Uploaded by Diego Eslava

A pesar de todos estos años intento comprender a seres que ciertas veces puedes sentir y ver

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Dieciocho días atrás, Lithnor
El hambre puede mucho más en estos tiempos de austeridad y monotonía en tierras oscuras,
¡Ya ni la alquimia sirve! A pesar del tiempo y la brillantez en el campo ocultista, “la otra
conciencia” no se desvanece, debo decir que si bien para deshacerse de esta a ser de menester
la alquimia de la muerte para transmutar esta delirante ansiedad. Habladurías inciertas sobre
un inusual militar y un extraño trabajo me arrastran fuera de los bosques pantanosos, ex
umbra in solem de un cielo gris y tormentoso en una nación de tinieblas perpetuas. El
empleador era un hombre tozudo y de rudo coloquio (como todo militar supongo), la tarea sin
duda extraña y riesgosa pero generosamente retribuida. ¿De qué he de preocuparme más de
la tarea en sí, ya el hambre era suficiente como para trabajar de faquín? Oh… querido
alquimista, que en brazos del cosmos descansas, no mires abajo y sigue disfrutando pues tu
estúpido aprendiz es ahora el Cid que de migajas solo se alimenta.
3 Días Atrás, Valanyr
Mi mente y cuerpo viajo durante quince días en silenciosa procesión hacia el escabroso averno
personificado. Lento y solemne mi oscuro corcel avanza tirando de la carroza con la misteriosa
carga, no he de preguntarme que es, ni para qué es “¿Y a ti que te importa cosiaca?” Me
reprende mi subconsciente harto de mi constante abstracción. Es… cierto y no he de negarlo, a
cierta altura del extenuante viaje mi curiosidad murió, muchos días atrás (diez para ser preciso
y con el absoluto perdón del mamarracho que escribe esto) ello no ha mejorado mi humor
pues de no ser por mi querido compañero que mantiene su trote galante y no se ha quejado
durante todo el viaje, suponiendo que está más que contento en aspirar este efluvio ígneo,
hace días atrás ya habría estar marchando lejos y sin paga de aquella caravana de mercenarios
malhablados
Las brasas chispeantes del rio de lava llegan cerca de los pies de la quejumbrosa caravana, mas
ni sorpresa y solo desagrado mi demacrado rostro emana, nunca me gustó el mórbido
serpenteo de las llamas en el aire y mucho menos el asqueroso olor de la yesca consumida por
las ascuas, el corazón se agita y las sienes revientan en dolor con el solo pensamiento de
combustión, pero el cansancio de constantes malas noches amilana la sensación y si he de
agradecer de alguien a todo esto, rezaré por mi diosa Insomnia, cruel e implacable vampiresa
de energía.
— Hey… tu — Mi voz se alzó débilmente entre los improperios de aquellos mercenarios. Un
hombre con el cabello cano y con el ojo parchado levanto la vista, alzando las cejas y
apuntando con su índice a su pecho replicaba mi pedido — Si, si… tú, ¿Puedes decirles a los
muchachos de atrás que quiten lo que sea que está bajo la rueda por favor?, la carreta esa
atorada — Pedí con suma cautela para no alterar al sujeto y gracias una vez más a mi “diosa” el
hombre con un grito soez advirtió a los hombres que empujaran la carreta con más fuerza —
Vamos muchacho ya está — Acariciando el lomo de mi compañero y con un pequeño golpe de
talón nuevamente la carreta estaba en marcha, pero con cuidado y paso lento mi amigo ya que
a pesar de aquel ambiente e inestable sendero nuestro “ diligente “empleador tenía el tiempo
suficiente de conversar amenamente. ¿Quiénes eran el grupo con los que nos habíamos
encontrado?
“Oh basta ya capullo, he tenido suficiente de tus preguntas estúpidas, mantén la mirada arriba
y riendas firmes en el camino”
nerudiano
Resumen
Dwanhdre va montado en su caballo jalando de una pequeña carreta con la caja, con el resto
de mercenarios rodeando la carga y empujando la carreta en caso de que se quede atascada
y/o asegurando la carga para que no se dañe ni se tope… demasiado(?
@”ENZO AMATO” @YABANA
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