ALBERTO GIACOMETTI. BIOGRAFÍA. Alberto Giacometti creció en Suiza en Val Bregaglia, a pocos kilómetros de la frontera entre Italia y Suiza. Su padre, Giovanni Giacometti (1868-1933) es un pintor impresionista estimado por coleccionistas y artistas suizos. Comparte con su hijo sus reflexiones sobre el arte y la naturaleza del arte. A la edad de 14 años, Alberto Giacometti realizó su primera pintura al óleo, "BODEGÓN CON MANZANAS" (alrededor de 1915), y su primer busto esculpido, "La cabeza de Diego" con 14 años. Su padre y su padrino, el pintor simbolista Cuno Amiet (1868-1961), son dos figuras esenciales en el desarrollo artístico del joven Alberto. COMIENZOS. En 1922, Giacometti fue a estudiar a París e ingresó en la Académie de la GrandeChaumière, donde siguió las enseñanzas del escultor Antoine Bourdelle (1861-1929). Realiza sus primeras esculturas cubistas. INFLUENCIA AFRICANA Y DE OCEANÍA. El trabajo de Giacometti está marcado por la influencia de la escultura africana y oceánica. Cuando Giacometti se interesó por él en 1926, el arte africano ya no era una novedad para los artistas modernos de la generación anterior (Picasso, Derain); Incluso se ha popularizado hasta el punto de convertirse en decorativo. Las dos obras que hicieron público el anuncio por primera vez: La cuchara de mujer y La pareja , expuestas en el Salon des Tuileries de París, dan testimonio de la agitación que este encuentro produce en el joven artista. En 1928, Giacometti comenzó una serie de mujeres y cabezas planas, cuya novedad destacó en 1929 y para obtener un primer contrato con una galería, la de Pierre Loeb, que expone a los surrealistas. El arte no occidental ha tenido un impacto duradero en su producción. El artista se aleja de una representación naturalista y académica para una visión totémica y, a veces, alucinada de la figura, cargada de un poder mágico. SURREALISTA. Miembro activo del grupo surrealista de Bretón, Giacometti se impone rápidamente como uno de sus escultores. Realiza varias versiones de la BOLA SUSPENDIDA, en alusión quizás al tiempo. ARTE DECORATIVO. La creación de objetos de arte decorativo muestra el interés de Giacometti por los objetos utilitarios que admiraba en las sociedades antiguas o primitivas. En 1931, Giacometti había creado una nueva tipología de esculturas, los "objetos mudos y mudos": objetos con un movimiento latente y sugerido, que había hecho en madera un carpintero. En algunas de estas esculturas, Giacometti utiliza por primera vez el proceso de la "jaula", que le permite delimitar un espacio de representación de ensueño. Desde 1930, Giacometti creó muchos objetos utilitarios: lámparas, jarrones, apliques que vendió el decorador vanguardista Jean-Michel Frank. También diseñó bajorrelieves de yeso o terracota para pedidos especiales, especialmente para la mansión LouisDreyfus en París. En 1939, fue uno de los artistas solicitados para un gran encargo de un coleccionista argentino para quien diseñó chimeneas, candelabros, consolas. LAS CABEZAS. La cuestión de la cabeza humana fue el tema central de la investigación de Giacometti durante toda su vida, y una de las razones de su alejamiento del grupo surrealista en 1935. Para él, en esa fecha, la representación de una cabeza, que parecía un tema. Banal, estaba lejos de ser resuelto. La cabeza y especialmente los ojos son el asiento del ser humano y la vida cuyo misterio lo fascina. Después de la cabeza-cráneo de 1934, elaborado después de la muerte de su padre Giovanni en 1933, sus múltiples variaciones en las cabezas muestran que el tema no se puede agotar, tanto más si se combina la cuestión de la escala: para Giacometti, hacer que su visión sea precisa es también dar la distancia con la que se vio el sujeto. En los años treinta, los modelos de su investigación sobre la cabeza son su hermano Diego, un amigo, el artista inglés Isabe l (Delmer) y una modelo profesional, Rita (Gueyfier) . Isabel, vista desde lejos en el Barrio Latino, es el tema de una de sus primeras figuras en miniatura. Después de regresar a París en septiembre de 1945, Giacometti demuestra una vez más que la monumentalidad se disocia de la cintura, produciendo pequeños retratos de personalidades importantes: la patrona Marie-Laure de Noailles , la escritora Simone de Beauvoir, y se reunió en 1941 y, a petición de Louis Aragon, el héroe de la Resistencia Rol-Tanguy . FIGURAS. Es en Suiza donde se refugió durante el período de la guerra que Giacometti concibe en 1944-45 la escultura que será el prototipo de sus figuras permanentes de la posguerra: la Mujer con el carro , que representa la imagen, De la memoria, de su amiga inglesa, Isabel. De pie, de frente y con los brazos a lo largo del cuerpo, rostro inexpresivo, esta escultura es un ejemplo de la investigación de Giacometti de 1945 a 1965 sobre el espacio de representación: las figuras se colocan en pedestales que las aíslan del suelo. , o escrito en "jaulas" que dibujan un espacio virtual. Algunas composiciones como La Clairière se colocan en bandejas levitadas, también se trata de establecer un espacio paralelo al nuestro. Las figuras femeninas de pie son siluetas alusivas, a veces reducidas a una sola línea, y siempre abordadas en etapas sucesivas que se traducen en series. Las cuatro mujeres de pie y las cuatro figurillas de pedestal son dos propuestas de cuatro mujeres de pie vistas a diferentes distancias y en diferentes circunstancias. Con los Tres Hombres Caminantes , Giacometti busca capturar en la escultura la visión fugaz de figuras en movimiento. En 1950, Giacometti hizo una serie de esculturas que traducen la imagen de un claro donde los árboles serían mujeres y las piedras de las cabezas humanas, una imagen que más tarde empujaría a su punto final, en la vida real. . (Stampa, Suiza, 1901-Chur, id., 1966) Escultor y pintor suizo. Nació en un ambiente artístico, ya que su padre, Giovanni, era un pintor impresionista. Se inició en el dibujo y la plástica en la Escuela de Artes y Oficios de Ginebra, antes de trasladarse a París para seguir los cursos de escultura de E. A. Bourdelle en la Academia de Grand Chaumière. En la capital francesa entró en contacto con el ambiente cubista, y más tarde con el grupo surrealista, del que formó parte de 1930 a 1935. En las obras de este período, muy personales, se reconoce la idea surrealista del simbolismo de los objetos. El abandono del surrealismo y la vuelta al arte figurativo constituyen el preludio de la llegada de Giacometti a su estilo más singular y característico, el que desarrolló a partir de comienzos de la década de 1940. Aparecen entonces sus figuras humanas alargadas y de apariencia nerviosa, muy delgadas y de superficie áspera, a menudo de tamaño natural, que pueden estar representadas solas o en grupo. Son estas obras las que han hecho de Giacometti uno de los artistas más originales del siglo XX, también en pintura, donde sus obras se caracterizan por figuras rígidas y frontales, simbólicamente aisladas en el espacio. En estas creaciones que representan la soledad y el aislamiento del hombre se ha querido ver un trasunto de la filosofía existencialista, y de hecho Jean-Paul Sartre, el máximo representante de la tendencia, reconoció en la obra de Giacometti algunas de sus ideas y escribió sobre ella. se codeó durante toda su vida con lo más exquisito de la intelectualidad imperante. Jean-Paul Sartre, escribió varios textos de manera exclusiva para el escultor y le ayudó con su influencia a financiar varias exposiciones. La familia y los amigos del artista fueron sus modelos preferidos, en particular su hermano Diego, al que reprodujo en numerosas esculturas, pinturas y dibujos. Despertó un gran interés en Salvador Dalí, quien afirmó, tras ver una de sus obras, que aquello era "la materialización de lo irreal" y la encarnación de los "objetos con función simbólica". Fue Dalí quien escribió a André Breton para incluir a Giacometti a su grupo de surrealistas. Giacometti fue aceptado en el grupo surrealista, siendo su bola suspendida una obra muy celebrada. La pequeña instalación, una bola de yeso que pende de un hilo y parece partirse en un canto crepuscular, era la interpretación que hacía Giacometti del tiempo. Este juego "erótico y violento", según Dalí, es una de las obras centrales de la extensa retrospectiva que le dedica el Museo Guggenheim de Bilbao al escultor más importante del S.XX. Hasta febrero del año que viene, los visitantes de la sala vasca podrán disfrutar de las más de 200 esculturas que ha cedido la Fondation Giacometti y que abarcan de manera exhaustiva sus más de cuatro décadas de producción artística. La exposición, que se podrá difrutar gratis los días 20 y 21 de octubre, ya ha pasado por Londres y París y cuenta con una importante novedad: por primera vez desde su creación en 1956, las extremadamente delicadas Mujeres de Venecia, figuras femeninas característicamente esbeltas en escayola pintada, serán expuestas al público. Su "complidado traslado", en palabras de la comisaria Catherine Grenier, «nos han privado durante años de uno de los trabajos más icónicos del artista». Y explica: "La exposición sigue un orden cronológico y temático. Eso nos permite hablar de sus grandes obsesiones, de todos sus grandes motivos". Grenier, que ha comisariado la exposición desde París junto a Petra Joos y Mathilde Lecuyer-Maillé, detalla lo singular de la obra del suizo por su evolución desde la pintura: "Giacometti llega a París a comienzos de los años 20 cultivando la escultura, sí, pero definiéndose como pintor. En la ciudad empieza a explorar las posibilidades de la figura humana, a través de hombres que caminan y figuras femeninas que le devuelven la mirada". Esa disolución del sujeto en la masa citadina, tan típica de la intelectualidad de entreguerras que leía religiosamente a Baudelaire, es clave para entender por qué Giacometti no se contentó con agradar a los surrealistas y trascendió a los ismos. En los comienzos del siglo XX. En este momento se mantiene el dilema entre tradición y renovación. Hay dos mundo antitéticos: el del naturalismo académico del siglo XIX y el de la libre y apasionada experimentación del siglo XX. Estos nuevos artistas pretenden ir a una forma mental, reducir el volumen a la idea. La estilización modernista empieza a influir y los nuevos modelos que están saliendo a la luz de la arqueología también. Así como las máscaras venidas de África y Oceanía. Se pretende la materialización de la idea, y por ello algunos autores van hacia la geometría. la materia se adelgaza. Giacometti participa de las investigaciones surrealistas sobre los objetos, realiza obras inspiradas en una morfología viva, en la estructura interna de los cuerpos, con bloques casi sin labrar, en donde intenta reflejar la belleza intrínseca del material. Algunas de sus obras están inspiradas e esculturas cicládicas, exvotos etruscos, etc. A veces sus imágenes son semejantes a las que devuelven los espejos curvos o determinadas lentes. LA EXPOSICIÓN. El Museo Guggenheim de Bilbao acoge una de las mayores retrospectivas hasta la fecha del artista suizo y para ello recupera obras que permanecían inéditas desde su creación. Más de 200 piezas conforman la exposición.