Uploaded by Marcos Reyna

ENSAYO Violencia la mujer

advertisement
FACULTAD DE HUMANIDADES
ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA
ENSAYO:
Violencia contra la mujer
AUTORA:
Calderon Julca, Mary Cielo
ASESOR:
Morgado Pérez, Alfredo
TRUJILLO – PERÚ
2019
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………..1
II. ARGUMENTACIÓN……………………………………………………….4
III. CONCLUSIONES…………………………………………………………..10
IV. REFERENCIAS…………………………………………………………….11
I.
INTRODUCCIÓN
La ONU estima que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo ha sufrido
violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental o violencia sexual por
parte de otra persona distinta a su compañero sentimental (estas cifras no incluyen el
acoso sexual) en algún momento de sus vidas. Sin embargo, algunos estudios nacionales
demuestran que hasta el 70 por ciento de las mujeres ha experimentado violencia física
y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida. Los hechos
demuestran que las mujeres que han sufrido violencia física o sexual por parte de un
compañero sentimental presentan tasas más altas de depresión y más posibilidades de
tener un aborto o de contraer el VIH que las que no han experimentado este tipo de
violencia. De acuerdo con un estudio plurinacional realizado en cuatro países de Oriente
Medio y el África del Norte, cuyos resultados son similares a los de otras regiones, los
hombres que durante su infancia presenciaron un comportamiento violento de su padre
hacia su madre o sufrieron alguna forma de violencia doméstica presentan una
probabilidad notablemente superior de actuar de forma violenta como compañeros
sentimentales en las relaciones mantenidas en su vida adulta. Por ejemplo, en Líbano, la
probabilidad de cometer actos de violencia física es tres veces superior entre los hombres
que vieron a su padre pegarle a su madre durante su infancia que en el caso de los que no
presenciaron esta situación.
El Perú es el séptimo país en América Latina donde ocurren más feminicidios, con
múltiples casos de mujeres dañadas física y psicológicamente Si bien el incremento de la
violencia contra la mujer impacta al país, no se puede caer en el error de afirmar que
todos los causantes de agresión tienen necesariamente algún problema de salud mental.
En los últimos 7 años, los asesinatos y las tentativas de feminicidio aumentaron
significativamente. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) registró
más de 16 mil casos de violencia contra las mujeres y atendió 32 casos de feminicidio en
lo que va del año en todo el país. Los Centros de Emergencia Mujer (CEM) del MIMP
recibieron 121 casos de feminicidio a nivel nacional y las regiones donde existieron más
mujeres amenazadas fueron Lima, Arequipa, Junín y Puno.
1
La violencia contra la mujer es un problema de salud pública reconocida tanto en
nuestro territorio como en el extranjero. Las mujeres pueden padecer diversos tipos de
violencia, siendo la más frecuente la ocasionada por otro miembro de su familia (sobre
todo por la pareja: esposo, conviviente o compañero íntimo) que se presenta como
violencia física, sexual, psicológica o económica La violencia no solo afecta de manera
directa el bienestar de la mujer, sino también el de su familia y personas cercanas.
Repercute a su vez sobre la integridad física, emocional y social, así como sobre la salud,
la calidad de vida y las opciones de desarrollo, al interior de sus familias y en la sociedad.
Puede influir a largo plazo sobre la aparición de trastornos o problemas de salud mental,
tales como trastornos depresivos, trastorno de estrés postraumático, disminución de la
autoestima, conductas suicidas, abuso de alcohol y de otras sustancias, y trastornos de la
personalidad. Los hijos expuestos a la violencia sufrida por sus madres pueden
experimentar efectos negativos, independientes de la edad, que van desde problemas
físicos hasta alteraciones emocionales, cognitivas y de la conducta. La relación entre la
violencia sufrida por la madre (infligida por la pareja) y la salud mental de sus hijos, ha
sido evaluada en diversos estudios, sin embargo, ha sido estudiada, más en niños que en
adolescentes. Por otro lado, en el caso de los adolescentes, se ha estudiado más el efecto
de la exposición a la violencia contra la mujer, que el efecto de esta violencia
independiente de la exposición encontrándose relación con problemas de salud mental
diversos. Debido a que en los últimos años aumentado los niveles violencia y esto
terminado en feminicidios cabe recalcar que mayoría de mujeres asesinadas tienen de 18
a 59 años y sus agresores actúan contra ellas por celos o porque no quieren separarse,
según indican cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. Los
homicidas son usualmente convivientes, desconocidos o parejas sexuales. Solo el 6% son
enamorados -o novios que no son parejas sexuales- y el 9%, esposos. Algunas mujeres
cometen el error de validar los celos de su pareja. La víctima acepta este comportamiento
y lo justifica definiéndolo como un enamoramiento sincero, cuando no lo es.
Por ese motivo nos plateamos la siguiente pregunta: ¿cómo se da la violencia contra la
mujer y qué consecuencias puede dejar en ellas?
2
Por eso se busca dar a conocer cómo se da la violencia contra la mujer y concientizar
de lo que puede causar. La violencia contra la mujer es importante porque hay que tener
en cuenta que es una violación de los derechos humanos. La violencia contra la mujer es
consecuencia de la discriminación que sufre, tanto en leyes como en la práctica, y la
persistencia de desigualdades por razón de género esto repercuta fuertemente en la
familia y en la misma mujer.
Mi investigación fue hecha Para dar a conocer lo que sufre una mujer víctima de
violencia y consecuencias que deja toda esta violencia en ella y como afecta los ámbitos
de su vida por que la violencia se puede dar en todo ámbito no distingue raza ni color de
piel tampoco nivel económico se puede dar de un momento a otro y silenciosamente.
3
II.
ARGUMENTACIÓN
La violencia contra la mujer es un problema de salud pública en nuestro país, el cual
cada día que pasa está en aumento. Más de la mitad de las mujeres en el Perú han sido
víctimas de algún tipo de violencia; pues la violencia ha estado presente en la mayoría de
los momentos de nuestras vidas, manifestándose en diversos aspectos tanto a nivel
privado, como lo es en la familia, o de manera pública, ya sea en el trabajo, en la calle o a
la hora de formular políticas públicas eso quiere decir que la violencia contra la mujer se
da en todos los ámbitos. Debido a que, en nuestro país, aún persiste la idea de que es la
violencia el único método para someterse y ejercer control sobre la vida de la mujer, y es
una realidad que demanda respuestas firmes por parte del Estado, la sociedad y los
operadores de justicia a fin de salvaguardar la integridad y dignidad de las mujeres
victimadas. Según Rodríguez (2005), El origen de la violencia plantea serios conflictos de
convivencia en ambientes laborales en donde la agresión a las mujeres es constante, sin
contar la presión psicológica (debido a los sentimientos de ultraje, humillación,
indefensión e impotencia) a la que es sometida la víctima. Si bien es verdad la agresión es
repulsiva siempre, es mayor ahí donde existen asimetrías de poder por parte del jefe o
subordinado. Asimismo, Montero y Tabares (2011), la violencia contra la mujer en el
ámbito de la familia se da raíz cultural histórica, primeramente, pues durante mucho
tiempo la sociedad ha sido muy machista, el hombre ha creído que tiene el derecho
primario a controlar, a disciplinar con severidad, incluso a abusar de la vida de la mujer y
los hijos, lo cual ha sucedido bajo la apariencia de la función económica del hombre,
quien es proveedor de la alimentación. por ese motivo Efectivamente, si las mujeres son
agredidas constatan que a muchas denuncias presentadas con anterioridad no se les dio
seguimiento, ¿para qué se van a meter en un proceso tan urticante y engorroso, que muy
probablemente que no llegue a nada.
Molina y espina (2011), Las denuncias son
realizadas generalmente por mujeres y la actitud de las mujeres en las audiencias es de
victimización y la de los hombres, de silencio y desquite posterior con las mujeres. Los
hombres se excusan diciendo que tienen dificultades para hablar de sus problemas y de sí
mismos; no se les forma para ser esposos ni padres. La única respuesta a la pregunta de
padre y esposo es a través del acto (agresión). Se proyecta la responsabilidad en los hijos
4
y las parejas. Pocos asumen la responsabilidad y se quedan en la superficie del problema.
Como afirman Echeburúa, Fernández y corral (2008), Los agresores que muestran
problemas económicos después de la separación, que carecen de una red de apoyo social
y que quiebran intencionadamente la orden de alejamiento impuesta por un juez tienen un
mayor riesgo de implicarse en conductas violentas más graves. En relación con el tipo de
violencia, el desarrollo de conductas violentas graves se relaciona con el ejercicio anterior
de una violencia física y psicológica (no sólo psicológica) contra la pareja, así como con
la progresión del clima de tensión, con el aumento creciente de gravedad de las lesiones
(pero sólo en uno de cada cuatro casos) o con las amenazas previas, bien sean éstas
verbales, de muerte o de suicidio. El riesgo se acentúa cuando estas amenazas tienen
lugar en presencia de otras personas, cuando las amenazas se hacen con objetos
peligrosos o distintos tipos de armas y cuando las conductas realizadas responden a una
intencionalidad clara de causar daño. Asimismo, la gravedad de la conducta está
relacionada con la práctica de agresiones sexuales en el seno de la pareja y con la
manifestación de comportamientos violentos contra la pareja delante de los hijos u otros
familiares.
Esto nos permite decir que la violencia no solo se da por la pareja sino también
en el trabajo en las empresas públicas y privadas en nuestras propias leyes esto
llega hasta que se permita excusarse al agresor y que a lo largo de los años no se
erradica totalmente y esto afecta a muchas mujeres como a sus familias y no les
permite crecer como personas y profesionales u obtener un cargo mayor ´por el
simple hecho de ser mujer se tilda que no es eficiente como un hombre y desde ese
instante se practica el machismo y ya se está practicando un tipo violencia contra la
mujer .
La violencia de género en las relaciones de pareja, han formado parte de la vida
cotidiana de las mujeres a lo largo de los tiempos, estaba naturalizada, silenciada, lo que
la hacía invisible, con lo cual no estaba reconocida socialmente. Nadie la veía ni la
nombraba, incluso las mismas víctimas lo consideraban un asunto de dominio privado;
aunque en la actualidad se ha avanzado bastante en la sensibilización ante esta
5
problemática social, todavía existe una actitud silenciosa ante los casos que se dan
habitualmente en nuestra sociedad. López (2006), La probabilidad de que una mujer
subvalorada reciba violencia de su pareja, es 17 veces mayor, que para la mujer con
valoración adecuada. La sobrevaloración es un factor protector, para no recibir violencia
del cónyuge. Según Martínez (2003), La violencia de género transgrede el derecho a la
vida, a la libertad y a la seguridad de la mujer, a no ser sometida a torturas ni a penas o
tratos crueles, inhumanos o degradantes, a la igualdad ante la ley y a un recurso efectivo
ante los tribunales nacionales competentes que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales y a tribunales independientes e imparciales, al circular
libremente, a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, a la libertad de
opinión y de expresión, a la libertad de reunión y de asociación, al trabajo, al descanso, a
un nivel de vida adecuado que le asegure la salud y bienestar, a la educación, todos estos
principios consagrados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos .por ello
Alegría y Rodríguez (2015), la violencia de pareja siempre hay una víctima y un
victimario que, en incontables estudios, se han estado presentando como una permanente
violencia donde siempre hay un hombre activo y una mujer pasiva. Por último, Pazos,
oliva y Hernando (2014) Durante el noviazgo el maltratador busca posibles explicaciones
con relación al uso de agresiones físicas se refiere al consumo de sustancias creencias
sexistas y a menor tolerancia a la frustración, mayor riesgo existe cuando la victima que
es la mujer sigue con este noviazgo y permita los diferentes maltratos que recibe.
Ocampo y amar (2011), la familia toma un papel importante para que una mujer no sea
víctima de violencia porque cuando las familias no pueden cumplir adecuadamente las
funciones, obviamente se generan carencias o déficits importantes en la posibilidad de
interacción y supervivencia “sana” de sus miembros, sin embargo, los estudios han
demostrado la gran importancia que tiene lo emocional en la manera como las personas
vivencian su mundo e interactúan en él conservando unidad y equilibrio afectivo. Cuando
las familias no pueden cumplir adecuadamente con sus funciones emocionales se generan
rasgos de conductas que dificultan o impiden el desarrollo de una personalidad armónica
y son fuente de diversos tipos de patología o desequilibrio tanto de tipo psicológico como
biológico y fisiológico. yugueros (2014), Fase de acumulación de tensión: Por cualquier
cuestión nimia, el maltratador inicia su estrategia mostrándose irascible, cualquier
6
comportamiento de la mujer le molesta y le causa enfado. La víctima, que no entiende lo
que está pasando habla con esta persona para solucionar el inconveniente, de dónde
procede el problema, cuál es el motivo de esta actitud, pero lo que consigue es que el
hombre se enfade de manera más mordaz, propinando insultos y menosprecios a cambio.
Ante esta incómoda situación la mujer queda paralizada, sin saber qué hacer, siendo
acusada, entonces, por su maltratador, de que no vale para nada, que no sabe hacer nada.
Si dice o hace algo, será siempre cuestionada y será motivo para ser maltratada.
Arrastrando desde el ámbito familiar es posible que su pareja se dé cuenta de eso
y la maltrate se vuelva más propensa a actos violentos y no tenga ninguna
valoración hacia ella y que cada día que conviva con el agresor esto ira empeorando
y hasta creerá que los golpes que recibe se los merece.
La violencia basada por parte de la pareja consiste en un conjunto de prácticas físicas,
psicológicas y/o sexuales que denominaremos técnicas de violencia. Un acto de maltrato
tiene siempre como consecuencia secuelas físicas y psicológicas. Sin embargo,
dependiendo de la naturaleza del maltrato, las consecuencias psicológicas pueden ser
distintas. Las diferentes formas de malos tratos, dependen tanto de la actuación del
agresor como de las consecuencias para la víctima. Según robles (2005), Existen tipos de
maltratos contra la mujer:

Psíquicos. Actos o conductas que producen desvalorización o sufrimiento en las
mujeres: amenazas, humillaciones, exigencia de obediencia, convencimiento de
culpabilidad ante cualquier problema, insultos, aislamiento, descalificación o
ridiculización de sus opiniones, humillación en público.

Físicos. Actos no accidentales que provoquen o puedan producir daño físico o
enfermedad en la mujer: golpes, heridas, fracturas, quemaduras, ... Pueden
aparecer bien de forma cotidiana o cíclica.

Sexuales. Imposición a la mujer de una relación sexual en contra de su voluntad y
donde se utiliza la fuerza o la intimidación. Cuando se produce penetración
forzada, es considerado violación. Según moreno (2000), Las consecuencias de la
7
violencia contra las mujeres son muy amplias e influyen en todos los aspectos de
sus vidas, su salud y la de sus hijos y se extienden, además, al conjunto de la
sociedad. Por otra parte, existen muchas formas de autoperpetuación de la
violencia, por lo que depende de la desigualdad y, a su vez, perpetúa dicha
desigualdad. Por ejemplo, la violencia doméstica se asocia a la pobreza, pero
también perpetúa la pobreza a través de la reducción de las oportunidades que
puede tener la mujer de trabajar fuera de casa, de su movilidad y acceso a la
información y de la escolarización de sus hijos. Ejerce su impacto en la capacidad
de la mujer para cuidar de sí misma y de sus hijos y se asocia a conductas
autodestructivas, como el abuso de drogas o alcohol. Además, la violencia influye
de forma determinante en los sentimientos de amor propio, autonomía y capacidad
para sentir y actuar con independencia y capacidad como mujer. patro y Limiñana
(2005), la violencia contra la mujer en la familia constituye un grave riesgo para
el bienestar psicológico de los menores, especialmente si, además de ser testigos,
también han sido víctimas de ella. Resultados hallados en diversos estudios
muestran que los niños expuestos a la violencia en la familia presentan más
conductas agresivas y antisociales (conductas externalizantes) y más conductas de
inhibición y miedo (conductas internalizantes) que los niños que no sufrieron tal
exposición. Finalmente, Mederos (2012), Los efectos de la violencia pueden ser
devastadores para la salud reproductiva en la mujer y en otros aspectos de su
bienestar físico y mental. Además de causar lesiones, la violencia lleva a que se
aumente el riesgo a largo plazo de desarrollar otros problemas de salud, como
dolores crónicos, discapacidad física, uso indebido de drogas, alcohol y depresión.
Asimismo, las mujeres con historia de agresión física o sexual también enfrentan un
riesgo mayor de embarazos involuntarios e infecciones de transmisión sexual. Un número
creciente de estudios documentan las maneras en que la violencia por parte del
compañero íntimo y la coerción sexual menoscaban la autonomía sexual y reproductiva
de la mujer y ponen en peligro su salud.
8
La
violencia
también
presentó
en
mujeres
adultas
y
adultas
mayores,
fundamentalmente casadas y con baja escolaridad, que vivían en núcleos familiares
disfuncionales. Predominó la violencia psicológica en las adultas y adolescentes,
infringida de forma frecuente por los esposos, con elevado número de secuelas de este
mismo tipo. Molina y Moreno (2015), las mujeres víctimas de violencia repercuta en
muchos ámbitos como En cuanto a las consecuencias, resultado del maltrato que se
evidencian en los relatos anteriores, se identifican tres clases: a nivel físico, psicológico y
social. Al respecto, plantean, frente a las consecuencias del maltrato físico, que las
víctimas evidencian lesiones, como hematomas, traumatismos, ITS y abortos. La
consecuencia más grave es la muerte, la cual constituye, el costo más alto que puede
cobrar la violencia doméstica En cuanto a las psicológicas, hay presencia de emociones
de tristeza y ansiedad, desconfianza en sí mismas y hacia su pareja, temor a malos tratos,
temor al futuro, en otras palabras, se presentan desesperanza. En varios casos, los esposos
de estas mujeres tenían relaciones sentimentales paralelas con mujeres más jóvenes, con
las cuales compartían más tiempo, y muchas veces se olvidaban de llegar a la casa; en sus
relatos, las participantes manifiestan que en distintas oportunidades llegaron a hacerles
saber todo lo que hacían en la intimidad y a compararlas con sus amantes.
Existen distintos tipos de violencia contra de la mujer y cada una de ellas
repercuta en su estado físico y mental por eso es importante identificar el inicio de la
violencia para que no se pueda llegar a un feminicidio y no afecte tanto a ella como
Asus hijos que ellos también son afectados por que presencian este tipo de actos
violentos.
9
III.
CONCLUCIONES
 Ya sabemos que la violencia es un fenómeno social muy peligroso, saber que decenas
de personas mueren a causa de tiros y golpes, es saber que debemos cuidarnos. Hay
que tener muy en cuenta que debemos tratar de reducir la violencia. El primer paso es
saber cómo controlarnos, saber manejar nuestros impulsos negativos que tanto daño
nos hacen. Así nuestra sociedad irá en un incremento de paz y no habrá tantos tiros y
muertes inocentes.
 Debido a los afectos desbastadores que generan lo interno de las familias, pone en
peligro la estructura o la forma de la misma, es decir según la formación que se le dé al
individuo, así mismo actúa dentro de la sociedad que lo rodea. Nos afecta a todos los
miembros de una familia como las mujeres que son las violentadas.
 La mayoría de los actos de violencia contra una mujer se viven en el espacio de la
crisis privada y en la intimidad familiar. El problema de esto es que las víctimas se
sienten solas, aisladas y sin posibilidad de buscar ayuda ante la vergüenza que se
asocia con la sexualidad y la victimización en nuestra cultura por eso debe hacernos
darnos cuenta que la violencia contra la mujer no distingue color de piel ni nivel
económico.
10
IV.
REFERENCIAS
 Afanador Contreras, María Isabel, & Caballero Badillo, María Claudia (2012). La
violencia sexual contra las mujeres. Un enfoque desde la criminología, la victimología
y el derecho. Reflexión Política, 14(27), undefined-undefined. [fecha de Consulta 25
de
noviembre
de
2019].
ISSN:
0124-0781.
Disponible
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=110/11023066009
 Alegría del Ángel, Manoella, & Rodríguez Barraza, Adriana (2015). Violencia en el
noviazgo: perpretación, victimización y violencia mutua. Una revisión. Actualidades
en Psicología, 29(118), undefined-undefined. [fecha de Consulta 2 de Diciembre de
2019].
ISSN:
0258-6444.
Disponible
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=1332/133239321007
 Echeburúa, Enrique, & Fernández-Montalvo, Javier, & Corral, Paz de (2008). ¿Hay
diferencias entre la violencia grave y la violencia menos grave contra la pareja?: un
análisis comparativo. International Journal of Clinical and Health Psychology, 8(2),
undefined-undefined. [fecha de Consulta 1 de Diciembre de 2019]. ISSN: 1697-2600.
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=337/3371200100
 José,
M.
(2012)
la
violencia
contra
la
mujer,
recuperado
de:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1029-30192012000800012
 López García, Elena (2004). La figura del agresor en la violencia de género:
características personales e intervención. Papeles del Psicólogo, 25(88), undefinedundefined. [fecha de Consulta 25 de noviembre de 2019]. ISSN: 0214-7823.
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=778/77808805
 Martínez Q., Lucía W. (2003). La violencia de género en la relación de pareja ¿una
cuestión no perceptible en la vida cotidiana? Revista de Ciencias Sociales (Ve), IX(2),
11
undefined-undefined. [fecha de Consulta 2 de diciembre de 2019]. ISSN: 1315-9518.
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=280/28009205
 Mederos, A.(2O14) LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES: CONCEPTOS Y
CAUSAS, recuperado de: http://www.redalyc.org/pdf/3221/322132553010.pdf
 Molina Velásquez, David, & Ospina Ospina, Alexánder Alonso (2011). La posición
masculina ante la violencia intrafamiliar: una pregunta sobre la afectividad
silenciada. Revista Virtual Universidad Católica del Norte, (32), undefined-undefined.
[fecha de Consulta 1 de diciembre de 2019]. ISSN: 0124-5821. Disponible
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=1942/194218638008
 Montero Hechavarría, Esnel, & Delis Tabares, Marlen Teresa, & Ramírez Pérez,
Rolando, & Milán Vázquez, Ana Laritza, & Cárdenas Callol, Rosalia (2011).
Realidades de la violencia familiar en el mundo contemporáneo. MEDISAN, 15(4),
undefined-undefined. [fecha de Consulta 1 de diciembre de 2019]. ISSN: Disponible
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=3684/368445229016
 Ocampo Otálvaro, Luz Elena, & Amar Amar, José Juan (2011). Violencia en la pareja,
las caras del fenómeno. Salud Uninorte, 27(1), undefined-undefined. [fecha de
Consulta
2
de
Diciembre
de
2019].
ISSN:
0120-5552.
Disponible
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=817/81722530013
 Patró Hernández, Rosa, & Limiñana Gras, Rosa María (2005). Víctimas de violencia
familiar: consecuencias psicológicas en hijos de mujeres maltratadas. Anales de
Psicología, 21(1), undefined-undefined. [fecha de Consulta 2 de diciembre de 2019].
ISSN:
0212-9728.
Disponible
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=167/16721102
 Pazos Gómez, María, & Oliva Delgado, Alfredo, & Hernando Gómez, Ángel (2014).
Violencia en relaciones de pareja de jóvenes y adolescentes. Revista Latinoamericana
12
de Psicología, 46(3), undefined-undefined. [fecha de Consulta 2 de diciembre de
2019].
ISSN:
0120-0534.
Disponible
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=805/80533065002
 Robles Ortega, Rosalba (2005). Violencia doméstica y resistencia. Un problema de
opresión y desafío. Nóesis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, 15(28),
undefined-undefined. [fecha de Consulta 25 de noviembre de 2019]. ISSN: 0188-9834.
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=859/85915207
 Ruiz-Ramírez, Rosalva, & Ayala-Carillo, María del Rosario (2016). VIOLENCIA DE
GÉNERO EN INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN. Ra Ximhai, 12(1), undefinedundefined. [fecha de Consulta 25 de noviembre de 2019]. ISSN: 1665-0441.
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=461/46146696002
 Scarone Adarga, Mireya (2014). Violencia laboral intramuros. Hostigamiento sexual y
otras formas de violencia contra la mujer en las maquiladoras de Sonora y Baja
California. Región y Sociedad, (4), undefined-undefined. [fecha de Consulta 25 de
noviembre
de
2019].
ISSN:
1870-3925.
Disponible
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=102/10230108006
 Vargas Murga, Horacio (2017). Violencia contra la mujer infligida por su pareja y su
relación con la salud mental de los hijos adolescentes. Revista Médica Herediana,
28(1), undefined-undefined. [fecha de Consulta 10 de octubre de 2019]. ISSN: 1018130X. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=3380/338050476009
 Yugueros García, Antonio Jesús (2015). Intervención con mujeres Víctimas de
Violencia de género: Educar e informar para prevenir. Revista Historia de la
Educación Latinoamericana, 17(24), undefined-undefined. [fecha de Consulta 25 de
noviembre
de
2019].
ISSN:
0122-7238.
en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=869/86938947010
13
Disponible
Download