Uploaded by Luis Motta

Dos poemas de Louise Glück, traducidos

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La poeta estdounidense Louise Glück ha sido galardonada con el Premio Nobel de Literatura
2020.
Como parte de un pequeño homenaje e intento de acercamiento a su obra, he traducido (o
intentado traducir) dos poemas de los muchos de su extensa obra.
De más está decir que es el trabajo de un aficionado a las letras y a los idiomas, y que es casi
seguro que existan mejores trabajos, más formales o exactos, disponibles en la red o en
librerías. Aun así, espero que puedan serle de utilidad a alguno.
Cualquier corrección o comentario es bienvenido.
UN MITO DE DEVOCIÓN
Cuando Hades decidió que amaba a esta chica
construyó para ella un duplicado de la tierra,
toda era la misma, hasta las praderas
pero con una cama adicional.
Toda era la misma, incluida la luz del sol,
porque sería difícil para una chica joven
pasar tan rápido de la luz brillante a la oscuridad total
Gradualmente, pensó, introduciría la noche
primero como las sombras de hojas revoloteando.
Luego la luna, luego estrellas. Luego, no hay luna; no estrellas.
Que Perséfone se acostumbre a ello lentamente.
Al final, pensó, lo encontraría reconfortante.
Una réplica de la tierra
salvo que aquí sí había amor.
¿No quieren todos amor?
Esperó muchos años,
construyendo un mundo, viendo a
Perséfone en la pradera.
Perséfone, catadora de olores, de sabores.
Si tienes un apetito, pensó,
los tienes todos.
¿No quieren todos sentir en la noche
el cuerpo amado, brújula, estrella polar,
para escuchar la muda respiración que dice
“Estoy vivo”, que significa también que
tú estás vivo, porque me oyes,
estás aquí conmigo. Y cuando uno voltea
voltea el otro…
Eso es lo que sintió, el señor de la oscuridad,
observando el mundo que había
erigido para Perséfone. Jamás cruzó su mente
que aquí no se olería más
que ciertamente no se comería más.
¿Culpa? ¿Terror? ¿El miedo al amor?
Estas cosas no pudo imaginarlas;
no hay amante que las imagine nunca
Él sueña, él se pregunta cómo llamar a este lugar.
Primero piensa: el Nuevo Infierno. Luego: el Jardín.
Al final, él decide nombrarlo
La Infancia de Perséfone.
Una luz suave se eleva sobre el nivel de la pradera,
por detrás de la cama. Él la toma en sus brazos.
Él quiere decirle te amo, nada puede lastimarte
pero piensa
esto es una mentira, y dice al final
“Estás muerta, nada puede lastimarte”
lo que le parece a él
un comienzo más prometedor, más sincero.
Poema original: “A Myth of Devotion”, del poemario “Averno” (Farrar, Straus and Giroux,
2006).
EL IRIS SALVAJE
En el final de mi sufrimiento
había una puerta.
Escúchame: esa a la que llamas muerte
La recuerdo.
Por sobre mi cabeza, ruidos, ramas del pino cambiante.
Después, nada. El sol débil
parpadeaba sobre la superficie seca.
Es terrible sobrevivir
como consciencia
enterrada en la oscura tierra.
Después, se acabó: eso que temes, ser
un alma y no poder
hablar, terminando bruscamente, la tierra rígida
torciéndose un poco. Y lo que asumo son
pájaros lanzándose hacia arbustos bajos.
Tú que no recuerdas
pasaje alguno del otro mundo
Te digo que pude hablar otra vez: cualquier cosa
que regrese del Olvido, regresa
para encontrar una voz:
desde el centro de mi vida vino
una gran fuente, sombras de
azul profundo sobre agua de mar azur.
Poema original: “The Wild Iris”, del poemario del mismo nombre (Ecco Press, 1992)
Ambos poemas pueden encontrarse en la siguiente dirección:
https://www.poemhunter.com/i/ebooks/pdf/louise_gluck_2004_9.pdf
que, a la fecha de publicada esta entrada, seguía disponible de manera gratuita en Internet.
Las traducciones son propias y del autor de este blog.
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