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Investigación documental Filosofía

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INTRODUCCIÓN
En la siguiente investigación daremos a conocer la percepción de los hondureños
sobre la democracia y partidos políticos en nuestro país.
Los hondureños tienen diversas concepciones sobre la democracia. Las
definiciones más comunes tienen que ver con la idea de libertades, con el bienestar
y el trabajo.
Esto implica que, en términos generales, la mayoría de los hondureños ve a la
democracia más en términos normativos (libertad, autonomía, justicia, existencia de
elecciones); pero existe un porcentaje de ciudadanos que simplemente no saben
definir que es la democracia, sobre todo se refleja más en personas con menos
escolaridad.
En cuanto a cómo perciben que la corrupción en el país, podemos decir que está
muy generalizada y que el gobierno hace nada o casi nada para combatirla. Estas
percepciones son afectadas muy poco por variables como la identidad partidarista
y la atención a noticias por los medios de comunicación. Aún más preocupante es
que estas percepciones negativas se han generalizado más durante los últimos dos
años.
En cuanto a la victimización por la corrupción, la mayoría de las víctimas reportaron
a la empresa privada y los grupos de poder, las municipalidades, el Congreso
Nacional, la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía General de la República, la
Oficina de DDHH y los militares, unidos y apoyados por los medios de
comunicación, como las principales fuentes de sobornos, por encima de otras
entidades públicas.
Como generalidad Honduras es percibido, por extranjeros y nacionales, como un
país con un nivel de corrupción relativamente alto.
Antecedentes
Desde luego es importante conocer un poco sobre lo pasado en materia de política,
pero eso ya es asunto estudiado, dejaremos atrás el conflicto político-militar en
Centroamérica de los años 70 y 80, luego de eso Honduras paso a la siguiente
etapa que podríamos llamarla la etapa del modelo neoliberal, desde los noventas y
año dos mil, en esta etapa ha pasado por algunas transiciones.
Primera: de la economía tradicional donde se cultivaba y se exportaba café y
banano a una economía más diversificada. También aquí surgió el auge la las
maquilas, donde se generó una cantidad fuerte de empleos especialmente para la
mujer. Luego el sector financiero y de telecomunicaciones con auge de las tarjetas
de crédito y telefonía celular. Esto hizo que bajara un poco el auge que existía de la
exportación de cultivos en nuestro país.
Segunda: hubo un cambio de reorganización de la sociedad, existían poderosas
organizaciones campesinas y sindicales que tenían un peso en la agenda nacional,
los cuales ahora ya no tienen peso, ya no son tomadas en cuenta, están
desvalorizadas completamente.
Tercera: la existencia de dos centenarios partidos políticos tradicionales, el partido
liberal y el partido nacional de Honduras. Se establecieron estos partidos políticos
para beneficiar a los pequeños, pero con un gran poder económico-político y el
estado se convirtió en el principal instrumento para promover sus intereses.
Las transformaciones económicas, políticas y sociales de los años noventa y del
dos mil consolidaron una sociedad marcada por la injusticia y la exclusión. También
hubo crecimiento económico insuficiente, aumentó la ´pobreza y la desigualdad, la
frustración de los ciudadanos con la democracia electoral y el bipartidismo.
Continuando con lo antes mencionado, la democracia hondureña que ya había una
pre crisis, estalló con la ruptura del orden constitucional el 28 de junio de 2009,
organizando un golpe de estado para el actual presidente en ese entonces.
En Honduras todo es posible siempre y cuando creamos o usemos la imaginación.
Hace siete años, el país vivió una de sus peores crisis políticas, cuando un golpe de
Estado abrió una etapa de conflicto entre los grupos promotores del golpe y la
población en resistencia. El principal argumento del golpe fue evitar la reelección y
conservar la democracia en el país. En aquél momento nadie se imaginaba que esa
realidad cambiaría tanto siete años después.
En el 2009 nadie creía que la moneda daría vuelta y con ella el criterio de los
involucrados. Por una parte, los promotores del golpe se apegarían a la propuesta
de reelección y los que en aquel momento mostraban oposición al golpe, ahora lo
plantean como una opción viable.
“Es lamentable la situación que vive el país, lo que era malo antes ahora es bueno,
son cosas que causan indignación y que responden a los planes de los empresarios
y quienes dominan el país para cuidar sus intereses”.
La falta de voluntad, el caciquismo tradicional hondureño, y el autoritarismo han
minado la consolidación del proceso democrático hondureño. Los altos niveles de
violencia, la creciente presencia de los grupos del crimen organizado en buena parte
del territorio nacional, la escasa capacidad de respuesta del Estado frente a los
problemas del país y la apuesta por utilizar a las fuerzas armadas en funciones que
deberían ser desarrolladas por otras instituciones, son circunstancias preocupantes
que dificultan llevar a buen puerto un proceso democrático medianamente
satisfactorio.
En Honduras ha faltado hacer política, entendida como la búsqueda pacífica de la
regulación de los conflictos, mediante el establecimiento de reglas comunes,
compartidas y aceptadas por la mayoría, con el objetivo de garantizar una
convivencia aceptable.
¿Qué sabemos sobre los partidos políticos en nuestro país?
Podemos decir que son instituciones inherentes a la sociedad, la “sociedad
democrática” que tenemos en nuestro país.
Se coloca en negrito ya que la
mayoría de ciudadanos en nuestro país no creen que en Honduras exista
democracia y para que estos partidos puedan representar de forma eficaz un grupo
de personas en una sociedad deben de ser instituciones que sean transparentes y
ya se conoce sobre ellos, que no lo son, que actúan de forma lineal, solo en
representación de intereses de unos pocos, así difícilmente trabajan para la
construcción de una democracia en nuestro país.
¿Con esto y más podemos decir que es posible una salida democrática a la
crisis que está pasando Honduras?
Hoy hemos llegado a un “punto de quiebre”. No es posible la continuidad sin
cambios. Por eso en medio del conflicto y la incertidumbre hay espacio para la
esperanza. Aunque hay que reconocer que en la historia de las naciones estos
momentos de “quiebre” o “cambio de rumbo” no están exentos de regresiones. He
allí la gran encrucijada: avanzamos o retrocedemos. Estamos seguros que la salida
a este laberinto es más democracia, lo cual significa más inclusión y más
participación ciudadana. Pero, ¿cómo salir de esta crisis?; ¿Existen espacios y
condiciones para una salida democrática?
La democracia y la gobernabilidad son dos problemas históricos de Honduras
La democracia y la gobernabilidad son dos problemas históricos de Honduras. Los
múltiples intentos por democratizar los procesos políticos, sociales y culturales de
la nación, así como su gobernabilidad, estos han sido retos enormes para la clase
política.
Se puede resumir en que estas grandes lesiones ocurridas, dificultan la
gobernabilidad del país.
La legitimidad política en Honduras es una debilidad grande en la construcción de
democracia y gobernabilidad. La clase política nacional no es confiable. Y cuando
nos referimos a la clase política no nos referimos únicamente a la clase política
representante de los partidos tradicionalmente ligados al poder como el Partido
Nacional o el Partido Liberal; también a aquella clase política relativamente “nueva”
que busca la conquista del poder.
Podemos concluir que desde la llamada democracia a inicios de los años ochenta,
las constantes crisis políticas financiadas por grupos de poder, pactos realizados
bajo la mesa, ruptura de la Constitución, a todos esto los partidos políticos que no
abren brecha para constituir las nuevas reformas electorales y políticas que necesita
y ayudarían a nuestro país.
Con todo esto que hemos expuesto anteriormente en esta investigación podemos
concluir que la democracia lejos de encontrar una salida beneficiosa para nuestro
amado país, se está debilitando cada vez más y que el régimen autoritario y los
partidos políticos que tenemos actualmente no hacen ni harán absolutamente nada
para cambiar esta situación.
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