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Vulnerabilidad Alimentaria - Casares y Pernía

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VULNERABILIDAD ALIMENTARIA: CONCEPTO, TIPOS
E INDICADORES
Casares, C. y Pernía A.1
Concepto:
La vulnerabilidad alimentaria puede concebirse como una situación que
caracteriza a países, sectores de la sociedad, grupos e individuos que se
encuentran
expuestos
geográficos/regionales,
a
económicos,
factores
ecológicos/ambientales,
socioculturales,
demográficos
y/o
biológicos que afectan uno o varios componentes de la seguridad alimentaria,
predisponiéndolos a la inseguridad alimentaria. (Elaborado en base a González
Chávez y Macías Macías, 2007 y Brid, 2014)
El grado de vulnerabilidad de una persona, hogar o sociedad está determinado
por la exposición a los factores de riesgo y las posibilidades de afrontar o
resistir a dichos factores (cfr. INEC República de Nicaragua, 2004). Entre ellos
se encuentran:
 Inadecuada autonomía en la disposición de suficientes alimentos.
 Inestabilidad en el acceso a los diferentes grupos de alimentos
necesarios para llevar una vida saludable.
 Inadecuación de alimentos desde el punto de vista físico y nutritivo.
 Inadecuada ayuda alimentaria, no respondiendo a tradiciones culturales
y preferencias de los distintos sujetos y grupos poblacionales.
 Barreras económicas o geográficas para acceder a los alimentos.
 Mecanismos
de
discriminación
en
contra
grupos
poblacionales
determinados que les impide el acceso efectivo a los alimentos
 Presencia de vectores de enfermedades en los alimentos que afecten el
estado de salud de las personas.
 Inadecuada disponibilidad de agua potable.
 Insuficiente información y educación alimentaria nutricional a los
pueblos.
1
Casares, C. y Pernía A. (2016). Extracto del Trabajo Final Integrador (TIF): “Vulnerabilidad e Inseguridad
Alimentaria en mujeres embarazadas del Centro de Atención Primaria de la Salud del barrio San Marcos,
Posadas Misiones, 2015”. Directora: Lic. Hossly Letizia. Universidad de la Cuenca del Plata.
 Inadecuada y/o insuficiente intervención del Estado en el cumplimiento
del derecho a la alimentación. (cfr. Pérez Murcia, 2006)
Tipos de vulnerabilidad:
En función de los factores expuestos anteriormente y de acuerdo con los
criterios planteados por Thomson y Metz (1999) y el Comité de Seguridad
Alimentaria de la FAO (2000), la vulnerabilidad se clasifica en los siguientes
tipos:
 Vulnerabilidad Geográfica/Regional: se denomina así al tipo de
vulnerabilidad que se encuentra ligada a las características del espacio
físico ocupado por los individuos, familias y/o sociedades. Son
ejemplos: las zonas rurales, asentamientos urbanos marginales, parajes
alejados de las ciudades, entre otros.
 Vulnerabilidad Ecológica/Ambiental: son factores adversos del medio
ambiente que determinan un riesgo a padecer inseguridad alimentaria
ya sea en un individuo, familia y/o sociedad. Son ejemplos: condiciones
climáticas, calidad de las tierras para la producción alimentaria,
disponibilidad de agua para el riesgo, contaminación ambiental,
deforestación de bosques, catástrofes ambientales (inundaciones,
terremotos) entre otros.
 Vulnerabilidad Económica: son todas aquellas condiciones que
pueden influir desfavorablemente en el ingreso de los individuos,
familias y sociedades, relacionadas con la ocupación, formalización del
trabajo, tamaño de explotación agrícola, producción alimentaria,
salarios, exportación/importación, producto bruto interno (PIB), entre
otros. Estas situaciones predisponen a la inseguridad alimentaria en
cualquier nivel de análisis.
 Vulnerabilidad Demográfica: es el conjunto de características
poblacionales que podrían aumentar las posibilidades de padecer
inseguridad alimentaria en los individuos de una sociedad. Son
ejemplos: edad (niños en edad preescolar, niños en edad escolar,
adolescentes, adultos, adultos mayores), género (mujeres u hombres),
distribución geográfica de los pueblos, etnia, entre otras.
 Vulnerabilidad Biológica: se denomina así a aquellos individuos que
por su condición biológica poseen un requerimiento nutricional distinto
con el fin de satisfacer sus necesidades fisiológicas o requerimientos
especiales debido a una situación patológica, lo cual los hace más
vulnerables a la inseguridad alimentaria. Son ejemplos: los niños
menores de 5 años, mujeres embarazadas o que lactan, adultos
mayores, individuos con enfermedades crónicas, entre otros.
 Vulnerabilidad Sociocultural: es el conjunto de saberes, creencias y
prácticas que caracterizan un grupo de personas de una sociedad, que
los predisponen a sufrir inseguridad alimentaria. Ejemplos: pueblos
originarios, inmigrantes, analfabetas, entre otros. (Elaboración propia en
base a Thomson y Metz, 1999 y FAO, 2000)
Esta tipología de vulnerabilidad determina grupos vulnerables entre los que se
pueden mencionar:
 Rural:
campesinos
sin
tierras
no
calificados,
agricultores
sin
subsistencia, agricultores con bajos ingresos, habitantes en zonas
remotas, pastores, campesinos con producción marginal o inadecuada
de alimentos.
 Urbanos: trabajadores independientes/informales, desempleados.
 General: hogares encabezados por mujeres, núcleos familiares situados
en áreas ecológicamente desventajosas, núcleos familiares con ingresos
muy bajos, núcleos familiares con gran número de integrantes.
 Biológico: hogares con mujeres embarazadas o niños menores de 5
años. (Elaborado en base a Thomson y Metz, 1999 y Figueroa Pedraza,
2005)
Así también la combinación de los distintos tipos de vulnerabilidad puede
empeorar el grado de la misma en un individuo: los riesgos aumentan en los
niños de campesinos sin tierras, de trabajadores ocasionales y son mayores en
las regiones áridas que en las húmedas (Figueroa Pedraza, 2003)
Vulnerabilidad alimentaria y pobreza:
La vulnerabilidad supone una relación muy directa con la pobreza debido a una
relación en cadena que trae como resultado ulterior la inseguridad alimentaria.
Los factores que se encuentran relacionados con la vulnerabilidad, disminuyen
la calidad de vida de los miembros de una sociedad, aumentando la
probabilidad de llegar a una situación de pobreza, lo cual implica mayor riesgo
a padecer inseguridad alimentaria (cfr. INEC República de Nicaragua, 2004).
Además la inseguridad alimentaria condiciona la alimentación de los individuos
y familias, pudiendo suponer un deficiente desarrollo físico y cognitivo de los
mismos. Esta situación dificulta aún más las posibilidades de solucionar sus
problemas de vulnerabilidad (cfr. FAO, 2011). De esta manera se configura un
círculo se perpetúa en el tiempo en caso de no emprender acciones para su
solución.
Gráfico ¡Error! No hay texto con el estilo especificado en el documento..1:
Círculo Vicioso entre Vulnerabilidad, Pobreza e Inseguridad Alimentaria
Vulnerabilidad
Pobreza
Disminución
de las
posibilidades
de solución
Inseguridad
Alimentaria
Deficiente
desarrollo
físico y
cognitivo
Fuente: Elaboración propia en base a INEC República de Nicaragua (2004) y FAO (2011)
Indicadores de vulnerabilidad alimentaria:
Debido a lo expuesto con anterioridad se hace necesaria la detección precoz
de situaciones que puedan vulnerar el derecho a la alimentación. Para analizar
la vulnerabilidad alimentaria se cuentan con los siguientes indicadores:
Tabla ¡Error! No hay texto con el estilo especificado en el documento..1:
Indicadores de Vulnerabilidad Alimentaria
Tipo de
Vulnerabilidad
Indicador
Porcentaje de población rural
Geográfico/Regional
Índice de primacía
Tipo de
Vulnerabilidad
Indicador
Definición operacional
Población de procedencia
rural/Población total x100
Número de habitantes de la
ciudad más poblada/Suma de los
habitantes de las siguientes tres
ciudades más pobladas
Definición operacional
Frecuencia y duración de
sequías
Ecológico/Ambiental
Económica
Porcentaje de viviendas sin
acceso a agua potable
Cantidad de viviendas sin acceso
a agua potable/Total de viviendas
estudiadas x 100
Tasa de desempleo
Número de personas
desocupadas/Total de la
población económicamente activa
x100
Porcentaje de familias con
acceso a programas de
asistencia alimentaria
Número de familias que se
encuentran incluidas en un
programa de asistencia
alimentaria/Total de familias x100
Hacinamiento
Más de tres individuos por
habitación
Distribución de los hogares
según jefe de hogar
Demográfica
Relación número de adultos /
número de niños por hogar
Proporción de mujeres
embarazadas
Biológico: Embarazo
Edad Vulnerable
Cantidad de adultos en el
hogar/Cantidad de niños en el
hogar
Cantidad de mujeres
embarazadas/Población total x100
Cantidad de mujeres
embarazadas menores de 17
años/Total de embarazadas x100
Nivel de instrucción alcanzado
Cantidad de años de estudios
según la educación formal.
Porcentaje de población
procedente de pueblos
originarios
Cantidad de individuos
procedentes de pueblos
originarios/Total de la población
x100
Sociocultural
Fuente: Elaboración propia en base a Bravo (s/f), Instituto Nacional de Estadísticas y Censos
Argentina -INDEC- (s/f), IPEC (2013), Maire y Delpeuch (2006), Palladino (2010), Ministerio de
Salud de la Nación (2013) y Cancino, León y AA. VV. (s/f).
Mujer y vulnerabilidad alimentaria:
La mujer es un actor clave en la seguridad alimentaria en todos los niveles de
análisis, individual, familiar, regional y nacional. Según Lahoz (2005): “En los
países en desarrollo, las mujeres son las principales productoras de alimentos,
participan activamente en el mercado laboral y son las responsables exclusivas
del estado nutricional de la familia”.
Es así que desempeñan diferentes funciones en los componentes de la
seguridad alimentaria:
 Disponibilidad alimentaria: Según datos de la FAO, las mujeres
producen la mitad de la producción mundial de alimentos (cfr. Lahoz,
2005).
Dicha
organización,
postula
un
fenómeno
denominado
feminización de la agricultura, ya que entre el 8 al 30% de las
explotaciones agrícolas están a cargo de ellas en ALC y también
representan el 43% de la fuerza laboral agrícola. (cfr. FAO, 2015).
Según Lahoz (2005) las mujeres rurales producen cultivos básicos
(maíz, arroz, trigo), además de cultivos de verduras, legumbres y frutas
en los huertos familiares. En algunos países, en adición desempeñan
pesca en agua bajas y lagunas costeras, ordeñe de las vacas, entre
otros. Por otro lado son responsables de la mayor parte de las etapas de
procesamiento, conservación y comercialización de productos agrícolas
(cfr. Lahoz, 2005).
 Acceso a los alimentos: Diferentes estudios revelaron que las mejoras
nutricionales de la familia están relacionadas con el ingreso de las
mujeres y su papel en las decisiones en el hogar acerca del reparto de
los gastos (cfr. Lahoz, 2005) Un estudio en Brasil demostró que las
probabilidades de supervivencia de un niño incrementan en un 20%
cuando la madre controla el presupuesto familiar (cfr. FAO, s/f). Esto se
debe también, a que las mujeres, a diferencia de los hombres, destinan
gran parte de sus ingresos a los alimentos y a otros gastos que influyen
en la seguridad alimentaria, como por ejemplo la educación y la salud
(cfr. Lahoz, 2005).

Estabilidad alimentaria: Las mujeres poseen funciones como la
provisión de agua, combustibles y otros productos, que la vinculan con la
gestión de los recursos naturales del entorno (cfr. Lahoz, 2005).
 Consumo alimentario: Generalmente, las mujeres son las encargadas
de la preparación y conservación de los alimentos para la familia,
aumentando su durabilidad y posibilidades de comercialización. Además
se encargan de almacenar alimentos y el manejo de las reservas (cfr.
Lahoz, 2005)

Utilización biológica: En los países en desarrollo, las mujeres
generalmente se encargan de la promoción de prácticas alimentarias e
higiénicas al grupo familiar con el objetivo que los integrantes gocen de
buena salud (cfr. Lahoz, 2005)
A pesar de estas funciones, las mujeres se enfrentan a diferentes factores que
aumentan la vulnerabilidad a padecer inseguridad alimentaria:
 Falta de reconocimiento de su trabajo: En las zonas rurales de los
países en desarrollo, las mujeres contribuyen a la actividad económica
realizando trabajos que generalmente no son reconocidos en las
estadísticas. Suelen desarrollar trabajos temporales (cuidando animales,
recogiendo leñas, cargando agua), que podrían no ser considerados
como su actividad principal. Además poseen limitado acceso y control de
recursos, dificultando el ejercicio de su autonomía y participación en la
toma de decisiones (cfr. Lahoz, 2005). Esto determina un papel
subordinado en detrimento de su propio desarrollo y el de la sociedad en
su totalidad (FAO, s/f).
Por otro lado, en las últimas décadas como consecuencia de las
guerras, el VIH/SIDA o las migraciones a ciudades en busca de mejores
oportunidades, redujo la población rural masculina, aumentando los
hogares encabezados por las mujeres. A ello se le suma las limitaciones
anteriormente mencionadas, produciendo un fenómeno denominado
feminización de la pobreza (cfr. Lahoz, 2005).
También la proporción de mujeres desempleadas es mayor que la de los
hombres y la calidad del empleo femenino es deficiente, con empleos de
tiempo parcial, ocasionales o con subcontrataciones y mal remunerados.
El empleo informal es mayor en las mujeres, lo que les brinda menor
protección y seguridad social (cfr. Lahoz, 2005).
 Acceso y control sobre la tierra y agua: Existen factores culturales,
tradicionales, religiosos y legales que limitan el acceso y control de las
mujeres sobre la tierra. Según la FAO, las mujeres no poseen ni el 2%
de la tierra. Las reformas agrarias no han contemplado el papel de las
mujeres en la agricultura y han decretado la transferencia de las tierras a
los hombres como cabezas de familias, ignorando los hogares
encabezados por mujeres (cfr. Lahoz, 2005).
En los países en desarrollo, las mujeres son las encargadas del manejo
del agua, recogiéndola, transportándola, almacenándola y controlando
su higiene y utilización. Sin embargo, las mujeres sufren desigualdad en
materia de derechos y acceso al agua, debido a que los sistemas de
riego se suelen priorizar para los cultivos comerciales, controlados
generalmente por hombres (cfr. Lahoz, 2005).
 Acceso y control a créditos, insumos agrícolas y servicios de
extensión: Según la FAO (s/f) sólo el 10% de las mujeres acceden al
crédito, debido a que las leyes y usos de diferentes países no le
permiten compartir los derechos de propiedad con su marido o porque
los esquemas de titularidad excluyen a las mujeres como jefa de hogar.
También esto se debe a que el analfabetismo afecta en mayor medida a
las mismas (cfr. Lahoz, 2005) La falta de acceso al crédito impide la
compra de insumos agrícolas fundamentales para la producción, como
ser semillas, aperos y fertilizantes (cfr. FAO, s/f). Existe un estudio que
comprueba que cuando las mujeres tienen el mismo acceso a los
fertilizantes que los hombres, la producción agrícola aumentos en un 10
al 20% (cfr. Lahoz, 2005).
 Acceso a la educación: Según la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura – UNESCO – (2015) en el
mundo existen alrededor de 781 millones de adultos analfabetas, de los
cuales el 64% son mujeres. La brecha entre en nivel educativo entre las
mujeres y los hombres se acentúa aun más en las zonas rurales, donde
el grado de analfabetismo de las mujeres limita su participación en las
capacitaciones agrícolas. Además existen mayores tasas de abandono
de los estudios por parte de las niñas para ayudar a sus madres en las
tareas domésticas o por embarazos tempranos (cfr. Lahoz, 2005).
Estudios realizados en África demuestran que los hijos de madres que
recibieron cinco años de educación primaria tenían más posibilidades de
superar los cinco años de edad (FAO, s/f). Y, en adición, estudios en
Honduras, observaron que los mayores índices de desnutrición se
detectaban cuando las madres no habían recibido escolarización alguna,
en cambio cuando poseían siete años de escolarización, este índice se
recudía al 7,6% (cfr. Lahoz, 2005).
 Acceso a la nutrición: Existe una estrecha relación entre el estado de
nutrición de las mujeres y el de los miembros de su familia, debido a que
son las mujeres quienes generalmente se encargan de la preparación de
los alimentos (cfr. Lahoz, 2005). Dicha relación es mucho más
significativa en situaciones de embarazo o lactancia debido a que son
más vulnerables de padecer malnutrición y carencia de micronutrientes
(cfr. FAO, s/f). Esto se debe al aumento de las necesidades energéticas
y de otros nutrientes para la formación fetal y de la placenta.
Por
otro
lado,
las
mujeres
son
frecuentemente
víctimas
de
discriminación alimentaria. En muchos países, debido a patrones
culturales, existe una desigual distribución de alimentos dentro del
hogar, siendo las mujeres y niñas las últimas en tener acceso a los
mismos, ingiriendo alimentos en menor cantidad y de menor calidad (cfr.
Lahoz, 2005).
 Acción en la toma de decisiones: Dado el rol tradicional que se le ha
asignado a la mujer, es frecuente que no tengan participación en la toma
de decisiones en el hogar. Ello se debe a que las mujeres,
tradicionalmente, son responsables de las tareas reproductivas y
comunitarias (cfr. Lahoz, 2005).
 Tiempo: Según una investigación en Guatemala, las mujeres dedican
alrededor de 13 horas al día al cuidado de sus familias y además
trabajan en las producciones agrícolas y cuidado de animales,
determinando una jornada laboral de 15 a 16 horas, contra las 13 a 14
horas de trabajo masculino exclusivamente en actividades agrícolas.
Esta sobrecarga laboral, es el motivo por el cual las mujeres no pueden
beneficiarse de programas de capacitación ni acceder a trabajos mejor
remunerados, y al compartir esta carga con sus hijas, impiden que ellas
adquieran un mayor nivel educativo perpetuando la situación (cfr. Lahoz,
2005).
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