individuos se encuentran en uno de varios estados posibles. Los modelos más importantes, y que vamos a estudiar a continuación, son: Modelo SIR, Modelo SI y Modelo SIS. ([1] y [13].) 2.3.1. Modelo SIR Modelo SIR para epidemias Como ya habíamos mencionado, en 1927, Kermack y McKendrick crearon un modelo donde consideraban una población fija con solo tres estados: susceptibles (S), infectados (I) y resistentes (R), es decir, el modelo SIR. Este tipo de modelo es adecuado cuando los agentes infecciosos son virus. El esquema que representa el modelo es el siguiente: contagio recuperación s −−−−→ i −−−−−−−→ r (o muerte) Con s(t), i(t) y r(t) variables que representan el número de individuos de cada clase. Asumimos que: • El número de infectados aumenta a una tasa, tasa de infección: α > 0, proporcional al número de infectados y al número de susceptibles: αs(t)i(t). El número de susceptibles disminuye con la misma tasa. • La tasa de recuperación: β > 0 de infectados es proporcional al número de infectados solamente: βi(t). El número de removidos aumenta con la misma tasa. • El tiempo de incubación es despreciable: un susceptible, cuando se infecta, inmediatamente se vuelve infeccioso. 9 2.3. PRINCIPALES MODELOS Como la población es constante, tenemos s(t) + i(t) + r(t) = N, donde N es el tamaño total de la población. El modelo supone que todos los individuos tienen las mismas probabilidades de contagiarse. Esta suposición no se sostiene siempre, como por ejemplo en las enfermedades de transmisión sexual, ETS (para las que veremos más adelante un modelo más adecuado). El modelo basado en estas tres suposiciones es el siguiente: i(t) ds = −αs(t) , dt N di i(t) = αs(t) − βi(t), dt N dr = βi(t), dt (2.1) (2.2) (2.3) donde α > 0 es la tasa de infección y β > 0 la tasa de recuperación. Normalizamos las variables dividiendo por el tamaño de la población: S(t) = s(t) i(t) r(t) , I(t) = , R(t) = . N N N Realizando algunos cálculos tenemos dS 1 ds = = −αSI, dt N dt dI 1 di = = αSI − βI, dt N dt dR 1 dr = = βI, dt N dt (2.4) (2.5) (2.6) con las siguientes condiciones iniciales: S(0) = S0 > 0, I(0) = I0 > 0, R(0) = 0. Una cuestión importante en cualquier epidemia es si la infección se va a propagar o no. En el caso de que se propague, cómo se va a desarrollar con el tiempo y cuándo va a empezar a disminuir. Tenemos " dI dt # = I0 (αS 0 − β) t=0 > 0 < 0 si S0 > ρ < ρ donde ρ = β . α (2.7) 10 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS A partir de la ecuación (2.4) obtenemos que Ahora, si S0 < ρ tenemos dS dt ≤ 0, por tanto, S ≤ S0 . dI = αSI − βI ≤ 0 para todo t ≥ 0. dt (2.8) y en este caso I0 > I(t) → 0 cuando t → ∞ por lo que la infección muere, es decir, no se da ninguna epidemia. En cambio, si S0 > ρ entonces I(t) aumenta y tenemos una epidemia. Es decir, una epidemia ocurre si I(t) > I0 para algunos t > 0. Mientras el número de individuos susceptibles se reduzca por debajo del umbral, la infección no se extenderá. El umbral teórico es αβ , en la práctica afectan otros factores como por ejemplo la proximidad entre los individuos afectados. Veamos ahora el concepto R0 = αβ , que es la velocidad reproductiva básica de la infección, sabiendo que b(a) = αS(0) = α, ya que tomamos S(0) = 1 debido a que toda la población inicialmente es susceptible, y que F (a) = e−βa ya que p(t) = β, que es la tasa de recuperados, para saber si la epidemia será endémica o no. Vamos a simular con Mathematica un caso del modelo SIR para observar cómo se daría una epidemia y su evolución con el tiempo. Para ello utilizamos las siguientes instrucciones para una población de 100 personas y suponiendo que inicialmente hay 80 personas susceptibles y 20 personas infectadas: In[1]:= Needs["Graphics‘Legend‘"]; In[2]:= a = 0.52; b = 0.2; SIR = NDSolve[{S’[t] == - a*S[t]*II[t], II’[t] == -b*II[t] + a*S[t]*II[t], R’[t] == b*II[t], S[0] == 0.80, II[0] == 0.20, R[0] == 0}, {S[t], II[t], R[t]}, {t, 0, 20}]; In[3]:= R0 = a/b Out[3]= In[4]:= 2.6 Plot[Evaluate[{S[t], II[t], R[t]} /. SIR], {t, 0, 20}, PlotRange -> {{0, 20}, {0, 1}}, AxesLabel -> {"Tiempo", "Poblacion"}, PlotStyle -> {RGBColor[0,1,0], RGBColor[0,1,1], 11 2.3. PRINCIPALES MODELOS RGBColor[1,0,1]}, LegendPosition -> {0.6, 0.2}, LegendSize -> {0.8, 0.5}, LegendSpacing -> 0.1, LegendShadow -> {0, 0}, PlotLegend -> {"SUSCEPTIBLES", "INFECCIOSOS", "RESISTENTES"}] Observamos en la figura 2.1 que si R0 > 1 la epidemia puede ser endémica ya que el número de infectados supera al de susceptibles, mientras que si R0 < 1 acaba desapareciendo ya que el número de infectados es menor que el de susceptibles. (a) R0 > 1, con a = 0.52 y b = 0.2. (Lo escrito anteriormente en el documento en Mathematica, pág. 10.) (b) R0 < 1, a = 0.052 y b = 0.2. (Este ejemplo también está generado con Mathematica con un código muy similar, por eso no está añadido.) Figura 2.1: Comparación con vacuna y sin vacuna. Del sistema anteriormente planteado se pueden obtener otros resultados útiles, por ello pasamos a resolverlo. Observamos que las dos primeras ecuaciones ((2.4), (2.5)) no dependen de R, de modo que manipulamos las ecuaciones para obtener una relación. Dividimos las dos ecuaciones dI = dS dI dt dS dt = αSI − βI ρ β = −1 + , donde ρ = , (I 6= 0). −αSI S α (2.9) Al integrar esta ecuación se obtiene I = −S + ρ ln S + c (2.10) donde c es una constante arbitraria que viene determinada por las condiciones iniciales S0 e I0 . Entonces tenemos c = I0 + S0 − ρ ln S0 . (2.11) 12 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS Y finalmente queda I = I0 + S0 − S + ρ ln S . S0 (2.12) Notemos que con las condiciones iniciales S0 e I0 se satisface S0 + I0 = 1 ya que R(0) = 0, por eso, para t > 0, 0 ≤ S + I ≤ 1 y de esta afirmación se obtiene la recta vertical que se observa en la figura 2.2. Dicha figura representa las trayectorias en el plano de fase dependiendo de diferentes valores iniciales. En dicha figura, podemos observar que la línea vertical separa las curvas de tipo epidémicas (el lado derecho) de las no epidémicas (lado izquierdo).([8]) Figura 2.2: Trayectorias en el plano de fase para el modelo SIR donde varía S0 y ρ es fijo. Para analizar el comportamiento de las curvas (2.12) se calcula I 0 (t) = −1 + Sρ . La cantidad −1 + Sρ es negativa para S > ρ y positiva en caso contrario, véase la figura 2.3. Además, vemos que si S = 0 entonces I(0) = I0 + S0 − 0 + ρ ln S00 = −∞ y que si S = S0 entonces I(S0 ) = I0 + S0 − S0 + ρ ln SS00 = I0 > 0. Por tanto, existe un punto S∞ tal que I(S∞ ) = 0, con 0 < S∞ < S0 . (En el teorema 2.1 veremos que (S∞ , 0, 1 − S∞ ) es un punto de equilibrio ya que se anulan las derivadas si I = 0.) Teorema 2.1 ([6]). En un modelo SIR sin nacimientos ni muertes la enfermedad acaba desapareciendo, por lo que dicho modelo corresponde a una epidemia no endémica en la que se cumple lı́m I(t) = 0, lı́m S(t) = S∞ y lı́m R(t) = R∞ = 1 − S∞ , t→∞ t→∞ t→∞ 2.3. PRINCIPALES MODELOS 13 Figura 2.3: Ecuación (2.12) para ρ = 0.5, I0 = 0.4 y S0 = 0.6, donde se puede observar el crecimiento y decrecimiento. con el correspondiente estado de equilibrio, (S∞ , 0, 1 − S∞ ). Demostración. Observamos que el sistema planteado cumple la condición de que la población no varía: S 0 + I 0 + R0 = (−αSI) + (αSI − βI) + (βI) = 0. Buscamos los puntos de equilibrio del sistema, en los que S 0 = I 0 = R0 = 0. Analizaremos las derivadas de dos de ellos, susceptibles y recuperados, ya que si dos derivadas se anulan la tercera también lo hará. El único modo de que se anulen ambas derivadas (2.4) y (2.6) a la vez es que el número de individuos infecciosos sea cero, I = 0. Entonces tenemos que S + R = 1 y de ahí el punto de equilibrio (S∞ , 0, 1 − S∞ ). Comprobamos la estabilidad del punto. Los autovalores del jacobiano dan la estabilidad lineal en los puntos de equilibrio, [20]. Aunque nuestro sistema es no lineal, si todos los autovalores tienen parte real distinta de cero, el sistema no lineal hereda la estabilidad (localmente). Partimos de la matriz jacobiana −αI −αS 0 αS − β 0 A= αI , 0 β 0 con lo cual |A − λI| = −αI − λ −αS 0 −αI − λ −αS αI αS − β − λ 0 = (−λ) . αI αS − β − λ 0 β −λ 14 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS Sustituimos el punto de equilibrio (S∞ , 0, 1 − S∞ ) e igualamos a 0 para obtener los autovalores, tenemos lo siguiente: (−λ) −λ −αS∞ 0 αS∞ − β − λ = (−λ)(−λαS∞ + βλ + λ2 ) = λ2 (αS∞ − β − λ) = 0, de donde sacamos ( λ=0 λ = αS∞ − β. Para analizar este resultado tenemos que ver si los autovalores son positivos o negativos. Entonces • si αS∞ − β < 0 las trayectorias tienden a los puntos críticos, • pero si αS∞ − β > 0 las trayectorias se alejarán de dichos puntos aumentando el número de infecciosos hasta que se cumpla αS∞ −β < 0. Para la clasificación de puntos fijos introducimos el siguiente teorema: Teorema 2.2. ([3]). Sea ẋ = Ax una representación de un sistema lineal donde x1 (t) . x= .. xn (t) y a1 1 a2 1 .. . a1 2 . . . a2 2 . . . .. . a1 n a2 n .. . an 1 an 2 . . . an n a) Toda solución, x = φ(t), es estable si todos los valores característicos de A tienen parte real negativa. b) Toda solución, x = φ(t), es inestable si al menos un valor característico de A tienen parte real positiva. c) Supóngase que todos los valores característicos de A tienen parte real ≤ 0 y λ1 = iσ1 , . . . , λl = iσl tienen parte real igual a cero. Supóngase además que λj = iσj tiene multiplicidad kj . Eso significa que el polinomio característico de A se puede factorizar como p(λ) = (λ − iσ1 )k1 . . . (λ − iσl )kl q(λ) donde todas las raíces de q(λ) tienen parte real negativa. Entonces toda solución, x = φ(t), es estable si A tiene kj vectores característicos, linealmente independientes para cada valor característico λj = iσj . De otro modo, todas las soluciones, φ(t), son inestables 2.3. PRINCIPALES MODELOS 15 Por lo tanto, basándonos en el Teorema 2.2, podemos decir que existe un único punto fijo estable. Este resultado, el estado de equilibrio (S∞ , 0, 1 − S∞ ), tiene alguna implicación que vamos a comentar a continuación. Como estamos estudiando en este momento S(t) e I(t) sin tener cuenta R(t), tomamos el punto de equilibrio (S∞ , 0). • Si S0 < ρ, entonces I(t) decrece monótonamente a cero y S(t) decrece monótonamente a S∞ , con lo cual la enfermedad desaparecerá rápidamente. • Si S0 > ρ, entonces I(t) crece mientras S(t) decrece hasta el valor ρ, con lo cual I(t) alcanza su valor máximo S = ρ. En este caso, se da la epidemia. De estos resultados, es decir, de si S0 > ρ o si S0 > ρ, podemos sacar las siguientes conclusiones: • Ocurrirá una epidemia solamente si el número de susceptibles en la población excede el valor del umbral, ρ = β/α. • La propagación de la enfermedad no se detiene por falta de susceptibles sino por falta de infecciosos. También es interesante en el caso de que ocurra una epidemia conocer su gravedad, para ello vamos a hallar el número máximo de infecciosos. Cuando R0 > 1, el número máximo de infecciosos se alcanza cuando la derivada de I es cero, es decir, cuando S = ρ. Y tenemos que Imáx = ρ ln ρ − ρ + I0 + S0 − ρ ln S0 ρ = I0 + (S0 − ρ) + ρ ln S0 ρ = 1 − ρ + ρ ln . S0 (2.13) Las epidemias tienden a desarrollarse más rápido si la densidad de susceptibles es alta, por ejemplo, sobrepoblación, y si la tasa de retiro, β, es baja, por ejemplo, tratamiento médico insuficiente. Si el número de susceptibles, S0 , es inicialmente mayor que el valor del umbral ρ aunque cercano a él, entonces podemos estimar el número de individuos que contraerán finalmente la enfermedad, Teorema del Umbral en Epidemiología. 16 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS Teorema 2.3 (Teorema del Umbral en Epidemiología, [3]). Siguiendo con la notación (2.4), (2.5) y (2.6), sea S0 = ρ + v, donde ρ = αβ y v es una cantidad muy pequeña, y supóngase que vρ es muy pequeño comparado con uno. Supóngase además que el número inicial de infecciosos I0 es muy pequeño. Entonces, el número de individuos que finalmente contraen la enfermedad es 2v. Dicho de otro modo, el nivel de susceptibles se reduce a un nivel que dista (por abajo) del valor de umbral en la misma proporción que éste distaba del número inicial de susceptibles. Demostración. Partimos de la ecuación (2.12), I(S) = I0 + S0 − S + ρ ln SS0 , donde al tender t a infinito obtenemos 0 = I0 + S0 − S∞ + ρ ln S∞ . S0 Si I0 es muy pequeño comparado con S0 , entonces se puede ignorar y escribimos S∞ S0 ! S0 − (S0 − S∞ ) = S0 − S∞ + ρ ln S0 S0 − S∞ = S0 − S∞ + ρ ln 1 − . S0 0 ≈ S0 − S∞ + ρ ln Ahora bien, si S0 −ρ es pequeño comparado con ρ, entonces S0 −S∞ será muy pequeño comparado con S0 . Por tanto, podemos truncar la serie de Taylor n 3 4 2 (ln(1 + x) = x − x2 + x3 − x4 + ... + (−1)n xn ) después del segundo término, en nuestro caso, (S0 − S∞ ) ln 1 − S0 ! S0 − S∞ 1 S0 − S∞ ≈− − S0 2 S0 2 Entonces nos queda S0 − S∞ ρ S0 − S∞ 0 ≈ S0 − S∞ − ρ − S0 2 S " # 0 ρ ρ(S0 − S∞ ) − . = (S0 − S∞ ) 1 − S0 2S02 2 Deducimos que o bien S0 − S∞ = 0 y entonces tenemos que S0 = S∞ lo que no puede darse ya que I(S0 ) = I0 6= 0 = I(S∞ ). 17 2.3. PRINCIPALES MODELOS o bien 1 − 2S0 S0 ρ ρ S0 − ρ(S0 −S∞ ) 2S02 ≈ 0 y entonces tenemos que S0 − S∞ ≈ −1 . Con S0 = ρ + v y con la hipótesis que dice que parado con uno, tenemos v ρ es muy pequeño com! S0 − S∞ ρ+v = 2(ρ + v) −1 ρ v = 2(ρ + v) ρ ! v ∼ = 2v 1 + = 2v. ρ Durante el curso de una epidemia es imposible saber con exactitud el número de infectados, ya que solamente aparecerán los que han recibido ayuda médica. Es más fácil contar a los recuperados o muertos. Para poder comparar los resultados predichos por el modelo con los valores de la epidemia como función del tiempo. Para ello resolvemos la real, necesitamos hallar dR dt ecuación (2.6). Partimos de dR = βI = β(1 − R − S), dt (2.14) y observamos que dS −αSI −S = = . dR βI ρ Vemos que se trata de una ecuación separable dS = S log S = − Rρ + c y nos queda S(R) = S0 e −R ρ (2.15) −dR , ρ de donde obtenemos . Entonces, sustituyendo tenemos −R dR = β(1 − R − S0 e ρ ). (2.16) dt Esta ecuación es separable pero no puede resolverse explícitamente. Si la epidemia no es muy grande y Rρ es pequeño, al menos Rρ < 1, podemos P xn aproximarla utilizando la serie de Taylor, ex = ∞ n=0 n! , y truncarla en el segundo término: −R dR = β(1 − R − S0 e ρ ) dt !! R R2 ≈ β 1 − R − S0 1 − + 2 ρ 2ρ ! ! S0 S0 R 2 = β 1 − S0 + −1 R− . ρ 2ρ2 (2.17) 18 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS Nos queda una ecuación de Riccati (podemos clasificarla ayudándonos de [5] o [18]). Para resolverla, es de gran ayuda encontrar una solución particular; en nuestro caso, obtenemos una solución R(t) constante sin más que tomar dR = 0 y resolver la ecuación polinómica de segundo grado dt ! S0 S0 R2 1 − S0 + −1 R− = 0. ρ 2ρ2 Con esto, siguiendo el procedimiento estándar para resolver ecuaciones de Riccati llegamos a que la solución de (2.17) es " 1 ρ2 S0 − 1 + µ tanh µβt − φ R(t) = S0 ρ 2 # (2.18) , donde 2S0 (1 − S0 ) µ= − ρ2 !2 12 S0 −1 y φ = tanh ρ −1 1 µ ! S0 −1 . ρ Derivando respecto al tiempo, obtenemos dR βµ2 ρ2 1 = sech2 µβt − φ . dt 2S0 2 (2.19) La ecuación dR define una curva simétrica con forma de campana en el dt plano que se conoce como curva epidémica de la enfermedad, tal como la que aparece en la figura 2.4. (a) Datos reales. (b) Simulación hecha con Mathematica utili2 zando la ecuación dR dt = 890 sech (0.2t − 3.4), con los datos obtenidos de la referencia [14]. Figura 2.4: Comparación de datos reales de una epidemia en Bombay con una simulación. Kermack y McKendrick compararon los valores predichos por la curva epidémica con los valores reales de une epidemia en Bombay, la cual se extendió 2.3. PRINCIPALES MODELOS 19 durante la segunda mitad de 1905 y la primer mitad de 1906. Compararon los datos reales con el número de muertes por semanas debidas a la epidemia y esta es una aproximación es muy buena, véase la figura 2.4. La forma global de la curva epidémica puede revelar el tipo de epidemia ante el que nos encontramos: origen común, origen puntual o propagado. • Una epidemia de origen común es aquella en la cual la gente está expuesta intermitente o continuamente a una fuente dañina común. El periodo de exposición puede ser corto o largo. Una exposición intermitente en una epidemia de origen común, frecuentemente presenta en su curva epidémica picos irregulares que reflejan el tiempo y la extensión de la exposición. • Una epidemia de origen puntual normalmente presenta una curva epidémica con una pendiente aguda hacia arriba y una pendiente gradual hacia abajo. Una epidemia de origen puntual es una epidemia de origen común, en la cual el periodo de exposición es relativamente corto y todos los casos ocurren dentro de un periodo de incubación. • Una epidemia propagada es aquella que pasa de persona a persona, por lo cual este tipo de epidemias pueden durar más que las de origen común y pueden llevar a múltiples oleadas de infección si ocurren casos secundarios y terciarios. La clásica curva epidémica propagada tiene una serie de picos progresivamente más altos, siendo cada uno un periodo de incubación aparte. Figura 2.5: Tipos de epidemias. 20 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS Podemos observar en la figura 2.5 los gráficos que producen los diferentes tipos de epidemias y así comparar sus curvas epidémicas, los gráficos se han obtenido de la referencia [21]. En epidemias de origen común, que involucran enfermedades con periodos de incubación conocidos, las curvas epidémicas pueden ayudar a determinar el periodo probable de exposición. Si el tiempo de la exposición es conocido, las curvas epidémicas pueden ser usadas para estimar el periodo de incubación de la enfermedad, y esto puede facilitar la identificación del agente causal. Enfermedades que pueden ser modelizadas mediante un modelo SIR. Es el mejor método para modelar enfermedades infantiles como el sarampión o la rubeola ya que la infección de ellas conlleva una inmunidad vitalicia para el individuo. Modelo SIR para endemias En esta sección se considera una enfermedad endémica. Mientras que en el caso de una epidemia asumimos que dura poco tiempo, en el caso de la endemia la enfermedad prevalece más tiempo. En este tipo de modelos se incluyen los nacimientos y muertes, siendo naturales o por enfermedad. Vamos a distinguir dos casos: • Sin muerte por enfermedad Este modelo completa el descrito en la sección 2.3.1 con muertes y nacimientos naturales. Estamos realizando una simplificación debido a que tomaremos la misma tasa de nacimientos que de muertes, haciendo que el tamaño de la población sea constante. Este modelo será útil para analizar enfermedades con baja mortalidad. De nuevo la población constante, pero realizando los respectivos cambios para que nos quede un modelo más simple, S = Ns , I = Ni , R = Nr , entonces I(t) + S(t) + R(t) = 1. El esquema que representa el modelo es el siguiente: 21 2.3. PRINCIPALES MODELOS ↓µ S ↓µS αSI −−→ I ↓µI βI −→ R ↓µR En este caso, además de las suposiciones que se encuentran en la pág. 8, la notación ↓ µ encima de S significa que el número de susceptibles aumenta con una tasa natalidad, µ, proporcional al número de población, por los cambios realizados tenemos que es 1, y ↓ µS, ↓ µI y ↓ µR debajo de S, I y R, respectivamente, alude a que tanto susceptibles, como infectados, como recuperados se reducen de forma proporcional, µ, debido a las muertes naturales. Las ecuaciones son las siguientes: dS = −αSI + µ(1 − S), dt dI = αSI − βI − µI, dt dR = βI − µR, dt (2.20) (2.21) (2.22) donde, como en el caso anterior, α > 0 es la tasa de infección y β > 0 la tasa de recuperación, y el parámetro µ > 0 representa la tasa de natalidad/mortalidad por causas naturales. Y las condiciones iniciales son las mismas, S(0) = S0 > 0, I(0) = I0 > 0, R(0) = 0. Realizamos de nuevo el estudio para este modelo. Obtenemos el número reproductivo básico de la epidemia. Realizando el mismo proceso, donde b(a) es el mismo, b(a) = αS(0) = α, y cambia F (a), F (a) = e−βa−µa = e−(β+µ)a ya que p(t) = β + µ, que es la proporción de recuperados y los muertos de forma natural, obtenemos R0 = α . β+µ En este modelo el teorema cambia, veamos en qué casos no se produce endemia. Teorema 2.4 ([6]). En un modelo SIR con nacimiento y muerte natural la enfermedad puede ser o no endémica dependiendo del valor del parámetro R0 . • Si R0 < 1 la enfermedad no es endémica, por lo que tiende a desaparecer, es decir, lı́m I(t) = 0, con el siguiente estado de equilibrio: t→∞ (1, 0, 0). 22 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS • Si R0 > 1 la enfermedad puede ser o no endémica. Cuanto mayor sea el valor de R0 más probabilidades hay de que sea endémica. Si no se da la endemia, el punto de equilibrio es el anterior, en caso contrario es el siguiente: ! β + µ µ(α − β − µ) β(α − β − µ) , , . α α(µ + β) α(µ + β) Demostración. Observamos nuevamente que el sistema planteado, formado por las ecuaciones (2.20), (2.21) y (2.22), cumple S 0 + I 0 + R0 = 0. Por tanto, como antes, si dos derivadas se anulan la tercera también lo hará. Analizaremos en este caso las derivadas de los infecciosos y los resistentes. Tenemos dI = αSI − βI − µI = I(αS − β − µ) = 0, dt de lo que obtenemos αS − β − µ = 0, de donde sacamos S = e I = 0. β+µ α Existe una solución trivial cuando el número de individuos infecciosos y el de resistentes es cero, independientemente del valor de R0 , por tanto el número de susceptibles es el total de la población, es decir el punto de equilibrio (1, 0, 0). (Esto es lógico ya que si no existe enfermedad todos los individuos son susceptibles.) . Pero también puede anularse la derivada de los infecciosos si S = β+µ α β+µ Como es una proporción entonces se tiene que cumplir que S = α < 1. Observamos que S = R10 < 1 así que R0 > 1. Por tanto, este caso solo se da si R0 > 1. Para que se anula la derivada de los resistentes es necesario que βI −µR = . 0, es decir, R = βI µ Entonces partimos de lo siguiente: ! S+I +R=1 β+µ βI β+µ β β+µ S= α ⇒ +I + = + 1+ I=1 α µ α µ βI R= µ 23 2.3. PRINCIPALES MODELOS y llegamos a 1 − β+µ µ(α − β − µ) α , I = = β α(µ + β) 1+ µ β µ(α−β−µ) βI β(α − β − µ) α(µ+β) R = = = . µ µ α(µ + β) Como se trata de proporciones veamos que ambos son mayores que cero y menores que 1. • Son mayores que cero porque α µ(α − β − µ) > 0⇔α−β−µ>0⇔α>β+µ⇔ > 1, α(µ + β) β+µ β(α − β − µ) α > 0⇔α−β−µ>0⇔α>β+µ⇔ >1 α(µ + β) β+µ esto es cierto ya que R0 = R0 > 1. α β+µ y hemos dicho que estamos en el caso • Son menores que la unidad ya que µ(α − β − µ) β(α − β − µ) , máx α(µ + β) α(µ + β) De aquí podemos decir que el punto mente si R0 > 1. ! (β + µ)(α − β − µ) α(µ + β) α−β−µ = α β+µ = 1− α 1 = 1− < 1. R0 < β+µ µ(α−β−µ) β(α−β−µ) , α(µ+β) , α(µ+β) α es fijo sola- Comprobamos la estabilidad del punto. Los autovalores del jacobiano dan la estabilidad lineal en los puntos de equilibrio, [20]. Aunque nuestro sistema es no lineal, si todos los autovalores tienen parte real distinta de cero, el sistema no lineal hereda la estabilidad (localmente). Partimos de la matriz jacobiana −αI − µ −αS 0 αI αS − β − µ 0 A= , 0 β −µ 24 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS con lo cual −αI − µ − λ −αS 0 αI αS − β − µ − λ 0 0 β −µ − λ |A − λI| = = (−µ − λ) −αI − µ − λ −αS . αI αS − β − µ − λ Sustituimos ambos puntos de equilibrio e igualamos a 0. • En el caso (1, 0, 0) tenemos (−µ − λ) −µ − λ −α = (−µ − λ)2 (α − β − µ − λ) = 0, 0 α−β−µ−λ de donde ( λ = −µ, λ = α − β − µ. Entonces, si α−β−µ < 0 ambos autovalores son negativos con lo cual el punto corresponde con un nodo estable, pero si α−β−µ > 0 tenemos un autovalor positivo y otro negativo con lo cual el punto corresponde con un punto de silla, por tanto, será inestable. Para llegar a este resultado nos basamos en el Teorema 2.2. • En el otro caso β+µ µ(α−β−µ) β(α−β−µ) , α(µ+β) , α(µ+β) α tenemos −α µ(α−β−µ) −µ−λ −α β+µ α(µ+β) α (−µ − λ) β+µ α µ(α−β−µ) α − β − µ−λ α(µ+β) α − µ(α−β−µ) − µ − λ −β − µ µ+β = (−µ − λ) µ(α−β−µ) −λ µ+β ! ! µ(α − β − µ) = (−µ − λ) −λ − − µ − λ + µ(α − β − µ) µ+β ! µα 2 = (−µ − λ) λ + λ + µ(α − β − µ) = 0. µ+β Las soluciones de esta ecuación son λ = −µ, q µα 2 µα + ( µ+β − µ+β ) −4µ(α−β−µ) = λ= 2 q 2 µα µα − µ+β − ( µ+β ) −4µ(α−β−µ) λ= = 2 √ −µR0 + √ −µR0 − µ2 R02 −4µ(α−β−µ) 2 ó µ2 R02 −4µ(α−β−µ) . 2 Como R0 > 1 entonces lo de fuera de la raíz es negativo. Veamos qué ocurre dentro de la raíz. 25 2.3. PRINCIPALES MODELOS a) Si es negativo estaremos ante una espiral estable. b) Si es positivo estaremos ante un nodo estable. Por lo tanto, basándonos en el Teorema 2.2, podemos decir que el punto fijo es estable. Por tanto, si R0 < 1 el punto de equilibrio será (1, 0, 0) y será estable y la enfermedad desaparecerá. Pero si R0 > 1 puede haber dos puntos: el β+µ µ(α−β−µ) β(α−β−µ) (1, 0, 0) pero inestable o el α , α(µ+β) , α(µ+β) que será estable, punto de equilibrio endémico. Por tanto, puede darse una epidemia y no una endemia o, en caso contrario, que la endemia se convierta en epidemia dependiendo del valor de R0 , véase la figura 2.6. (a) No endémica. (b) Endémica. Figura 2.6: Epidemia sin muerte por enfermedad, expresado en tanto por uno. • Con muerte por enfermedad En este modelo también consideraremos la muerte por enfermedad que sufran los individuos infecciosos. Por ello, podremos analizar enfermedades con distintos índices de mortalidad. Consideramos que el número de individuos que fallece es el mismo, que el que nace, por lo que el número de individuos de la población continua siendo constante. La población constante y en este caso, por el mismo motivo que anteriormente, es decir, S = Ns , I = Ni , R = Nr : I(t) + S(t) + R(t) = 1. El esquema que representa el modelo es el siguiente: 26 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS ↓µ+θβI S ↓µS αSI −−→ I ↓µI+θβI (1−θ)βI −−−−→ R ↓µR En este caso, además de las suposiciones de la sección Sin muerte por enfermedad, pág. 20, como la población es constante el número de individuos que nace es el mismo que el que muere, entonces la notación ↓ θβI debajo de I significa que hay una proporción de los individuos infectados que se recuperan que mueren, la notación ↓ θβI encima de S alude a la misma proporción que antes pero en nacimientos ya que la población es constante, (1−θ)βI por último la notación −−−−→ representa la proporción de los infecciosos recuperados que no mueren. Las ecuaciones son las siguientes: dS = −αSI + µ(1 − S) + θβI, dt dI = αSI − µI − θβI − (1 − θ)βI = αSI − µI − βI, dt dR = (1 − θ)βI − µR, dt (2.23) (2.24) (2.25) donde α > 0 es la tasa de infección, β > 0 la tasa de remoción, µ > 0 es la tasa de natalidad/mortalidad por causas naturales, como anteriormente, y el parámetro θ ∈ (0, 1) representa los individuos que mueren por la enfermedad. Las condiciones iniciales son las mismas, S(0) = S0 > 0, I(0) = I0 > 0, R(0) = 0. Realizamos como en la sección 2.3.1 el estudio para este modelo. Obtenemos el número reproductivo básico de la epidemia. Realizando el mismo proceso, donde b(a) es el mismo, b(a) = α, y cambia F (a), F (a) = e−(β+µ)a , con p(t) = −θβ − (1 − θ)β − µ = −(β + µ), obtenemos el mismo R0 que para la anterior sección, Sin muerte por enfermedad pág. 21. R0 = α . β+µ En este modelo el teorema vuelve a cambiar. Teorema 2.5 ([6]). En un modelo SIR con nacimiento y muerte natural, así como con muerte debidas a la enfermedad, la enfermedad puede ser o no endémica dependiendo del valor del parámetro R0 . 27 2.3. PRINCIPALES MODELOS • Si R0 < 1 la enfermedad no es endémica, por lo que tiende a desaparecer lı́m I(t) = 0, con el siguiente estado de equilibrio: t→∞ (1, 0, 0). • Si R0 > 1 la enfermedad puede ser o no endémica. Cuanto mayor sea el valor de R0 más probabilidades hay de que sea endémica. Si no se da la endemia, el punto de equilibrio es el anterior, en caso contrario es el siguiente: ! β + µ µ(α − β − µ) (1 − θ)β(α − β − µ) , , . α α(µ + (1 − θ)β) α(µ + (1 − θ)β) Demostración. Como antes, el sistema planteado, formado por las ecuaciones (2.23), (2.24) y (2.25), cumple S 0 + I 0 + R0 = 0. Por tanto, de nuevo, si dos derivadas se anulan la tercera también lo hará. Analizamos las derivadas de los infecciosos y los resistentes. De dI dt y dR dt obtenemos dI dt = αSI − µI − βI = I(αS − µ − β) = 0 ( ⇒ I=0 y S = µ+β , α (1 − θ)βI dR = (1 − θ)βI − µR = 0 ⇒ R = . dt µ Nuevamente, existe una solución trivial cuando el número de individuos infecciosos y el de resistentes es cero, por tanto el número de susceptibles es el total de la población. Este punto de equilibrio es el (1, 0, 0) y es independiente del valor R0 . Pero también existe otra solución. Partimos de S+I +R=1 µ+β (1 − θ)βI S = µ+β ⇒ + I + α α µ R = (1−θ)βI µ ! = µ+β (1 − θ)β + 1+ I = 1, α µ entonces I = R = µ+β α (1−θ)β µ 1− 1+ = µ(α − µ − β) , α(µ + (1 − θ)β) µ(α−µ−β) (1 − θ)β α(µ+(1−θ)β) µ = (1 − θ)β(α − µ − β) . α(µ + (1 − θ)β) 28 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS Como se trata de proporciones veamos que ambos son mayores que cero y menores que 1, como en la demostración anterior. • Son mayores que cero porque µ(α − µ − β) α > 0⇔α−µ−β >0⇔ > 1 ⇔ R0 > 1, α(µ + (1 − θ)β) β+µ (1 − θ)β(α − µ − β) α > 0⇔α−µ−β >0⇔ > 1 ⇔ R0 > 1. α(µ + (1 − θ)β) β+µ • Son menores que la unidad ya que µ(α − µ − β) (1 − θ)β(α − µ − β) máx , α(µ + (1 − θ)β) α(µ + (1 − θ)β) De aquí podemos decir que el punto solamente si R0 > 1. ! (µ + (1 − θ)β)(α − µ − β) α(µ + (1 − θ)β) α−µ−β = α β+µ = 1− α 1 = 1− < 1. R0 < µ(α−µ−β) µ+β , α(µ+(1−θ)β) , (1−θ)β(α−µ−β) α α(µ+(1−θ)β) es fijo Comprobamos la estabilidad del punto. Los autovalores del jacobiano dan la estabilidad lineal en los puntos de equilibrio, [20]. Aunque nuestro sistema es no lineal, si todos los autovalores tienen parte real distinta de cero, el sistema no lineal hereda la estabilidad (localmente). Partimos de la matriz jacobiana −αI − µ −αS + θβ 0 αI αS − β − µ 0 A= , 0 β(1 − θ) −µ con lo cual |A − λI| = −αI − µ − λ −αS + θβ 0 αI αS − β − µ − λ 0 0 β(1 − θ) −µ − λ = (−µ − λ) −αI − µ − λ −αS + θβ . αI αS − β − µ − λ Sustituimos ambos puntos de equilibrio e igualamos a 0. 29 2.3. PRINCIPALES MODELOS • En el caso (1, 0, 0) tenemos (−µ − λ) −µ − λ −α + θβ = (−µ − λ)2 (α − β − µ − λ) = 0, 0 α−β−µ−λ de donde ( λ = −µ, λ = α − β − µ. Entonces, como en el teorema 2.4, pág. 24, si α − β − µ < 0 el punto corresponde con un nodo estable, pero si α − β − µ > 0 el punto corresponde con un punto de silla, por tanto, será inestable. • En el otro caso µ(α−µ−β) µ+β , α(µ+(1−θ)β) , (1−θ)β(α−µ−β) α α(µ+(1−θ)β) (−µ − λ) −α µ(α−µ−β) −µ α(µ+(1−θ)β) µ(α−µ−β) α α(µ+(1−θ)β) −λ tenemos −α α µ+β α µ+β α + θβ −β−µ−λ − µ(α−µ−β) − µ − λ −µ − (1 − θ)β µ+(1−θ)β = (−µ − λ) µ(α−µ−β) −λ µ+(1−θ)β ! µ(α − µ − β) = (−µ − λ)(−λ − − µ − λ + µ(α − µ − β)) µ + (1 − θ)β µα − µθβ λ + µ(α − µ − β)) = 0. = (−µ − λ)(λ2 + (1 − θ)β + µ Las soluciones de esta ecuación son λ = −µ, µθβ−µα λ= λ= q + (1−θ)β+µ µθβ−µα · (1−θ)β+µ − 2 µα−µθβ ) ( (1−θ)β+µ q ( −4µ(α−µ−β) ó 2 µα−µθβ 2 −4µ(α−µ−β) (1−θ)β+µ ) 2 . Como R0 > 1 entonces lo de fuera de la raíz es negativo. Veamos qué ocurre dentro de la raíz. a) Si es negativo estaremos ante una espiral estable. b) Si es positivo estaremos ante un nodo estable. Por lo tanto, basándonos en el Teorema 2.2, podemos decir que el punto fijo es estable. Por tanto, si R0 < 1 el punto de equilibrio será (1, 0, 0) y será estable, la enfermedad desaparecerá. Pero si R0 > 1 puede haber dos puntos: el (1, 0, 0) µ(α−µ−β) (1−θ)β(α−µ−β) µ+β pero inestable o el α , α(µ+(1−θ)β) , α(µ+(1−θ)β) que será estable, punto de equilibrio endémico. 30 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS De nuevo ocurre lo mismo, puede darse una epidemia y no una endemia o, en caso contrario, que la endemia se convierta en epidemia dependiendo del valor de R0 , véase la figura 2.7. (a) No endémica. (b) Endémica. Figura 2.7: Epidemia con muerte por enfermedad, expresado en tanto por uno. Modelo SIR completo pero con población no constante En este modelo consideraremos que el tamaño de la población puede variar. Como la población no va a ser constante, el número de muertes y nacimientos no tienen porque ser iguales. El esquema que representa el modelo es el siguiente: ↓µ S ↓µS αSI −−→ I ↓µI+θβI (1−θ)βI −−−−→ R ↓µR (1−θ)βI En este caso, ↓ θβI y −−−−→ representan lo mismo que en la pág. 26. Las nuevas ecuaciones son las siguientes: dS = −αSI + µ(1 − S), dt dI = αSI − µI − θβI − (1 − θ)βI = αSI − µI − βI, dt dR = (1 − θ)βI − µR. dt (2.26) (2.27) (2.28) Con las mismas condiciones iniciales. En los anteriores modelos considerábamos que el número máximo de la población era 1,así era más fácil trabajar que con N . Pero en este caso la 31 2.3. PRINCIPALES MODELOS suma de las tres variables S(t), I(t) e R(t) no tiene por qué ser 1, puede ser también mayor o menor. Realizamos, como en las anteriores secciones, el estudio para este modelo. Obtenemos el número reproductivo básico de la epidemia. En este caso, tenemos también b(a) = αS(0) = α, ya que la población es totalmente susceptible S = 1, y F (a) = e−(β+µ)a , debido a que p(t) = −θβ−(1−θ)β−µ = −(β + µ) y queda α . R0 = β+µ En el modelo anterior obteníamos el mismo valor de R0 , pág. 21, por lo que el tamaño de la población no influye en R0 . En este modelo el teorema cambia nuevamente. Teorema 2.6 ([6]). En un modelo SIR con nacimiento y muerte natural, así como con muerte debidas a la enfermedad, y con población variable, la enfermedad puede ser o no endémica dependiendo del valor del parámetro R0 . • Si R0 < 1 la enfermedad no es endémica, por lo que tiende a desaparecer lı́m I(t) = 0, con el siguiente estado de equilibrio: t→∞ (1, 0, 0). • Si R0 > 1 la enfermedad puede ser o no endémica. Cuanto mayor sea el valor de R0 más probabilidades hay de que sea endémica. Si no se da la endemia, el punto de equilibrio es el anterior, en caso contrario es el siguiente: ! β + µ µ(α − β − µ) (1 − θ)β(α − β − µ) , , . α α(µ + β) α(µ + β) Demostración. En este caso la población es variable, por tanto, no nos basta con que se anulen dos derivadas, tenemos que comprobar que se anulan las tres derivadas, es decir, dS = −αSI + µ(1 − S) = 0, (2.29) dt dI = αSI − µI − θβI − (1 − θ)βI = αSI − µI − βI = 0, (2.30) dt dR = (1 − θ)βI − µR = 0. (2.31) dt 32 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS De nuevo existe una solución trivial cuando el número de individuos infecciosos y el de resistentes es cero, por tanto el número de susceptibles es el total de la población. Para que se anulen las tres derivadas se debe dar también el hecho de que el número de susceptibles sea 1. Este punto de equilibrio es el (1, 0, 0) y es independiente del valor R0 . Pero también hay otra solución. Partimos de (2.30) y (2.31) y llegamos a ( y S = β+µ α (1−θ)βI R= µ Por tanto, podemos plantear lo siguiente: ( −αSI + µ(1 − S) = 0 S = β+µ α sustituimos y queda ! β+µ β+µ I +µ 1− −α α α !! = −(β + µ)I + µ − µ β+µ = 0, α y despejando I tenemos I= µ − µ β+µ µ µ αµ − µ(β + µ) µ(α − β − µ) α = − = = , β+µ β+µ α α(β + µ) α(β + µ) que lo sustituimos en R y queda R= (1 − θ)β µ(α−β−µ) α(β+µ) µ = (1 − θ)β α−β−µ . α(β + µ) El tamaño de la población es variable y no tiene por qué ser menor que uno pero tenemos que comprobar que es positivo porque no tiene sentido poblaciones negativas. Veámoslo: β+µ , claramente es positiva, α µ(α − β − µ) I = > 0 ⇔ α − β − µ > 0 ⇔ R0 > 1, α(β + µ) (1 − θ)β(α − β − µ) R = > 0 ⇔ α − β − µ > 0 ⇔ R0 > 1. α(β + µ) S = De aquí podemos decir que el punto solamente si R0 > 1. β+µ µ(α−β−µ) (1−θ)β(α−β−µ) , α(β+µ) , α α(β+µ) es fijo 33 2.3. PRINCIPALES MODELOS Comprobamos la estabilidad del punto. Los autovalores del jacobiano dan la estabilidad lineal en los puntos de equilibrio, [20]. Aunque nuestro sistema es no lineal, si todos los autovalores tienen parte real distinta de cero, el sistema no lineal hereda la estabilidad (localmente). Partimos de la matriz jacobiana −αI − µ −αS 0 αI αS − β − µ 0 A= , 0 β(1 − θ) −µ con lo cual −αI − µ − λ −αS 0 αI αS − β − µ − λ 0 0 β(1 − θ) −µ − λ |A − λI| = = (−µ − λ) −αI − µ − λ −αS . αI αS − β − µ − λ Sustituimos ambos puntos de equilibrio e igualamos a 0. • En el caso (1, 0, 0) tenemos (−µ − λ) −µ − λ −α = (−µ − λ)2 (α − β − µ − λ) = 0, 0 α−β−µ−λ de donde ( λ = −µ, λ = α − β − µ. Entonces, si α − β − µ < 0, como el otro autovalor es negativo, el punto corresponde con un nodo estable, pero si α − β − µ > 0 el punto corresponde con un punto de silla, por tanto, será inestable. Para llegar a este resultado nos basamos en el Teorema 2.2. • En el otro caso β+µ µ(α−β−µ) (1−θ)β(α−β−µ) , α(β+µ) , α α(β+µ) (−µ − λ) = (−µ − λ) tenemos −α µ(α−β−µ) −µ−λ −α β+µ α(µ+β) α µ(α−β−µ) β+µ α α(µ+β) α α −β−µ−λ − µ − λ −β − µ − µ(α−β−µ) µ+β µ(α−β−µ) −λ µ+β ! ! µ(α − β − µ) = (−µ − λ) −λ − − µ − λ + µ(α − β − µ) µ+β ! µα 2 = (−µ − λ) λ + λ + µ(α − β − µ) = 0, µ+β 34 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS cuyas soluciones son λ = −µ, − µα λ= λ= µ+β q µα ( µ+β ) + µα − µ+β − q ( 2 −4µ(α−β−µ) 2 µα µ+β ) 2 2 −4µ(α−β−µ) = = −µR0 + −µR0 − √ µ2 R02 −4µ(α−β−µ) 2 √ ó µ2 R02 −4µ(α−β−µ) . 2 Como R0 > 1 entonces lo de fuera de la raíz es negativo. Veamos qué ocurre dentro de la raíz. a) Si es negativo estaremos ante una espiral estable. b) Si es positivo estaremos ante un nodo estable. Por lo tanto, basándonos en el Teorema 2.2, podemos decir que el punto fijo es estable. Por tanto, si R0 < 1 el punto de equilibrio será (1, 0, 0) y será estable, por lo que la enfermedad desaparecerá. Pero si R0 > 1 puede haber dos puntos el β+µ µ(α−β−µ) (1−θ)β(α−β−µ) que será estable, (1, 0, 0) pero inestable o el α , α(β+µ) , α(β+µ) punto de equilibrio endémico. Nuevamente ocurre lo mismo, puede darse una epidemia y no una endemia o, en caso contrario, que la endemia se convierta en epidemia dependiendo del valor de R0 . 2.3.2. Modelo SI Es un modelo más simple que el SIR, la población consiste solamente en susceptibles e infectados. Nuevamente, la enfermedad es contagiosa, es decir, un susceptible se vuelve infeccioso nada más estar en contacto con la enfermedad. En este caso, también tomamos las variables S(t), susceptibles, e I(t), infecciosos, de tal forma que S(t) + I(t) = 1. El esquema que representa el modelo es el siguiente: contagio (αI) S −−−−−−−→ I Las ecuaciones que representan el modelo son: dS = −αSI, dt dI = αSI, dt (2.32) (2.33) 35 2.3. PRINCIPALES MODELOS donde α es, de nuevo, la tasa de infección e imponemos las condiciones iniciales S(0) = S0 e I(0) = I0 . Dado que el tamaño de la población es constante, podemos reducir el sistema sustituyendo S(t) = 1 − I(t), entonces nos queda dI = α(1 − I)I. dt (2.34) Su resolución es fácil ya que se trata de una ecuación de variables separadas, podemos ayudarnos para clasificarla de [18] y [5], y procedemos de la siguiente forma: Z 1 dI = α dt integramos ambos lados · dI = αt + c. (1 − I)I (1 − I)I Mientras que la segunda integral es inmediata, para resolver la primera necesitamos descomponer en suma de fracciones 1 A B A(1 − I) + BI = + = , y tenemos A = 1 = B, (1 − I)I I 1−I (1 − I)I entonces la integral queda Z Z Z 1 1 I 1 · dI = · dI + · dI = ln I − ln(1 − I) = ln . (1 − I)I I 1−I 1−I I Por tanto, ln 1−I = αt + c. Despejando I y tomando el valor inicial I(0) = I0 llegamos a etα I0 I(t) = . −I0 + I0 etα + 1 Este modelo muestra una epidemia que siempre se extiende y eventualmente va infectando a todos los susceptibles, nadie puede curarse de la enfermedad. Véase la figura 2.8. (Las ordenes de Mathematica para realizar este gráfico son muy parecidas a las escritas en la pág. 10.) Enfermedades que pueden ser modelizadas mediante un modelo SI. Este modelo resulta útil para describir la dinámica de enfermedades en las que la infección es de por vida. Por ejemplo el sida, VIH. 36 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS Figura 2.8: Simulación modelo SI para α = 0.052. 2.3.3. Modelo SIS Este modelo amplia el modelo SI, los individuos pueden recuperarse pero pasan otra vez a ser susceptibles. En este caso tampoco también tomamos las variables S(t), susceptibles, e I(t), infecciosos, de forma que S(t) + I(t) = 1. El esquema que representa el modelo es el siguiente: αI β S −→ I → − S Tenemos las siguientes ecuaciones: dS = −αSI + βI, dt dI = αSI − βI, dt (2.35) (2.36) donde α y β son la tasa de contagio y la tasa de recuperación respectivamente. Y las mismas condiciones iniciales que en el anterior modelo, S(0) = S0 e I(0) = I0 . Como el tamaño de la población es constante, realizamos el mismo proceso que en el modelo SI, S(t) = 1 − I(t), dI = α(1 − I)I − βI = αI dt " ! # β 1− −I . α Se trata de una ecuación separable que se resuelve del mismo modo que antes, pág. 35, et(α−β) I0 (1 − αβ ) . I(t) = −I0 + et(α−β) I0 + (1 − αβ ) Para este modelo vuelve a ser interesante hallar el número reproductivo básico R0 . Como en el modelo SIR, pág. 10, tenemos que b(a) = α y que 37 2.3. PRINCIPALES MODELOS F (a) = e−βa ya que nuevamente p(a) = β, tasa de recuperados, por tanto, llegamos a α R0 = . β Como ya sabemos, con este número podemos saber si la epidemia será o no endémica. • Si R0 < 1 la enfermedad acaba desapareciendo. • Si R0 > 1 la enfermedad puede ser endémica. Las trayectorias en el plano de fase de este modelo las podemos contemplar en la figura 2.9,. Además, en dicha figura, se puede observar una simulación del modelo SIS en el caso endémico, (a), y otra en el caso no endémico, (b). (a) R0 > 1, con α = 0.52 y β = 0.02. (b) R0 < 1, con α = 0.052 y β = 0.02. (c) Trayectorias en el plano de fase para el modelo SIS, en nuestro caso estamos tomando N = 1. Figura 2.9: Simulación modelo SIS y plano fase. Este sistema, (2.35) y (2.36), es análogo a un sistema presa-depredador, podemos verlo en la referencia [4]. De esta similitud podemos obtener r, que 38 CAPÍTULO 2. MODELOS EPIDEMIOLÓGICOS representa lo rápido que crece la enfermedad: r = β(R0 − 1). Enfermedades que pueden ser modelizadas mediante un modelo SIS. Es muy útil para modelizar la mayor parte de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) porque tan solo un número reducido de ETS confiere inmunidad tras la infección, es decir, los individuos vuelven a ser susceptibles. Capítulo 3 Algunas propiedades y modelos adicionales Aparte de saber si una epidemia será endémica o no, es interesante conocer cómo se propagará una epidemia y cómo le afectará la vacunación. Vamos a plantear este tipo de modelos pero no vamos a entrar en gran detalle. 3.1. Propagación de la epidemia Empezamos considerando el modelo más simple teniendo en cuenta solamente los infectados y los susceptibles, modelo SI, (2.32) y (2.33). Pero, por otra parte, tomamos S e I en función del espacio y el tiempo, S(x, t), I(x, t). Además, al modelo SI le añadimos la suposición de que los infectados tienen una tasa de mortalidad βI. La dispersión espacial de los susceptibles y de los infecciosos se modela por difusión simple, siguiendo la segunda ley de Fick (podemos encontrar más información acerca de dicha ley en [7]), y con un coeficiente de difusión D, que representa la facilidad con la que se produce el contagio. Asumimos que la población es uniforme, es decir, que la población está igualmente repartida por todas las zonas. El modelo para la propagación nos queda dS = −αSI + D∇2 S, dt dI = αSI − βI + D∇2 I, dt (3.1) (3.2) donde ∇2 S = ∆S y ∇2 I = ∆I es el laplaciano en las variables espaciales. Por simplicidad, consideraremos solamente el caso unidimensional. Introducimos una serie de infecciosos en una población uniforme con una densidad 39 40CAPÍTULO 3. ALGUNAS PROPIEDADES Y MODELOS ADICIONALES inicial de susceptibles homogénea, S0 , y determinamos la propagación de la enfermedad. Reescribimos el problema tomando I I = , S0 ∗ t∗ = αS0 t, S S = , S0 β λ= . αS0 αS0 x = D ∗ ∗ 21 x, (3.3) (3.4) Quitamos los asteriscos para simplificar la notación. El modelo se transforma en ∂ 2S dS = −SI + dt ∂x2 ∂ 2I dI = SI − λI + 2 dt ∂x (3.5) (3.6) con λ = αSβ 0 = R10 el número de infecciones secundarias producido por un infeccioso primario en una población susceptible. Buscamos soluciones de las ecuaciones (3.5) y (3.6) de tipo ondas viajeras, es decir, ondas que se desplazan a una velocidad constante c sin perder su forma. Para ello hacemos el siguiente cambio de variable: S(x, t) = S(z), I(x, t) = I(z), z = x − ct, Sustituimos en las ecuaciones anteriores, (3.5) y (3.6), y obtenemos −S 0 = −SI + S 00 −cI 0 = SI − λI + I 00 o sea S 00 + S 0 − SI = 0, o sea I 00 + cI 0 + I(S − λ) = 0, donde las derivadas son respecto a z. Tenemos que encontrar los valores λ para los que exista solución con c positiva y S y I no negativos tales que: I(−∞) = I(∞) = 0, 0 ≤ S(−∞) < S(∞) = 1. Las condiciones producen que los infecciosos se propaguen en los no infectados. Cuando z tiende a ∞, entonces S tiende a 1 e I tiende a 0 y tenemos I 00 + cI 0 + I(1 − λ) ≈ 0. (3.7) La ecuación 3.7 es una ecuación diferencial de segundo orden homogénea. Sustituimos I 00 por x2 , I 0 por x e I por 1 para tener la ecuación característica y hallamos las raíces x2 + cx + (1 − λ) ≈ 0 ⇒ x = −c ± q c2 − 4(1 − λ) 2 . 41 3.2. CONTROL Y ERRADICACIÓN Entonces la solución de la ecuación es aproximadamente: √ I(z) ≈ k1 e −c+ c2 −4(1−λ) z 2 √ + k2 e −c− c2 −4(1−λ) z 2 donde K1 y k2 son constantes. Para que exista onda viajera se tiene que cumplir que λ < 1, debido al cambio que hemos realizado, (3.4), tenemos λ = αSβ 0 < 1, y que la raíz sea positiva. Por tanto, debe ocurrir que 1 c ≥ 2(1 − λ) 2 . Si λ > 1 no existe solución. 1 Entonces la velocidad mínima de la onda viajera es c = 2(1 − λ) 2 . La velocidad de propagación viene determinada por 1 2 V = (αS0 D) c = 2(αS0 D) Cuando λ = β αS0 1 2 " β 1− αS0 #1 2 , β < 1. αS0 < 1 entonces: • Se tiene que dar una densidad de población crítica mínima, Sc = para que ocurra una onda epidémica. (Sc = λS0 .) • Se tiene que exceder el coeficiente de transmisión crítico, rc = que se propague la infección. β , S0 β , α para • Se tiene que superar una tasa de mortalidad máxima, ac = αS0 , para que se impida la epidemia. Esto se debe a que si hay un número muy alto de muertos la enfermedad acaba desapareciendo. Por lo tanto, cuanto más mortal sea la enfermedad, menos posibilidades hay de una onda epidémica en movimiento a través de la población, ya que los infecciosos tienen más probabilidades de morir. Finalmente con criterio del umbral, λ < 1, observamos que una repentina afluencia de población susceptible puede elevar S0 por encima de Sc , entonces tendríamos Sc = αβ < S0 de donde despejando obtendríamos λ = SS0c < 1, y se inicia una epidemia. (Se puede encontrar ejemplos de esto en [15].) 3.2. Control y erradicación Una de las razones para hacer estos modelos es que nos permitan diseñar políticas destinadas a erradicar, o al menos, controlar las enfermedades, evitar que una epidemia se convierta en endemia. 42CAPÍTULO 3. ALGUNAS PROPIEDADES Y MODELOS ADICIONALES Para ello hay tres opciones: • Aumentar la velocidad de removidos. • Reducir la tasa de infección. • Disminuir la población susceptible inicial. El uso de vacunas disminuye la población susceptible inicial. El modelo SIR con vacuna previa Distinguimos el caso de endemia y epidemia. (Puedes encontrar más información en [16].) Para epidemias En el caso de un modelo SIR sin nacimientos ni muertes con una vacuna al inicio de la enfermedad, en los modelos tales que R0 = αβ , una vacunación exitosa mueve una proporción p de la población susceptible inicial de la clase susceptible a la clase resistente, dejando una proporción 1 − p en los susceptibles. El efecto que tiene en el modelo dS = −αSI, dt dI = αSI − βI, dt dR = βI, dt es modificar las condiciones iniciales por su efecto inmunizador quedando S(0) = (1 − p)S0 , R(0) = pS0 . Por lo tanto una epidemia desaparecerá si (1 − p)R0 < 1, es decir, si p ≥ 1 − R0−1 . De aquí obtenemos que hay que vacunar a una proporción p ≥ 1 − R0−1 para eliminar la amenaza de epidemia. En la figura 3.1 podemos observar como, con vacuna, el número de resistentes a la enfermedad aumenta más rápido pasando a no poder ser endémica. 43 3.2. CONTROL Y ERRADICACIÓN (a) R0 = 2.08. Simulación anterior con Mathematica, pág. 10. (b) R0 = 2.08. Simulación modelo SIR para α = 0.00052 y β = 0.02 con vacunación p = 0.3. Figura 3.1: Comparación con vacuna y sin vacuna. Para endemias En el caso del modelo SIR con nacimientos y muertes naturales, vacunamos a una proporción de susceptibles que se unen a la población. Entonces las ecuaciones (2.20), (2.21) y (2.22) quedan: dS = −αSI + µ(1 − p)N − µS dt dI = αSI − βI − µI dt dR = βI − µR + µpN dt donde N = 1 ya que hemos tomado las variables S(t) = de tal forma que S(t) + I(t) + R(t) = 1. R(t) = r(t) N s(t) , N I(t) = i(t) N y Con estas ecuaciones no hay estado de equilibrio por lo que la enfermedad se extinguirá como en el anterior caso, es decir, si p ≥ 1 − R0−1 . Lo mismo ocurre en casos más generales. Por lo tanto, con vacunar una proporción de 1 − R0−1 susceptibles es suficiente para que la enfermedad no se propague. Con vacuna a lo largo del tiempo Consideramos nuevamente un modelo más simple como es el SIS en el que introducimos una nueva variable V (t) que indica el número de personas 44CAPÍTULO 3. ALGUNAS PROPIEDADES Y MODELOS ADICIONALES que se han vacunado eficazmente en cada momento. Por tanto nos quedan las siquientes ecuaciones: dS = −αSI + βI − V (t), dt dI = αSI − βI, dt (3.8) (3.9) donde, como anteriormente, S(t) e I(t) representan los susceptibles e infecciosos y α y β la tasa de contagio y tasa de recuperación, respectivamente. (Puedes encontrar algún ejemplo y una explicación más detallada en [11], [17] y [19]) 3.3. Otros modelos que no hemos considerado con detalle Aparte de los modelos explicados existe mucha más variedad, por ejemplo los que enunciamos a continuación, aunque no vamos a estudiarlos. • Modelo de Ross. [2] Este modelo es específicamente para la malaria y fue creado por Ronald Ross en 1911. Utiliza diferentes notaciones que vamos a introducir: N y I(t) son los mismos que anteriormente. i(t): el número de mosquitos infectados con malaria. n: el total de la población de mosquitos. b: frecuencia con la que pica un mosquito. p: probabilidad de transmisión de la malaria de humano a mosquito. p0 : probabilidad de transmisión de mosquito a humano. a: proporción con la que una persona se recupera de la malaria. m: la mortalidad del mosquito. Durante un pequeño intervalo de tiempo, cada mosquito infectado pica a b dt humanos de los todavía no están infectados NN−I . Con una probabilidad p0 de transmisión, hay bp0 i NN−I dt nuevos humanos infectados. Y durante ese mismo tiempo hay una recuperación aI dt. Por otro lado, cada mosquito no infectado pica a b dt humanos de los cuales están infectados NI . Con una probabilidad p de transmisión, hay 3.3. OTROS MODELOS QUE NO HEMOS CONSIDERADO CON DETALLE45 bp(n − i) NI dt nuevos mosquitos infectados. Asumiendo que la infección no influye en la mortalidad, el número de mosquitos que muere es mi dt. Entonces tenemos N −I dI = bp0 i − aI, dt N di I = bp(n − i) − mi. dt N • Modelo SIRS. Pérdidad de inmunidad. El esquema que representa el modelo es el siguiente: S→I→R→S Las ecuaciones que se tienen son dS = −αSI + µ(N − S) + f R, dt dI = αSI − βI − µI, dt dR = βI − µR − f R, dt donde α es la tasa de contagio, β es la tasa de recuperación, f es la tasa promedio de pérdida de inmunidad en individuos recobrados y µ es la tasa promedio de defunciones. • Modelo SEIS. Este modelo considera un nuevo tipo de individuo: los expuestos, E, quienes portan la enfermedad pero la tienen en periodo de incubación por lo que no la contagian, y tiene en cuenta que un individuo que ha enfermado nunca obtiene la inmunidad, por lo tanto, el esquema es el siguiente: S→E→I→S Las ecuaciones son las siguientes: dS = B − αSI + βI − µS, dt dE = αSI − σE − µE, dt dI = σE − βI − µI, dt 46CAPÍTULO 3. ALGUNAS PROPIEDADES Y MODELOS ADICIONALES donde α es la tasa de contagio, β es la tasa de recuperación, σ es la tasa promedio de pérdida de periodo de incubación en individuos expuestos, B es la tasa promedio de nacimientos y µ es la tasa promedio de defunciones. • Modelo SEIR. En alguna ocasión ocurre que un individuo puede estar infectado y no contagia la enfermedad durante un periodo de tiempo. En ese caso tenemos este modelo: S→E→I→R Las ecuaciones son las siguientes: dS dt dE dt dI dt dR dt = B − αSI − µS, = αSI − µE − σE, = σE − βI − µI, = βI − µR, donde α, β, σ, B y µ, son nuevamente, la tasa de contagio, la tasa de recuperación, la tasa promedio de pérdida de periodo de incubación, la tasa promedio de nacimientos y la tasa promedio de defunciones, respectivamente. • Modelo MSIR. Se considera una clase nueva de individuos los portadores, M , con inmunidad pasiva que tras cierto tiempo la pierde y se vuelve portador de la enfermedad aunque puede que nunca la padezcan. El esquema es el siguiente: M →S→I→R Y las ecuaciones son dM dt dS dt dI dt dR dt = B − δM S − µM, = δM S − αSI − µS, = αSI − βI − µI, = βI − µR, 3.3. OTROS MODELOS QUE NO HEMOS CONSIDERADO CON DETALLE47 donde α, β, σ, B y µ, son nuevamente, la tasa de contagio, la tasa de recuperación, la tasa promedio de pérdida de periodo de incubación, la tasa promedio de nacimientos y la tasa promedio de defunciones, respectivamente y la nueva incógnita δ representa el tiempo promedio de inmunidad temporal. • Modelo MSEIR. Este modelo utiliza todos los estados, es decir, incluye los expuestos y los portadores. Su representación es M →S→E→I→R Las ecuaciones se representan de la siguiente forma: dM dt dS dt dE dt dI dt dR dt = B − δM S − µM, = δM S − αSI − µS, = αSI − µE − σE, = σE − βI − µI, = βI − µR, donde α, β, σ, B, µ y δ, son de nuevo la tasa de contagio, la tasa de recuperación, la tasa promedio de pérdida de periodo de incubación, la tasa promedio de nacimientos, la tasa promedio de defunciones y el tiempo promedio de inmunidad temporal, respectivamente. 48CAPÍTULO 3. ALGUNAS PROPIEDADES Y MODELOS ADICIONALES Capítulo 4 Aplicación con datos reales Vamos a hacer una simulación y la vamos a comparar con los datos reales. Para ello vamos a utilizar los datos de una epidemia de gripe, cuyos síntomas eran fatiga, dolor de cabeza, irritación de garganta y fiebre, que ocurrió en un internado del norte de Inglaterra, en enero de 1978. En dicha epidemia, un total de 763 jóvenes de entre 10 y 18 años estuvieron expuestos al contagio. Todo comenzó cuando un joven de Hong Kong tuvo fiebre del 15 al 18 de enero. En los cuatro días siguientes, tres estudiantes se contagiaron. La enfermedad se propagó rápidamente e infectó a 512 jóvenes, lo que equivale al 67 %. Aparte de los internos, estuvieron en contacto 130 adultos pero solamente se contagió uno de ellos. A continuación vamos a hacer una simulación con el modelo SIR con los siguientes datos: Tiempo promedio de convalecencia 6 días. En este caso, la población total no es N = 1 sino que es N = 763, es decir, S(t) + I(t) + R(t) = 763, el número inicial de susceptibles es S0 = 762 y el de infectados I = 1. La tasa de infección es α = 0.00218 y la razón de los recuperados a los infectados es ρ = αβ = 202. Por tanto tenemos que la tasa de recuperados es β = 0.44036. Utilizamos Mathematica para generar el gráfico de la epidemia del onternado y poder compararlo con los datos reales, para ello usamos las siguientes órdenes: In[5]:= a = 0.00218; b = 0.44036; SIR = NDSolve[{S’[t] == - a*S[t]*I[t], 49 50 CAPÍTULO 4. APLICACIÓN CON DATOS REALES I’[t] == -b*I[t] + a*S[t]*I[t], R’[t] == b*I[t], S[0] == 762, I[0] == 1, R[0] == 0}, {S[t], I[t], R[t]}, {t, 0, 15}]; In[6]:= Plot[Evaluate[{S[t], I[t], R[t]} /. SIR], {t, 0, 15}, PlotRange -> {{0, 15}, {0, 800}}, AxesLabel -> {"Tiempo(dias)", "Poblacion"}, PlotStyle -> {{RGBColor[0, 1, 0], Thick}, {RGBColor[0, 1, 1], Thick}, {RGBColor[1, 0, 1], Thick}}] Y obtenemos una simulación que está representada en la gráfica de la izquierda de la figura 4.1. (a) Simulación de la epidemia. (b) Datos reales. Figura 4.1: Comparación de la simulación con los datos reales. Por último, podemos ver en la figura 4.2 la similitud que hay entre la simulación y los datos reales, por lo que podemos concluir que este modelo es bastante preciso a la hora de simular una epidemia como, al menos, esta gripe. (Datos y alguna figura obtenidos de las referencias [8] y [14].) Figura 4.2: Número de infectados en la epidemia y simulación. Conclusiones Como hemos podido comprobar en esta memoria, las matemáticas son de gran utilidad a la hora de estudiar otros temas como en este caso las epidemias. Hemos aprendido que hay diferentes modelos matemáticos y, dependiendo del tipo de epidemia, es más conveniente usar unos u otros, pero lo que está claro es que todos son de gran utilidad. Aunque las matemáticas son exactas, hemos observado que la modelización matemática no es exacta pero gracias los modelos matemáticos se puede predecir la durabilidad de una epidemia o el número de contagios que puede llegar a haber. Además, la modelización te sirve para ver que la vacunación de la población reduce el contagio de una enfermedad. Ya sea viéndolo del lado sanitario, del lado estadístico o del lado económico podemos decir que las matemáticas son una gran herramienta para la vida cotidiana. 51 52 CONCLUSIONES Bibliografía [1] E.S. Allman y J.A. Ehodes, Mathematical Models in Biology, Cambridge University Press, Cambridge, 2004, cap. 7, pág. 279-314. [2] N. Bacaër, A Short History of Mathematical Population Dynamics, Springer, London, 2011, cap. 12 y 16, pág. 65-69 y 89-96. [3] M. Braun, Ecuaciones diferenciales y sus aplicaciones, Grupo Editorial Iberoamérica, México, 1990, cap. 4, pág. 373 y 451-458. [4] N.F. Britton, Essential Mathematical Biology, Springer, New York, 2003, cap. 3, pág. 83-116. [5] Ó. 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